Eurocopa 2024
En la Federación piden cautela con un chico que fue expulsado de la concentración de la sub’17 por una indisciplina no hace mucho. Creció en un barrio de Mataró azotado por la droga, el desempleo y el fracaso escolar.
El pasado jueves, el día antes del partido contra Georgia, un empleado de la Federación se montó en el ascensor del hotel Marriot y se topó con Lamine Yamal Nasraoui Ebana.
-¿Qué tal Lamine? ¿Cómo vas? ¿Estás bien?
-Sí sí, muy bien. Estos [los jugadores] no me han hecho cantar todavía.
Se refería el chico a la novatada por la que pasan todos los que aterrizan en la selección, y que consiste en que deben cantar una canción (la elige el novato) después de una cena. Quién sabe los motivos, al debutante y goleador más joven de la historia de la selección (16 años y 57 días) todavía el jueves sus compañeros no le habían hecho cantar. «Se ha adaptado perfectamente, y ahí quiero poner en valor a los veteranos, que son los que le han acogido y le han hecho sentir uno más. Como en una familia», explicó el seleccionador, Luis de la Fuente, impactado, como todos en Las Rozas, con la calidad del chaval. «Es muy muy bueno», repiten todos los presentes en los entrenamientos, algunos de los cuales era la primera vez que veían al extremo. Lo expresó, como siempre a su manera, Morata, el capitán: «Yo con 16 años llevaba una buena empanada, y le ves a él y…».
Para saber más
Fuera del campo, Lamine es un muchacho español como tantos otros, pero con la cabeza centrada. Aprendió que debía ser así de muy joven, cuando empezó a ser consciente, si es que se puede hacer eso cuando se es un niño, de la realidad de su barrio. Nacido en Esplugas de Llobregat en julio de 2007, de padre marroquí y madre ecuatoguineana, pronto se instaló junto a su familia en Rocafonda, un barrio obrero y pobre de Mataró, uno de esos lugares castigados por la droga, el desempleo, el fracaso escolar… Unas calles donde el 36% de la población es inmigrante, la mitad de ellos de origen marroquí como Mounir, el padre, que protagonizó el pasado mes de mayo un incidente con unos militantes de VOX. Mounir se enfrentó a ellos y terminó condenado a pagar más de 500 euros por dos delitos leves: maltrato y daños, con el agravante de discriminación ideológica en ambos casos. En su familia, por cierto, hay muchos más madridistas que culés, algo muy común en ese barrio, donde casi nadie habla catalán.
La conciencia de clase se mantiene en la nueva estrella de la selección, que celebra los goles dibujando tres números con su mano: el 3, el 0 y el 8, las tres últimas cifras del código postal de Rocafonda. Allí, entre esas calles azotadas por los males del presente, es un ídolo, como constatan varios reportajes en la prensa catalana en los últimos meses, producto todos ellos de la apuesta definitiva de Xavi por él. El técnico del Barça ya le hizo debutar el curso pasado frente al Betis, convirtiéndose por supuesto en el jugador más joven en aparecer en el Barça y en la Liga española, pero este curso es titular en el Barça. Con 16 años. Se dice pronto. «Pero es que es especial. Tiene algo», dice de nuevo De la Fuente, que ante el peligro de que Marruecos le reclamara, tenía claro que iba a debutar en esta ventana de partidos. En el Barcelona nadie quiere decirlo en público, pero los entrenadores que han tenido cuentan fuera de micrófono que es lo más parecido a Messi que han visto.
El viernes entró al campo andando, con cara de haberse levantado de la siesta cinco minutos antes. «Es especial», insisten en la Federación, donde tambiénsaben que hay que ir despacio. Hace muy poco Julen Guerrero, seleccionador sub’17, lo mandó a casa por un espisodio que no se puede contar. En Las Rozas tienen pocos elementos para medir el impacto de un jugador, pero uno son las redes sociales. Con más de 3,3 millones de seguidores en Instagram (la inmensa mayoría de ellos logrados en el último mes), los responsables de comunicación de Las Rozas comprueban cómo los vídeos que hacen con él, y con el resto de jóvenes, multiplican por mucho la media de sus visualizaciones en Tik Tok (el primero que hicieron con él lleva más de 300.000 reproducciones, y alguno alcanza el millón). Conecta Lamine con un público nuevo que se relaciona por esas vías. Aunque no sólo pasa con él (especialmente llamativo es el tirón de Gavi entre los adolescentes), su llegada es un nuevo impulso. Estos días, en la residencia, se ha pegado a Nico Williams, a Balde y a Gavi, y hace grupito con ellos.
El entorno, su entorno, es lo único que preocupa en el Barça y en la selección. Contrasta eso hoy con la insistencia del padre al Barça, cuando le fichó con seis años, en que le obligaran a estudiar. También con el hecho de que, desde hace un par de años, vive en La Masía, y ya no tiene que hacer el trayecto Mataró-Barcelona en el cercanías de la mano de su padre. La pasada primavera, sonó el teléfono precisamente del padre. Era Guardiola. Quería al chico en el City, pero lo dejaría cedido en el Girona porque, tras el Brexit, los equipos ingleses no pueden fichar menores. Lamine dijo no, y ahora su nombre es el primero en la lista de Deco, al que Laporta le ha puesto como primera obligación blindarle. Jorge Mendes -tras birlárselo a Iván de la Peña- pondrá el precio.