La Asociación de Fútbol de los Condados de Sheffield y Hallamshire ha informado este domingo de la muerte de Uriah Rennie, el primer árbitro negro de la Premier League. Tenía 65 años.
Rennie, nacido en Jamaica y criado en Sheffield, hizo historia en 1997 al arbitrar un partido de la Premier League entre el Derby County y el Wimbledon. Dirigió más de 300 partidos, incluyendo 175 en la máxima categoría del fútbol inglés.
"Nos entristece profundamente saber del fallecimiento de nuestro expresidente y árbitro pionero, Uriah Rennie", declaró la asociación en redes sociales.
"Acompañamos en el sentimiento a la familia y amigos de Uriah en estos momentos difíciles". Rennie se retiró en 2008 y pasarían 15 años antes de que otro árbitro negro dirigiera un partido de la Premier League. Sam Allison dirigió el encuentro entre el Sheffield United y el Luton Town en 2023.
En abril, Rennie declaró a la BBC que estaba aprendiendo a caminar de nuevo tras quedar paralizado de cintura para abajo debido a una rara afección.
"Es una gran tristeza enterarme del fallecimiento del árbitro Uriah Rennie. Un pionero, un artífice y un árbitro excepcional", declaró Stan Collymore, ex jugador de la selección inglesa y del Liverpool, en redes sociales. "Descansa en paz, árbitro".
Rúben Amorim, técnico del Manchester United, se ofreció a irse del club sin finiquito si así lo quiere la directiva y la afición.
"Si la directiva y los aficionados creen que no soy el hombre adecuado, me iré sin discutir y sin compensación", dijo Amorim después del encuentro. "Pero no voy a dimitir. Confío en mi trabajo", continuó.
El entrenador portugués perdió este miércoles la final de la Europa League contra el Tottenham Hotspur y ha firmado unos meses terribles con el United, que es decimosexto en la Premier League y no jugará en Europa el año que viene.
"No estoy aquí para defenderme en este momento. No es mi estilo. No tengo nada que darle a los fans, pero lo que pido es un poco de fe", apuntó.
Amorim, que llegó en sustitución de Erik Ten Hag, solo ha conseguido nueve puntos en Premier League desde noviembre, perdió tanto la FA Cup y la Copa de la Liga y se jugaba muchísimo en esta Europa League perdida contra el Tottenham.
La ausencia del United en la Champions League de la temporada que viene ni en ninguna competición europea tendrá un impacto de, como mínimo, 100 millones de libras en sus ya resentidas cuentas financieras.
Han acumulado pérdidas en los últimos cinco años y, según el club, de no haber llevado a cabo una política de recortes en el último año, habría entrado en bancarrota al final de este 2025.
GARNACHO, DUDA LA PRÓXIMA TEMPORADA
Alejandro Garnacho, atacante del equipo, dejó abierta la puerta a una posible salida este verano después de perder la Europa League.
"Obviamente esto es muy duro para todos", dijo el argentino en la zona mixta posterior al partido en San Mamés. "Nuestra temporada ha sido una mierda. No ganamos a nadie en la liga. Nos han faltado muchas cosas", agregó para definir la terrorífica temporada que llevan, perdiendo todos los títulos y sin la presencia en Europa la temporada que viene.
En lo individual, Garnacho no quedó nada contento con su participación en la final, en la que comenzó en el banquillo en favor de Mason Mount y no entró hasta la recta final de encuentro.
"Hasta que llegamos a la final, jugué en todas las rondas. Y hoy he jugado veinte minutos. No sé, voy a disfrutar del verano y ya veremoslo que pasa después", sentenció.
Garnacho tiene contrato con el United hasta 2028, pero ya estuvo en la rampa de salida el pasado invierno, cuando su club no veía con malos ojos dejarle salir ya que pretende ingresar entre 50 y 60 millones de libras por él y, al contabilizar como canterano de cara al 'fair play' financiero, sería un respiro importante para las cuentas del equipo.
No está siendo el año de Pep Guardiola en el Manchester City. Tras una temporada nefasta en la Premier y quedar fuera de la Champions en los octavos frente al Real Madrid, la continuidad del técnico español en el club inglés sigue en el aire. En un nuevo capítulo del culebrón, el catalán lanzó este martes un aviso a los dueños del club: "Quiero una plantilla más pequeña o me iré", cuenta Efe.
El entrenador español habló ante los medios de comunicación después de la victoria de su equipo contra el Bournemouth que les deja a un punto de clasificarse para la Chamopions League.
"Le he dicho al club que no quiero una plantilla más grande", dijo Guardiola respecto al próximo mercado veraniego. "No quiero tener que estar dejando a cinco o seis jugadores en la grada. No quiero eso. Me iría. Si hacemos una plantilla más pequeña, me quedo. Es imposible que le dé mi alma a los jugadores si se tienen que quedar en la grada y no jugar".
El pasado mercado de invierno el City fichó a Nico, Khusanov y Vitor Reis gastando en total más de 100 millones de libras por la plaga de lesiones que sufrió el equipo, especialmente por la de Rodrigo Hernández, que ha estado ocho meses de baja por una rotura de ligamento cruzado anterior.
"Durante tres o cuatro meses no pudimos contar con varios jugadores, no teníamos defensas, y era muy difícil. Después la gente vuelve de las lesiones, pero la próxima temporada no puede ser así. Como entrenador, no puedo entrenar a 24 jugadores y que cada semana se quedan cuatro, cinco o seis en Mánchester porque no pueden jugar. Esto no puede pasar y se lo he dicho al club", puso de relieve.
En el próximo mercado, se espera que el City realice varias incorporaciones para revitalizar una plantilla que, después de ganarlo todo, incluyendo cuatro Premier League consecutivas, solo opta a llevarse el Mundial de Clubes esta temporada, tras perder la liga, la Champions, la Copa de la Liga y la FA Cup.
