Djokovic arrolla a Sinner, gana su séptimo torneo de maestros y supera a Federer

Djokovic arrolla a Sinner, gana su séptimo torneo de maestros y supera a Federer

ATP Finals

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Venció por un doble 6-3, tras un formidable partido, y prosigue una temporada de locura, que aún puede completar con la Copa Davis.

Djokovic besa la copa de campeón, tras ganar a Sinner.TIZIANA FABIAFP

Pasa la vida y Novak Djokovic no se cansa de ganar. Comenzó 2023 con el Abierto de Australia, para conseguir su vigesimosegundo título del Grand Slam e igualar con Rafael Nadal, a quien ya supera en dos majors, y lo concluye con su séptimo torneo de maestros, quedándose solo a la cabeza de esta lista tras dejar atrás a Roger Federer. Cuando se suponía que el tiempo empezaría a darle caza, Djokovic, 36 años, exhibe una asombrosa fortaleza. En menos de 24 horas, el número 1 del mundo ha pasado por encima de Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, de 20 y 22 años, segundo y cuarto en el escalafón. Campeón también en Roland Garros y en el Abierto de Estados Unidos, además de en Cincinnati, Paris-Bercy y Adelaida, termina el curso con más títulos que nadie, siete, e instalado confortablemente en la primera plaza del ránking, donde concluye por octava temporada. Tiene aún la posibilidad de volver a ganar con Serbia la Copa Davis, cuya fase final se inicia este martes en Málaga.

Venció al italiano por un doble 6-3, en una hora y 48 minutos, cuatro días después de que éste lograse derrotarle, por primera vez, en la fase de grupos. Nadie había ganado al serbio en dos ocasiones en este torneo: ni Alexander Zverev, que perdió en el round robin de 2018 pero le superó en la final del torneo; ni Roger Federer, que le venció en la fase de grupos de 2015 para caer después en la final; ni Nikolay Davydenko, que perdió en el round robin y en la final de 2008. Tampoco iba a conseguirlo Sinner, que aparecía en el partido de este domingo con una insólita prestancia.

Por si hubiera alguna duda después de sus tres victorias en la fase de grupos, sostuvo el pulso en la semifinal ante Daniil Medvedev, que se le había complicado tras ceder el segundo set. Bajo la inercia de la mejor semana de su carrera, pese a emitir evidentes síntomas de fatiga, liquidó al ruso. Inmisericorde desde la primera pelota, Djokovic cerró cualquier debate con una actuación majestuosa, tal vez una de las mejores que se le recuerdan. Destino cruel el de Sinner, que, sobreponiéndose a sus problemas físicos, con su triunfo ante Holger Rune en el último partido del Grupo Verde rescató a un Djokovic que estaba fuera del torneo.

Público apaciguado

El de Belgrado, que encadenó 10 puntos consecutivos en el inicio del segundo set, ya había silenciado al público que colmó las 13.000 butacas del Pala Alpitour con un arranque fuera de lo común. Todos los méritos de Sinner parecían pertenecer a un pasado remoto. Punzante en cada pelota, eléctrico de piernas y con una eficacia en el servicio propia de un especialista, salió del parcial con 10 golpes ganadores y sólo dos errores no forzados. Al italiano sólo le quedaba sostenerse a duras penas en el partido y no salir de él con un marcador sonrojante.

Tampoco buscó soluciones, cuando había demostrado a lo largo de la semana que puede jugar a distintas velocidades. Intentar vencer a Djokovic yendo continuamente a saco, sin una propuesta alternativa que pudiese incomodarle, sólo ensanchó la autopista por la que discurría el balcánico con el acierto en su planteamiento. Lejos de la línea de fondo, remando de lado a lado, Sinner resultó inofensivo. Sólo alzó la voz en el sexto juego del segundo set, con dos bolas que le hubieran dado la igualada a tres. Al igual que le sucedió a Alcaraz en la semifinal del sábado, no pudo sacar provecho de ellas, replicado por dos saques ganadores de Nole que no fue capaz de restar.

Siempre con el agua al cuello, amenazado en cinco ocasiones con quedarse a una distancia sideral en el marcador, si algo ofreció el tenista de San Candido, errático ante algunas concesiones de Djokovic en el segundo set, fue esmero y dignidad, virtudes de las que siempre podrá presumir tras su admirable actitud ante Rune, pero que en esta ocasión no fueron suficiente bagaje para derrotar al hombre a quien había salvado del naufragio.

kpd