Aymeric Laporte, el capitán sin brazalete y el único jugador que se enfrentó a Luis Enrique (y le costó el banquillo)

Aymeric Laporte, el capitán sin brazalete y el único jugador que se enfrentó a Luis Enrique (y le costó el banquillo)

Desde que obtuvo la nacionalidad española por carta de naturaleza, el 11 de mayo de 2021, Aymeric Jean Louis Gerard Alphonse Laporte (Agen, Francia, 30 años), que así se llama en un DNI interminable, ha sido titular siempre que el equipo tenía algo en juego. Bueno, siempre no. Hubo un día en el que no fue titular y no por su rendimiento deportivo, sino porque estaba castigado. Fue en el tercer partido de la fase de grupos del Mundial de Qatar, ante Japón. Laporte, el tipo duro, el hombre fuerte del vestuario de la selección española, vio desde el banquillo aquel choque porque, dos días antes, en la Universidad de Qatar, en el campo base del equipo, se atrevió a enfrentarse a Luis Enrique.

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Más que a enfrentarse, a decirle a la cara que el equipo debía tener un Plan B para cuando las cosas no salieran bien. Al entrenador asturiano, admirador de sí mismo y de su estilo, no le sentó bien. Era la primera vez, y fue la última, en cuatro años, que un futbolista se atrevía a decirle a la cara lo que muchos, la mayoría, pensaban. Así que Laporte fue suplente contra Japón. Y España perdió, por cierto.

El episodio define muy bien a un tipo, Laporte, Ayme para todo el mundo en la concentración, que desde su debut, el 4 de junio de ese 2021, justo antes de la Eurocopa, ha ido labrándose su propio papel en España. De entrada, hoy ante Dinamarca cumplirá su partido número 40 (dos goles). Es, ya de lejos, el jugador nacionalizado que más veces se ha puesto esta camiseta, muy por delante de Alfredo Di Stéfano (31 partidos), Marcos Senna (28), Rodrigo Moreno (27) y Diego Costa (24). Su llegada no fue fácil. En una rueda de prensa en Las Rozas en aquellos días de 2021, se enganchó con un periodista a cuenta de su sentimiento de pertenencia a España. Ahí empezó una difícil relación con la prensa que continúa hoy, y de hecho, durante la pasada Eurocopa, fue el cabecilla del equipo en su rebelión contra una emisora de radio donde, pensaban en el vestuario, alguien les estaba faltando al respeto.

Ascendencia sobre Gavi

Laporte no se calla. Con un toque altivo si no deja a su interlocutor acercarse, es alguien con una personalidad muy marcada. «No voy a depender de lo que pueda pensar la gente para tomar decisiones en mi vida. Si tomo esas decisiones es porque creo que es lo mejor para mí. Puedo acertar o no, pero hay que respetar», decía el pasado miércoles en una entrevista en la Cadena Ser. Por eso, pese a los muchos reproches que encontró en los micrófonos, dejó el Manchester City hace un par de temporadas para fichar por el Al Nassar saudí. Se especuló mucho entonces sobre si el ritmo de competición de una liga tan débil le podía perjudicar para seguir viniendo a la selección, pero siempre ha sido un indisctubile, también para Luis de la Fuente.

Aymeric Laporte.

Aymeric Laporte.PABLO GARCÍARFEF

En la caseta, cuando Ayme habla, los demás escuchan. Especialmente los jóvenes, sobre los que tiene una ascendencia innegable. Y dentro de los jóvenes, Gavi. El centrocampista del Barcelona, que lleva un año fuera de la selección lesionado, es con quien mejor ha conectado el central, hoy en boca de todos porque en enero podría haber noticia. El Real Madrid tiene su nombre encima de la mesa en caso de que se decida a fichar después de la lesión de Eder Militao. A Carlo Ancelotti le vuelve loco, pero quien tiene que soltar el dinero que presumiblemente pedirían los saudíes no lo tiene tan claro. Él, por su parte, se deja querer sutilmente, asumiendo que su ficha en Arabia, por encima de los 20 millones, no sería posible en el Bernabéu.

