La debacle de Aston Martin y la misteriosa respuesta de Fernando Alonso en Interlagos: "No puedo ser del todo sincero"

La debacle de Aston Martin y la misteriosa respuesta de Fernando Alonso en Interlagos: “No puedo ser del todo sincero”

A lo largo de las últimas semanas, Fernando Alonso no ha dudado en criticar duramente el rendimiento de su Aston Martin, con el que sólo ha sumado 10 puntos en seis carreras. Tras otra decepción en el GP de Sao Paulo, el bicampeón mundial optó por morderse la lengua para no contrariar más a la cúpula directiva de la escudería de Silverstone. "No puedo ser del todo sincero, preo creo que todos nuestros rivales mejoran bastante", explicó sobre la caída de rendimiento del AMR25 a lo largo de este fin de semana en Interlagos.

"Los otros equipos son capaces de ponerlo todo junto y sucederá más de lo mismo en Qatar, donde el viernes será nuestro mejor día", adelantó Alonso, con una mezcla de sarcasmo y resignación. Su decimocuarto puesto en la meta, tras perder la batalla frente a los Racing Bulls, Haas o Williams, le había dejado con un lógico mal sabor de boca. Sobre todo por la caída en picado del rendimiento de su coche, que el viernes había apuntado maneras en el Autódromo José Carlos Pace.

El asturiano finalizó cuarto la única sesión libre (1:10.606), sólo 12 milésimas más lento que Nico Hulkenberg, tercero en la tabla. A última hora del viernes, el asturiano logró la quinta plaza en la shootout de la carrera al sprint. Su crono en la SQ3 (1:09.496) se quedó a 25 centésimas de Lando Norris, autor de la pole. Además, durante la segunda tanda de la sesión llegó a rodar aún más rápido (1:09.330), con un crono que le habría aupado a la segunda plaza en la parrilla.

Tampoco con los duros

Todas esas buenas perspectivas empezaron a torcerse el sábado, cuando Alonso bastante hizo para contener a uno de los Ferrari en la sprint race. Su sexto puesto en la meta, que valía tres puntos, hacía presagiar el acceso a la Q3 en la qualy. No obstante, ese logro volvió a quedar fuera de su alcance. Aston Martin no supo aprovechar los errores de Max Verstappen y Lewis Hamilton, eliminados en la Q1 y la Q2, respectivamente. De hecho, el AMR25 perdió el paso ante cuatro adversarios teóricamente inferiores: Liam Lawson (Racing Bulls), Oliver Bearman (Haas), Pierre Gasly (Alpine) y Nico Hulkenberg (Sauber).

Durante los dos primeros días, el rendimiento del monoplaza verde parecía optimizarse con los neumáticos medios, que ofrecían incluso mejores resultados a una vuelta que los blandos. Estos datos, sin embargo, no convencieron a los estrategas del equipo, que optaron por jugar a contrapié. De inicio, Alonso y Stroll montaron un juego de duros. A ambos les costó gran trabajo poner esas gomas en temperatura, por lo que sufrieron durante las dos relanzadas, tras las salidas de pista de Gabriel Bortoleto y Charles Leclerc.

"Me animé a arriesgar un poco. Si hacíamos lo mismo que los demás, probablemente íbamos a terminar detrás de ellos, así que intentamos algo diferente. No funcionó, pero al menos lo intentamos", admitió Alonso, poco antes de calificar su decimocuarto puesto en la meta como "decepcionante".

Alonso y Stroll, durante el desfile previo a la carrera.

Alonso y Stroll, durante el desfile previo a la carrera.ASTON MARTIN F1

Ese mismo veredicto fue compartido por Lance Stroll, penúltimo en la meta, sólo por delante de Yuki Tsunoda. "El neumático duro tampoco nos funcionó bien, pero al final se debió a la falta de ritmo del coche", concedió el canadiense. Durante la carrera, el hijo del propietario dejó una esclarecedora conversación con Gary Gannon. "¿Qué tal el equilibrio, Lance?", preguntó su ingeniero de pista. "No voy a comentar, realmente no hay nada que decir", replicó el piloto.

Esa frustración también quedó patente a través de la radio de Alonso. "¿Estamos corriendo contra alguien?", preguntó irónicamente el ovetense, en relación a la posición de Carlos Sainz y el ya citado Lawson. "¿Dónde están?", insistió el doble ganador en Le Mans. Tras sumar sólo 10 puntos en las seis últimas carreras, Fernando ha perdido otra plaza en el Mundial, esta vez en favor de Oliver Bearman.

Haas, a sólo dos puntos

En cuanto al Mundial de Constructores, el panorama se sigue oscureciendo para Aston Martin, cuyo séptimo puesto peligra frente a Haas, que ya sólo cuenta con una mínima desventaja (72-70). Durante las dos últimas carrearas, el equipo dirigido por Ayao Komatsu ha sumado 22 puntos, frente a sólo tres de la escudería británica.

Desde hace semanas atrás, todos los esfuerzos en la fábrica de Silverstone se han centrado en el Mundial 2026. En cualquier caso, las tres citas restantes (Las Vegas, Qatar y Abu Dhabi) podrían dejar aún más tocado a Mike Krack, responsable de operaciones en pista. "Sabíamos que hoy no sería fácil y nos faltó ritmo para luchar por los puntos. Intentamos una estrategia diferente, con tandas iniciales largas con neumáticos duros, pero no tuvimos la velocidad necesaria", resumió el luxemburgués, uno de los más molestos por los ácidos comentarios de Alonso.

