Un lío mayúsculo y más de cinco horas de espera para nada: ¿por qué los comisarios no castigaron a Norris ni a Russell?

Un lío mayúsculo y más de cinco horas de espera para nada: ¿por qué los comisarios no castigaron a Norris ni a Russell?

Fernando Alonso había estimado dos horas, pero hubo que esperar más de cinco para que los comisarios ordenasen, al fin, la clasificación definitiva del GP de Canadá. Una pequeña desilusión para el asturiano porque Andrea Kimi Antonelli, Oscar Piastri y Charles Leclerc, que habían cruzado la meta por delante de él, quedaron sin castigo, lo que le impedía mejorar su séptimo puesto en la meta. Todo un alivio, en cambio, para el también investigado Carlos Sainz, que conservó la décima plaza, la última que daba acceso a los puntos.

Entre tanto galimatías legal hubo que destacar también la sanción de cinco segundos a Lando Norris, gran protagonista en Montreal por causar un accidente ante Oscar Piastri a falta de tres vueltas para la meta. El británico, obligado al abandono tras su error, recibió el castigo más leve, pese a que los comisarios le consideraron "único responsable de la colisión". Sin embargo, como a su juicio, la maniobra "no tuvo una consecuencia deportiva inmediata y evidente", desestimaron retrasarle en la parrilla de la próxima carrera, la habitual penalización para quienes cometen una infracción que les condena al abandono. De este modo, los pilotos de McLaren podrán reeditar su duelo en igualdad de condiciones el próximo 29 de junio en el GP de Austria.

La última y más importante decisión de la FIA fue confirmar la victoria de George Russell, desestimando la protesta presentada por Red Bull. El equipo dirigido por Christian Horner alegaba que Russell había frenado errática e innecesariamente detrás del safety car, lo que habría permitido que Max Verstappen le adelantase durante unos momentos. Además, acusaba al ganador de "conducta antideportiva" al quejarse por radio para provocar una investigación contra su gran rival.

Podio a los 18 años y nueve meses

Sin embargo, los comisarios consideraron justificada la acción de Russell para mantener sus neumáticos y frenos en temperatura. A su juicio, la presión de la frenada de Russell fue leve y descartaron que se tratase de una maniobra para forzar un adelantamiento ilegal. De este modo, Mercedes pudo festejar al fin su primera victoria en el Mundial 2025 y el primer podio de Antonelli. A los 18 años, nueve meses y 21 días, el italiano se convirtió en el tercer piloto más joven de la historia en subir al cajón, sólo por detrás de Lance Stroll (GP de Azerbaiyán 2017) y Verstappen (GP de España 2016).

El gozo en el garaje de las Flechas de Plata contrastaba con la decepción en Aston Martin, donde Alonso había confiado en ascender a la cuarta o quinta posición tras las investigaciones de los comisarios. "No es negociable. Si adelantas con banderas amarillas y con tu volante lleno de avisos de safety car, debería haber alguna penalización", había alegado el bicampeón mundial.

En el caso de Sainz, los comisarios admitieron que el madrileño había adelantado "después de la bandera a cuadros, mientras aún se mostraban las señales del safety car". "Aunque los pilotos sabían dónde se había producido el incidente, no podían saber si se estaban enviando equipos de emergencia o comisarios, por lo que debían proceder con precaución", por lo que redujo el castigo a un simple warning.

La grúa se lleva el coche de Norris, tras su accidente en la recta de meta.

La grúa se lleva el coche de Norris, tras su accidente en la recta de meta.AFP

Además de los ya mencionados, Esteban Ocon, Pierre Gasly y Stroll tampoco recibieron ninguna penalización por sus adelantamientos indebidos bajo el safety car.

Todas estas decisiones llevaron la firma de Gerd Ennser, Matthew Selley, Natalie Corsmit, Enrique Bernoldi y Marcel Demers, los comisarios nombrados por la FIA. Un colofón a la altura de este polémico fin de semana, donde el órgano rector apartó el jueves a Dereck Warwick por unos "comentarios no autorizados en los medios de comunicación" a propósito de Verstappen. El ex piloto británico, que logró cuatro podios con Renault en 1984, fue relevado de sus funciones por Bernoldi, que también disputó dos temporadas en el Gran Circo a comienzos de este siglo.

Barcelona y el efecto contrario

Barcelona y el efecto contrario

Actualizado Domingo, 1 junio 2025 - 23:32

Algunos piensan que la Fórmula 1 es aburrida, que nunca pasa nada y que son sólo coches dando vueltas. El GP de España los llevó a todos la contraria. La carrera tuvo intensidad e incertidumbre desde la primera hasta la última vuelta.