No se va a poner nervioso, en todo caso, por eso. Es alguien que sabe esperar. De hecho, su pasaporte español llegó en 2021, cinco años después del primer intento, con Julen Lopetegui en el banquillo, en 2016. En aquella ocasión, un par de pesos pesados de aquel vestuario, alineados con un alto cargo de aquella Federación, consiguieron pararlo. Finalmente la unión entre España y Laporte llegó, y llegó hasta el punto de ganar la Eurocopa -«es lo mejor que me ha pasado en la vida», reconoce- y, el pasado mes de octubre, en Murcia, convertirse en el segundo jugador nacionalizado que porta el brazalete de capitán, después de Ladislao Kubala. Hoy, ante Dinamarca, donde un punto le da a España matemáticamente el primer puesto del grupo (ya está clasificada) volverá a ser referencia.

Zubimendi saca el colmillo para llevar a España al liderato de su grupo en la Nations League

Actualizado Sábado, 12 octubre 2024 - 23:04

Cuando más atragantada parecía España, apareció el discreto Martín Zubimendi para, de una dentellada, destrozar los planes de Dinamarca y poner a España al frente del grupo en la Nations League. Le habían dado galones y los estaba luciendo incluso en el área. Si en la primera parte, justo cuando el equipo empezaba a carburar, se le escapó el gol, en el minuto 79, cuando había fallado el aluvión de ocasiones con el que mantuvo esforzado a Kasper Schmeichel, el balón que se encontró acabó en el fondo de la portería por su colmillo. Un justo premio a un trabajo más insistente que brillante. [Narración y estadísticas]

Era justo lo que De la Fuente pretendía. No le podía saltar las costuras pese a que tuviera que remendar su once. Aquellos que tenían que alzar la mano lo hicieron. Pedro Porro borró su mácula ante Escocia emulando el desparpajo de Carvajal en ataque, ayudando a Lamine Yamal y encontrando cómo evitar que los daneses colapsaran esa banda que peleaban a dentelladas.

Dinamarca en ningún momento se sintió víctima, pero tampoco se lanzó en tromba. Llegó a Murcia a proteger su liderato con la lección bien aprendida. De hecho, Raya fue el primer portero en atajar, un remate de Dolberg ganándole la carrera a un Laporte que, durante mucho minutos, pareció lejos del partido.

España empezó a mostrar sus señas. Otros nombres, mismo estilo. El estadio se estremecía cada vez que Lamine tocaba la pelota, pero el primero en probar fue Grimaldo, que le ganó el lateral a Cucurella porque De la Fuente buscaba profundidad con Oyarzabal con querencia al centro. Apareció también Pedri para sorprender a Morata con un taconazo que le dejaba ante Schmeichel. El capitán ya intuía que le tocaba un partido de brega ante un equipo que enredaba a España conforme se acercaba al área. Reclamó un penalti por un derribo casi en la línea lateral del área, pero la campeona de Europa no conseguía desatar su vendaval aunque generaba ráfagas que parecían presagiar que el gol estaba próximo. Lo tuvo Morata con un disparo cruzado que lamió el poste. De nuevo Schmeichel tuvo que esforzarse en salvar el duro disparo de Yamal que luego, como Pedri, vio cómo los centrales daneses evitaban dos remates con los que hubiera tumbado su portería.

Ahí se acabó se acabó la tensión del equipo de De la Fuente. Dinamarca lo detectó y entendió que era su momento. Comandó una contra Eriksen, venció a Laporte y le ofreció tensa la pelota para que Gronbaek sólo la empujara... pero se encontró con la mano de Raya. España se espesaba por momentos y empezaba a temerse un susto. Lo dio Laporte en un rechace que caso sorprende al meta del Arsenal. Tenía que estirarse la campeona y así lo entendió Pedro Porro al filo del descanso con un pase en profundidad a la carrera de Lamine que, incomprensiblemente, no acabó en el fondo de la portería.

El seleccionador entendió lo que necesitaba el equipo, que arrancó la segunda parte dispuesto a cercar el área danesa como fuera. Lamine, poco acertado en este duelo, no dejó de intentarlo en ningún momento, pero hacía falta más: el talento de Baena y el sostén de Mikel Merino. España volvió a tomar aire, pero su ocasiones no hallaban portería. Hasta lo intentó Laporte con un pase filtrado que dejaba a Morata en el cuerpo a cuerpo con el guardameta danés.

La pelota no quería entrar y la grada reclamaba a Joselu como salvador. No le entregó De la Fuente a Cucurella, pero sí al ex delantero del Real Madrid. Mientras, Dinamarca movía todas sus piezas sin conseguir que nadie inquietara a David Raya. Entonces llegó el gol de Zubimendi, con ayuda de la defensa nórdica y la colaboración de arquero que, como su padre, no se llevará un buen recuerdo de España.