El español Rodrigo Hernández, jugador del Manchester City, volvió a sentirse futbolista este martes al disputar los últimos diez minutos del partido contra el Bournemouth, correspondiente a la trigésima séptima jornada de la Premier League.
El Balón de Oro español se rompió el ligamento cruzado de la rodilla en septiembre en un partido de Premier League contra el Arsenal y esta era su primera convocatoria en ocho meses.
El jugador español había acompañado al equipo en los últimos encuentros, además de estar el pasado sábado en la final de la FA Cup, que el equipo de Pep Guardiola perdió contra el Crystal Palace, y por fin pudo volver a un terreno de juego este martes con el City ganando 2-0 al Bournemouth.
Rodri ha vuelto a tiempo para la recta final de esta Premier League, en la que el City acaricia la clasificación a la Liga de Campeones tras golear al Bornemouth de Iraola (3-1), y esto le servirá como calentamiento con vistas al Mundial de Clubes de la FIFA que comienza el 14 de junio y en el que los citizens son uno de los favoritos.
A los de Pep Guardiola les valdrá un empate en la última jornada para asegurar el pase a la máxima competición continental, ya que en un hipotético empate a 69 puntos tienen mejor diferencia goleadora que Newcastle United, Chelsea y Aston Villa.
La salida de Jürgen Klopp del Liverpool ha sido un ejemplo de cómo gestionar este tipo de despedidas. En lugar de caer en una depresión y una época difícil pos-Klopp, el Liverpool se ha levantado con su segunda Premier League en 35 años y ha ensamblado un equipo que debe seguir peleando por los mejores títulos las próximas temporadas.
Klopp pudo irse hace dos años del Liverpool, cuando parecía que su tiempo en Anfield se agotaba y que su rivalidad con el Manchester City había quedado desplazada por el binomio City-Arsenal, pero prefirió quedarse y dejar al club en una posición en la que su marcha no fuera un perjuicio.
Ayudó a regenerar el equipo, especialmente el centro del campo, cambiando a piezas como Georginio Wijnaldum, Fabinho y Thiago Alcántara por Alexis Mac Allister, Dominik Szoboszlai y Ryan Gravenberch, y lo dejó listo para su nueva etapa con Arne Slot.
Aprendió del ejemplo de Alex Ferguson, que hipotecó en cierto modo al Manchester United para ganar una última Premier antes de irse en 2013 y marcó el camino a Pep Guardiola, para que deje al City cuando se vaya en una mejor posición o al menos no en una peor.
Slot, que siempre ha reconocido el mérito del legado de Klopp, ha recogido estos frutos en una primera temporada en la que prácticamente sentenció la Premier hace meses. Esta vez no hubo carrera dramática con un Manchester City venido a menos y desplazado a pelear por meterse entre los cinco primeros y un Arsenal muy irregular, incapaz de llegar a las cotas de puntos que requiere ganar una Premier en estos tiempos.
Ganando siete de sus primeros ochos encuentros, el Liverpool alcanzó la primera posición en la sexta jornada y solo la soltó en la novena tras empatar contra los de Mikel Arteta. En la décima recuperó el liderato y ya lo ha mantenido hasta el final de la competición. Solo el Nottingham Forest (0-1) y el Fulham (3-2) han conseguido derrotar a los de Slot, en una temporada casi perfecta y muy alejada del dramatismo de las luchas con el City de Guardiola.
Salah, el gran culpable
A este dominio ha ayudado mucho el nivel de Mohamed Salah, que se ha convertido en el mejor goleador de la competición, con 28 tantos, y en el mejor pasador, con 18 asistencias. Si logra tres asistencias más en las tres jornadas que quedan, el egipcio romperá el récord de pases de gol que tienen en su poder Kevin de Bruyne y Thierry Henry.
Este curso de Salah, que a sus 32 años se ha ganado una renovación por dos temporadas más, ha permitido al Liverpool paliar la ausencia de un '9' competitivo, porque Darwin Núñez no ha estado a la altura, con apenas cinco tantos en la Premier, y Diogo Jota, que ha estado buena parte de la campaña lesionado, solo ha aportado cinco. La ayuda a Salah ha venido por parte de Luis Díaz, que con doce goles ha batido su récord anotador en una liga con el Liverpool.
Este Liverpool apuntaba en noviembre, cuando vencía a City y Real Madrid de forma consecutiva, a llevarse todos los títulos posibles. Sin embargo, se ha tenido que conformar solo con la liga tras perder a las primeras de cambio en la Copa de Inglaterra con el Plymouth, caer en la final de la Copa de la Liga contra el Newcastle United y ser eliminado en los penaltis en octavos de final de la Liga de Campeones contra el Paris Saint Germain.
¿Poco premio?
La sensación no es de decepción, porque una liga siempre es bienvenida en Liverpool, pero sí de que el punto álgido del equipo daba para algo más y que ese debe ser el objetivo de cara a las próximas temporadas, sobre todo cuando se hagan un par de ajustes en la delantera, el lateral izquierdo y el lateral derecho.
También merece su mención el hecho de que, con tres de sus jugadores más importantes sin renovar durante gran parte de la temporada, Salah, Virgil Van Dijk y Trent Alexander-Arnold, los rumores de posibles salidas no han afectado a la estabilidad del grupo.
Es la vigésima liga del Liverpool, con la que empata en la cabeza del palmarés con el Manchester United. El trofeo en sí será levantado en Anfield el próximo 25 de mayo, en el último partido de liga contra el Crystal Palace.
Será la primera vez que los 'Reds' puedan ofrecer el trofeo a su afición desde 1990, ya que en 2020, cuando cazaron su última liga, Jordan Henderson levantó el título en un Anfield vacío por las restricciones de la pandemia.