Norris da un golpe al Mundial y Verstappen se queda a medias en Interlagos

Norris da un golpe al Mundial y Verstappen se queda a medias en Interlagos

Lo hizo como si nada, como si no exorcizase tantos demonios de un plumazo. Lando Norris abrochó en Interlagos su séptima victoria del año, segunda consecutiva, que le afianza en el liderato del Mundial, donde ahora cuenta con 24 puntos sobre Oscar Piastri, quinto en la meta. Tan sustancial como esa ventaja son los 49 frente a Max Verstappen, tercero en el podio. El holandés, que había partido desde el pit-lane, bastante hizo durante 70 vueltas, aunque en la última no pudiese quitarse de encima a Andrea Kimi Antonelli.

Fue otro domingo fabuloso para Norris y nefasto para Piastri, el yin y el yang en McLaren. Mientras el británico navegaba en cabeza sin que las turbulencias entorpeciesen su camino, el australiano penaba por detrás, arrastrando una penalización de 10 segundos por una fea maniobra frente a Antonelli. Ajeno a cualquier trifulca, obcecado en su misión, Verstappen hizo todo lo que estaba en su mano, forzando maniobras que sólo él borda con esa suavidad. No obstante, se marcha de Sao Paulo sabedor de que el sueño del quinto título se esfuma.

Red Bull quiso romper el régimen de parque cerrado en el RB21 de Mad Max, introduciendo con cambios en el motor y en la configuración aerodinámica. Sin margen para el error, en una situación desesperada, el heptacampeón se vio impelido otra gesta como la de 2024, desde la decimoséptima plaza en la parrilla hasta la victoria en la meta. No pudo repetirla, pero bien mereció la pena el espectáculo.

Gran maniobra ante Russell

La superioridad de Norris quedó de manifiesto en un momento crítico. Fue en la vuelta 33, cuando tras su primer pit-stop, una traviesa secuencia de carrera le había colocado por detrás del holandés, su ogro de cabecera. En ese instante crucial, Lando ejecutó un impecable adelantamiento con DRS en la recta de meta. Antes había rodado 20 vueltas con los blandos, sin mayor novedad. Su ritmo se antojaba imposible para los Mercedes.

En su febril cabalgada, Verstappen llegó a liderar provisionalmente la prueba, poco después de que en la vuelta 51, Norris apurase su segunda y última parada. También obsequió al respetable con un soberbio adelantamiento sobre George Russell, una de sus víctimas predilectas, a ocho giros para la bandera a cuadros. Su conmovedora entrega, su descomunal talento, contrastaban con lo sucedido en el otro garaje de Red Bull. Después de un toque con Lance Stroll en el tramo inicial, Yuki Tsunoda recibió 10 segundos. Y como el japonés no supo cumplir correctamente el castigo, los comisarios debieron doblárselo.

Los incidentes se sucedieron desde el arranque, para tormento de Ferrari. Lewis Hamilton se rozó con Tsunoda antes de destrozar su alerón trasero contra el Alpine de Franco Colapinto. El único alivio para el heptacampeón fue que antes de cerrarse esa primera vuelta, Gabriel Bortoleto tampoco midió ante Stroll, forzando el primer safety car de la tarde. Al pisar la grava, el ídolo local había perdido el control de su Sauber en la curva 10.

La reanudación no arredró los ánimos, más bien a la inversa. Desde la cuarta plaza, obligado por las circunstancias, Piastri se jugó un cara o cruz ante el rookie de Mercedes. Por el interior de la curva 1, en una vertiginosa bajada, el australiano forzó en exceso, desplazando al Mercedes, que se llevaría por delante a Charles Leclerc. Abandono forzoso para Il Predestinato, el segundo de la temporada. El doble cero deja a la Scuderia en cuarta posición del Mundial, ya por detrás de Red Bull.

Entre tantas calamidades, antes de que se decretara el virtual safety car, Verstappen iba a toparse con restos de fibra de carbono. Tras arreglar el pinchazo en la rueda delantera izquierda, el líder de Red Bull se reincorporaba decimoctavo. Al menos así pudo deshacerse de unos neumáticos duros muy lejos de su rendimiento óptimo.

Decimotercero y decimocuarto

De ello daban fe en Aston Martin, el único equipo que seguía apostando por entonces por las gomas blancas. En la segunda relanzada, Fernando Alonso perdió el sitio frente a Alex Albon, muestra de que no se encontraba cómodo. Cuando le dijeron por radio que deslizaba en la curva 12, el asturiano replicó con un grito: "¡Sí, sí. Podéis cambiar algo más!".

Ese primer tercio de carrera no resultó tampoco propicio para Carlos Sainz. Enzarzado con Hamilton, con el alerón trasero tocado, el madrileño entró en boxes en la vuelta 18, pero un fallo en la rueda delantera derecha hizo que el pit-stop se eternizase durante 5,2 segundos. La pelea por los puntos debía resolverse frente a los Racing Bulls y Pierre Gasly, más competitivo que de costumbre. Sin embargo, Carlos no pudo reponerse a tantas adversidades y finalizó decimotercero.

Mucho antes de lo esperado, en la vuelta 29, debió entrar Alonso para prescindir de los duros, aunque consciente de las penurias de lo que por radio le habían definido como Plan B. No había material suficiente para competir dignamente contra Liam Lawson. La degradación en las gomas era mayor de la esperada. El AMR-25 se diluyó tanto que incluso parecía un Alpine. Así que Alonso acabó decimocuarto y Stroll decimosexto, sólo por delante de Tsunoda.

Fernando Alonso saca el dedo a Aston Martin y señala a la FIA por "mirar para otro lado"

Fernando Alonso saca el dedo a Aston Martin y señala a la FIA por “mirar para otro lado”

El cuarto abandono consecutivo de Fernando Alonso en México llegó tras un misterioso silencio en la radio de Aston Martin. El bicampeón había desconectado el canal de las comunicaciones con sus ingenieros tras un pésimo pit-stop de 7,1 segundos, saludado con un irónico gesto con el pulgar hacia uno de los mecánicos. Tras ceder la posición frente a Lance Stroll, el asturiano optó en la vuelta 34 por la retirada. La quinta de otro Mundial para el olvido.

