Un lío mayúsculo y más de cinco horas de espera para nada: ¿por qué los comisarios no castigaron a Norris ni a Russell?

Un lío mayúsculo y más de cinco horas de espera para nada: ¿por qué los comisarios no castigaron a Norris ni a Russell?

Fernando Alonso había estimado dos horas, pero hubo que esperar más de cinco para que los comisarios ordenasen, al fin, la clasificación definitiva del GP de Canadá. Una pequeña desilusión para el asturiano porque Andrea Kimi Antonelli, Oscar Piastri y Charles Leclerc, que habían cruzado la meta por delante de él, quedaron sin castigo, lo que le impedía mejorar su séptimo puesto en la meta. Todo un alivio, en cambio, para el también investigado Carlos Sainz, que conservó la décima plaza, la última que daba acceso a los puntos.

Entre tanto galimatías legal hubo que destacar también la sanción de cinco segundos a Lando Norris, gran protagonista en Montreal por causar un accidente ante Oscar Piastri a falta de tres vueltas para la meta. El británico, obligado al abandono tras su error, recibió el castigo más leve, pese a que los comisarios le consideraron "único responsable de la colisión". Sin embargo, como a su juicio, la maniobra "no tuvo una consecuencia deportiva inmediata y evidente", desestimaron retrasarle en la parrilla de la próxima carrera, la habitual penalización para quienes cometen una infracción que les condena al abandono. De este modo, los pilotos de McLaren podrán reeditar su duelo en igualdad de condiciones el próximo 29 de junio en el GP de Austria.

La última y más importante decisión de la FIA fue confirmar la victoria de George Russell, desestimando la protesta presentada por Red Bull. El equipo dirigido por Christian Horner alegaba que Russell había frenado errática e innecesariamente detrás del safety car, lo que habría permitido que Max Verstappen le adelantase durante unos momentos. Además, acusaba al ganador de "conducta antideportiva" al quejarse por radio para provocar una investigación contra su gran rival.

Podio a los 18 años y nueve meses

Sin embargo, los comisarios consideraron justificada la acción de Russell para mantener sus neumáticos y frenos en temperatura. A su juicio, la presión de la frenada de Russell fue leve y descartaron que se tratase de una maniobra para forzar un adelantamiento ilegal. De este modo, Mercedes pudo festejar al fin su primera victoria en el Mundial 2025 y el primer podio de Antonelli. A los 18 años, nueve meses y 21 días, el italiano se convirtió en el tercer piloto más joven de la historia en subir al cajón, sólo por detrás de Lance Stroll (GP de Azerbaiyán 2017) y Verstappen (GP de España 2016).

El gozo en el garaje de las Flechas de Plata contrastaba con la decepción en Aston Martin, donde Alonso había confiado en ascender a la cuarta o quinta posición tras las investigaciones de los comisarios. "No es negociable. Si adelantas con banderas amarillas y con tu volante lleno de avisos de safety car, debería haber alguna penalización", había alegado el bicampeón mundial.

En el caso de Sainz, los comisarios admitieron que el madrileño había adelantado "después de la bandera a cuadros, mientras aún se mostraban las señales del safety car". "Aunque los pilotos sabían dónde se había producido el incidente, no podían saber si se estaban enviando equipos de emergencia o comisarios, por lo que debían proceder con precaución", por lo que redujo el castigo a un simple warning.

La grúa se lleva el coche de Norris, tras su accidente en la recta de meta.

La grúa se lleva el coche de Norris, tras su accidente en la recta de meta.AFP

Además de los ya mencionados, Esteban Ocon, Pierre Gasly y Stroll tampoco recibieron ninguna penalización por sus adelantamientos indebidos bajo el safety car.

Todas estas decisiones llevaron la firma de Gerd Ennser, Matthew Selley, Natalie Corsmit, Enrique Bernoldi y Marcel Demers, los comisarios nombrados por la FIA. Un colofón a la altura de este polémico fin de semana, donde el órgano rector apartó el jueves a Dereck Warwick por unos "comentarios no autorizados en los medios de comunicación" a propósito de Verstappen. El ex piloto británico, que logró cuatro podios con Renault en 1984, fue relevado de sus funciones por Bernoldi, que también disputó dos temporadas en el Gran Circo a comienzos de este siglo.

Una calamidad de Norris desluce una carrera inolvidable en Montreal

Una calamidad de Norris desluce una carrera inolvidable en Montreal

A tres vueltas para la meta, Lando Norris se impacientó ante Oscar Piastri en la recta de meta de Montreal. Fue un error absurdo, calamitoso. Uno más para su leyenda negra, pero de tal gravedad que puede hacerle perder el título. Con los nervios rotos, el británico golpeó por detrás a su compañero en McLaren cuando ambos luchaban por la cuarta plaza. "Ha sido mi culpa, una estupidez por mi parte", admitió por radio, antes de bajar del coche y desfilar a pie hacia el garaje. Un instante decisivo para el Mundial 2025, el que para siempre se recordará en esta carrera apasionante, resuelta con triunfo de George Russell, acompañado en el podio de Max Verstappen y Andrea Kimi Antonelli.

