La etapa reina del Giro descuelga a Almeida y deja la maglia rosa para el duelo Thomas- Roglic

La etapa reina del Giro descuelga a Almeida y deja la maglia rosa para el duelo Thomas- Roglic

Giro de Italia

Actualizado

Tras una etapa de 183 kilómetros y más de cinco puertos, parece que la general se la jugarán entre el británico del Ineos y el esloveno del Jumbo-Visma.

Primoz Roglic con Geraint Thomas a su rueda.LUCA BETTINIAFP

Como estaba previsto, como estaba cantado, la etapa reina deparó un mini-maxi desenlace tras un recorrido de infinito desgaste. Mini en la distancia y máxima en las consecuencias. Mini porque los tres primeros siguen en un pañuelo. Maxi porque entre ellos, tan igualados, unos pocos segundos se antojan una diferencia enorme.

Mini porque la general, aún provisional hasta la contrarreloj sabatina, se jugó en el último kilómetro y medio de los 183 de los que constaba un recorrido con cinco puertos, cinco verdugos verdes de césped, blancos de nieve. Tres de ellos de primera categoría con las terribles Tres Cimas del Lavaredo en el penúltimo aliento, aún con vida, pero casi un estertor de los hombres, de los héroes. Maxi porque Joao Almeida parece eliminado de una lucha tripartita que ya sólo incumbe al dúo Geraint Thomas-Primoz Roglic.

En un kilómetro y medio, metro más, metro menos, cupo un mundo. Bueno, dos. El primero concernía a Derek Gee y Santiago Buitrago, por el triunfo de etapa. El segundo atañía a Thomas, Roglic y Almeida en la lucha por la general. El canadiense, el hombre más combativo de la carrera, de la que se irá sin un triunfo parcial, y el colombiano eran los últimos supervivientes de una larga escapada de 15 hombres. A falta de ese kilómetro y medio para ellos (aún no para el pelotón de ilustres, que se iba desflecando por momentos), Buitrago alcanzó a un agonizante Gee. Luego lo remató.

Ya habían llegado ambos a la meta, el canadiense del Israel a 51 segundos del bogotano del Bahrein, cuando, a los 1.300 metros de la llegada del mini (por número)-maxi (por calidad) grupo de elegidos, demarró Almeida. Parecía firme. Lo atraparon. Atacó Roglic. Se le pegó Thomas. Almeida sufría y se quedaba. Parecía sentenciado. Pero se reenganchó. No había dicho su última palabra.

Pero sí la había dicho entre jadeos. Voló entonces Thomas y se retrasó Roglic. La suerte estaba echada. ¿Echada? Allí no había nada definitivo, porque esloveno contraatacó y tuvo arrestos y fuerza para distanciarle en tres segundos. Hizo cuarto a 1:46 de Buitrago, el mismo tiempo que Magnus Cort, tercero, también superviviente de la escapada inicial. Thomas fue quinto a 1:49. Almeida, sexto a 2:09.

La contrarreloj de Monte Lussari, siete kms. casi horizontales y ocho decididamente verticales, disparará la última bala. Roglic está a 26 segundos del Thomas rosado. Almeida, a 59. Lejos. Además, no es tan buen especialista como ellos y ha flojeado dos días seguidos. Thomas o Roglic. Se admiten apuestas.

kpd