Mike Krack, jefe de operaciones en pista, habló de un "posible problema con los frenos" del AMR-25. Esa tesis fue validada por el propio Fernando, sin opciones ya de ampliar su paupérrimo bagaje en el Autódromo Hermanos Rodríguez, donde sólo ha sumado tres puntos en nueve participaciones. "Llevábamos manejando la temperatura de los frenos unas 15 vueltas, intentando cambiar el reparto de frenada. Pero sí, había mucho tráfico y no teníamos bastante refrigeración", admitió el español.

Dudas aparte, lo indiscutible es que pese a la imposibilidad de escuchar las conversaciones, nadie de Aston Martin aguardaba en el pit lane cuando Alonso llegó con su monoplaza. Un triste colofón para este fin de semana que se suma a otras cuatro decepciones repartidas a lo largo del Mundial. En Albert Park fue un accidente tras pisar la grava; en Shanghai, un problema con los frenos; en Mónaco, una avería en el motor y en Monza, un contratiempo con las suspensiones.

Amenaza de Haas

A este revés hay que añadir el difícil domingo de Stroll, decimocuarto en la meta, sólo por delante de los Alpine de Pierre Gasly y Franco Colapinto. El canadiense no sólo fue ralentizado por un pit-stop de 4,1 segundos, sino que también sufrió diversos achaques en su motor Mercedes. El remate a otra paupérrima actuación de Aston Martin, que jamás ha puntuado con sus coches tras cuatro carreras en México.

Por si fuera poco, este doble cero coincide con la fantástica actuación de Oliver Bearman, cuarto bajo la bandera a cuadros. El rookie británico igualó de este modo el mejor resultado del equipo estadounidense, igualando lo conseguido por Romain Grosjean en el GP de Austria 2018. Con 14 puntos de una tacada, Haas reduce distancias frente a Aston Martin en el Mundial de Constructores, donde se encuentra ahora a siete puntos.

El séptimo puesto en la tabla también peligra, por mucho que los jefes de Silverstone intenten mantener la compostura. Según los datos del ritmo de carrera, el AMR25 volvió a perder en México la batalla ante Sauber y sólo fue más rápido que los Racing Bulls y los Alpine. En las cuatro citas restantes de 2025, los ingenieros ya han depositado sus esperanzas en Brasil (9 de noviembre) y Qatar (30 de noviembre).

En cualquier caso, Alonso no se muestra precisamente optimista con lo que resta de campeonato. Especialmente tras lo que considera errores de la Federación Internacional (FIA), a quien acusa directamente de "mirar hacia otro lado" a la hora de imponer ciertos castigos.

Esa suponía la principal frustración del español tras la salida en México. "La gente no hace el circuito, se va por fuera, gana tres o cuatro posiciones y la FIA mira para otro lado", subrayó Alonso, en referencia a lo sucedido en la primera vuelta. A pesar de que llegó a rodar duodécimo, en sólo unos metros había sido rebasado por cuatro coches, que no recibieron penalización alguna por parte de los comisarios.

El esfuerzo del doble ganador en Le Mans no sirvió "de nada" porque "la gente se saltó las tres primeras curvas". A partir de ese caos, el único destello que pudo permitirse fue un doble adelantamiento ante Liam Lawson y Gasly.

Lando Norris resurge con un colosal triunfo en México y asume el mando del Mundial

Lando Norris resurge con un colosal triunfo en México y asume el mando del Mundial

Fue un triunfo para que nadie olvide lo rápido que sigue siendo McLaren. Una advertencia de Lando Norris, nuevo líder del Mundial, por si alguien en Red Bull se da por aludido. Porque ni siquiera Max Verstappen pudo objetar una palabra en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Más bien hubo de sentirse feliz por ocupar la última plaza del podio tras Charles Leclerc. Nadie discutió la sexta victoria de Norris en 2025, la primera tras las vacaciones, que le catapulta en las casas de apuestas para proclamarse campeón.

De nada le sirvió a Mad Max el esfuerzo postrero frente al Ferrari en las dos zonas de DRS. El virtual safety car provocado por el abandono de Carlos Sainz en la penúltima vuelta supuso el mejor salvavidas para Il Predestinato. De igual modo, Oscar Piastri tampoco encontró un triste resquicio frente a Oliver Bearman. Con esa quinta plaza en la meta, el australiano cerraba otro deplorable fin de semana, impropio de un aspirante a campeón. Por mucho que se haya ganado fama en el paddock por su cerebral estilo, aún debe revisar muchas carreras de Alain Prost para cumplir con la Historia.

Tras tantos sinsabores, Norris se ve ahora en cabeza, con un mísero punto de ventaja, pero con la moral por las nubes. En un domingo donde no se admitían titubeos, se comportó como un true racer. Y es que hubo tiempo de sobra en los 900 metros hasta la primera curva para que Ferrari organizase un buen barullo. No se aclararon Leclerc y Hamilton para ver quién tenía prioridad en el ataque a Norris, así que terminaron arrastrando a Verstappen hacia el bordillo. Fuera de sitio, bastante hizo el holandés regresando a pista con los huesos en su sitio. Había rebasado pícaramente a George Russell, pero aunque los comisarios anotaron el incidente ya no devolvería la posición al británico.

Sustos por el 'graining'

En la sexta vuelta, el tetracampeón empezó a reeditar sus viejas disputas con Hamilton. Tras una primera maniobra no pudo respetar la chicane, así que tuvo que ceder otra vez la plaza. También ante Bearman, que había arrancado como una flecha, recuperando cinco posiciones con el Haas. Dos giros más tarde, Verstappen y Hamilton llevaron la agresividad al límite en esa misma curva 4. Rueda con rueda, con mucho que perder para el holandés, desesperado por recuperar terreno frente a Norris y Leclerc.