Vio Russell la bandera a cuadros por detrás del safety car, ordenado para retirar las piezas del alerón delantero de Norris. Un deslucido desenlace para su irreprochable carrera. Tampoco fueron de recibo las investigaciones de la FIA a siete coches durante la citada ralentización. El GP de Canadá, con cuatro pilotos enredados por la victoria y el podio durante las últimas vueltas, no merecía eso. Al menos, Piastri pudo suspirar de alivio con los 10 puntos de su cuarto puesto, con los que fortalece su liderato en el Mundial.

Durante más de una hora, los McLaren parecieron fuera de combate, pero su último relevo con los duros puso todo patas arriba. Russell controlaba a Verstappen, pero Antonelli se antojaba presa fácil para Piastri y Norris. Cuando el podio parecía a la mano, Norris la pifió y el italiano, a los 18 años y 10 meses, pudo descorchar el champán para delirio de Toto Wolff, jefe de las Flechas de Plata.

Nervios de Piastri en la salida

Las citadas anotaciones de los comisarios pusieron en tela de juicio la décima plaza de Carlos Sainz, de menos a más en el circuito Gilles Villeneuve. No así la séptima de Fernando Alonso, capaz de sujetarse cerca de los Ferrari. Charles Leclerc, quinto en la meta, también acabó bajo la lupa de la FIA, así que mejor no hacerse muchas ilusiones en Maranello.

Inopinadamente, Verstappen se contuvo en la salida, sin entrar en el cuerpo a cuerpo ante Russell. Los nervios, en cambio, atenazaron a Piastri, que intentó un exterior por la curva 2 ante Mad Max que le hizo perder la posición frente a Andrea Kimi Antonelli. Por detrás, Nico Hulkenberg repitió lo visto en Barcelona, recuperando un par de posiciones al mismo ritmo que las perdía Alex Albon.

Esa excursión del británico por la hierba de la curva 9 suponía un buen augurio para Alonso, porque Williams suponía la mejor piedra de toque para evaluar el nivel de su Aston Martin. Como el resto de favoritos, salvo Norris y Leclerc, el asturiano había optado de inicio por un juego de medios usados. Las previsiones de Pirelli apuntaban a una estrategia de dos paradas, aunque antes habría que comprobar el nivel de degradación.

Bandera a cuadros para Russell y Verstappen en Montreal.

Bandera a cuadros para Russell y Verstappen en Montreal.EFE

En la vuelta 11, Alonso debió ceder su sitio ante Norris y dos giros más tarde Red Bull inició el turno de pit-stops, apostando por los duros para Verstappen. De inmediato replicó Mercedes con Russell, así que por delante parecía definido el plan a dos paradas. McLaren, obligada por las urgencias, ya había cantado a Piastri el plan B. Pretendía estirar al máximo su primer relevo, pero el líder del Mundial tuvo que reaccionar al intento de undercut de Lewis Hamilton.

El graining venía mermando el ritmo de Alonso, notoriamente más lento que Hulkenberg. Quiso refrescar antes el asturiano, pero sus ingenieros sólo se decidieron en la vuelta 17. El objetivo realista para Aston Martin se cifraba en un octavo puesto en la meta, por detrás de Norris y Leclerc. Apostaban ambos por la inversa, coqueteando con la estrategia de mayor riesgo, la de un solo paso por boxes.

"¿Por qué me habéis llamado? Os dije que los neumáticos estaban bien", lamentó Leclerc por radio, consciente de que tendía que cumplir un último relevo de 40 vueltas. Desde ese momento debería mimar las gomas para cumplir con los plazos. Quien no quiso saber nada de esas cautelas fue Alonso. "Estamos en carrera, no en unos test", dijo cuando le sugerían abordar con precaución las curvas 3 y 8.

Los dados de Red Bull

En el tren de cola, Sainz debía dejar a un lado su desencanto y aplicarse con la profesionalidad de siempre. Apelando al coraje se quitó de encima a Gabriel Bortoleto con una arriesgada maniobra en la curva 10. Antes ya se había librado de Oliver Bearman, pero la zona de puntos seguía muy lejos. Casi a la desesperada, Williams optó por un plan de parada única para Carlos.

Habría más vida para los neumáticos cuando los coches, con menos gasolina en el tanque, pesaran menos. A esa esperanza debían aferrarse Norris y Leclerc, mientras Russell comandaba la carrera con calculada tranquilidad, casi ajeno a la jugada de Red Bull. En la vuelta 38, Red Bull detuvo a su campeón, tirando los dados para la triple parada.

A 19 vueltas para la meta, con el octavo puesto en la mano, Alonso cumplió con el segundo pit-stop. Por entonces, Aston Martin debía asumir los 10 segundos de sanción a Lance Stroll por una maniobra ilegal ante Pierre Gasly. No había muchas más noticias por detrás, más allá de las banderas amarillas cuando Albon dejó aparcado su monoplaza en la escapatoria de la curva 10. Sainz, a la estela de Esteban Ocon, aún podía soñar con los puntos. Su anhelo pudo cumplirse, aunque habrá que esperar el veredicto final de la FIA.

