Un tribunal de Rio de Janeiro ordenó este jueves la destitución del presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ednaldo Rodrigues, al estimar que el acuerdo que lo ratificó en el cargo es nulo debido a un problema de firma.
“Declaro nulo el acuerdo firmado entre las partes”, indicó el magistrado en la sentencia obtenida por la AFP. Y por lo tanto “determino que se aparte al actual equipo de dirección de la CBF”, agrega el documento.
La decisión judicial ocurre la misma semana en que la CBF anunció la inminente llegada del italiano Carlo Ancelotti, aún técnico del Real Madrid, al frente de la Seleção.
Pero la buena nueva de la contratación del laureado técnico, que asumirá el puesto el 26 de mayo, llega en un periodo de turbulencias en el seno del órgano rector del fútbol brasileño.
Aunque fue reelecto en marzo por unanimidad a la cabeza de la CBF para el periodo 2026-2030, Rodrigues ya había sido suspendido temporalmente del cargo a finales de 2023, luego de que la justicia anulara las elecciones que lo llevaron a la presidencia. Solamente las presiones de la FIFA y la Conmebol que amagaron con sancionar deportivamente a Brasil consiguieron reponerlo.
Pero en el último episodio, el tribunal de Rio estimó este jueves que el acuerdo que ratificó todo ese proceso es nulo. La sentencia estima que uno de los firmantes del acuerdo, el expresidente de la CBF Antonio Carlos Nunes de Lima, se encontraba en “incapacidad mental de rubricar el documento” por lo que hay indicios de una “posible falsificación”.
Consultado por periodistas el jueves sobre si estaba seguro de la autenticidad de la firma, Rodrigues dijo tener “certeza absoluta”.
“El Coronel Nunes firmó con total convicción”, respondió en Asunción, al margen del Congreso anual de la FIFA y antes de que se diera a conocer la sentencia.
La Canarinha enfrenta en junio dos juegos importantes de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2026, contra Ecuador y Paraguay.
Pasaron los minutos, uno, dos, cinco, 10, 30 minutos, y Paula Badosa seguía sentada en el suelo del gimnasio de jugadores del Melbourne Park, con su raquetero rojo Wilson por allí tirado, de espaldas a las pantallas. Al llegar, su cara era un poema y sólo su entrenador y amigo de toda la vida, Pol Toledo, se atrevió a acercarse para animarla y, sobre todo, para acompañarla. Después fue soltándose en la conversación, recordando los puntos claves de su derrota, liberando la amargura. Y finalmente, cuando llegó su rival y gran amiga, Aryna Sabalenka, recuperó la sonrisa e incluso se entregó a la broma. ¿Qué le iba a hacer?
Acababa de perder por 6-4 y 6-2 en sus primeras semifinales del Grand Slam, pero apenas podía reprocharse nada. Sabalenka fue muy superior. Su condena y su consuelo. Al llegar al vestuario, la bielorrusa la abrazó, le recordó que perdió tres semifinales grandes antes de jugar su primera final de un Grand Slam en el Open de Australia de 2023 y aceptó su lamento. «Le he dicho que era injusto que jugara a ese nivel precisamente ante mí, que era como si estuviera jugando a la Play», reveló la española, y no le faltaba razón.
Ante ella, Sabalenka fue más Sabalenka que nunca, más Sabalenka si cabe. Más allá de los dos primeros juegos, cuando cometió hasta cinco errores no forzados, y permitió a Badosa colocarse con 2-0 y 40-0 a favor, fue un vendaval, puro espectáculo. «No tengo mucho que decir. El nivel de Aryna ha sido impresionante, jugó como la número uno que es y no pude hacer mucho más para ganarla. Todo lo que tocaba se convertía en oro. Diría que ha sido su mejor partido de los últimos meses», analizaba Badosa, que al menos se llevó una promesa.