La larguísima revisión del VAR puso en duda un tanto que la grada celebró hasta tres veces en medio de una fiesta que conmemoraba que la campeona de Europa, remendada por culpa de las lesiones, regresaba para entregar la Copa de su afición. Sin bajas, espera Serbia en Córdoba.

Mikel Oyarzabal abandona la concentración de España por un esguince en su tobillo izquierdo

Mikel Oyarzabal abandona la concentración de España por un esguince en su tobillo izquierdo

Actualizado Viernes, 6 septiembre 2024 - 15:55

La Federación Española de Fútbol ha comunicado esta tarde que Mikel Oyarzabal, que entró ayer en el tramo final del partido para buscar el gol de triunfo ante Serbia, abandona la concentración de la selección española en Belgrado tras confirmarse un "esguince de alto grado en su tobillo izquierdo".

El jugador de la Real Sociedad, protagonista en la final de la Eurocopa, tuvo que salir ayer el terreno de juego con ayuda de las asistencias médicas después de dañarse el tobillo en una acción fortuita con el portero Predag Rajkovic.

Tras someterse a pruebas médicas, el parte médico difundido por la selección este mismo viernes ha confirmado las peores noticias para el delantero vasco, que regresará a San Sebastián, acompañado por un médico de la Federación, para ser evaluado por la Real Sociedad e iniciar el tratamiento de recuperación.

El seleccionador Luis de la Fuente, que se mostró preocupado en la rueda de prensa por la situación del jugador, ha decidido no reemplazarle y no llamar a ningún otro jugador para afrontar el siguiente partido de España en la Nations League que le enfrentará a Suiza el próximo domingo en Ginebra.

El empate ante Serbia ha dejado provisionalmente a España tercero en el cuarto grupo de la Liga A de la competición después de que Dinamarca venciera a los helvéticos por dos goles a cero.

Dinamarca empata con Serbia y pasa como segunda al haber visto menos amarillas

Dinamarca empata con Serbia y pasa como segunda al haber visto menos amarillas

Actualizado Martes, 25 junio 2024 - 23:13

Aquella gloriosa y sorpresiva victoria en el verano de 1992 todavía está en la memoria de todos los daneses. Desde el hotel de vacaciones a ser campeones de Europa. Claro que solo un equipo comandado por el talento y el estilo de Michael Laudrup pudo lograrlo. Ahora son otros los nombres, pero la mezcla de juventud y veteranía que tiene esta selección danesa, liderada por Eriksen, tiene mimbres para hacer sufrir a cualquiera. [Narración y estadísticas (0-0)].

Venía de dos empates ante Eslovenia y la favorita Inglaterra y ahora culmina la fase de grupos con otro punto más ante una Serbia que, a pesar de la visita de su ídolo Novak Djokovic, no pudo evitar la eliminación. No hubo otro milagro de Jovic en el último instante ni nada que se le pareciera. Dinamarca dominó de principio a fin y lo hizo a través del balón, que es la forma que tiene este equipo para desplegar todo su potencial. Despacio, sin prisa, pero tampoco sin pausa, ofreciendo a su público un fútbol a la altura de la competición.

Serbia necesitaba un gol

Bah estuvo cerca de rematar a la red un medido centro de Maehle desde la banda, pero la mejor la tuvo Eriksen que, sobrado de calidad y de visión de juego, obligó a Rajkovic a estirarse para sacar un ajustado disparo en el minuto 20. La entrada de Tadic y Jovic tras el descanso ya predecían un paso adelante de Serbia, que necesitaba ganar si quería ser tercero y tener alguna opción.

Avisó con un gol anulado el ex delantero del Real Madrid en el 54 por fuera de juego, pero sus opciones se esfumaban con los minutos. Solo los centros laterales conseguían alterar la tranquilidad danesa. Y con ese estilo y gracias a tener menos amarillas, Dinamarca ya está en octavos para medirse con Alemania. Con este resultado, Croacia deja de ser una de las mejores terceras y queda también eliminada de la Eurocopa.

