Norris arrebata la 'pole' a Verstappen en Montmeló

Norris arrebata la ‘pole’ a Verstappen en Montmeló

Desde 1991, año de su debut en el Mundial, sólo cuatro pilotos vencieron en Montmeló sin salir desde la primera línea de la parrilla. Un dato que se complementa con otro aún más rotundo, ya referido al vigente siglo: desde 2001, sólo cinco pilotos lograron ganar sin partir desde la pole. Por tanto, el logro de Lando Norris (1:11.383) debe hacer rebosar de optimismo a McLaren, que vio cómo su piloto arrebataba ese logro a Max Verstappen. Por sólo dos centésimas, en su último intento, sin opción alguna para la réplica. La segunda pole para el británico, casi tres años después del GP de Rusia 2021. Un pequeño zarandeo para Red Bull, cada semana más asediado por McLaren, Mercedes y Ferrari.

Así se ordenan ahora mismo las jerarquías del Mundial, con los seis primeros en 35 centésimas. Lewis Hamilton, George Russell, Charles Leclerc y Carlos Sainz, por ese orden, exprimieron sus mecánicas para acercarse a la cabeza, aunque sin encontrar manera de desafiar a Norris y Verstappen, algo más que dos líderes para Red Bull y McLaren. Sergio Pérez, 65 centésimas más lento que Mad Max, partirá octavo, mientras Oscar Piastri ni siquiera pudo marcar un tiempo válido, por culpa de una salida de pista en la curva 12.

Aletargado, fuera de foco, Verstappen se había pasado el fin de semana haciendo el Tancredo. Hasta que en la Q2 paró el reloj en 1:11:653, con dos décimas sobre Norris y Sainz. En un coche menos estable de lo habitual, el neerlandés debía emplearse a fondo para que la competencia no le quitase la merienda. El domingo necesitará un golpe estratégico para llevarse los 25 puntos. No hay que olvidar que en 2016, con 18 años, conquistó aquí su primera victoria partiendo desde la cuarta posición.

Difícil imaginar un desenlace más cruel para Fernando Alonso, empecinado en alcanzar la Q3, un listón demasiado ambicioso ahora mismo para Aston Martin. Los ingenieros habían decidido que Lance Stroll lo intentase sin tráfico, pero el canadiense no cumplió con su parte del trato (1:12.372).

Sin los Visa Cash App RB, eliminados en la Q3, la batalla se presentaría esta vez con Sauber y Alpine. Aun sin actualizaciones aerodinámicas, el equipo francés volvió a exhibir sus mejoras. Logró meter a Pierre Gasly y Esteban Ocon, un binomio que lleva varias semanas tirándose los trastos a la cabeza. Sólo fueron 19 milésimas, suficientes para que Alonso (1:12.128) quedase apeado, justo por detrás de su ex compañero en Alpine.

Tras el primer intento, Verstappen (1:11.673) dominaba con cierta autoridad, con 12 centésimas sobre Norris y 25 ante Leclerc, que cerraba el grupo de favoritos. El líder del Mundial negociaba como nadie la la última curva, mientras Ferrari sufrían demasiado, salvo en el primer sector. Mercedes se había colocado en segunda línea de la parrilla. T

Verstappen gana esperando y Ferrari se desangra en Montreal

Verstappen gana esperando y Ferrari se desangra en Montreal

Hasta este fin de semana, sólo Michael Schumacher (Silverstone 2012) y Lewis Hamilton (Singapur 2017) habían alcanzado las 60 victorias en la Fórmula 1. A Max Verstappen aún le queda trecho para equipararse con los heptacampeones, pero ya cuenta con otro récord más en los libros de la Fórmula 1. Sin la tremenda superioridad mecánica de hace no tanto, Mad Max ganó en Montreal porque se equivocó menos que Lando Norris y George Russell, sus compañeros en el podio. Y eso, sobre las endemonionadas condiciones del asfalto, tuvo su mérito. Pregunten, si no, a Fernando Alonso, empeñado en sostenerse entre los mejores con su sexto puesto, justo por delante de Lance Stroll.

Entre los charcos y los surcos secos, en un domingo donde cada titubeo se penalizaba con un par de posiciones, Verstappen lo hizo más fácil que el resto. También Red Bull, con un plan estratégico más riguroso que McLaren. Los 25 puntos de Montreal, sumados al estrepitoso fiasco de Ferrari, duplican su ventaja en el Mundial. Alonso, por su parte, ya se daba por satisfecho nada más cruzar la bandera a cuadros: "Fue una carrera muy difícil, que salvamos lo mejor que pudimos".

Desde la misma salida, que la FIA había validado sin recurrir al safety car, hubo sobradas razones para multiplicar las precauciones. Poco hubo de reseñable cuando se apagó el semáforo, salvo el adelantamiento por fuera de Alonso a Daniel Ricciardo, más el toque en la curva 2 entre Sergio Pérez y Pierre Gasly. Haas fue el único que asumió el riesgo de los neumáticos de lluvia extrema. Kevin Magnussen, desde la decimocuarta plaza y Nico Hulkenberg, desde la decimoctava, nada tenían que perder. Sólo implorar al cielo para que siguiese lloviendo. En ocho vueltas, ambos recuperaron 10 posiciones, antes del paso por boxes del danés. Asomaban los primeros rayos de sol y todos aprovechaban los primeros carriles de las trazadas.

