Dinamarca empata con Serbia y pasa como segunda al haber visto menos amarillas

Dinamarca empata con Serbia y pasa como segunda al haber visto menos amarillas

Actualizado Martes, 25 junio 2024 - 23:13

Aquella gloriosa y sorpresiva victoria en el verano de 1992 todavía está en la memoria de todos los daneses. Desde el hotel de vacaciones a ser campeones de Europa. Claro que solo un equipo comandado por el talento y el estilo de Michael Laudrup pudo lograrlo. Ahora son otros los nombres, pero la mezcla de juventud y veteranía que tiene esta selección danesa, liderada por Eriksen, tiene mimbres para hacer sufrir a cualquiera. [Narración y estadísticas (0-0)].

Venía de dos empates ante Eslovenia y la favorita Inglaterra y ahora culmina la fase de grupos con otro punto más ante una Serbia que, a pesar de la visita de su ídolo Novak Djokovic, no pudo evitar la eliminación. No hubo otro milagro de Jovic en el último instante ni nada que se le pareciera. Dinamarca dominó de principio a fin y lo hizo a través del balón, que es la forma que tiene este equipo para desplegar todo su potencial. Despacio, sin prisa, pero tampoco sin pausa, ofreciendo a su público un fútbol a la altura de la competición.

Serbia necesitaba un gol

Bah estuvo cerca de rematar a la red un medido centro de Maehle desde la banda, pero la mejor la tuvo Eriksen que, sobrado de calidad y de visión de juego, obligó a Rajkovic a estirarse para sacar un ajustado disparo en el minuto 20. La entrada de Tadic y Jovic tras el descanso ya predecían un paso adelante de Serbia, que necesitaba ganar si quería ser tercero y tener alguna opción.

Avisó con un gol anulado el ex delantero del Real Madrid en el 54 por fuera de juego, pero sus opciones se esfumaban con los minutos. Solo los centros laterales conseguían alterar la tranquilidad danesa. Y con ese estilo y gracias a tener menos amarillas, Dinamarca ya está en octavos para medirse con Alemania. Con este resultado, Croacia deja de ser una de las mejores terceras y queda también eliminada de la Eurocopa.

Southgate desespera a una Inglaterra que tropieza pidiendo la hora contra Dinamarca

Southgate desespera a una Inglaterra que tropieza pidiendo la hora contra Dinamarca

Inglaterra puede llegar lejos porque en su plantilla tiene a algunos de los mejores jugadores del mundo. Bellingham fue el mejor de LaLiga, Foden MVP de la Premier, Harry Kane máximo goleador de la Bundesliga... El talento está ahí y compite de tú a tú con el vestuario de Francia, pero a Inglaterra le falta fútbol. Tiene la suerte de que esta Eurocopa es un torneo corto en el que prima por encima de cualquier cosa el talento, pero sin fútbol es complicado conquistar el continente por primera vez. Lo confirmó ante Dinamarca con un empate (1-1) y una actuación extremadamente decepcionantes.

Southgate, seleccionador inglés, no consigue hacer carburar al equipo. Contra Dinamarca repitió el once de la primera jornada, con el que sufrió para ganar por la mínima a Serbia, y repitió los mismos errores. Ha reconvertido a un lateral como Alexander-Arnold en mediocentro porque no ha encontrado en todo el país una opción mejor, pero ni así los 'Three Lions' fluyen. Al contrario, el colapso es todavía mayor porque el futbolista del Liverpool todavía no se ha hecho a la posición.

Inglaterra es predecible, plana y lenta con balón, y sólo crece en los errores del rival. Así llegó el 0-1. Dinamarca no le hizo ascos a la posesión y sólo sufrió en una única transición, la del primer tanto. Después de un intento de Foden unos minutos antes, en el 17 Bellingham envió un pase al hueco a Walker que se quedó corto, pero Kristiansen, lateral danés, se durmió y el lateral inglés le ganó el duelo. Llegó hasta el área y cedió atrás para que Kane se estrenara en el torneo. Delirio inglés.

El gol, curiosamente, le sentó muy mal a Inglaterra. Bueno, no es que le sentara mal, es que el gol llegó tan pronto que no dio tiempo a ver la realidad de esta plantilla. Sin fútbol no hay química, se nota en el lenguaje corporal de unos jugadores con demasiado por demostrar con su país. Desde Foden a Bellingham, desesperados a pesar de la victoria.

Dinamarca creció con balón. Sus tres centrocampistas, Hjulmand, Hjojberg y Eriksen se hicieron con la pelota crearon muchos problemas a su rival. Los daneses hicieron amplio el campo para combinar por dentro y desequilibraron la defensa inglesa, teórica virtud de Southgate.

Para Alemania o España es fácil pensar con balón y dormir los partidos, tienen jugadores para ello, pero Inglaterra o no sabe, o no puede o no quiere. Vive en el caos. En el 34, Kane se sacó el balón de encima tras un saque de banda y en vez de enviarlo a la otra banda, se lo entregó en la frontal a Kristiansen, que cedió a Hjulmand para que éste probara un disparo desde 28 metros que tocó en el palo derecho de Pickford y se coló en su portería. Un golazo.

Inglaterra estaba K.O, con Saka como único punto de luz, y Dinamarca siguió dominando. Hay que insistir en el lenguaje corporal porque ayuda a entender las situaciones. Quejas, nervios, brazos en alto, protestas a los compañeros y al árbitro... «¿Qué pasa en este equipo?», se anima uno a preguntar a un compañero inglés: «Mira al banquillo». Para los aficionados y periodistas ingleses, Southgate es el problema.

