Fernando Alonso rechaza hablar de mala suerte en Mónaco: “El motor no estaba bien preparado”

Actualizado Domingo, 25 mayo 2025 - 18:54

El motor, suministrado por Mercedes, falló a Fernando Alonso en la pista del Mundial donde menos cuenta la potencia. Fue su primera rotura en 54 carreras con Aston Martin, que no sufría un abandono por un problema en su motor desde el GP de Arabia Saudí 2023, con Lance Stroll. Sin embargo, Alonso no quiso hablar de mala suerte en Mónaco. "El motor no estaba bien preparado y no pudimos terminar la carrera. Investigaremos para asegurarnos de que no nos vuelva a suceder", apuntó el bicampeón.

"Sentí el problema desde la vuelta 15, así que no tenía mucha potencia. Pensé que podríamos aguantar porque adelantar es muy difícil aquí, pero por desgracia no ha sido así", valoró Alonso, que acumula ya ocho carreras consecutivas fuera de los puntos, superando sus peores registros de 2015 y 2017 con McLaren.

Las carencias del propulsor se hacían patentes en plena recta de meta, donde perdía terreno sin remedio. Además, a la salida de la Nouvelle Chicane, el monoplaza verde tampoco encontraba tracción. "Me quedé sin la parte eléctrica, así que me faltaban 160 CV", cuantificó el bicampeón. Alonso no dejaba una carrera antes de tiempo por problemas de motor desde el GP de México 2022. En el global de la estadística acumula 80 abandonos a lo largo de 21 temporadas (19,6%).

Sólo mejor que Bortoleto

Según admitió ante los periodistas, el déficit de potencia trajo a su memoria el GP de Mónaco 2018, cuando Daniel Ricciardo, aun privado del MGU-K, contuvo a Sebastian Vettel para alzarse con la victoria. Sin embargo, la avería fue agravándose hasta que en la vuelta 35 tuvo que buscar un hueco para detener el coche en la Rascasse.

La estampa de Alonso, cabizbajo por el pit-lane, compendia un funesto inicio de Mundial. Tras los cuatro puntos sumados por Liam Lawson en el Principado, el balance del español en ocho carreras sólo es mejor que el de Gabriel Bortoleto.

"¿Por qué hemos parado?"

"Hemos perdido otra gran oportunidad de sumar buenos puntos", dijo en referencia a su sexto puesto en la parrilla, justo por detrás de Isack Hadjar. Stroll, que partía penúltimo, mejoró cuatro posiciones en la meta, aunque nada pudo hacer frente a Bortoleto. Y eso que el rookie brasileño había estrellado su Sauber en la primera vuelta contra los guardarraíles de Portier.

Si Alonso quiso sacar de su análisis cualquier referencia a la suerte fue también porque antes ya había cuestionado la estrategia de su equipo. "¿Por qué hemos parado? Es un misterio", deslizó por radio tras el pit-stop en la vuelta 15. En ese momento rodaba quinto con los neumáticos duros y unos cronos muy similares a Lando Norris o Charles Leclerc.

Sin novedad en Mónaco: rotura de Fernando Alonso, tedio infinito y un punto para Carlos Sainz

Sin novedad en Mónaco: rotura de Fernando Alonso, tedio infinito y un punto para Carlos Sainz

Fue un experimento fallido, un remedio que agravó la enfermedad del tedio en Mónaco. No hubo asomo de espectáculo en las calles del Principado porque la norma de las dos paradas obligatorias resultó un disparate. Hubo que anotar la victoria de Lando Norris, por delante de Charles Leclerc y Oscar Piastri. Hubo que lamentar el abandono de Fernando Alonso, imán de todas las desdichas, y el punto pescado por Carlos Sainz, tras una argucia de Williams ante Mercedes.

Los dos preceptivos pit-stops impuestos por la FIA no cambiaron nada. Si acaso, lo hicieron a peor. De hecho, la única emoción genuina fue la generada por una espera. La antítesis del deporte del motor. Max Verstappen, líder postizo, suplicó por un safety car que le habría otorgado la victoria. Santa Devota no escuchó sus plegarias y en la última vuelta hubo de cumplir con el reglamento.

En la búsqueda de lo imprevisible, lo excepcional, la F1 se deshizo en la intrascendencia, en la nada. Sólo cuatro pilotos vieron la bandera a cuadros en la vuelta del líder. Nada hubo que rascar en un domingo donde Lewis Hamilton, cuando rodaba quinto, dobló a Isack Hadjar, que iba sexto. Si acaso los malos modos de George Russell, a quien consideran un gentleman, pero autor de una tropelía impropia de su rango.