La investigación de los comisarios, sin embargo, se tradujo en 10 segundos de penalización para Hamilton por ganar ventaja fuera de los límites de pista. Un alivio para Piastri, enfrascado con Yuki Tsunoda, que cumplía algo parecido a un rol de escudero. No le salían sin embargo las cuentas al australiano. El liderato del Mundial había pasado ya a manos de Norris, que se deslizaba sobre un asfalto a 52ºC, con aire limpio para su alerón delantero, construyendo una confortable ventaja frente a Leclerc.

El graining, tan habitual en este trazado, empezó a hacerse notar en los neumáticos antes de lo previsto. Ese desgaste podía dar lugar a engaño, porque una semana más, la mejor estrategia posible para los Pirelli era a una sola parada. En la vuelta 21, Aston Martin mostró por enésima vez su desesperante torpeza en el pit-stop, con una parada de 7,1 segundos para Alonso. Algo se atascó en la rueda delantera izquierda y el asturiano, más que harto, elevó el pulgar a su mecánico. No se podía ser más cáustico.

Una muesca más para su aciaga historia con el Autódromo Hermanos Rodríguez. De salida había superado incluso a Carlos Sainz, desde la decimocuarta a la decimosegunda plaza, justo antes de que se formase un monumental lío en la curva 2. "Es muy injusto que esté en esta posición por haber hecho las curvas. Haced algo", reclamó a los responsables de su equipo. No encontraba consuelo Fernando, que incluso se llevó un buen zarandeo con la rueda trasera derecha de Esteban Ocon. Justo antes de que se alcanzase el ecuador, cuando le pidieron ceder el sitio a Lance Stroll, el asturiano optó por arrojar la toalla. Su cuarto abandono consecutivo en tierras mexicanas se precipitó, al parecer, por un contratiempo en los frenos.

"Nada funciona"

El espectacular ambiente del Foro Sol, que convierte esta carreras en una de las más especiales del Mundial, no debe servir como excusa para esconder lo sucedido con Liam Lawson. Antes de su abandono en la cuarta vuelta, el piloto de Racing Bulls se vio sorprendido por dos operarios que atravesaban el asfalto presos del pánico. Por otros motivos aún más evidentes se escuchaba a Verstappen por la radio. "Nada funciona", lamentaba el líder de Red Bull, sin agarre en las curvas.

El paso por boxes tampoco resultó propicio para Sainz, que había cambiado los medios por un juego de blandos. Se notaba en el Williams un infernal traqueteo y Carlos superó el límite de velocidad por el pit-lane. Cinco segundos de sanción con una estrategia a dos paradas para salvar el honor de la escudería de Grove. Poco podía arañar el madrileño, aunque pudo dejar un bonito adelantamiento ante el Sauber de Gabriel Bortoleto.

Como no habían solventado el problema, durante su segundo paso por boxes volvió a fallar el limitador del FW47, por lo que Sainz tuvo que cumplir un drive through. El preludio de su ya citado adiós, que tanto debieron agradecer Leclerc y Bearman, sus ex compañeros en Ferrari.

Norris minimiza a Verstappen con una gran 'pole' en México

Norris minimiza a Verstappen con una gran ‘pole’ en México

Desde la sesión matinal, la última de entrenamientos libres, los márgenes entre los favoritos se cifraban en milésimas, pero a la hora de la verdad Lando Norris hizo trizas a sus rivales en México. El británico tiñó de púrpura los tres sectores del Autódromo Hermanos Rodríguez (1:15.586), con 26 centésimas sobre Charles Leclerc y 35 sobre Lewis Hamilton. Su quinta pole del año, la primera desde finales de julio en Spa, supone una bombona de oxígeno frente a Max Verstappen, que partirá quinto, y evidencia su actual superioridad frente a Oscar Piastri. El líder del Mundial, con el octavo tiempo, partirá séptimo por la sanción a Carlos Sainz.

"No sé ni cómo lo hice", admitió Norris a través de la radio, con la euforia del momento. No quería conocer más detalles por parte de su ingeniero, consciente de que ya había hecho lo más difícil. El fin de semana se presenta más que propicio para Lando. En las cinco últimas citas, el más rápido de la qualy convirtió su pole en victoria el domingo. Una constante en este Mundial, donde este orden sólo se quebró en siete de las 19 carreras previas.

Dejando a un lado las sensaciones, atendiendo al puro rendimiento, la gran amenaza para Norris debería llegar desde Ferrari. Justo un año después de la victoria de Sainz, con pole incluida sobre este asfalto, Leclerc y Hamilton apurarán sus bazas desde la salida. No sólo se trata de aprovechar el rebufo en la recta interminable, sino de mantener un ritmo de crucero en busca de un triunfo con el que maquillar tantos desastres acumulados.

32-0 a Stroll

Quien quiera riesgos deberá subir por los arcenes, atacar los vértices o desafiar el sobreviraje como le sucedió bien pronto a Verstappen. Un latigazo en la curva 9 para no bajar la guardia. Incluso en los virajes de alta velocidad, donde mejor debía sentir su coche, el tetracampeón debía mantenerse alerta. En la Q3 ni siquiera pudo acercarse a Norris, 48 centésimas más rápido.

Tampoco pudo permitirse un respiro Fernando Alonso, obligado por lo sucedido durante la sesión matinal, cuando sólo pudo rodar 12 vueltas por la mañana, víctima de un contratiempo en la suspensión delantera. De modo que el bicampeón tuvo que estrenar una especificación en la Q1, donde la competencia ya se intuía feroz para un monoplaza tan endeble como el suyo.

