Un reencuentro “muy especial” en el adiós de Messi al Mundial de clubes: abrazo con Luis Enrique, camiseta con Hakimi y foto con Dembélé

Actualizado Lunes, 30 junio 2025 - 07:38

Uno a uno, todos se fueron acercando a Leo Messi. Minutos después de confirmarse al 'adiós' definitivo del Inter Miami al Mundial de clubes tras la contundente derrota ante el PSG (4-0), el argentino recibió en la entrada de los vestuarios el cariño de sus excompañeros del conjunto galo. Por ahí pasaron a abrazarle Donnarumma, Kimpembe, Marquinhos, Achraf o Dembélé, con el que compartió etapa en el Barcelona, pero sin duda el reencuentro más especial fue con Luis Enrique.

Diez años después del triplete que consiguieron en el Camp Nou y tras aquellos episodios de discusiones y títulos, estrella y entrenador tuvieron su 'momento abrazo' en el Mercedes-Benz de Atlanta. Un minuto en el que se rieron, compartieron un par de frases y se dieron cariño.

"Ha sido muy especial por reencontrarme con muchas personas con las que hemos compartido muchas cosas, muchos éxitos y también fracasos. Poder saludar a jugadores antes y después del partido y a Mascherano ha sido especial. Ha sido perfecto en lo emocional y perfecto en el juego", explicó Luis Enrique, que dirigió en el Barça a Messi, Suárez, Jordi Alba, Busquets y Mascherano, ahora técnico del Inter Miami, entre 2014 y 2017.

Messi se intercambió la camiseta con Achraf Hakimi, que fue el más rápido en pedírsela, y se sacó una foto con Dembélé en los vestuarios que el francés publicó en sus redes sociales: "Qué bueno volverte a ver Leo, el mejor de todos los tiempos... Ojalá sigas haciendo historia con el Inter Miami como en este Mundial de Clubes", escribió el ex jugador del Barça.

El argentino intentó por todos los medios marcar el gol del honor del Inter Miami en el tramo final del encuentro, pero no lo consiguió. Tuvo un cabezazo dentro del área que sacó Donnarumma y una falta desde la frontal que estrelló en la barrera, una de esas que suelen ser casi penaltis para él. Se fue de vacío, pero con los elogios de compañeros y rivales.

"Leo ha hecho un gran partido dentro de las posibilidades que teníamos, sobre todo en el segundo tiempo, cuando lo encontramos mucho más", aseguró Mascherano, que insistió en que en el tramo final "hemos visto lo mejor de él". "Creo que a día de hoy, con 38 años, la gente sigue pagando una entrada para verlo. Esa es la grandeza y el legado que nos deja a todos".

Al otro lado, Luis Enrique elogió el final del partido de los de Florida. "Han podido conectar a sus jugadores que todos conocemos: Jordi, Busi, Leo, Luis, Allende y Redondo. Y fue ahí que nos han generado problemas y que nos pusieron en dificultad".

Eso sí, el encuentro quedó sentenciado en el descanso después de tres goles casi seguidos del PSG para ampliar su renta a los cuatro tantos. Imposible para el Inter Miami: "Cometimos errores que no se pueden hacer ante un equipo como el PSG. Con esos jugadores, te penalizan mucho. El partido se acabó muy pronto, en la primera parte. Sabiendo la diferencia entre ambos equipos... nos iba a costar un poco más", resumió Busquets.

El excentrocampista del Barça insistió en el buen trabajo de Luis Enrique. "El PSG es un gran equipo con un gran entrenador. Le hizo muchos goles al Inter de Milán en la final de la Champions League. En partidos así te lo hacen pagar", dijo, aunque se mostró contento con el torneo del equipo: "Estoy orgulloso de hasta dónde hemos llegado, de nuestro torneo. Y ahora empieza nuestra realidad de nuevo".

Messi termina el Mundial de clubes con un gol anotado, el que metió ante el Oporto en la segunda jornada, y habiendo entregado a la FIFA cuatro de los partidos con más espectadores en todo el torneo. En Atlanta, ante el PSG, se dieron cita 65.000 personas. Un filón comercial para los patrocinadores de la organización que preside Infantino y que ha visto cumplido su objetivo cuando invitó a Inter Miami al Mundial.

Messi-Luis Enrique, cita con un pasado de peleas y títulos: “Tuvimos una discusión y nos duró un tiempito”

Actualizado Sábado, 28 junio 2025 - 22:36

«Tuvimos una discusión y nos duró un tiempito». Este domingo, el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta será testigo del reencuentro entre Leo Messi y Luis Enrique, ganadores del triplete con el Barça en 2015. Una tarde de cita con el pasado, con Javier Mascherano en el banquillo del Inter Miami y Jordi Alba, Sergio Busquets y Luis Suárez acompañando a la estrella argentina en el equipo de Florida, y el técnico asturiano liderando al PSG, actual dominador de Europa y club al que Messi no pudo hacer campeón. El duelo lo tiene todo, pero volvamos a 2015.

El triplete culé de hace justo 10 años se forjó en las semanas de enero que estuvieron a punto de hacer explotar la relación entre Messi y Luis Enrique. Un vaso que se fue llenando durante los primeros meses de aquella temporada, la del debut del entrenador en el Camp Nou, en un vestuario que venía de fracasar en Liga y Champions con el Tata Martino.

Para saber más

Luis Enrique, directo, sincero y con sus manías, tardó en encajar las piezas emocionales de un vestuario lleno de estrellas que venían de sufrir, cada una a su manera, en el Mundial de Brasil. Messi cayó en la final, Neymar se perdió el 7-1 de Alemania a la canarinha en semifinales por un rodillazo del colombiano Zúñiga en cuartos y la columna vertebral española no pasó de fase de grupos tras las derrotas ante Chile y Países Bajos.