Los cambios de Southgate

Lastrado por un estilo de juego inexistente, el seleccionador inglés movió su árbol, para sorpresa de los expertos. En el 53 quitó a Arnold y metió a Gallagher, un centrocampista, y después de que Foden estrellara un balón en el palo desde la frontal, su posición favorita, el técnico realizó un triple cambio inesperado. Retiró a Kane, Foden y Saka y le dio el ataque a Eze, Bowen y Watkins. Secundarios en el lugar de las estrellas mundiales.

En el 71, Watkins no acertó a definir ante Schmeichel tras un pase al hueco de Bellingham. Parecía que el plan de Southgate podría funcionar, pero el tramo final fue un monólogo danés. Los nórdicos pudieron marcar en tres ocasiones, especialmente en una arrancada de Bah hacia el área que Guedi llegó a salvar.

Inglaterra era un flan, fallando pases cortos, perdiendo los duelos individuales y, de nuevo, con gestos de nervios y desesperación en el césped, en el banquillo y en la grada, que abucheó a su selección. Los británicos terminaron el partido pidiendo la hora, asegurando cuatro puntos y pensando ya en Eslovenia.

El destino de Eriksen, de estar "muerto durante cinco minutos" en 2021 a darle un punto a Dinamarca en 2024

El destino de Eriksen, de estar “muerto durante cinco minutos” en 2021 a darle un punto a Dinamarca en 2024

El 12 de junio de 2021, Christian Eriksen sufrió un paro cardíaco y se desplomó en el césped durante el debut de Dinamarca en la Eurocopa contra Finlandia.

El 16 de junio de 2024, Christian Eriksen ha marcado el gol del empate de Dinamarca en su debut en la Eurocopa ante Eslovenia.

El fútbol tiene estas cosas, una mezcla entre el destino y el talento. Es lógico que Eriksen, el mejor jugador danés de su generación, sea capaz de decidir un duelo continental. La historia, lo bonito, es que lo haga después de todo el sufrimiento vivido y en el mismo momento, tres años después, de la situación que le cambió la vida.

"Estuve muerto durante cinco minutos", admitió el danés hace un par de años, cuando tuvo el valor de reflexionar en público sobre su situación. La imagen permanece en la mente de todos los espectadores. El corrillo danés alrededor de él, el abrazo de Kjaer, capitán, a la mujer de Eriksen, su salida del estadio... Todo. Era imposible pensar en un regreso al fútbol, pero volvió. Vaya si volvió.

Nueve meses después del paro cardíaco y tras haber entrenado con el Odense Boldklub, Eriksen redebutó con en la Premier League con el Brentford. Lo hizo con un ICD, un desfibrilador cardioversor implantable que todavía lleva hoy, pero volvió. En verano de 2022 fichó por el Manchester United y este domingo le dio un punto a su selección en un partido loco frente a la Eslovenia de Jan Oblak.

El cuadro danés, liderado en el banquillo por Kasper Hjulmand, se plantó en Stuttgart con mejores nombres que su rival y lo demostró en la primera parte. Ordenado en defensa y con rigor en el centro del campo, puso su fútbol en las botas de Hojbjerg, Hjulmand y Eriksen, liberado en tres cuartos y sirviendo de enlace con Hojlund y Wind, gigantes y bregadores.

Eslovenia, en cambio, sufrió más. Sus esperanzas eran una buena defensa y los balones largos hacia Sesko, el talentoso delantero del Leipzig, pero sin combinaciones en el centro del campo era difícil sorprender a un equipo tan ordenado como el danés. Lo intentó Sesko en el 16 con un disparo que rozó el palo, pero los minutos le dieron ventaja a Dinamarca.

En el 18, Bah sacó rápido de banda y Wind se la dejó de tacón a Eriksen para que el centrocampista controlara con el pecho y batiera a Oblak casi con la puntera. 0-1 merecido para los daneses, muy superiores en el inicio.

La primera parte fue un vendaval danés sin éxito. Lo intentó Eriksen de nuevo, con un centro-chut que casi se cuela en la meta de Oblak y con un disparo demasiado alto, pero el duelo de Stuttgart se fue al descanso oliendo a 0-2.

Eslovenia reacciona

El intermedio ayudó a Eslovenia, que se sacudió los nervios mientras Dinamarca pensó que ya tenía el partido en el bolsillo. La selección de Matja Kek potenció sus virtudes. ¿Hay que jugar con balones largos a Sesko y Sporar? Juguemos. Y así llegaron sus mejores ocasiones. Schmeichel comenzó a tener trabajo y los daneses sólo encontraron soluciones en algunas contras.

En el 64, Hojlund tuvo el 0-2 a medio metro de Oblak, pero el rojiblanco se hizo gigante en su área pequeña y rechazó el disparo. A partir de ahí, el partido fue esloveno.

Cerin falló un cabezazo clarísimo a centro de Sporar y Sesko estrelló un misil en el palo desde fuera del área para meter miedo a la grada danesa, que ya se temía lo peor.

En el 77, Janza, lateral izquierdo del Górnik Zabrze de la liga polaca, se atrevió con un lanzamiento desde muy, muy lejos que tocó en la espalda de Hjulmand, despistó a Schmeichel y se coló en la portería para hacer el empate.

Dinamarca perdió la identidad que le había hecho ponerse por delante y jugó a lo que Eslovenia quería: lucha y disputas aéreas. Y ahí se fueron sus opciones. Mientras, Sporar malogró las ocasiones finales de los eslovenos, contentos con el empate.