Norris da un golpe al Mundial y Verstappen se queda a medias en Interlagos

Norris da un golpe al Mundial y Verstappen se queda a medias en Interlagos

Lo hizo como si nada, como si no exorcizase tantos demonios de un plumazo. Lando Norris abrochó en Interlagos su séptima victoria del año, segunda consecutiva, que le afianza en el liderato del Mundial, donde ahora cuenta con 24 puntos sobre Oscar Piastri, quinto en la meta. Tan sustancial como esa ventaja son los 49 frente a Max Verstappen, tercero en el podio. El holandés, que había partido desde el pit-lane, bastante hizo durante 70 vueltas, aunque en la última no pudiese quitarse de encima a Andrea Kimi Antonelli.

Fue otro domingo fabuloso para Norris y nefasto para Piastri, el yin y el yang en McLaren. Mientras el británico navegaba en cabeza sin que las turbulencias entorpeciesen su camino, el australiano penaba por detrás, arrastrando una penalización de 10 segundos por una fea maniobra frente a Antonelli. Ajeno a cualquier trifulca, obcecado en su misión, Verstappen hizo todo lo que estaba en su mano, forzando maniobras que sólo él borda con esa suavidad. No obstante, se marcha de Sao Paulo sabedor de que el sueño del quinto título se esfuma.

Red Bull quiso romper el régimen de parque cerrado en el RB21 de Mad Max, introduciendo con cambios en el motor y en la configuración aerodinámica. Sin margen para el error, en una situación desesperada, el heptacampeón se vio impelido otra gesta como la de 2024, desde la decimoséptima plaza en la parrilla hasta la victoria en la meta. No pudo repetirla, pero bien mereció la pena el espectáculo.

Gran maniobra ante Russell

La superioridad de Norris quedó de manifiesto en un momento crítico. Fue en la vuelta 33, cuando tras su primer pit-stop, una traviesa secuencia de carrera le había colocado por detrás del holandés, su ogro de cabecera. En ese instante crucial, Lando ejecutó un impecable adelantamiento con DRS en la recta de meta. Antes había rodado 20 vueltas con los blandos, sin mayor novedad. Su ritmo se antojaba imposible para los Mercedes.

En su febril cabalgada, Verstappen llegó a liderar provisionalmente la prueba, poco después de que en la vuelta 51, Norris apurase su segunda y última parada. También obsequió al respetable con un soberbio adelantamiento sobre George Russell, una de sus víctimas predilectas, a ocho giros para la bandera a cuadros. Su conmovedora entrega, su descomunal talento, contrastaban con lo sucedido en el otro garaje de Red Bull. Después de un toque con Lance Stroll en el tramo inicial, Yuki Tsunoda recibió 10 segundos. Y como el japonés no supo cumplir correctamente el castigo, los comisarios debieron doblárselo.

Los incidentes se sucedieron desde el arranque, para tormento de Ferrari. Lewis Hamilton se rozó con Tsunoda antes de destrozar su alerón trasero contra el Alpine de Franco Colapinto. El único alivio para el heptacampeón fue que antes de cerrarse esa primera vuelta, Gabriel Bortoleto tampoco midió ante Stroll, forzando el primer safety car de la tarde. Al pisar la grava, el ídolo local había perdido el control de su Sauber en la curva 10.

La reanudación no arredró los ánimos, más bien a la inversa. Desde la cuarta plaza, obligado por las circunstancias, Piastri se jugó un cara o cruz ante el rookie de Mercedes. Por el interior de la curva 1, en una vertiginosa bajada, el australiano forzó en exceso, desplazando al Mercedes, que se llevaría por delante a Charles Leclerc. Abandono forzoso para Il Predestinato, el segundo de la temporada. El doble cero deja a la Scuderia en cuarta posición del Mundial, ya por detrás de Red Bull.

Entre tantas calamidades, antes de que se decretara el virtual safety car, Verstappen iba a toparse con restos de fibra de carbono. Tras arreglar el pinchazo en la rueda delantera izquierda, el líder de Red Bull se reincorporaba decimoctavo. Al menos así pudo deshacerse de unos neumáticos duros muy lejos de su rendimiento óptimo.

Decimotercero y decimocuarto

De ello daban fe en Aston Martin, el único equipo que seguía apostando por entonces por las gomas blancas. En la segunda relanzada, Fernando Alonso perdió el sitio frente a Alex Albon, muestra de que no se encontraba cómodo. Cuando le dijeron por radio que deslizaba en la curva 12, el asturiano replicó con un grito: "¡Sí, sí. Podéis cambiar algo más!".

Ese primer tercio de carrera no resultó tampoco propicio para Carlos Sainz. Enzarzado con Hamilton, con el alerón trasero tocado, el madrileño entró en boxes en la vuelta 18, pero un fallo en la rueda delantera derecha hizo que el pit-stop se eternizase durante 5,2 segundos. La pelea por los puntos debía resolverse frente a los Racing Bulls y Pierre Gasly, más competitivo que de costumbre. Sin embargo, Carlos no pudo reponerse a tantas adversidades y finalizó decimotercero.

Mucho antes de lo esperado, en la vuelta 29, debió entrar Alonso para prescindir de los duros, aunque consciente de las penurias de lo que por radio le habían definido como Plan B. No había material suficiente para competir dignamente contra Liam Lawson. La degradación en las gomas era mayor de la esperada. El AMR-25 se diluyó tanto que incluso parecía un Alpine. Así que Alonso acabó decimocuarto y Stroll decimosexto, sólo por delante de Tsunoda.

Lando Norris resurge con un colosal triunfo en México y asume el mando del Mundial

Lando Norris resurge con un colosal triunfo en México y asume el mando del Mundial

Fue un triunfo para que nadie olvide lo rápido que sigue siendo McLaren. Una advertencia de Lando Norris, nuevo líder del Mundial, por si alguien en Red Bull se da por aludido. Porque ni siquiera Max Verstappen pudo objetar una palabra en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Más bien hubo de sentirse feliz por ocupar la última plaza del podio tras Charles Leclerc. Nadie discutió la sexta victoria de Norris en 2025, la primera tras las vacaciones, que le catapulta en las casas de apuestas para proclamarse campeón.