Russell frustra a Verstappen en una 'qualy' loca en Montreal, donde Alonso saldrá sexto

Russell frustra a Verstappen en una ‘qualy’ loca en Montreal, donde Alonso saldrá sexto

George Russell se saltó el guion en Montreal y dejó con un palmo de narices a Max Verstappen, con quien hace sólo dos semanas protagonizó una agria polémica en Barcelona. El piloto de Mercedes se apuntó la pole (1:10.899) con 16 centésimas sobre el tetracampeón y 22 ante Oscar Piastri. Un logro tan inesperado como la sexta plaza de Fernando Alonso (1:11.586), por delante de Lando Norris y Charles Leclerc.

En el circuito Gilles Villeneuve, sobre un asfalto pulimentado y unos bordillos juguetones, Russell escribió otro capítulo en su rivalidad con Verstappen. Saltan chispas entre ellos, dentro y fuera de la pista, así que el pulso de hoy, antes de abordar la primera frenada, será fabuloso. Nadie contaba con ellos en Montreal, donde se preveía lo mismo de casi siempre con McLaren.

Desde el viernes, Piastri no se sentía cómodo con la nueva geometría de su suspensión delantera. El líder del Mundial ni siquiera se acercaba a la velocidad de Norris, encantado con su papel de buque insignia en la escudería de Woking. Sin embargo, el británico tropezó por enésima vez con la misma piedra. Cuando quiso cerrar su intento inicial en la Q3 perdió la referencia de la frenada y se marcó un recto en la última chicane. Así dejaba vía libre a Piastri y Verstappen, que se apuntaba la pole provisional por 25 milésimas (1:11.248). Mad Max pulió aún algo su crono, sin percatarse de esa Flecha de Plata que asomaba por detrás. Russell no encabezaba la parrilla desde el GP de Qatar 2024.

Ferrari, tampoco

Si Norris claudicó con esa séptima plaza, qué decir de Leclerc, octavo tras un latigazo a su llegada a la curva 7. El monegasco echó la culpa al aire sucio dejado por Isack Hadjar, aunque esas excusas ya no cuelan en Ferrari. Si los discursos en la Scuderia siguen instalados en el conformismo deberían festejar la quinta posición de Lewis Hamilton.

A la estela del heptacampeón surgió Alonso, que venía de reservar los blandos en la Q1, aunque sin saber con exactitud si eso suponía una ventaja relevante. Su batalla en la Q2 debía librarse ante Yuki Tsunoda, sancionado con 10 puestos en la parrilla por no respetar las banderas roja en los Libres 3, Franco Colapinto, que venía de mostrar su rango ante Pierre Gasly y Nico Hulkenberg, un veterano espoleado por su gran papel en Barcelona. Entre esa clase media, el bicampeón cumplió con el rigor de siempre.

En la citada Q1 nadie debía despistarse con el tráfico, especialmente molesto en Montreal, una de las pistas más cortas del Mundial (4,36 km). Para evitar esas molestias, Verstappen se demoró nueve minutos para saltar al asfalto. Una tregua aprovechada por Alonso, que se dio el pequeño placer de liderar la tabla, justo por delante del tetracampeón.

Nada más marcar ese crono con un juego de medios (1:12.239), Alex Albon se llevó un susto terrible, cuando la cubierta de su motor explotó en mil pedazos en una zona rapidísima, a la entrada de la curva 13. Para retirar los escombros y limpiar la pista se ordenó una breve bandera roja. Con 5:30 en el reloj, Carlos Sainz sólo disponía de una bala para librarse de la quema. Una situación crítica que acabó de la peor manera para el madrileño, bloqueado por Hadjar en la curva 6. Por segunda carrera consecutiva, Carlos se desplomaba en la primera criba y partirá decimosexto. Aún peor resultó el balance de Lance Stroll, eliminado por sexta vez en la Q1.

Lance Stroll, entre los rumores y la "intimidad médica": una lesión crónica que complica el futuro de Aston Martin

Lance Stroll, entre los rumores y la “intimidad médica”: una lesión crónica que complica el futuro de Aston Martin

La segunda sesión libre del viernes en Montreal resultó demasiado movida para Aston Martin. Fernando Alonso se dio un susto con una pequeña excursión por la hierba y Lance Stroll sufrió un impacto contra las protecciones de la curva 7. El canadiense quiso llevar el AMR25 de regreso a boxes, pero sus ingenieros le obligaron a detenerse porque su rueda delantera izquierda amenazaba ruina. Así que Stroll no tuvo más remedio que salir del coche. De inmediato, al desencanto de la afición se sumaron los rumores que han venido rodeando al ídolo local, mermado por una misteriosa lesión en la muñeca derecha desde el pasado GP de España.

«No quiero entrar en detalles sobre lo que he tenido que hacer, porque se trata de mi intimidad médica», dijo Stroll el jueves durante la conferencia de prensa de la FIA. Con su habitual tono, desafiante ante los periodistas, echaba tierra a numerosos comentarios que venían sobrevolando por el paddock. El más insistente había sido propagado por la BBC, que describió escenas de ira del piloto en su garaje, golpeando las paredes con sus manos. Stroll, ajeno a casi todo, quiso insistir en que se veía preparado para afrontar este fin de semana: «Me siento bien y confío en que no será un problema en el futuro». Sin embargo, tras dos operaciones en la misma articulación a lo largo de los dos últimos años, las incógnitas siguen sin despejarse en la escudería de Silverstone.