Empezaron ganando partidos, pero las texturas comenzaron a rasgarse tras las dos derrotas seguidas ante Real Madrid (3-1 en el Bernabéu) y Celta (0-1 en el Camp Nou). Llegó el final de año y la promesa de Luis Enrique a los sudamericanos de que si ganaban todos los partidos de diciembre podrían volver un poco más tarde. Empataron en Getafe y se fueron de vacaciones de Navidad segundos, a cuatro puntos del Madrid.

"A Leo se le cruzaron los cables"

Al regresar, la relación entre Messi y Luis Enrique llegó a un punto límite. «Yo volví de Argentina después de las vacaciones, jugábamos el día 4 y salí desde el banquillo. Tuvimos una discusión y nos duró un tiempito», explicó el argentino en una entrevista con Jorge Valdano. El Barça perdió ese día en Anoeta contra la Real Sociedad, pero en la previa ya habían tenido un roce importante. «En el entrenamiento, Luis Enrique no le pitó a Messi una falta en el partidillo, a Leo se le cruzaron un poquito los cables y se dijeron las cosas que se tenían que decir», contó Mathieu, ex jugador del Barça, años después.

Tras la discusión, Messi fue suplente en San Sebastián, junto a Neymar y Dani Alves, que habían vuelto con él en el avión tras las vacaciones, y la pelea escaló esa misma noche en el vestuario de Anoeta, con insultos entre ambos y reproches. «Hubo una discusión, como pasa muchas veces. Se dijeron cosas que quedan dentro del vestuario», aseguró Messi.

Al día siguiente, Messi no se presentó al entrenamiento por una supuesta gastroenteritis y Luis Enrique pidió una sanción, pero la intervención de Xavi Hernández y los capitanes, el tiempo y las victorias terminaron haciendo olvidar aquella guerra. No hubo sanción y sí títulos. El Barça remontó la Liga al Madrid, ganó la Copa y la Champions y todo fue felicidad, aunque en un punto se acercaron al precipicio. «Hasta que se solucionó todo hubo un tiempo de tensión, que yo no busqué, pero que apareció y tuve que gestionar», admitió Luis Enrique en 2019. «Acabamos con una relación muy buena», insistió.

"Con presión pueden cometer un error"

«Dos personas de carácter y con una fuerte presión encima pueden cometer un error. Se solventó, se arregló y no tenemos ningún problema. Leo ha sido un jugador único. Es un privilegio decir que entrené al mejor jugador de la historia. Aprendí más de él que él de mí», aseguró Luis Enrique años más tarde. «Tuve una relación espectacular con él hasta el último día. Le decíamos que se quedara, que estábamos bien», dijo también el futbolista.

Hoy Messi se enfrentará por primera vez a uno de sus ex equipos, todavía con el resquemor por su parte y en París de la época en la que no consiguieron ganar la Champions. «No todo está perdonado», tituló el diario L'Équipe sobre el encuentro. «Nunca terminé de ser feliz en París. Después del Mundial de Qatar, el trato cambió. Fui campeón y eso no gustó en Francia», declaró Messi cuando llegó a Miami.

En la previa, Luis Enrique mantuvo el buen tono con respecto a sus ex jugadores: «Siempre es especial enfrentarte a jugadores con los que viviste grandes momentos, pero ahora estamos en lados diferentes». El PSG parece muy superior, pero con Messi nunca se sabe.

El fútbol y las audiencias de Messi y el Inter Miami dan la razón al ‘Plan Infantino’ para el Mundial: “No hemos venido a retirarnos”

Actualizado Martes, 24 junio 2025 - 22:50

«Compra aquí tus entradas para ver a Lionel Messi en el Mundial de clubes». Hasta la web de la FIFA asume la realidad. «Sólo la demanda del Real Madrid supera a la que hay por el futbolista argentino», explican desde la organización que preside Gianni Infantino. Messi está en todas partes: en las televisiones, con el anuncio para la cerveza Michelob Ultra que se emite antes, en la mitad y después de cada partido del Mundial de clubes; en los carteles de Adidas, Apple TV, Pepsi o Gatorade que se pueden ver por varias ciudades de Estados Unidos; en las publicaciones de la cuenta del torneo en redes sociales, donde el argentino y el conjunto blanco son los que más 'Me Gusta' y visualizaciones acumulan; y está también en los octavos de final de la edición, para gloria del Inter Miami y del propio Infantino, tras el empate ante el Palmeiras. Ahí se medirá al PSG en una cita cumbre a nivel deportivo y mediático. Se cumple el 'Plan Infantino'.

La idea del máximo mandatario de la FIFA ha salido a la perfección tanto en la parte económica como en la futbolística. El Inter Miami no había ganado la Champions de la Concacaf ni su ránking en la confederación le otorgaba los puntos suficientes para estar en el torneo, requisito que sí se ha aplicado al resto de continentes, pero el directivo suizo invitó al cuadro de David Beckahm al Mundial tras ganar la Supporters Shield de la Major League Soccer.

Infantino aplicó una invitación al país organizador, Estados Unidos, y no tuvo en cuenta al último campeón de la liga estadounidense, Los Angeles Galaxy. Decidió que el invitado sería el ganador de la liga regular, no de los playoffs. Recibió muchas críticas, pero después de varias semanas de Mundial, la repercusión del torneo le está dando la razón en la decisión, aunque en su momento fuera comprometida.

Una ciudad volcada

En España las audiencias del torneo superan casi todos los días a los programas del prime time, sea un equipo español o sea Messi, que en el partido emitido el pasado jueves en Telecinco entre el Inter Miami y el Porto llegó al 12,9% de cuota de pantalla y superó el millón de espectadores. Y en el césped, sólo el PSG-Atlético del gigante Rose Bowl y el Madrid-Pachuca de Charlotte superaron en aficionados a los encuentros del Inter Miami en el Hard Rock. La ciudad de Florida, que también llenó su estadio para el Madrid - Al Hilal y para el Bayern - Boca Juniors, se ha volcado con su nuevo ídolo.