Southgate desespera a una Inglaterra que tropieza pidiendo la hora contra Dinamarca

Southgate desespera a una Inglaterra que tropieza pidiendo la hora contra Dinamarca

Inglaterra puede llegar lejos porque en su plantilla tiene a algunos de los mejores jugadores del mundo. Bellingham fue el mejor de LaLiga, Foden MVP de la Premier, Harry Kane máximo goleador de la Bundesliga... El talento está ahí y compite de tú a tú con el vestuario de Francia, pero a Inglaterra le falta fútbol. Tiene la suerte de que esta Eurocopa es un torneo corto en el que prima por encima de cualquier cosa el talento, pero sin fútbol es complicado conquistar el continente por primera vez. Lo confirmó ante Dinamarca con un empate (1-1) y una actuación extremadamente decepcionantes.

Southgate, seleccionador inglés, no consigue hacer carburar al equipo. Contra Dinamarca repitió el once de la primera jornada, con el que sufrió para ganar por la mínima a Serbia, y repitió los mismos errores. Ha reconvertido a un lateral como Alexander-Arnold en mediocentro porque no ha encontrado en todo el país una opción mejor, pero ni así los 'Three Lions' fluyen. Al contrario, el colapso es todavía mayor porque el futbolista del Liverpool todavía no se ha hecho a la posición.

Inglaterra es predecible, plana y lenta con balón, y sólo crece en los errores del rival. Así llegó el 0-1. Dinamarca no le hizo ascos a la posesión y sólo sufrió en una única transición, la del primer tanto. Después de un intento de Foden unos minutos antes, en el 17 Bellingham envió un pase al hueco a Walker que se quedó corto, pero Kristiansen, lateral danés, se durmió y el lateral inglés le ganó el duelo. Llegó hasta el área y cedió atrás para que Kane se estrenara en el torneo. Delirio inglés.

El gol, curiosamente, le sentó muy mal a Inglaterra. Bueno, no es que le sentara mal, es que el gol llegó tan pronto que no dio tiempo a ver la realidad de esta plantilla. Sin fútbol no hay química, se nota en el lenguaje corporal de unos jugadores con demasiado por demostrar con su país. Desde Foden a Bellingham, desesperados a pesar de la victoria.

Dinamarca creció con balón. Sus tres centrocampistas, Hjulmand, Hjojberg y Eriksen se hicieron con la pelota crearon muchos problemas a su rival. Los daneses hicieron amplio el campo para combinar por dentro y desequilibraron la defensa inglesa, teórica virtud de Southgate.

Para Alemania o España es fácil pensar con balón y dormir los partidos, tienen jugadores para ello, pero Inglaterra o no sabe, o no puede o no quiere. Vive en el caos. En el 34, Kane se sacó el balón de encima tras un saque de banda y en vez de enviarlo a la otra banda, se lo entregó en la frontal a Kristiansen, que cedió a Hjulmand para que éste probara un disparo desde 28 metros que tocó en el palo derecho de Pickford y se coló en su portería. Un golazo.

Inglaterra estaba K.O, con Saka como único punto de luz, y Dinamarca siguió dominando. Hay que insistir en el lenguaje corporal porque ayuda a entender las situaciones. Quejas, nervios, brazos en alto, protestas a los compañeros y al árbitro... «¿Qué pasa en este equipo?», se anima uno a preguntar a un compañero inglés: «Mira al banquillo». Para los aficionados y periodistas ingleses, Southgate es el problema.

Los cambios de Southgate

Lastrado por un estilo de juego inexistente, el seleccionador inglés movió su árbol, para sorpresa de los expertos. En el 53 quitó a Arnold y metió a Gallagher, un centrocampista, y después de que Foden estrellara un balón en el palo desde la frontal, su posición favorita, el técnico realizó un triple cambio inesperado. Retiró a Kane, Foden y Saka y le dio el ataque a Eze, Bowen y Watkins. Secundarios en el lugar de las estrellas mundiales.

En el 71, Watkins no acertó a definir ante Schmeichel tras un pase al hueco de Bellingham. Parecía que el plan de Southgate podría funcionar, pero el tramo final fue un monólogo danés. Los nórdicos pudieron marcar en tres ocasiones, especialmente en una arrancada de Bah hacia el área que Guedi llegó a salvar.

Inglaterra era un flan, fallando pases cortos, perdiendo los duelos individuales y, de nuevo, con gestos de nervios y desesperación en el césped, en el banquillo y en la grada, que abucheó a su selección. Los británicos terminaron el partido pidiendo la hora, asegurando cuatro puntos y pensando ya en Eslovenia.