'Virtual safety car' en la primera vuelta

Fue el decimosexto triunfo de McLaren en el Puerto de Hércules, el primero desde 2008. Un domingo infumable donde el triunfo de Norris sólo se vio comprometido en la salida. Una vez más, el aspirante al título patinó cuando no debía, aunque sí tuvo arrestos para contener a Leclerc en Santa Devota, apurando al límite la frenada. Gabriel Bortoleto, que se había animado con un exterior a Andrea Kimi Antonelli en la bajada de Loews, tropezó con las protecciones en Portier. La neutralización del virtual safety car para empezar con los pit-stops de Yuki Tsunoda, Pierre Gasly y Oliver Bearman.

Estos rezagados rodaban más deprisa que los líderes. Por delante solo sólo interesaba la posición, no el ritmo, así que Piastri prefirió dejarse caer a casi cuatro segundos de Leclerc. Mejor así que respirar aire viciado. Sin embargo, el protagonismo de ese grupo trasero sentó muy mal a Gasly, que a la salida del túnel se llevó por delante a Tsunoda. Aunque el francés tuvo que alcanzar el garaje con su rueda delantera izquierda a la rastra, el director de carrera se conformó con dobles banderas amarillas.

Hadjar, rival de Alonso por la quinta plaza, agitó el avellano en la vuelta 15, para montar blandos. El novato se vio favorecido por su compañero Liam Lawson, que venía formando un trenecito a su estela. Racing Bulls atinaba con su plan, porque el francés ya había completado su segundo pit-stop en la vuelta 21, sin dejar un hueco similar a sus rivales.

Sainz, por delante de Hulkenberg, el domingo en Mónaco.

Sainz, por delante de Hulkenberg, el domingo en Mónaco.AP

Ya no pintaba nada bien el asunto para Alonso, que cumplió en la vuelta 17 para montar los duros. "Necesito que me expliquéis lo que estamos haciendo con la estrategia", lamentó el asturiano. Cuando le reclamaron mayor ritmo, su alarido casi rompe los auriculares de los ingenieros: "¡No puedo tirar ahora!".

Hubo de sacrificarse Sainz en una ingrata tarea, para favorecer en los posible a Alex Albon. Tras su alerón trasero se desquiciaban Russell y Antonelli. Tan disciplinado como de costumbre, debía abrir un hueco de parada para su compañero. Antes de cumplirse la mitad de la carrera, Carlos ya había sido doblado por Norris.

Pataleta y 'drive through'

Williams se guardaba otra sorpresa ante Mercedes, el rival que le suministra motor, caja de cambios y suspensiones. Sainz dejó pasar a Albon para ejercer de stopper ante Russell y Antonelli. Desquiciado, el líder de Mercedes se marcó un recto en la Nouvelle Chicane para quitarse de encima a Carlos. Una pataleta castigada por los comisarios con un drive through. Sainz, undécimo en la parrilla, se había aupado al top-10.

Apenas unos minutos antes, Alonso había encendido las alarmas en Aston Martin: "Creo que el motor está diciendo basta". Desde hacía tiempo, mientras entregaba una sangría de décimas en la recta de meta, algo sonaba raro bajo el capó. El AMR era el único coche que rodaba sin que nadie le estorbase, ni le incomodara. Entre Hamilton y Hadjar. A su paso por la Rascasse, una columna de humo se hizo ya visible. Otro drama para el bicampeón.

La carcajada de Fernando Alonso y su vaticinio para la doble parada en Mónaco: "Podemos tener suerte y acabar cuartos"

La carcajada de Fernando Alonso y su vaticinio para la doble parada en Mónaco: “Podemos tener suerte y acabar cuartos”

Se oyó un grito de pura felicidad a través de la radio. "¡Adoro conducir, adoro conducir en este circuito!", exclamó ayer Fernando Alonso, entre carcajadas, tras concluir séptimo en la sesión clasificatoria del GP de Mónaco. Por segunda semana consecutiva, el bicampeón se colaba en el top-10, territorio vedado durante las seis primeras carreras del Mundial. "Un día especial en la temporada. Definitivamente un buen paso", concluyó.

Ese salto cualitativo del que hablaba el asturiano obedece a las mejoras implementadas por Aston Martin. En sus manos, el AMR25 ya puede codearse con Williams o Racing Bulls para liderar la zona media. Y resulta más que pertinente adjudicarle esa cuota de mérito porque Lance Stroll partirá hoy penúltimo. El canadiense cayó de mala manera en la Q1 y además fue penalizado con tres posiciones. Sólo la sanción de 10 puestos a Oliver Bearman le evitará el indecoroso farolillo rojo.

En lo estrictamente cuantitativo, la progresión de Aston Martin puede contabilizarse en 63 centésimas: del 1:11.563 con el que Stroll marcó la referencia el año pasado en Q2 a este 1:10.924 de Alonso. Sólo Haas, con 91 centésimas respecto a la pasada edición supera a la escudería de Silverstone.