De nada le sirvió a Mad Max el esfuerzo postrero frente al Ferrari en las dos zonas de DRS. El virtual safety car provocado por el abandono de Carlos Sainz en la penúltima vuelta supuso el mejor salvavidas para Il Predestinato. De igual modo, Oscar Piastri tampoco encontró un triste resquicio frente a Oliver Bearman. Con esa quinta plaza en la meta, el australiano cerraba otro deplorable fin de semana, impropio de un aspirante a campeón. Por mucho que se haya ganado fama en el paddock por su cerebral estilo, aún debe revisar muchas carreras de Alain Prost para cumplir con la Historia.

Tras tantos sinsabores, Norris se ve ahora en cabeza, con un mísero punto de ventaja, pero con la moral por las nubes. En un domingo donde no se admitían titubeos, se comportó como un true racer. Y es que hubo tiempo de sobra en los 900 metros hasta la primera curva para que Ferrari organizase un buen barullo. No se aclararon Leclerc y Hamilton para ver quién tenía prioridad en el ataque a Norris, así que terminaron arrastrando a Verstappen hacia el bordillo. Fuera de sitio, bastante hizo el holandés regresando a pista con los huesos en su sitio. Había rebasado pícaramente a George Russell, pero aunque los comisarios anotaron el incidente ya no devolvería la posición al británico.

Sustos por el 'graining'

En la sexta vuelta, el tetracampeón empezó a reeditar sus viejas disputas con Hamilton. Tras una primera maniobra no pudo respetar la chicane, así que tuvo que ceder otra vez la plaza. También ante Bearman, que había arrancado como una flecha, recuperando cinco posiciones con el Haas. Dos giros más tarde, Verstappen y Hamilton llevaron la agresividad al límite en esa misma curva 4. Rueda con rueda, con mucho que perder para el holandés, desesperado por recuperar terreno frente a Norris y Leclerc.

La investigación de los comisarios, sin embargo, se tradujo en 10 segundos de penalización para Hamilton por ganar ventaja fuera de los límites de pista. Un alivio para Piastri, enfrascado con Yuki Tsunoda, que cumplía algo parecido a un rol de escudero. No le salían sin embargo las cuentas al australiano. El liderato del Mundial había pasado ya a manos de Norris, que se deslizaba sobre un asfalto a 52ºC, con aire limpio para su alerón delantero, construyendo una confortable ventaja frente a Leclerc.

El graining, tan habitual en este trazado, empezó a hacerse notar en los neumáticos antes de lo previsto. Ese desgaste podía dar lugar a engaño, porque una semana más, la mejor estrategia posible para los Pirelli era a una sola parada. En la vuelta 21, Aston Martin mostró por enésima vez su desesperante torpeza en el pit-stop, con una parada de 7,1 segundos para Alonso. Algo se atascó en la rueda delantera izquierda y el asturiano, más que harto, elevó el pulgar a su mecánico. No se podía ser más cáustico.

Una muesca más para su aciaga historia con el Autódromo Hermanos Rodríguez. De salida había superado incluso a Carlos Sainz, desde la decimocuarta a la decimosegunda plaza, justo antes de que se formase un monumental lío en la curva 2. "Es muy injusto que esté en esta posición por haber hecho las curvas. Haced algo", reclamó a los responsables de su equipo. No encontraba consuelo Fernando, que incluso se llevó un buen zarandeo con la rueda trasera derecha de Esteban Ocon. Justo antes de que se alcanzase el ecuador, cuando le pidieron ceder el sitio a Lance Stroll, el asturiano optó por arrojar la toalla. Su cuarto abandono consecutivo en tierras mexicanas se precipitó, al parecer, por un contratiempo en los frenos.

"Nada funciona"

El espectacular ambiente del Foro Sol, que convierte esta carreras en una de las más especiales del Mundial, no debe servir como excusa para esconder lo sucedido con Liam Lawson. Antes de su abandono en la cuarta vuelta, el piloto de Racing Bulls se vio sorprendido por dos operarios que atravesaban el asfalto presos del pánico. Por otros motivos aún más evidentes se escuchaba a Verstappen por la radio. "Nada funciona", lamentaba el líder de Red Bull, sin agarre en las curvas.

El paso por boxes tampoco resultó propicio para Sainz, que había cambiado los medios por un juego de blandos. Se notaba en el Williams un infernal traqueteo y Carlos superó el límite de velocidad por el pit-lane. Cinco segundos de sanción con una estrategia a dos paradas para salvar el honor de la escudería de Grove. Poco podía arañar el madrileño, aunque pudo dejar un bonito adelantamiento ante el Sauber de Gabriel Bortoleto.

Como no habían solventado el problema, durante su segundo paso por boxes volvió a fallar el limitador del FW47, por lo que Sainz tuvo que cumplir un drive through. El preludio de su ya citado adiós, que tanto debieron agradecer Leclerc y Bearman, sus ex compañeros en Ferrari.

Norris minimiza a Verstappen con una gran 'pole' en México

Norris minimiza a Verstappen con una gran ‘pole’ en México

Desde la sesión matinal, la última de entrenamientos libres, los márgenes entre los favoritos se cifraban en milésimas, pero a la hora de la verdad Lando Norris hizo trizas a sus rivales en México. El británico tiñó de púrpura los tres sectores del Autódromo Hermanos Rodríguez (1:15.586), con 26 centésimas sobre Charles Leclerc y 35 sobre Lewis Hamilton. Su quinta pole del año, la primera desde finales de julio en Spa, supone una bombona de oxígeno frente a Max Verstappen, que partirá quinto, y evidencia su actual superioridad frente a Oscar Piastri. El líder del Mundial, con el octavo tiempo, partirá séptimo por la sanción a Carlos Sainz.

"No sé ni cómo lo hice", admitió Norris a través de la radio, con la euforia del momento. No quería conocer más detalles por parte de su ingeniero, consciente de que ya había hecho lo más difícil. El fin de semana se presenta más que propicio para Lando. En las cinco últimas citas, el más rápido de la qualy convirtió su pole en victoria el domingo. Una constante en este Mundial, donde este orden sólo se quebró en siete de las 19 carreras previas.