El destino de Eriksen, de estar "muerto durante cinco minutos" en 2021 a darle un punto a Dinamarca en 2024

El destino de Eriksen, de estar “muerto durante cinco minutos” en 2021 a darle un punto a Dinamarca en 2024

El 12 de junio de 2021, Christian Eriksen sufrió un paro cardíaco y se desplomó en el césped durante el debut de Dinamarca en la Eurocopa contra Finlandia.

El 16 de junio de 2024, Christian Eriksen ha marcado el gol del empate de Dinamarca en su debut en la Eurocopa ante Eslovenia.

El fútbol tiene estas cosas, una mezcla entre el destino y el talento. Es lógico que Eriksen, el mejor jugador danés de su generación, sea capaz de decidir un duelo continental. La historia, lo bonito, es que lo haga después de todo el sufrimiento vivido y en el mismo momento, tres años después, de la situación que le cambió la vida.

"Estuve muerto durante cinco minutos", admitió el danés hace un par de años, cuando tuvo el valor de reflexionar en público sobre su situación. La imagen permanece en la mente de todos los espectadores. El corrillo danés alrededor de él, el abrazo de Kjaer, capitán, a la mujer de Eriksen, su salida del estadio... Todo. Era imposible pensar en un regreso al fútbol, pero volvió. Vaya si volvió.

Nueve meses después del paro cardíaco y tras haber entrenado con el Odense Boldklub, Eriksen redebutó con en la Premier League con el Brentford. Lo hizo con un ICD, un desfibrilador cardioversor implantable que todavía lleva hoy, pero volvió. En verano de 2022 fichó por el Manchester United y este domingo le dio un punto a su selección en un partido loco frente a la Eslovenia de Jan Oblak.

El cuadro danés, liderado en el banquillo por Kasper Hjulmand, se plantó en Stuttgart con mejores nombres que su rival y lo demostró en la primera parte. Ordenado en defensa y con rigor en el centro del campo, puso su fútbol en las botas de Hojbjerg, Hjulmand y Eriksen, liberado en tres cuartos y sirviendo de enlace con Hojlund y Wind, gigantes y bregadores.

Eslovenia, en cambio, sufrió más. Sus esperanzas eran una buena defensa y los balones largos hacia Sesko, el talentoso delantero del Leipzig, pero sin combinaciones en el centro del campo era difícil sorprender a un equipo tan ordenado como el danés. Lo intentó Sesko en el 16 con un disparo que rozó el palo, pero los minutos le dieron ventaja a Dinamarca.

En el 18, Bah sacó rápido de banda y Wind se la dejó de tacón a Eriksen para que el centrocampista controlara con el pecho y batiera a Oblak casi con la puntera. 0-1 merecido para los daneses, muy superiores en el inicio.

La primera parte fue un vendaval danés sin éxito. Lo intentó Eriksen de nuevo, con un centro-chut que casi se cuela en la meta de Oblak y con un disparo demasiado alto, pero el duelo de Stuttgart se fue al descanso oliendo a 0-2.

Eslovenia reacciona

El intermedio ayudó a Eslovenia, que se sacudió los nervios mientras Dinamarca pensó que ya tenía el partido en el bolsillo. La selección de Matja Kek potenció sus virtudes. ¿Hay que jugar con balones largos a Sesko y Sporar? Juguemos. Y así llegaron sus mejores ocasiones. Schmeichel comenzó a tener trabajo y los daneses sólo encontraron soluciones en algunas contras.

En el 64, Hojlund tuvo el 0-2 a medio metro de Oblak, pero el rojiblanco se hizo gigante en su área pequeña y rechazó el disparo. A partir de ahí, el partido fue esloveno.

Cerin falló un cabezazo clarísimo a centro de Sporar y Sesko estrelló un misil en el palo desde fuera del área para meter miedo a la grada danesa, que ya se temía lo peor.

En el 77, Janza, lateral izquierdo del Górnik Zabrze de la liga polaca, se atrevió con un lanzamiento desde muy, muy lejos que tocó en la espalda de Hjulmand, despistó a Schmeichel y se coló en la portería para hacer el empate.

Dinamarca perdió la identidad que le había hecho ponerse por delante y jugó a lo que Eslovenia quería: lucha y disputas aéreas. Y ahí se fueron sus opciones. Mientras, Sporar malogró las ocasiones finales de los eslovenos, contentos con el empate.