Del "chico que acaba de llegar" y se la juega a una leyenda mucho más allá de las medallas, el adiós de Llull a la selección: "Prefiero tener el balón y sólo seis segundos por jugar"

Del “chico que acaba de llegar” y se la juega a una leyenda mucho más allá de las medallas, el adiós de Llull a la selección: “Prefiero tener el balón y sólo seis segundos por jugar”

Fueron 173 partidos, uno más que Alberto Herreros, uno menos que Fernando Romay, el 15ª en la lista de históricos de la selección española. El primero, un 14 de agosto de 2009, en Las Palmas contra Cuba, un amistoso en el que llevó el dorsal 18 a la espalda. El último, el pasado verano en el Pierre Mauroy de Lille, uno de los escenarios icónicos de su periplo con España (allí, en 2015, fue parte de la histórica semifinal contra Francia), en la derrota contra Canadá en los Juegos de París. Camino de los 38 años, Sergio Llull, sin rastro de decadencia en su baloncesto, dice adiós a la camiseta que jamás rechazó, la que formó parte de su leyenda y en la que deja un legado que va mucho más allá de canastas imposibles y medallas.

Lo hizo este lunes en Madrid, acompañado por la presidenta Elisa Aguilar y por varios de los tipos con los que acumuló éxitos, su familia de cada verano, el patio de su recreo. Allí, en el Museo de la FEB en Alcobendas, estaban Jorge Garbajosa,Ricky Rubio, Felipe Reyes,Rudy Fernández, Sergio Rodríguez, Juan Carlos Navarro, Willy Hernangómez, Víctor Claver, Santi Aldama... y, por supuesto, Sergio Scariolo, el que le hizo debutar y con el que jugó su último partido. "Nunca podré devolverla la confianza que me dio", le dijo un Llull emocionado.

Que abrió su discurso con un guiño a su condición mágica, a ese don para resolver partidos con el corazón en un puño: "Estoy nervioso, prefería tener el balón en las manos y solo seis segundos por jugar". Con la selección Llull vivió momentos únicos y conquistó hasta siete medallas en 13 torneos, entre ellas el oro Mundial de China en 2019. También tres cetros continentales (2009, 2011 y 2015), la plata olímpica de Londres 2012, el bronce de Río 2016 y el del Eurobasket de Eslovenia en 2013. Pero también experimentó sinsabores, deportivos (como la eliminación en el Mundial patrio de 2014 o los dos últimos veranos sin medalla en el Mundial de 2023 y en los Juegos de París) y físicos. Con España, en un partido amistoso de preparación para el Eurobasket 2017 en Tenerife, el balear sufrió la peor lesión de su carrera, la rotura de los ligamentos de su rodilla. En 16 años sólo se perdió ese verano y el del Eurobasket 2022, lesionado también antes de empezar. "Me he dejado el alma... y alguna parte de mi cuerpo".

Llull, rodeado por los históricos de la selección, en su despedida.

Llull, rodeado por los históricos de la selección, en su despedida.Eduardo Candel Reviejo / FEBEFE

Llull, al que costó encontrar hueco y protagonismo en el colectivo que venía de ganar el Mundial de 2006, amaneció con la osadía que siempre ha caracterizado su carrera. En ese Eurobasket 2009 protagonizó un momento iniciático e inolvidable, jugándose la última posesión del partido contra Turquía y recibiendo la recriminación pública de Marc Gasol, con el tiempo su compañero inseparable. "Teniendo a Pau en el campo, jugársela con el chico que acaba de llegar... Pasan estas cosas", explotó el gigante. España acabaría ganando ese oro, en pleno apogeo de la edad dorada. Tras el Mundial 2010, llegó el oro en el Eurobasket de Lituania, la plata en Londres, el bronce con Orenga en Eslovenia... Y el cielo del oro Mundial en Pekín, donde Llull dejó una de sus mejores noches con la selección. En el angustioso partido de semifinales contra Australia, con dos prórrogas, anotó 17 puntos (cuatro triples) y repartió seis asistencias.

Llull, con la Copa del Mundo en 2019.

Llull, con la Copa del Mundo en 2019.EM

"Ha sido un honor y un auténtico privilegio defender la camiseta de la Selección. He tenido la suerte de coincidir con una generación irrepetible de jugadores, auténticos ídolos para mí, y espero haber ayudado a trasmitir los valores de La Familia a las nuevas generaciones", concluyó Llull, irrepetible.

