En el inicio de la segunda sesión libre de ayer, cuando el sol aún no se había acostado sobre el horizonte de Yas Marina, un malentendido estuvo a punto de hacer chocar a Lando Norris y Max Verstappen. “¿Qué hace este tipo? Casi me estrello”, exclamó por la radio el líder del Mundial, aún estremecido por el susto en la curva 1. Tras anotar el incidente, los comisarios lo dejaron sin castigo, con su habitual benevolencia de los viernes. Todo un respiro para Gianpiero Lambiase, ingeniero de pista de Mad Max, que no le había avisado de la irrupción del McLaren. Cualquier sanción hubiese resultado letal para el Verstappen, que el domingo necesita remontar 12 puntos si quiere alzar su quinto título.
El dominio de Norris a lo largo del viernes se plasmó tanto en velocidad a una vuelta (1:23.083), donde superó en 36 centésimas a su gran adversario, como en tandas largas. El promedio del británico durante sus nueve vueltas con los neumáticos medios (1:29.269) resultó cuatro décimas mejor que el de Verstappen (1:29.677), que efectuó un relevo más largo, con 15 giros. “Ha ido bastante bien. Estoy bastante contento con el coche, sólo necesitamos ser más rápidos”, comentó el holandés, muy confiado con el criterio de sus mecánicos, casi siempre certeros a la hora de ajustar los reglajes.
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Las cuentas de Norris, Verstappen y Piastri para ser campeones
Oscar Piastri, el otro candidato al título, tuvo que resignarse a la undécima posición, cediendo 68 centésimas con la cabeza. En la sesión matinal, el australiano ni siquiera pudo tomar el volante del MCL-39, reservado para Pato O’Ward. La suma de estos factores inflamó aún más los ánimos en el entorno del australiano, que no ve con buenos ojos la repentina irrupción de las órdenes de equipo.
comisión del Senado
“Si llegamos a la carrera y está bastante claro que uno tiene una oportunidad y el otro no, vamos a hacer todo lo que haga falta para ganar”, adelantó Zak Brown, CEO de McLaren. Un brusco golpe de timón en la escudería de Woking, pese al empeño del estadounidense por negarlo. “No creo que sea un giro de 180º a las papaya rules. Vamos a empezar este fin de semana como los otros 23, dando igualdad de oportunidades a nuestros dos pilotos”, añadió, en los micrófonos de Sky F1.
Piastri, 16 puntos por detrás de su compañero, lleva días filtrando a través de su entorno un presunto trato de favor hacia Norris. Esta teoría de la conspiración se sustenta en lo sucedido el pasado domingo en el GP de Qatar, cuando un calamitoso error estratégico acabó con las opciones de victoria de Piastri. Por asombroso que parezca, el asunto ha traspasado las redes sociales hasta alcanzar la esfera política. De hecho, una comisión del Senado australiano ya ha abordado dicho asunto, convertido en cuestión de estado en el país oceánico.
Aun con sus remotas opciones, Piastri aspira a suceder a Jack Brabham (1959, 1960 y 1966) y Alan Jones (1980), los últimos campeones aussies. Norris, por su parte, sería el undécimo británico en ceñirse la corona, el más sorprendente desde Jenson Button en 2009. A Lando le basta con acabar tercero en la pista donde el año pasado se llevó la victoria. Aunque por encima de cualquier otra contingencia, debe evitar cualquier susto, como aquel absurdo trompo en plena recta con el que festejó su segundo puesto de 2018 en F2, cuando corría para Carlin.
Verstappen, el viernes, durante la segunda sesión libre en Yas Marina.
A Verstappen, por supuesto, no le queda más remedio que vencer y esperar la tercera debacle consecutiva de McLaren. Sería su octava victoria de 2025, una más que Norris y Piastri. En caso de abrochar hoy la pole, octava del curso, también superaría a sus adversarios. Incluso podría quedar por delante de ellos en vueltas lideradas y no conquistar el título. Un hecho anómalo, aunque no insólito, como bien quedó patente en 2016, cuando Lewis Hamilton tuvo que ceder el título a Nico Rosberg, su compañero en Mercedes.
Un rival llamado Antonelli
“Pase lo que pase, creo que este año hemos visto a un Max aún más extraordinario. Gane o no, la magnitud de esta remontada pasará a la historia”, subrayó ayer Laurent Mekies, team principal de Red Bull, en referencia a la desventaja de 104 puntos con la que salió del GP de Holanda, el pasado 31 de agosto. Desde aquel domingo en Zandvoort, Max enlaza nueve podios consecutivos, superando los ocho de McLaren entre Melbourne y Montmeló.
Curiosamente, más allá de la oposición de McLaren, Verstappen ha encontrado otro duro adversario en Andrea Kimi Antonelli. El pasado domingo, Norris sumó dos puntos en Losail con los que ya casi no contaba al aprovechar un error del rookie de Mercedes. A este episodio hay que añadir lo sucedido el pasado junio durante el GP de Austria. Entonces, en la subida a la curva 3 del Red Bull Ring, el italiano embistió al tetracampeón, provocando su único abandono del año.
Supuestamente ajeno a estas contingencias, Verstappen viene dejando imágenes de total tranquilidad y esparciendo detalles rayanos en la indiferencia. La noche del jueves no dudó en fotografiarse, con una amplia sonrisa, junto a Hamilton, su viejo enemigo. Fue en el festivo contexto de la tradicional cena con que los pilotos echan el telón a la temporada. Una cita a la que sólo faltaron Fernando Alonso, Lance Stroll y Nico Hulkenberg.