Joe Thompson, ex jugador de la academia del Manchester United, ha muerto este jueves a los 36 años, un año después de su tercer diagnóstico de cáncer. El club Rochdale, de la quinta división del fútbol inglés, con quien disputó más de 200 partidos, ha anunciado el fallecimiento del centrocampista.
"Conocimos a Joe principalmente como un futbolista de talento, pero pronto llegaríamos a adorar su personalidad cariñosa y contagiosa", dijo el Rochdale en su comunicado.
"Afrontó todas las batallas de frente, tanto dentro como fuera del terreno de juego. Su trayectoria y su espíritu indomable han sido una inspiración para todos los que se han visto afectados por su historia. Por encima de todo, Joe fue un marido cariñoso para Chantelle y un padre increíble para Thailula y Athena Rae", asegura el club.
Thompson pasó por la academia del Manchester United, a la que se incorporó con nueve años, antes de jugar en el Rochdale, el Tranmere Rovers y el Carlisle United.
"Un hombre que personificaba los valores de nuestro club... Nuestros pensamientos están con la familia y los amigos de Joe en estos difíciles momentos", declaró el Manchester United en un comunicado.
Thompson fue diagnosticado por primera vez de linfoma de Hodgkin en 2013, cuando jugaba en el Tranmere. La enfermedad reapareció tres años después y pudo anunciar que estaba libre de cáncer en 2017.
Menos de un año después marcó el destino del Rochdale al salir del banquillo en el último partido de la temporada 2017-18 para marcar en una victoria por 1-0 que mantuvo al equipo en la tercera división.
Se retiró en 2019 y pasó a convertirse en speaker y coach motivacional del equipo. También desempeñó un papel de embajador en el United.
El año pasado, Thompson fue diagnosticado con cáncer por tercera vez.
El Rochdale, situado justo al norte de Manchester, dijo que sus jugadores llevarían brazaletes negros durante el partido del viernes en Altrincham en la Liga Nacional.
El 8 de marzo de 2017, poco antes del pitido inicial, Unai Emery saludó a Luis Enrique en el Camp Nou aferrado a un convencimiento. Su primera eliminatoria de Champions con el PSG se resolvería de igual modo que las nueve anteriores con el Sevilla en la Europa League. Sin embargo, dos horas más tarde, el irundarra, entre el estupor y la indignación, apenas pudo ofrecer alguna explicación a lo sucedido. «Fue mi peor momento como entrenador», confesaría, años más tarde, a propósito de aquella debacle ante el Barça (6-1), con la que se convertía en el único técnico de la historia eliminado de la Champions tras una renta de cuatro goles en la ida. «De aquel partido cambiaría el árbitro», añadió sobre la labor de Deniz Aytekin.
Hoy, Emery tampoco perderá la oportunidad de abrazar a Luis Enrique, actual técnico del PSG, y a otros viejos conocidos en el Parque de los Príncipes, el estadio donde, entre 2016 y 2018, jamás obtuvo el cariño de la afición, que apenas quiso dedicarle un petulante desdén. De nada le valdría su empeño en aprender francés o su título de Ligue 1. En mayo de 2018, una vez cumplidos sus dos años de contrato, Nasser Al-Khelaifi puso punto final al ciclo de Emery en París.
El detonante, por segundo año consecutivo, había sido la eliminación en octavos, donde el PSG volvió a mostrar demasiadas carencias ante el Real Madrid. El fantástico comienzo en el Bernabéu se diluyó por completo tras el descanso, donde decidieron los goles de Cristiano Ronaldo y Marcelo. El partido de vuelta resultó un trámite para el equipo de Zinedine Zidane. Aquel PSG resultaba irreconocible a nivel competitivo. Muy lejos de la exigencia de un técnico que, excluyendo su etapa en París, sorteó 22 eliminatorias seguidas de Europa League con Sevilla (2013-16), Arsenal (2019) y Villarreal (2022). Nada menos que cuatro títulos tras cinco finales.
El ejemplo de Tottenham y Dortmund
«Unai es un entrenador top, con una gran capacidad de analizar al rival y de potenciar a su equipo. Además, lo ha demostrado en diferentes banquillos», valoró el pasado viernes Luis Enrique. Esas virtudes, por supuesto, han adquirido mayor relevancia aún durante las eliminatorias. Sólo cabe citar el caso de su Sevilla, triple campeón de la Europa League sin alcanzar ni una sola vez el top-4 de LaLiga, o de su último Villarreal, semifinalista de la Champions 2022 tras apartar a Bayern y Juventus, pero séptimo en LaLiga.
A este fabuloso rendimiento en los torneos cortos se aferra el Aston Villa, un conjunto que hoy encadena siete victorias en todas las competiciones, su mejor racha desde marzo de 1981. Su última derrota data del 25 de febrero (4-1 ante el Crystal Palace) y es el único superviviente inglés en la Champions. Nada desdeñable para un club que no disputaba la máxima competición desde 1982. ¿Por qué no soñar, pues con una final como las de Tottenham (2019) y Dortmund (2024)?
«Nuestra amistad se ha forjado a través de nuestros enfrentamientos. Unai es un entrenador que cuida su trabajo y su equipo ha mejorado gracias a él», contó ayer Luis Enrique, otro obseso de su profesión. En el vestuario del Villa son leyenda las interminables jornadas de Unai y la montaña de dosieres apilados en su despacho. Desde noviembre de 2022, cuando tomó el relevo de Steve Gerrard, el ambiente en la ciudad deportiva de Bodymoor Heath resulta mucho más que saludable. Nada que ver con la tensión vivida en el Arsenal o el PSG. A lo largo de estos dos años y medio, sólo Pep Guardiola y Mikel Arteta han sumado más puntos en la Premier.