Pudo solventar Fernando ese trance, con un intento postrero dos milésimas más rápido que Yuki Tsunoda y 19 mejor que Nico Hulkenberg. Si por arriba sorprendía la velocidad de Isack Hadjar, por los bajos fondos volvían a perderse los Alpine y Lance Stroll, cuyo balance los sábados frente a Alonso se amplía a 0-32.

Albon, fuera en la Q1

No quedaba más fuelle dentro del AMR25, así que el asturiano nada pudo inventar en esta ocasión. Alguna energía fluye por esta pista, donde acumula cinco abandononos tras ocho participaciones, que no sienta bien a Fernando, decimocuarto en la parrilla.

El temprano adiós de Alex Albon perfiló también las últimas tendencias dentro de Williams, donde el británico ha perdido fuelle frente a Sainz, que saldrá decimosegundo. Aun arrastrando una leonina penalización de cinco plazas en la parrilla, el madrileño dio la cara, cerrando la Q2 a sólo dos milésimas del crono de Verstappen. Un pestañeo más rápido que Leclerc y Piastri, obligado a apurar sus balas para salvarse de la quema.

Sin embargo, el líder del Mundial nunca lograba acercarse a los cronos de Norris. Noveno, tercero y sexto en las tres últimas sesiones de los sábados, Piastri volvió a parecer superado por las circunstancias.

Verstappen arrasa en Austin y pone de los nervios a McLaren

Verstappen arrasa en Austin y pone de los nervios a McLaren

Se presentó en Austin a 55 puntos del liderato y pone rumbo a México a sólo 40, con la mirada inyectada en sangre, cada vez más convencido de que puede obrar el milagro. Max Verstappen venció con autoridad en Austin por delante de Lando Norris y Charles Leclerc, reducidos a comparsas, enfrascados en su particular duelo, definido más por sus carencias que por sus virtudes. No hubo modo de acercarse al tetracampeón, que enlaza tres victorias en las cuatro últimas carreras para pánico de Oscar Piastri. El líder del Mundial, quinto en la meta, se limitó a pasar desapercibido y a sacar la calculadora hasta cruzar quinto la meta.

Siempre lo hace parecer sencillo, pero baste recordar la suerte que corrieron los tres anteriores polesitters en el Circuito de las Américas, donde Norris acabó cuarto el año pasado, Leclerc fue descalificado en 2023 y Sainz tuvo que abandonar en 2022. Ajeno a estas contingencias, Verstappen lideró de punta a punta, con vuelta rápida abrochó ayer su séptimo grand chelem, superando ya a Lewis Hamilton y a sólo uno del récord de Jim Clark.

En el momento en que retiraron las mantas del Ferrari, dejando al aire los neumáticos de Leclerc, el panorama se despejó aún más para Mad Max. La única prioridad del holandés era doblar la primera curva en cabeza, un logro en apariencia sencillo, pero que ningún autor de la pole había llevado a término desde 2019. A partir de ese momento, sólo debía apretar a fondo para cimentar su ventaja. A partir de ahí, calcar la estrategia de Norris en boxes.

Abandono de Sainz

Verstappen cumplió con creces su cometido, favorecido además por la elección de Leclerc, ganador el año pasado en esta pista. Con los blandos, el monegasco había prendido de inicio sus fuegos artificiales, superando incluso a Norris, obstaculizando de este modo cualquier intento del británico. De sobra sabía Max que no podían permitirse ciertas licencias en McLaren, con Piastri atascado en la quinta plaza, por delante de George Russell.

Durante el primer tercio de carrera, las únicas noticias de McLaren llegaron a través de las advertencias de los comisarios por los track limits. Hasta que en la vuelta 20 enseñaron una bandera blanca y negra a Norris. Si volvía a rebasar alguna línea blanca con las cuatro ruedas sería penalizado con cinco segundos. Por entonces, Lando parecía desesperado a la estela de Leclerc, a quien sólo pudo superar traccionando en la curva 11. Sin gomas, Leclerc suponía otra presa fácil para Lewis Hamilton. Sin embargo, en lugar de cederle paso, los Ferrari se jugaron el pellejo en una absurda pugna, previa al paso por boxes de Charles.

La inercia positiva, reforzada con su podio del sábado en la sprint race, le duró apenas seis vueltas a Sainz. Las prisas fueron malas consejeras para el madrileño, que obsequió al respetable con una fantástica maniobra ante Oliver Bearman en la curva 12, pero que no anduvo tan fino frente a Andrea Kimi Antonelli. Se empeñó Carlos en meter el morro en el interior de la curva 19 y se topó con el Mercedes. Con tan mal fario que el impacto le forzó a la retirada, mientras el italiano marcaba la vuelta rápida rodando penúltimo, sólo tras Alex Albon, que también había chocado con Gabriel Bortoleto.

Sainz, frente a Antonelli, el domingo en Austin.

Sainz, frente a Antonelli, el domingo en Austin.AFP

Mientras tanto, Alonso controlaba los bostezos en la décima plaza, a mitad de camino entre Nico Hulkenberg y Liam Lawson. No daba para más el AMR-25, el octavo coche de la parrilla, así que ese punto debería incluso considerarse como bueno en Aston Martin.

En la vuelta 32, Norris se pasó de frenada en el pit-stop, bloqueando a su llegada al cajetín. Las operaciones de los mecánicos se alargaron 3,8 segundos, un retraso que le obligaba a ceder otra vez la segunda plaza a Leclerc. Por descontado, Verstappen pidió de inmediato su turno y los mecánicos de Red Bull cumplieron con solvencia (2,6 segundos). A partir de ese momento su única preocupación sería redondear el grand chelem, completado gracias al pit-stop de Russell, que le permitía liderar las 56 vueltas.