"Esto es por lo que sucedió en Miami"

Verstappen se acercaba con prudencia a la cabeza, sin aviesas intenciones y fuera del alcance de los McLaren. Hasta que un error en la decimoséptima vuelta, poco antes de que se permitiera el DRS, empezó a cambiar el panorama. Norris aprovechó las facilidades en la última chicane, antes de marcharse como un disparo hacia Russell. Su precisa maniobra debió de desesperar al británico. De otro modo no se explica su calamitoso fallo, que le regalaría la posición a Verstappen.

Los radares llevaban ya un rato anunciando con insistencia el regreso del agua. No faltaban alicientes cuando Logan Sargeant estrelló su Williams en una zona demasiado peligrosa. Tanto como para hacer inevitable el safety car. Un golpe de fortuna para Red Bull, que ordenó el inmediato paso de Verstappen por boxes, mientras McLaren no acertaba a cumplir con Norris. Donde las dan las toman, pensaron en la escudería austriaca. "Esto es por lo que sucedió en Miami", recordaron a Mad Max, que había perdido aquella victoria frente a Norris por otro coche de seguridad.

Con más de la mitad de carrera por delante, Verstappen atrapaba al fin la primera plaza. En la elección de las últimas gomas, a la espera del momento idóneo para retirar las de mojado, se resolvería todo. El primer envite, totalmente a la desesperada, lo lanzó Ferrari con Charles Leclerc, perdido en las profundidades. Una avería en el motor provocaría su retirada.

Hubo que esperar un poco más para el primer órdago serio, de Mercedes con Lewis Hamilton. Por entonces, la zona más resbaladiza se situaba en las curvas 1 y 2, aunque el resto del circuito tampoco permitía la mínima indecisión. Sólo alguien heterodoxo como Alex Albon podía animarse a una maniobra tan genial ante Esteban Ocon y Ricciardo, justo antes de la recta de meta. El resto, incluidos los favoritos, debían conformarse con subsistir.

Alonso se había batido rueda con rueda frente a Hamilton, equiparando sus cronos con los de los favoritos. Tanto empeño quedó devaluado por los mecánicos de Aston Martin, con 4,3 segundos en el pit-stop. En su regreso a la pista, el asturiano ya se temió lo peor: "Quizá deberíamos haber montado las gomas para seco". Dos minutos después, cuando le confirmaron el parte meteorológico, Fernando supo que las 19 vueltas que le quedaban con el intermedio de lluvia se harían largas.

en busca del 'overcut'

Red Bull emuló de inmediato a Mercedes, mientras McLaren mantuvo a Norris, en busca del overcut. Había escasísimo margen entre ambos y así quedó patente en la reincorporación del británico. A la desesperada, con el coche cruzado, buscaba tracción Lando por el carril seco. No hubo suerte para la gente de Woking. Aun sin poder acercarse a los pianos, Verstappen se perfilaba como gran favorito. Tampoco el último safety car truncaría sus opciones.

La neutralización, en este caso, debió atribuirse a Carlos Sainz, con una pifia en la curva 7 que dejaría fuera de combate a Albon. Aunque supo sacar el Ferrari de la pradera empapada, nada quedaba ya por delante para el madrileño. Este doble abandono, apenas un par de semanas después del confeti en Mónaco, deja muy tocada a la gente de Maranello. Tampoco Sergio Pérez recordará con nostalgia un domingo donde acabaría sin alerón trasero. El bagaje de Checo en las tres últimas citas se reduce a los cuatro puntos de Imola.

Una 'pole' con el mismo tiempo, 27 años después: la euforia de George Russell y el desplome de Ferrari en Montreal

Una ‘pole’ con el mismo tiempo, 27 años después: la euforia de George Russell y el desplome de Ferrari en Montreal

Difícil recordar una sesión clasificatoria tan dispar, tan divertida, tan necesaria. George Russell conquistó en Montreal la segunda pole de su vida, con el mismo crono que Max Verstappen (1:12.000). Desde el GP de Europa de 1997, la Fórmula 1 no asistía a un desenlace similar. Y desde el GP de Bélgica 2021, con sus dos coches fuera de la Q3, Ferrari no fracasaba de un modo tan insolente. Entre tantos sobresaltos, Fernando Alonso pudo al menos salvar la situación para Aston Martin, con un sexto puesto en la parrilla que bien debe dejarle satisfecho.

Había que oír gritar a Russell cuando le cantaron por radio la buena nueva. Y ver la cara de satisfacción de Verstappen, víctima de numerosos problemas a lo largo del fin de semana, ante las cámaras. Las actualizaciones aerodinámicas habían convertido a Mercedes en la referencia, mientras Red Bull tenía que esforzarse como uno más. Otro síntoma de que algo anda cambiando en el Mundial 2024.

En verdad, Red Bull había perdido por el camino a Sergio Pérez, recién renovado hasta 2025. Por tercera carrera consecutiva, el mexicano no lograba alcanzar la Q2, sin poder alcanzar siquiera a Daniel Ricciardo y Yuki Tsunoda, los pilotos de Visa Cash App RB, filial de la escudería austriaca. Sobrevolaban las nubes por el Circuito Gilles Villeneuve, sin descargar nunca con la intensidad esperada, mientras Checo pagaba su frustración a base de puñetazos.

El susto en la curva 4

Verstappen ya había padecido lo suyo, salvando la papeleta en la Q2 al volante de un RB20 inestable, impredecible. Russell también pudo esquivar el desastre con un rectificado en la curva 4, rematado con un alarido: "Santo Cielo". En ese momento, el más inspirado parecía Lewis Hamilton, dominador en el primer parcial, el más decisivo en este trazado. Sin embargo, el heptacampeón se vino abajo en el momento decisivo y partirá séptimo.