"Extremadamente contento"

En la parrilla de hoy se espera con expectación a Adrian Newey, el ingeniero más laureado de la historia, que estrena en el Principado su uniforme verde. En una vieja libreta, el británico volverá a anotar cada detalle de los rivales. "Algunas de nuestras herramientas son débiles, particularmente el simulador", ha advertido el gurú del diseño este fin de semana. A pesar del aviso y de los dos años en los que ha cifrado la viabilidad del proyecto, se percibe otro ambiente en el garaje.

Ahora ese optimismo hay que trasladarlo a la pista durante 78 vueltas. Sin titubeos estratégicos, porque hoy, por primera vez, habrá que cumplir dos paradas obligatorias en el Principado. "Podemos tener suerte y acabar cuartos o quintos, o tenerla mala y terminar de nuevo fuera de los puntos", vaticinó el doble vencedor en Le Mans. En caso de cumplir otra carrera fuera del top-10 superaria sus funestos registros de 2015 y 2017 con McLaren.

En cualquier caso, Alonso admitía ayer sentirse "extremadamente contento" por su rendimiento en la qualy. Sin una sola queja por esa milésima que le separaba de Isack Hadjar, un novato que sigue encandilando con su Racing Bulls. "Ha sido genial verle. Ha disfrutado mucho con esas vueltas, siendo el único que ha pasado a la Q2 con los neumáticos medios", recalcó Andy Cowell, CEO y máximo responsable de las operaciones en pista de Aston Martin.

Alonso, con el AMR25, el sábado en Mónaco.

Alonso, con el AMR25, el sábado en Mónaco.ASTON MARTIN

Ahora, el AMR25 presume de prestaciones incluso en un entorno tan hostil como Mónaco, plagado de curvas lentas, la debilidad por antonomasia de Aston Martin. Según las previsiones de Newey, a comienzos de julio llegará otro paquete de actualizaciones aerodinámicas en el GP de Gran Bretaña. Asimismo, el próximo viernes, la FIA aplicará una nueva directiva técnica en Montmeló relativa a los alerones delanteros. Si Aston Martin sabe adaptarse a estos criterios de flexión, aún puede acercarse más a los puestos de cabeza.

En lo más alto del Mundial continúa McLaren, que ayer festejó a lo grande el éxito de Lando Norris. Fue la primera pole en Mónaco para la escudería de Woking tras 18 años. Un bonito homenaje para Alonso, que se la había apuntado en 2007, cuando compartía box con Lewis Hamilton. Por contra, el heptacampeón cerró ayer la jornada con una sanción de tres puestos, por interferir a Max Verstappen en las inmediaciones de Beau Rivage.

¿Labor de equipo de Hadjar?

Mad Max se vio incapaz de seguir el rastro de Charles Leclerc y Oscar Piastri, segundo y tercero, aunque en carrera podría contar el apoyo de Hadjar, que parte justo detrás. Si el francés de Racing Bulls, escudería hermana de Red Bull, ejerce de muro de contención frente a Alonso, Hamilton y Esteban Ocon podría generarse un hueco idóneo para la primera parada de Verstappen.

A esa ruleta de las estrategias lanzará también sus dados Aston Martin. Queda por saber la magnitud de la apuesta. ¿Asumirá todos los riesgos o se conformará con un plan más conservador? Desde luego, poco o nada tiene que perder el equipo, séptimo en el Mundial a 37 puntos de la quinta plaza de Williams. Bastante más delicada se antoja la decisión de los candidatos a la victoria. Pese a la superioridad de efectivos de McLaren, nadie debería descartar a Leclerc. Entre otros motivos porque Norris únicamente convirtió en victoria cuatro de sus 10 poles previas.

Lando Norris se redime con una gran ‘pole’ y Fernando Alonso brilla en Mónaco

Actualizado Sábado, 24 mayo 2025 - 17:51

Fue un sábado apoteósico, como sólo se puede disfrutar en Mónaco. Uno de los momentos más electrizantes del Mundial, decidido en favor de Lando Norris (1:09.954), que le birló la pole a Charles Leclerc por una décima. Un torrente de emociones al límite donde Fernando Alonso puso su cuota de talento. El asturiano acabó séptimo, mientras Carlos Sainz no pudo entrar en la Q3 y partirá undécimo.

McLaren venía pasando desapercibida, a la sombra de Leclerc, absoluto dominador de las sesiones libres. El ídolo local, sin embargo, terminó arrojando con malos modos el volante al salir de su Ferrari. Una frustración muy humana, pero no había nada más que hacer frente a Norris. Tras tantos errores en las últimas semanas, el británico se dio un homenaje, con dos asombrosas trazadas en sendos virajes de leyenda: Rascasse y Antony Noghes. Falta le hacía.