Y los resultados acompañan. El empate de Inter Miami ante Palmeiras le colocó en octavos de final, donde se medirá al PSG. Messi contra el campeón de Europa. El sueño de Infantino. El duelo llega, quizás, demasiado pronto para la competición, pero supone un impulso más para el torneo. Se jugará en Atlanta, en el imponente Mercedes-Benz Stadium, con capacidad para 71.000 espectadores, y con muchas historias en los vestuarios.

"Puede jugar hasta que él quiera"

Messi, que cumplió ayer 38 años, llega a los octavos como segundo futbolista del torneo con más regates, sólo superado por la joven promesa del PSG Desiré Doue, de 20. Enfrente, el equipo con el que fracasó junto a Neymar y Mbappé en la era galáctica del Parque de los Príncipes. Ganó dos ligas, pero cayó en Champions ante el Madrid y el Bayern para desesperar a Al Khelaifi, que le acabó entregando el equipo a Luis Enrique. El asturiano se reencuentra ahora con Mascherano, técnico, Alba, Busquets, Suárez y Messi, a los que lideró hacia el histórico triplete de 2015.

«Leo puede jugar muchos años más, hasta que el cuerpo o él quiera. Está hecho un chaval y sigue marcando la diferencia», explicó el lunes Jordi Alba en los pasillos del Hard Rock Stadium, donde dejó claro que Luis Enrique es «el mejor entrenador del mundo». «Es increíble ver cómo trabaja». El lateral, además, dejó claro que los cuatro exjugadores del Barça que están en el Inter «no hemos venido a retirarnos a Miami». «No es el nivel de Europa pero estamos compitiendo», finalizó.

El Botafogo sorprende al PSG, manda un mensaje a Europa y pone en peligro al Atlético

Actualizado Viernes, 20 junio 2025 - 06:03

El Mundial de clubes parece determinado a enviar un mensaje al fútbol europeo: no te creas tan bueno. Después de la victoria del Inter Miami ante el Porto, que siguió al empate del Madrid ante el Al Hilal o las tablas del Inter contra Monterrey, el PSG, campeón de la última Champions, ha sido derrotado por el Botafogo, octavo en el Brasileirao y campeón de la liga brasileña y de la Libertadores en 2024. Un gol de Igor Jesus destrozó a los de Luis Enrique, mandó un mensaje a Europa y puso en peligro la clasificación a octavos del Atlético de Madrid, que necesitará golear a los brasileños en la última jornada.

El Botafogo se coloca líder del grupo con seis puntos, por tres del PSG, y del Atlético y ninguno del Seattle Sounders. Como en caso de empate sólo se tendría en cuenta la diferencia de goles entre esos equipos igualados, quitando a Seattle, el Botafogo tiene de momento +1, el PSG +3 y el Atlético -4, así que los de Simeone sólo pasarán a octavos sin ganan por tres o más goles en la última jornada, precisamente ante los brasileños.

Fue un partido extraño de los de Luis Enrique, lejos del nivel mostrado en su estreno contra el Atlético. El técnico español realizó hasta cuatro cambios con respecto al once utilizado hace unos días y al equipo no le sentó bien. Sin Dembélé, lesionado, Luis Enrique sentó a Fabián, Neves, Nuno Mendes y Marquinhos para dar entrada a Zaïre-Emery, Mayulu, Lucas Hernández y Beraldo.

Kvaratskhelia, incisivo, creó peligro en el inicio, pero el fútbol del PSG se fue diluyendo con el paso de los minutos. La defensa del Botafogo, intensa y bien ordenada, fue imposible de superar por los galos, y los brasileños comenzaron a creer en sus posibilidades en el partido. Allan, ex del Nápoles, dominó con autoridad el centro del campo, y Artur, futbolista interesante, casi se inventa el gol en varias ocasiones. En el 38, el propio Artur arrancó la jugada del gol, Savarino encontró a Igor Jesus al hueco y el '99' del Botafogo esquivó a Pacho y Beraldo y superó a Donnarumma con cierta fortuna tras dar el balón en Pacho.

El PSG dominó el juego, con un 74% de posesión, pero fue un dominio insulso. Vitinha intentó acomodar el partido en sus botas, pero le faltó la claridad de otras noches y el Botafogo mantuvo su plan: aguantar el muro atrás y salir a la contra.

Los cambios de Luis Enrique, cuatro en una sola vez, tampoco cambiaron el guion del encuentro y los franceses sólo se acercaron con el gol anulado a Beraldo por fuera de juego de Kvaratskhelia. El georgiano recuperó las ideas en el tramo final, pero las individualidades tampoco pudieron salvar al PSG de una noche de sorpresa en el Mundial de clubes.

Los de Luis Enrique tienen un compromiso sencillo en la última jornada ante el Seattle Sounders, así que su clasificación no está en peligro, pero esta derrota demuestra que el equipo es humano y que no carbura con la constancia que se le imaginaba.

La derrota parisina deja al Atlético tocado, necesitado de un pequeño milagro contra el Botafogo, que hasta ahora se ha mostrado imperial. Los rojiblancos necesitan tres goles ante un equipo que todavía

Así convirtió Luis Enrique al PSG en una máquina perfecta: "Es un líder que se ha ganado la credibilidad"

Así convirtió Luis Enrique al PSG en una máquina perfecta: “Es un líder que se ha ganado la credibilidad”

Tres equipos han deslumbrado en Europa: uno en todo el continente y otros dos, principalmente, en sus competiciones domésticas. PSG, Liverpool y FC Barcelona han sufrido una transformación de un año a otro. No han sido los futbolistas los responsables sino la llegada o consolidación de entrenadores que han impuesto sus ideas por encima de los privilegios de ciertos jugadores.