Aunque si algún equipo estuvo irreconocible, sólo cabe señalar a Ferrari. Sin estabilidad, sin velocidad en un trazado donde se perfilaban como favoritos, Carlos Sainz y Charles Leclerc cayeron con estrépito en la Q2. Dos semanas después de su triunfo en casa, el monegasco andaba tan furioso que ni siquiera quiso decir nada en caliente. Carlos, algo más comedido, hizo hincapié en la falta de agarre.

"No vamos a ninguna parte"

Esas gotas caprichosas, ese continuo abrir y cerrar de paraguas, terminaron por desquiciar a Ferrari. No aprovecharon un rebufo, no encontraron soluciones en una pista siempre cambiante y perdieron la batalla ante el Williams de Alex Albon. Cuando pudo tranquilizarse, el veredicto de Leclerc ante los micrófonos resultaba demoledor: "En condiciones de seco simplemente no vamos a ninguna parte. El coche, sencillamente, se siente mal".

En esas aguas procelosas, Aston Martin supo al menos optimizar sus recursos. Durante la Q3, después de que todos optasen por los neumáticos usados para su primer intento, Alonso se sacó de la manga una fantástica vuelta (1:12.228), casi medio segundo más rápido que Lance Stroll. Trepar tres posiciones más hasta el podio, desde luego, se antoja casi una fantasía ante McLaren. Porque Lando Norris y Oscar Piastri, tercero y cuarto, se perfilan con más opciones de pelear contra Russell y Verstappen que de ceder terreno ante el AMR-24.

Fernando Alonso aprovecha el momento y marca el mejor crono en Montreal

Fernando Alonso aprovecha el momento y marca el mejor crono en Montreal

Las dificultades en el Circuito Gilles Villeneuve, sobre un asfalto deslizante y una constante amenaza desde el cielo, favorecieron a Fernando Alonso, quizá el mayor especialista de la parrilla en condiciones mixtas. El bicampeón mundial cerró el viernes marcando el mejor tiempo de la segunda sesión libre (1:15.810), con 46 centésimas sobre George Russell y 65 ante Lance Stroll, al volante del otro Aston Martin. El escaso agarre no iba a disuadir al asturiano, que estableció su crono antes de la aparición de la lluvia, evidenciando sus buenas sensaciones en una pista donde hace sólo un año se quedó muy cerca de la victoria.

El relevo inicial de 14 vueltas con el neumático blando bastó a Alonso para dominar la tabla. Después de que las nubes descargasen, en el tramo final, los favoritos debieron montar gomas intermedias de lluvia. Y ni siquiera así pudieron librarse de los sustos. De hecho, Lewis Hamilton debió hacer malabarismos para evitar un golpe contra las protecciones de la Curva 4. Y Charles Leclerc sufría más de lo habitual, con un trompo de 360º en la Curva 10.

A diferencia de lo sucedido en Imola, Aston Martin sí escogió esta vez el momento idóneo para salir a pista. La rapidez del AMR24 a la hora de calentar los neumáticos impulsó a Alonso, necesitado de un paso adelante tras dos carreras consecutivas fuera de los puntos. En cualquier caso, no conviene extraer conclusiones definitivas en un viernes plagado de interrupciones por la lluvia.

Demasiadas incógnitas

Ningún equipo pudo completar las habituales simulaciones, donde suelen recopilar datos imprescindibles para la carrera. Tampoco se dispuso de tiempo para comprobar el rendimiento del neumático medio, el que mejor parece adaptarse a esta pista, por su aguante a la degradación. Hay tantos interrogantes que ni siquiera Mercedes llegó a montar el alerón delantero, con el que pretende acercarse a los tiempos de Ferrari y McLaren.

Durante la sesión matinal, Lando Norris había liderado la tabla (1:24.435), con 32 centésimas de ventaja ante Carlos Sainz y 87 frente a Leclerc. Ni McLaren ni Ferrari han traído a Canadá mejoras aerodinámicas, mientras Red Bull estrena alerón trasero. El otro momento reseñable de la FP1 fue el accidente de Guanyu Zhou, que desencedenaría una bandera roja.

Aún peor corrieron las cosas para Red Bull, lejos de la cabeza y víctima de una severa avería en el monoplaza de Max Verstappen. A falta de media hora para el final de la segunda sesión, el tricampeón mundial detectó olor a quemado, por lo que su equipo le conminó a activar el protocolo de seguridad. De inmediato, una nube de mecánicos acordonaría el RB20, negando cualquier resquicio a la curiosidad de las cámaras.

Tras desmontar casi por completo el coche, la escudería capitaneada por Christian Horner informó de un problema en el Sistema de Recuperación de Energía (ERS). Otro revés para el tricampeón mundial, que ha perdido el aura de invulnerabilidad con la que venía dominando el Mundial desde 2021. Pese a sus cinco victorias en las ocho primeras carreras, Mad Max ya arrastró problemas de fiabilidad en Australia y falta de ritmo en Miami y Mónaco.

Charles Leclerc cumple su sueño y Carlos Sainz sobrevive a un pinchazo para subir al podio

Charles Leclerc cumple su sueño y Carlos Sainz sobrevive a un pinchazo para subir al podio

No hubo una triste variación entre el orden de salida y el de meta entre los 10 primeros clasificados del GP de Mónaco. La tarde primaveral en la Costa Azul, de una fantasía inenarrable, bien merecía más, aunque eso nada importe a Charles Leclerc, que al fin ganó en casa, por delante de Oscar Piastri y Carlos Sainz. Dos veces doblaron los líderes a Fernando Alonso, undécimo bajo la bandera a cuadros. Y no hubo opción de disfrutar siquiera con Max Verstappen, que ve recortada su ventaja en el Mundial a 32 puntos.