De hecho, el dilema de lo que podría pasar comenzó antes de que lo hicieran los entrenamientos libres. Con la entrada de una nueva normativa de control de la flexibilidad de los alerones delanteros algunos pensaron que desde España la historia iba a ser diferente y que McLaren podría verse muy perjudicado. Craso error. Mientras siete equipos cambiaron sus alerones delanteros para adecuarse a la normativa, McLaren no cambió nada en Barcelona. Eso sí, 1-2 el sábado en clasificación y 1-2 el domingo en carrera. Menudo chasco se han llevado algunos. Justo el efecto contrario.

En carrera sucedió un poco lo habitual: Oscar Piastri salió bien desde la pole, Lando Norris perdió una posición con Max Verstappen y el holandés se convirtió en el único rival de McLaren por la victoria. Lo intentaron todo en Red Bull y, en un alarde de buscar algo diferente en la estrategia, le pusieron en un plan de tres paradas. Funcionó. Al menos para mantenerle cerca porque en ritmo de carrera Max no podía aguantar a los coches naranjas.

Sirvió para mantener a raya al resto de rivales, pero hubo un fallo: la salida de un safety car a pocas vueltas del final. Red Bull no tenía más ruedas. Decidieron ponerle a Max el único juego nuevo que le quedaba, un duro (nadie lo había utilizado porque era un neumático lento y difícil de calentar). Max seguía tercero, pero con una jauría de neumáticos blandos justo detrás. Todo indicaba que iba a ser una escabechina. Que Verstappen tendría que sacar los mejores trucos de su repertorio para no perder muchas posiciones, pero se produjo el efecto contrario.

Cuando se relanzó la carrera, Verstappen estuvo a punto de perder el coche y de irse directo contra el muro. Salvó el accidente, pero le hizo vulnerable ante Charles Leclerc y todos los demás. En medio de la recta se tocaron, el monegasco le pasó, Max se enfadó, George Russell quiso aprovechar el desconcierto, pero también se tocaron, Red Bull le pidió que le devolviese la posición al británico, Verstappen se enfadó más, se la devolvió y de nuevo chocó contra él en una acción muy macarra que parecía premeditada. La decisión de los comisarios fue rápida: 10 segundos. Max pasaba de ser quinto a décimo. Además, recibía una sanción de tres puntos en la superlicencia para acumular un total de 11, a uno de ser excluido de un gran premio. Es decir, lejos de mostrar su mejor versión nos enseñó su cara más oscura, justo el efecto contrario.

Verstappen acabó en el grupo de villanos. A su vera, Liam Lawson, un peligro en la pista. Del neozelandés ya se ha cansado la casi totalidad de pilotos del paddock.

En el grupo de estrellas, Piastri, que acumula ya cinco victorias, cuatro poles y ocho podios consecutivos. También Norris, que no ganó, pero ayudó a McLaren para firmar el tercer doblete del año. Leclerc, pese a las debilidades de Ferrari sumó su tercer podio. Nico Hulkenberg, con el modesto Sauber (último equipo de la parrilla), logró un increíble quinto puesto después de sorprender a Lewis Hamilton en las últimas vueltas. Uno de los mejores robos de cartera de la temporada. George Russell, el hombre invisible, al que no se le ve mucho en las carreras, pero siempre está. Isack Hadjar, el mejor rookie del año o, por supuesto, Fernando Alonso.

El asturiano sumó sus primeros puntos de la temporada después de fajarse en un combate frenético con Gabriel Bortoleto, Pierre Gasly, Lawson y Hadjar. Obviamente, no son los rivales que él querría, pero hoy por hoy esto es lo que hay. Es evidente que Aston Martin ha dado un pequeño salto adelante con la evolución que presentó en Imola. Desde entonces, Fernando se ha metido siempre en Q3 y ha podido puntuar en las tres carreras disputadas. En Imola no hubo suerte y en Mónaco se rompió el motor, pero estaba ahí para puntuar.

No hubo suerte con Williams. Carlos Sainz pronosticó que Barcelona iba a ser difícil, pero se equivocó. Fue un infierno. Por primera vez este año, ningún FW47 se metió en la Q3 y por segunda vez, ninguno de ellos puntuó.

Se pensaba que el GP de España podría ser un desastre de público tras los pobres resultados de Sainz y Alonso, pero no fue así. Hubo más de 300.000 espectadores a lo largo del fin de semana. Otra vez una fiesta, otra vez varias generaciones juntas compartiendo pasión. Con este ya van 55 ca en España. Una cita con la F1 a la que no hemos faltado en 39 años. Pese a todos los indicios, otra vez, el efecto contrario.

Fernando Alonso, preocupado por el motor y molesto con Hamilton: "Aquí tenemos al héroe del día"

Fernando Alonso, preocupado por el motor y molesto con Hamilton: “Aquí tenemos al héroe del día”

A seis minutos para la conclusión de la sesión matinal, Fernando Alonso dio la voz de alarma en Aston Martin. "Tenemos que comprobar qué sucede en el coche, porque algo va mal", advirtió por radio. En realidad, el asturiano se había percatado del problema bastante antes, cuando denunció que perdía un par de décimas en cada recta. Algo fallaba en el motor del AMR25, que ya dejó tirado a Alonso hace sólo cinco días en Mónaco.

