El viaje del poeta ‘Bambi’ Musiala, la esperanza alemana: textos, ajedrez y karate en Londres antes del Brexit

Actualizado

«¡Bambi! ¡Bambi!».Leroy Sané es el hermano mayor de Jamal Musiala en la selección alemana. Los dos juegan en el Bayern y los dos pasaron parte de su juventud en Inglaterra. Les une la vuelta a casa, al hogar. Por eso, por su cara de niño, su cuerpo fino y, dice, «su sensibilidad», Sané llama Bambi a Musiala desde hace años. En los pasillos del Allianz Arena de Múnich, después del partido inaugural en el que Bambi marcó un gol y fue nombrado MVP, se lo volvió a llamar. Ese niño de 21 años que nació en Stuttgart, donde juega esta tarde, y creció en Inglaterra junto a Bellingham es ahora la ilusión de Alemania. A su espalda, de padre nigeriano y madre de ascendenciapolaca, una vida de viajes, fútbol, karate, ajedrez y poesía.

Para saber más

Para saber más

Para entender la calidad del crío Jamal basta con leer una publicación deFacebook que escribió un entrenador del Southampton cuando le conoció, en 2011. La familia se acababa de mudar de Alemania a Inglaterra porque a su madre, de la que lleva el apellido, le dieron una beca de cuatro meses en la Universidad de Southampton. Jamal tenía siete años y ya era conocido en su pueblo germano por su talento futbolístico.

Nada más llegar, los padres supieron que debían apuntar al niño a algún equipo. Hicieron varias llamadas, sin suerte, y se presentaron directamente en el estadio del Southampton, donde coincidieron con Rosh Bhatti, un técnico del club. Durante esos cuatro meses Musiala estuvo jugando en varios equipos, hasta que la beca de su madre terminó y tuvo que volver a Alemania por poco tiempo. A su madre le salió trabajo en Londres y la familia regresó al Reino Unido de forma permanente. Sobre la mesa de los padres, tres clubes: Southampton, Chelsea y Arsenal. «El Southampton está intentando fichar a un jugador que tiene mucho talento, tiene siete años pero estoy convencido de que será jugador profesional. Si quisiérais hablarle del equipo y evitar que se fuera a otro club, ¿qué le dirías a él y a su familia?», preguntaba en Facebook Bhatti.

El poema de Musiala

La intención era buena pero las respuestas no sirvieron, porque la familia terminó eligiendo al Chelsea por la cercanía con el trabajo de su madre. Ahí creció Jamal, que en el colegio se apuntó al club deajedrez, iba a clases de karate y ganó el concurso de poesía de la escuela gracias a un poema en el que narraba su primer día en la ciudad deportiva del Chelsea. «Estoy sentado en el coche. Miro por la ventanilla. Fuera hace frío, es invierno. Pero estoy sudando. Estoy nervioso. No sé qué va a pasar. De repente, el coche se para. Cierro los ojos. Respiro hondo. Ya no estoy nervioso. Estoy contento. Sé lo que tengo que hacer. Mi padre abre la puerta y me dice: ‘¡Buena suerte en tu primera prueba para uno de los mejores clubes de la Premier League!’», decía el texto.

Su excelente nivel en el Chelsea le llevó hasta las inferiores de Inglaterra, con las que eligió jugar por la facilidad para disputar torneos internacionales y porque tras haber llegado con siete años al país, lo sentía como suyo. Ahí hizo pareja futbolística y amistad con Bellingham, compañero de generación. Jude, con el número 8 y Jamal con el 10. «Le quiero mucho. Es uno de mis mejores amigos en el mundo del fútbol», ha dicho Bellingham, que recibió un vídeo de Musiala cuando el inglés ganó el Trofeo Kopa: «Estuvimos tres años juntos en la selección, fue increíble».

El Brexit y su vuelta a Alemania

Pero ese camino juntos se rompió por la decisión de Musiala de representar a Alemania… Y por el Brexit. Jugó con Inglaterra en sub’15, sub’16, sub’17 y sub’21 e incluso capitaneó a los británicos contra Alemania en 2019, tenía amigos ahí y sentía Inglaterra como su «casa», pero terminó volviendo al país en el que nació. La implantación del Brexit y la situación de sus padres, alemana y nigeriano, «afectó», insisten hoy los periodistas alemanes.

Su madre dejó el trabajo y en 2019 volvieron a Alemania, donde el Bayern le cazó. Tenía 16 años. Unos meses más tarde, Hansi Flick le hizo debutar, con gol, en la Bundesliga ante el Leipzig de Nagelsmann, ahora seleccionador, y de Gulacsi, portero de Hungría al que se enfrenta hoy. Es el viaje de Jamal.

kpd