Fue bonito mientras duró

Fue bonito mientras duró

Actualizado Lunes, 10 noviembre 2025 - 10:51

No ganará el Mundial, pero volverá a ser encumbrado. No firmará el quinto consecutivo, pero todo el mundo pensará que es el mejor piloto del año. Lando Norris levantará el trofeo de campeón en la gala de la FIA, pero Max Verstappen podrá sentirse orgulloso de haber vuelto a conquistar con su talento algo más importante que un título. Max se llevará la admiración, el respeto y el acuerdo unánime de que este año, pese a no ganar, ha vuelto a ser el mejor.

Necesitó muy poco para engancharse a la pelea. Una sutil mejora del coche en Italia le bastó para recortar diferencias y meterle el miedo en el cuerpo a McLaren. Después llegó una progresión frenética y, hasta México, nos convenció de que el milagro era posible. Pero hace dos semanas, en el Autódromo Hermanos Rodríguez, se frenó la racha. Max no pudo ganar (hizo tercero) y Lando Norris empezó a mostrarnos su mejor versión.

En Brasil, lejos de cambiar la situación, vimos algo insólito. Por primera vez en su vida Verstappen cayó eliminado en la Q1. No había ocurrido antes que marcando un tiempo en la primera fase de la clasificación no fuera suficiente para que Max pasase a la siguiente ronda. Cambió reglajes y motor, salió en carrera desde el pit lane y volvió a hacer lo que sí es habitual cuando el holandés parte desde muy atrás: remontar. De decimonoveno a tercero con un catálogo de adelantamientos admirable. En especial, el que le hizo a George Russell por fuera en la curva 1. No lo pensó, no dudó, simplemente ejecutó. En realidad, todo le salió bien porque no estaba pensando en ese adelantamiento. Como los buenos jugadores de ajedrez, Max estaba pensando en el siguiente movimiento. Y ese era adelantar a Kimi Antonelli para ser segundo. La única forma de llegar a Kimi a tiempo era no perder un minuto con Russell. Le adelantó como un autómata. Como si adelantar al inglés fuera algo que estaba escrito, algo ya descontado, algo inevitable.

Max no pudo con Antonelli y su remontada terminó ahí, en un tercer puesto que le valió para subir al podio otra vez (lleva siete consecutivos), le sirvió para ser elegido piloto del día en las votaciones de millones de espectadores de todo el mundo, pero le apeó del campeonato. A falta de tres carreras y una Sprint para llegar al final del campeonato, 49 puntos parecen una distancia insalvable incluso para Max.

El bajón de rendimiento de Red Bull en los dos últimos grandes premios coincide con otros factores determinantes. Lando está mostrando una confianza y una solidez que desconocíamos. Ha hecho dos fines de semana perfectos en México y Brasil. Su brillo es inversamente proporcional a la decadencia de su compañero Oscar Piastri. Lleva seis carreras consecutivas terminando por detrás de Norris, ha perdido frescura, ritmo y confianza. Y no sólo eso, ha perdido el liderato después de que Norris en las últimas seis carreras le haya recortado 58 puntos. De tener 34 de colchón ha pasado a tener 24 de desventaja.

Esta situación hace que las opciones de mantener a Verstappen en la lucha se desvanezcan. Desde hace tiempo no hay lucha ni igualdad entre los dos pilotos de McLaren y eso hace que no haya riesgo en la pista. Sólo un doble cero de los coches papaya podría meter en el campeonato al holandés, pero el acierto de uno y la falta de ritmo del otro hace que esto no sea posible.

Las cosas cambian muy rápido en la Fórmula 1, pero Norris tiene bastante perfilado su primer título. A su compañero todo le sale mal y el que podría haber sido el enemigo real está ahora demasiado lejos. Que nadie descarte un giro inesperado de guion, puede ocurrir, pero si sigue esta tendencia la idea de un final de Mundial de infarto se desvanece. ¡Qué pena! Fue bonito mientras duró.