Dejando a un lado las sensaciones, atendiendo al puro rendimiento, la gran amenaza para Norris debería llegar desde Ferrari. Justo un año después de la victoria de Sainz, con pole incluida sobre este asfalto, Leclerc y Hamilton apurarán sus bazas desde la salida. No sólo se trata de aprovechar el rebufo en la recta interminable, sino de mantener un ritmo de crucero en busca de un triunfo con el que maquillar tantos desastres acumulados.

32-0 a Stroll

Quien quiera riesgos deberá subir por los arcenes, atacar los vértices o desafiar el sobreviraje como le sucedió bien pronto a Verstappen. Un latigazo en la curva 9 para no bajar la guardia. Incluso en los virajes de alta velocidad, donde mejor debía sentir su coche, el tetracampeón debía mantenerse alerta. En la Q3 ni siquiera pudo acercarse a Norris, 48 centésimas más rápido.

Tampoco pudo permitirse un respiro Fernando Alonso, obligado por lo sucedido durante la sesión matinal, cuando sólo pudo rodar 12 vueltas por la mañana, víctima de un contratiempo en la suspensión delantera. De modo que el bicampeón tuvo que estrenar una especificación en la Q1, donde la competencia ya se intuía feroz para un monoplaza tan endeble como el suyo.

Pudo solventar Fernando ese trance, con un intento postrero dos milésimas más rápido que Yuki Tsunoda y 19 mejor que Nico Hulkenberg. Si por arriba sorprendía la velocidad de Isack Hadjar, por los bajos fondos volvían a perderse los Alpine y Lance Stroll, cuyo balance los sábados frente a Alonso se amplía a 0-32.

Albon, fuera en la Q1

No quedaba más fuelle dentro del AMR25, así que el asturiano nada pudo inventar en esta ocasión. Alguna energía fluye por esta pista, donde acumula cinco abandononos tras ocho participaciones, que no sienta bien a Fernando, decimocuarto en la parrilla.

El temprano adiós de Alex Albon perfiló también las últimas tendencias dentro de Williams, donde el británico ha perdido fuelle frente a Sainz, que saldrá decimosegundo. Aun arrastrando una leonina penalización de cinco plazas en la parrilla, el madrileño dio la cara, cerrando la Q2 a sólo dos milésimas del crono de Verstappen. Un pestañeo más rápido que Leclerc y Piastri, obligado a apurar sus balas para salvarse de la quema.

Sin embargo, el líder del Mundial nunca lograba acercarse a los cronos de Norris. Noveno, tercero y sexto en las tres últimas sesiones de los sábados, Piastri volvió a parecer superado por las circunstancias.

Dos damnificados de última hora en Austin: sanción a Carlos Sainz y récord negativo para Hamilton

Dos damnificados de última hora en Austin: sanción a Carlos Sainz y récord negativo para Hamilton

El Circuito de las Américas había resultado propicio para Carlos Sainz desde su debut en el Mundial 2015. De hecho, en sus nueve participaciones previas con Toro Rosso, Renault, McLaren y Ferrari, el madrileño siempre que acabó la carrera había entrado en la zona de puntos, incluidos sus dos últimos podios con la Scuderia (2023, 2024). Sin embargo, esta racha se truncó con Williams por un accidente ante Andrea Kimi Antonelli y una posterior sanción de cinco puestos en la parrilla del GP de México.

Los comisarios señalaron a Sainz como el "principal responsable" de la colisión ante el piloto de Mercedes, por lo que aplicaron la "penalización correspondiente". "Dado que el piloto sancionado no terminó la carrera, se le impone una penalización de parrilla que iguale una sanción de 10 segundos", argumentaba el escrito firmado por Felix Holter, Matthew Selley, Enrique Bernoldi y Steve Pence.

Según los jueces, Sainz nunca estuvo en paralelo o por delante del retrovisor de Antonelli, por lo que de acuerdo con las directrices del reglamento "no tenía derecho a que se le dejara espacio en el vértice" de la curva. Una argumentación habitual en los documentos de la FIA, pero que chocaba con la interpretación de Sainz, que sólo unas vueltas antes había firmado una maniobra similar ante Oliver Bearman.

"Desde fuera parece culpa mía"

"Sé que desde fuera parece culpa mía", admitió el líder de Williams en la zona mixta de Austin, como adelanto a una explicación más pormenorizada. "Acepto el hecho de que yo haya bloqueado el neumático y que haya causado el incidente. Pero si cuando hice ese mismo adelantamiento a Bearman no me ha cerrado la puerta como me la venía cerrando él, creo que se puede atribuir un poco de culpa a los dos", razonó.

Un triste epílogo para Sainz, que el sábado había subido al podio en la sprint race y que horas antes de la carrera había recibido la visita de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Durante su visita al Circuito de las Américas, la dirigente del Partido Popular se pasó por el garaje de Williams, donde fue recibida por el embajador del GP de España en Madrid.

Tras esta penalización, las opciones de Sainz se complican el próximo fin de semana en el Autódromo Hermanos Rodríguez, donde el año pasado completó una de las mejores actuaciones de su vida, con pole y victoria. Durante la primera sesión de entrenamientos libres, Sainz cederá el volante del FW45 a Luke Browning. El británico, de 23 años, es miembro de la academia de Williams y mantiene opciones de proclamarse campeón de la F2 en las dos últimas citas del campeonato, que se disputarán en Qatar y Abu Dhabi.

Sainz, con Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.

Sainz, con Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.EFE

El otro damnificado del domingo fue Lewis Hamilton, que cruzó cuarto la meta, justo por detrás de su compañero Charles Leclerc. De este modo, el heptacampeón se convirtió en el piloto con más carreras sin subir al podio en la historia de Ferrari (19), superando el registro de Didier Pironi, quien había enlazado 18 entre 1981 y 1982.

Un hito más en su frustrante temporada de debut en Maranello, ya que el heptacampeón nunca dispuso de ritmo para acabar en el top-3. Tras su pit stop, se quedó en tierra de nadie, sin opciones de presionar a Lando Norris, mientras el piloto de McLaren sí acechaba a Leclerc. Asimismo, durante el tramo final de la prueba sufrió algunos problemas en la rueda delantera derecha, tal y como comentó por radio a Riccardo Adami, su ingeniero de pista.