Emery, el pasado 8 de marzo, durante un partido ante el Brentford.AP
Emery, respetado entre los rivales e idolatrado en Villa Park, se ha convertido en el entrenador con mejor balance (54% de victorias) en los 150 años de historia del Villa. Cierto que desde Birmingham se manejan importantes recursos financieros. Según el informe UEFA Finance and Investment Landscape, la masa salarial del Villa aumentó un 33% en 2024 hasta convertirse en la décima más elevada de Europa (287 millones de euros). De hecho, el organismo presidido por Aleksander Ceferin sigue con lupa las operaciones del club para que compla con sus normas, tanto en las tasas de traspaso como en los honorarios de los agentes.
Escasez de efectivos
El pasado verano, Emery tuvo que prescindir de Douglas Luiz, uno de sus mejores centrocampistas, para atenerse a las Reglas de Sostenibilidad de la Premier. A ese traspaso a la Juventus, a cambio de 52 millones de euros, hubo que sumar el de Moussa Diaby, por el que el Al-Ittihad pagó 60 millones y el más reciente de Jhon Durán, comprado en enero por el Al-Nassr a cambio de 77 millones. Sin embargo, el buen tino de Monchi desde la dirección técnica ha de evaluarse a la luz de sus incorporaciones de perfil bajo, como Morgan Rogers, comprado en 2023 por 9,4 millones, o Youri Tielemans y Boubacar Kamara, que llegaron a coste cero procedentes del Leicester y Olympique de Marsella. Por no mencionar a Ollie Watkins, crecido en el semiprofesionalismo y al que Emery ha extraído todo su talento.
«Desde su llegada, el Aston Villa es un equipo muy mejorado. El curso anterior ya estuvo a un alto nivel y este año es un equipo más completo aún», analizó el viernes Luis Enrique, horas de cerrar su primer título de Ligue 1 con el PSG. No obstante, a diferencia de Manchester City, Liverpool o Arsenal, el Villa sigue contando con escasez de efectivos. Una carencia que obliga a Emery a profundizar en sus rotaciones. El pasado sábado hubo ocho novedades en el once ante el Nottingham Forest y este fin de semana ese plan seguirá vigente en la visita al Southampton.
La vista al Parque de los Príncipes también representa una oportunidad para que Emery mejore su registro personal ante Luis Enrique. De momento, en los 10 precedentes, el ex técnico del Barça acumula siete victorias, por sólo dos tropiezos.
Kevin de Bruyne, leyenda del Manchester City, abandonará el club a final de temporada poniendo fin a una de las carreras más importantes en la historia del conjunto inglés, informa Efe.
Fichado procedente del Wolfsburgo en 2015 a cambio de 60 millones de euros, el belga ha salido barato al City, convirtiéndose en una auténtica leyenda en el Etihad Stadium, disputando 413 partidos, marcando 106 goles y repartiendo 174 asistencias.
En su palmarés figuran seis Premier League, cuatro de ellas consecutivas, una Champions League, la primera en la historia del club, dos FA Cup, cinco Copas de la Liga, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes.
El centrocampista tendrá dos opciones más para redondear esta vitrina, en la FA Cup, donde juegan las semifinales contra el Nottingham Forest, y en el Mundial de Clubes de la FIFA, que comienza en junio en Estados Unidos.
De Bruyne ha sido una pieza instrumental para entender los éxitos del equipo de Pep Guardiola en las últimas temporadas, con su punto álgido en la 2022-2023, cuando los 'Sky Blues' se convirtieron en el segundo equipo inglés en la historia en conquistar el triplete (Liga, Copa y Liga de Campeones), tras eManchester United de Alex Ferguson (1999).
"Si veis esto os podéis imaginar qué voy a decir, así que iré directo y os haré saber que van a ser mis últimos meses como jugador del Manchester City. Nada de esto es fácil de decir, pero como futbolista sabes que este día llega. El día es hoy y os merecéis escucharlo de mí", dijo De Bruyne en una carta publicada en sus redes sociales.
"El fútbol me ha traído a todos vosotros y a esta ciudad. Seguir mi sueño, sin saber que este tiempo me cambiaría la vida. Esta ciudad, este club y esta gente me lo ha dado todo. No he tenido otra opción que dar lo mejor de mí, y sabés qué, lo hemos ganado todo. Nos guste o no, es momento de decir adiós. Mánchester siempre estará en el pasaporte de mis hijos y, sobre todo, en nuestros corazones. Esta siempre será nuestra casa. Toda historia llega a un final, pero este ha sido definitivamente el mejor capítulo", añadió.
A nivel individual, De Bruyne ha sido elegido mejor jugador del City en cuatro temporadas, mejor jugador de la Premier League en dos ocasiones, incluido en el mejor once de la competición en seis ocasiones, además de ser una vez elegido el mejor centrocampista de la Champions.
El belga acaba contrato en junio y es libre de negociar con quién quiera, siendo una salida fuera de Europa la opción más probable a sus 33 años. En los últimos días ha estado relacionado con un movimiento hacia Estados Unidos o Arabia Saudí.
El club inglés Manchester United anunció este martes sus planes para construir un estadio con 100.000 butacas que el copropietario Jim Ratcliffe declaró que será "el mejor del mundo".
El club de la Premier League ha estado barajando la posibilidad de remodelar el histórico Old Trafford o de construir un nuevo estadio en la misma zona. Ahora confirma. El United confirma ahora su "intención de emprender un nuevo estadio de 100.000 butacas como pieza central de la regeneración del área de Old Trafford".
El club espera que el nuevo estadio, cuyo coste se estima en 2.000 millones de libras (2.600 millones de dólares), esté terminado en cinco años, si bien no se conoce la fecha de inicio de los trabajos. Este martes se mostraron además varias maquetas e imágenes conceptuales del nuevo Old Trafford y de las zonas adyacentes obra de los arquitectos 'Foster + Partners', elegidos en septiembre para diseñar el barrio del estadio.
