En la red, Novak Djokovic, pletórico, se acerca a Carlos Alcaraz y le dice: «Estoy seguro de que algún día tú también ganarás un oro olímpico». Se abrazan. Y mientras el serbio se va a celebrar con su familia a las gradas de la Philippe Chatrier, Alcaraz se sienta en su banco y llora. En los Juegos Olímpicos de París acaba de perder la primera final ‘grande’ de su vida, pero lo que le apena no es la derrota en sí, son aquellos que le rodean. Como
Hazte Premium desde 1€ el primer mes
Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web
Fue en Collserola, la montaña de Barcelona, donde Shahid Ashraf encontró su lugar. Un par de años atrás, siendo todavía menor de edad, había llegado de Pakistán a España sin la compañía de sus padres y había pasado por varios centros de acogida para menores tutelados. La integración, siempre en el centro del debate, no es tan sencilla: el idioma, la cultura, cómo hacer amigos, cómo encontrar trabajo. Pero alrededor de las atracciones del Tibidabo todo se veía de otra manera.
«Mi referente en el centro de acogida me llevó una vez a los Pirineos a hacer una caminata y después conocí a un grupo de runners y comencé a correr por la montaña. Me ayudó muchísimo a hacer amigos y me sentía muy bien. Era muy distinto a estar en un centro de acogida o en un bar; no sé por qué, pero era mucho más fácil abrirme, hablar, entablar relaciones. Quizá era la naturaleza o el hecho de no estar todo el rato mirando el móvil», cuenta Ashraf en Bagà, en el Prepirineo, donde anteayer participó en la Salomon Ultra Pirineu, la carrera de 100 kilómetros más importante de la región. Como corredor popular su tiempo apenas tiene importancia, pero su compañía merece atención: animándole en la subida al Niu de l'Àliga o en el Pas dels Gosolans estaban varios de los pupilos que han seguido sus pasos.
Ashraf no se conformó con hacer amigos en sus inicios en España gracias al trail running: quiso que otros vivieran su misma experiencia y, hace cinco años, puso en marcha un proyecto que hoy ya tiene su peso. Se llama Enforma Inspira, cuenta con el patrocinio de Salomon y lo integran más de 40 menores tutelados de Barcelona y alrededores. «Empezamos justo después de la pandemia y sólo se apuntaron tres chicos. Ahora hemos llegado a ser casi 100 en una iniciativa que también llevamos a cabo para limpiar Barcelona. La montaña me ayudó a conocer a gente; ahora tengo más amigos españoles que pakistaníes y quiero que otros corran la misma suerte. Con nosotros siempre vienen corredores de aquí y veo cómo se crean relaciones muy bonitas», explica Ashraf, que añade: «Si montara un equipo de fútbol vendrían más chicos, pero no conoces a nadie jugando un partido contra él. Al principio salir a correr les parece aburrido, pero luego ven que se genera un espacio para hablar, para conocerse».
¿Qué trato recibe un menor tutelado en España?
Mi experiencia es muy positiva, siempre me he sentido acogido. En general la gente intenta ayudarte, aunque también te encuentras personas a las que no les gustas. Dicen que los menores tutelados se meten en líos, pero hay que tener en cuenta que son chicos de 15 o 16 años. A esa edad los españoles también se meten en líos. Me parece mal que se utilice eso en la política.
Un grupo en Bilbao, otro en Madrid
Ashraf, que estudió un Grado Superior de Actividades Físicas en la Escola Pia de Sarrià, trabaja en una tienda Decathlon y combina sus entrenamientos con las iniciativas del proyecto Enforma Inspira. Están los entrenamientos habituales del grupo y hay propuestas diferentes, como cuando hace unos meses visitó el centro penitenciario para menores de La Roca del Vallès, al lado de la cárcel de Quatre Camins, para ofrecer el deporte como alternativa a los internos.
«Fue una experiencia bonita. Como digo, a veces los jóvenes se equivocan y, en lugar de estigmatizarlos, lo mejor es mostrarles otro camino», asegura, mientras ya planea hacer crecer su idea. El año pasado formó un grupo de menores tutelados en Bilbao, que ya ha superado la docena de miembros, y ahora intenta lo mismo en Madrid.