El equipo francés comenzó el Mundial de clubes como terminó la temporada: ganando. Ha logrado todos los títulos del curso y es favorito también para este. Lo ha hecho, además, justo el año en que Kylian Mbappé dejaba su disciplina. Luis Enrique ya avisó que mejoraría al equipo tras la salida del francés: "Tener un jugador que se movía por donde él quería implica que hay situaciones de juego que yo no controlo. Este año las voy a controlar todas. Prefiero once que piensen juntos a uno que rompa el mapa por talento", avisó.

"Decirlo es fácil, lo difícil es llevarlo al césped", alaba Antonio Castaño, director académico de la Escuela de Entrenadores de la RFEF y explica: "Hoy no hay nadie que pueda permitirse tener jugadores que en una fase del juego, la defensiva, no participen". Y los once del PSG lo han hecho y de qué manera. De la final ante el Inter de Milan, muchos como Castaño recuerdan más las carreras de 70 metros de Kvaratskhelia para recuperar posición que los regates en área italiana, como hizo también ante el Atlético.

"Un instante en perderla"

Por citar otro nombre propio, Desiré Doué, aunque no brillara ante los rojiblancos, tiene uno de los mejores ratings defensivos del equipo del asturiano. Es el sexto que más disputas gana y el tercero en faltas cometidas. Ese compromiso, Castaño dice que se resume en una frase: "Es un líder que se ha ganado la credibilidad" y añade que esta credibilidad "tardas una vida en ganártela y un instante en perderla". Habrá que valorar este Mundial y, especialmente, la temporada siguiente, pero parece que la fe en Luis Enrique es total.

La mejora del rendimiento colectivo afecta al individual y, volviendo a Doué, el francés ha sido el tercer jugador que más se ha revalorizado este año empatado con el segundo. Su precio ha crecido 60 millones de euros igual que el del barcelonista Pedri. El que lidera esta clasificación, claro, es otro culé que ha deslumbrado al mundo, Lamine Yamal, con un crecimiento de 110 millones de euros.

En el top-20 también están Cubarsí (6º, +50 millones) y Raphinha (14º, +40 millones), pero no hay futbolista del Barça que no se haya revalorizado este año y eso es gracias a la llegada de Hansi Flick. "Cuando un equipo a nivel colectivo funciona bien, todos los individuos se ven beneficiados en su rendimiento, el nivel parece más alto", explica Castaño.

Hansi Flick, en un entrenamiento del Barça.

Hansi Flick, en un entrenamiento del Barça.AFP

Y el equipo del alemán ha sido un reloj con una defensa que, a juicio del director académico de la RFEF, daba "una sensación angustiosa" por su altura. "La ventaja es que tienes más espacio para robar al rival cuando pierdes la pelota", apunta Castaño y cree que Flick "ha exagerado" la obsesión de Guardiola del 3-5, intentar robar la pelota en menos de tres segundos y finalizar en cinco.

Hay una cuestión táctica que, será por la estancia de Luis Enrique en el club barcelonista, o será por el sello del asturiano pero, tanto Barça como PSG, tienden a juntarse hacia los delanteros y no hacia los defensas. "Lo que vemos en la tele es donde está el balón, pero no vemos como una presión adecuada arriba sube la línea de defensa", apostilla el entrenador.

Beatles y Rolling Stones

Otro de los equipos que se ha construido a imagen y semejanza de su entrenador es el Liverpool de Arne Slot. "Un equipo se tiene que parecer al entrenador, como los perros al dueño, el suyo es más los Beatles y el de Klopp, los Rolling Stones", comienza Castaño sobre un conjunto red que ha ganado con holgura en la Premier, pero que fue descabalgado a las primeras de cambio por el PSG de Luis Enrique en la Champions. "Han cambiado la visceralidad por la racionalidad", razona el director académico de la escuela de entrenadores de la RFEF sobre un técnico que se ha unido a la lista de debutantes que antes han alcanzado 20 victorias con su equipo en la liga inglesa, el holandés tardó 24 duelos.

Otro de los cambios aplicados al Liverpool y que se diferencia de PSG y Barça es la presión defensiva que no es inmediata sino que se produce cuando el potencial robo sea en una zona peligrosa del rival. "A veces dejan dar dos o tres pases antes de ir a por el balón", apunta Castaño. Y han cambiado también las transiciones veloces y "a tumba abierta" por tener un poco más el balón para "descansar" con él.

Tres equipos, tres técnicos que han dado la vuelta a sus plantillas y las han revalorizado. Pero sólo uno podrá mostrarlo al mundo desde Estados Unidos. Luis Enrique ya ha empezado desde el primer duelo.

El Atleti, Gil Marín y Simeone: un ridículo voluntario y cantado

El Atleti, Gil Marín y Simeone: un ridículo voluntario y cantado

El Atleti se estrenó en el Mundial de clubes ante el mejor equipo del momento con una banda izquierda formada por Javi Galán y Samu Lino. No es una errata: Galán y Lino. Para sorpresa de absolutamente nadie, no salió bien. Tres pérdidas seguidas del brasileño espabilaron a un PSG aún con leve resaca y el resto fue un paseo. Si necesita meter ocho, los mete. O nueve.

El sector groupie del cholismo lleva sacando pecho desde noviembre por una victoria en Champions en París que fue un milagro: 22 tiros cayeron ante cuatro remates y una genialidad, otra más, de Correa. Creer que esos triunfos accidentales dicen algo del nivel real del Atleti ha sido un mal crónico en esta época mustia de la era Simeone, pero lo grave al comparar ambos duelos es ver la evolución de unos y de otros desde entonces.