En su primer intento de la Q3, Norris lideraba con siete centésimas sobre Piastri, 19 sobre Leclerc y 20 sobre Max Verstappen. McLaren se apresuró a salir de nuevo, privilegiando la ausencia de tráfico a una hipotética evolución del asfalto. En verdad, ellos sabían que su goma blanda les aguantaría dos vueltas. Piastri mejoró tres décimas, Norris mejoró a su compañero por sólo 15 milésimas. A ese columpio loco quiso auparse también Leclerc, que ya veía la pole en su poder hasta que Lando le dejó con esa carita.

A una milésima de Hadjar

Queda dicho que Max Verstappen, quinto en la parrilla, a siete décimas de la cabeza, quedó esta vez fuera de foco. Tampoco pudo sumarse al espectáculo Lewis Hamilton, cuarto a 32 centésimas de su compañero. Quien sí brilló con fulgor propio fue Isack Hadjar, que el viernes había chocado dos veces contra los muros. El novato de Racing Bulls arrebató la sexta plaza a Alonso por una milésima. Este séptimo corrobara las mejoras del AMR25 y las facultades de Alonso. Con ese mismo material Lance Stroll rodó nueve décimas más lento en la Q1. Un desalentador penúltimo puesto para el canadiense.

Nada había que esperar en ese arranque, así que con tres minutos de antelación se presentaron Alex Albon y Sainz para encabezar la fila. Había que encontrar pronto un hueco en la pista, porque liberarse de cualquier estorbo cuenta en Mónaco casi tanto como la velocidad del coche. Se respiraba cierto alivio en el garaje del español, que había esquivado una sanción en la última sesión libre. También respiraron en Ferrari tras reparar a tiempo el coche de Lewis Hamilton, accidentado por la mañana en Massenet.

Con 20 coches sobre el asfalto había que extremar las precauciones para no interponerse en el camino de nadie. Verstappen, sin ir más lejos, tuvo que esquivar a Hamilton en Mirabeau. Por entonces, Sainz (1:12.27) y Alonso (1:12:31) se apresuraban en busca de una vuelta salvadora. A dos minutos, Carlos pudo completarla (1:11:70), mientras Fernando hubo de apurar casi al límite (1:11:67). Con tantas prisas, Andrea Kimi Antonelli se topó con las protecciones a la entrada de la piscina.

Alonso, el sábado, con el AMR25 en Mónaco.

Alonso, el sábado, con el AMR25 en Mónaco.AP

La catástrofe de Mercedes iba a concretarse al inicio de la Q2, cuando una avería eléctrica dejó tirado a George Russell en mitad del túnel. Por mucho que empujaran los comisarios, ya no habría modo de arrancar el coche. Quedaban, por tanto, 10 minutos en el reloj y dos adversarios menos. En realidad, la montaña no parecía tan escarpada para los españoles, que sólo debían dejar atrás a uno de los Racing Bulls, Esteban Ocon y Nico Hulkenberg.

Williams prefirió el compuesto medio, asumiendo un punto de riesgo, al igual que Alonso. El bicampeón quería reservar su único juego de blando nuevo para la Q3 y cumplió con creces (1:11.18). Sainz, por contra, no encontraba sensaciones (1:11.36). Cuando quiso rectificar, recurriendo al blando, no pudo meterlo en temperatura. Entre patinazos, desde Santa Devota al Casino, el madrileño fue descolgándose frente a Ocon, ante quien cedió una décima. Un mazazo porque, mientras tanto, Albon colaba el FW47 justo por detrás de Norris y Leclerc. La peor noticia para Williams es que Alex padeció en la Q3 un problema similar con las gomas, teniendo que conformarse con la décima plaza.

Contra el tedio, dos paradas en ‘boxes’: pros y contras de una idea revolucionaria en Mónaco

Actualizado Viernes, 23 mayo 2025 - 19:31

El peso de la tradición se siente en cada recoveco de Mónaco, el trazado más corto y lento de la F1, pero también el que más leyenda arrastra consigo. Ha pasado casi un siglo desde la primera edición de este Gran Premio (1929), que ya tuvo cabida en el calendario inaugural del Gran Circo (1950). Desde entonces, la cuerda de la pista apenas ha sufrido variaciones y este año sólo cabe mencionar el reasfaltado entre las zonas de Tabac y Massenet. Sin embargo, por las sinuosas calles del Principado late ahora una intensa polémica alimentada desde la FIA. Por primera vez en la historia del GP de Mónaco, los pilotos deberán efectuar dos paradas obligatorias en boxes durante la carrera.