A última hora del sábado, Sainz quiso estirar las piernas con un paseo en bicicleta. Mientras regresaba al paddock en dos ruedas, algunos tifosi le desearon suerte, porque el 1-2 de Ferrari no se antojaba tan lejano. La premisa era ayudar a Leclerc, pero Carlos quiso lanzarse de inicio a por Piastri. Acechó en Santa Devota, con la mala suerte de que el roce con la rueda del McLaren agujerearía su neumático delantero izquierdo.

Una salida catastrófica allá donde se mirase. En el sector de Beau Rivage, Kevin Magnussen metió el morro, por donde no debía, a Sergio Pérez. Venía cediendo terreno el mexicano y lo pagó carísimo, pero aún pudo sentirse afortunado porque el impacto contra las barreras dejó su Red Bull reducido a chatarra.

Guerra en Alpine

A la entrada del túnel, el pique entre Pierre Gasly y Esteban Ocon hizo reventar la efímera paz de Alpine. Igual que el danés de Haas, el ex socio de Alonso se emperró buscando un espacio que sólo un lunático podía imaginar. Su vuelo, aun a velocidad reducida, aterrorizaría a niños y mayores. "La maniobra de Esteban estuvo totalmente fuera de lugar, así que deberá asumir las consecuencias", adelantó Bruno Famin, team principal de Alpine.

Los trabajos en las inmediaciones de Massenet se prolongaron durante tres cuartos de hora. Tiempo suficiente para que McLaren reparase los daños en el suelo y uno de los pontones de Piastri. Y para que Sainz empujase, a trompicones, su SF24 hasta el garaje. "Dime que arrancaré otra vez desde la tercera posición", imploró a Riccardo Adami, su ingeniero de pista. Por supuesto, recordaba el precedente del GP de Australia 2023, con aquel incidente con Alonso.

Si hubo alguna buena noticia para el espectáculo debió adjudicarse a los comisarios, que ordenaron una resalida en parado. En el lado negativo, el inevitable cambio de ruedas, durante la bandera roja, de los supervivientes. Todos salvo el Williams de Logan Sargeant. Con 77 vueltas por delante se reducía a cero cualquier posibilidad de emoción durante los pit-stops.

"Decidle a Charles que haga más rápido la vuelta de formación", reclamó Sainz, un piloto disciplinado, pero no tonto. Todo marchaba de cine para Leclerc. Bastaba con superar la primera curva para que la victoria quedase a la mano. La septuagésima edición del GP de Mónaco resultaría tan tediosa como de costumbre.

"En este momento, no ganamos nada yendo más rápido", advirtieron a George Russell, tras el alerón de Lando Norris. Como Ferrari y McLaren habían renunciado a cualquier riesgo con el compuesto duro, a Mercedes y Max Verstappen no les quedó otra que el medio. Por guardar las apariencias, más que por genuina convicción.

Desde el líder a Valtteri Bottas, farolillo rojo, los 15 pilotos en pista gestionaban las gomas, formando la tradicional fila india. Una sola vez amagó Piastri ante Leclerc, en el viraje de Portier. Restaban 59 giros y el único interés se centraba en las conversaciones de radio. Sainz reclamaba información sobre los neumáticos de su compañero. También en la penalización a Ocon, con dos puntos menos en el carnet y 10 segundos. Como ya había abandonado, ese tiempo se transformará en cinco posiciones en la parrilla de Montreal.

Tampoco con los doblados

Alonso había aprovechado un despiste de Daniel Ricciardo para tomar la decimosegunda plaza, a la estela de Lance Stroll. Cuando se cumplía el ecuador de la prueba, el asturiano ya cedía 13 segundos, generando espacio para una parada gratis de su compañero. Por tanto, pronto sería engullido por la cabeza. El otrora momento crítico de los doblajes fue un simple trámite para Leclerc, beneficiado por la pasividad de Piastri.

Stroll aún dispuso de tiempo para otro pinchazo, echando abajo el trabajo de equipo. Aun rodando Fernando undécimo, a un paso del punto de consolación, el único desafío para Aston Martin pasaba por el bonus de la vuelta rápida del 18, el único con los blandos sobre el asfalto. No hubo modo de arrebatar el crono a Lewis Hamilton (1:14.165).

Quede constancia de que, tras más de dos horas, hubo un adelantamiento de Valtteri Bottas a Sargeant. Con todas las de la ley y en el viraje de Mirabeau. No olviden tampoco que en la cita más charme del calendario Kylian Mbappé agitó la bandera en la meta. A seis días de la final de Champions, quien no se conforma es porque no quiere.

Charles Leclerc vuela hacia la 'pole' y Fernando Alonso se pierde en el tráfico

Charles Leclerc vuela hacia la ‘pole’ y Fernando Alonso se pierde en el tráfico

Una estampa devota corre estos días de mano en mano entre los tifosi desplazados a Mónaco. Se trata de la efigie de Charles Leclerc ataviado con los símbolos de la Santa Cruz de Cristo y el lema Ovunque Proteggimi (protégeme en todas partes). La enésima muestra de la veneración por Il Predestinato, autor de la 250ª pole de Ferrari en la Fórmula 1. Leclerc impuso su talento en el Principado (1:10.270) por delante de Oscar Piastri y Carlos Sainz, mientras Fernando Alonso se desplomaba en la Q1, víctima del tráfico.

