El Barça es una fiesta y arrolla al Betis con otra ‘manita’ extraordinaria

El Barça es una fiesta y arrolla al Betis con otra 'manita' extraordinaria

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El Barça no acusó ningún tipo de resaca por su sonado triunfo ante el Real Madrid en la Supercopa. Los azulgrana necesitaron poco más de una hora para dar por sentenciada su eliminatoria de Copa ante un Betis que, por momentos, se vio impotente. El Barça es una fiesta y ha recuperado del todo las sensaciones perdidas.

El 5-1 final, con Gavi, Koundé, Raphinha, Ferran Torres y Lamine Yamal como encargados de marcar los goles mientras Lewandowski descansaba en el banquillo y con Vítor Roque salvando de penalti la honrilla visitante, reafirma las sensaciones vividas en Arabia Saudí. Ahora, con el regreso de la Champions ya a la vuelta de la esquina, todo invita a pensar que esos titubeos han quedado ya definitivamente en el pasado.

Los azulgrana saltaron al terreno de juego con el cuchillo entre los dientes. Sin referencia en punta y con Dani Olmo moviéndose directamente por donde mejor le pareciera y con Pedri marcando los tiempos perfectamente en la distribución y ejerciendo como metrónomo del juego, los locales encontraron muy pronto premio a su actitud. Gavi, tras un pase del canario al egarense que este prolongó para que llegara hasta sus botas, se encargó de inaugurar el marcador cuando aún no se habían disputado ni los primeros cinco minutos del duelo.

El acoso del Barça al área de Vieites no se paró tras el 1-0 El propio Olmo, de hecho tuvo dos buenas ocasiones para llevarse el 2-0 al zurrón, pero el meta bético y el poste, respectivamente, marraron sus intentos. Koundé, cuando el partido se acercaba a a media hora de juego, sí supo aprovechar una exquisita asistencia de Lamine Yamal para echar algo más de tierra de por medio.

El francés, de hecho, volvería a estrellar el balón contra la red en el añadido del primer acto tras otro buen pase del joven crack barcelonista. Su tanto, no obstante, acabaría siendo invalidado por un fuera de juego casi milimétrico, señalado a instancias del VAR. Los visitantes, además, habían tenido también en el ocaso de los primeros 45 minutos una inmejorable acción para meterse de lleno en el duelo. Iñaki Peña se encargó de firmar una grandísima intervención para evitar que Vítor Roque materializara a la primera la tan manida maldición del ex.

Los de Flick se mostraron tremendamente cómodos sobre el césped. La imagen, desde luego, no tenía nada que ver con la firmada en una recta final de año que acabó por provocar que cayeran desde la primera hasta la tercera plaza de la tabla en la Liga. En la reanudación, eso sí, el Betis decidió adelantar un poco sus líneas para, por lo menos, complicarle la salida de balón a su rival.

Y Araujo, con el rival algo más envalentonado, tuvo una gran oportunidad para demostrar su en apariencia renovado compromiso como azulgrana marcándose un sprint potentísimo para rebañarle un balón que parecía a todas luces destinado a convertirse en posesión de los verdiblancos. La sombra de la Juventus, que empezó a apartarse con la confirmación de la baja por un mes de Íñigo Martínez, parece haberse disipado ya del todo.

Pese al intento bético de meterse en el duelo, no tardaría mucho en llegar otro golpe azulgrana. Directo a la mandíbula. Y con otro tanto anulado por fuera de juego, muy anterior al remate de Lamine Yamal que acabaría besando la red, como aparente ascua que prendió el fuego.

Lejos de desestabilizarse por la anulación, el de Rocafonda pareció aprovecharla como estímulo. Así lo demostraría poco después con un avance directo hacia la portería rival, deshaciéndose de todo rival que le salió al paso hasta ser derribado por un defensor. La jugada no acabó en penalti porque el colegiado concedió la ley de la ventaja y Raphinha, prolongando su idilio con el gol, sí remachó un 3-0 con sabor de sentencia que Ferran Torres redondearía algo más tarde con el 4-0.

Lejos de conformarse con el póquer, el Barça mantuvo el pie en el acelerador. Y Yamal, tras revisión del VAR tras ver en primera instancia como su gol era nuevamente invalidado por posible fuera de juego, puso la guinda con un 5-0 que Vítor Roque, de penalti y en el ocaso, transformaría en el definitivo 5-1.

kpd