«Lo mejor que me ha pasado es ver cómo algunos de los jóvenes forman sus propias amistades, crean sus propios grupos y luego nos encontramos todos en las carreras. Eso me encanta», finaliza Ashraf, que ya ha completado tres veces la Salomon Ultra Pirineu y cuenta en su historial con participaciones en carreras como la Zegama, la Transgrancanaria o incluso la Tromsø Skyrace, que organizaba Kilian Jornet en la región ártica de Noruega. A través de otro proyecto de integración conoció a Núria Burgada, la madre del mejor corredor de montaña de todos los tiempos, y gracias a ella pudo disfrutar del viaje. Las oportunidades que ofrece el trail running, las amistades que crea la montaña.
"Cada vez somos más peligrosos", proclama Carlos Alcaraz y habla de Novak Djokovic y Jannik Sinner, que van avanzando rondas, pero también habla de él mismo. Cada partido que juega, cada partido que gana, es más rápido, afina más sus golpes, en definitiva, es más Alcaraz. Ya es el mejor Alcaraz. Por culpa de su lesión en el antebrazo derecho, llegaba a Roland Garros con "bajas expectativas", pero con una semana de entrenamientos multiplicaba su confianza y después de su debut reconocía que el sol asomaba en el horizonte. Ahora no hay duda: el título en París es su único objetivo.
Después de vencer en octavos de final a Félix Auger-Aliassime por 6-3, 6-3 y 6-1 en dos horas y 20 minutos ya no puede evitar ser el favorito.
Los otros dos grandes aspirantes, Djokovic y Sinner, han mostrado más dudas, pero a Alcaraz nadie le discute. Sólo en segunda ronda, en aquella extraña desconexión ante Jesper de Jong, vivió una mínima sensación de peligro. Desde entonces, ante dos Top 30 de su generación como son Sebastian Korda y Aliassime, dos demostraciones de su excelso tenis. El próximo martes, en cuartos de final, se enfrentará ante Stefanos Tsitsipas, el primer tenista entre los 10 mejores de la lista contra el que se mide en Roland Garros.
Dos tareas pendientes de Alcaraz
Pese al balance contra el griego (cinco victorias, la última en Roland Garros 2023, y cero derrotas), encontrará seguro más competencia. Porque frente a este Alcaraz, ante el mejor Alcaraz, sólo se puede responder con mucho talento y mucha lucha y este domingo Aliassime sugirió lo primero, pero no lo segundo. Aquel jugador que deslumbró en 2021 ha ido desapareciendo por la falta de confianza y en la Philippe Chatrier apareció para aceptar la derrota.
Christophe EnaAP
Con ciertas molestias físicos -reclamó el fisioterapeuta en segundo set-, apenas peleó. Si lo hubiera hecho seguramente hubiera perdido contra la derecha ganadora del español, sus continuas dejadas, sus increíbles 'passing shots', pero el espectáculo hubiera sido otro. Al canadiense tampoco le ayudaron las continuas rachas de viento. En los primeros seis juegos, tiró 11 'drives' fuera, un desatino del que no se recuperó: al final, hizo 39 errores no forzados y 11 'winners'.
En la lista de posibles mejores de Alcaraz, ahora sólo quedan dos. La primera suele ser anecdótica, pero en un duelo ajustado podría no serlo. En sus cuatro partidos en Roland Garros ha perdido su primer servicio; de entrada, siempre, un break en contra. En todas las ocasiones ha recuperado pronto el empate, pero el peligro está ahí. Y su segunda tarea pendiente son las oportunidades de ruptura. Es un cometido en el que ya trabaja, pero este domingo ante Aliassime volvió a evidenciarse esa necesidad. De las siete primeras sólo convirtió una, luego todo fue más sencillo. "Cada vez somos más peligrosos", proclama Alcaraz y habla de los mejores, pero el más peligroso de todos es él.