"Me siento un privilegiado por cada campeonato, por cada paso", reconocía el menorquín (que, curiosamente, se va sin afrontar un torneo como capitán) en una entrevista con EL MUNDO durante el pasado Preolímpico de Valencia, al que acudió como garante del legado, justo los días que nacía su tercera hija, Almudena.

Sergio Llull anuncia su retirada de la selección española: "He intentado dejarme el alma... Y alguna parte de mi cuerpo"

Sergio Llull anuncia su retirada de la selección española: “He intentado dejarme el alma… Y alguna parte de mi cuerpo”

Otra leyenda que se va. Después de despedir hace unos meses a Rudy Fernández, la selección española de baloncesto dice adiós ahora a Sergio Llull. El base del Real Madrid ha anunciado hoy su retirada definitiva del combinado nacional tras ganar un Mundial, tres Eurobasket, un bronce continental, una plata en los Juegos de Londres 2012 y un bronce en los de Río 2016.

"Cierro mi etapa como jugador de la selección. Ha sido un honor y un privilegio, un viaje increíble en el que he intentado dejarme el alma. También me he dejado alguna parte de mi cuerpo", aseguró, en referencia a su grave lesión de rodilla. "Estoy un poco nervioso. Preferiría tener el balón en la mano con seis segundos por jugar y uno abajo", bromeó.

Llull ha sido una leyenda de la selección española. Ha disputado 173 encuentros oficiales. Debutó el 14 de agosto de 2009 en un partido de preparación del Eurobasket de ese verano ante Cuba, con siete puntos, y desde entonces ha sido un fijo para todos los entrenadores. Levantó ese torneo en septiembre y ha repetido en todos los veranos que su cuerpo le ha permitido.

El Mundial 2010, donde España cayó en cuartos, el Eurobasket ganado en 2011, los la plata de los Juegos de Londres 2012, el bronce en el Eurobasket de 2013, la decepción de los cuartos del Mundial de España 2014, el título en el Eurobasket de 2015, el bronce olímpico en Río 2016, el Mundial conquistado en 2019, el sexto puesto en los Juegos de Tokio 2021, el noveno del Mundial 2023 y el décimo de los Juegos de París 2024. Sólo se ha perdido, y ambos por lesión, el Eurobasket de 2017 y el Eurobasket de 2022.

16 años de servicio a 'La Familia' del baloncesto español que terminan ahora, con 37 años y después de una carrera de títulos con el Madrid y la selección. En su despedida han estado varios de los que han compartido trofeos con él: Rudy, Marc Gasol, Ricky, Navarro, Felipe Reyes, Garbajosa, Scariolo... Y destacó en alto un mensaje: "Mi deseo es seguir jugando con mi club". Adiós a la selección, pero todavía con pilas para dar alegrías al madridismo.

Para Llull siempre es abril cuando entra en el Palau

Para Llull siempre es abril cuando entra en el Palau

Actualizado Domingo, 6 abril 2025 - 22:37

Los teóricos anticipan retiradas, los prácticos confían en quien funda su carrera legendaria en la experiencia. Lo probado. Con este tipo de dimensiones de la cancha y altura del aro, lo cual es inmutable para los reguladores, Sergio Llull y su sentido del espacio y del tiempo podrá jugar otro lustro más. Está totalmente seguro de que cada vez que lanza, encestará. Da igual la profundidad del cañonazo: nunca es una salva, siempre salvador para el Real Madrid. No entiende el menorquín de hacerlo sin munición. Sí entiende de curvas. Empirismo.

Para saber más

La última parábola fue un disparo librado que tenía que tomar. No estaba defendido, Jabari se equivocó. Demasiado sencillo para Llull. Con tanto territorio este tipo de jugador a veces duda, y de ahí vino el milagro de la subida y el error. El error fue darlo por fallado. Pues de forma milagrosa, volvió a entrar. Llull lo hizo de nuevo. Fue titular, anotó 19 puntos y con la mirada siempre motivadora del que fue su referente, su antiguo compañero de selección Juan Carlos Navarro, hizo otro gran partido.

Joan Peñarroya decidió jugar sin center tras los errores imperdonables de Yousupha Fall. El Barça vivió con cinco pequeños y murió en el rebote de Tavares. Perder contra el máximo rival en liga regular de ACB no parece que les doliera mucho, ya que fue muy competido. Las bajas de Lapro, Núñez, Metu, Vesely y Sarr unen a los que quedan y la opción real de playoff directo en Euroliga les enfoca en el viernes. Laporta le cerró a la sección la opción de fichar base o no base por motivo económico y la necesidad hizo virtudes. Sin peluca, sin comicidades, pero Brizuela y Parra están jugando al mejor nivel posible desde que su actual club pagó sendas cláusulas de rescisión.