El origen de la dolencia de Stroll se remonta a febrero de 2023, cuando sufrió un accidente mientras practicaba ciclismo en España. Entonces, los primeros exámenes médicos detectaron una fractura desplazada en la muñeca derecha, varias fracturas en la mano y la muñeca izquierda y otros traumatismos en los dedos de los pies. En Barcelona, dos días después, fue operado por el doctor Xavier Mir, que le colocó varios tornillos metálicos en la mano derecha. El prestigioso traumatólogo, con más de tres décadas de experiencia en el Mundial de MotoGP, optó por un tratamiento conservador para la mano izquierda, confiando en un largo periodo de rehabilitación.

Un solo coche en Barcelona

Como muestra la evidencia científica, especialmente en pilotos de MotoGP, aquella operación a Stroll ya debió considerarse bastante delicada. En primer lugar porque ese tipo de cirugía provoca, en algunos casos, daños en el cartílago. A largo plazo, incluso, deviene en artritis postraumática. De modo que los pacientes han de convivir con el dolor y la rigidez en la articulación, por lo que su rendimiento en la pista queda lejos del 100%.

Stroll no se perdió ni una sola carrera en 2023 y 2024, aunque a comienzos del presente Mundial empezó a sentir otra vez molestias. La situación se agravó durante el triplete europeo (Imola, Mónaco, Barcelona) hasta que en Montmeló él mismo optó por parar. Los síntomas habían empeorado tanto durante la última sesión libre que el domingo ni siquiera tomó la salida. Aston Martin sólo pudo alinear un coche, porque Felipe Drugovich, su piloto reserva, no había tomado el volante en ninguna de las sesiones previas, lo que le impedía participar en la carrera.

El mismo equipo médico, con Mir al frente, volvió a intervenir a Stroll en una cirugía que Aston Martin describió como preventiva y menor. No obstante, los precedentes sugieren ahora un problema crónico. A este factor se suman las citadas complicaciones tras la última operación. Parece complicado que Stroll pueda restablecerse totalmente sin dejar de competir.

El declive de Lewis Hamilton con Ferrari: sin motivación, sin velocidad y sin sitio en Maranello

El declive de Lewis Hamilton con Ferrari: sin motivación, sin velocidad y sin sitio en Maranello

La pasión por Ferrari se percibe en cada rincón del circuito Gilles Villeneuve, el trazado que lleva el nombre de uno de los grandes pilotos en la historia de Maranello. Lejos de Italia, no hay otra sede del Mundial donde la Scuderia se sienta tan arropada. Este fin de semana, ese entusiasmo va a canalizarse, por vez primera, en torno a Lewis Hamilton, el piloto con mejor palmarés en el GP de Canadá. Siete victorias suma el británico, las mismas que Michael Schumacher. Y no termina ahí la cabalística, porque los tifosi saben que este año Montreal acoge, por 44ª vez en la historia, una carrera de F1. La cifra fetiche de Hamilton, con su eterno dorsal 44 recortado ahora sobre fondo rojo. Sin embargo, ni el fervor popular ni la magia de los números pueden enmascarar la coyuntura de Hamilton y Ferrari, inmersos en una calamitosa crisis de resultados.

Hace dos semanas, tras su sexto puesto en Montmeló, Hamilton reconoció haber protagonizado la "peor carrera" de su vida. El pasado jueves, los tres medios más influyentes de la prensa italiana desvelaron al alimón del hartazgo de la cúpula de Ferrari con Fred Vasseur, su team principal. Tres noticias que infectaron el ambiente durante la rueda de prensa oficial de la FIA. "No es bonito saber que este tipo de historias circulan por ahí. Acabo de empezar en un proyecto a largo plazo y no hay dudas sobre lo que estoy trabajando. Así que, por favor, dejad de inventaros cosas", replicó Hamilton, obviando lo que todos saben en el paddock. Las citadas informaciones de Corriere della Sera, Gazzetta dello Sport y Motorsport se construyeron gracias a filtraciones de la propia Scuderia.

A los 40 años, después de 105 victorias y 104 poles, Hamilton vive su peor momento en la F1. No sólo por su sexta posición en el Mundial, a 115 puntos de Oscar Piastri tras nueve carreras, ni por verse superado en el duelo particular ante Charles Leclerc, que le domina tanto los domingos (7-1) como en las sesiones clasificatorias (7-2). Lo más preocupante es su escasa motivación al volante del SF-25 y su nula adaptación al particular ecosistema de Ferrari. Después de toda una vida en Mercedes, donde manejaba a su antojo en compañía de Toto Wolff, Hamilton se siente hoy fuera de sitio en Maranello.

Disparidad de criterio

Los tifosi vienen siguiendo con estupefacción las constantes discusiones por radio entre Hamilton y Riccardo Adami, su ingeniero de pista. También la disparidad de criterio entre Sir Lewis y Vasseur respecto a los objetivos a corto plazo con un monoplaza que pierde cuatro décimas por vuelta frente a McLaren. En Ferrari aún escuece el no de Adrian Newey, a quien se daba por fichado, y la marcha de Enrico Cardile, también en dirección a Aston Martin.

