Cuando marcó el primer gol del Real Madrid en el Estadio Diego Armando Maradona de Nápoles, allá por el mes de octubre, Vinicius Júnior se acercó a la cámara e hizo un gesto con sus manos, formando una especie de diamante con ellas mientras ponía su ojo en el centro. La celebración tenía una dedicatoria especial: el rapero Jay-Z, uno de los más importantes en la historia del rap estadounidense y mundial y ‘jefe’ del delantero brasileño desde el pasado verano. El músico popularizó este gesto desde la creación de su discográfica, Roc-A-Fella Récords, a mediados de los 90 y ahora Vinicius lo ha llevado al fútbol contagiado por Roc Nation, la agencia de representación fundada por Jay-Z que en julio adquirió los derechos de TFM, la empresa que gestiona la carrera del brasileño. En esa relación, en su imagen como símbolo contra el racismo y en su reconciliación con Nike nacen los últimos movimientos de Vinicius con y hacia el mercado norteamericano. Acciones que van mucho más allá de su fútbol y que se reflejan en viajes, patrocinios e incluso el tatuaje que se ha dibujado en su espalda antes de la Supercopa de España en Arabia Saudí, a la que llega para consolidar su estrella en el Madrid.
Estas Navidades, el futbolista, que estaba en los últimos pasos de la recuperación de una lesión muscular que le ha tenido fuera del césped durante un mes y medio, realizó un tour por Estados Unidos. No ha sido el primero, pero sí el más significativo. Hace doce meses visitó a Tom Brady, estrella de la NFL, y a Jimmy Butler, icono de la NBA, en Florida, pero esta vez su trip ha sido más completo. Voló primero a Oklahoma City para ver un partido de su amigo Shai Gilgeous-Alexander, candidato al MVP de la NBA. Ya se habían visto en un par de ocasiones e incluso el brasileño hizo de anfitrión en la visita del baloncestista a Madrid el mayo pasado para ver la Champions y la Euroliga.
Encuentro con su “ídolo” LeBron
Al día siguiente saltó con Camavinga a Los Ángeles y mientras aprovechaba para entrenarse en las instalaciones de los Galaxy, visitó a las estrellas de la NBA más importantes del momento. Estuvo en el pabellón que comparten los Lakers y los Clippers, donde un día se sentó al lado de Vlade Divac, histórico pívot de los Lakers y los Kings, y en Navidad asistió al clásico entre Lakers y Celtics. Se intercambió camisetas con LeBron James, Anthony Davis, ídolos locales, y Jayson Tatum y Jaylen Brown, líderes de la franquicia de Boston. «Para mi ídolo», le escribió a LeBron en una camiseta de la selección brasileña.
Desde la Costa Oeste inició su camino de vuelta a España parando en el Barclays Center de Brooklyn, donde saludó a Giannis Antetokounmpo, que jugaba ahí con los Bucks ante los Nets. «¡El mejor futbolista brasileño!», dijo sobre él el griego, que le regaló sus zapatillas y una camiseta. Fue la última parada de un viaje pensado por el propio Vini, que según su entorno es «un gran amante del deporte estadounidense», pero influenciado también por los contactos de sus nuevos jefes. La adquisición de TFM por Roc Nation no ha cambiado el círculo que rodea al brasileño ni los empresarios que gestionan directamente su carrera, como el brasileño Fred Pena, pero sí ha añadido una nueva dimensión a su expansión internacional.
El “ejemplo” de Rihanna
Thiago Freitas, jefe de operaciones de Roc Nation en Brasil, lo explicaba así hace unas semanas: «La construcción de la marca, la imagen y la influencia fuera del deporte es uno de los pilares de Roc Nation. Un buen ejemplo es Rihanna, artista musical que es multimillonaria y tiene una marca y una imagen asociada no sólo a la música, sino a otras industrias. Trasciende el propio evento musical. Intensificaremos la conexión de los deportistas con las redes sociales y reforzaremos el departamento comercial en lo relacionado a los contratos deportivos». Y aquí entra uno de los actores clave en la expansión de Vinicius: Nike.
Pelea y reconciliación con Nike
En el intercambio de camisetas con las estrellas de la NBA, Vinicius le entregó, tanto a LeBron como a todos, una camiseta de la selección brasileña, que viste Nike, y no del Madrid, que viste Adidas. Durante los últimos meses y especialmente a raíz del aumento de los insultos racistas a Vinicius en el fútbol español y su eco internacional, la marca estadounidense se ha encargado de mejorar su relación con el brasileño. A principios de 2023, parecía que el delantero estaba más cerca de firmar con Puma que de seguir en Nike, enfadado por el trato que le dispensaron durante el Mundial de Qatar. Y la marca, concentrada en Mbappé y Haaland como estrellas de su parte de fútbol, tampoco se mostraba muy preocupada.
Pero a raíz de los insultos, Nike cambió de parecer. Convirtió a Vinicius en icono del movimiento antirracista de la marca, personificado en otras ocasiones en Serena Williams o Colin Kaepernick, afianzó su relación contractual con el brasileño hasta 2028 y le hizo buque insignia del modelo de botas Mercurial Vapor. Lejos quedaron las peleas legales de inicios de 2023, cuando Vinicius llegó a jugar un partido con botas negras, sin patrocinador, mientras sus abogados trabajaban para romper el contrato con Nike. En los juzgados ganó la marca y en la práctica el brasileño, que ha conseguido un status de estrella mundial en la principal empresa de ropa deportiva.
Conexión con la cultura norteamericana
Su reconciliación con Nike, su eclosión como símbolo contra el racismo y su llegada a Roc Nation han afianzado todavía más la conexión que el brasileño «siente», cuentan los que mejor le conocen, con la cultura norteamericana. «Le encanta el estilo de las estrellas de allí y cómo tratan a los iconos de su deporte», explican. En el gimnasio de su casa de Madrid ya tenía varios murales con imágenes de sus Kobe, LeBron, Jordan, Cristiano, Ronaldo Nazario y Pelé, pero Vinicius ha vuelto de su viaje a Estados Unidos con un tatuaje, hecho por el tatuador de LeBron James, que ha dado mucho que hablar. Se ha dibujado a Bryant, a Jordan, a Ali y a Pelé, además del lema «Black Lives Matter (Las vidas negras importan)».
Su nueva agencia, a la que visitó en Nueva York, trabaja en cerrar varios acuerdos de patrocinio para 2024, ha cerrado el nombramiento del brasileño como embajador de la campaña Human Rights de la ONU y ha impulsado la oficialidad de su renovación con el Real Madrid, anunciada por el conjunto blanco a finales del mes de octubre. Estaba pactada desde el verano de 2022, pero el Madrid esperó más de un año para anunciar varias a la vez. El brasileño tiene ahora contrato hasta 2027, sueldo de estrella (10 millones netos) y blindaje antijeques: 1.000 millones de cláusula de rescisión. Superestrella.