Cristiano Ronaldo, Rey de Riad, capricho de Arabia y un pellizco de los 300.000 millones para invertir: “Es parte de la Vision 2030”

Cristiano Ronaldo, Rey de Riad, capricho de Arabia y un pellizco de los 300.000 millones para invertir: "Es parte de la Vision 2030"

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Los saudíes entregan su gran ciudad al portugués para transformar la imagen del país. Tiene alquiladas 17 habitaciones del mejor hotel de la capital y su pareja ha recibido un permiso especial. “El dinero viene del gobierno, no del Al-Nassr”, comentan los ciudadanos.

Cristiano Ronaldo, durante su presentación.AHMED YOSRIMUNDO

La Riad que conoció la Supercopa de España hace un año no es la Riad de enero de 2023. Sigue siendo polvo, arena y asfalto en un terreno inmenso en mitad del desierto porque esa es su esencia, que no su encanto, pero su realidad ha cambiado. «Hay más tráfico», dicen sus ciudadanos, «pero la ciudad parece otra, hay muchas más opciones de ocio». Un ocio limitado a restaurantes y tiendas de ropa que en los últimos años se ha inclinado también al deporte. Y es ahí donde aparecen el nombre y los apellidos de la gran atracción de este inicio de año en Arabia Saudí: Cristiano Ronaldo. El último capricho de un país que insiste en utilizar el deporte para mejorar, y lavar, su imagen hacia el exterior y que ya ha gastado más de mil millones en ello. Y lo que queda. Cueste lo que cueste.

«¡Hala, Ronaldo!». Los carteles dando la bienvenida al portugués tras su fichaje por el Al-Nassr inundaron todas las calles de la capital saudí la semana pasada, dieron la vuelta al mundo y pusieron a Riad en el centro del mapa mediático. Y siete días después, el ‘capricho CR7‘ ha dado paso al capricho de la Supercopa. Ya no hay imágenes de Cristiano en el centro de la ciudad, tampoco en el Mrsool Park, donde juega sus partidos el conjunto saudí, ni siquiera en su ciudad deportiva, donde visitó ayer al Real Madrid. Nada. Sólo en la tienda del club se encuentran camisetas con su nombre. Se han agotado las de talla M y L, las más comunes, pero quedan de niño. ¿El precio? Casi 100 euros… «¡Sold out! ¡Sold out! (Todo vendido)», nos dicen. Pero en el resto de la ciudad es como si de repente ya no existiera. Así funcionan los caprichos. Ayer Cristiano, hoy la Supercopa y en una semana, cuando el PSG de Messi venga a jugar a Riad contra Ronaldo, de nuevo la locura.

Dakar, F1, MotoGP, golf, ciclismo…

«Es una gran imagen para el país, pero al final es sólo un futbolista», comenta Haid, que se ha empeñado en recorrer con su taxi toda la ciudad en busca de los carteles de Cristiano: «Hace una semana estaba todo lleno. En un mes todo el mundo se olvidará de él y pensaremos en otra cosa. La Fórmula 1, el golf… Lo que sea. Esto funciona así», admite, y no le falta razón. Es la misma Arabia que hace siete días alucinaba con Cristiano, hace 10 estaba pendiente del Dakar y mañana vibrará con el clásico de la Supercopa.

Es el ciclo del deporte y del dinero saudí, clave para mantener al país en el foco mediático. El GP de Fórmula 1, la Fórmula E, el de MotoGP que llegará el año que viene, el Saudi Tour de ciclismo, el LIV de golf, las carreras de caballos con más premios del mundo, peleas de boxeo, la Supercopa de Italia… La lista de eventos mundiales que se celebran en Arabia es interminable. Pero el evento Cristiano, eso sí, es diferente.

“Aseguran que batirán pronto a Emiratos y Qatar”

«Forma parte de la Visión 2030 del príncipe heredero. Se trata de transformar el país a todos los niveles y ahí también entra el deporte. Se está invirtiendo mucho en instalaciones, en fichajes, en contratar expertos en el sector…», reflexiona en este periódico Mohammed Essa, delegado de LaLiga en Arabia Saudí. «La llegada de Cristiano es un logro para el país y le hace competir con sus vecinos de Emiratos y Qatar. Aquí aseguran que les van a batir pronto y que vendrán más fichajes», añade. El documento de 236 páginas de la Visión 2030 explica el plan de organizar 45 eventos deportivos de máximo nivel, la construcción de casi 5.000 instalacionesdeportivas y la presencia de siete atletas del país en los Juegos Olímpicos de 2024.

Ese «competir con Emiratos y Qatar» no es sólo a través de eventos deportivos, sino con acciones que pongan a Arabia Saudí en el primer plano del mapa mundial, una situación para la que dieron un paso adelante hace más de un año: la compra del Newcastle. Una operación gestionada por el Public Investment Found dirigido por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, que convirtió al conjunto de la Premier League en el club más rico del mundo porque dicho fondo tiene una fortuna superior a los 300.000 millones de euros. 14 meses después de la compra y habiéndose gastado más de 200 millones, ya es tercero en la tabla.

“El Al-Nassr no tiene tanto dinero…”

El éxito deportivo del Newcastle a pesar de los problemas de imagen cuando se aprobó el acuerdo convencieron al gobierno saudí para continuar con las inversiones deportivas. Y ahí apareció la opción de Cristiano y ese histórico contrato de 200 millones. «El Al-Nassr no tiene tanto dinero. Es un dinero que viene del gobierno. Es evidente», admite Haid en el taxi. Este periódico ha intentado contactar con directivos del Al-Nassr, pero «esta semana hemos tenido más de mil peticiones», argumentan.

«La llegada de Cristiano va a suponer un cambio en la liga y en el país, un antes y un después», reflexiona en EL MUNDO Álvaro Medrán, ex jugador del Real Madrid y ahora futbolista del Al-Taawoun de Riad. «Esta liga sólo se retransmite en Arabia y creo que ahora muchos países querrán los derechos. Creo que servirá para que el país se abra más a nivel turístico».

Si en Madrid o Manchester acercarse a la casa de Cristiano Ronaldo era una cuestión complicada, en Riad es más fácil. El portugués, que se mueve, lógicamente, con seguridad privada, se aloja en el lujoso hotel Four Seasons, en lo alto del Kingdom Centre, el rascacielos más famoso de Riad. A la espera de conseguir una casa en el barrio de Al Muhammadiyah, donde está la clase alta, pasa las horas con su familia en las 17 habitaciones que tiene alquiladas a razón de 284.000 euros al mes. A su lado está su pareja Georgina, a la que el gobierno saudí tuvo que hacer un permiso especial para poder vivir con él, ya que la ley islámica no les permite vivir juntos al no estar casados.

Desde ahí, Cristiano deberá recorrer en coche los 30 kilómetros de excesivo e insoportable tráfico que separan el hotel de la ciudad deportiva del Al-Nassr, situada al oeste de la ciudad. Un humilde complejo rodeado de casas bajas, talleres de mecánica, locales comerciales y varios campos de fútbol de tierra donde juegan jóvenes de clase baja que sueñan con un día ser como él. Ayer, entre baterías de litio, basura y ruinas, jugaban mientras su ídolo entrenaba a 50 metros. Es la ilusión del fútbol.

kpd