Esta regla sólo puede interpretarse como una apresurada reacción al soporífero espectáculo de 2024. Entoces, la embestida de Kevin Magnussen a Sergio Pérez provocó una bandera roja y durante ese periodo todos los pilotos cumplieron su único pit-stop. A lo largo de las 77 vueltas restantes no hubo una sola permuta entre los 10 primeros. En total se contabilizaron cuatro adelantamientos. En la vuelta 51 Valtteri Bottas pudo quitarse de encima a Logan Sargeant para colocarse decimotercero. Más tarde, Lance Stroll rebasó a Guanyu Zhou y a Sargeant. En la vuelta 68, el ex de Williams cerró este capítulo con una maniobra sobre el piloto chino.

Apenas unas horas después, Stefano Domenicali quiso salir al paso. "No debemos permitir que esto vuelva a suceder", advirtió el CEO de la F1, consciente de la paupérrima imagen ofrecida, con los favoritos a medio gas, centrados en la gestión de los neumáticos. De modo que la FIA y Liberty Media acordaron una solución provisional. Dejando aparte los 22 adelantamientos de 2023, en un desenlace sobre mojado, los otros precedentes (tres adelantamientos en 2017, cuatro en 2018, dos en 2019, cero en 2021) obligaban al cambio.

"Un toque más picante"

Sin embargo, por su propia naturaleza, esta medida esconde graves contradicciones: en la pista más corta (3,33 km), lenta (170 km/h de media), estrecha (10 metros en su punto más ancho) y con menor degradación del Mundial, los equipos se verán abocados a usar más neumáticos que en cualquier otro circuito. Además, si la prioridad era generar más emoción, lo lógico es que esta novedad también se hubiese aplicado al resto de carreras. O al menos en un puñado de ellas, como ya sucede con las sprint races.

Norris, el viernes, durante la primera sesión libre en Mónaco.

Norris, el viernes, durante la primera sesión libre en Mónaco.AFP

Desde Santa Devota a la Rascasse, la pole de mañana volverá a dilucidarse por milímetros y milésimas. Para el domingo, en cambio, nadie se aventura aún con los presagios. "Los safety cars pueden desencadenar la locura", apuntó el jueves Max Verstappen, un piloto más bien partidario de las tradiciones. "Probablemente le dará un toque más picante: la gente tomará riesgos, intentando adivinar el momento idóneo para los pit-stops", añadió el tetracampeón. Bastante más comedido fue el veredicto de Charles Leclerc. "Tenemos que ser receptivos y estar abiertos a volver a la normalidad si no es la solución adecuada", dijo el último ganador en el Principado.

Nadie desea otro desfile, a paso de procesión, en el escenario más exclusivo de la F1, atestado de millonarios y patrocinadores. La pista que llevó al trance a Ayrton Senna, autor de seis victorias, y desquició a campeones de la talla de Jim Clark, Nelson Piquet o Nigel Mansell. Aún hoy, muy cerca de donde atracan los yates sigue resonando aquella frase del tricampeón brasileño: "Conducir en Mónaco es como montar en bici en el salón de tu casa".

Alonso deja su sello y Leclerc asusta en Mónaco

Actualizado Viernes, 23 mayo 2025 - 18:38

El apetito de Fernando Alonso, dos décadas después de su primera victoria, sigue intacto en Mónaco. El asturiano cerró el viernes con otra alentadora actuación, que confirma lo apuntado la pasada semana en el GP de Emilia Romagna. Más que su séptimo puesto, a 53 centésimas de Charles Leclerc (1:11.355), otra vez la referencia, el principal motivo para el optimismo en Aston Martin estriba en la ambición de su líder.

Cuatro veces empujó Alonso en busca de otra vuelta rápida y cuatro veces se vio ralentizado. En ese último tramo, el bicampeón intentaba superar los cronos de Isack Hadjar y Liam Lawson, que se habían inmiscuido entre la nobleza. Sin embargo, a la salida del túnel, llegando a la piscina, en esa Nouvelle Chicane donde hasta hace no tanto aún se podía adelantar en Mónaco, Fernando terminó topándose con diversos obstáculos.

"Se les permite saltar la curva 10, sólo por diversión, sin dar más explicaciones. Pueden salir de la pista sin consecuencias, así es como funciona esto", lamentó Alonso por radio. Una vez se había topado con los Ferrari. Más tarde con otros novatos, poco acostumbrados al vértigo de estas calles. Aunque había liderado la tabla, desde entonces ya no pudo arañar más décimas al reloj.