A pie de garaje, Piero Ferrari, hijo de Il Commendatore, festejaba con la lógica euforia muy cerca de Nicolas Todt, agente de Leclerc y continuador de otro mito de la Scuderia. Desde su fichaje en 2019, una de las obsesiones de su piloto pasaba por un triunfo en casa. Bajo aquel balcón desde donde seguía las carreras de niño. Ahora, como en 2021 y 2022, queda demasiado cerca como para dejarlo escapar. Por una vez, sin que sirva de precedente, el temible Max Verstappen partirá desde la sexta plaza.

Leclerc venía dominando a su antojo desde el viernes, así que, a la hora de la verdad hubo de limitarse a juntar las piezas. Pese a algunas molestias con los pedales mantuvo el rumbo con firmeza. Incluso si eso contravenía las órdenes de su ingeniero de pista. Cuando Bryan Bozzi le pidió pasar por boxes para probar un tercer juego de neumáticos, se opuso con firmeza. "¡Quedémonos fuera!", exclamó. Había temor, obviamente, a la réplica postrera de Verstappen. Sin embargo, el tricampeón mundial tocó el muro camino de Santa Devota (1:10.567), cediendo terreno también frente a Lando Norris y George Russell.

En cinco centésimas

De la tercera a la séptima plaza, el orden se manejó en apenas cinco centésimas. Y Sainz, como un trueno en el último sector, saboreó lo mejor de la tarta (1:10.518). Pese a los habituales devaneos de Ferrari, el madrileño se siente en una posición privilegiada. De su firmeza ante McLaren y Verstappen, dependerá el podio, o incluso el 1-2, rojo.

De momento, la escudería dirigida por Fred Vasseur ya ha cumplido la mitad del trato. Pese a la pericia de Leclerc, cualquier eventualidad podría haber echado abajo el sábado. Aquí hay que medir cuidadosamente la carga de gasolina, porque cada gramo puede traducirse en milésimas. Y elegir el momento de salir al asfalto, en busca del momento idóneo, evitando los líos del tráfico. De inicio, Alex Albon ya se cruzó en el camino de Sainz, mientras Leclerc arrastraba algo en el alerón delantero.

No sólo había que mirar al coche de delante, sino anticiparse a lo que vendría a continuación. A falta de banderas amarillas y siniestros, la Q1 demostró la importancia de este último factor. Ferrari complicó la existencia de Leclerc con una estrategia más bien errática. "Estamos en la peor posición, fuera de fase respecto a los demás", lamentó el monegasco.

El tapón de Alpine

Desde sus asientos en el Paddock Club, cientos de invitados VIP apuraban su cóctel, totalmente ajenos al drama de Aston Martin. Alonso había buscado sitio ralentizando en la Rascasse, antes de lamentar su suerte por radio: "Hay un tráfico horrible". Antes de lanzarse a por el tiempo, en el garaje decidieron un pequeño cambio en el alerón delantero. Todo terminaría afectando para consumar el desastre. Los Alpine, cosas de la fatalidad, se interfirieron en su camino. Incluso con las gomas nuevas, el asturiano no supo encontrar ni el espacio ni la inspiración para completar su vuelta: 18.7, en el primer parcial, 34.0, en el intermedio y 19.1 para cerrar. A 22 centésimas de un Daniel Ricciardo que venía penando desde el viernes.

Aún peor corrieron las cosas para Sergio Pérez, ganador en el Principado hace dos años. El mexicano, antepenúltimo, sólo rodó más rápido que Valtteri Bottas y Guanyu Zhou, ambos con Sauber. Christian Horner, team principal de Red Bull deberá evaluar las causas, aunque no parece tolerable que la distancia entre Pérez y la elite sea cada día mayor.

De hecho, tampoco debería asumirse con tanta naturalidad en Aston Martin que Lance Stroll ni siquiera presentase oposición en la Q2 frente a los Visa Cash de Yuki Tsunoda y Ricciardo. Con su 1:11.563, el hijo del propietario quedó a 34 centésimas del corte, marcado por el Williams de Alex Albon. Hasta ese momento, los favoritos se habían turnado en cabeza con asiduidad desconcertante. Del doblete de Mercedes para abrir la Q1, a una gran vuelta de Lando Norris con la que dominó la segunda criba. Mientras tanto, Verstappen se mantenía a la expectativa.

¿Por qué Verstappen ya no parece intocable?: una victoria por 725 milésimas, el poderío de McLaren y un "casi acabo en la grada"

¿Por qué Verstappen ya no parece intocable?: una victoria por 725 milésimas, el poderío de McLaren y un “casi acabo en la grada”

En la vuelta 24, cuando apenas se había cumplido media hora de carrera, Max Verstappen fue apercibido con una bandera negra y blanca en el Autodromo Enzo e Dino Ferrari. Según los comisarios, el líder de Red Bull había sobrepasado tres veces los límites en la curva 10, por lo que si reincidía sería sancionado con cinco segundos. La salida de Piratella, camino de Acque Minerali, se le venía atragantando desde el viernes, así que no había lugar para bromas. A diferencia de hace un año en Montmeló, cuando nada más escuchar la misma advertencia se puso a pelear por la vuelta rápida, Mad Max tuvo que hacer frente a la amenaza, esta vez sí, con precaución.

Para saber más

Baste el detalle para perfilar una tendencia que se venía esbozando desde finales de marzo -con el triunfo en Melbourne de Carlos Sainz- y que ayer acabó por confirmarse. El arrasador dominio de Verstappen parece cosa del pasado. Incluso después de su quinta victoria en siete carreras, el tricampeón debería andar con mil ojos ante McLaren y Ferrari. Al menos hasta el parón por vacaciones.

