‘Alfie’, ex jugador del Manchester City, tuvo que ser desalojado de su zona junto a familia y amigos del futbolista noruego.
No fue la mejor noche para los Haaland en el Santiago Bernabéu. La primera aparición de Erling, el hijo menor de la familia, en el campo del Real Madrid se saldó con empate en el césped y polémica en la grada.
La seguridad del estadio tuvo que intervenir en el palco de la familia y amigos del futbolista noruego. Según varios testigos, desde la zona VIP de los nórdicos tiraron bebida y comida a la grada madridista, desde la que se realizaron cánticos contra ellos.
El protagonismo se lo llevó Alf-Inge, ‘Alfie’, padre de Erling y exjugador del Manchester City. El noruego, que es una de las personas clave en la carrera profesional de su hijo y fue uno de los grandes culpables de la decisión de fichar por el conjunto del Etihad, realizó varios cortes de manga a la grada del Madrid y se encaró con la afición antes de que la seguridad apareciera.
La familia Haaland no fue expulsada del estadio, sino que fue “reubicada“, asegura el Madrid, en otro de los palcos VIP del estadio.
Se trata de un hecho interesante teniendo en cuenta que el propio Alfie se reunió en su momento con la dirección técnica del Madrid para estudiar la posibilidad de fichar por el conjunto blanco.
El 26 de octubre del año pasado, el Barcelona tomaba el Bernabéu sin miramientos (0-4). Era el primero de los cuatro clásicos que iba a perder el Real Madrid ante el equipo de Hansi Flick durante el curso. Pero Carlo Ancelotti, que conoce muy bien a Florentino Pérez, supo que sería imposible levantar ese 0-4. A medio camino entre el conocimiento y la intuición, el italiano dio por finiquitada su estancia en el club a partir de junio y volvió a abrirle la puerta a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), que durante la temporada pasada ya había intentado ficharle (su último contacto había sido un año antes, en diciembre de 2023). Ese es el punto de partida de un fichaje que se ha ido cocinando durante estos meses hasta que, en las horas previas al partido de vuelta de aquel 0-4, resuelto el pasado domingo con otra victoria azulgrana (4-3), Ancelotti devolvió a Brasil el contrato firmado para el próximo año.
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En todo este tiempo, tanto Florentino como José Ángel Sánchez han contado con información directa del italiano, que a su vez sabía de los contactos que el club había iniciado con Xabi Alonso ya a finales del año pasado. La relación entre ambas partes, en ese sentido, ha sido razonablemente honesta. El presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues, encomendó la operación a un empresario brasileño, Diego Fernandes, que siempre ha ido de la mano con un agente español, Álvaro Costa, un tipo con buenos contactos en Brasil. Ellos, junto a dos personas muy cercanas al técnico, son quienes han llevado el peso de las negociaciones. Las imágenes de Diego Fernandes en el partido contra el Arsenal e incluso en la final de la Copa del Rey (donde una agencia ofrecía a los fotógrafos 300 euros por una imagen suya en la grada) iban dando fe de que las conversaciones avanzaban.
Fueron varias reuniones repartidas en almuerzos y cenas. Casi todas en Madrid. En una de ellas, Carlo Ancelotti, revisando las condiciones, arqueó, todavía más, la ceja. "¿Por qué un coche blindado?", preguntó. Sus interlocutores le explicaron como algo habitual en Río de Janeiro que las personalidades viajen siempre en un coche con esas características (la inseguridad es uno de los principales problemas de la ciudad, que siempre aparece en los listados de las más peligrosas del mundo). Porque Ancelotti va a vivir en Río de Janeiro, en la exclusiva zona de Leblon, a poca distancia de la sede de la CBF en Barra de Tijuca, al contrario de lo que haría su hijo Davide, que si no coge un equipo de las múltiples propuestas que tiene (Rangers, Leipzig, Como, etc...) seguiría con su padre, pero, él sí seguro, viviría en Madrid y viajaría para los partidos.
Todas las reuniones se celebraron en Madrid. Todas menos una. La que tuvo lugar en Londres el lunes 28 de abril y de la que salió el rumor, expandido por algunos medios, de que las negociaciones estaban rotas cuando no era verdad. De hecho, el grueso de los documentos (donde quedaba formalizado un sueldo, según Globo Esporte, de casi 10 millones de euros por este año que terminará en el Mundial, donde se especifica que Carlo dispondrá de un avión privado cada vez que quiera viajar, etc...) comenzó a redactarse tras aquella reunión. Ancelotti, que en estos meses se ha puesto en contacto, entre otros, con Casemiro y Neymar para tantearles y ver cómo sería más sencillo su aterrizaje, firma, según algunas fuentes, el sábado antes de viajar a Barcelona (otras fuentes hablan del viernes).
Ancelotti, tras la rueda de prensa del martes.EFE
Durante la semana pasada, todas las partes, Real Madrid incluido, acuerdan hacer público el adiós, y el fichaje, tras el Clásico, pasara lo que pasara en ese partido. Esto en parte responde a la prisa de Ednaldo Rodrigues, que ve cómo un caso de fraude de 2023 vuelve a amenazar su cargo y quiere dejar anunciado a Ancelotti por si acaso. Sin embargo, el club blanco cambia de opinión en algún momento entre el miércoles de la semana pasada y el lunes de esta semana. Mejor escrito, Florentino Pérez cambia de opinión y decide no hacer el comunicado que ya estaba preparado para despedir al entrenador más laureado de la historia del Real Madrid.