A Hamilton se le nota superado, fuera y dentro del coche. Quiso rodearse de un entorno seguro, recuperando a dos de sus colaboradores de estricta confianza: Angela Cullen, su inseparable fisioterapeuta en Mercedes y Marc Hynes, el mánager de sus comienzos. Sin olvidar a Anthony, su padre, que acaba de recibir un cargo oficial dentro de la FIA o a Ella, su nueva jefa de prensa, reclutada desde Project 44, la fundación con la que potencia el papel de las mujeres negras en la F1. Sin embargo, nada todo se tambalea ahora su alrededor.

La debacle resulta proporcional a las expectativas generadas por el fichaje más importante en la historia reciente de la F1. Ni las llegadas de Alain Prost a Ferrari (1990), Ayrton Senna a Williams (1994) o Sebastian Vettel a Ferrari (2015) tuvieron tanta repercusión mediática. El pasado 20 enero, horas antes del debut de Hamilton en un test, el alcalde de Maranello pidió refuerzos policiales para garantizar la seguridad en Fiorano. Hace dos semanas, el heptacampeón admitió en Montmeló no haber aprendido "absolutamente nada" tras el triplete europeo (Imola, Mónaco, Barcelona). Durante las últimas vueltas del GP de España fue adelantado por el Sauber de Nico Hulkenberg. Cuando le preguntaron por sus planes para Montreal simplemente dijo: "Me voy a casa".

Hamilton, el jueves, durante la rueda de prensa oficial de la FIA.

Hamilton, el jueves, durante la rueda de prensa oficial de la FIA.EFE

No se trata de un declive esporádico, sino de la confirmación de lo apuntado durante su última temporada con Mercedes, cuando fue superado por George Russell en carrera (15-9) y en qualy (19-5). Semejante bajón los sábados resultaba especialmente traumático. Aquel piloto que desataba todo su talento a una vuelta no logra una pole desde hace casi dos años (GP de Hungría 2023). Este curso ha caído dos veces en la Q2 (Imola y Miami) y su mejor resultado se reduce a una segunda fila (cuarto en Mónaco). Por no mencionar las nueve décimas que se dejó frente a la pole en Australia, Bahrein y Arabia Saudí.

De modo que este fin de semana, el horizonte se dibuja otra vez oscuro en Montreal. La pista donde no respetó un semáforo en el pit-lane para chocar contra Kimi Raikkonen (2008) y donde sufrió un accidente con Jenson Button, su compañero en McLaren (2011). Ayer, terminó octavo en la FP2, a 53 centésimas de la cabeza. Otra jornada aciaga para Ferrari, porque Leclerc había destrozado su monoplaza por la mañana contra el muro de la curva 4 y ni siquiera pudo participar en la sesión vespertina.

El circuito Gilles Villeneuve también fue escenario de la primera victoria de Hamilton en la F1 (2007), con 22 años y 154 días, el mismo domingo en el que Fernando Alonso fue adelantado por el Super Aguri de Takuma Sato. Hoy, el asturiano, tres años mayor, muestra cada fin de semana un rendimiento y una motivación muy superiores a su gran adversario.

Otro récord de longevidad para Fernando Alonso y la feroz autocrítica de Lewis Hamilton: "Una de mis peores carreras"

Otro récord de longevidad para Fernando Alonso y la feroz autocrítica de Lewis Hamilton: “Una de mis peores carreras”

Aston Martin pudo disfrutar las horas posteriores al GP de Canadá con mayor tranquilidad que sus rivales. No sólo por los 14 puntos embolsados en Montreal -más que en el global de las tres anteriores carreras- sino porque sus pilotos se libraron de la cita ante los comisarios. Mientras Oscar Piastri, George Russell, Sergio Pérez o Yuki Tsunoda declaraban por diversos motivos -incluido el delirante retraso del japonés en la ceremonia de los himnos- Fernando Alonso y Lance Stroll abandonaban el Circuito Gilles Villeneuve con la sensación del trabajo bien hecho.

La sexta plaza del español y la séptima del canadiense confirmaron las buenas sensaciones del sábado, cuando Fernando sólo rodó dos décimas más lento que la pole. Tras las debacles de Imola y Mónaco, el AMR24 volvió a comportarse como el quinto coche de la parrilla. "Hemos salvado el día y podemos estar contentos", valoró Alonso, conforme con su papel sobre una pista que parecía favorecer al AMR24. "Las 70 vueltas han sido diferentes, con condiciones cambiantes. Una carrera estresante, difícil de ejecutar, porque teníamos dos metros de trazada y si ponías una rueda fuera de la línea seca, todo se complicaba", analizó.

Ese sexto puesto bajo la bandera a cuadros le iba a permitir, asimismo, superar otro registro de Michael Schumacher: el de mayor tiempo entre la primera y la última carrera en los puntos. Hasta ayer, El Kaiser registraba 21 años, dos meses y 17 días entre sus primeros puntos (GP de Italia 1991) y los últimos (GP de Brasil 2012). Desde ahora, Alonso suma dos semanas más que el legendario líder de Ferrari: 21 años, tres meses y dos días entre aquel lejano GP Australia 2003 y este GP de Canadá.