Norris, por el contrario, debía remar contra corriente, sin abusar en las trazadas, alejándose lo más posible de los bordillos. "No tengo agarre cuando me acerco", lamentaba, en referencia al mal endémico del MCL-39 con aire sucio. Se percibía su desesperación a través de la radio, pero él aguardó su momento. A cinco giros del final, Lando reconquistó la segunda plaza con una bonita maniobra en la curva 12. Muchos metros por detrás, Piastri jamás inquietó a Hamilton. Más que satisfecho con mantenerse lejos del alcance de Russell, el australiano pensó que ese quinto puesto podría valer también un título.

Verstappen estrecha el cerco sobre McLaren con otra 'pole' en Austin

Verstappen estrecha el cerco sobre McLaren con otra ‘pole’ en Austin

Hizo la séptimo pole del año con un solo intento, porque Red Bull le sacó a pista con retraso y no tuvo tiempo de cruzar la meta con el semáforo en verde. Max Verstappen se bastó con poco en Austin para dominar a una inoperante McLaren, que sólo pudo colocar segundo a Lando Norris y sexto a Oscar Piastri. De este modo marcó la 47ª pole de su carrera (1:32.510), una más de las que firmó Ayrton Senna con la escudería de Woking, cerrando un sábado redondo en el Circuito de las Américas. Tras la victoria en la sprint race, ha reducido su déficit respecto al líder del Mundial hasta los 55 puntos.

"No se trata de creer en la remontada. Sólo me lo tomo carrera a carrera, intentando hacerlo lo mejor que puedo", había argumentado el tetracampeón tras su triunfo en la carrera corta. No es que domine el escenario, sino que también esparce ácidos comentarios sobre sus jóvenes rivales. Verstappen ha cifrado en un 50% sus opciones de un quinto título en 2025. O lo gana o no lo gana. Y ese sarcasmo debe de escocer cada día más en McLaren.

Tras su calamitoso error de la mañana, que provocó el doble cero en su equipo, Piastri volvió a mostrarse vulnerable en la Q3. Noveno en Bakú y tercero en Singapur, el australiano ni siquiera pudo presentar esta vez una digna batalla. A casi medio segundo de Verstappen, por detrás de Charles Leclerc, George Russell y Lewis Hamilton, tercero, cuatro y quinto, respectivamente. Tampoco anda para presumir Norris, que en su segundo intento se quedó a 29 centésimas de la pole.

Bandera roja por Hadjar

Esa diferencia es la segunda mayor registrada jamás en el Circuito de las Américas, sólo por detrás de la lograda por Nico Rosberg en 2014 con Mercedes. Red Bull ha recuperado prestaciones mientras las dudas empiezan a sobrevolar por McLaren. El 31 de agosto, tras su victoria en Zandvoort, Piastri aventajaba en 104 puntos a Verstappen. De aquella velocidad del MCL39, undécimo y decimosegundo en la Q1, queda ahora un vago recuerdo.

Se medían 48ºC sobre el asfalto y soplaba ese viento tan molesto por Texas. No se habían cumplido 15 segundos cuando Isack Hadjar perdió el coche en las tres curvas enlazadas, entre la 3 y la 6. A bordo del Racing Bulls, el francés se venía perfilando como un candidato para la Q3, así que su ausencia suponía una buena noticia para los españoles. Sin embargo, Carlos Sainz y Fernando Alonso no debieron emplearse a fondo para cumplir con su tarea.

El madrileño partirá noveno, justo por delante del bicampeón. Ambos logros parecen acordes con las expectativas de sus equipos. Williams ya cumplió para todo el fin de semana con el podio de Carlos en la sprint race, mientras Aston Martin dice ser, por boca de Alonso, el octavo coche de la parrilla. Un monoplaza con el que Lance Stroll volvió a caer en la Q1 por el mismo motivo que Alex Albon, que superó los límites en la curva 15 y tuvo que ceder su puesto a Franco Colapinto.

Norris reedita su trauma ante Verstappen y Alonso se rebela ante los errores en Marina Bay

Norris reedita su trauma ante Verstappen y Alonso se rebela ante los errores en Marina Bay

Hubo abrazos en el muro de McLaren para festejar su décimo título en el Mundial de Constructores. Hubo euforia en Mercedes por el segundo triunfo del año para George Russell, que dominó de punta a punta, sin que nadie le inquietase. Hubo razones para la satisfacción en Red Bull por la segunda posición de Max Verstappen, que sigue sin ganar en Marina Bay. Sobraron las escenas de alegría, genuina o impostada, en la sofocante noche de Singapur, pero Lando Norris subió otra vez al podio con su tormento a cuestas. Intentaba ofrecer la mejor de sus sonrisas el joven aspirante al título, mermado desde el viernes por algún tipo de dolencia. Admitió Norris tener coche para más, pero ni siquiera pudo asomar la patita ante Mad Max. Oscar Piastri, cuarto en la meta, aún cuenta con 22 puntos de ventaja en el Mundial.

Norris había tomado la salida con los ojos inyectados en sangre. Fue un impacto ligero, casi imperceptible a primera vista, aunque sobre él se construyó toda una narrativa. Lando llegó al vértice de la curva 3 casi sin margen ante el alerón trasero de Verstappen. Su volantazo hizo mella en Piastri, que se salvó de milagro del impacto contra las protecciones. "Controla lo que puedas controlar", aconsejaron por radio al líder del Mundial, atónito ante esa libre interpretación de las famosas papaya rules. Los comisarios anotaron el incidente y ahí acabó su intervención en los hechos.