El pasado domingo, el bicampeón protagonizó un insólito abandono. El primero en el Principado por culpa de una avería desde Valtteri Bottas en 2014. Todo se debió a una bujía, una de las piezas más sencillas y baratas de un monoplaza. Sin embargo, algo seguía marchando mal en el AMR25. "Sólo necesito que el motor vaya normal en las rectas, como en la primera tanda", denunció por la radio.

Esa falta de potencia se hizo sentir, especialmente, en las tandas largas, donde rodó más despacio que el Alpine de Pierre Gasly. Con los neumáticos blandos, no pudo superar los registros de Isack Hadjar y Liam Lawson. A una vuelta, Alonso sí logró salvar la papeleta, marcando el séptimo mejor crono de la tarde, a sólo tres milésimas de Andrea Kimi Antonelli (Mercedes).

Parafina en el alerón

Los problemas, sin embargo, también se hicieron presentes en el monoplaza de Lance Stroll, tan incómodo en la sesión vespertina que decidió cambiar su asiento. El canadiense se quejaba del escaso equilibrio. Todo un quebradero de cabeza en Montmeló, un circuito de puro rendimiento, el mejor escenario para medir a los coches. Por eso, Alonso y Stroll salieron a última hora de la tarde con parafina en el alerón delantero.

Este fin de semana, Aston Martin estrena el ala delantera, acorde a la nueva normativa de la FIA. El objetivo es que esta pieza se adapte al fondo plano estrenado hace dos semanas y que ya dejó muy buenas sensaciones en Imola. Así que lo que no puede permitirse Andy Cowell, CEO del equipo, son más contratiempos con el motor. Pese a su gran vuelta, a sólo 54 centésimas de la cabeza, Alonso no se bajó contento del coche.

El doble ganador en Le Mans ya venía caliente por culpa de un encontronazo con Lewis Hamilton. "Aquí tenemos al héroe del día. Qué bien. Lo bueno es que el fin de semana es muy largo. Incluso el campeonato es muy largo", dijo cuando el heptacampeón le obstaculizó al final de la recta de meta. Otra muestra de su eterno pique con el británico y de su siempre tensa relación con Ferrari. Aunque los favoritos escondieron sus cartas, Hamilton volvió a defraudar con un undécimo puesto.

En Montmeló se suele reservar el mapa de motor más agresivo para la qualy, así que resulta difícil saber cuál es la situación real de Aston Martin. En la sesión matinal fue el tercer equipo con menos mejoró sus cronos respecto a 2024. Mucho más progresó el Williams de Carlos Sainz (1,08 segundos más rápido que el año pasado en la FP2), aunque el madrileño sólo pudo acabar decimocuarto, víctima de las escasas prestaciones del FW47 en las curvas rápidas. Entre los candidatos al triunfo, hubo igualdad en las tandas largas. El más rápido fue Oscar Piastri (1:12.760) con 28 centésimas sobre George Russell y 31 ante Max Verstappen.

Franco Colapinto, el protegido de Briatore, arranca con mal pie: duro accidente en Tamburello y sanción

Franco Colapinto, el protegido de Briatore, arranca con mal pie: duro accidente en Tamburello y sanción

"Si hay un piloto que no progresa, que no me trae resultados, lo cambio. En la F1 no te puedes guiar por los sentimientos y las emociones". La advertencia pronunciada por Flavio Briatore el pasado febrero se ha concretado este fin de semana en Imola. Franco Colapinto ocupa el asiento de Jack Doohan en Alpine gracias al empeño personal del italiano, que ejerce, ya sin ambages, un poder casi omnímodo en su equipo. De hecho, sólo una traba administrativa le ha impedido dirigir desde el viernes las operaciones desde el muro.

Oficialmente, Briatore no es un empleado de Alpine, sino un consultor externo contratado por Renault, así que no puede desempeñar labor alguna en ningún evento de la FIA. Para solventar este contratiempo, la escudería francesa ha nombrado provisionalmente a Dave Greenwood, un recién llegado a la cúpula de Enstone. Se trata del quinto team principal de Alpine en cuatro años, tras Marcin Budkowski (2021), Otmar Szafnauer (2022-2023), Bruno Famin (2023-2024) y Oliver Oakes, que dimitió la pasada semana después de sólo unos meses en el cargo. Bajo el abrupto adiós del británico parecen esconderse turbios manejos. Y algunos apuntan también a Briatore.