"Tiene que ser uno de los proyectos más emocionantes del mundo", ha expresado Norman Foster en un comunicado. "Todo empieza con la experiencia de los aficionados, acercándolos más que nunca al terreno de juego y cultivando acústicamente un enorme rugido", ha explicado.
Según ha descrito el arquitecto, "el estadio está contenido por un enorme paraguas, que recoge energía y agua de lluvia, y cobija una nueva plaza pública que tiene el doble de tamaño que Trafalgar Square".
Imagen digital del proyecto del nuevo estadioManchester United
"El día de hoy marca el inicio de un emocionante viaje hasta la entrega del que será el mejor estadio de fútbol del mundo y el centro de un renovado Old Trafford", dijo Ratcliffe. "Nuestro estadio actual nos ha servido de manera brillante durante los últimos 115 años, pero se ha visto superado por los mejores establecimientos del mundo del deporte", añadió.
El United anunció que el estadio y el más amplio proyecto de regeneración de la zona tiene el potencial para aportar 7.300 millones de libras adicionales (9.400 millones de dólares) a la economía británica, incluyendo una posible creación de 92.000 puestos de trabajo.
El nuevo estadio tendrá un aforo bruto de 104.000 localidades, el segundo mayor de Europa por detrás del Camp Nou de Barcelona (105.000) y superando a Wembley, con 90.000 localidades.
El mástil más alto del estadio alcanzará los 200 metros de altura, con lo que superará al edificio más alto de Manchester, la Torre Beetham, de 169 metros. Según el club, el estadio será visible hasta 37,4 kilómetros de distancia, tanto desde el cercano Peak District como desde partes de Cheshire y las afueras de Liverpool, en condiciones óptimas.
"El United es el club de fútbol favorito en el mundo y, en mi opinión, se merece un estadio que corresponda a esa talla", declaró Ratcliffe en Londres el martes. "Es todo un desafío construir un estadio de 100.000 butacas pero Reino Unido necesita un estadio con ese tipo de envergadura en el norte de Inglaterra y creo que es el mejor lugar para construirlo".
Imagen digital del proyecto del nuevo estadioManchester United
Este proyecto de un nuevo estadio ha contado con el apoyo del legendario entrenador Alex Ferguson, quien ganó 13 títulos de Premier League durante sus más de 26 años de reinado. "El Manchester United debería esforzarse siempre por ser el mejor en todo lo que hace, dentro y fuera del césped, y eso incluye el estadio en el que jugamos", dijo Ferguson.
"Old Trafford guarda muchos recuerdos especiales para mí pero tenemos que ser valientes y aprovechar esta oportunidad para construir un nuevo hogar, adecuado al futuro en el que se pueda hacer historia".
El United está atravesando un momento complicado, dentro y fuera de lo deportivo: 14º clasificado en Premier League, el club arrastra una deuda cercana a los 1.000 millones de libras.
El estadio actual de Old Trafford es el campo de Inglaterra con mayor capacidad, gracias a sus 74.000 localidades. Ha sido la casa del United desde 1910, pero en los últimos años se ha criticado su estado, con problemas de fugas desde el techo. El club se ha quedado rezagado con respecto a estadios como el Emirates Stadium del Arsenal y el Tottenham Hotspur, que organizan eventos y conciertos adicionales para aumentar los ingresos, algo similar a lo que ocurrirá con el Everton, que abandonará Goodison Park al final de la temporada para trasladarse a su nueva sede en Bramley-Moore Dock.
El Supporter's Trust del club, órgano de los aficionados, declaró por su parte que es vital que se consulte a los fans a lo largo del proceso. "¿Aumentará el precio de los billetes para expulsar a los fans locales? ¿Dañará la atmósfera, que es la prioridad de los aficionados en el campo?", se preguntó en un comunicado, en el que también interroga sobre el impacto del nuevo estadio en la deuda del club y en la inversión deportiva "en un momento de necesidad".
"Soy una gran mentira. Todo el mundo me trata como a un guiri y me pide la perspectiva británica, pero llevo 25 años en España. Me llaman de una radio para que hable 10 minutos del Manchester United antes de jugar contra la Real Sociedad y les tengo que explicar que de lo que puedo hablar 10 minutos es de la Real", bromea en perfecto castellano Sid Lowe (Londres, 1976). Entró vía Lorca, se enamoró de Oviedo y se instaló en Madrid, pero sigue siendo más inglés que la buena música aunque vista una camiseta de los suecos The Hives. Es corresponsal y columnista de The Guardian, especialista en fútbol español de ESPN y espectador sensato de este circo nuestro que le fascina.
Pese a esos 25 años, tu cultura futbolística y periodística es británica.
Eso sí. A nivel periodístico es curioso porque vivo un poco a caballo entre las dos cosas. Nunca trabajé en Inglaterra, toda mi carrera la he hecho desde aquí, pero mientras tú creciste escuchando a García o a De la Morena, yo veía ‘Match of the day’ en la BBC. Ahí sí hay una diferencia clara. Luego hay otro tema y es que mi formación es de historiador, no de periodista. Yo hice una tesis doctoral sobre la Guerra Civil española, no pensaba que iba a acabar escribiendo del Madrid y del Barça, pero el fútbol siempre fue lo que más me movilizaba. Mi hermana me regaló un libro de artículos de fútbol cuando cumplí 18 años, y en la dedicatoria decía: "Deja ya de la tontería esa de la Historia, todos sabemos que vas a terminar escribiendo de fútbol".
Te conocía mejor que tú mismo.