La gran sorpresa es que fue un clásico en el que los jugadores seleccionables fueron muy protagonistas. Llull, Joel, Darío. Y además, minutos para Willy, Abrines, Abalde, la defensa de Garuba e Ibaka. E incluso el mejor más/menos fue para Raúl Villar, un base de bachillerato que en siete minutos mostró practicidad y ningún error. En un baloncesto español de cantera donde la calamidad de la proliferación imparable de los jugadores de dudosa edad contamina lo que debería ser la pureza de la formación y llegada al profesionalismo. De ahí la noticia nacional.

Parra parece revivido. Es una diversión verle jugar y conectar con grada y compañeros. Pero la vid no enseña la flor hasta mayo o junio. ¿Llegará este Barça a la F4 o a la final de Liga, así, a la heroica? Lo que sí ha explotado es la blancura de los valles del cerezo. Llull dejó el florero y se llevó la flor. Y no olviden que para él siempre es abril cuando entra en el Palau Blaugrana.

Vuelan los sueños de Unicaja, bravísimo campeón de Copa tras triturar al Real Madrid

Actualizado Domingo, 16 febrero 2025 - 22:09

Vuelan los sueños de Unicaja, la confirmación en el Gran Canaria Arena de un equipo que es una revolución, campeón de Copa tras pasar por encima del Real Madrid. La tercera de su historia, la segunda en tres años, el quinto título de la era Ibon Navarro. Vuelan los sueños como canta su himno, la emoción de una ciudad transferida a una cancha de baloncesto. [Narración y estadísticas (93-79)]

El Carpena estaba en Las Palmas, una fiesta en las tribunas de los que se frotan los ojos ante lo impensable, ante lo que nunca ocurría, que lo grandes no ganen la Copa. Pero este Unicaja es tan grande que es capaz de doblegar al Madrid hasta hacer gris y pequeñito, derrotándolo de principio a fin, una lección táctica y una lección emocional hasta casi humillarle. Fueron esta vez Kendrick Perry y Cameron Taylor sus puntales, como en la semifinal Alberto Díaz y Yankuba Sima. Igual da, este Unicaja es un colectivo con 14 estrellas y así lo labra el mago Ibon.

En el parqué del Gran Canaria Arena estaban los dos equipos más pujantes, con bastante diferencia, de los últimos tiempos del baloncesto español. Lo del Unicaja no es un espejismo. Ahí están sus hazañas, su porcentaje de victorias en ACB y, sobre todo, su estilo. "Nos reconocerían aunque jugáramos de rojo", presume Navarro, el tipo que lo cambió todo hace ahora tres años, cuando venía de un despido en Andorra.

Fieles a eso, fiereza, frenesí, continuidad y sello español en la plantilla y reparto de egos y responsabilidades, los malagueños avanzan y conquistan, hasta tal punto que habría que preguntarse dónde estarían si disputaran la Euroliga (renunciaron para estar en la Champions League de la FIBA, de la que son campeones, jugosa económicamente y menos exigente). Esa donde el Real Madrid pena este año, asunto que tendrá que resolver en breve.

El Madrid, pues, no era tan favorito como podría parecer. Ya fue derrotado por los verdes en la final de la Supercopa y en las semifinales de 2023 en Badalona donde Unicaja inauguró su tiempo. Era partido de tú a tú, una final de altísimo nivel desde el despertar, con triples como puñales de Osetkowski y Perry que eran un síntoma: Ibon Navarro iba a resolver sus problemas defensivos con descaro total en ataque. Así, Sima, decisivo en semifinales contra Tenerife, cometió dos faltas en 50 segundos ante Tavares. Y al poco culminó un contragolpe con un brutal mate.

Unicaja hacía que el Madrid no se sintiera cómodo y gozaba de pequeñas ventajas, apoyado en su perímetro (6 de 11 al descanso) y sobreviviendo al dominio total blanco del rebote. Hugo González, 19 recién cumplidos, irrumpió en su primera final con el descaro y la seguridad en sí mismo de las estrellas. Chus Mateo lograba mantener una defensa dura, pero no dar caza al rival. Cuando Ibaka puso por delante al Madrid, respondió Unicaja con un 8-0. Y, pese a la antideportiva a Osetkowski por golpear a Musa, los andaluces se fueron mandando al descanso (39-36).