Desde 1988, año de su aterrizaje en el Gran Circo, Briatore jamás ha titubeado a la hora de hacer realidad sus propósitos. Su fe en Colapinto, por el que Alpine ha pagado 20 millones de euros a Williams, trae a la memoria la argucia que le permitió fichar a Michael Schumacher. En 1991, cuando El Kaiser parecía decidido a aceptar la oferta del equipo Jordan, Briatore modificó una sola palabra -el artículo indeterminado "un" por el determinado "el"- para materializar su contrato con Benetton.

Hoy, a los 75 años, el magnate sigue permitiéndose ciertas licencias con Colapinto. No sólo anda prendado de su indudable talento, sino del poderío de sus patrocinadores, entre quienes destacan la petrolera YPF, la cervecera Quilmes o Mercado Libre, una de las empresas líderes del comercio electrócnico en América Latina. Poco antes del inicio del Mundial 2025, mientras ya circulaban los rumores sobre el futuro incierto de Doohan, Alpine formalizó un acuerdo de patrocinio con Mercado Libre.

Este particular modus operandi, a menudo fronterizo con la ilegalidad, no puede esconder el finísimo olfato de Briatore para el talento joven. Porque hoy se cumple un año exacto de la única victoria de Colapinto en la F2, precisamente durante la sprint race de Imola. Desde aquel adelantamiento en la última vuelta ante Paul Aron, todo ha girado a una velocidad endiablada para el argentino. El pasado septiembre debutó con Williams en el GP de Italia. Un par de semanas más tarde acabó octavo en Bakú. Tras sólo dos carreras sumaba cuatro puntos, tres más de lo que había logrado Logan Sargeant, su predecesor, en 36 carreras.

La locura se desataba entre la afición argentina, que acudió en masa al GP de Sao Paulo. Durante aquella drivers parade, Lando Norris fue preguntado por el recibimiento del público. "No son aplausos para mí, sino para Franco", admitió el británico. El descaro de Colapinto, dentro y fuera de la pista, se ajustaba a las exigencias de la actual F1, que pretende atraer a un público joven en sus estrategias de marketing. Esa misma ambición, que le hizo cometer a varios errores en la recta final del campeonato, terminaría por cautivar a Briatore.

Alpine necesitaba horizontes más amplios. No sólo para dejar atrás las traumáticas salidas de Fernando Alonso y Oscar Piastri en 2022, propiciadas por el mal tino de Szafnauer, sino para cauterizar las heridas de la feroz rivalidad entre Pierre Gasly y Esteban Ocon a lo largo de 2024. El recurso de Doohan fue provisional, por mucho que Oakes enarbolara la defensa del australiano. Briatore siempre confió sus cartas a Colapinto. Igual que en su momento hizo con Alonso en Renault.

Para jugar esa baza tendría que lidiar con Oakes, a quien él mismo había colocado al frente de Alpine. El joven ingeniero, vinculado a los oligarcas rusos gracias al entorno de Nikita Mazepin, tuvo que abandonar la partida hace sólo unos días, horas después de que la policía británica arrestara a su hermano William con grandes sumas de dinero en metálico encima. Una de esas tramas, a medio camino entre los negocios y el crimen, tan familiares para Briatore.

Ni Colapinto ni su entorno se han pronunciado sobre el caso. A punto de cumplir 22 años, su única prioridad es acabar el Mundial y convertirse en el tercer argentino con más carreras de F1, por detrás de Carlos Reutemann (146) y Juan Manuel Fangio (51). «Sólo tiene que ir rápido, no chocar y hacer puntos. Son tres cosas que le pido, no 10», dijo Briatore nada más llegar a Imola.

El sábado, durante la Q1, su protegido incumplió la segunda premisa, al perder el control en Tamburello y destrozar el A525, sobre el que deberán trabajar los mecánicos hasta bien entrada la madrugada. "Era la primera vez que probaba los límites del coche y decidí atacar, pero perdí la parte trasera. No es la mejor manera de empezar, pero creo que somos lo bastante competitivos como para llegar a la Q3", expresó Colapinto.

Por si no bastase, la última orden de Briatore, la relativa a aumentar el botín de puntos, se complica un poco más después de la sanción de un puesto en la parrilla a su discípulo por salir al pit-lane antes de lo permitido. Finalmente, el coche 43 partirá decimosexto, justo por detrás de Liam Lawson.

Los enredos de Briatore en Alpine: promesas de un coche ganador y muchas prisas con Colapinto

Los enredos de Briatore en Alpine: promesas de un coche ganador y muchas prisas con Colapinto

Aún no se ha cumplido un año desde su regreso a la F1, pero Flavio Briatore ya ha logrado sobradamente su objetivo. No se trata de un gesto ante sus rivales con el que redimirse de su sanción de por vida, ni de un logro deportivo en Alpine, que tras cinco carreras sigue instalado en la instrascendencia. A los 75 años, Briatore se ha erigido otra vez como una de las figuras más carismáticas del Gran Circo gracias a sus manejos con Franco Colapinto, piloto reserva de Alpine, cuyo nombre sobrevuela cada fin de semana como un fantasma.