"debo seguir esforzándome"

En cambio, los 10 puntos del domingo, sumados a los siete de la sprint race, permitieron a Sir Lewis establecer otro registro positivo, convirtiéndose en el único piloto de la historia con más de 5.000 puntos. De momento suma 5.004,5, con una cómoda ventaja sobre Max Verstappen (3.329,5). En cualquier caso, el holandés arrebató este domingo a Hamilton el honor de ser el piloto con más victorias en suelo estadounidense, con siete.

"Fue un buen resultado para el equipo. Me alegra haber terminado por delante de Mercedes y un McLaren. Hay muchas conclusiones positivas. Naturalmente, quiero llegar más lejos, así que debo seguir esforzándome", concluyó el ex líder de las Flechas de Plata. Con estos 36 puntos de botín en Austin, la Scuderia se mantiene en tercera posición en el Mundial de Constructores, en dura batalla con Mercedes (341) y Red Bull (331).

A partir de ahora, la prioridad inmediata de Hamilton pasa por firmar algún podio en dos circuitos que le suelen ser propicios, como México e Interlagos. Sin olvidar Las Vegas, donde Ferrari ya se mostró muy fuerte en 2023 y 2024. El objetivo de Leclerc, que no firmaba un podio desde el GP de Bélgica, será buscar una victoria con la que salvar el año. De momento, el equipo dirigido por Fred Vasseur no ha roto su sequía, igualando los paupérrimos registros establecidos en 2020 y 2021.

Verstappen arrasa en Austin y pone de los nervios a McLaren

Verstappen arrasa en Austin y pone de los nervios a McLaren

Se presentó en Austin a 55 puntos del liderato y pone rumbo a México a sólo 40, con la mirada inyectada en sangre, cada vez más convencido de que puede obrar el milagro. Max Verstappen venció con autoridad en Austin por delante de Lando Norris y Charles Leclerc, reducidos a comparsas, enfrascados en su particular duelo, definido más por sus carencias que por sus virtudes. No hubo modo de acercarse al tetracampeón, que enlaza tres victorias en las cuatro últimas carreras para pánico de Oscar Piastri. El líder del Mundial, quinto en la meta, se limitó a pasar desapercibido y a sacar la calculadora hasta cruzar quinto la meta.

Siempre lo hace parecer sencillo, pero baste recordar la suerte que corrieron los tres anteriores polesitters en el Circuito de las Américas, donde Norris acabó cuarto el año pasado, Leclerc fue descalificado en 2023 y Sainz tuvo que abandonar en 2022. Ajeno a estas contingencias, Verstappen lideró de punta a punta, con vuelta rápida abrochó ayer su séptimo grand chelem, superando ya a Lewis Hamilton y a sólo uno del récord de Jim Clark.

En el momento en que retiraron las mantas del Ferrari, dejando al aire los neumáticos de Leclerc, el panorama se despejó aún más para Mad Max. La única prioridad del holandés era doblar la primera curva en cabeza, un logro en apariencia sencillo, pero que ningún autor de la pole había llevado a término desde 2019. A partir de ese momento, sólo debía apretar a fondo para cimentar su ventaja. A partir de ahí, calcar la estrategia de Norris en boxes.

Abandono de Sainz

Verstappen cumplió con creces su cometido, favorecido además por la elección de Leclerc, ganador el año pasado en esta pista. Con los blandos, el monegasco había prendido de inicio sus fuegos artificiales, superando incluso a Norris, obstaculizando de este modo cualquier intento del británico. De sobra sabía Max que no podían permitirse ciertas licencias en McLaren, con Piastri atascado en la quinta plaza, por delante de George Russell.

Durante el primer tercio de carrera, las únicas noticias de McLaren llegaron a través de las advertencias de los comisarios por los track limits. Hasta que en la vuelta 20 enseñaron una bandera blanca y negra a Norris. Si volvía a rebasar alguna línea blanca con las cuatro ruedas sería penalizado con cinco segundos. Por entonces, Lando parecía desesperado a la estela de Leclerc, a quien sólo pudo superar traccionando en la curva 11. Sin gomas, Leclerc suponía otra presa fácil para Lewis Hamilton. Sin embargo, en lugar de cederle paso, los Ferrari se jugaron el pellejo en una absurda pugna, previa al paso por boxes de Charles.

La inercia positiva, reforzada con su podio del sábado en la sprint race, le duró apenas seis vueltas a Sainz. Las prisas fueron malas consejeras para el madrileño, que obsequió al respetable con una fantástica maniobra ante Oliver Bearman en la curva 12, pero que no anduvo tan fino frente a Andrea Kimi Antonelli. Se empeñó Carlos en meter el morro en el interior de la curva 19 y se topó con el Mercedes. Con tan mal fario que el impacto le forzó a la retirada, mientras el italiano marcaba la vuelta rápida rodando penúltimo, sólo tras Alex Albon, que también había chocado con Gabriel Bortoleto.

Sainz, frente a Antonelli, el domingo en Austin.

Sainz, frente a Antonelli, el domingo en Austin.AFP

Mientras tanto, Alonso controlaba los bostezos en la décima plaza, a mitad de camino entre Nico Hulkenberg y Liam Lawson. No daba para más el AMR-25, el octavo coche de la parrilla, así que ese punto debería incluso considerarse como bueno en Aston Martin.

En la vuelta 32, Norris se pasó de frenada en el pit-stop, bloqueando a su llegada al cajetín. Las operaciones de los mecánicos se alargaron 3,8 segundos, un retraso que le obligaba a ceder otra vez la segunda plaza a Leclerc. Por descontado, Verstappen pidió de inmediato su turno y los mecánicos de Red Bull cumplieron con solvencia (2,6 segundos). A partir de ese momento su única preocupación sería redondear el grand chelem, completado gracias al pit-stop de Russell, que le permitía liderar las 56 vueltas.