Stroll, antepenúltimo

Aston Martin estrena en Montecarlo piezas específicas para este circuito, con las que generar mayor carga aerodinámica. Ninguna tan importante, claro, como el alerón trasero. Sin embargo, la atención de Adrian Newey en el garaje parecía centrarse en el ala delantera. Esa zona crítica, junto a las suspensiones y frenos, que cambiará por completo a partir de la próxima semana en Montmeló.

Las aportaciones del gurú del diseño parecen sentirse también en un trazado tan particular como Mónaco. Al menos en las manos de Alonso, 62 centésimas más rápido que Lance Stroll, antepenúltimo de la tabla. Ahora queda por juntarlo todo el sábado, donde el ovetense debería batallar con Alex Albon y Carlos Sainz.

Leclerc, a la salida del túnel, el viernes en Mónaco.

Leclerc, a la salida del túnel, el viernes en Mónaco.AFP

El madrileño, con los neumáticos medios, no pasó esta vez de la decimotercera plaza, por detrás de otros favoritos como Max Verstappen, décimo, o George Russell, decimosegundo. Mad Max, segundo por la mañana, sabe esconder sus bazas. Poco importa que el viernes eluda uno de los muros tomando una escapatoria. Las curvas lentas de Mónaco y Singapur se le atragantaron en las dos últimas temporadas, pero nadie osa descartarle.

El desorden clasificatorio, aprovechado por Alonso y los Racing Bulls, deberá aclararse en la qualy más emocionante del año. El dominio de McLaren parece algo desvirtuado aquí, aunque Oscar Piastri cerró la jornada a sólo 38 milésimas de Leclerc. De momento, nadie tose al ídolo local, autor de tres de las últimas cuatro poles en el Principado.

Charles Leclerc supera su accidente con Lance Stroll y manda el primer aviso en Mónaco

Actualizado Viernes, 23 mayo 2025 - 15:17

La prioridad era evitar los muros y cimentar la confianza, esencial para la qualy del sábado. Aún queda mucho fin de semana por delante para que salgan los tiempos, así que el papel de Carlos Sainz y Fernando Alonso bien pudo darse por bueno en los primeros entrenamientos libres del GP de Mónaco. El piloto de Williams fue séptimo, a 57 centésimas del mejor crono, establecido por Charles Leclerc. Mientras, el asturiano acabó en décima posición, a 76 centésimas del último ganador en el Principado.

Leclerc (1:11.964) fue el único capaz de rodar por debajo de 1:12, aventajando en 16 centésimas a Max Verstappen y en 32 a Lando Norris. A esta velocidad hay que añadir el coraje con el que se repuso a su madrugador incidente con Lance Stroll. A la espera del veredicto de los comisarios, ese choque camino de la horquilla de Fairmont pareció responsabilidad del canadiense, poco pendiente de sus retrovisores.

"No sé dónde estamos. Tengo un tremendo subviraje en las curvas a derechas y mucho subreviraje en las que son a izquierdas", admitió Leclerc, que aún deberá acercarse mucho más a los muros para repetir la hazaña de 2024. Su gafe en casa, casi una tradición, hubo que atribuirse esta vez a Stroll, que ya no pudo devolver el AMR25 a la pista. Los trabajos preliminares de Aston Martin en su suspensión trasera y su caja de cambio se realizaron bajo la atenta mirada de Adrian Newey.

Con su compañero fuera de circulación, Alonso fue ganando confianza hasta acabar décimo, a sólo 37 milésimas de Hamilton. Y sin los dolores en la espalda del heptacampeón, que casi sale volando, catapultado por el bordillo de la segunda chicane de la piscina. Todavía es temprano como para extraer conclusiones definitivas sobre el rendimiento del ovetense en el trazado más sinuoso del Mundial.

Algo más entonado se ve a Williams, que viene rozando las posiciones de podio en Imola y Miami. Otro paso en la misma línea podría poner en órbita a Sainz. Sin embargo, en una de las subidas a Santa Devota, el madrileño debió tomar la escapatoria para evitar males mayores, al igual que su amigo Norris.

Adrian Newey, al fin con Aston Martin en Mónaco: de un debut pasado por alcohol al actual desafío con las curvas lentas

Actualizado Jueves, 22 mayo 2025 - 22:43

El 15 de mayo de 1988, después de completar su primer fin de semana en el GP de Mónaco, Adrian Newey se zambulló, montado sobre un scooter, en las aguas del puerto totalmente borracho. Ayer, el ingeniero más laureado en la historia de la F1 recorrió el paddock del Principado con paso menos vacilante, vestido por vez primera con los colores de Aston Martin, el equipo que ha confiado en él su futuro. Después de tres meses en la fábrica de Silverstone, el trabajo de Newey ya dio sus primeros réditos la pasada semana en Imola, donde el AMR25 redujo a casi la mitad su distancia frente a la cabeza. Ahora queda por saber si esta tendencia se confirma y sobre todo, si el lápiz del británico logra perfilar un coche capaz de competir por las victorias en 2026.