La amistad no se toca
Desde que se enfrentaron por primera vez, hace cuatro años en Cincinnati, las dos rivales han alimentado una amistad que en los últimos tiempos se ha vuelto más intensa. Residentes ambas en Dubai, suelen compartir los domingos, único día sin entrenamientos, y así lo muestran en redes sociales con el hashtag Sabadosa. Por eso al acabar el partido en Melbourne, Sabalenka no dudó en prometer que el próximo día que vayan de compras juntas por el emirato le regalaría a Badosa «lo que quiera» y ésta aceptó el presente: «Le pediré algo caro, sin duda. Han doblado el prize money [ganará 1,1 millones de euros como finalista y 2,1 millones si se lleva el torneo] así que no tendrá problemas para pagarlo».
SAEED KHANAFP
«La semana que viene volveré a estar en el top10 del ranking WTA y en los últimos meses soy una de las cinco jugadoras que más partidos ha ganado. Para mí eso es una locura, una mejora muy loca, sobre todo mental. Estoy muy orgullosa de haberme enfrentado a un desafío así y haberlo superado», confesaba Badosa sobre su resurrección, del número 140 de la lista mundial al número 10, donde aparecerá el próximo lunes. Su cambio ha sido físico, evidentemente, olvidada ya su fractura de estrés en la espalda, pero sobre todo psicológico.
En Melbourne se ha visto la versión más madura de la española, incluso en los malos momentos, como fue la semifinal de ayer. Pese a la ferocidad de su adversaria, nunca le giró la espalda al partido, siempre entera, no se desesperó en ningún momento. Si acaso, ya en los últimos juegos, soltó una carcajada después de un winner de Sabalenka que el público de la Rod Laver respondió con complicidad. «Le doy a mi torneo un nueve de nota. Un 10 ya sabéis qué hubiera sido, ganar el título, pero ha sido un nueve» aseguró Badosa.
Ahora, México y Estados Unidos
Ahora, después de un descanso, viajará a Norteamérica para disputar el WTA 500 de Mérida, en México -ya está confirmada- ,y los WTA 1000 de Miami e Indian Wells y luego será candidata a todo en la gira de tierra batida que acabará en Roland Garros. Después de vencer a Coco Gauff en cuartos del Open de Australia, sólo Sabalenka parece inalcanzable, más después de la derrota de Iga Swiatek en la otra semifinal ante Madison Keys por 5-7, 6-1 y 7-6(8).
«Es el paso que me queda por dar. Para vencer a Aryna tengo que sacar la mejor versión de mí en todo momento, jugar el mejor partido de mi vida. Con ella recibes golpes ganadores todo el rato, no te da tiempo a pararte y pensar. Te exige muchísimo», concluyó Badosa antes de marcharse orgullosa del Melbourne Park después del que ha sido el mejor torneo de su vida.
La exitosa temporada del primer equipo de fútbol del Barça, con un juego que ha vuelto a despertar la admiración de propios y extraños, tres títulos más en sus vitrinas (Liga, Copa del Rey y Supercopa de España) y una superioridad casi aplastante en los duelos directos con el eterno rival, el Real Madrid, ha sido deslumbrante. Hasta tal punto, que la luz arrojada desde el césped ha acabado por ocultar una serie de sombras del todo innegables en el que es ya el quinto año de este tercer mandato de Joan Laporta.
El 2020-21, con las elecciones a mitad de temporada, ya contó como el primero, por lo que le queda solo uno para convocar de nuevo los comicios. Algo que, según ha señalado el dirigente, no se producirá hasta el verano del año que viene. Nuevos vaivenes en el apartado económico, las inscripciones con polémica de Dani Olmo y Pau Víctor, los serios movimientos de la oposición para pedir su dimisión o los aún largos tentáculos del caso Negreira serían las más destacadas de esas sombras que se mantienen más allá de los estupendos éxitos deportivos.
Laporta, a pesar de todo, sale reforzado de un curso que ha sido toda una montaña rusa desde el punto de vista institucional. La remodelación del Spotify Camp Nou, la nueva gran joya de la corona que desea dejar como parte de su legado, por ejemplo, ha acabado por alargarse más de lo esperado. Por mucho que la voluntad fuera inicialmente regresar a casa a finales del año pasado o principios del presente, finalmente se ha optado por retrasar el retorno, en principio, hasta septiembre. El regreso, eso sí, de momento, y hasta el verano de 2026 al menos, se producirá con la tercera grada pendiente de terminar y con algunas incomodidades por las obras.
