Hace menos de dos meses, Edin Dzeko (Sarajevo, 1986) cumplía 37 años. Hace apenas una semana, marcaba su gol 400 en su carrera y hoy, a las 21:00 horas, se juega ante el AC Milan abrochar su primera final de Champions League después de anotar en la ida el tanto que abría el marcador en el ‘Derby della Madonnina’. Con él, el jugador del Inter de Milán, rompía una sequía de cara a puerta que se alargaba durante más de tres meses.
Dzeko es el futbolista más viejo en marcar en eliminatorias de Champions tras Ryan Giggs. El jugador del Manchester United lo hizo también en unas semifinales en la temporada 2010-11, que enfrentaban a su equipo con el Schalke 04 de Raúl. Si el galés lo hizo con 37 años y 148 días, el bosnio lo ha conseguido con 37 años y 54 días. El podio lo completa el mítico defensa italiano Paolo Maldini con 36 años y 333 días.
Y es que, en estas semifinales de Champions, el gol es cosa de veteranos. Entre los cuatro delanteros de los equipos clasificados, suman 130 años. Lo que pasa, es que tres de ellos acumulan 108, mientras que el citizen Erling Haaland apenas aporta 22. El madridista Karim Benzema tiene 35, el milanista Olivier Giroud, 36 y el interista Dzeko es el más mayor con 37.
En un fútbol cada vez más rápido y físico, resulta increíble que jugadores tan veteranos y corpulentos para este deporte (193 centímetros de estatura para Giroud y Dzeko y 185 para Benzema) sigan comandando las puntas de ataque de tres de los cuatro mejores equipos de Europa, demostrando que el gol, es algo muy complicado de aprender. Muchas veces, es pura intuición como demostró el que hizo Dzeko en la ida adelantándose a su defensa a la salida de un córner.
Pero eso, los goles, es algo que a Dzeko le suena desde aquella cancha de asfalto en el barrio bosnio de Otoka (Sarajevo) de la que su madre, Belma, le salvó la vida prohibiéndole ir a jugar poco antes de que un obús la destrozara y acabara con la vida de dos personas e hiriera a varias más en plena guerra de Yugoslavia. “Recuerdo lo feliz que era cuando pude jugar al fútbol por primera vez sin las sirenas y peligro. Sin complicaciones. Sólo fútbol”, contó en una carta abierta en ‘The Players Tribune’.
Desde entonces, y con mejores o peores rachas goleadoras, como la que acaba de romper ante el Milán, Dzeko es un jugador que ha disfrutado de un deporte que ama y del que se considera muy afortunado de tenerlo como profesión. “Jamás soñé con poder jugar en Alemania, Inglaterra o Italia”, comentó en el mismo escrito.
Italia es el lugar en el que Dzeko se siente como en casa. Especialmente en la AS Roma, club en el que ha militado más temporadas, seis, aunque lo haya hecho cinco en el Manchester City y cuatro en el Wolfsburgo.
En todos sus destinos, Dzeko ha hecho goles, aunque si él tuviera que destacar uno sería aquel que marcó con el City de Roberto Mancini ante el Queens Park Rangers en 2012. Ese gol del ‘Diamante Bosnio’, como se le conoce, facilitó, junto a otro del Kun Agüero, la remontada de su equipo y la primera Premier League de los citizens después de 44 años. «Estábamos muertos, vinimos de la nada», comentó el delantero.
Dzeko está lejos del jugador que fue elegido entre los 30 candidatos al Balón de Oro en 2009. No obstante, sigue disfrutando del fútbol como aquel niño cuya madre le salvó de las bombas en un conflicto que marcó a su generación.