Aquella gamberrada, cuando Newey aún no había cumplido 30 años, obedeció a una apuesta orquestada en el equipo March. A los mecánicos de Max Mosley les dio por festejar de ese modo el décimo puesto de Ivan Capelli, último en la meta a seis vueltas de Alain Prost, afortunado vencedor tras el accidente de Ayrton Senna en la zona de Portier. «El espíritu competitivo era igual de patente, pero un poco más divertido; el término "polícamente correcto" aún no se había acuñado», se excusa Newey en Cómo hacer un coche (Cúpula, 2019), su libro de memorias, rematado con unas líneas que encienden hoy la ilusión de Aston Martin. «Siempre me he hecho la misma serie de preguntas sencillas: ¿Cómo podemos aumentar el rendimiento? ¿Cómo podemos mejorar la eficiencia? ¿Cómo podemos hacer esto de manera diferente? ¿Cómo puedo hacer esto mejor?»

Esas cuestiones flotaban ayer sobre el fastuoso hospitality de Aston Martin en Montecarlo. Mientras Newey atendía a Martin Brundle en los micrófonos de Sky F1, Pedro de la Rosa sonreía a las cámaras como embajador de la marca. Por las conversaciones flotaban algunas cifras. Como las 76 centésimas que el pasado sábado Fernando Alonso entregó ante Oscar Piastri, autor de la pole en Imola, gracias a las siete mejoras de rendimiento instaladas en su monoplaza. Durante las seis carreras anteriores, aún sin el paquete de actualizaciones, la diferencia promedio durante las sesiones clasificatorias había ascendido a 1,22 segundos. Esta formidable progresión, sin embargo, no permitió al asturiano, ni a Lance Stroll, acabar en los puntos.

«El coche sigue siendo inconsistente y difícil de pilotar», advirtió ayer Alonso, alternando la cautela con dosis de esperanza. «Las primeras vueltas en Imola detrás de George Russell y Lando Norris ya fueron algo nuevo para nosotros, porque antes aguantábamos el ritmo seis curvas y allí lo hicimos durante 10 vueltas», argumentó. Mejor que nadie, el bicampeón sabe que el objetivo primordial hasta final de año pasa por consolidar al AMR25 como la referencia de la zona media, por detrás de McLaren, Red Bull, Mercedes y Ferrari. Sólo a partir de ahí podrá soñar con algo verdaderamente grande.

A corto plazo, el influjo de Newey debe evaluarse en función del rendimiento del coche en los virajes lentos, su punto más débil. Tras la carrera en el Autodromo Enzo e Dino Ferrari, Andy Cowell, CEO del equipo, ya quiso enviar un aviso a navegantes. «Las actualizaciones han mejorado nuestro rendimiento en todo tipo de curvas», adelantó el británico, subrayando los progresos en las zonas más reviradas. Si se confirma ese paso adelante en Montecarlo, la pista más lenta del Mundial, podremos concluir que Cowell no va de farol.

Ayer, mientras los invitados de Aston Martin se acicalaban para la fiesta nocturna programada en el yate del equipo, Newey esquivaba los flashes. Tanta expectación no sólo se justifica por su palmarés, donde lucen 25 títulos mundiales, sino también por su salario, en torno a los 25 millones anuales, sólo inferior al de Charles Leclerc, Lewis Hamilton y Max Verstappen. El domingo se espera de nuevo a Newey en la parrilla de Mónaco, armado con un lápiz y una libreta. Como distraído, anotará cada detalle del rival. Siempre en busca de la solución más imaginativa, como la que le otorgó aquí su primer triunfo. En 1998 Mika Häkkinen iba demasiado al límite, pero en lugar de recomendarle más precaución optó por redoblar una barra del McLaren. El finlandés rozó sin cesar los muros, aunque ganó con tanta autoridad que sólo tres pilotos acabaron en su vuelta.

La gloria de Leclerc en Mónaco: una pizza, el recuerdo de su padre y las lágrimas del Príncipe

La gloria de Leclerc en Mónaco: una pizza, el recuerdo de su padre y las lágrimas del Príncipe

Las escenas de júbilo tras el GP de Mónaco reeditaron viejos tiempos de gloria en Ferrari. Envuelto en la bandera monegasca, harto de abrazos con la familia real, Charles Leclerc aguardó a los acordes del otro himno para no dejar escapar ni un verso del Fratelli d'Italia. Los mecánicos habían reservado un par de botellas de champán para la fotografía oficial, a la que no faltaría Carlos Sainz. Tampoco iba a librarse Fred Vasseur, team principal del equipo, sumergido en las aguas del puerto tras un empujón del vencedor.