Norris, por el contrario, debía remar contra corriente, sin abusar en las trazadas, alejándose lo más posible de los bordillos. "No tengo agarre cuando me acerco", lamentaba, en referencia al mal endémico del MCL-39 con aire sucio. Se percibía su desesperación a través de la radio, pero él aguardó su momento. A cinco giros del final, Lando reconquistó la segunda plaza con una bonita maniobra en la curva 12. Muchos metros por detrás, Piastri jamás inquietó a Hamilton. Más que satisfecho con mantenerse lejos del alcance de Russell, el australiano pensó que ese quinto puesto podría valer también un título.

Verstappen estrecha el cerco sobre McLaren con otra 'pole' en Austin

Verstappen estrecha el cerco sobre McLaren con otra ‘pole’ en Austin

Hizo la séptimo pole del año con un solo intento, porque Red Bull le sacó a pista con retraso y no tuvo tiempo de cruzar la meta con el semáforo en verde. Max Verstappen se bastó con poco en Austin para dominar a una inoperante McLaren, que sólo pudo colocar segundo a Lando Norris y sexto a Oscar Piastri. De este modo marcó la 47ª pole de su carrera (1:32.510), una más de las que firmó Ayrton Senna con la escudería de Woking, cerrando un sábado redondo en el Circuito de las Américas. Tras la victoria en la sprint race, ha reducido su déficit respecto al líder del Mundial hasta los 55 puntos.

"No se trata de creer en la remontada. Sólo me lo tomo carrera a carrera, intentando hacerlo lo mejor que puedo", había argumentado el tetracampeón tras su triunfo en la carrera corta. No es que domine el escenario, sino que también esparce ácidos comentarios sobre sus jóvenes rivales. Verstappen ha cifrado en un 50% sus opciones de un quinto título en 2025. O lo gana o no lo gana. Y ese sarcasmo debe de escocer cada día más en McLaren.

Tras su calamitoso error de la mañana, que provocó el doble cero en su equipo, Piastri volvió a mostrarse vulnerable en la Q3. Noveno en Bakú y tercero en Singapur, el australiano ni siquiera pudo presentar esta vez una digna batalla. A casi medio segundo de Verstappen, por detrás de Charles Leclerc, George Russell y Lewis Hamilton, tercero, cuatro y quinto, respectivamente. Tampoco anda para presumir Norris, que en su segundo intento se quedó a 29 centésimas de la pole.

Bandera roja por Hadjar

Esa diferencia es la segunda mayor registrada jamás en el Circuito de las Américas, sólo por detrás de la lograda por Nico Rosberg en 2014 con Mercedes. Red Bull ha recuperado prestaciones mientras las dudas empiezan a sobrevolar por McLaren. El 31 de agosto, tras su victoria en Zandvoort, Piastri aventajaba en 104 puntos a Verstappen. De aquella velocidad del MCL39, undécimo y decimosegundo en la Q1, queda ahora un vago recuerdo.

Se medían 48ºC sobre el asfalto y soplaba ese viento tan molesto por Texas. No se habían cumplido 15 segundos cuando Isack Hadjar perdió el coche en las tres curvas enlazadas, entre la 3 y la 6. A bordo del Racing Bulls, el francés se venía perfilando como un candidato para la Q3, así que su ausencia suponía una buena noticia para los españoles. Sin embargo, Carlos Sainz y Fernando Alonso no debieron emplearse a fondo para cumplir con su tarea.

El madrileño partirá noveno, justo por delante del bicampeón. Ambos logros parecen acordes con las expectativas de sus equipos. Williams ya cumplió para todo el fin de semana con el podio de Carlos en la sprint race, mientras Aston Martin dice ser, por boca de Alonso, el octavo coche de la parrilla. Un monoplaza con el que Lance Stroll volvió a caer en la Q1 por el mismo motivo que Alex Albon, que superó los límites en la curva 15 y tuvo que ceder su puesto a Franco Colapinto.

Fernando Alonso, elegido mejor piloto del día en Marina Bay, sube hasta la séptima plaza tras la sanción a Lewis Hamilton

Fernando Alonso, elegido mejor piloto del día en Marina Bay, sube hasta la séptima plaza tras la sanción a Lewis Hamilton

El titánico esfuerzo de Fernando Alonso en Marina Bay encontró su recompensa hora y media después de cruzar la meta. El asturiano escaló hasta la séptime plaza tras una sanción de cinco segundos a Lewis Hamilton, castigado por sobrepasar los límites de la pista durante la última vuelta. Una doble recompensa para Alonso, que previamente había sido elegido por los aficionados como mejor piloto del día.

El español, de 44 años, recibió el 22,5% de los votos, un porcentaje con el que se impuso a George Russell (16,4%), Max Verstappen (14,5%), Lando Norris (8,7%) y Lewis Hamilton (7,6%). Había partido décimo en la parrilla para acabar octavo bajo la bandera a cuadros, contrarrestando un clamoroso error de Aston Martin durante su pit-stop. Quedó atascada la pistola que debía ajustar la rueda delantera derecha y las operaciones se retrasaron durante 9,2 segundos.

Lejos de dejarse arrastrar por la frustración, Alonso siguió exprimiendo su monoplaza y dejó una fantástica maniobra ante Isack Hadjar, a quien ya había adelantado en la tercera vuelta. Durante ese tramo final de la carrera, el bicampeón obsequió a Esteban Ocon con otro precioso movimiento que le devolvía a la octava posición.

"¡No puedo creerlo, joder!"

Ese botín parecía ya suficiente para Aston Martin, porque a falta de sólo dos vueltas, Hamilton contaba con 47 segundos de ventaja frente a Alonso. Sin embargo, una avería en los frenos del británico abrió la última puerta. En ese último giro, el heptacampeón ni siquiera pudo trazar cinco curvas, rebasando claramante los límites de pista y tomando ventaja.

Gracias a estas argucias logró cruzar la meta con 41 centésimas de ventaja sobre su ex compañero en McLaren. "¡Oh, maldita sea, hombre! ¡No puedo creerlo! ¡No puedo creerlo, joder!", exclamó Alonso. Su enfado por la radio se mezclaba con la búsqueda de explicaciones. "Debería ser el séptimo, joder. O sea, no puedes conducir sin frenos. Como si estuvieras solo en la pista. (...) Algunas veces han intentado descalificarme por ir sin retrovisores, ahora no tienes frenos y todo está bien", lamentó Alonso.