Sí, pero… Esto va a sonar muy prepotente pero déjame decirlo y luego ya reculo, tengo la pretensión de que no estoy escribiendo del fútbol español, estoy escribiendo de España. No quiero hacer una crónica de un partido o una pieza deportiva sobre Fulanito, quiero contar historias que van más allá porque no hay nada que explique mejor España y los españoles que el fútbol. Es la muestra más popular de cómo es la gente. Cada equipo tiene una identidad diferente, una manera de afrontar los partidos, una conexión con su afición muy característica. Me parece que el fútbol español tiene una enorme riqueza en ese sentido que vosotros dais por hecha, pero es muy llamativa cuando has crecido en otra cultura futbolística. Ese sentido de pertenencia enorme me parece muy importante y es lo que lo que hace que el fútbol español tenga tanto interés para mí.
Para saber más
¿No existe ese sentido de pertenencia en el fútbol inglés?
Es diferente, aquí hay un matiz político y social que allí rara vez se da. Por ejemplo, para explicar el derbi de Sevilla siempre se habla de cuál es el equipo de la clase trabajadora y cuál el de la clase media-alta. Si esto lo llevas a una ciudad británica con dos equipos, a nadie allí se le ocurre decir que este equipo es más de barrio o más de izquierdas o más de derechas. No suele tener ese matiz excepto, obviamente, en Glasgow con Rangers y Celtic, que tienen identidades sociales, religiosas y culturales absolutamente polarizadas, pero es un caso aparte. Ese punto ideológico del fútbol español no existe casi en el inglés y para mí es bueno... En realidad, no sé si es bueno, porque conlleva muchas dificultades y enfrentamientos, pero desde luego es interesante.
Es interesante y, en general, bastante falso. Por ejemplo, desde el Atleti se lleva llamando facha al Madrid toda la vida cuando su historia y su masa social tienden también a la derecha.
Es cierto, pero es que los mitos y las leyendas tienen importancia incluso cuando son mentira, porque la gente compra ese relato y el relato tiene importancia a la hora de analizar cualquier fenómeno, hasta siendo falso. Además, muy pocas veces el relato es falso del todo, siempre tiene algún matiz. Recuerdo que Jorge Valdano apadrinó un libro de escritores madridistas de izquierdas básicamente para demostrar que existen y, en el fondo, esa sensación de resistencia lo que hace es reforzar el relato en lugar de negarlo.
Otra cosa en la que hay diferencia entre Inglaterra y España es en que allí el pueblo no ha entregado el fútbol, sigue viéndose como el deporte de la clase obrera.
Hay más resistencia al fútbol negocio. Se mostró en la reacción de las aficiones contra la Superliga y cómo los clubes ingleses recularon de inmediato y se ve en el rechazo social a la llegada de mucho capital extranjero a la Premier. Realmente no tiene tanta importancia que sea extranjero como la idea de que es una especie de invasión y vienen los millonarios a quitarnos el fútbol, que es nuestro. Y en la mayoría de estadios de Inglaterra hay un fuerte desprecio hacia la Prawn Sandwich Brigade.
¿Cómo?
La brigada de los bocadillos de gambas o lo que en español serían los piperos. Eso viene de una frase de Roy Keane cuando se quejó de que Old Trafford se había llenado de gente que sólo iba a la zona VIP a comer sus bocadillos de gambas en vez de animar. Si te digo la verdad, no creo que haya nadie en Inglaterra, por muy rico que esté, que haya comido un bocadillo de gambas en su puta vida, pero la expresión quedó y funciona. Expresa un poco esa frustración que hablábamos ante cómo el fútbol se aleja de nuestra idea de lo que debería ser. En Inglaterra sucede con el aspecto de clase, en España el fetiche es el sufrimiento.
Como atlético, me interesa esto.
Claro, porque el Atleti es el que más ha construido su relato y su identidad sobre este fetiche pese a ser un club enorme, con una masa social tremenda, que ha ganado muchas cosas y ahora mismo es de los mejores del mundo. Pero siempre está ese puntito de orgullo por ser el más leal a tu equipo. En España, el mejor aficionado es el tío que se ha tragado 17.000 partidos de su equipo y no le ha visto ganar nada. Hay un halo romántico en el sufrimiento y la derrota muy característico del fútbol español. Ganar os parece de horteras y hasta el Barça cae en eso a menudo. El único que no lo hace es el Madrid porque gana casi siempre, pero si no lo hiciera, su relato sería otro. Está en vuestra cultura.
¿Qué es lo que más te cuesta explicar al lector inglés del fútbol español?
Hay una cosa que al principio me trastocaba, y ahora a veces es hasta una ventaja, que es la necesidad en algunos momentos de partir de la idea de que no saben nada. A veces tengo que explicar cosas muy básicas de idiosincrasias, rivalidades o antecedentes, pero últimamente he descubierto que puedo jugar con esto a mi favor porque hay frases que en español son tópicos pero si las traduces de forma literal al inglés suenan de maravilla. Hay futbolistas que en español sólo sueltan frases hechas y traducidos son jodidos poetas [risas].
¿Tenemos mitificado el fútbol británico como una cosa más pura y más limpia?
Un poquito. Esa gente que sigue pensando en Inglaterra como un sitio donde los futbolistas no se tiran a la piscina, los árbitros no pitan mal y nadie pierde tiempo, tendría que pasarse un fin de semana viendo la Premier e iba a cambiar de idea. Pero es verdad que hay un punto de falta de deportividad que, incluso con el tiempo que llevo en España, sigue sorprendiéndome. ¿Joder, cómo puede ser que aguantemos esto? Creo que Mourinho fue el primer entrenador que vi en España denunciar la cultura de los piscinazos como algo malo, y eso no quita que su equipo también lo hiciera, pero provocó un debate. Un debate viciado y un poco falso, porque le convenía, pero está bien que se hable de eso.