Norris da un golpe al Mundial y Verstappen se queda a medias en Interlagos

Norris da un golpe al Mundial y Verstappen se queda a medias en Interlagos

Lo hizo como si nada, como si no exorcizase tantos demonios de un plumazo. Lando Norris abrochó en Interlagos su séptima victoria del año, segunda consecutiva, que le afianza en el liderato del Mundial, donde ahora cuenta con 24 puntos sobre Oscar Piastri, quinto en la meta. Tan sustancial como esa ventaja son los 49 frente a Max Verstappen, tercero en el podio. El holandés, que había partido desde el pit-lane, bastante hizo durante 70 vueltas, aunque en la última no pudiese quitarse de encima a Andrea Kimi Antonelli.

Fue otro domingo fabuloso para Norris y nefasto para Piastri, el yin y el yang en McLaren. Mientras el británico navegaba en cabeza sin que las turbulencias entorpeciesen su camino, el australiano penaba por detrás, arrastrando una penalización de 10 segundos por una fea maniobra frente a Antonelli. Ajeno a cualquier trifulca, obcecado en su misión, Verstappen hizo todo lo que estaba en su mano, forzando maniobras que sólo él borda con esa suavidad. No obstante, se marcha de Sao Paulo sabedor de que el sueño del quinto título se esfuma.

Red Bull quiso romper el régimen de parque cerrado en el RB21 de Mad Max, introduciendo con cambios en el motor y en la configuración aerodinámica. Sin margen para el error, en una situación desesperada, el heptacampeón se vio impelido otra gesta como la de 2024, desde la decimoséptima plaza en la parrilla hasta la victoria en la meta. No pudo repetirla, pero bien mereció la pena el espectáculo.

Gran maniobra ante Russell

La superioridad de Norris quedó de manifiesto en un momento crítico. Fue en la vuelta 33, cuando tras su primer pit-stop, una traviesa secuencia de carrera le había colocado por detrás del holandés, su ogro de cabecera. En ese instante crucial, Lando ejecutó un impecable adelantamiento con DRS en la recta de meta. Antes había rodado 20 vueltas con los blandos, sin mayor novedad. Su ritmo se antojaba imposible para los Mercedes.

En su febril cabalgada, Verstappen llegó a liderar provisionalmente la prueba, poco después de que en la vuelta 51, Norris apurase su segunda y última parada. También obsequió al respetable con un soberbio adelantamiento sobre George Russell, una de sus víctimas predilectas, a ocho giros para la bandera a cuadros. Su conmovedora entrega, su descomunal talento, contrastaban con lo sucedido en el otro garaje de Red Bull. Después de un toque con Lance Stroll en el tramo inicial, Yuki Tsunoda recibió 10 segundos. Y como el japonés no supo cumplir correctamente el castigo, los comisarios debieron doblárselo.

Los incidentes se sucedieron desde el arranque, para tormento de Ferrari. Lewis Hamilton se rozó con Tsunoda antes de destrozar su alerón trasero contra el Alpine de Franco Colapinto. El único alivio para el heptacampeón fue que antes de cerrarse esa primera vuelta, Gabriel Bortoleto tampoco midió ante Stroll, forzando el primer safety car de la tarde. Al pisar la grava, el ídolo local había perdido el control de su Sauber en la curva 10.

La reanudación no arredró los ánimos, más bien a la inversa. Desde la cuarta plaza, obligado por las circunstancias, Piastri se jugó un cara o cruz ante el rookie de Mercedes. Por el interior de la curva 1, en una vertiginosa bajada, el australiano forzó en exceso, desplazando al Mercedes, que se llevaría por delante a Charles Leclerc. Abandono forzoso para Il Predestinato, el segundo de la temporada. El doble cero deja a la Scuderia en cuarta posición del Mundial, ya por detrás de Red Bull.

Entre tantas calamidades, antes de que se decretara el virtual safety car, Verstappen iba a toparse con restos de fibra de carbono. Tras arreglar el pinchazo en la rueda delantera izquierda, el líder de Red Bull se reincorporaba decimoctavo. Al menos así pudo deshacerse de unos neumáticos duros muy lejos de su rendimiento óptimo.