Nada más llegar a la zona mixta, Hamilton alegaba en su defensa que no había trazado las curvas "por un motivo de fuerza mayor". No tenía frenos y para Ferrari se trataba de un razón justificable. Sin embargo, su razonamiento contrastaba con algunas decisiones recientes de la FIA, que castigó con un drive trough a George Russell en el GP de Mónaco por saltarse a propósito una de las curvas del trazado.

Finalmente, la sanción no fue tan severa para Hamilton, que recibió cinco segundos de penalización. "Durante su declaración, el piloto confirmó que se salió de la pista en varias ocasiones. Intentaba solucionar un problema con los frenos", explicaron los comisarios. "Sin embargo, tras una investigación más exhaustiva y de acuerdo con la lista de exenciones prevista en las Directrices de Estándares de Conducción, los comisarios consideraron que esta no era una razón justificable y aplicaron la sanción habitual para este tipo de infracción. Esto no fue rebatido ni por el representante del equipo ni por el piloto", confirmaba el escrito, firmado por Gerd Ennser, Loïc Bacquelaine, Natalie Corsmit, Derek Warwick y Paul Ng.

Este veredicto debió de complacer a Alonso, que en la zona mixta de Marina Bay había lanzado un dardo contra Hamilton, a quien señaló por tener "siempre un poco de tolerancia". Su sarcasmo también se hizo evidente cuando le preguntaron por el galardón recibido, que calificó como "un milagro". "Nadie presta atención a nuestras carreras. A veces salimos en el 20º puesto y acabamos sextos, mientras que el piloto del día suele ser alguien que sale primero y termina tercero", deslizó.

En cualquier caso, aunque ese reconocimiento no se contabilice en el Mundial, los seis puntos de Singapur impulsan a Alonso al undécimo puesto de la tabla, justo por delante de Carlos Sainz. Hasta final de curso, el objetivo del ovetense debería ser la novena plaza, que ahora ocupa Hadjar, con sólo tres puntos más (39-36).

McLaren, frente a su espejo de los años 80: "Norris y Piastri han sido excesivamente caballerosos"

McLaren, frente a su espejo de los años 80: “Norris y Piastri han sido excesivamente caballerosos”

En Marina Bay, donde hace un año sumó 40 puntos, McLaren sólo necesita 13 para conquistar por segundo año consecutivo el Mundial de Constructores. Es decir, con subir hoy a uno de sus pilotos al podio acabará con la débil resistencia de Mercedes y Ferrari, incapaces durante las 17 carreras previas de seguir el ritmo de los coches papaya. Nada pudo hacer tampoco Red Bull, que sumó cuatro victorias gracias a Max Verstappen, pero que se vio penalizada por el pésimo rendimiento de los compañeros del holandés. Por el contrario, el dominio de McLaren se ha concretado gracias a la regularidad de Oscar Piastri y Lando Norris, enzarzados en la lucha por el título de pilotos, donde el australiano cuenta con 25 puntos de ventaja. De hecho, la escudería de Woking repetirá título por primera vez en casi cuatro décadas. Una actualización de aquella edad de oro con Ayrton Senna y Alain Prost.

La décima corona permitirá a McLaren desempatar con Williams y situarse en segundo lugar del palmarés, sólo por detrás de Ferrari (16 títulos). Un hito más en la leyenda del equipo de Woking, que cuenta con poderosas razones para mirarse en su propio espejo y compararse con aquel que dominó con puño de hierro entre 1988 y 1990. Desde el GP de Azerbaiyán 2024, cuando puso fin a 847 días de dominio de Red Bull, la hegemonía de McLaren no encuentra rival. Con su peculiar modo de afrontar las carreras, establecido en lo que ellos mismos conocen como las papaya rules. Unas normas no escritas que han levantado infinidad de comentarios dentro y fuera del paddock.

«Siempre me ha gustado que continúen con nuestra tradicional manera de gestionar las carreras. Darles dos coches completamente iguales, como dos gotas de agua y que los pilotos luchen», arranca Jo Ramírez, histórico miembro de McLaren, donde trabajó entre 1984 y 2001. «Para Piastri y Norris, el equipo es lo primero y después vienen ellos. Aunque me temo que va a llegar el momento, en las últimas carreras, en que no van a querer ceder ningún punto a su compañero. Como dicen en inglés, va a haber fireworks [fuegos articiales]», cuenta el mexicano a EL MUNDO.

«Respeto mutuo admirable»

El modo de llevar esta rivalidad, dentro y fuera del garaje, ha sorprendido a la mayoría de analistas, incluido Ramírez. «Hasta ahora se han comportado de un modo excesivamente caballeroso», admite el ex coordinador de McLaren, aún asombrado por lo visto en el último GP de Italia, cuando los mecánicos perjudicaron a Norris con un pit-stop muy lento y el equipo pidió después a Piastri que cediese la posición a su compañero. Una decisión imposible de entender en 1988, cuando Senna y Prost se impusieron en 15 de las 16 carreras de aquel Mundial. «Fue algo increíble. Siempre me doy un golpe en la espalda para agradecer haber estado en McLaren durante aquellos años. En 1988, Senna y Prost se tenían un respeto mutuo realmente admirable», rememora Ramírez.

Si nos atenemos a lo que McLaren se ha empeñado en filtrar, la relación personal entre Norris y Piastri no sólo se ha resentido durante las 17 carreras de 2025, sino que se ha hecho más fuerte. A través de sus redes sociales, la escudería de Woking ha publicado vídeos en las que ambos comparten bromas y confidencias. Los dos jóvenes han interiorizado tanto la cultura del equipo, que la sola idea de desafiar esas papaya rules se antoja imposible.

Han pasado 37 años desde aquel legendario Mundial 1988, el último año de los turbocompresores, cuando Honda siguió mejorando cada semana su motor, mientras Ferrari pensaba más en los propulsores atmosféricos previstos para 1989. A bordo de aquel MP4/4, sólo dejaron escapar el triunfo en el GP de Italia, que acabó en manos de Gerhard Berger gracias a un choque de Senna con el rookie Jean-Louis Schlesser a dos vueltas para la bandera a cuadros.

