El Barça suda para tumbar la resistencia del Guadalajara

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La Copa del Rey tiene la magia de llevar regalos allá donde el fútbol de las estrellas no llega. Bien porque permite ver su fulgor de cerca, bien porque lo apagan con gestas que quedan para la historia. Guadalajara buscó la suya en una noche en la que pareció que el Pedro Escartín se iba a quedar medio vacío por el retraso de un permiso para las gradas supletorias que acabó llegando, pero hizo contener la respiración a 2.500 aficionados durante más de dos horas. Alentaron todos a su Deportivo Guadalajara que hizo sudar al Barça hasta que el minuto 76, cuando Christiansen rompió la igualdad y Rashford congeló la victoria. Antes, asfixiaron a Lamine Yamal, desplazado por Flick al centro del campo, frenaron las diabluras de Fermín y le recordaron con su descaro a los azulgranas que tienen en Ter Stegen un guardameta aunque no juegue desde hace siete meses.

Se defendió con uñas y dientes el Guadalajara, conscientes de que arrebatar el control al Barcelona era imposible, pero contenerlo una tarea, aunque titánica, a su alcance. Y eso fue lo que hicieron en los primeros 45 minutos. Cierto que Cañizo puso a prueba la atención del portero alemán un par de veces, sin que eso significara que los azulgranas se inquietaran. Si llegaron al descanso con el partido abierto fue por su falta de acierto ante la solidaria muralla que formaron los alcarreños. Porque el asedio fue constante.

Consiguieron frenar que un pase atrás de De Jong, desde la línea de fondo, lo cazara Rashford, vestido de falso 9 mientras Lewandowski y Ferran miraban desde el banquillo. La respuesta fue una contra en la que Cañizo apareció ante Éric García para cruzar el exceso su disparo desde la frontal. Otra vez el delantero recibió en el área, pero el neerlandés apareció para rebañarle la pelota. Quería el Barça resolver sin sorpresas su estreno copero como campeón sin caer en ninguna trampa, pero no se sacudía a un pegajoso rival. Un latigazo de Fermín que laminó el travesaño a la media hora de partido fue la última ocasión clara, porque ya solo pudieron acercarse en lanzamientos de falta.

Ter Stegen inicia la jugada del Barça.AP

El Pedro Escartín celebró con una victoria el empate a cero al descanso, momento en que Flick agitó su once. Retiró a Marc Bernal y recurrió a Cubarsí para, en un movimiento en cascada, devolver al centro a Casadó, a quien había sacrificado al lateral derecho, y encomendar a su Éric, chico para todo, esa tarea. El panorama apenas cambió. El control era azulgrana, la posesión y las ocasiones, pero no el acierto.

La más clara fue un remate de Rashford que salvó Dani Vicente con una parada con el pie de portero de balonmano. Sin embargo, de ahí nació una contra inquietante que acabó despejando Jofre. Ese era el plan del Deportivo y casi le sale con una escapada por el costado izquierdo para poner un centro a Cañizo que solo tenía que empujar y que evitó Christensen. En el minuto 70, el Guadalajara no levantaba el pie y a Flick no le quedó más remedio que buscar la varita de Pedri para agujerear muros y la contundencia de Koundé.

La sacudida activó al Barça, que encontró el gol en un centro en diagonal llovido de Frenkie De Jong que cabeceó Christensen, tocó en Julio Martínez y despistó a su portero. No se rindió el Guadalajara. En una contra hizo lucirse a Ter Stegen ante un obús de Mendes desde la frontal y un despeje poco ortodoxo de Koundé con la chepa que ataja el alemán. Cualquier sueño de proeza al que habían aspirado lo enterró Rashford en el minuto 90 para colocar al Barça en el bombo de los octavos de final.

kpd