El pasado junio, Briatore fue nombrado asesor ejecutivo de Alpine, aunque desde entonces nadie duda de que su autoridad va más allá del cargo. El primero en saberlo es Oliver Oakes, team principal de la escudería francesa, con quien mantiene un pulso por el control absoluto de lo que sucede sobre el asfalto. El pasado verano, Briatore le nombró, con sólo 36 años, como jefe del equipo, el segundo más joven en la historia de la F1. Ahora el británico debe lidiar con quien le ha colocado en el cargo. Un desafío inmenso para alguien que siempre ha huido de la grandilocuencia.

En voz baja, Oakes trata de acallar a quienes le consideran una simple marioneta. No resulta sencillo reconducir la situación de Alpine, penúltimo del Mundial tras puntuar sólo en una de las cinco primeras carreras. Briatore, mientras tanto, actúa por su cuenta y riesgo. Al poco de iniciar su mandato ya propuso a Luca de Meo, CEO del grupo Renault, una medida que caería como una bomba. El adiós definitivo a los motores Renault y a la fábrica de Viry-Chatillon suponía un alivio económico para el equipo, pero también multiplicaba los rumores sobre una hipotética venta. Y en mitad de ese clima de confusión, los comisionistas suelen moverse como pez en el agua.

"Cambiando todo por completo"

"Prometí a De Meo formar un equipo ganador en tres años", confesó Briatore el pasado diciembre, sólo cuatro semanas después del doble podio de Pierre Gasly y Esteban Ocon en Interlagos. "Estamos cambiando todo por completo", añadió con su incendiaria retórica. Sin embargo, poco o nada se sabe de sus movimientos estratégicos, salvo que a partir de 2026, el motor y las cajas de cambio de Alpine serán suministrados por Mercedes. De momento, el objetivo prioritario de Briatore se centra en Colapinto, a quien ha acogido en su seno como en su momento hizo con Michael Schumacher o Fernando Alonso.

Durante la segunda mitad del Mundial 2024, el argentino acaparó la atención en Williams. No sólo por su fantástico papel en Bakú y Austin, donde cazó cinco puntos, sino por sus groseros errores en Singapur y Las Vegas. Colapinto suponía un objetivo demasiado goloso para Briatore. En primer lugar, por su indiscutible talento y por toda la fiebre que arrastraba consigo. Con Sergio Pérez fuera de la parrilla, Colapinto tomaría el relevo en el mercado iberoamericano.

Además, el entorno del piloto, representado por la española María Catarineu y su esposo Jamie Campbell-Walter, ambos al frente de Bullet Sports Management, resultaba fácilmente sugestionable. También Aníbal, el padre, que tantas dificultades económicas debió hacer frente desde el debut de Franco en la F4 española. Tas intentar seducir a Carlos Sainz, que finalmente optaría por Williams, Briatore se lanzó a degüello a por Colapinto. El inconveniente, claro, es que Alpine ya tenía ocupados sus asientos.

Doohan, al volante del A525, el sábado en Miami.

Doohan, al volante del A525, el sábado en Miami.AP

En Abu Dhabi, Jack Doohan ya había tomado el relevo de Ocon. Muchos en el paddock seguían mirando al australiano como el hijo del tetracampeón de 500 cc (1994-98), así que Briatore empezó a jugar sus bazas. De pronto surgieron los rumores de que Doohan sólo aguantaría cinco carreras del Mundial 2025. Ese plazo se ha cumplido este fin de semana en Miami, donde Doohan fue víctima el viernes de un lamentable error. "Ha sido un chiste", lamentó tras ser liberado a destiempo y no poder completar siquiera su vuelta en la SQ1.

El mediocre rendimiento de Doohan, que sólo dejó algún destello en el GP de Australia, añade gasolina al debate. En las horas previas a su aterrizaje en Florida, otras filtraciones más o menos interesadas apuntaron a que sólo seguía formando pareja con Gasly gracias al apoyo de un patrocinador, que había puesto sobre la mesa 10 millones de euros. Mientras, Horacio Marín, presidente del gigante petrolero argentino YPF, deslizaba ante un micrófono accidentalmente abierto que Colapinto se subirá al A525 dentro de un par de semanas en Imola.

Todos estos enredos deben entenderse como minucias para Briatore, el tiburón de los negocios que hizo lo imposible para arrebatar a Schumacher al equipo Jordan, que fue castigado de por vida por el Crashgate, el mayor escándalo de la historia de la F1. y que no dudó en airear los escarceos amorosos de Jenson Button para colocar en su puesto a Alonso. Más de dos décadas después, el asturiano sigue confiando en él como su agente.

