El 27 de julio de 2023, Fermín López debutaba con el Barcelona en un partido de pretemporada contra el Arsenal, en Los Ángeles, para sustituir a Gündogan. El 24 de julio de 2024, el mismo jugador debutaba en unos Juegos Olímpicos, en un partido frente a Uzbekistán. Faltaban dos días para se cumpliera un año, 362 días que cambiaron totalmente la vida de este futbolista de 21 años. Un año en el que se ha hecho un sitio en el Barcelona, pese al despido de su valedor. Un año en el que ha sido internacional. Un año en el que ha ganado una Eurocopa. Un año en el que ha llegado a unos Juegos Olímpicos. Un año en el que está a un paso del oro, un último paso, como gran estrella de esta España en las que pocos confiaban. Es su particular cuento de la Cenicienta.
Con cuatro goles decisivos, el último para empatar frente a Marruecos en Marsella, Fermín es, a sus 21 años, el jugador referencia del torneo. Si en la final marca, igualará como máximo goleador al marroquí Rahimi, que luchará por el bronce con su selección. El gol es un elemento diferencial de Fermín, un futbolista metálico, que carga la pierna en cualquier lugar, en un instante. El gol que tanto necesitaba Xavi Hernández y por lo que exigió al club que incluyera al futbolista el chárter hacia Estados Unidos hace un año, pese a las reticencias.
"Hace lo que le pido"
"Me lo llevo porque hace lo que yo quiero que haga en el campo", dijo Xavi. Desde ese debut ante el Arsenal, en partido amistoso, jugó 43 partidos oficiales con su equipo y marcó 11 goles. "Yo siempre hago lo que me pida el míster", dijo en el estadio Velodrome de Marsella, tras vencer a Marruecos. Santi Denia se beneficia.
Dos días después de aquel debut en Los Ángeles, Fermín escribió en sus redes sociales: "Nunca lo tuve fácil y ha sido un camino duro y de mucho sacrificio. Hoy es un día muy feliz para mí y para mi familia". Se refería el jugador de El Campillo (Huelva) a las dudas que había tenido sobre si algún día llegaría al primer equipo.
Dudas que le habían llevado a plantearse marcharse lejos, al fútbol polaco, incluso, donde reencontrarse, como hizo Dani Olmo tiempo atrás, en su caso a Croacia. Ya había conocido cesiones, al Betis al Linares, y no quería más. Incluso había tenido la ayuda de un psicólogo, en la Masía, mientras se planteaba si dejarlo todo y dedicarse a sus estudios universitarios de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, que todavía mantiene.
La llegada de Xavi, alguien que siempre mira a la cantera, fue providencial. Dos de sus hallazgos, Fermín y Cubarsí, son pilares de esta selección olímpica. Xavi también integró otra, en Sidney 2000, donde España perdió en la final ante Camerún. Algún consejo podría dar al que ha sido su pupilo, exultante como cuando pateó el banderín de córner tras marcar a Marruecos. Por fortuna, la tarjeta amarilla no le priva de la final.
"Los Juegos son un reto personal", afirma Fermín, para el que "el equipo merecía la victoria ante Marruecos". "Ojalá yo pueda meter más goles -añadió-, pero lo importante es que hemos pasado a la final, y ahora hay que ir a ganarla". Será el zapato de oro de esta Cenicienta.