"Que quede claro"

El domingo de Fernando en Montreal iba a fraguarse ante Lewis Hamilton, el otro heptacampeón. "Iba mucho más rápido y merecía quedar delante. Pero al menos no me adelantó en la pista, sino en los boxes. Que quede claro", bromeó el doble ganador de las 24 Horas de Le Mans. Esos 4,3 segundos cedidos en el pit-stop resultarían letales frente al británico.

Durante el primer tramo de carrera, antes del primer safety car, el ritmo de Mercedes era medio segundo más rápido que el de Aston Martin. De hecho, Hamilton dispuso de opciones para pelear frente a Max Verstappen o Lando Norris, gracias a sus mejoras aerodinámicas, en el alerón delantero y el suelo del W15. "Este fin de semana el coche era capaz de ganar. Por eso no tengo precisamente buenas sensaciones", admitió el británico.

"Desde el viernes tuve una actuación realmente pobre", añadió Sir Lewis, en los micrófonos de Sky F1. "Ha sido una de mis peores carreras. Simplemente cometí muchos errores", subrayó, con un tono extremadamente autocrítico. El pulso final ante Russell, por la última plaza del podio, tampoco iba a resolverse a su favor. Pese a los pasos adelante en las fábricas de Brackley y Brixworth, Hamilton no endereza el rumbo ante su compañero de garaje, que le supera tanto en las sesiones clasificatorias (8-1) como los domingos (7-2).

Dentro de dos semanas, la llegada a Barcelona supondrá otro examen para Mercedes y Aston Martin. Un exigente campo de pruebas con el que dar comienzo al extenuante triplete europeo, completado por el GP de Austria y el GP de Gran Bretaña. "Necesitamos seguir desbloqueando más ritmo para desafiar a nuestros rivales", adelantó Mike Krack.

El team principal de la escudería de Silverstone pudo congratularse también por el buen papel de Stroll. Esa séptima posición suponía su mejor actuación tras seis carreras en casa. Minutos después de la bandera a cuadros, el ídolo local salió hacia el muro para recibir el calor de los aficionados. Una rutina durante la mayoría de citas del calendario, pero que en Canadá podría costar cara a los organizadores.

La invasión de la pista no iba a pasar desapercibida para los comisarios, que llamaron a capítulo a Octane Racing Group, el promotor de la prueba. La FIA, después de lo sucedido el año pasado en Interlagos y Albert Park, no quiere que se repitan más escenas de peligro que pongan en riesgo la seguridad de los pilotos.

Verstappen gana esperando y Ferrari se desangra en Montreal

Verstappen gana esperando y Ferrari se desangra en Montreal

Hasta este fin de semana, sólo Michael Schumacher (Silverstone 2012) y Lewis Hamilton (Singapur 2017) habían alcanzado las 60 victorias en la Fórmula 1. A Max Verstappen aún le queda trecho para equipararse con los heptacampeones, pero ya cuenta con otro récord más en los libros de la Fórmula 1. Sin la tremenda superioridad mecánica de hace no tanto, Mad Max ganó en Montreal porque se equivocó menos que Lando Norris y George Russell, sus compañeros en el podio. Y eso, sobre las endemonionadas condiciones del asfalto, tuvo su mérito. Pregunten, si no, a Fernando Alonso, empeñado en sostenerse entre los mejores con su sexto puesto, justo por delante de Lance Stroll.

Entre los charcos y los surcos secos, en un domingo donde cada titubeo se penalizaba con un par de posiciones, Verstappen lo hizo más fácil que el resto. También Red Bull, con un plan estratégico más riguroso que McLaren. Los 25 puntos de Montreal, sumados al estrepitoso fiasco de Ferrari, duplican su ventaja en el Mundial. Alonso, por su parte, ya se daba por satisfecho nada más cruzar la bandera a cuadros: "Fue una carrera muy difícil, que salvamos lo mejor que pudimos".

Desde la misma salida, que la FIA había validado sin recurrir al safety car, hubo sobradas razones para multiplicar las precauciones. Poco hubo de reseñable cuando se apagó el semáforo, salvo el adelantamiento por fuera de Alonso a Daniel Ricciardo, más el toque en la curva 2 entre Sergio Pérez y Pierre Gasly. Haas fue el único que asumió el riesgo de los neumáticos de lluvia extrema. Kevin Magnussen, desde la decimocuarta plaza y Nico Hulkenberg, desde la decimoctava, nada tenían que perder. Sólo implorar al cielo para que siguiese lloviendo. En ocho vueltas, ambos recuperaron 10 posiciones, antes del paso por boxes del danés. Asomaban los primeros rayos de sol y todos aprovechaban los primeros carriles de las trazadas.

"Esto es por lo que sucedió en Miami"

Verstappen se acercaba con prudencia a la cabeza, sin aviesas intenciones y fuera del alcance de los McLaren. Hasta que un error en la decimoséptima vuelta, poco antes de que se permitiera el DRS, empezó a cambiar el panorama. Norris aprovechó las facilidades en la última chicane, antes de marcharse como un disparo hacia Russell. Su precisa maniobra debió de desesperar al británico. De otro modo no se explica su calamitoso fallo, que le regalaría la posición a Verstappen.

