El increíble Señor Paco, el incombustible atleta de 87 años: “He jubilado a todos mis rivales”

El increíble Señor Paco, el incombustible atleta de 87 años: "He jubilado a todos mis rivales"

Hace siete años a Paco (Huelva, 1937) le atropelló un coche de mala manera en la Avenida Juan de la Cierva de Getafe y, con sus magulladuras y su rodilla derecha destrozada, cualquiera hubiera razonado que ese era el fin de su carrera deportiva. Principalmente porque ya había cumplido entonces 80 años. «A los dos meses batí el récord de España de pista cubierta de 60 metros», se enorgullece con su perenne guasa. Francisco Javier González Martín es ‘El Señor Paco’. O ‘Súper Paco’. «O ‘Paquito Correcaminos’, como me llaman aquí en el barrio». Y, a sus 87, continúa en la brecha, con su cicatriz y la prótesis que dos años después le colocaron en esa rodilla que siempre tarda un buen rato en «desbloquear» y con una energía absolutamente desbordante.

Paco es un Don Quijote con hechuras de Sancho, un apasionado que persigue asombros deportivos, incombustible al paso del tiempo y a los rigores de la edad. Cuenta de forma atribulada su vida de película, repleta de peripecias, de niño andaluz bien de posguerra «porque mi tío era el secretario de Millán Astray», de 12 años de emigración en París a buscarse la vida como tornero, viviendo el mayo del 68 francés en primera persona. Y de un retorno a España como fontanero calefactor en el que se encontró de lleno con el atletismo, ya cuarentón, cuando iba a recoger a sus tres hijos al Club de Getafe después del trabajo. De aquellos inicios de pionero, la primera Maratón de Madrid en 1978 (en menos de tres horas y media), a más de medio siglo de competiciones por todos los rincones del mundo, pues cuando descubrió la marcha ya nadie pudo pararle.

En la gorra de Paco lucen los emblemas de campeonatos de medio planeta, desde México a Australia. Un mapamundi de pins. La penúltima aventura le llevó a Tampere (Finlandia): en julio de 2022 se proclamó subcampeón del mundo máster (en el grupo de edad 85-90) de 10 kilómetros marcha, con un tiempo de una hora, 23 minutos y 42 segundos, sólo por detrás de Alexis Jordana. «El cabrito del francés siempre me gana», protesta, mientras explica como él mismo monta la infraestructura de sus viajes, siempre en solitario, buscando sus vuelos y alojamientos. «Me meto en internet y siempre voy a lo más barato. A Grosseto (Italia), al Europeo, llegué el día antes, competí y me fui el día después. Suelo dormir en residencias de estudiantes, compartiendo dormitorio con chicos jóvenes», relata sus andanzas, la próxima en unas semanas en Zaragoza (campeonato de España de marcha) y al poco, en marzo, en Torun (Polonia), para disputar el Europeo máster e intentar batir al «cabrito del francés» de una vez por todas.

Paco González, en un banquillo del Estadio Juan de la Cierva de Getafe.SERGIO GONZÁLEZ VALEROMUNDO

A Paco, que pertenece al Club Atletismo Artyneon de Getafe, sólo le quita un poco la sonrisa la falta de reconocimiento de las instituciones y las pocas ayudas económicas. «Yo no he cobrado un duro, a mí el atletismo siempre me cuesta», dice. Pero, sobre todo, lo que le hace ponerse serio es la situación de su mujer Vitoriana, de la que se ocupa desde que hace unos años el Alzheimer le empezara a hacer mella. Por eso, Paco se levanta a las seis de la mañana para entrenar: «Estiro, bajo a un parque en el que ya tengo marcado hasta un kilómetro con una rueda, y entreno aproximadamente una hora y media, hasta las ocho o así». «Cuando termino, vuelvo a casa y despierto a mi mujer. La preparo, tenemos que controlar la diabetes, le pongo unos aerosoles para los pulmones… Y soy el cocinero, hago la compra, la comida», describe su rutina imparable, que se completa con una siesta y un paseo vespertino con su esposa: «Me gusta que esté activa, le pongo pequeñas tareas».