Esa inercia se confirmó a la vuelta. Una de las razones de la falta de fluidez del Madrid era Campazzo, que lleva unas semanas sin ser él. Su primera canasta llegó entonces, cuando ya parecía una labor personal sacar a su equipo del apuro. Porque Unicaja, bravísimo, martilleaba con triples y más triples, para una ventaja que fue una alerta roja (56-44).

El triple sobre la bocina de Llull, tras recorrer la pista, fue un pequeño alivio. Como el de poco después. Pero pronto se comprobó que esta Copa no se le escapaba al Unicaja. Perry, MVP, el mejor de la noche, agarró por la pechera la responsabilidad. Kravish completó una soberbia actuación con su enésimo triple mientras Hezonja perdía los nervios y sólo Llull intentaba la heroica. Pero una técnica precisamente al balear acabó con lo que se daba. Vuelan los sueños de Unicaja, del merecidísimo campeón.

Los ricos quejicas

Los ricos quejicas

El Real Madrid ya lleva disputados, entre la Liga Endesa, la Euroliga y la Supercopa, 41 partidos oficiales esta temporada. Podría acabar jugando 90. Del equipo de fútbol, del fútbol en general, huelga hablar. Todos conocemos sus calendarios y apreturas, que, incluso, producen episodios de ciencia-ficción. Cuando el Madrid se desplazó de Cartagena a Yeda, de la copita murciana a la Supercopa saudí, de la modestia huertana a la opulencia petrolera

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El Real Madrid toma impulso y Llull es más leyenda

El Real Madrid toma impulso y Llull es más leyenda

Desde la derrota en casa contra el Zalgiris -eso que se llama tocar fondo porque no hay mucho más por debajo-, la que dejó en el mismo alambre del despido a Chus Mateo, el Real Madrid ha protagonizado una reacción. Sin alardes, aún con tantas cosas por pulir, pero al menos con el afán competitivo que les caracterizaba recuperado. Son cuatro victorias consecutivas en Euroliga (un balance de 6-1 sumando ACB, donde cayó en su visita al líder Valencia), un empujón clasificatorio y anímico más que necesario. [88-76: Narración y estadísticas]

Y un impulso en su baloncesto, en su energía, en la misma forma de afrontar los partidos. En ese vestuario hubo una conjura. O algo parecido. Sólo hubo que ver el comienzo del primer partido del año, el mismo Bayern que derrotó al Madrid en la jornada inicial, el equipo que más anota de la Euroliga (87,1 puntos por partido) y una de las gratas sorpresas del arranque, quinto hasta este viernes. Puesto en su sitio desde el mismo amanecer, con una labor colectiva de los de Chus Mateo, desde Abalde -siete puntos en el inicio, qué solidez- hasta Hezonja, pasando por la genialidad siempre oportuna de Llull (en su partido 426 en la competición, el que le convertía en el jugador con más presencias, adelantando a Kyle Hines) o a los pespuntes cada vez más crecidos de Hugo González. No se echó de menos a Gaby Deck.

Campazzo

Pronto la distancia superó la decena (31-18) y, aunque con Feliz y Garuba carburó algo peor el grupo y el Bayern se acercó tras un 2-10 de parcial, volvió la alegría, la fluidez, el ritmo con Campazzo, un arreón antes del descanso que dejó tiesos a los de un Gordon Herbert que ni a su estrella (Carsen Edwards, máximo anotador de la Euroliga) encontró. Los 12 soldados de Mateo habían anotado ya al descanso.

La reanudación resultó extraña. Entre la lección aprendida de los alemanes y la sensación de trabajo ya finalizado del Madrid, deambuló el partido en una calma que no convenía, por el mismo hecho de volver a la desidia. La diferencia no se había reducido demasiado, pero el Bayern, tras un triple de Voigtmann y un dos más uno de Napier, bajó de la decena. Otro parcial en contra con Feliz en pista.

Así que tuvo que volver Campazzo para evitar sustos, para detener el ímpetu de Napier. Y lo consiguió, como casi todo lo que se propone. La segunda parte deslució algo el show, pero no dejó de ser un triunfo sin sobresaltos y, sobre todo, coral (aunque, extrañamente, con pocas asistencias). El máximo anotador blanco fue Musa (15 puntos) y sólo dos más, Hezonja y Campazzo, alcanzaron la decena. Y el Madrid ya es octavo.