Los radares llevaban ya un rato anunciando con insistencia el regreso del agua. No faltaban alicientes cuando Logan Sargeant estrelló su Williams en una zona demasiado peligrosa. Tanto como para hacer inevitable el safety car. Un golpe de fortuna para Red Bull, que ordenó el inmediato paso de Verstappen por boxes, mientras McLaren no acertaba a cumplir con Norris. Donde las dan las toman, pensaron en la escudería austriaca. "Esto es por lo que sucedió en Miami", recordaron a Mad Max, que había perdido aquella victoria frente a Norris por otro coche de seguridad.

Con más de la mitad de carrera por delante, Verstappen atrapaba al fin la primera plaza. En la elección de las últimas gomas, a la espera del momento idóneo para retirar las de mojado, se resolvería todo. El primer envite, totalmente a la desesperada, lo lanzó Ferrari con Charles Leclerc, perdido en las profundidades. Una avería en el motor provocaría su retirada.

Hubo que esperar un poco más para el primer órdago serio, de Mercedes con Lewis Hamilton. Por entonces, la zona más resbaladiza se situaba en las curvas 1 y 2, aunque el resto del circuito tampoco permitía la mínima indecisión. Sólo alguien heterodoxo como Alex Albon podía animarse a una maniobra tan genial ante Esteban Ocon y Ricciardo, justo antes de la recta de meta. El resto, incluidos los favoritos, debían conformarse con subsistir.

Alonso se había batido rueda con rueda frente a Hamilton, equiparando sus cronos con los de los favoritos. Tanto empeño quedó devaluado por los mecánicos de Aston Martin, con 4,3 segundos en el pit-stop. En su regreso a la pista, el asturiano ya se temió lo peor: "Quizá deberíamos haber montado las gomas para seco". Dos minutos después, cuando le confirmaron el parte meteorológico, Fernando supo que las 19 vueltas que le quedaban con el intermedio de lluvia se harían largas.

en busca del 'overcut'

Red Bull emuló de inmediato a Mercedes, mientras McLaren mantuvo a Norris, en busca del overcut. Había escasísimo margen entre ambos y así quedó patente en la reincorporación del británico. A la desesperada, con el coche cruzado, buscaba tracción Lando por el carril seco. No hubo suerte para la gente de Woking. Aun sin poder acercarse a los pianos, Verstappen se perfilaba como gran favorito. Tampoco el último safety car truncaría sus opciones.

La neutralización, en este caso, debió atribuirse a Carlos Sainz, con una pifia en la curva 7 que dejaría fuera de combate a Albon. Aunque supo sacar el Ferrari de la pradera empapada, nada quedaba ya por delante para el madrileño. Este doble abandono, apenas un par de semanas después del confeti en Mónaco, deja muy tocada a la gente de Maranello. Tampoco Sergio Pérez recordará con nostalgia un domingo donde acabaría sin alerón trasero. El bagaje de Checo en las tres últimas citas se reduce a los cuatro puntos de Imola.

Una 'pole' con el mismo tiempo, 27 años después: la euforia de George Russell y el desplome de Ferrari en Montreal

Una ‘pole’ con el mismo tiempo, 27 años después: la euforia de George Russell y el desplome de Ferrari en Montreal

Difícil recordar una sesión clasificatoria tan dispar, tan divertida, tan necesaria. George Russell conquistó en Montreal la segunda pole de su vida, con el mismo crono que Max Verstappen (1:12.000). Desde el GP de Europa de 1997, la Fórmula 1 no asistía a un desenlace similar. Y desde el GP de Bélgica 2021, con sus dos coches fuera de la Q3, Ferrari no fracasaba de un modo tan insolente. Entre tantos sobresaltos, Fernando Alonso pudo al menos salvar la situación para Aston Martin, con un sexto puesto en la parrilla que bien debe dejarle satisfecho.

Había que oír gritar a Russell cuando le cantaron por radio la buena nueva. Y ver la cara de satisfacción de Verstappen, víctima de numerosos problemas a lo largo del fin de semana, ante las cámaras. Las actualizaciones aerodinámicas habían convertido a Mercedes en la referencia, mientras Red Bull tenía que esforzarse como uno más. Otro síntoma de que algo anda cambiando en el Mundial 2024.

En verdad, Red Bull había perdido por el camino a Sergio Pérez, recién renovado hasta 2025. Por tercera carrera consecutiva, el mexicano no lograba alcanzar la Q2, sin poder alcanzar siquiera a Daniel Ricciardo y Yuki Tsunoda, los pilotos de Visa Cash App RB, filial de la escudería austriaca. Sobrevolaban las nubes por el Circuito Gilles Villeneuve, sin descargar nunca con la intensidad esperada, mientras Checo pagaba su frustración a base de puñetazos.

El susto en la curva 4

Verstappen ya había padecido lo suyo, salvando la papeleta en la Q2 al volante de un RB20 inestable, impredecible. Russell también pudo esquivar el desastre con un rectificado en la curva 4, rematado con un alarido: "Santo Cielo". En ese momento, el más inspirado parecía Lewis Hamilton, dominador en el primer parcial, el más decisivo en este trazado. Sin embargo, el heptacampeón se vino abajo en el momento decisivo y partirá séptimo.