Senna, al volante del MP4/4, en el Mundial de 1988.

Senna, al volante del MP4/4, en el Mundial de 1988.MCLAREN F1

Aquel buen ambiente estallaría en mil pedazos sólo un año después, cuando Beco y Le Professeur traspasaron una y otra vez los límites, en contra de los deseos de su equipo para su beneficio propio. Una situación que podría repetirse hoy por culpa de Verstappen, a quien Ramírez considera «el mejor piloto de la historia». «La diferencia de pilotaje entre Max y el resto es muy grande», sostiene ante el peligro que acecha sobre Piastri y Norris. Tanto buen rollo podría esfumarse de un plumazo. «Me parece que esa armonía ha sido algo muy genuino. Al principio pensé que podrían favorecer algo a Norris sólo por el hecho de que llevaba más tiempo en el equipo y porque es británico. Sin embargo, hay que admitir que la igualdad en la mecánica y en la aerodinámica es completa», explica quien fuese mano derecha de Ron Dennis.

Hoy, Zak Brown, CEO de McLaren, y Andrea Stella, team principal, mantienen los valores impuestos por el británico. «Me gusta que dejen a los pilotos pelearse entre ellos», reitera Ramírez, que sigue muy de cerca la labor de Stella, a quien ya conocía desde la etapa del italiano en Ferrari. «Tiene un valor humano muy grande. No puede decirle a alguien que haga algo que no pueda hacer él. Yo también empecé desde abajo, barriendo la oficina, haciendo el café y limpiando los coches. Se ha ganado a pulso la confianza y el respeto de todos los ingenieros y los trabajadores», finaliza.

Entre sus 17 temporadas en Woking, saldadas con siete títulos de constructores (1984, 1985, 1988, 1989, 1990, 1991, 1998), Ramírez destaca el ambiente interno en el box. «Los mecánicos y los ingenieros nos divertíamos muchísimo. Cada año hacíamos una fiesta en Australia donde invitábamos a todos nuestros rivales. Cualquiera que llevase un pase de la F1 podía acceder al local, que no era demasiado grande. Cuando uno salía, otro entraba», relata. La vibración de su voz, a los 84 años, aún se amplía cuando se anima con una síntesis. «He tenido una vida fantástica en el deporte que más me gustaba. Pude disfrutar los mejores años de la historia de la F1, entre los 60 y comienzos de siglo XXI. A partir de ahí, el dinero se impuso al deporte».

Russell y Verstappen asustan a McLaren en Singapur, donde Aston Martin vuelve a desinflarse

Russell y Verstappen asustan a McLaren en Singapur, donde Aston Martin vuelve a desinflarse

Mientras unos esperaban a Max Verstappen y otros se decantaban por la opción más conservadora de McLaren, George Russell surgió desde la nada para apuntarse la pole en Singapur (1:29.158). El británico trituró los pronósticos con su Mercedes, mientras el tetracampeón cumplía a medias con sus planes. La primordial era salir por delante de Oscar Piastri, tercero y Lando Norris, quinto. Sin embargo, sus remotas opciones de un quinto título pasaban por liderar la parrilla y desde allí volar hacia la victoria. Porque Marina Bay es el único circuito del Mundial donde aún no ha ganado y ahora Russell se ha interpuesto en su camino.

La progresión de Red Bull en las calles de Singapur, apuntada desde el viernes, quedó patente durante la qualy. Un pobre consuelo para Verstappen que se quedó con las ganas de festejar allí su primera pole. Todo por culpa de su odiado Russell, con quien ha protagonizado más de una escaramuza, que no lideraba una parrilla desde el GP de Canadá. Tras su primer intento de la Q3 (1:29.165), cuando rozó las protecciones de la curva 17, arañaba 175 milésimas a Mad Max. Y aún pudo recortarlo siete milésimas, mientras el holandés abortaba su vuelta en los últimos metros, consciente de que ya había perdido cualquier opción.

Todo un rearme moral para el líder de Mercedes, que en la segunda sesión libre del viernes había destrozado su alerón delantero contra las protecciones de la curva 16. Impulsado por una sorprendente dosis de confianza, ya marcó la referencia en la Q2, con 10 milésimas sobre Verstappen. Su velocidad contrastó con el decepcionante papel de Norris, absoluto dominador del GP de Singapur 2024, cuando se impuso con 20,9 segundos en la meta. Tampoco hubo nada especialmente reseñable en Piastri, que al menos pudo superar al otro Mercedes de Andrea Kimi Antonelli, cuarto en la parrilla.

Detrás de Hadjar y Bearman

Isack Hadjar y Verstappen habían sido los únicos que se habían ahorrado un juego de blandos en la Q1. Esa ventaja resultó irrelevante para el holandés, aunque tuvo cierta importancia para su discípulo en Racing Bulls. Inmediatamente por detrás de Charles Leclerc y Lewis Hamilton, el francés se inmiscuyó otra semana más en el pulso con los mejores. También Oliver Bearman, noveno, por delante de Fernando Alonso.

Otro sábado más -y ya deben de haber perdido la cuenta- Aston Martin decepcionó respecto a la víspera. Los primeros síntomas se intuyeron en la última sesión libre, con sus coches en la decimoquinta y decimoséptima posición. El AMR-25 había dado un notorio paso atrás y sólo la habilidad del asturiano, con dos victorias en este trazado, le permitió cumplir el objetivo. Con un monoplaza que el viernes parecía volar, las prioridades del sábado se ajustaban a un mero top-10.

Esa Q3 se hizo demasiado cuesta arriba para Carlos Sainz y Alex Albon, cuyas perspectivas se toparon ante Hadjar y Bearman. Las plazas de Racing Bulls y Haas debían corresponder, en buena lid, a Williams. Aunque sabían de las dificultades de esta pista, poco amable con el FW45, sus pilotos habían ofrecido en las horas previas mejores perspectivas.

Sainz y Albon, descalificados

Siendo malo, el sábado se torció aún más para el equipo de James Vowles tras una investigación de los comisarios. Según los datos oficiales de la FIA, una pieza en el alerón trasero excedía los 85 milímetros reglamentarios en los monoplazas de Sainz y Albon, que fueron descalificados automáticamente de la qualy, por lo que el domingo partirán desde el fondo de la parrilla.