En estos meses, Luis Enrique trabajó su modelo, pulió a Doué y el PSG ficho a Kvaratskhelia. Miguel Ángel Gil Marín decidió no reforzar las obvias carencias en invierno, cuando aún podía ganar tres títulos, ni hacer un esfuerzo previo a este Mundial. Baena y Cardoso llegarán, pero el club prefiere ahorrarse un par de millones por cabeza y traerlos en agosto que mostrar un mínimo de dignidad y ambición para un torneo que, tal vez, no vuelva a jugar en mucho tiempo. Eso es este Atleti.

Si usted fuera Julián Álvarez, ¿se quedaría?

Simeone hace tiempo que decidió ser buen soldado y tragar con la mediocridad de su directiva (que cada cual decida si es víctima o cómplice), pero lo que nadie le ordena desde el palco es sacar de titular y dar 90 minutos a Griezmann, que lleva 17 partidos sin marcar, y dejar sentado a un Sorloth que, con sus limitaciones, lleva 12 goles desde el último de Antoine. En el descanso, 2-0 abajo y con Gallagher en el banquillo, apostó por Koke como revulsivo. En 2025. El inglés y el noruego llegaron el verano pasado por 40 millones cada uno como miembros clave del plan renove, pero el técnico prioriza a dos iconos en declive. ¿Recuerdan cuando aplicaba la meritocracia?

Si usted fuera Baena, ¿ficharía?

Y así el Atleti va a lograr un hito: masacrar la innegociable ilusión de sus aficionados antes incluso de empezar la temporada. Nuevo récord mundial de mala gestión.

Si usted fuera abonado, ¿renovaría?

Bueno, esto sí porque el club ya se ha encargado de cobrar el carnet antes de mandar al equipo a América a hacer el ridículo. Mediocres sí, pero tontos ni un pelo.

Demasiado PSG para un pobre Atlético

Demasiado PSG para un pobre Atlético

Quedaba la duda de cómo se tomaría este PSG de Luis Enrique este torneo tras ganar todos los títulos esta temporada. Lo resolvió rápido el equipo francés con una intensidad parecida a la final de Champions. Monopolizaron el juego y las ocasiones ante un disminuido Atlético de Madrid. Cuatro fogonazos, cuatro goles y a contener energías en este torneo veraniego que aún no tiene la importancia que la FIFA pretende. [Narración y estadísticas, 4-0]

Tras un partido inaugural descafeinado, entramos de lleno en este Mundial de claroscuros. Un campeonato en el que ves al Bayern apalizar a una banda de muchachos de Nueva Zelanda y luego dos históricos europeos se juegan tres puntos a 28 grados y casi 80% de humedad en el césped sequísimo del Rose Bowl de Los Ángeles.

Salía Luis Enrique con los campeones de Europa menos Dembélé, lesionado, por el que entraba el irregular Gonçalo Ramos y Simeone sorprendía a propios y extraños devolviendo a Griezmann a la titularidad. Un caramelo para la leyenda rojiblanca en un país que podría ser su siguiente destino.

El juego empezó a su ritmo, pausado y sin riesgo. Pases cómodos y papeles previstos: un PSG muy dominador con balón y el Atlético bien pertrechado atrás, con dos filas de cuatro bien juntas y Griezmann y Julián intentando incomodar el inicio de juego francés. Sin embargo, fueron dos malas salidas de Lino las que generaron la primera ocasión, si no contamos una falta lejana de Julián, y el primer gol. Hakimi la puso en las botas de Kvaratskhelia, que aguantó bien de espaldas hasta que vio a Fabián en el borde del área y no perdonó el español con un disparo con la izquierda.

El gol del PSG no cambió el guion del encuentro, falta saber si por planificación o incapacidad. Griezmann y Julián estaban desconectados del juego y Lenglet y Le Normand se vieron muy superados por el veloz ataque francés. Y eso que pasada la primera media hora, el MVP de la Champions, Désiré Doué, no había aparecido. En el primer tiempo la posesión estaba 77% a 16% y con un 7% en disputa y 12 llegadas a ninguna, todo a favor de los franceses.

Y cuando quiso salir el Atlético, y cuando los rojiblancos consiguieron robar arriba y llevar el balón al área de Donnarumma, Griezmann disparó tímidamente a las manos del italiano, que lanzó la contra hacia Fabián. Éste condujo para ceder a Vitinha, que corrió casi 20 metros sin oposición y, cuando pisó área, con los centrales rojiblancos a años luz, sólo tuvo que colocar el disparo lejos de las manos de Oblak. Se iban los rojiblancos a los vestuarios con cara de susto, pero pudo ser peor.

De hecho, les dio uno bueno Kvaratskhelia a la salida de la caseta con la típica diagonal suya hacia dentro y disparo con rosca a la escuadra. Apareció una mano dura de Oblak para desviar el balón a la cruceta, respuesta proporcionada, la de la parada, al eslalon del georgiano. El Atlético tenía que cambiar algo y la respuesta de Simeone fue sacar a Koke en lugar de Lino, más contención para un equipo que necesitaba vértigo.

Error de Oblak

Se pudo acercar el Atlético en el encuentro si el capitán no hubiera hecho una falta a Doué para recuperar un balón que terminó en el gol de Julián Álvarez. El árbitro revisó en el VAR y comunicó su decisión al respetable. Parece que los rojiblancos se agarraron a esa acción y a los cambios del Cholo, las salidas de Gallagher, Reinildo y Correa, el héroe de la Champions, para dar un paso adelante, pero fue inane.