El club deja caer que se trata de un cariño especial hacia el técnico, pues entiende el presidente que hacer el comunicado justo después de la derrota en Barcelona sería algo parecido a señalare, como si hubiera un malestar con él, y nada, insisten desde el club, más lejos de la realidad. El caso es que Ancelotti tuvo que salir ayer a la rueda de prensa en una situación inverosímil, habiendo sido anunciado como seleccionador de Brasil pero sin haber sido 'despedido' por el Real Madrid. Y en su lenguaje no verbal se intuía que eso no le había gustado. También en algunas de sus respuestas, más cortantes de lo habitual, como mordiéndose la lengua para hacer que el idilio que ha mantenido con el club desde su llegada, especialmente en esta segunda etapa, no se vea ensuciado por un desacuerdo de última hora en la comunicación.
El césped está siendo uno de los grandes protagonistas de este Mundial de clubes. El clima tan cambiante de esta época del año en Estados Unidos, con calor extremo y tormentas tropicales según la hora del día, y la cantidad de partidos que se están disputando justo cuando más calienta el sol, han hecho de la hierba uno de los puntos de fricción entre la organización y los equipos. Por eso es importante visitar el interior del Metlife Stadium, sede de las semifinales y la final del torneo, para descubrir qué tipo de césped ha seleccionado la FIFA para los duelos decisivos.
La superficie del Metlife, casa de los New York Giants y los New York Jets de la NFL, es normalmente de turf, hierba artificial, como muchas en la liga de fútbol americano, pero para el Mundial de clubes la FIFA ha optado por la hierba natural. Después de las críticas por la superficie de los campos de la Copa América 2024, la organización de Gianni Infantino ha estado "un año investigando" y analizando opciones hasta dar con la mejor.
"La superficie es una Tahoma 31", explica a EL MUNDO Blair Christensen, responsable del césped de los estadios del Mundial. Se trata del mismo césped que se utiliza en otros cinco sedes del torneo. "Hemos dedicado más de un año de investigación y desarrollo para la elección. Realizamos un trabajo de investigación sobre el clima, ensayos, pruebas de cultivo y comprobaciones. Conocemos el ambiente del estadio. Hemos traído una superficie específica para este evento, confiábamos en que sería fuerte durante el torneo y lo estamos viendo. No tendrá problemas en acoger cuatro partidos en una semana", analiza.
Desde una granja de Nueva Jersey
El césped es utilizado durante el año por equipos de la NFL como los Chicago Bears y los Philadelphia Eagles, los equipos de la MLS de Louisville y Philadelphia o de la liga de béisbo (MLB) de Los Angeles Dodgers y Los Angeles Angels. Según la web de la compañía que se encarga de cultivarla, "es ideal para campos de golf y césped deportivo en climas cálidos y fríos".
El césped se trasladó de noche en 23 camiones refrigerados desde una granja a 150 kilómetros del Metlife Stadium, concretamente desde Tuckahoe Turf Farms, en Nueva Jersey, cinco días antes del primer partido. "La particularidad de este césped es que tiene fibras en la superficie que le dan resiliencia y estabilidad", comenta Christensen, pero hay más detalles.
El calor excesivo y el no tener aspersores automáticos como los campos de hierba natural han complicado algunos procesos. Antes y en el descanso de cada encuentro, los operarios del estadio introducen unas máquinas con mangueras por los laterales del campo para hidratar más la hierba. Algo "insuficiente" para algunos entrenadores, como Niko Kovac, del Borussia Dortmund. "La cantidad de riego ha sido insuficiente porque no tienen las herramientas para ellos. Cuando está muy seco es increíble. Te quedas pegado", aseguró en rueda de prensa.
Xabi Alonso, durante el partido ante el Dortmund.AFP
Para evitar esa sequedad, debajo de la superficie de hierba natural, la FIFA ha instalado una capa de drenaje de 85 milímetros y una capa geotextil, elevando el césped unos centímetros por encima de su altura habitual durante el resto del año y formando una capa estabilizada de cinco centímetros de hierba.
El gran cambio con respecto a la Copa América, origen de las críticas, es que el césped ya no se asienta sobre una base de hormigón. Ahora han introducido una tecnología de fibra estabilizada "para darle más de resistencia". Las pruebas, eso sí, han sido constantes durante el torneo. "Probamos muchas cosas a diario, la humedad, la densidad... Todo para intentar alcanzar los parámetros correctos", explica.
El Metlife acogerá las dos semifinales y la final del Mundial de clubes, pero también la gran final del Mundial de selecciones del año que viene. "Estamos aprendiendo a diario, pero a pesar de las cosas que se dicen, esto no es ninguna prueba para 2026. Esto es algo histórico, el mayor Mundial de clubes que se ha hecho. Estamos contentos y no estamos probando nada", insiste Luis Castro, director de partido de FIFA, a este periódico.