GP de Abu Dhabi
Verstappen culmina su histórica temporada con la decimonovena victoria, por delante de Leclerc y Pérez, sancionado con cinco segundos.
La cuarta victoria en el GP de Abu Dhabi fue también la decimonovena de 2023 para Max Verstappen, que clausuró el Mundial con una racha de siete triunfos seguidos, último coletazo de esta temporada para la historia. Sin oposición real por parte de Charles Leclerc, segundo en la meta tras la sanción de cinco segundos a Sergio Pérez, el tricampeón impuso la supremacía de su RB19, el coche más dominante jamás diseñado. Ha sumado 575 puntos, más del doble que su compañero en Red Bull y ha liderado durante 1.004 vueltas, un hito sin precedentes en el Gran Circo. Con 54 victorias, una más que Sebastian Vettel, cuenta con razonables pretensiones de abordar, a medio plazo, las 91 de Michael Schumacher.
La enumeración de estas cifras reduce los quehaceres de los mortales a mera calderilla. Sin embargo, que nadie pase por alto la cuarta plaza de Fernando Alonso en el Mundial, justo por detrás de Lewis Hamilton. El asturiano, séptimo en Abu Dhabi, igualó a 206 puntos con Leclerc, beneficiándose del tercer factor de desempate. Mucho más amargo resultó el domingo de Carlos Sainz, derrotado en todas las batallas. Superado por su compañero en el balance anual, séptimo en la tabla, su cierre en Yas Marina fue un quiero y no puedo de 58 vueltas. A la desesperada, en busca de un milagro en forma de safety car, el madrileño ni ni siquiera pudo cruzar la bandera a cuadros. Y Ferrari no pudo descontar los cuatro puntos ante Mercedes, segundo en el campeonato de constructores.
Por primera vez desde 1952, ningún piloto británico subió a lo más alto del podio. Un dato frustrante para Lewis Hamilton, George Russell y Lando Norris, desvalidos ante Verstappen, que echó la persiana a 2023 con 18 segundos de margen en la meta. Sin un ápice de genuina emoción, la última carrera del año puso de manifiesto la primacía de Red Bull. Pérez, que partía noveno en la parrilla, subió al podio pese a una penalización por un contacto con Norris en la curva 5, que además le hizo obtener ventaja por fuera de la línea.
Precauciones desde el inicio
Desde el inicio, para qué engañarnos, la carrera quedó empañada por las precauciones. Con el aire sucio, nadie podía cortar a nadie. De los nombres ilustres, sólo Sainz y Lance Stroll habían colocado neumáticos duros, mientras el resto se ocupaba, escrupulosamente, de cuidar los medios. Por tanto, la fila india se estiraba desde cabeza hasta la cola.
McLaren calculaba un amplio botín de puntos, por lo que Oscar Piastri ni se molestó en defender su tercera plaza ante Norris. No andaba fino al australiano, con un par de fallos en la curva 6, ante Russell y Alonso. Y aún menos sus mecánicos, autores de un pit-stop de cinco segundos que comprometía prematuramente las opciones de podio del británico. En la parte baja, Daniel Ricciardo sufrió un sobrecalentamiento de frenos, mientras Haas tiró los dados, antes que nadie, con Kevin Magnussen.
Había que comprobar cómo funcionaba el undercut y en la decimotercera vuelta, Aston Martin jugó esa baza con Alonso. De inmediato, todo el paddock supo que esa estrategia era la buena, por lo que en el decimoséptimo giro, los favoritos al podio pasaron a cambiar sus gomas. Verstappen, un giro antes que Leclerc, consciente de las ambiciones del monegasco. Unos minutos de gloria para Yuki Tsunoda, líder de la carrera como homenaje a Franz Tost, su jefe en Alpha Tauri, que se despedía de los circuitos después de 44 años.
Sin mayores sobresaltos por delante, Alonso se centró en la defensa de su séptima posición. A bordo de un AMR-23 sin velocidad punta, pudo quitarse de encima a Valtteri Bottas, aunque tuvo que abrir paso a Sergio Pérez, tan sorprendido de su superioridad que casi provoca un accidente. “Con mucho, este es el coche más lento en las rectas”, lamentó el asturiano por la radio.
Sin naves que quemar
Sin más donde aferrarse, aún dispuso de una oportunidad para recrudecer su pulso ante Hamilton. Nada más volver del segundo pit-stop, camino de la curva 5, el líder de Aston Martin obstaculizó al Mercedes. Como el heptacampeón denunció un brake test, los comisarios tomaron buena nota, aunque finalmente dejaron el agua correr.
Más comprometida aún se antojaba la situación de Sainz, esclavo de la estrategia de Ferrari. Tras 23 vueltas con el duro, volvieron a colocarle el mismo compuesto, a la espera de un último relevo con el blando. Aunque rodaba a buen ritmo, hubo de sudar para sacarse de encima a Nico Hulkenberg, antes de abordar a Esteban Ocon. Con Leclerc segundo, debía alcanzar un séptimo para acabar el Mundial por delante de su compañero. Y eso era demasiado.
Sin embargo, las preocupaciones de Fred Vasseur pasaban por la lucha con Mercedes, a quien tenían que recuperar cuatro puntos. Si no mediaba una carambola en forma de safety car, su única baza era el monegasco, beneficiado por el tapón de Stroll ante Norris. La mala noticia era que Russell rodaba en posición de podio. Sin más naves que quemar, Sainz esperó a la última vuelta para el ineludible paso por boxes. Con todo perdido, ni siquiera le mandaron ya de regreso al asfalto.