Fernando Alonso: "Nadie recordará este undécimo, pero fue una de mis mejores carreras"

Fernando Alonso: “Nadie recordará este undécimo, pero fue una de mis mejores carreras”

Olvidados ya los seis abandonos del GP de Australia, el orden natural volvió a consolidarse en Suzuka, donde no hubo ni lluvia, ni safety car, ni un solo incidente de consideración. Los 20 coches que tomaron la salida cruzaron la bandera a cuadros, un factor que redujo aún más las minúsculas opciones de Fernando Alonso. "No somos rápidos para el top-10, ni siquiera para entrar en el top-18. Estamos en una espiral de la que hay que salir", admitió el asturiano, undécimo en la meta.

Tras 53 vueltas y 83 minutos al volante, el líder de Aston Martin sólo pudo ganar una posición ante Pierre Gasly. "Necesitamos revisar todos los datos porque no hay suficiente ritmo. Los sábados sufrimos para llegar a Q3, de hecho aún no hemos estado, y en carrera también para alcanzar el 'top-10", comentó Alonso en la zona mixta. "Nadie recordará este undécimo puesto, pero fue una de mis mejores carreras. He sacado el máximo del coche y un poco más", subrayó.

Por tercera semana consecutiva, el AMR25 ofrecía nulo carácter competitivo frente a sus rivales de la zona media, como Haas, Racing Bulls y Williams. De modo que su punto de partida, el de convertirse en 2025 el quinto mejor coche, parece ahora aún más devaluado. No en vano, Lance Stroll partió último desde la parrilla y cruzó la meta también como farolillo rojo. El canadiense, sin opciones siquiera ante el Sauber de Gabriel Bortoleto, fue el único doblado por Max Verstappen.

"Proceso de aprendizaje"

Pese a estas notorias carencias, los máximos responsables de Aston Martin siguen manteniendo la calma. "Esto forma parte del proceso de aprendizaje", explicó Andy Cowell, CEO de la escudería de Silverstone, confiado en "aplicar estas lecciones" el próximo fin de semana en el GP de Bahrein.

De modo que las nueve décimas que perdió el AMR25 de promedio con respecto a la cabeza no deberían preocupar tanto como las tres cedidas ante Racing Bulls o Williams. Entre otras razones porque hace ahora un año, también en Suzuka, los monoplazas verdes rodaban un segundo más rápido por vuelta que estos dos mismos rivales.

Las reiteradas promesas de desarrollo serán examinadas el próximo domingo en Sakhir, escenario de los test de pretemporada. Uno de esos trazados que miden el rendimiento global de los coches. Alonso presagia otro fin de semana "difícil", donde emplearán los entrenamientos para resolver algunas "dudas" que aún siguen flotando tras las pruebas invernales. "Tenemos el coche más lento en las rectas", reiteró sin pudor, el ovetense. Un mal presagio para los habituales stop and go de Bahrein, donde se pone a prueba la tracción de los monoplazas.

La trituradora de Verstappen: Liam Lawson, otro más hacia el cadalso en Red Bull

La trituradora de Verstappen: Liam Lawson, otro más hacia el cadalso en Red Bull

Quien aún dude de las dificultades que entraña un Fórmula 1 puede revisar los mensajes de Liam Lawson del pasado domingo en Shanghai. "No puedo girar el coche en absoluto", lamentó el piloto de Red Bull en la vuelta 54, a sólo dos para la meta. Nada más cruzar la bandera a cuadros, Richard Wood, su ingeniero de pista, sólo pudo ofrecerle unas palabras de consuelo: "Sí, hoy tuviste que sudar tinta. Lo siento, tío, sinceramente hice todo lo que pude para ayudarte". En ese momento, la comunicación ya se había colmado de balbuceos y silencios de Lawson, muy afectado por su paupérrimo nivel al volante. Por segunda semana consecutiva, ni siquiera se había acercado a la zona de puntos.

El futuro de Lawson, pendiente de un hilo, se resolverá esta semana durante una reunión en Milton Keynes. Una cumbre donde el equipo, protagonista de un flojo arranque, abordará también su plan estratégico. "Estamos preocupados, pero no vamos a tirar la toalla", adelantó Helmut Marko tras el cuarto puesto de Max Verstappen en Shanghai. La opinión del veterano asesor, en estas difíciles circunstancias, tendrá tanto peso como la del team principal, Christian Horner. No se trata de un asunto baladí. Tras perder algunos de los ingenieros que cimentaron el último ciclo triunfal, con los cuatro títulos de Mad Max, Red Bull ha de decidir si da este Mundial por perdido y emplea todos sus esfuerzos en el coche de 2026, primer año de la revolución reglamentaria. Y en el corto plazo, ha de tomar una decisión con Lawson.