Para saber más

Hay razones que justifican la euforia en la Scuderia, porque Leclerc convirtió al fin su pole en victoria, tras 12 intentos fallidos. De este modo se evitó el sonrojo de igualar el récord negativo de René Arnoux, que jamás sumó un triunfo pese a partir 13 veces desde la mejor posición de la parrilla. Dentro de dos semanas, en Montreal, el SF-24 se perfila de nuevo al menos con las mismas opciones que Red Bull. Sobre otro trazado poco convencional, el monoplaza rojo representa algo más que una amenaza para Max Verstappen.

Bryan Pozzi, su nuevo ingeniero de pista, le adelantó por radio una cifra errónea, pero son 31 los puntos de déficit de Leclerc frente al líder del Mundial. Un margen aún considerable, aunque ínfimo comparado con el de 2023, cuando tras las ocho primeras carreras, cedía 141 ante Mad Max. "Queda aún mucha temporada por delante. Sin embargo, a nivel emocional, esto significa mucho para mí", advirtió durante la rueda de prensa oficial de la FIA.

"Nunca con piña"

A esa cita con los periodistas llegó Leclerc con bastantes minutos de retraso. De hecho, Oscar Piastri y Sainz optaron por tomárselo a chufla. "Acabo de dormir más ahora que la pasada noche", bromeó el australiano, repantingado en el sofá. Debía de andar algo nervioso desde el sábado porque ni siquiera puso en un aprieto a los Ferrari.

Mucho más plácida había resultado la noche para Leclerc. "Dormí muy bien, pese a que cené muchísimo. Había llegado demasiado tarde a casa y no pude cocinar, así que pedí que me trajeran una pizza", detalló ante las risas del auditorio. De inmediato, alguien quiso saber su sabor favorito. "Pizza Margherita con prosciutto crudo. Nunca con piña", aclaró, sin aclarar si a su perro Leo le había alcanzado alguna porción pequeñita.

En el Principado, la vida familiar de Leclerc gira en torno a dos mujeres: Pascale, su madre, y Alexandra Saint Mleux, su novia. Durante todo el fin de semana, ambas han luchado contra los nervios en el paddock. La autoridad de Pascale se demuestra incluso con unas tijeras, cuando considera que Charles se ha dejado demasiado largo el pelo. Sus hermanos Arthur, ex piloto de la Ferrari Driver Academy, y Lorenzo, no cabían ayer de gozo. Por no mencionar a Nicolas Todt, algo más que un representante para el clan familiar.

La foto de grupo de Ferrari en Mónaco.

La foto de grupo de Ferrari en Mónaco.SCUDERIA FERRARI

Sin embargo, el vacío dejado por Hervé, su padre, sigue resultando duro. Ex piloto de F3 en la década de los 90, su muerte a los 54 años dejó en shock a la familia. Aquel domingo de 2017, Charles no faltaría a su carrera de F2. Y ayer, justo antes de paladear la gloria en casa, los recuerdos afloraron sin filtro. "Debo admitir que durante las últimas vueltas he pensado más en mi padre que en otra cosa. Él lo entregó todo para que yo hoy esté aquí", confesó.

La emotividad del momento ya se había llevado por delante al Príncipe Alberto. Ajeno a cualquier protocolo, el soberano festejó en el podio a lágrima viva. "Cuando tenía 12 o 13 años, mi padre me llevó a palacio por primera vez. Buscábamos financión para mi carrera. Desde entonces, el Príncipe siempre ha tenido palabras bonitas en los buenos momentos y también en otros mucho más difíciles", relató. Durante la tradicional gala con la que se agasaja al vencedor, el monarca también parecía rememorar aquellos tiempos.

A esa cena tampoco iba a faltar Vasseur, el director que le dio un asiento en Alfa Romeo y con el que conquistó sus primeros puntos durante el GP de Azerbaiyán 2018. Pese al remojón y las burbujas en el vaso, el jefe de Ferrari aún intentaba contener tanto entusiasmo. "No debemos dejarnos llevar y tenemos que mantener la concentración, pero esta victoria es una gran motivación, tanto para la gente que viaja como para la de Maranello".

El héroe vulnerable

El héroe vulnerable

Actualizado Domingo, 26 mayo 2024 - 21:59

Hace años, los pilotos de Fórmula 1 tenían que ser ásperos, tipos rudos con caracteres fuertes, personalidades temibles que imponían respeto en el trato y temor a su alrededor. Hombres sin dudas, ni fisuras, incapaces de reconocer errores porque estaba prohibido para ellos dar concesiones o mostrar debilidad. Personajes obligados siempre a mostrar una fortaleza inquebrantable, a tener una confianza ciega en sí mismos y a aparentar que no necesita

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