Decimotercero y decimocuarto

De ello daban fe en Aston Martin, el único equipo que seguía apostando por entonces por las gomas blancas. En la segunda relanzada, Fernando Alonso perdió el sitio frente a Alex Albon, muestra de que no se encontraba cómodo. Cuando le dijeron por radio que deslizaba en la curva 12, el asturiano replicó con un grito: "¡Sí, sí. Podéis cambiar algo más!".

Ese primer tercio de carrera no resultó tampoco propicio para Carlos Sainz. Enzarzado con Hamilton, con el alerón trasero tocado, el madrileño entró en boxes en la vuelta 18, pero un fallo en la rueda delantera derecha hizo que el pit-stop se eternizase durante 5,2 segundos. La pelea por los puntos debía resolverse frente a los Racing Bulls y Pierre Gasly, más competitivo que de costumbre. Sin embargo, Carlos no pudo reponerse a tantas adversidades y finalizó decimotercero.

Mucho antes de lo esperado, en la vuelta 29, debió entrar Alonso para prescindir de los duros, aunque consciente de las penurias de lo que por radio le habían definido como Plan B. No había material suficiente para competir dignamente contra Liam Lawson. La degradación en las gomas era mayor de la esperada. El AMR-25 se diluyó tanto que incluso parecía un Alpine. Así que Alonso acabó decimocuarto y Stroll decimosexto, sólo por delante de Tsunoda.

La fortaleza mental con la que Verstappen destroza a sus rivales: "Es implacable, como Terminator"

La fortaleza mental con la que Verstappen destroza a sus rivales: “Es implacable, como Terminator”

Hace algo más de un año, poco antes de cerrar la mejor temporada en la historia de la F1, Max Verstappen explicó el enfoque mental con el que aborda cada carrera: "Disfruto de lo que hago, pero tampoco me vuelvo loco. No me planteo muchas preguntas. Simplemente me dejo llevar y eso me funciona". Aquellas palabras se entendían mejor a la luz de la facilidad con la que había logrado 19 victorias, pero no con los sufrimientos a los que ha hecho frente en 2024. Un Mundial, cerrado con un quinto puesto en Las Vegas, donde tuvo que superar indecibles dificultades dentro y fuera del coche. Así que, para alzar su cuarta corona, el holandés no sólo ha demostrado ser el piloto más rápido, sino el de mayor fortaleza psíquica.

Si hay una imagen que explica el cuarto título de Verstappen es la de su entrada triunfal en meta durante el GP de Brasil, donde había partido decimoséptimo. Y si hay un dato para cifrar el descalabro de Lando Norris son sus 90 puntos perdidos por el camino. Desde las poles desperdiciadas en Montmeló y Hungaroring, al error durante un pit-stop en Silverstone, la excursión por la grava en Spa, el enganchón en Austria o las cinco posiciones perdidas en Interlagos. La diferencia entre los dos aspirantes estribó en el modo con el que abordaron las dificultades.

"Los verdaderos campeones poseen un conjunto de herramientas mentales más completo que otros que simplemente pueden conducir rápido", arranca Kerry Spackman, uno de los hombres que, desde 2003, empezó a guiar los pasos de Lewis Hamilton. En conversación con EL MUNDO, el neurólogo neozelandés estima que "al menos el 95% de quienes alcanzaron la cima lo hicieron gracias a sus habilidades mentales" y ofrece un análisis que explica tanto el éxito de Mad Max como la frustración del líder de McLaren. "Los campeones siguen mejorando cada día, mientras que los de mayor talento natural se topan a veces con un muro y no logran mejorar debido a su falta de herramientas".

"Una caja completa de herramientas"

En todas las ramas de la competición se pueden enumerar ejemplos de quienes, con un talento natural innato, no pudieron paladear la gloria. Un capítulo, teñido por el malditismo, que el profesor Spackman denomina "el caso de los campeones desaparecidos". "Lo que la mayoría de la gente no aprecia es que un piloto de F1 necesita una amplia gama de recursos mentales para estar constantemente en la cima. Esto se debe a que la se trata de un deporte muy complejo, con miles de aspectos diferentes. Por lo tanto, no se trata solo de esta o aquella herramienta, sino de una caja completa de herramientas".