En la penúltima vuelta, con la batería del RB20 casi vacía, Gianpiero Lambiase, su ingeniero de pista, tomó la palabra para solventar las urgencias en Imola. Por entonces, Lando Norris se acercaba a tan sólo 1,1 segundos, después de recortar más de seis en los nueve últimos giros. La velocidad del McLaren con los neumáticos duros resultaba algo más que una amenaza para Max.

Pérez, desquiciado

"La goma dura salió de la ventana operativa, así que fue como conducir sobre hielo. Más de una vez, llegando a Tosa, casi acabo en la grada"; admitió Verstappen. Red Bull había montado ese compuesto en la vuelta 43, después de que su líder estableciese un cómodo colchón en torno a los 7,5 segundos. Sergio Pérez, que había partido undécimo, tampoco encontró el truco a los duros. El mexicano, con una estrategia opuesta a la del resto de favoritos, ni siquiera pudo apretar a Lewis Hamilton y George Russell, sexto y séptimo en la meta. En la vuelta 17, una excursión por la grava de Rivazza le costó cinco segundos y un desquiciamiento del que ya no lograría recuperarse.

Según las primeras mediciones, el ritmo del Verstappen durante los últimos 20 giros fue 29 centésimas más lento que el de Norris. Justo a la inversa de lo mostrado con el compuesto medio, con el que dominó al británico por 28 centésimas. En el cómputo global, tras 63 vueltas y 309 kilómetros, el promedio de McLaren fue mejor por 19 milésimas.

De hecho, el monoplaza papaya volvió a evidenciar una extraordinaria velocidad en las curvas rápidas, así que Norris (25.436) y Oscar Piastri (25.463) marcaron la referencia en el primer sector. Verstappen, pese a sus referidos problemas en las inmediaciones de Acque Minerali, dominó el sector central (28.063) y Charles Leclerc fue el más rápido en el último (27.097). Si a estos datos añadimos la eficiencia del MCL24 para cuidar los Pirelli, concluiremos que la escudería de Woking aspira a convertirse en algo más que un animador del campeonato.

725 milésimas

Tras quitarse el casco, Norris lamentaba no haber dispuesto de unos metros más para tirarse a degüello. Zak Brown, team principal, participaba de ese mismo discurso tan lejano a la complacencia. Tras el aviso de Miami, McLaren ansiaba su segunda victoria consecutiva, un hito que no logra desde hace 12 años con Jenson Button y Hamilton. De no haber sido penalizado el sábado con un par de puestos en la parrilla tras obstaculizar a Kevin Magnussen, Piastri habría ocupado, muy probablemente, la plaza de Leclerc en el podio.

La caza de Norris, que había gestionado las gomas con mimo, se estancó a cinco vueltas para la bandera a cuadros. Su postrera embestida sí le permitió activar el DRS en el último giro, pero Verstappen supo negar los espacios. Desde 1980, cuando por primera vez dio cabida a una cita del Mundial, Imola había acogido 31 Grandes Premios de F1. Y ninguno acabó decidiéndose por tan estrecho margen: 725 milésimas.

Había plena justificación, por tanto, para los alaridos de Red Bull en el parque cerrado. Una euforia acorde a las dificultades planteadas y los desafíos venideros. McLaren ha olido la sangre y ya se siente capaz de desafiar al ogro en cualquier terreno. Leclerc, segundo en el Mundial a 48 puntos, necesita también carne fresca, porque en julio se cumplirán dos años de su última victoria en Austria.

Ahora quedan por examinar las próximas actualizaciones aerodinámicas de Red Bull o e temple de Verstappen, que en Imola pudo igualar el registros de tres triunfos consecutivos de Michael Schumacher (2002-2004). Mad Max aún podrá presumir de que ayer, poco antes de las 10 de la mañana, cuando ni siquiera se sabía el ganador de la Fórmula 3, completaba otro relevo en las 24 Horas de Nurburgring, una cita de iRacing. Al volante de un simulador con el que se divertirá durante la gira europea llevó al triunfo al Team Redline. Quizá, a partir de ahora, no debería permitirse tanto tiempo para su hobby.

Verstappen sujeta a Norris en el 'via crucis' de Alonso en Imola

Verstappen sujeta a Norris en el ‘via crucis’ de Alonso en Imola

Tanto cacareo con el ritmo de Ferrari y McLaren en las tandas largas, tantos homenajes a la leyenda de Ayrton Senna, tantas historias de la vieja en Imola, tantos comentarios por sus fallos del viernes en el segundo sector, para otra victoria de Max Verstappen, la quinta tras siete carreras en 2024. Sólo el arrebato postrero de Lando Norris, que recortó seis segundos en las nueve últimas vueltas, dio un toque de distinción al domingo. Poco que llevarse a la boca en el Autodromo Enzo e Dino Ferrari, donde ni siquiera el podio de Charles Leclerc colmó las fantasías de los ferraristas.

Salido de la nada, como una brisa naranja entre el bochorno de los pinos, el ataque de Norris hizo despertar de su letargo a Mad Max. Las 72 centésimas en la meta, uno de los márgenes más estrechos que se recuerdan, hablan mejor de la exponencial progresión de McLaren que del genuino dominio del amo del Mundial. Verstappen mantuvo la calma para gestionar su ventaja en una situación delicada, cierto. Además, se benefició de un trazado donde cada adelantamiento se paga tan caro como el coltán. Pero de una manera u otra siempre se termina saliendo con la suya.

