La “llamada trampa” de Ancelotti en 2021 y el lío Vinicius-Balón de Oro: “La gente no me votó, eso no cambia lo que pienso”

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Hay récords en el Real Madrid que parecen, o parecían, inalcanzables. Ahí están los 741 partidos de Raúl González o los 450 goles de Cristiano Ronaldo. Cifras extraordinarias. Un techo imposible. A esa altura estaban también las seis Copas de Europa de Paco Gento o los 14 títulos de Miguel Muñoz como entrenador. Ambas son ya historia. A Gento le igualaron Modric, Kroos, Carvajal y Nacho tras la última final de Wembley. Y a Muñoz le superó ayer Carlo Ancelotti, convertido ahora tras la Intercontinental, con 15 trofeos, en el técnico más laureado en la historia del conjunto blanco.

Su cara en el césped después del pitido final, ceja levantada y tímida sonrisa hacia su hijo y primer asistente Davide, es la expresión de un hombre que vive tranquilo en el continuo e inesperado sobresaliente. Porque si Muñoz levantó todos sus títulos en una misma etapa, entre 1960 y 1974, Carletto vio el cielo abierto cuando en una llamada de teléfono con José Ángel Sánchez para pedirle a un jugador para su Everton descubrió que tenía opciones de regresar al Madrid.

«Los días previos a esa llamada nunca pensaba que podía volver. Hice la llamada para ver si podía fichar a algún jugador del Madrid para el Everton, lo tiré ahí… Y efectivamente cayeron en la trampa», bromeó ante la prensa.

La realidad es que el italiano estaba agazapado en el segundo equipo de Liverpool, donde cumplía dos temporadas en la zona media de la Premier. A sus 60 años y tras 20 en la elite, parecía que su carrera iba caminando hacia el ocaso.

Antes, en los dos cursos con el Madrid, entre 2013 y 2015, conquistó la Décima, una Copa del Rey, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes. Parecía suficiente título de blanco como para agrandar su palmarés, pero hubo más.

En su regreso, Ancelotti le ha dado vida a un equipo y a una plantilla en plena reconstrucción. Ha encajado a la columna vertebral veterana con la nueva generación de jóvenes estrellas y ha sumado once títulos en apenas dos temporadas y media. Y aspira este curso a siete trofeos, incluido el nuevo Mundial de Clubes de final de temporada.

«Son muchos títulos, estoy muy feliz. Es un éxito», manifestó en el césped del Lusail. «Si tuviera que quedarme con uno… La Décima fue algo especial para mí y para el Madrid, la verdad. Y después de volver… La Champions de París también fue muy importante».

También fue una noche especial para Vinicius. El brasileño recibió el martes el The Best, galardón que cubre un poco la herida de la derrota en el pasado Balón de Oro, y fue el mejor jugador de la Intercontinental, llevándose a casa, curiosamente, el Balón de Oro, así lo llama la FIFA, del torneo. El delantero asistió a Mbappé en el 1-0 y anotó de penalti el tercer y definitivo gol. Se trata de la quinta final en la que marca tras los dos goles en las finales de Champions en París y Wembley, el Mundial de Clubes de 2022 y la Supercopa de España de 2024, donde anotó tres goles al Barcelona.

«Estoy muy contento con el partido y con el martes, que fue muy especial. Está siendo una semana muy bonita y muy importante para mí y para todos los futbolistas que han jugado conmigo desde niño», explicó Vinicius, que prometió hacer hueco en su casa para más trofeos: «Si no tengo huecos, debo reservar para más», bromeó.

El brasileño reflexionó sobre la polémica alrededor del último Balón de Oro y su ausencia en la gala de París: «Vivo tranquilo desde que puedo dar a mi familia más comida y agua cada día. La gente no quiso votar por mí y eso no va a cambiar lo que pienso y lo que mis compañeros me dicen cada día. Estoy aquí para jugar por ellos y para hacer todo lo mejor para la camiseta más grande del mundo», terminó, saliendo ovacionado de Lusail.

kpd