De hecho, el peligro lo generó un sainete de Oblak al sacar rápido con Mayulu encima. Recuperó el balón el PSG y se terminó durmiendo el joven futbolista y falló el tercero. Los rojiblancos reclamaron falta del francés y Lenglet se pasó de revoluciones y terminó expulsado. Lo increíble es que ya con 10, Sorloth falló la más clara de los colchoneros. Luego ya fue acoso y derribo, si es que quedaba algún rojiblanco en pie, hasta que anotaron Mayulu, tras una cesión involuntaria de Griezmann y Lee, de penalti. ¡Ojo!, los goles cuentan.

Un Atlético sin refuerzos ante el 'ogro' francés: "No sabemos por qué no ha venido nadie"

Un Atlético sin refuerzos ante el ‘ogro’ francés: “No sabemos por qué no ha venido nadie”

Jonathan Tah ha llegado para reforzar la zaga del Bayern; Cherki, la delantera del City, Jobe Bellingham, hermano de Jude, la media del Borussia y el vecino, el Real Madrid, ha incorporado a Dean Huijsen y Trent Alexander-Arnold. Estos son algunos de los fichajes que los clubes que disputan el Mundial de clubes han realizado para reforzarse y sumar más papeletas para llevarse la primera edición de este torneo.

Muchos son los nombres que han sonado para el Atlético de Madrid. El más sonado es el de Álex Baena, pero también se han escuchado el de Johnny Cardoso, mediocentro del Betis, Darwin Núñez, delantero del Liverpool, y Theo Hernández, lateral del Milan, entre otros. En este último caso, sin embargo, ha sido el club el que ha declinado el ofrecimiento del defensa para volver al equipo del que fue canterano y buscarán otras opciones para el perfil izquierdo si Reinildo, como parece, no continúa tras el torneo.

Así, Simeone para el partido que enfrentará a los rojiblancos ante el reciente campeón de la Champions, el PSG de Luis Enrique, no tendrá ningún nombre nuevo en su plantilla. Desde las oficinas del Metropolitano explican que "nunca se tuvo la intención de incorporar a nadie para este campeonato ya que entra dentro de la planificación de esta temporada". Además, recuerdan también que el equipo no ha sufrido ninguna lesión de larga duración y que la plantilla está "intacta". "No nos vamos a gastar 10 millones por un jugador para un mes, nosotros planificamos las plantillas a años vista", cuentan fuentes rojiblancas.

"un desafío mayor"

A los seguidores les habría gustado tener fichajes, pero entienden la postura del Atlético. "Como cualquier aficionado queremos que vengan los mejores, no sabemos por qué no ha llegado nadie, pero el argumento del club es tan válido como otro", explica a EL MUNDO Eduardo Fernández, presidente de la Unión Internacional de Peñas. No obstante, confían en que los que están puedan hacer un buen papel en "el grupo más difícil del torneo".

El club ha incorporado dos jugadores hasta 2028, sí. Clement Lenglet, que firma libre tras desvincularse del FC Barcelona, y Juan Musso, por el que se han pagado tres millones de euros al Atalanta. Ambos jugadores ya llevan un año de rodaje en la disciplina rojiblanca como cedidos, con lo que el Cholo no tendrá savia nueva para aspirar a este trofeo. "Para nosotros es un desafío mayor y vamos a ir a ganar el Mundial de Clubes, ese es el objetivo", apuntó el argentino. Desde el club no se ponen en la obligación de ganar este primer Mundial de clubes organizado por la FIFA, al menos con este formato más similar al de selecciones, pero sí se exigen "competir". Es cierto que la piedra de toque inicial, el reciente campeón de la Champions no es precisamente el rival más fácil a la hora de comenzar esta andadura. No obstante, el hambre rojiblanca tras una temporada que se torció tras aquel presunto doble toque o "ultraje" como lo calificó el Cholo en el penalti de Julián Álvarez puede ser un factor a tener en cuenta ante un equipo que viene de ganar todos los trofeos de la temporada.

Luis Enrique ha declarado en una entrevista con la FIFA que su equipo quiere estar "en disposición de ganar esta competición". Habla el asturiano de un campeonato "muy atractivo", pero en el que se debe encontrar el "equilibrio entre ese desgaste físico y mental que hay a final de temporada con la motivación por jugar esta competición". El PSG, por cierto, tampoco se ha reforzado para este Mundial de clubes.

Ausencias en el PSG

El técnico parisino llega con una duda y una baja muy importantes para este primer duelo. La duda es Barcolá, que arrastra problemas en la rodilla, y la baja es Ousmane Dembele, candidato al Balón de Oro y mejor jugador del equipo parisino esta temporada con 33 tantos y 15 asistencias.

En el Atlético están todos disponibles y el Cholo confía en volver a derrotar al PSG como ya hicieran en noviembre en la fase de grupos de la Champions con un gol de Correa en el descuento. Simeone es uno de los entrenadores que más veces ha ganado a Luis Enrique en menos duelos, cuatro en 15 partidos. La estadística en Champions, eso sí, es demoledora para el argentino dos victorias en tres encuentros. "Soy optimista, estas competiciones vienen bien al Atleti y el Cholo sabe competir muy bien", apunta Fernández.

En estos términos, parece que el mérito del que consiga los tres primeros puntos del grupo B del Mundial se lo llevarán los técnicos ante unas plantillas que juegan a imagen y semejanza de su entrenador. El escenario será el Rose Bowl Arena en una Los Ángeles que ha saltado estos últimos días a las portadas de los periódicos mundiales por los disturbios provocados por los arrestos y las deportaciones masivas del Gobierno de Donald Trump. Parece que la situación se ha calmado en la ciudad californiana desde el toque de queda, en la víspera de este torneo que inauguró el conjunto de Leo Messi esta pasada madrugada.

