Sevilla 1 – Arsenal 2 / Benfica 0 – Real 1
El brasileño asistió a Martinelli y marcó para cerrar la victoria del Arsenal. Brais Mendez dio los tres puntos a los donostiarras ante el Benfica que les colocan líderes junto al Inter.
El Sevilla sigue siendo una sombra, encerrado en su tragedia y penando en Europa, su territorio, por los males que arrastra también en la Liga. La Champions, una competición que le es arisca, le vuelve a cerrar el paso de un portazo. Ni una victoria ha logrado en los tres partidos disputados y pretender hacerlo ante el Arsenal se antojaba una proeza que acabó con un 1-2 en el marcador.
La necesidad hace aflorar los miedos y el Sevilla, aunque pareciera igual de ansioso que el Arsenal, se jugaba más. Mucho más. Los ingleses necesitaban tres puntos que borraran la única mancha que lucen esta temporada. Los sevillistas recuperar la fe en su fútbol, liquido e inconstante. No acaba el equipo de sacudirse los demonios y enderezar un camino que sin recurrir a continuos exorcismos en el banquillo que siembran más dudas que certezas aportan. Ante Arteta, Diego Alonso impuso la resistencia y el orden a un equipo voluntarioso que vivió en el espejismo de un partido equilibrado hasta que Gabriel Jesus se adaptó al césped del Sánchez Pizjuán. Dos jugadas del brasileño le bastaron al Arsenal para ponerse por delante y despertar al Sevilla.
Había avisado Martinelli en el arranque en un mano a mano que ganó Nyland, pero no estaban cómodos los gunners. Le costaba acelerar su fútbol, que aparecieran Odegaard o la revolución de Saka, que tardó 28 minutos en lanzar su primera cabalgada. En ese escenario, creció el respeto. El Sevilla se sostenía e iba sacudiéndose responsabilidad amasando la pelota, esperando el desajuste de los ingleses. Lo encontró en el minuto 46 cuando Ramos se asoció con Ocampos pegado a la cal para que filtrara al corazón del área un balón que En-Nesyri, solo ante David Raya, golpeó ajustado al poste. Se engrasaban los locales pero, de un ataque alocado, nació el primer varapalo.
Cazó Gabriel Jesus el rechazo de su defensa, lo acunó con un control de espaldas que le libró de dos rivales y lanzó a Martinelli contra Nyland. Era imposible que la maravilla de contra que inventaron los dos cariocas no pusiera en ventaja a los gunners cuando enfilaban el vestuario.
A la desesperada y sin premio
Al regreso volvió a aparecer Gabriel Jesus para condenar al Sevilla. Desde la banda donde le encontró Declan Rice se fue cocinando el gol conforme se adentraba en el área para cruzar un disparo imposible. Dos latigazos habían servido al Arsenal para resolver el partido y devolver el orden al grupo con su liderato.
No contaba con que su rival nunca se rinde y el Pizjuán, engalanado, tampoco. Sin tiempo a que escociera la segunda herida, el saque de esquina lo botó Rakitic, pero al fondo de la portería de Raya lo envió Gudelj con la energía de todo el estadio. Se acercaba el Sevilla en el marcador y Diego Alonso buscó la electricidad de Mariano, que estrelló un remate en el travesaño, tras ayudarse a acomodar con la mano, y buscó con ansiedad un testarazo en competencia con En-Nesyri. Raya se sumó a la emoción con un arriesgado despeje de puños a centro e Juanlu. A la desesperada, el Sevilla no tuvo premio. Esta vez no. Con dos empates y dos derrotas, su continuidad en la Champions se antoja un milagro.
La Real encarrila su clasificación
Quien sigue asombrando a Europa es la Real Sociedad. No se arruga el equipo de Imanol Alguacil ni aunque tenga enfrente a un rival con pedigrí en la Champions.
Dominó al Benfica en el estadio Da Luz bajo el mando de Take Kubo y lo sentenció con un gol de Brais Méndez tras una jugada por banda de Barrenetxea. La victoria coloca a los donostiarras a un paso octavos, liderando su grupo con siete puntos junto al Inter de Milán.