‘Alfie’, ex jugador del Manchester City, tuvo que ser desalojado de su zona junto a familia y amigos del futbolista noruego.
No fue la mejor noche para los Haaland en el Santiago Bernabéu. La primera aparición de Erling, el hijo menor de la familia, en el campo del Real Madrid se saldó con empate en el césped y polémica en la grada.
La seguridad del estadio tuvo que intervenir en el palco de la familia y amigos del futbolista noruego. Según varios testigos, desde la zona VIP de los nórdicos tiraron bebida y comida a la grada madridista, desde la que se realizaron cánticos contra ellos.
El protagonismo se lo llevó Alf-Inge, ‘Alfie’, padre de Erling y exjugador del Manchester City. El noruego, que es una de las personas clave en la carrera profesional de su hijo y fue uno de los grandes culpables de la decisión de fichar por el conjunto del Etihad, realizó varios cortes de manga a la grada del Madrid y se encaró con la afición antes de que la seguridad apareciera.
La familia Haaland no fue expulsada del estadio, sino que fue “reubicada“, asegura el Madrid, en otro de los palcos VIP del estadio.
Se trata de un hecho interesante teniendo en cuenta que el propio Alfie se reunió en su momento con la dirección técnica del Madrid para estudiar la posibilidad de fichar por el conjunto blanco.
El Madrid se hizo pequeño en Lille, diminuto, y cayó como caen los equipos que durante demasiados minutos no respetan el torneo que le ha hecho gigante. Una desastrosa primera parte, un penalti innecesario de Camavinga transormado por David y un inerte arreón final para cerrar una noche de pesadilla en Lille. [Narración y estadísticas (1-0)]
La Copa de Europa es la competición que más respeta el Madrid. Siempre ha sido así y siempre será. Por eso la primera parte del conjunto blanco en Lille fue tan decepcionante. Poca intensidad sin balón, poca movilidad con él, despistes, errores en la entrega y un sinfín de defectos que provocaron el 1-0 con el que se llegó al descanso.
Ancelotti recuperó a Camavinga, que se estrenó en la temporada después de su lesión de rodilla, y le dio a Endrick su primera titularidad del curso. El brasileño superó a Raúl como el debutante más joven de la historia del club en Champions y pudo marcar, pero le faltó acierto.
Extrema relajación
Compartió delantera con su compatriota Vinicius, que probó suerte ante Chevalier en el minuto 6 antes de que Bellingham definiera alto un pase de Carvajal. Tres minutos después, Endrick arrancó a 40 metros de la portería, rechazó darle el balón a Vinicius y se abrió paso casi hasta el área pequeña, donde definió al pecho de Chevalier.
Era el minuto 18 y el Madrid veía puerta aunque no atinaba. Estaba despierto y vivo, pero no mató cuando pudo y el Lille subió marchas y creció en el partido. En el 24, Lunin, que debutaba en la temporada en sustitución del lesionado Courtois, se hizo gigante ante Jonathan David, estrella local, y desvió los dos intentos seguidos del delantero tras un centro de Zhegrova a la espalda de Militao.
La oportunidad impulsó al Lille, consciente de la extrema relajación del Madrid. Camavinga intentaba achicar agua en su Titanic particular. Era el más activo con y sin balón, pasando por encima de Tchouaméni y Valverde, imprecisos.
Víctima de la desidia
Pero todo lo bueno que hizo el francés en el primer tiempo lo echó por la borda en el minuto 44. Zhegrova lanzó una falta desde la frontal y el balón dio en el brazo de Camavinga, que lo tenía en posición antinatural. Después de revisar la pantalla del VAR, el italiano Mariani decretó penalti. David, desde los 11 metros, engañó a Lunin y puso el primero.
El gol fue de esos psicológicos, aunque el Madrid ya estaba hundido en sensaciones. Son ya demasiados partidos en los que parece que le cuesta entrar en ritmo, proponer y demostrar deseo de ganar. Especialmente fuera de casa, donde esta campaña sólo ha ganado a la Real. En Lille se volvió a demostrar que tiene muchas virtudes, pero hasta el momento la desidia es su gran defecto.
Ancelotti intentó cambiar lo que pudo en el descanso. Con Mbappé todavía renqueante y con Modric habiendo jugado 80 minutos en el derbi, el italiano dio entrada a Fran García y retiró a Mendy. Decisión técnica para refrescar piernas, pero sin trascendencia en el juego. Tan mal lo vio el italiano que llamó al galo y al croata.