Dani Olmo: “Tener cocinero, nutricionista o asesores no es tener privilegios; son herramientas de trabajo”

Actualizado Miércoles, 4 junio 2025 - 22:46

Es un tipo serio. Al principio de la entrevista dice que no, pero es un tipo serio. Dani Olmo (Barcelona, 27 años), ya saben, se fue a Zagreb, extraño destino, a jugar al fútbol siendo un niño, y luego eligió Leipzig, de entrada un lugar poco llamativo, para continuar su carrera. Habla idiomas como si no costara (y hasta piensa en croata si se lo propone), juega al ajedrez y cuida mucho de la gente que trabaja con él. Impulsada su fama por su primer año en el Barça, dice que sería capaz, si le dan un balón, de repetir el recorte que le hizo a Tchouaméni para el 2-1 en las semifinales de la Eurocopa del año pasado. Y lo dice en serio.

Tiene pinta de serio.
¿Yo?
Sí, usted.
Me gusta ser serio, y así sorprendo un poco, ¿no?
¿Pero entonces lo hace a propósito? Como para marcar distancias...
¡No, qué va! Si le preguntas a cualquiera del equipo, igual se ríe.
¿Ah sí?
Bueno, depende a quién le preguntes.
Cuénteme un chiste, entonces.
No, no, eso no. En eso soy muy malo. Venga, soy serio, soy serio.
Me han dicho que lleva un anillo que le controla hasta la respiración.
No, sólo para dormir, he cambiado el anillo por la pulsera. Me sirve de guía. No le hago caso al 100% porque si no, te vuelves loco, pero cuando me levanto sí que miro a ver si mis sensaciones concuerdan con lo que dice la pulsera sobre el descanso.
¿Cuántas horas necesita o le gusta dormir?
Intento dormir de ocho a nueve horas al día. Intento irme a dormir siempre a las 23.00, aunque algunos días no lo consigo, hasta las 8.00.

"El tema de la inscripción me lo tomé con tranquilidad porque no dependía de mí, me apoyé en mis compañeros y en mi pareja"

¿Siesta?
No soy de siesta. Aunque el otro día tuvimos una charla aquí en la selección sobre el sueño y me lo recomendaron, así que igual empiezo.
No está mal tener un trabajo donde le recomienden dormir la siesta.
Al parecer, ayuda a mejorar el rendimiento, así que nada, a dormir.
¿La alimentación le obsesiona?
No me obsesiona, porque nada que te obsesione es bueno, pero sí lo cuido bastante. Por la experiencia de estos años, conozco mi cuerpo y sé lo que necesita.
En días postpartido, ¿qué come?
Los días de partido, o post, que estoy más cansado, intento comer grasas saludables. Salmón, aguacate, nueces, frutos secos, que me ayudan más a recuperar.
Para alguien que juega a su nivel, casi todo es previa o postpartido.
Sí, por eso hay que cuidar la dieta al milímetro, porque te puede alterar el rendimiento.
¿Llega al límite de pesar la comida?
Ahora sí. No yo, pero sí mi cocinero personal, que llevo trabajando con él dos meses, y él está en contacto con el nutricionista y entre ellos hablan y deciden todo.

"De mayor quiero ser... feliz. ¿Te parece bien? Creo que es un buen objetivo"

Cocinero, nutricionista, asesores de prensa... ¿los futbolistas son conscientes de que viven en una realidad poco habitual para el resto?
No es lo habitual, pero seguimos siendo personas normales. Somos unos privilegiados, porque podemos jugar al fútbol de manera profesional, pero al final tener eso, nutricionista, cocinero, asesores que nos ayudan con la comunicación... no son privilegios, son nuestras herramientas de trabajo para llevar nuestro rendimiento al máximo. Si se puede mejorar un 1% con todas estas cosas, lo voy a hacer.
¿Cómo de cansado llega a este final de temporada?
No mucho, porque por desgracia he estado parado varias veces por lesiones. Así que llego bien, con ganas de acabar bien el año. Mejor aún, con ganas de ganar otro título.
El control que hace en el 2-1 contra Francia... ¿lo recuerda exactamente?
Sí, sí, claro que me acuerdo. El primer rechace lo controlo bien, no se me queda para disparar y cuando me salta Tchouaméni, veo que se queda clavado e intento regatearle. Lo conseguí y luego fue gol.
Hay mucha grandilocuencia en el fútbol. Esas cosas no se ensayan.
En el fútbol puedes trabajar muchas cosas, analizar mucho, pero la mayor parte del tiempo es improvisación. Tú puedes trabajar una jugada, pero esa jugada en un partido no sale, y hay que improvisar.
Hemos visto al PSG y al Barça jugar a un ritmo altísimo, con mucha presión... ¿vamos hacia ese tipo de fútbol?
El fútbol que jugaba Luis Enrique aquí en la selección y el de ahora en el PSG ha cambiado. Todo evoluciona, va muy rápido, es mucho más físico... Pero al final los jugadores de calidad son los que siguen marcando la diferencia.
Tú puedes preparar mucho, pero te sale un Lamine, ¿y qué haces contra eso?
Pues te rompen. El fútbol es un duelo de individualidades.
¿Qué balance hace de su primer año en el Barça?
Estoy contento. Tres títulos en el primer año, unas semis de Champions con sabor agridulce porque podríamos haber hecho algo más... Y con hambre de más. Me he perdido algunos partidos que me hubiese gustado jugar, así que con muchas ganas de seguir mejorando y sintiendo que le puedo aportar mucho más al equipo.
El 'caso Olmo', la inscripción o no inscripción... ¿Cómo lo gestionaba?
Con tranquilidad. Yo confiaba en el club, porque era algo que no dependía de mí. Yo lo que hacía era entrenar y esperar la luz verde para poder jugar. Ayudando al equipo desde otra posición.
¿Quién fue su máximo apoyo?
Los compañeros y la familia. También mi pareja, que es con la que vivo. Pero eran cosas externas que no dependían de mí, no podía hacer nada, sólo podía entrenar.
Es difícil aprender que lo que no depende de ti no merece el gasto de energía.
Lo intentas. No te puedes aislar al 100%, porque son situaciones que repercuten en tí de manera directa, pero hay cosas que no puedes controlar. Intentas alejarte, aunque es complicado. Al final salió todo bien, así que no hay excusa posible y ya está olvidado.