Un Madrid sin rumbo naufraga ante el Fenerbahçe

Un Madrid sin rumbo naufraga ante el Fenerbahçe

Actualizado Jueves, 5 diciembre 2024 - 23:04

El sexto y último triple de Nigel Hayes-Davis, con el reloj casi a cero, soliviantó a la afición del WiZink, que despidió al Real Madrid con algunos pitos tras su octava derrota en 14 jornadas de la Euroliga. Dos días después de su derrota en el último segundo en Villeurbanne, los blancos naufragaron sin remedio ante el equipo de Sarunas Jasikevicius, liderado por el ex alero del Barça, autor de 33 puntos. [Narración y estadísticas (70-82)]

Por segundo año consecutivo, el equipo de Estambul se llevó el triunfo del WiZink, ahondando en la crisis del Madrid. Tras un arranque esperanzador, los locales volvieron a ofrecer un nivel muy pobre. No sólo a la hora de mostrar una mínima competitividad defensiva, sino a nivel anímico. Al triunfo en el Palau, después de dos prórrogas, le siguen estos tres tropiezos consecutivos (Joventut, Asvel y Fenerbahçe).

Del 20-12 con el que se cerró el primer cuarto, gracias a algunos destellos de Sergio Llull y Facundo Campazzo, se pasó a un parcial de 4-20, cerrado con un triple de Nicolo Melli. Las dudas volvían a acechar al vigente subcampeón del torneo, con el rumbo cada día más perdido.

Tortura y desesperación

De los vestuarios asomó el Madrid con cierto empaque, apretando para fortificar su aro auxiliado por Walter Tavares. El pívot no solo cerró la puerta de los suyos, sino que además encadenó seis puntos seguidos. Aun así, acabó recuperando la compostura el Fenerbahçe hasta tal punto que, de manera silenciosa y desprovisto de arabescos innecesarios, acumuló un 0-9 para lograr una renta de 13, la mayor del enfrentamiento, a la media hora (47-60, m.30).

No frenó ahí la tortura ya que el cuarto decisivo se inició con un triple de Hayes-Davis, quien durante toda la tarde dio la sensación de encontrarse en el patio de su casa, haciendo diana con una fluidez pasmosa. Las circunstancias adversas no hicieron que el Madrid bajara los brazos. De hecho, por momentos amagó con acercarse y dejó un par de mates de bella factura, especialmente uno de Mario Hezonja de espaldas.

Pero así como el curso pasado daba la sensación de que el equipo era capaz de remontar en cualquier situación, por muy mal que pintase, en este el panorama es completamente opuesto, dejando incluso imágenes de desesperación como la del propio Hezonja, expulsado tras dos técnicas consecutivas. El Fenerbahce, con oficio, cerró un triunfo merecido y aumentó las dudas de un rival que cada vez preocupa más.

El Madrid se deshace en el último minuto ante el Maccabi

El Madrid se deshace en el último minuto ante el Maccabi

Actualizado Jueves, 31 octubre 2024 - 22:52

Un parcial de 7-0 en los últimos 98 segundos, coronado con un gran lanzamiento desde seis metros de Saben Lee en el último segundo, obraron la remontada del Maccabi en la Sala Pionir de Belgrado, donde el Real Madrid protagonizó un nuevo capítulo en su pésima racha a domicilio. La sexta del curso. La cuarta en la presente Euroliga. [Narración y estadísticas (79-78)]

De nada sirvieron los 18 puntos de Mario Hezonja, ni los 16 puntos y siete asistencias de Facundo Campazzo, porque el vigente finalista del torneo volvió a ofrecer preocupantes errores de concentración. No sólo a la hora de cerrar el rebote defensivo, sino para sentenciar a un adversario que venía de sumar tres tropiezos consecutivos.

En esa precupante montaña rusa de sensaciones, el Madrid dejó escapar un triunfo que parecía seguro. Una espectacular bandeja Xavier Rathan-Mayes, más dos tiros libres de Campazzo y una bandeja de Gabriel Deck subían el 72-78, que dejaba casi en la lona al cuadro de Oded Kattash. Sin embargo, la reacción hebrea tomó forma tras un espectacular triple de Jasiel Rivero y la fallida réplica, escupida por el aro, de Hezonja.

La zurda de Jokubaitis

Rokas Jokubaitis, uno de los más inspirados del Maccabi, dibujó entonces una gran jugada para que Rivero anotase desde abajo (77-78). Con 36 segundos por delante, Campazzo forzó una penetración, pero ni su intento, ni el posterior palmeo de Edy Tavares y Deck dieron fruto. Sergio Llull pudo robar ante Jokubaitis, aunque los árbitros, tras la revisión en vídeo, otorgaron la última posesión al Maccabi.

