Piastri lidera un polémico doblete de McLaren en Hungría, con Sainz sexto y Alonso fuera de los puntos
Alegría contenida. En la vuelta 46, Piastri se mostraba implacable, liderando con jerarquía una carrera que se le había puesto de cara desde el principio, pero en un inexplicable intento por protegerse de Hamilton (no hacía falta), que rodaba tercero, pero muy lejos, McLaren se hizo un undercut a sí mismo y permitió a Lando Norris salir por delante de Piastri. La ansiedad dentro del equipo por la situación era evidente. Había un grave problema. Las órdenes parecían ser claras: Norris tenía que dejar pasar a Piastri si tenía la oportunidad, pero convencer al británico de hacerlo no fue tarea fácil.
"No vas a ganar el mundial solo. Vas a necesitar a Oscar y al equipo. Por favor, hazlo ahora", le ordenaban por radio a Norris mientras intentaba hacerse el despistado para mantener la pole y Piastri, que llegó a alejarse bastante por momentos, se iba acercando poco a poco.
Finalmente, cedió a falta de cuatro vueltas y fue el australiano el que lideró un doblete de McLaren en Hungría, donde Verstappen, en un día desastroso, fue quinto, Sainz sexto y Alonso se quedó fuera de los puntos (11º) tras dejar pasar a su compañero Stroll para que intentase adelantar a Tsunoda en las últimas vueltas.
Realmente todo estaba en manos de McLaren desde el comienzo. Era una oportunidad única para coronarse y dar emoción a un campeonato liderado por Verstappen con su ordeno y mando. Habían conseguido lo más difícil, algo posiblemente inimaginable hasta hace poco, pero eran muy conscientes de todo el arsenal que tenían detrás esperando un tropiezo para asaltar el trono.
No era fácil la tarea para Red Bull. Ni mucho menos. El vigente campeón atacó desde el primer minuto. No podía esperar. Con un Norris algo rezagado, el neerlandés se desvió por fuera en la primera curva para adelantar, pero ante una posible sanción por parte la FIA, tuvo que devolverle esa segunda posición a regañadientes, mientras Piastri aprovechaba para ponerse líder. Pero no era el único que luchaba solo ante el peligro. También lo hizo Hamilton, que apostó por un undercut para cazar y adelantar al Red Bull.
Hamilton se impuso a Red Bull
Verstappen intentó tomarse su venganza más tarde apretando los tornillos al heptacampeón. Poder contra poder. Motor contra motor. Una lucha que se llevó el británico en la primera batalla, cuando un error de Max a la hora de culminar el adelantamiento le permitió mantener la cabeza alta. La frustración del neerlandés llegó a su cima cuando Leclerc y el inglés adelantaron su entrada a boxes para obligarle a remar contracorriente.
Los otros nobles en busca del trono eran los dos Ferrari. Tanto Sainz, al que una mala salida alejó un poco de la primera línea, como su compañero lucharon contra adversidad. El monegasco aguantó todo lo posible para sostener la cuarta plaza, pero Verstappen solo tenía en la cabeza la revancha contra Hamilton. Ocurrió en la vuelta 63. Se volvieron a encontrar, pero esta vez entró muy pasado en la curva 1 y, al bloquear ruedas, chocó con Hamilton al intentar adelantarle.
Aston Martin se vuelve a quedar lejos. Fernando Alonso, sin ritmo de carrera en ningún momento, no consiguió mantener esa séptima posición inicial y terminó la carrera en undécima posición. En realidad su puesto hubiera sido el décimo, el último con puntos, pero en el tramo final dejó pasar a su compañero, Lance Stroll, que venía con mejores neumáticos y tenía la opción, aunque finalmente no pudo ser, de adelantar al japonés Tsunoda.
También Sergio Pérez consiguió desquitarse de ese incidente del sábado que le relegó a las últimas posiciones de la parrilla. Meritorio séptimo puesto para el mexicano tras un fin de semana realmente difícil.