"No soy tonto y sé que estoy aquí para rendir. Si no lo consigo, no voy a continuar", admitió el neozelandés en China, donde ocupó la última plaza en las dos sesiones clasificatorias. A estos resultados hay que sumar su decimoctavo puesto en la parrilla de Melbourne. La peor racha de un piloto de Red Bull desde su llegada al Gran Circo, allá por 2005. Su sufrimiento al volante quedó aún más en evidencia en Shanghai, donde quiso partir desde el pit lane para realizar cambios en la puesta a punto. Sin embargo, con esa nueva configuración, mucho más agresiva, sólo pudo adelantar a tres rivales, siendo el último piloto en no ser doblado.

Sólo con el simulador

Las dificultades del RB21, un monoplaza diseñado al gusto de Verstappen, han superado a Lawson en dos circuitos que sólo conocía a través del simulador. Y esta falta de experiencia podría hacerse aún más acuciante a partir de ahora. De las 14 próximas citas del Mundial, Liam sólo conoce Suzuka, tras su paso, hace un par de años, por la Super Fórmula japonesa. Sin embargo, estas dos semanas previas al GP de Japón pueden hacerse demasiado largas. Red Bull maneja la opción de Yuki Tsunoda, el líder de Racing Bulls, su equipo filial. Incluso la de su compañero Isack Hadjar, un rookie que también ha dejado detalles interesantes.

Toda esta incertidumbre trae a la memoria el GP de Bélgica 2024, cuando Red Bull hubo de salir al paso de los rumores para confirmar a Sergio Pérez, a quien había renovado sólo dos meses antes. El mexicano tampoco daba la talla ante Verstappen y a final de año acabó saliendo del equipo. Sin embargo, su cartera de patrocinadores personales siempre representó un obstáculo para cualquier intercambio a mitad de curso. Obviamente, no es el caso de Lawson, un chico de orígenes humildes para los estándares de la actual F1. De hecho, sus padres tuvieron que vender la casa familiar para financiar sus inicios en los karts. Y según él mismo ha confesado, aún no han comprado otra.

Lawson, al volante del RB21, el domingo en Shanghai.

Lawson, al volante del RB21, el domingo en Shanghai.RED BULL

Al igual que sucedía con Checo, las comparaciones con Verstappen dejan en muy mal lugar a Lawson. No sólo por esas 88 centésimas que ha cedido, de promedio, en las sesiones clasificatorias, sino por sus recurrentes problemas a la hora de mantener el coche en la trazada. A bordo de un RB21 muy nervioso, sus mínimas opciones en Australia se toparon contra el muro de la curva 2. Tras la qualy del sábado en Shanghai, Marko ofreció un diagnóstico desolador: "Esto demuestra que nuestro coche es extremadamente difícil. Si le das a Liam el Racing Bulls, va más rápido. No puede seguir así".

Sólo las manos de Verstappen, autor de un segundo y un cuarto puesto, han sido capaces de extraer algo positivo del coche. Aunque no alcance para seguir la estela de McLaren, el tetracampeón mundial puede alardear de una estadística asombrosa. A lo largo de las 20 últimas carreras, ha sumado 337 puntos, por sólo 49 de sus compañeros. Si otros mejor preparados, como Carlos Sainz (2015-2016), Daniel Ricciardo (2016-2018), Pierre Gasly (2019), Alex Albon (2019-2020) o Pérez (2021-2024) ya claudicaron ante él, nada alentador puede esperarse ahora de Lawson.

El caos en Losail, por culpa de un retrovisor

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Actualizado Domingo, 1 diciembre 2024 - 21:31

La cara de Lando Norris al final del GPde Qatar era de largo la más desencajada del año. Su habitual simpatía con los medios de comunicación se ha ido transformando con el paso de los meses y con los golpes que se ha ido llevando carrera tras carrera. Parecía que ya no podía sufrir más y que, una vez decidido el Mundial de Pilotos, su vida podría ser más fácil en los últimos grandes premios. No era cierto. Aún quedaba una misión que cumplir: gana

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El cuarto Mundial, en el bolsillo

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No podía tener más cosas en contra. Una penalización de cinco posiciones por cambio de motor, una vuelta incompleta en clasificación por una bandera roja, un decimoséptimo puesto en parrilla, una carrera con lluvia, poca visibilidad, necesidad de adelantar, obligación de asumir riesgos y a su principal rival en la pole. Max Verstappen tenía frente a él, justo antes de empezar el GP de Brasil, un infierno, una pesadilla, un reto a su capacidad de

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El adiós a los motores Renault y un trauma nacional: ¿hay futuro para Francia en la F1?

El adiós a los motores Renault y un trauma nacional: ¿hay futuro para Francia en la F1?