La venta, precisamente, de varias localidades VIP del estadio, una nueva palanca activada tanto para inscribir definitivamente a Dani Olmo y Pau Víctor tras la firma del nuevo contrato millonario con Nike como para asegurarse el 1-1 en el fair play financiero también se ha visto rodeada de suspicacias. Sobre todo, desde LaLiga, con Javier Tebas a la cabeza. El CSD tuvo que intervenir para que los dos únicos fichajes del verano pasado pudieran seguir formando parte de los planes de Hansi Flick. Ese triunfo en los despachos, conocido durante la Supercopa de España en Arabia Saudí, llegó a provocar una airadísima reacción de Laporta fuera de sí (cortes de mangas e insultos) que vio también cómo la oposición se alineaba para reclamarle que dimitiera y convocara nuevas elecciones. Ahora, con los triunfos en la mano, podría hacerlo, pero ya ha adelantado que eso no entra en sus planes.
Las elecciones, la renovación de Flick...
«Convocar las elecciones antes sería ventajista, y no lo soy, siempre he cumplido mis mandatos en la medida que me han dejado. Las convocaré cuando corresponda, según los estatutos», recalcó en declaraciones a RAC1 un Laporta que sí tiene decidido presentarse a la reelección. «El club está mejor organizado viendo de dónde venimos y hacia dónde vamos. Me da fuerza y me hace estar convencido de que hacemos bien las cosas, en gran medida, estamos acertando. Me gustaría presentarme a las próximas elecciones, creo que estamos haciendo un buen trabajo y merecemos continuidad», agregó el máximo dirigente azulgrana, quien confirmó además la ampliación de contrato de Hansi Flick por una temporada más, hasta el 30 de junio de 2027, y cargó contra lo que él considera casi como una persecución en lo extra deportivo, tanto en el caso de las inscripciones de Olmo y Víctor como por la instrucción de un caso Negreira que parece estar eternizándose.
«Con todo este tema de la corrupción deportiva no se aclaran. Se ha extendido el sumario porque han querido estirar el chicle y no tienen nada que hacer, porque la postura del Barça es la que se está imponiendo y estoy convencido que acabaremos ganando y siendo absueltos. No se saldrán con la suya porque esta campaña de desprestigio institucional como otras campañas similares hacen que aún sea mejor y tenga más mérito ganando los tres títulos», sentenció.
Honrado, presionado y agotador triunfo del Madrid ante un Alavés, que para meter un gol, la portería debería ensancharse hasta los quince metros. El equipo blanco flotó como un corcho, que lo manejaba un Camavinga celestial, impresionante. Quizá en el mejor partido que ha jugado en el Real Madrid desde que llegó. Encima fue el héroe del único tanto del partido.
Ya me entra la risa cuando un prevaricador "negreiro" como Soto Grado ensuciaba la honestidad, la justicia y el fútbol. Dejaba maniobrar a sus anchas patadas constantes de un Alavés super- leñador, como corresponde al estilo de su entrenador argentino Coudet, exageradamente y degradante "canchero", como ellos se manifiestan.
A la cincuentena de faltas, ya dejé de contarlas. Más menos sólo el 25% las pitó a favor de su "enemigo" Real Madrid. Ademas de patética, la corrupción de los árbitros ya huele mal. Infantino, lo sabe, cuidado.
Cansado de recibir patadas, Mbappé perdió los nervios y se auto expulsó ante el jugador que le había molido a palos. La expulsión metió el partido en un engorroso encharcamiento de barro, violencia y falta de ideas y juego. El Madrid salió a flote, porque otro "vengador" se cargó a Vinicius y se igualaron las fuerzas.
En fin, que el Madrid salió con vida de ese campus de guerra que fue Vitoria, incluso con minas, planeado por un sospechoso Coudet, que huele definitivamente a equipo de Segunda. Tiene la opinión ridícula de que si se gana al Madrid la salvación estaba ganada.
Me indigna mucho una Primera División de veinte equipos, de los que sobran, al menos, diez. Cuánto echo de menos aquellas Ligas con sólo 16, que mejoraban el nivel técnico de un campeonato espantoso de Tebas.