El Lille celebra su victoria.FRANCK FIFEAFP
Mbappé dio algo más de aire al ataque, pero al Madrid le faltaban ideas. Vinicius, con poco ángulo, remató desviado un pase de Modric al espacio y Ancelotti quemó sus naves. Apostó por Güler en lugar de Camavinga y los blancos asediaron por pura inercia el área del Lille, dejando espacios peligrosos a la contra.
El tramo final dejó a un Madrid incapaz, llegando al área rival más por el peso de la camiseta y los nervios del Lille que por virtudes propias. Pero como esto es fútbol, tuvo opciones. Carvajal remató desviado un centro de Modric y en los últimos minutos Chevalier salvó a los locales. Güler cabeceó en dirección a portería un centro de Vinicius y Bellingham no pudo definir en boca de gol, evitando el portero el empate. En la siguiente jugada, el meta desvió un remate de Rüdiger a un metro de la línea y un defensa evitó el remate a gol de Vinicius.
No se detuvo el Madrid en busca del honor perdido, pero no lo encontró. Güler no anotó el último intento y los blancos sumaron su primera derrota. Una muy dolorosa.
El fútbol europeo regresa de nuevo a Manchester para testar las virtudes y la ambición del City de Pep Guardiola, convertido en en equipo grande (por resultados) de la ciudad. El técnico catalán observa en el horizonte la posibilidad de repetir conquista continental pero para ello tendrá que pasar por encima, otra vez, del "Rey de la competición", como definió Bernardo Silva al Real Madrid.
El portugués acompañó al entrenador de Santpedor en una rueda de prensa que ya suena familiar. Las caras de los periodistas británicos y las de los españoles son cada vez más familiares en la ciudad deportiva 'citizen'.
"Esto siempre es especial para mí", confesó Guardiola, preguntado por los Madrid-Barça de hace más de una década: "Los Madrid-Barcelona son partidos con mucha presión y tensión. Debemos dejar el pasado. Ahora es todo más difícil. Si perdemos, perderemos ante el Madrid, se lo merecerán".
Pero que sea especial para él "no cuenta", añadió, centrándose en la necesidad de tener presión: "Hace falta esa presión. Si piensas que ya lo has hecho... no tendremos ese hambre extra para competir estos partidos. Hay que llevar la energía adecuada y necesitamos a nuestra gente. A veces hay que sufrir porque es imposible dominar durante los 90 minutos", reflexionó, anunciando que Kyle Walker, veloz lateral derecho que fue baja en la ida, parece estar listo para el encuentro.
Sobre las similitudes con la eliminatoria del año pasado, Guardiola elogió al Madrid y dejó un comentario a sus críticos: "Con diferentes jugadores, tenían un gran equipo. Benzema, Modric... es un equipo excepcional. Sé que cuando digo las cosas positivas del Madrid la gente no me cree. Cuando era futbolista o ahora como entrenador, la gente mira mis comentarios y yo no puedo controlar eso".
El catalán reconoció que respeta al Madrid pero no le teme: "Le respeto mucho, pero temor no. Les elogio porque lo pienso así. No me creéis. Si digo lo de la hierba al final es un problema suyo, pero si piensan que está bien, pues muy bien. Si me ganan, como ha pasado muchas veces, les felicitaremos y mucha suerte para el futuro".
Bernardo, por su parte, asumió el favoritismo de su equipo: "Obviamente me inspira y me motiva lo que ha hecho este equipo desde mi llegada. Queremos crear ese legado. Queremos otra Premier, ganar la Champions por segunda vez consecutiva, que nadie lo ha logrado en Inglaterra".
El centrocampista portugués, autor de un gol en la ida, admite que no ha vuelto a ver el encuentro del año pasado y define al Madrid como "el mejor equipo del mundo individualmente". "Van a querer vengarse. Individualmente son el mejor equipo del mundo, así que tenemos mucho respeto. Juegan de una forma muy diferente de ka nuestra. Sientes que tienes el control del partido... y te hacen dos goles en un momento. Es una sensación muy rara y por eso han ganado tantas veces esa competición".