A partir de entonces, Norris debía andar con tiento con el alerón delantero, ya que su parte izquierda había quedado ligeramente desviada. Aún peor tuvo que resultar el paso de los minutos para Piastri, rumiando su enfado. "Lo revisaremos después de la carrera", insistieron al australiano. A la estela de Verstappen, McLaren se sentía vulnerable, encajonado en ese aire sucio que tan mal le sienta a su monoplaza. Una situación bastante apurada, nada que ver con la exhibición de Norris allí mismo hace justo un año. La confirmación de que Verstappen les seguirá incordiando hasta el último aliento.

'Pit-stop' de 9,2 segundos

Russell lideraba sin oposición, ajeno a la guerra de nervios desatada entre Red Bull y McLaren. Hubo un mensaje previo por radio a modo de farol. Incluso una farsa de los mecánicos de Woking en el pit-lane. Ni por esas Verstappen mordería el cebo, así que hubo que esperar a la vuelta 20 para su parada en la que prescindió de los blandos en favor de los duros. Fue el momento idóneo, porque Mad Max se reincorporó séptimo, justo por delante de Alonso, que comandaba el pelotón de la zona media.

El asturiano llevaba lidiando desde la salida con Isack Hadjar, a quien logró quitarse de encima en la tercera vuelta. Desde entonces, todo transcurría sin mayor novedad en el AMR-25, que incluso mostraba cierta velocidad en el primer sector. Mientras los ingenieros pedían a Lance Stroll gestionar su neumático con el lift and coast, Alonso debía sentirse satisfecho por haber ganado dos posiciones.

Los estrategas de Andy Cowell retrasaron su pit-stop hasta la vuelta 28, con la remota esperanza de un safety car. Lejos de cumplirse sus deseos, el paso por boxes se zanjó con un calamitoso error de los mecánicos, cifrado en 9,2 segundos. Alonso perdía el sitio frente a Oliver Bearman, Alex Albon y Hadjar.

Había que alcanzar la meta con ese juego de medios, mientras su ingeniero iba descontando el número de vueltas a cada paso por la meta. "Como sigas así voy a desconectar la radio", advirtió Fernando, enfangado en la zona de nadie. Lastrado por un percance en el motor que le hacía perder casi cuatro décimas por vuelta, Hadjar se empleó al máximo antes de entregar su posición al bicampeón mundial. "Trofeo para el héroe de la carrera", ironizó Alonso, octavo en la meta gracias a su coraje, recompensado con el galardón de Piloto del Día y promocionado a la séptima plaza tras una sanción a Lewis Hamilton.

Un punto para Sainz

El nivel de hartazgo del español bien podría compartirlo Piastri, otra vez perjudicado por sus mecánicos, que se demoraron 5,2 segundos en el pit-stop. En la tórrida noche en Singapur el líder del Mundial tuvo que hacer gala de su célebre sangre fría. Con la calculadora en la mano, atascado entre un tráfico infernal, vio de lejos el duelo entre Norris y Verstappen. Durante 16 vueltas, el aspirante quiso apretar al tetracampeón. Aunque no le hizo ni cosquillas.

Sainz, con el FW45, el domingo en Marina Bay.

Sainz, con el FW45, el domingo en Marina Bay.WILLIAMS F1

Sufría el holandés en cada rincón de la pista, aferrándose a cualquier recurso a su alcance, protegiéndose en las cuatro zonas de DRS frente a Norris, infiltrándose en las refriegas de los doblados. Por allí lo vieron pasar Franco Colapinto, Gabriel Bortoleto, Pierre Gasly y Esteban Ocon, mientras Norris iba desesperándose. El británico, al menos, logró mantenerse fuera del alcance de Piastri. Tras recortar estos tres puntos, ahora queda a 22 del líder.

Mantener la paciencia resultó también tarea de titanes para Carlos Sainz, que partía decimoctavo desde la parrilla y aguantó un relevo de 52 vueltas. En Williams fantaseaban con un safety car, que sólo había faltado a su cita en una de las 15 carreras previas en Marina Bay. A falta de 17 giros para la meta, asomaron las banderas amarillas por un trompo de Nico Hulkenberg en la curva 7. Como el asunto no fue a mayores, Sainz agachó otra vez la cabeza y esperó su momento. La oportunidad llegaría en la vuelta 60, cuando se quitó de encima a Hadjar para capturar el último punto en juego.

Carlos Sainz y Alex Albon, descalificados por una irregularidad en el alerón trasero

Carlos Sainz y Alex Albon, descalificados por una irregularidad en el alerón trasero

Menos de dos semanas de su podio en Bakú, Carlos Sainz volvió a probar el lado amargo de la Fórmula 1, que ya le venía acompañando durante sus 16 primeras carreras con Williams. Sólo un par de horas después del final de la sesión clasificatoria en Marina Bay, los dos coches de la escudería británica fueron descalificados por la FIA, por culpa de una irregularidad en el alerón trasero.

Durante la pertinente revisión del alerón del DRS, los comisarios encontraron que los dos monoplazas de Williams superaban el límite máximo de 85 milímetros a ambos lados del área exterior de dicho ala. Dado que este tipo de infracciones no suelen admitir ningún tipo de interpretación por parte de la FIA, ambos fueron excluidos de sesión del sábado.

De este modo, Sainz partirá decimonoveno mientras Alex Albon ocupará el último puesto de la parrilla. Un funesto epílogo a una jornada ya de por sí bastante gris sobre el asfalto. Pese a algunas mejoras apuntadas el viernes, el piloto madrileño había caído eliminado en la Q2, ocupando la decimotercera plaza, justo por detrás de su compañero.

Pésima racha en Marina Bay

Nada más conocerse la penalización, James Vowles, team principal de Williams, emitió un comunicado donde calificaba lo sucedido como "tremendamente decepcionante" para el equipo. "Estamos investigando de forma urgente lo sucedido. En ningún momento buscábamos una ventaja de rendimiento y los alerones traseros habían superado anteriormente nuestras propias revisiones. Sin embargo, sólo hay una medición que importa y aceptamos totalmente el dictamen de la FIA", expresó el ex colaborador de Toto Wolff en Mercedes.