¿Cómo entró España tan a lo bestia en tu vida?
La primera vez que vine a España fue en el instituto, mediante un intercambio de estudiantes de Londres con uno de Lorca. Lo primero que conocí de España fue Lorca y me encantó. Hace poco viajé allí a ver el debut de Iñaki Williams con la selección de Ghana y fui al piso donde viví a ver si encontraba la familia, pero no hubo suerte. Llegué sin hablar nada de español y a las dos semanas tenía la sensación de entenderme con todo el mundo. La gente era encantadora, me hice muy amigo de los tres hermanos de mi casa y mantuvimos contacto. Volví para la Semana Santa del año siguiente y flipé. Es una cosa maravillosa, espectacular, todos son azules o blancos. Iba más en serio que el fútbol eso. Me encantó y decidí estudiar en la universidad Historia y Filología Española.
¿En Inglaterra?
Sí, en Sheffield, pero me interesaba cada vez más la historia contemporánea española. Empecé con la Transición, luego el régimen de Franco, la guerra civil, sus causas, etc. Así que terminé haciendo un máster y una tesis doctoral sobre el tema. Seguramente sé más de la historia española que de la británica. La mujer de mi hermano es finlandesa, está ahora con los exámenes para obtener la nacionalidad inglesa, me manda las preguntas y no tengo ni puta idea. Es bastante más inglesa que yo [risas]. El caso es que el tercer curso de Filología se hacía en España y ese es el año que pasé en Oviedo. Ahí ya se me metió la idea de venir a vivir y, luego, durante el máster y la tesis venía constantemente a Madrid a la Biblioteca Nacional y la hemeroteca de Conde Duque. En 2001 ya estuve casi todo el año aquí y de vez en cuando escribía alguna cosa de fútbol por diversión.
¿Ahí diste el salto al periodismo?
Eso arranca porque un amigo mío de la universidad, soy una vergüenza y un enchufado de la hostia, trabajaba en ‘The Guardian’ en el momento en que decide montar una estructura de fútbol europeo. No tenían a nadie en España, mi amigo sabía que volví de Oviedo dándole la paliza con que el fútbol español es lo mejor del mundo y que sabía escribir y me recomendó. Me propusieron estar un par de semanas a prueba escribiendo una columna los lunes sobre el fútbol español y hasta hoy. La vida me ha querido en muchos momentos porque ha sido pura casualidad, soy un tío con una suerte de la leche. Una vez pasó eso, al acabar la tesis ya me instalé aquí. La primera entrevista que hago es a Sergio Kresic, entrenador del Mallorca, y luego les iba vendiendo piezas cada vez que un equipo inglés jugaba con un español: Miguel Ángel Nadal, Fran, Donato...
Ahora hay una moda un poco cateta en los clubes de la Liga que es no dar entrevistas a los medios españoles, pero sí a los internacionales.
Depende del club, porque en algunos es imposible para todos, pero sí es verdad que a veces les parece que mola más. Si te sirve de consuelo, hace poco vino un amigo de The Times, que tiene más nombre que The Guardian, y se lo dieron todo a él [risas].
Sid Lowe posa un espejo, el fetiche del fotógrafo.Sergio Enríquez-Nistal
Quien de verdad te cambia la vida es David Beckham.
Claro, la suerte quiso que en 2003 fichara por el Madrid y explotó todo. Ahí aprendí a ser periodista porque hasta entonces yo escribía, pero no había estado, digamos, en la pelea. De Inglaterra llegaron periodistas de verdad y aprendí de su mano. Fue un máster de la hostia.
Fuiste su traductor en las ruedas de prensa.
Sí, y de Michael Owen y del gran Thomas Gravesen. Fue pura casualidad también porque Beckham llega con un ayudante australiano de madre española que estaba para protegerle y hacerle todos los recados. Él tradujo su primera rueda de prensa y a David no le hizo mucha gracia porque él daba una respuesta de dos minutos y el tío traducía: "Sí" [risas]. Como yo le seguía a todos lados y tanto él como el Madrid ya me conocían, me lo propusieron porque además tenía muy buena relación con McManaman y había hecho ya, de manera improvisada, de traductor de Valdano para los periodistas ingleses cuando cerraron el fichaje. ¡Traducir a Valdano, eh! Eso sí es saltar a la piscina.
Así que de golpe te viste al lado del inglés más famoso del mundo.
Flipante. Un tipo súper educado, muy majo. Hace mucho tiempo que no lo veo, pero un amigo coincidió con él en un acto hace poco y lo primero que hizo fue preguntar qué tal estaba yo. Joder, es un detallazo. Conmigo se portó muy bien siempre, pero obviamente no deja de ser el jodido David Beckham, un suceso andante. Nuestra relación fue sólo profesional.
Da igual, el que de verdad importa aquí es Gravesen, el mito, la leyenda.
Bah, el mejor. Durante un tiempo, un amigo y yo jugábamos en un equipo de fútbol siete que iba con pantalón blanco y un día nos escuchó hablar de que teníamos que comprarlos. Sin decir nada, entró al vestuario y salió con dos pantalones del Madrid. Jugamos toda la temporada con los pantalones de Gravesen. Fue una pena lo poco que duró aquí con lo que nos reímos. Él me decía que creía que el Madrid se había equivocado al ficharle porque en el Everton jugaba Lee Carsley, que también era mediocentro y calvo, y él decía que encajaba mucho mejor en el Madrid: "Ese era el bueno, no yo, se confundieron de calvo" [risas].
No hemos hablado de cómo, en 2012, fuiste fundamental para salvar al Oviedo de la desaparición mediante una campaña para que se compraran acciones que fue un suceso.