ANGEL NAVARRETE

¿Qué le aporta el ajedrez?
Táctica, conocimiento, concentración... Muchas cosas, y también un poquito de evasión, porque cuando estás jugando al ajedrez no puedes pensar en otra cosa.
¿Ha visto el puñetazo de Carlsen cuando perdió contra el campeón del mundo?
No, aún no. Yo no he llegado al punto de darle un puñetazo a la mesa, pero sí que te da mucha rabia. Sobre todo cuando repasas las partidas, las analizas, y ves que se te ha pasado alguna cosa muy obvia. Aquí juego con Unai Simón.
¿Le gusta más el ajedrez o el fútbol?
El fútbol, pero por poco [se ríe].
Y todo eso que le enseña el ajedrez, ¿tiene traslado al fútbol?
Son deportes muy parecidos. En los dos hay millones y millones de movimientos posibles. Además, el comienzo es idéntico: dos equipos iguales que, una vez se pone el balón, o las piezas, en movimiento, cuentan con infinitas posibilidades.
¿Cómo empezó?
Yo sabía jugar de pequeño, y aunque no recuerdo practicar mucho, en el Leipzig empecé a jugar con Poulsen, que éramos del mismo nivel. Porque mola jugar con gente de tu nivel. Si hay mucha diferencia, no te diviertes.
Habla muchos idiomas, pero ¿en qué idioma piensa?
En español.
¿Siempre?
No, dependiendo del idioma que hable. Con mi pareja hablamos en inglés y pienso en inglés, cuando hablo en croata pienso en croata, ¡y eso sí que es máximo nivel! Fui muy joven y se asimila mejor.
Sabiendo lo que sabe hoy, ¿volvería a irse a Croacia?
Sí, a nivel profesional y personal. Lo que aprendí y mejoré en Zagreb es lo que me ha hecho ser el jugador que soy.

"Me gusta más el fútbol que el ajedrez, pero por poco. El ajedrez es táctica, conocimiento, concentración..."

¿Cuándo sea mayor qué quiere ser?
Pues feliz, quiero ser feliz. Te parece bien, ¿no?
Sí claro. ¿Por qué ha explotado esta selección en este último tramo?
Es un proceso. Si te fijas el bloque no ha cambiado mucho. En la Eurocopa 2021 merecimos más en la semifinal contra Italia, y en el Mundial en los penaltis contra Marruecos, pero básicamente éramos los mismos. Al final se trata de estar ahí y meterla para dentro.
Vivir en Barcelona, tener más cerca a la familia y a los amigos... ¿le ha venido bien?
Sí. Es calidad de vida, pero a mí en competición no me gusta cambiar lo que hacía cuando vivía fuera. Soy un tío muy casero. Estar en Barcelona, cerca de la familia y amigos, pues surgen plantes, cosas... pero yo necesito mis rutinas.
Y, de repente, Luis Enrique se convirtió en un santo

Y, de repente, Luis Enrique se convirtió en un santo

Que Luis Enrique es un sensacional entrenador lo sabía cualquiera que quisiera saberlo, no le hacía falta una Champions (otra), ni ganar sin Mbappé, ni moldear a Doué ni convertir al Inter de Milán en el Inter de Moratalaz. No le hacía falta nada de eso pero la avalancha de pruebas ha provocado un triste efecto donette: le han salido amigos por todas partes. Ha dado vergüenza ajena. No tanta como la utilización forzada y amarillista en cada noticia, columna o tuit del nombre de su hija fallecida para ver si así se arañaban así unos clics, pero casi.

Luis Enrique es un técnico sensacional y un borde con los periodistas. No confía en la mayoría, considera que sentamos cátedra sabiendo la décima parte de fútbol que él (esto es cierto tanto en la crítica como en el elogio) y nunca lo ha ocultado. A mí me hace mucha gracia y me parece refrescante en un mundillo con tanto trepa que, a cambio de que hablen bien de él en las tertulias, vive peloteando a las grandes firmas mientras desprecia al redactor que va a cubrir sus entrenamientos. Sin embargo, a muchos compañeros el gijonés les parece un maleducado que no respeta su trabajo y es desagradable de manera gratuita. No es tampoco una visión descabellada.

Hasta aquí todo sería normal. Lo que no fue ni medio razonable fue la cacería a la que muchos del segundo grupo sometieron a Luis Enrique cuando fue seleccionador. Fue orquestado, fue venganza, fue odio con micrófono y teclado. Cualquiera que analice sin rencor la España que cogió y la que dejó, sabe que su trabajo fue el origen del esplendor actual, que el final contra Marruecos fue feo... y accidental. Las cuentas que se le pasaron cuando Luis de la Fuente, este sí entrevistado amable, levantó la Eurocopa o el Dortmund eliminó al PSG el año pasado no tuvieron nada que ver con el fútbol porque el fútbol no las respaldaba. Era personal. Siempre lo ha sido con él.

Por eso resulta triste ver tanto converso ahora. Lo que no les gustaba de Luis Enrique y era legítimo no ha cambiado, pero ya no se habla de ello. Dirán que es objetividad, que son adalides de la verdad, que han visto la luz, pero no les crean. En cuanto pierda, y perderá porque hasta los mejores entrenadores acaban cayendo, le estarán esperando con piedras y antorchas. Es el nuevo ciclo de la vida de cierto periodismo deportivo. Periodismo... o lo que sea.