"Cada vez que instalamos un alerón con mayor carga aerodinámica parecemos un poco menos competitivos", advirtió Sainz el jueves, antes de tomar asiento en el FW45. Después de tres carreras consecutivas en los puntos, el panorama se oscurece para la escudería de Grove, que no logró colar ningún coche en el top-10 en sus cinco últimas participaciones en Marina Bay. De hecho, su último piloto en puntuar allí fue Lance Stroll, octavo clasificado en 2017.

La quinta posición en el Mundial de Constructores, con 29 puntos de ventaja sobre Racing Bulls, otorga a Williams cierta tranquilidad para tomar decisiones en este tramo final de Mundial. En cualquier caso, lo más probable es que en la actual coyuntura decida romper el parc fermé, para realizar cambios aerodinámicos en su monoplaza y la carrera desde el pit lane.

Russell y Verstappen asustan a McLaren en Singapur, donde Aston Martin vuelve a desinflarse

Russell y Verstappen asustan a McLaren en Singapur, donde Aston Martin vuelve a desinflarse

Mientras unos esperaban a Max Verstappen y otros se decantaban por la opción más conservadora de McLaren, George Russell surgió desde la nada para apuntarse la pole en Singapur (1:29.158). El británico trituró los pronósticos con su Mercedes, mientras el tetracampeón cumplía a medias con sus planes. La primordial era salir por delante de Oscar Piastri, tercero y Lando Norris, quinto. Sin embargo, sus remotas opciones de un quinto título pasaban por liderar la parrilla y desde allí volar hacia la victoria. Porque Marina Bay es el único circuito del Mundial donde aún no ha ganado y ahora Russell se ha interpuesto en su camino.

La progresión de Red Bull en las calles de Singapur, apuntada desde el viernes, quedó patente durante la qualy. Un pobre consuelo para Verstappen que se quedó con las ganas de festejar allí su primera pole. Todo por culpa de su odiado Russell, con quien ha protagonizado más de una escaramuza, que no lideraba una parrilla desde el GP de Canadá. Tras su primer intento de la Q3 (1:29.165), cuando rozó las protecciones de la curva 17, arañaba 175 milésimas a Mad Max. Y aún pudo recortarlo siete milésimas, mientras el holandés abortaba su vuelta en los últimos metros, consciente de que ya había perdido cualquier opción.

Todo un rearme moral para el líder de Mercedes, que en la segunda sesión libre del viernes había destrozado su alerón delantero contra las protecciones de la curva 16. Impulsado por una sorprendente dosis de confianza, ya marcó la referencia en la Q2, con 10 milésimas sobre Verstappen. Su velocidad contrastó con el decepcionante papel de Norris, absoluto dominador del GP de Singapur 2024, cuando se impuso con 20,9 segundos en la meta. Tampoco hubo nada especialmente reseñable en Piastri, que al menos pudo superar al otro Mercedes de Andrea Kimi Antonelli, cuarto en la parrilla.

Detrás de Hadjar y Bearman

Isack Hadjar y Verstappen habían sido los únicos que se habían ahorrado un juego de blandos en la Q1. Esa ventaja resultó irrelevante para el holandés, aunque tuvo cierta importancia para su discípulo en Racing Bulls. Inmediatamente por detrás de Charles Leclerc y Lewis Hamilton, el francés se inmiscuyó otra semana más en el pulso con los mejores. También Oliver Bearman, noveno, por delante de Fernando Alonso.

Otro sábado más -y ya deben de haber perdido la cuenta- Aston Martin decepcionó respecto a la víspera. Los primeros síntomas se intuyeron en la última sesión libre, con sus coches en la decimoquinta y decimoséptima posición. El AMR-25 había dado un notorio paso atrás y sólo la habilidad del asturiano, con dos victorias en este trazado, le permitió cumplir el objetivo. Con un monoplaza que el viernes parecía volar, las prioridades del sábado se ajustaban a un mero top-10.

Esa Q3 se hizo demasiado cuesta arriba para Carlos Sainz y Alex Albon, cuyas perspectivas se toparon ante Hadjar y Bearman. Las plazas de Racing Bulls y Haas debían corresponder, en buena lid, a Williams. Aunque sabían de las dificultades de esta pista, poco amable con el FW45, sus pilotos habían ofrecido en las horas previas mejores perspectivas.

Sainz y Albon, descalificados

Siendo malo, el sábado se torció aún más para el equipo de James Vowles tras una investigación de los comisarios. Según los datos oficiales de la FIA, una pieza en el alerón trasero excedía los 85 milímetros reglamentarios en los monoplazas de Sainz y Albon, que fueron descalificados automáticamente de la qualy, por lo que el domingo partirán desde el fondo de la parrilla.

Entre las peculiaridades de Marina Bay, la más conflictiva estribó en la exponencial mejora del asfalto. Ese margen, entre un intento y otro, podía estirarse a casi un segundo, así que había que andarse con mucho tiento. Así sucedió en el tramo final de la Q1, cuando se formó una fila en el pit-lane, porque todos los implicados querían esperar unos segundos para no tragar el aire sucio del coche que les precedía.

Fue un momento delicado para Alonso, que salió airoso gracias a una avería hidráulica de Pierre Gasly. Esa bandera amarilla para señalar la posición del Alpine en la curva 11 ralentizó a los rivales del asturiano, que pasó decimocuarto. Menos afortunado debió de sentirse Lance Stroll, cuyo mensaje ilustra de alguna manera el sentir en Aston Martin: "Es increíble. Siempre sale algo mal".