Los clubes, “muy duros” con Laporta y con el Barça. El presidente culé “no pidió perdón” y no mencionó al Madrid en su discurso de 20 minutos.
Cuatro horas y 25 minutos. Ése fue el tiempo que pasó Joan Laporta en la sede de La Liga, en la calle Torrelaguna número 60 de Madrid. Llegó a las 10:30 de la mañana y se fue a las 14:55. Allí, en la cuarta planta del edificio, le esperaban los representantes de los otros 41 clubes del fútbol profesional español. Todos molestos con él y con el Barcelona por los pagos realizados durante varias décadas al número 2 de los árbitros, José María Enríquez Negreira. Todos «inquietos» por «el golpe a la reputación del fútbol español», como mascullaban en la previa de una Asamblea Extraordinaria urgente y de máxima tensión.
Pero antes, durante unos segundos, la hostilidad dejó paso a la cordialidad. Como el saludo protocolario de dos equipos antes del pitido inicial de un partido a vida o muerte. Tebas y Laporta, enfrentados durante semanas a través de sus declaraciones en los medios en las que se pidieron mutuamente la dimisión, se encontraron, felices y sonriendo, momentos antes del comienzo de la Asamblea. El presidente culé también se cruzó con José Ángel Sánchez, director general del Madrid y representante del club blanco en la reunión una vez confirmada la ausencia de Florentino Pérez. De nuevo, alguna sonrisa y varias palabras, olvidando por un instante la personación del Madrid como acusación particular en el ‘Caso Negreira‘, los ataques de Laporta a los de Chamartín en relación a la dictadura franquista y la frialdad que reina en el puente aéreo desde entonces. Los representantes de Barça y Madrid se sentaron muy cerca, casi pegados, con la única presencia de Mao Ye, CEO del Espanyol, entre ellos.
Pero una vez apagadas las cámaras y cerrada la puerta de la sala de reuniones de la cuarta planta, los cuchillos comenzaron a volar. Los clubes no pidieron la dimisión de Laporta pero fueron «muy duros» con él y con el Barça, según fuentes consultadas por este periódico, y Laporta, en un turno de palabra que duró 20 minutos, «no pidió perdón», un detalle que «extrañó» a algunos mandatarios. En su lugar, resumió lo que había explicado durante la extensa rueda de prensa del lunes y «no convenció a nadie», murmuraron algunos directivos de vuelta a casa.
El alegato de Gil Marín
El más activo fue Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del Atlético y vicepresidente primero de La Liga, que, según pudo saber EL MUNDO, reprochó a Laporta haber dicho que todos los clubes hacen pagos a los árbitros: «Eso nos encendió porque no lo hace todo el mundo. Esta no es una guerra de Tebas contra el Barça sino de los clubes. Si no se aclara, el que sufre es el fútbol», le dijo al catalán. En su alocución, la más larga de todos los representantes, Gil Marín le reconoció a Laporta las dudas de todos los clubes por los pagos a Negreira. «No se comprende, 400.000 euros al año por un servicio que no se entiende», y le pidió al presidente que no llevara este asunto al terreno personal: «Entiende que esto no es un tema personal, sino del colectivo, porque tenemos dudas muy razonables».
El del rojiblanco «no fue el único reproche, hubo varios» a Laporta, al que cuestionaron más de diez representantes, tanto de Primera como de Segunda División, y al que LaLiga avisó que había pedido a la Fiscalía que investigara también al hijo de Enríquez Negreira, Javier Enríquez Romero, autor de los informes.
Sin cruces con el Madrid
El presidente del Barcelona giró su explicación en que compraron «unos servicios de asesoría sin intención de influir en el aspecto arbitral», y evitó durante todo su discurso cualquier mención al Madrid. Ni el azulgrana citó a los blancos ni los blancos, con José Ángel Sánchez como representante, intercalaron respuesta tras el discurso culé. No hubo presión madridista a Laporta, concretando una paz temporal que en Valdebebas entienden por la personación del club en el procedimiento penal. «No era el lugar», insisten desde Chamartín.
La única intervención del Madrid fue para aclarar las intenciones de la Liga con las competencias arbitrales. El conjunto blanco quiso saber si la organización de Tebas quería cambiar el sistema arbitral para hacerse cargo de los colegiados, algo sobre lo que el Madrid estaría totalmente en contra, pero el presidente de La Liga le explicó la situación, y según testigos, Sánchez «no tenía nada más que objetar».
«La idea es un modelo como el del fútbol inglés o el alemán, con un organismo autónomo que se autogestione», aseguró Tebas ante la prensa, en una información que ya había adelantado este periódico. En la Asamblea, «una amplia mayoría» de los clubes votó a favor de trabajar en un sistema así, confesó el presidente, aunque los votos de las 19 encuestas que realizó La Liga durante la Asamblea son privados.