Aunque si algún equipo estuvo irreconocible, sólo cabe señalar a Ferrari. Sin estabilidad, sin velocidad en un trazado donde se perfilaban como favoritos, Carlos Sainz y Charles Leclerc cayeron con estrépito en la Q2. Dos semanas después de su triunfo en casa, el monegasco andaba tan furioso que ni siquiera quiso decir nada en caliente. Carlos, algo más comedido, hizo hincapié en la falta de agarre.

"No vamos a ninguna parte"

Esas gotas caprichosas, ese continuo abrir y cerrar de paraguas, terminaron por desquiciar a Ferrari. No aprovecharon un rebufo, no encontraron soluciones en una pista siempre cambiante y perdieron la batalla ante el Williams de Alex Albon. Cuando pudo tranquilizarse, el veredicto de Leclerc ante los micrófonos resultaba demoledor: "En condiciones de seco simplemente no vamos a ninguna parte. El coche, sencillamente, se siente mal".

En esas aguas procelosas, Aston Martin supo al menos optimizar sus recursos. Durante la Q3, después de que todos optasen por los neumáticos usados para su primer intento, Alonso se sacó de la manga una fantástica vuelta (1:12.228), casi medio segundo más rápido que Lance Stroll. Trepar tres posiciones más hasta el podio, desde luego, se antoja casi una fantasía ante McLaren. Porque Lando Norris y Oscar Piastri, tercero y cuarto, se perfilan con más opciones de pelear contra Russell y Verstappen que de ceder terreno ante el AMR-24.

Fernando Alonso aprovecha el momento y marca el mejor crono en Montreal

Fernando Alonso aprovecha el momento y marca el mejor crono en Montreal

Las dificultades en el Circuito Gilles Villeneuve, sobre un asfalto deslizante y una constante amenaza desde el cielo, favorecieron a Fernando Alonso, quizá el mayor especialista de la parrilla en condiciones mixtas. El bicampeón mundial cerró el viernes marcando el mejor tiempo de la segunda sesión libre (1:15.810), con 46 centésimas sobre George Russell y 65 ante Lance Stroll, al volante del otro Aston Martin. El escaso agarre no iba a disuadir al asturiano, que estableció su crono antes de la aparición de la lluvia, evidenciando sus buenas sensaciones en una pista donde hace sólo un año se quedó muy cerca de la victoria.

El relevo inicial de 14 vueltas con el neumático blando bastó a Alonso para dominar la tabla. Después de que las nubes descargasen, en el tramo final, los favoritos debieron montar gomas intermedias de lluvia. Y ni siquiera así pudieron librarse de los sustos. De hecho, Lewis Hamilton debió hacer malabarismos para evitar un golpe contra las protecciones de la Curva 4. Y Charles Leclerc sufría más de lo habitual, con un trompo de 360º en la Curva 10.

A diferencia de lo sucedido en Imola, Aston Martin sí escogió esta vez el momento idóneo para salir a pista. La rapidez del AMR24 a la hora de calentar los neumáticos impulsó a Alonso, necesitado de un paso adelante tras dos carreras consecutivas fuera de los puntos. En cualquier caso, no conviene extraer conclusiones definitivas en un viernes plagado de interrupciones por la lluvia.

Demasiadas incógnitas

Ningún equipo pudo completar las habituales simulaciones, donde suelen recopilar datos imprescindibles para la carrera. Tampoco se dispuso de tiempo para comprobar el rendimiento del neumático medio, el que mejor parece adaptarse a esta pista, por su aguante a la degradación. Hay tantos interrogantes que ni siquiera Mercedes llegó a montar el alerón delantero, con el que pretende acercarse a los tiempos de Ferrari y McLaren.

Durante la sesión matinal, Lando Norris había liderado la tabla (1:24.435), con 32 centésimas de ventaja ante Carlos Sainz y 87 frente a Leclerc. Ni McLaren ni Ferrari han traído a Canadá mejoras aerodinámicas, mientras Red Bull estrena alerón trasero. El otro momento reseñable de la FP1 fue el accidente de Guanyu Zhou, que desencedenaría una bandera roja.

Aún peor corrieron las cosas para Red Bull, lejos de la cabeza y víctima de una severa avería en el monoplaza de Max Verstappen. A falta de media hora para el final de la segunda sesión, el tricampeón mundial detectó olor a quemado, por lo que su equipo le conminó a activar el protocolo de seguridad. De inmediato, una nube de mecánicos acordonaría el RB20, negando cualquier resquicio a la curiosidad de las cámaras.

Tras desmontar casi por completo el coche, la escudería capitaneada por Christian Horner informó de un problema en el Sistema de Recuperación de Energía (ERS). Otro revés para el tricampeón mundial, que ha perdido el aura de invulnerabilidad con la que venía dominando el Mundial desde 2021. Pese a sus cinco victorias en las ocho primeras carreras, Mad Max ya arrastró problemas de fiabilidad en Australia y falta de ritmo en Miami y Mónaco.