Cumpleaños angustioso y los fantasmas del ‘Centenariazo’ en una sufrida clasificación del Madrid

Cumpleaños angustioso y los fantasmas del 'Centenariazo' en una sufrida clasificación del Madrid

La bóveda del Bernabéu se estrenó en la Champions para alimentar un ambiente que se aventuraba de baja intensidad por el resultado favorable cosechado en la ida, en el Red Bull Arena de Leipzig. El objetivo era multiplicar los decibelios para recrear la coreografía de las grandes noches en un día especial: el 122 aniversario de club dominador de Europa. El recibimiento al autobús de los jugadores fue atronador, como en las jornadas de las épicas remontadas. Todo preparado para una fiesta que resultó menos lustrosa de lo esperado debido a la incómoda visita de un Leipzig que no se acomplejó en un escenario diseñado para intimidar. Los fantasmas del Centenariazo del Deportivo y de la exhibición de Ajax en 2019 se pasearon por el coliseo blanco en otro 6 de marzo.

Jude Bellingham acudió a la cita con rabia porque por la mañana el Comité de Competición le sancionó con dos partidos por menosprecio o desconsideración a Gil Manzano por el «Its a fucking goal» de Mestalla. El Real Madrid recurrirá a Apelación para reducir a anular el castigo del inglés. En principio se perderá los encuentros contra el Celta del próximo domingo en el Bernabéu y el del día 16 contra Osasuna, en Pamplona. Si se mantiene la sanción, Bellingham no volverá a jugar con el equipo de Carlo Ancelotti hasta el 31 de marzo, el domingo de Semana Santa, debido al parón de las selecciones.

El polivalente centrocampista volvió a ser el faro del juego ofensivo de un equipo que presentó una fisonomía distinta a la habitual, con un 4-4-2, con el inglés y Vinicius en la punta y con Valverde escorado a la derecha. Banquillo para Rodrygo y Brahim.

Un cambio de planteamiento que proporcionó más presencia numérica en la medular, para reducir las consecuencias de las pérdidas y para frenar los contragolpes de Dani Olmo y Xavi Simons. Nacho retornó a su posición de central y Tchouameni, a la de pivote. Más cemento en el pasillo de seguridad. Mucho respeto para la escuadra que en la ida convirtió a héroe a Lunin, con aquellas salvadoras paradas.

En la primera parte, el Madrid no se sintió cómodo ante un adversario muy abierto en las bandas. El Leipzig metió el miedo en el cuerpo con cuatro peligrosas llegadas en el área blanca. Silbidos en la grada.

En la reanudación, Ancelotti apeló a Rodrygo y al factor talismán del delantero brasileño en la Champions. Camavinga fue el sacrificado. El relevo apenas alteró la dinámica, con un juego descontrolado del Madrid y con presión constante del cuadro germano. Otra vez las manos milagrosas de Lunin.

Los agobios disminuyeron momentáneamente con el tanto de Vinicuis. Liberación para Ancelotti que celebró el tanto y se olvidó de sus problemas fiscales. Pero la respuesta de Orbán fue inmediata y las pulsaciones volvieron a dispararse y no se calmaron hasta el angustioso final. Sí, hubo otras clasificaciones para cuartos y otros cumpleaños más placidos.

kpd