De poco valió el flamear miles de banderas rojas en Imola, porque las actualizaciones aerodinámicas de Ferrari abrieron el cuarto podio del año para Leclerc, aunque quedaron muy lejos de suponer un salto cualitativo. Carlos Sainz, quinto bajo la bandera a cuadros, sólo tuvo una baza ganadora, pero en la lotería del coche de seguridad, tan habitual en Imola, no hubo ni opción para la pedrea.

Piastri, la sombra de Sainz

Desde las profundidades del averno, Fernando Alonso cruzó último la meta tras la retirada de Alex Albon. No por esperado, resultó menos tortuoso el via crucis, aunque Lance Stroll terminaría salvando un noveno puesto, justo por detrás de los Mercedes y Sergio Pérez. Aston Martin, más pendiente de recopilar datos para el futuro que de la propia remontada, tenía que salirse del carril. Partiendo desde el pit-lane, Alonso fue el único de la parrilla, con permiso de Pierre Gasly, que montaría de inicio neumáticos blandos. Entre los favoritos, todos con medios, salvo Pérez, fuera de posición con los duros.

Aun con las lógicas precauciones, Sainz buscó la sorpresa de salida, pero se vio obstaculizado por Norris en la primera curva. Sin margen para los milagros, Leclerc se mantenía a la sombra del británico, mientras Carlos pugnaba por salir del DRS de Oscar Piastri. Dada la imposibilidad de adelantar, cada cual cuidaba con celo su viña.

Alonso ni siquiera se planteó el adelantamiento ante Logan Sargeant y en la séptime vuelta fue llamado a boxes para montar el compuesto duro. A la salida del pit-lane, el freno delantero izquierdo del Aston Martin iba a sufrir un pequeño incendio. De igual modo, Williams refrescó las ruedas de Albon, con error incluido, dado que los mecánicos no ajustaron bien la delantera derecha del tailandés, que bastante hizo con arrastrar su monoplaza de nuevo al garaje. Quien advirtió de que Imola se antojaba un simulacro de Mónaco, con la consabida fila india, no andaba precisamente equivocado.

El 'undercut' de McLaren

Decían los ingenieros que en las simulaciones del viernes, Leclerc había sido más rápido y Norris más regular, lo que a largo plazo menguaba las posibilidades del monegasco para atacar la segunda plaza. Cumplida la vigésima vuelta, Verstappen había aprovechado el aire limpio para alejar seis segundos al McLaren. Ni siquiera le penalizó un salto al vacío en la variante de Acque Minerali.

La potencia del undercut quedó validada por McLaren, que se anticipó a Ferrari. Por lentitud o por convicción, mantuvieron a Leclerc tres vueltas más que Norris y a Sainz, cuatro más que Piastri. En ese impasse, cualquier safety car hubiese cambiado por completo el escenario. Pero los dioses no obraron el milagro y el madrileño cedió la posición a Piastri. Quinto, a seis segundos del australiano, a Sainz se le había acabado la tela que cortar.

Entre bostezos, los tifosi asistían al desfile triunfal de Verstappen, mientras Lewis Hamilton se daba un garbeo por la grava. Un domingo más, Mercedes transitaba por tierra de nadie, aunque el heptacampéon se diese el capricho de rebasar a Pérez en la curva 1.

El trámite de las 33 vueltas con el compuesto duro tampoco iba a ser del gusto de Alonso. El ritmo tan mediocre del AMR24, rozando el 1:23 por vuelta, le equiparaba con los Sauber y Fernando debía dejar paso a Esteban Ocon. Unos metros por delante, Stroll se batía ante Nico Hulkenberg por la décima plaza. Con el termómetro a 27ºC, tras darse de tortazos por una sombra y un refresco, los hinchas locales llegaron al suspiro cuando Leclerc perseguía a Norris en el radar del DRS. Il Predestinato, pasado de revoluciones, erró con los frenos en la Variante Alta. Y ya no volvió a asomar tras el alerón del McLaren.

Verstappen iguala a Senna en Imola y Alonso cae al pozo

Actualizado Sábado, 18 mayo 2024 - 17:30

Qué mejor tributo a Ayrton Senna que igualar uno de sus récords. Tras un fin de semana más bien insulso en Imola, Max Verstappen estableció su octava pole consecutiva (1:14.746) -39ª en el total- como ya hizo el ídolo paulista entre 1988 y 1989. Mientras Sergio Pérez caía de mala manera en la Q2, el líder de Red Bull voló al volante el RB20, dejando con un palmo de narices a los tifosi, que ni siquiera vieron a Ferrari por delante de McLaren. Oscar Piastri, a 74 milésimas de la cabeza, y Lando Norris, a 91, frustraron a Charles Leclerc y Carlos Sainz, cuarto y quinto respectivamente.

"Es muy especial, porque conmemoramos aquí el 30º aniversario de su muerte. Un bonito homenaje", comentó Verstappen nada más quitarse el casco. Su valentía a la hora afrontar las dos primeras variantes (Tamburello y Villeneuve) marcó la diferencia en Imola (236,4 km/h de media) para desdicha de miles de ferraristas. Los fanáticos seguirán añorando aquel trienio maravilloso (2002-2004) comandado por Michael Schumacher y Leclerc aún deberá aguardar otro fin de semana para empatar las 24 poles de Niki Lauda.

