El español de Ferrari desesperó detrás de Ocon, discutió con su equipo y acabó cometiendo un error que le dejó en octavo puesto.
Una vuelta detrás de Esteban Ocon, y otra, y otra, y otra y al final Carlos Sainz acabó desesperado, abroncando a su equipo, cometiendo errores. Fue el mayor damnificado por el pelotón que organizó el francés detrás de Max Verstappen y Fernando Alonso y, al mismo tiempo, el piloto que más posiciones perdió respecto a la parrilla. De su cuarto puesto de salida al octavo puesto en meta. Y eso que su lugar era claramente el podio.
Desde el principio estaba claro que el español era más rápido que Ocon, pero entre los muros de Montecarlo no pudo superarle. Quiso hacerlo en la chicane y acabó chocando contra él. Quiso hacerlo en su primer paso por boxes y Ferrari erró el momento, demasiado temprano. Y quiso hacerlo finalmente bajo la lluvia y sufrió el trompo que le retrasó.
“Podíamos haberlo hecho mejor. La primera parada me sorprendió porque había cuidado mucho el neumático y podía haber aguantado, me metieron demasiado pronto. Luego volví a salir detrás de Ocon y me frustré. Fui víctima de la frustración, por eso fallé. Igualmente es mejor que me pase este año porque el coche no está donde queremos que esté”, aseguró Sainz.
Su resultado le llevó a perder un puesto en el Mundial -ahora es sexto por detrás de George Russell– y confirmó el mal año para Ferrari, entre sus problemas con la degradación, las estrategias erradas y los fallos de los pilotos. De hecho, pese a las decepciones, Sainz es el mejor piloto de la escudería, por delante de Charles Leclerc, que en su casa sólo pudo ser sexto.