La primera de las 51 victorias de Alain Prost en la Fórmula 1 apestó a pescado. Aquel 5 de julio de 1981, la lluvia descargaba con fuerza sobre el circuito de Dijon, pero ni siquiera así los mecánicos de Renault podían refrigerar el motor de su RE30, un coche turboalimentado que ya les había traído por la calle de la amargura durante las dos primeras citas del Mundial. «Debíamos enfriar la entrada de aire, pero no teníamos hielo seco en el circuito, así que salimos a comprar hielo en una pescadería», relató años después Bernard Dudot, jefe del programa Turbo en Renault Sport. Así se las gastaban aquellos jóvenes ingenieros salidos de Viry-Châtillon. Tipos audaces que hicieron de aquella fábrica uno de los santuarios del automovilismo. Hoy, cuatro décadas después, Renault acaba de confirmar que su factoría ya no producirá más motores de F1 a partir de 2026. Toda Francia, obviamente, ha quedado estupefacta.

Se trata del final de una era para el automovilismo galo, ya que la marca del rombo había suministrado unidades de potencia al Gran Circo desde 1977. Incluso durante las dos etapas en que la escudería Renault no formó en la parrilla (1986-2001 y 2002-2015), los motores de Viry-Châtillon propulsaron a varios monoplazas campeones. Sin ir más lejos, Renault conquistó cinco títulos con Williams (1992, 1993, 1994, 1996, 1997), uno con Benetton (1994) y cuatro más con Red Bull (2010-2013). Por no mencionar las dos coronas mundiales de Fernando Alonso a las órdenes de Flavio Briatore (2005, 2006).

El italiano, en cambio, se ha erigido ahora como el adalid del cese de actividad en la fábrica. Harto de los paupérrimos resultados sobre el asfalto, el actual asesor ejecutivo de Alpine presentó el pasado julio un proyecto para que su escudería compre unidades de potencia en lugar de desarrollar las suyas propias. Según estas estimaciones, los gastos en materia de motores pasarán de 100 millones de euros anuales a menos de 20. Durante el pasado GP de Hungría, Briatore quiso fotografiarse en público junto a Toto Wolff, team principal de Mercedes, dejando muy claras sus intenciones: Alpine pretende convertirse en equipo cliente de las Flechas de Plata a partir de 2026.

«agujero en los bolsillos»

«Dos años más así y el proyecto iba a colapsar por completo», admitió el pasado viernes Luca de Meo, director general de Renault. Durante una cruda entrevista en L'Equipe, el máximo responsable del fichaje de Alonso en 2021 subrayaba que la decisión del cierre le había resultado «desgarradora» aunque inevitable, dado que su división de F1 tiene «un agujero en los bolsillos».

De momento, tras 18 carreras, Alpine deambula penúltimo por del Mundial de Constructores (13 puntos), su peor puesto desde 2016. Pierre Gasly y Esteban Ocon poco han podido hacer con un monoplaza sin prestaciones y víctima de numerosos problemas de fiabilidad. Especialmente en lo relativo a la refrigeración del motor. Desde marzo, en el paddock se rumorea que el equipo dirigido por Bruno Famin ni siquiera puede suministrar piezas nuevas durante algunas carreras.

En apenas tres meses, los ánimos en Viry-Châtillon han pasado de la incredulidad a la indignación. De hecho, su comité de empresa (CSE) ya puso el grito en el cielo ante la posibilidad de una reducción de plantilla (de 500 a 334 trabajadores) a partir del próximo 1 de enero. Ese enfado quedó en evidencia hace un mes durante el GP de Italia, donde algunos trabajadores de la factoría lucieron brazaletes negros mientras hablaban de «traición» y de «vergonzoso abandono al legado del equipo y a 50 años de historia y experiencia en alta tecnología». Renault ha de manejar este conflicto con mucho tino, dado que el Gobierno de Emmanuel Macron aún controla el 15% de su capital.

El reglamento de 2026

De momento, la única tabla de salvación para De Meo y Briatore parece situarse en 2026, con la entrada en vigor del nuevo reglamento técnico, donde los motores ocuparán un lugar de privilegio. Esa normativa de la FIA obligará a un aumento la potencia del motor eléctrico, para compensar la pérdida de rendimiento propiciada por los combustibles no fósiles. Asimismo, los propulsores serán más simples, más baratos y dispondrán de un modo, denominado override, que se active durante los adelantamientos. Un sustituto del actual DRS, pero alimentado por las baterías eléctricas.

Será tiempo para evaluar el esperadísimo desembarco de Audi, la evolución de Honda bajo el capó de Aston Martin, el estreno de Red Bull Powertrains o la hipotética presencia de Ford. Alpine, del mismo modo que McLaren y Williams, comprará las unidades de Mercedes, mientras en Viry-Châtillon seguirán resonando los ecos de aquel visionario llamado Dudot. «En nuestra época estábamos tan seguros de nosotros que logramos convencer a Bernard Hanon, presidente de Renault, de que debíamos entrar en la F1. En ese momento era una idea muy loca, pero él nos siguió la corriente».