Esa es otra mentira. Yo andaba por ahí cuando un grupo de héroes, que es lo que es la gente que estaba en el Oviedo en aquel momento, tenían un último tiro para salvar al club y dieron en el blanco. Yo eché una mano en lo que pude, que no era tanto, pero es alucinante porque cada vez que voy a Oviedo la gente me adora. Es superincómodo, porque me siento un farsante y a la vez es superbonito. El Oviedo está a un año de llegar al Centenario y, sinceramente, no pensábamos que llegaría. Y eso es literal. Es la afición la que salva al Oviedo porque, a la hora de la verdad, el fútbol siempre es de la gente.
Pasemos al periodismo deportivo. Aquí siempre andamos en una lucha de estilos que, tengo la sensación, no existe en Inglaterra.
No, ese estilo similar a ‘El Chiringuito’ no existe. Es una cuestión cultural y no quiero que se tome como una crítica sino como una realidad social. En Gran Bretaña este periodismo deportivo donde todo el mundo es de un equipo y lo demuestra no existe. Digamos que no nos identificamos a través de nuestro equipo a la hora de ser profesionales. Cuando llegué a España, esto tampoco sucedía tanto como ahora, pero las raíces ya existían. De todos modos, en Inglaterra los aficionados también tienen la sensación de que X periodista está en contra de su club, eso va a existir siempre, la diferencia es que lo sospecha, pero no lo sabe.
A cambio, allí casi todos los presentadores estrella son ex futbolistas y no periodistas. Gary Lineker es el ejemplo más claro.
Sí, pero es porque la dinámica de los programas es otra, mucho más centrada en lo futbolístico que en todo lo que le rodea de fichajes, polémicas, opiniones... Entonces, ahí encaja como un guante un futbolista con capacidad para comunicar. Yo mataría porque hubiese un ‘Match of the Day’ español.
Para eso necesitas también un Lineker español.
Y para ese formato, hablando de fútbol con rigor y humor, los hay seguro. Pones un Álvaro Benito, por ejemplo, y seguro que funciona. No sé, al final y no sólo por amistad, echo mucho de menos ‘El Día Después’ de Michael [Robinson]. En realidad, le echo de menos a él todos los días. Siempre decía que en su programa no existía el fuera de juego, que lo importante no es hablar del error de un árbitro sino del simbolismo y del significado social de fútbol porque es algo que nos pertenece a todos y no a los cinco o seis que creen que son sus dueños.
¿Crees que es una batalla perdida, que ya todo el mainstream van a ser tertulias de polémica y grito?
Lo de la tertulia del grito viene porque es relativamente fácil de hacer y funciona a nivel de audiencia, aunque yo tengo mis dudas. Se suele decir que ofrecemos esto porque la gente lo consume y sospecho que es al revés, la gente lo consume porque es lo que ofrecemos y no hay otra cosa. En cualquier caso, está claro que a mucha gente le gusta y no pasa nada. De hecho, creo que ‘El Chiringuito' es el blanco fácil de todos los ataques y se es injusto con ellos. Cuando voy a partidos raros a los que no va casi nadie, siempre está allí ‘El Chiringuito’. En ese sentido hacen un periodismo que nadie más hace y trabajan más que nadie.
¿Tú lo ves?
No, porque es tardísimo, pero no porque tenga un prejuicio. Puede no gustarnos el envoltorio, pero el programa está trabajado, dan noticias y muchos de ellos tienen una capacidad de comunicación muy alta. Sí que es verdad que hay mucho payaso en el sentido literal, que no en el peyorativo, porque es un circo y hay que hacer show, pero yo veo los clips en redes sociales. Lo único que les reprocho es que, alguna vez que me ha pillado en un hotel después de un partido y lo he puesto, acabo con la sensación de haber tirado media hora esperando una cosa que no llega y digo: "Joder, venga, cuéntalo ya y deja de tocarme los huevos, tío" [risas].
¿Cómo ve un inglés el cristo arbitral que vivimos?
Con matices. Creo que no tenemos una crisis de arbitraje, creo que la crisis somos nosotros, lo que lo que hay alrededor del arbitraje, tanto los periodistas como los aficionados. Eso no quita que haya cagadas arbitrales, pero el ruido es excesivo como pasa casi siempre que está el Real Madrid en medio. En todo caso hay que reconocer una cosa: el Madrid se siente el más perjudicado por el tema Negreira y eso es algo que no está resuelto. Los pagos existieron y esa es una realidad que mancha todo. Urge que se aclare.
Otra leyenda del fútbol inglés es que se respeta a los árbitros, ¿verdadero o falso?
Nos metemos con el árbitro, pero no tanto. Allí se discute una hora y no toda la semana. Esa celeridad con la que aquí se ve un complot no existe, aunque este año los aficionados del Arsenal han empezado a meterse un poco en ese bucle. Es normal que un aficionado se acuerde de todo lo que va en contra y no se acuerde de nada de lo que va a favor, pero los clubes, los protagonistas y los medios deberíamos no caer en eso. Aunque el rumbo que ha tomado el Madrid, que no lo justifico, tiene su aquel no por cómo le arbitran sino por lo que se ha sabido. Yo lo que sí pediría con el caso Negreira es paciencia porque estamos en un proceso legal y es lento. Veremos cómo se resuelve.
A ver, ¿decir "fuck off" a un árbitro es roja o no es roja?
Me he descojonado con todo esto de la expulsión de Bellingham, de repente toda España era Shakespeare, pero cogiendo cada uno la lección del libro que le interesaba. Mira, si en la Premier le dices a un árbitro a la cara "fuck off" te echa a la calle. Eso como norma general, lo que no quita que haya ejemplos de árbitros más tolerantes. Yo, por ejemplo, no hubiese echado a Jude porque a mí los tacos me parecen fucking maravillosos. Cuando estudias un idioma tendría que haber una asignatura de palabrotas porque es la mejor manera de demostrar que de verdad has captado el idioma.