Entre las peculiaridades de Marina Bay, la más conflictiva estribó en la exponencial mejora del asfalto. Ese margen, entre un intento y otro, podía estirarse a casi un segundo, así que había que andarse con mucho tiento. Así sucedió en el tramo final de la Q1, cuando se formó una fila en el pit-lane, porque todos los implicados querían esperar unos segundos para no tragar el aire sucio del coche que les precedía.

Fue un momento delicado para Alonso, que salió airoso gracias a una avería hidráulica de Pierre Gasly. Esa bandera amarilla para señalar la posición del Alpine en la curva 11 ralentizó a los rivales del asturiano, que pasó decimocuarto. Menos afortunado debió de sentirse Lance Stroll, cuyo mensaje ilustra de alguna manera el sentir en Aston Martin: "Es increíble. Siempre sale algo mal".

Hamilton toca fondo: "Me alegro de que todo haya terminado. Tengo muchas ganas de irme"

Hamilton toca fondo: “Me alegro de que todo haya terminado. Tengo muchas ganas de irme”

La voz de alarma fue transmitida por Charles Leclerc, con un enigmático mensaje a sus ingenieros. "Puedo sentir en el coche lo que hablamos antes de la carrera. Tenemos que hablar de esas cosas antes de hacerlas", lanzó el monegasco, con la necesaria dosis de misterio. Por entonces ya sabía que sus opciones de victoria se habían esfumado en Hungaroring. De nada le valió su pole, ni sus fantásticas 40 primeras vueltas, porque el SF25 se desinfló sin remedio.

Nada más cruzar la meta, a 42 segundos de Lando Norris y a 20 de George Russell, que le había privado del tercer escalón del podio, Leclerc no pronunció una sola palabra a través de la radio. Acababa de perder un punto en su licencia y de recibir una sanción de cinco segundos por una peligrosa maniobra defensiva frente a Russell. Su frustración aumentó al contemplar por los monitores de la zona mixta la ceremonia del podio.

Unos minutos después Il Predestinato sí se sinceró ante los micrófonos. "Estoy muy decepcionado. No saco nada positivo del fin de semana. Cuando tenemos una oportunidad al año de ganar una carrera, tenemos que aprovecharla. Y hoy no lo hemos hecho", relató. Lo que aún permanecía envuelto en la bruma era la verdadera causa de su desfallecimiento.

"Un problema con el chasis"

Las primeras informaciones apuntaban a un desajuste en el alerón delantero, producido durante el pit-stop. "No tenía toda la información del coche. Ahora sí la tengo y todo se debió a un problema con el chasis a partir de la vuelta 40. Desde entonces fui un pasajero y no pude hacer nada", evaluó.

No obstante, este diagnóstico difería del ofrecido por Fred Vasséur. "Tenemos que investigarlo, aunque probablemente se debió a la presión de los neumáticos", adelantó el team principal de Ferrari. Un simple vistazo a la tabla de tiempos bastaba para comprobar que el SF25 rodó más lento durante el último stint, con menor carga de combustible, que en el segundo. Según el ex jefe de Sauber, la pérdida se concretó en dos segundos por vuelta.

Antes que Vasseur, Russell ya había adelantado ante la prensa que el desplome de Leclerc se debió a unas anomalías en la plancha de madera situada en el suelo del monoplaza, que obligó a los mecánicos de Ferrari a aumentar la presión de las gomas para levantar el coche y evitar un excesivo desgaste. Hay que recordar que durante el GP de China el coche de Lewis Hamilton fue descalificado por una anomalía en la citada pieza que roza con el asfalto.

Leclerc, al frente de la carrera, durante la primera vuelta en Hungaroring.

Leclerc, al frente de la carrera, durante la primera vuelta en Hungaroring.EFE

Casi cinco meses después de aquel fin de semana en Shanghai, donde obtuvo la victoria en la sprint race, el heptacampeón sufrió otro severo revés en Hungaroring. Su decimosegunda plaza en la meta representa su peor resultado tras 19 participaciones. Por si no bastase el escarnio, Sir Lewis fue doblado por Norris. Desde el GP de Emilia Romagna 2022, el genio de Stevenage siempre había terminado en la misma vuelta del líder.

Tras tomar la salida con un juego de duros, tuvo que ceder la posición frente a Carlos Sainz y Andrea Kimi Antonelli. A partir de ese momento deambuló por tierra de nadie hasta completar su única parada en la vuelta 42. Con las gomas nuevas sólo pudo superar a Oliver Bearman, el único de la parrilla obligado a la retirada, Sainz, Pierre Gasly y Esteban Ocon. Otro paupérrimo bagaje para alguien que acumula ocho victorias en este sinuoso trazado, donde nunca había caído por debajo del top-6.

A la hora de cumplir con sus obligaciones ante la prensa, Hamilton optó por un perfil muy bajo. "Sinceramente nunca me he sentido frustrado a lo largo de la carrera, pero no pude haber hecho mucho más", admitió en los micrófonos de Sky F1.

"Aún me encanta correr"

En el momento en que le pidieron más explicaciones sobre sus palabras del sábado, cuando dijo sentirse un "inútil" y sugirió que Ferrari debería "cambiar de piloto", el británico volvió a mostrar un tono más bien depresivo. "Cuando tienes un presentimiento, lo tienes. Hay muchas cosas entre bastidores que no son muy buenas", concedió. Al preguntarle si había perdido su amor por las carreras, negó con rotundidad. "No, no. Aún me encanta correr".

Por supuesto, el domingo iba a cerrarse con otro susto para Hamilton, que vio demasiado de cerca el Red Bull de Max Verstappen. Pero ni siquiera la peligrosa maniobra del holandés pareció sacar de su letargo a Sir Lewis. "Si te soy sincero no recuerdo demasiado bien lo que ocurrió. Simplemente le vi en le último momento e intenté evitar el accidente", expresó. Tras algunos monosílabos más, el 44 acabaría confesando lo que verdaderamente rondaba por su cabeza. "Igual que ayer, me alegro de que todo haya terminado. Tengo muchas ganas de irme".