Entonces, Lee mostró ese descaro anotador que había cautivado a los ojeadores del Maccabi. Nada se pudo objetar a la defensa de Deck, que provocó un lanzamiento muy forzado. Sin embargo, el ex base de los Pistons rubricó una de esas canastas que pueden marcar un cambio de tendencia para el eterno campeón israelí. De momento, la inercia negativa corresponde al Madrid.

La apoteosis del recién ascendido Leyma Coruña: un 3+1 en el último suspiro para tumbar al Madrid

La apoteosis del recién ascendido Leyma Coruña: un 3+1 en el último suspiro para tumbar al Madrid

Actualizado Domingo, 29 septiembre 2024 - 21:33

Una acción de 3+1 de Yunio Barrueta a falta de dos segundos para el final permitió al Leyma Coruña arrancar su aventura en La liga Endesa con un histórico triunfo ante un Real Madrid, que dominó durante 39 minutos, pero acabó sucumbiendo ante el acierto desde el perímetro del equipo local (13 triples). [Narración y estadísticas (86-85)]

El vigente campeón de Liga entró en los últimos tres minutos con una sustanciasl ventaja (72-80), pero Brandon Taylor salió al rescate para llegar con vida al último suspiro. Facundo Campazzo no falló desde la línea de tiros libres para poner el 82-85. Faltaban 12 segundos. El Leyma buscó un ataque largo y Dzanan Musa perdió de vista a Barrueta, que forzó la falta y metió un triple lejano contra el tablero.

La locura se desató en el Coliseum. Los 9.300 aficionados se levantaron de sus asientos cuando el cubano encestó el tiro libre. Chus Mateo pidió tiempo muerto. Restaban 1,4 segundos. El Real Madrid buscó a Sergio Llull, pero su tiro no entró. La primera victoria naranja en la ACB llegó ante el subcampeón de la Euroliga.

Parcial de 12-1

El Real Madrid cometió muchos errores, algunos imperdonables en momentos decisivos. La transición blanca necesita tiempo. Sin Serge Ibaka por lesión, sufrió durante muchos minutos en la pintura. Esta derrota, unida a la de la final de la Supercopa, probablemente desencadenará la llegada de algún refuerzo.

El equipo de Chus Mateo golpeó de salida, dominando el rebote y un triple de Campazzo disparó marcador (9-17), aunque las rotaciones dieron otro aire al ataque naranja. Siguiendo la estela de Ingus Jakovics -ocho puntos en el segundo cuarto-, el cuadro de Diego Epifanio empezó a limar su desventaja hasta culminar su remontada (30-28, min.15) tras un parcial 12-1 que había obligado a un tiempo muerto a los visitantes.

El Leyma tenía bien controlado a Edy Tavares, pero en los momentos de dudas apareció Sergio Llull, autor de 14 de los 22 puntos de su equipo en el segundo cuarto. Duro castigo para un Leyma que había dejado de encontrar buenas posiciones de tiro. Eso permitió al Real Madrid castigarlo con rápidas transiciones, y marcharse al descanso con una cómoda renta (37-44).

Incapaz de sentenciar

El Leyma se suicidó en el arranque del tercer cuarto con varias pérdidas infantiles, pese a un tiempo muerto cuando solo había transcurrido poco más de un minuto. Campazzo y Mussa castigaron al equipo gallego con dos triples. Pero desde la línea de 6,75 también reaccionó el equipo naranja. Encestó tres triples seguidos -2 Barrueta y otro de Taylor- para volver a meterse en el partido.

El Madrid jugaba con el marcador a favor, pero era incapaz de sentenciar. Y lo pagó. Entró en los últimos tres minutos con una renta que parecía suficiente (72-80), pero Taylor se encargó de alimentar el sueño naranja, antes que Barrueta firmase su apoteósico '3+1'.

Más allá de las sorpresas de un inicio de temporada

Más allá de las sorpresas de un inicio de temporada

El campeón 2024, vencido por un equipo coruñés que debutaba en la primera categoría del baloncesto español. La derrota del Real Madrid -unida a las de dos de los equipos importantes de esta competición, el Baskonia y el Valencia- ilustra un cambio de era que llega al baloncesto de clubes como ya ha llegado a la selección nacional.

Ya se vio en la primera mitad en La Coruña entre un equipo, el hoy llamado Leyma, que nunca ha jugado en la Liga ACB a

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