Silva manifestó su respeto por Kroos y Modric, dos futbolistas que le inspiran: "Sin duda. Son ejemplos a seguir. La consistencia a la que juegan, llevan 15 años haciendo esto... y después de todo lo que han conseguido, siguen trabajando. Son un ejemplo para los niños, que vean como se tienen que comportar en el campo".
El Madrid se atascó en plena Albufera, avenida principal de Vallecas, y se dejó dos puntos en su lucha por el título de Liga. El conjunto blanco fue capaz de remontar el 2-0 inicial del Rayo gracias a los goles de Valverde, Bellingham y Rodrygo, pero terminó empatando en un duelo intenso. [Narración y estadísticas (3-3)]
Ancelotti pensó un poco en la Intercontinental y en el cansancio acumulado por sus jugadores a la hora de hacer la alineación. Sentó a Vinicius, sobrecargado tras el esfuerzo de Bérgamo, y a Ceballos y dio entrada a Güler y a Rodrygo en sustitución del lesionado Mbappé. En el banquillo se quedó Endrick, que recibió un mensaje contundente ante las ausencias del brasileño y el francés. Ni así.
El Rayo repitió la receta de sus mejores partidos contra el conjunto blanco: ritmo, presión de la grada y acierto hacia el gol. Y a los cuatro minutos ya estaba por delante. El 1-0 de Unai, cabeceando a la red un centro medido de De Frutos, puso en evidencia uno de los problemas del Madrid: los laterales. Fran García y Lucas, suplentes de Mendy y Carvajal, están obligados a rendir de forma constante en un año lleno de lesiones, y aunque siempre muestran una entrega inexcusable, sufren. De Frutos superó con varios amagos al zurdo y Unai remató ante la mirada de Lucas.
Otro descenso en la montaña rusa
El Rayo voló hasta que le duró el físico. Iñigo Pérez insistió en una presión alta que ahogó la salida de un Madrid demasiado pausado y poco intenso en los duelos individuales, y los de Vallecas pasaron por encima de su rival. De Frutos envió alto un disparo desde dentro del área tras un pase atrás de Embarba, Ratiu no acertó a ceder a Embarba en una contra... Y en el 35, Mumin cabeceó a la red un córner de Isi Palazón. Un 2-0 infernal para el Madrid, oro para Vallecas.
Los blancos, irregulares en los últimos tiempos, se llevaban un bofetón tras la gran victoria de Bérgamo. Era un nuevo descenso en esta montaña rusa que es su temporada. Pero en pleno bajón, el Madrid despertó. Al Rayo le empezó a fallar el oxígeno y el cuadro de Ancelotti comenzó a encajonar en el área a su rival. Como si fuera un partido de balonmano. En la banda, Iñigo se desesperaba pidiendo a sus futbolistas que dieran un paso adelante.
En el 39, Valverde tuvo un segundo para preparar un misil desde lejos y sorprendió a Batalla. Gol psicológico, porque el Rayo estaba pidiendo irse a vestuarios y el descanso no llegaba. En el 45, con Vallecas abriendo el bocadillo, Rodrygo encontró a Bellingham con un centro preciso y el inglés cabeceó con mimo. El agua madridista se templaba en Vallecas y ya no quemaba tanto.
Clamoroso agarrón de Sergio Camello sobre Fran García.AP
Tras el descanso, el Madrid dominó la posesión y Rodrygo comenzó a aparecer entre líneas aprovechando que el Rayo ya no llegaba tanto a la presión. En el 56, encontró un hueco, amagó a su par en la frontal y probó suerte con la zurda. Su disparo tocó en un defensa y sorprendió a Batalla para hacer el 2-3.
El Madrid hacía suyo el barrio y obligaba a Iñigo Pérez a mover fichas, algo necesario para los pulmones rayistas. Los cambios levantaron un poco a su equipo, que fue capaz de aguantar las combinaciones de un Madrid más atascado que antes. En el 64, aprovechando una segunda jugada, Lejeune, central, puso un centro desde la banda al corazón del área madridista e Isi apareció de la nada para sorprender a Tchouaméni, rozar el balón y despistar a Courtois.
Ancelotti sacudió el árbol y dio entrada a Vinicius, que vio amarilla por protestar y se perderá el último duelo del año ante el Sevilla, y algo más tarde al olvidado Endrick. Más nombres que acciones para un tramo final con mucha pelea. Vinicius pidió un penalti de Mumin, Batalla salvó el 3-4 del brasileño y el Madrid se atascó en el barrio.