El croata, que hoy juega la semifinal de la Liga de Naciones ante Países Bajos, ha acordado seguir hasta 2024 y rechaza, de momento, las ofertas saudíes, aunque los árabes no se han dado por vencidos.
«A Luka el dinero le da igual». En la Ciudad Deportiva de Valdebebas, desde los despachos al césped, hay absoluta devoción por Luka Modric. Directivos, técnicos y compañeros adoran a un futbolista que llegó como complemento de otras estrellas y se ha convertido en leyenda del Real Madrid. Tanto, que tiene libertad total para decidir el momento en el que dar un paso al lado y abandonar el conjunto blanco. Un paso que hasta ahora no ha querido dar a pesar de las constantes ofertas del gobierno de Arabia Saudí y que le mantiene todavía en el Santiago Bernabéu, más cerca de su 12ª temporada en Chamartín que de hacer las maletas a Oriente.
Modric, que esta noche disputa la semifinal de la Liga de Naciones contra Países Bajos (20:45, La1), se quiere quedar una temporada más en Madrid y así se lo ha hecho saber al club, que le ha ampliado su contrato hasta 2024, como hiciera con Benzema. Y ya saben el destino final del francés…
El croata quiere jugar en el nuevo Bernabéu, quiere continuar siendo el nexo entre el Madrid ganador de cinco Champions y la nueva generación que lidera Vinicius, quiere seguir siendo el «padre» de promesas como Rodrygo y el maestro de jóvenes centrocampista como Bellingham, fichado hace unos días por 103 millones. Sabe que la competencia será criminal con la continuidad de Kroos, la explosión de Valverde y Camavinga, la necesidad de darle minutos a Tchouaméni, la apuesta de la dirección técnica por el inglés y la hipotética renovación de Ceballos, pero quiere seguir un año más. No le dan miedo los jóvenes, al contrario.
«He tomado una decisión»
A Modric, de momento, le da igual el dinero, como insisten en Valdebebas, y ha pasado de largo ante los 60 millones netos que ha puesto sobre su mesa el fútbol saudí una y otra vez. Desde febrero, en una noticia adelantada por EL MUNDO, la federación árabe le ha mantenido unas condiciones similares a las que le ofrecieron al principio a Benzema. Salario de 30 millones netos por cada una de las dos temporadas, sin impuestos, con los derechos de imagen para él y con la posibilidad de elegir ciudad y equipo en el que instalarse. «No, no y no», ha sido la respuesta de Modric, que cumplirá 38 años en septiembre.
Si en algún momento cambia de idea, las puertas del Bernabéu se abrirán para él igual que se abrieron para el deseo de Benzema, aunque el contrato del galo, como el del croata, también finalizara en junio de 2024. Su relación con Florentino es excepcional y lo seguirá siendo pase lo que pase y acabe cuando acabe su etapa.
Mientras, esta semana vuelve a su pequeño hobby, algo que atormenta un poco al Madrid pero que sigue siendo su hábitat natural: capitanear a la selección de Croacia. El Mundial de Qatar parecía el punto y final a su era en el combinado nacional, pero el centrocampista ha decidido continuar defendiendo a su país hasta la próxima Eurocopa. Primero, la Final Four de la Liga de Naciones, donde podría enfrentarse a España en una hipotética final. Después, una Euro en Alemania a la que llegaría camino de los 39 años. «He tomado una decisión, pero hablaremos de ello cuando termine la Liga de las Naciones», dijo ayer. Arabia insiste, e insiste, e insiste…