Aunque ninguna desgracia pudo equipararse a la de Fernando Alonso, que partirá desde la última línea de la parrilla (o desde el pit-lane) víctima de su nefasto sábado. El feo accidente de la mañana había obligado a Aston Martin a cambiar íntegramente la unidad de potencia del asturiano. Aún con la lógica angustia pudieron recuperar a tiempo el coche, pero un error del bicampeón a la salida de Tamburello terminó por condenar sus ya menguadas aspiraciones. Con 1:16.917 sólo quedó por delante de Logan Sargeant, que ni siquiera pudo marcar un tiempo válido.

Hulkenberg y Tsunoda

A 28ºC, la temperatura más alta del fin de semana, el neumático medio ofrecía un rendimiento casi equiparable al blando, por lo que Ferrari y George Russell se permitieron la licencia de iniciar con él la Q1. No sólo eso, sino que Leclerc, con esa goma ya usada, acabó a sólo 61 milésimas de Verstappen (1:15.762).

Nico Hulkenberg (1:15.841), debutante sobre este asfalto a los 36 años, y Yuki Tsunoda (1:15.894) llevaron la euforia a Haas y Visa Cash RB, colándose en el top-5. Para entender la igualdad reinante, reseñar que los ocho primeros rodaron en un margen de 25 centésimas. Pierre Gasly, al volante del recuperadísimo Alpine, clavó el tiempo de Sainz, también con los medios en su Ferrari.

El asunto volvería a ponerse bravo en la Q2, con Verstappen demostrando que los errores del viernes no habían afectado a su moral (1:15.176). En su pelea con Leclerc volvió a entrometerse el volador Tsunoda (1:15.358), a tres centésimas del monegasco, mientras Sainz bastante hacía con mantener el sexto puesto ante los McLaren.

Aún más doloroso resultó el desenlace para Pérez, medio segundo más lento que Mad Max y expulsado de la fiesta por Daniel Ricciardo. Apenas una centésima, sí, pero por primera vez desde el GP de Singapur 2022, la filial de Red Bull metía sus dos coches en la Q3. "Qué desastre", admitió por radio el mexicano.

Sanción de madrugada para Carlos Sainz, que pasa de la cuarta a la quinta posición

Sanción de madrugada para Carlos Sainz, que pasa de la cuarta a la quinta posición

La FIA hizo esperar un buen rato a Carlos Sainz antes de emitir su veredicto definitivo sobre el incidente ante Oscar Piastri en la curva 17. Poco después de las 02:30 horas, el madrileño recibió la sanción de los comisarios, que le penalizaron con cinco segundos y un punto en el carnet. De este modo, el piloto de Ferrari cae a la quinta posición del GP de Miami, por detrás de Sergio Pérez, aunque 17 centésimas por delante de Lewis Hamilton.

En su escrito, los comisarios consideran a Sainz como "culpable de la colisión". "En el intento de adelantamiento, el coche 55 frenó tarde, no llegó al ápice y perdió la parte trasera, con la colisión resultante. Aunque el coche 81 estaba intentando girar para contrarrestar el intento de adelantamiento dejó espacio suficiente", describen en su texto. "Dadas las circunstancias consideramos que el coche 55 es el principal culpable de la colisión".

El documento 84, firmado por los comisarios Nish Shetty, Andrew Mallalieu, Vitantonio Liuzzi y Dennis Dean, se demoró hasta bien entrada la madrugada peninsular. Los árbitros de la FIA decidieron estudiar el caso con el rigor necesario. Los 10 segundos a Stroll por obstaculizar a Alex Albon y empujarle fuera de los límites en la curva 1 ya se habían anotado con presteza. De igual modo se había apuntado el controvertido caso de Kevin Magnussen, castigado con un drive trough (20 segundos) por una maniobra prohibida durante el periodo de safety car.

"No opino de nacionalidades"

Sainz, en cualquier caso, se sentía estupefacto por lo vivido en Miami. A su juicio, la doble vara de medir resultaba más que evidente. "Me ha sorprendido que Piastri me ha hecho algo muy parecido a lo de Magnussen ayer, que tuvo no sé cuántas penalizaciones. Y hoy no ha caído ninguna", valoró.

Cuando le preguntaron sobre la reunión del viernes entre Fernando Alonso y Mohammed ben Sulayem, presidente de la FIA, y las duras palabras del asturiano, Sainz se mostró bastante más comedido. "No opino de nacionalidades, sino de consistencias e inconsistencias". Minutos más tarde, el propio madrileño admitiría haber cambiado su estilo de pilotaje para adaptarse a la nueva línea de los árbitros.

"Nos han dejado luchar más de lo normal, sin darnos tanto espacio, no sé exactamente por qué. Pero he tomado nota y he hecho exactamente lo mismo que me venían haciendo toda la carrera y he empezado a ser más agresivo", reveló el 55.

Vasseur: "El ritmo estaba ahí"

"Si hubiésemos aguantado otra vuelta más, hoy se podría haber ganado", zanjó Sainz. McLaren había sabido imponer el paso por vuelta más rápido (1:32.128), seguido muy de cerca por Red Bull (69 milésimas) y Ferrari (11 centésimas). Mientras, Norris alzó su primer trofeo de piloto del día en 2024 al recibir el 41% de los votos.

La variedad en el podio, con tres constructores (McLaren, Red Bull, Ferrari) y tres motoristas distintos (Mercedes, Honda, Ferrari), no iba a pasar desapercibida. Como tampoco el primer punto de la temporada para Alpine, en concreto para Esteban Ocon, décimo. "Quizá nos sentimos un poco frustrados, porque el ritmo de carrera lo teníamos ahí", valoró Fred Vasseur, team principal de la Scuderia.