«¿El secreto? Yo qué sé… Mis nietas me dicen que estoy como un cencerro». Las increíbles hazañas del señor Paco incluyen Mundiales (World Masters Athletics) y Europeos (cuatro medallas continentales), pero también campeonatos de España (es campeón de su grupo de edad ininterrumpidamente desde 1978 en marcha y también en otras especialidades de velocidad y medio fondo), duatlones y triatlones -hace un par de años completó el de la Casa de Campo de Madrid y «no quedé el último»-, pruebas de mountain bike, 10k populares que él suele hacer marchando, la última la de Ponle Freno, en la Castellana…

Paco asegura que el médico se queda «asombrado» en las revisiones rutinarias, que apenas acude al fisioterapeuta, que nunca ha estado enfermo, que no toma ningún medicamento -«ahora tomo jalea real antes de las carreras, porque me lo regala una señora del herbolario»- y que eso de la dieta… «Yo no tengo dieta ninguna. Ahora hago el menú en casa. Los lunes, lentejas, con su chorizo y todo lo que es debido. Los martes costillas con patatas. Los miércoles judías blancas… Lo de toda la vida. Para desayunar, unas tostadas con mantequilla. Y el café. Lo que no hago es almorzar, hasta la comida nada. Dulce apenas tomo y algún botellín de vez en cuando», desvela sin darse importancia, como sus costumbres de entrenamiento, apenas un día de descanso cada dos y alguna visita al gimnasio y a la piscina.

Paco, con su gorra llena de pins de los campeonatos que ha disputado por todo el mundo.SERGIO GONZÁLEZ VALEROMUNDO

Pregunta.- Paco, ¿y no le duele nada?

Respuesta.- ¿Dolor? Por todos lados. Con 87 años, cómo no me va a doler. Son cosas de los huesos, artrosis, ya está. Pero si estoy dos días sin entrenar parece que me falta algo. Como si me faltara la comida. Me duele más el cuerpo. Lo que llevo siempre es una sonrisa en la boca. Me dicen: ‘Paco, pero siempre te estás riendo tío’. Qué quieres, me duele aquí y no me lo vas a poder arreglar. Para qué te lo voy a contar. Me tomo la vida con humor.

P.- ¿Qué le dicen sus rivales?

R.- Ya no me queda nadie. Los he jubilado a todos. A todos me los ventilaba. Tuve el récord de España de 45 a 50 años, una marca que ha estado muchísimos años vigente, hasta que llegó Josep Marín a veteranos, 49:03 en 10 kilómetros. No lo hacían ni los júniors.

Paco González, junto a Jordi Llopart, en un campeonato de España.EM

Paco es un arcano de peripecias atléticas y en su vieja mochila se acumulan documentos, fotografías, diplomas y montones de medallas, antiguas y modernas, que despliega sobre la mesa con el cariño del que muestra su tesoro. Entre las más especiales, una estampa en blanco y negro, mano a mano en plena carrera con Jordi Llopart, con la dedicatoria del que fuera el primer atleta medallista mundial de España (recientemente fallecido), y también una carta de reconocimiento de Esperanza Aguirre cuando era presidenta de la Comunidad de Madrid. «Mira, este es el diploma de entrenador, que también lo fui durante muchos años», añade y ahí, su más bello triunfo, el cariño de los que fueron sus pupilos -también se desempeñó como profesor de educación física en el Colegio Severo Ochoa de Getafe-, el que le brindan en las calles del barrio o los abrazos que se lleva en las pruebas a las que acude. «Son como mis hijos». Todos conocen y todos quieren al señor Paco, siempre en el podio, incombustible en las pruebas más clásicas del calendario español de marcha, desde la Espada Toledana al Gran Premio Cantones de La Coruña, parte del paisaje con su gorra, sus gafas inconfundibles, su bigote y su riñonera.

«¿Próximo reto? A lo mejor cuando cumpla los 90 me hago la maratón de Madrid marchando», desafía, con su risita pícara. «Correr es mi vida y yo me he puesto el atletismo como un plan de vida. Seguiré en la brecha mientras pueda», concluye el increíble Señor Paco.

kpd