"Un aspecto interesante de nuestro cerebro es que cuenta con diversos módulos diferentes o unidades de procesamiento. Un poco como una computadora, con múltiples CPU y tarjetas gráficas. Sacar el máximo provecho de todos estos módulos mientras se compite es muy complicado. Los mejores pilotos aprenden a hacerlo, aunque lo que funciona para uno puede ser diferente para otro", desarrolla Spackman, cuya labor pionera encuentra hoy numerosos sucesores en el paddock.

Uno de ellos, Greg McColl, también ofrece sus conclusiones a este diario. "Cuando pienso en Max y sus cualidades, hay una palabra que me viene a la mente: implacable. Una cualidad que cualquiera puede incorporar a su vida", sostiene el británico, en cuya nómina figuran algún nombre de la actual parrilla. Verstappen mostró su carácter en el GP de Austria, superando una sanción de 10 segundos para acabar cuarto, mientras Norris, víctima de un pinchazo ocasionado por su duelo ante el líder del Mundial, no podía alcanzar la bandera a cuadros. También en Austin, cuando tras otra colisión con el McLaren, acabó por delante en la meta.

Verstappen, durante la carrera en Las Vegas.

Verstappen, durante la carrera en Las Vegas.RED BULL CONTENT POOL

Para ilustrar la ferocidad de Verstappen, McColl recurre a dos figuras de la cultura popular. "Walt Disney dijo una vez: 'La diferencia entre ganar y perder reside, en la mayoría de los casos, en no rendirse'. Hay que saber lo que se quiere conseguir y adaptarse para ello. Hay que seguir adelante y levantarse. Se trata de la frase de Arnold Schwarzenegger en Terminator 2: 'Debo seguir funcionando hasta completar mi misión. Lo demás no importa". Tampoco lo que suceda en el garaje, ni en las ruedas de prensa, ni en lo relativo a su futuro.

"Sistemas con los que aislarse"

Nadie debería pasar por alto que el Mundial 2024 arrancó con el escándalo sexual en torno a la figura de Christian Horner, team principal de Red Bull. Un cataclismo que iba a poner en cuestión la propia continuidad de Verstappen, enfrentado después con la FIA a propósito de su lenguaje malsonante. Por no mencionar las sospechas en torno a su equipo, a quien obligaron a retirar un dispositivo aerodinámico con el que podía variar la altura del coche. "Estos asuntos pueden afectar realmente a un deportista de élite. Hay muchos ejemplos en otras disciplinas. Sin embargo, Max tiene la capacidad de apagarlo para que el ruido tenga poco efecto sobre él. Este es un ejemplo de una de sus habilidades mentales", relata el doctor Spackman.

"Además de ser capaz de 'entrar en la zona' y eliminar las distracciones, un campeón necesita ser un capitán e influir en el diseño y la configuración del coche. Necesita lidiar con la prensa, los patrocinadores, el jet-lag...", abunda quien también hubo de asesorar al tricampeón Jackie Stewart y los All Blacks. McColl, uno de sus discípulos, profundiza en esta idea. "El piloto debe reconocer y ser consciente de lo que le afecta y lo que no. Desarrollar, en definitiva, sistemas con los que aislarse de las distracciones y centrarse 100% en su trabajo".

"En algún momento, incluso a bordo del mejor coche y en su mejor momento físico, cualquier piloto va a sufrir un percance, sea por una respuesta emocional vinculada al enfado o la frustración o simplemente por pura distracción. La clave para mejorar tu rendimiento es tomar conciencia de lo que experimentas con tus emociones, dedicar el mismo tiempo a tu desarrollo psíquico y tomar el control, en lugar de convertirte en un simple pasajero. Todo gran campeón llega en algún momento a la conclusión de que el factor más importante en las carreras es su enfoque mental", concluye McColl.

Las opciones de Verstappen para ser campeón en Las Vegas y su dardo a la prensa británica: "¿Han salido corriendo al aeropuerto?

Las opciones de Verstappen para ser campeón en Las Vegas y su dardo a la prensa británica: “¿Han salido corriendo al aeropuerto?

Dentro de tres semanas, Max Verstappen se proclamará campeón del Mundial 2024 si cruza la meta del GP de Las Vegas por delante de Lando Norris. En caso de que el piloto de McLaren quiera mantener alguna opción de cara a las dos últimas carreras, deberá sumar tres puntos más que el líder de Red Bull. En cualquier caso esa tarea se antoja una quimera a tenor del momento de Norris, que a última hora del domingo ya llevaba el desencanto pintado en la cara, al tiempo que Mad Max se permitía varias bromas con la prensa.

"Max era claramente más rápido que nosotros, así que creo que si [hubiera salido] desde delante, probablemente nos habría doblado. Nuestro ritmo era similar al de George [Russell], pero el Red Bull era mucho más rápido", admitió el piloto de McLaren, lógicamente decepcionado por su sexto puesto tras partir primero en la parrilla. De sus siete poles en 2024, Norris sólo ha sabido traducir tres en victorias (Miami, Países Bajos y Singapur).

En esta ocasión, la bandera roja provocada por un choque de Franco Colapinto en la vuelta 32, decantó la suerte de la carrera. "No hicimos nada mal. No me importa lo que diga la gente, quedarnos fuera no era lo correcto. No debería haber bandera roja, pero obviamente al final hubo un accidente que la provocó. Así es la vida, a veces. Te la juegas y les ha salido bien. No es talento, sino suerte", añadió Norris, en referencia a Verstappen y los pilotos de Alpine, los únicos que prefierieron mantenerse en pista y no pasar por el garaje.

27 años después

En esa decisión se dilucidaría la suerte de la carrera, que permitió a Esteban Ocon y Pierre Gasly lograr un hito para el automovilismo de su país. Desde el GP de España de 1997, dos pilotos franceses no subían al mismo podio. Aquel domingo nublado en Montmeló Olivier Panis (Prost Honda) y Jean Alesi (Benetton Renault) escoltaron a Jacques Villeneuve (Williams Renault) ante los micrófonos. La alegría en el box de Alpine, escenario hasta hace muy poco de una cruenta batalla entre sus pilotos, parecía más que justificada.

Aunque ninguna euforia tan llamativa como la de Verstappen, que salió del GP de Sao Paulo con 31 puntos, que incluyen su cuarto puesto de la sprint race y el bonus de la vuelta rápida. El segundo mejor botín del año para el holandés, sólo por detrás de los 33 del GP de China. En Interlagos, Mad Max sumó más puntos que el global de su compañero Sergio Pérez en las siete últimas carreras. La importancia de este paso para el cuarto título mundial se comprendía mejor observando y escuchando al holandés durante sus compromisos ante los micrófonos.

"Os agradezco que estéis aquí, pero no veo a ningún periodista británico. ¿Han tenido que salir corriendo al aeropuerto? ¿O no saben dónde es esta rueda de prensa?", preguntó Max con tono sarcástico, ante la carcajada general del auditorio. En verdad, de las ocho preguntas lanzadas al tricampeón mundial, siete correspondían a medios brasileños y la otra era del diario francés L'Equipe.

Norris, junto a los mecánicos de McLaren, durante la clasificación del sábado.

Norris, junto a los mecánicos de McLaren, durante la clasificación del sábado.AFP

Hubo que esperar a última hora para asistir a la única buena noticia del domingo para Norris, sobre cuya cabeza recaía la amenaza de una hipotética sanción por "salir de la parrilla pese a que se había dado la señal de salida abortada. "El Director de Carrera inició el procedimiento de salida abortada indicando que los pilotos no debían abandonar la parrilla. Este mensaje era necesario ya que había un coche fuera de pista en la curva 4 (Lance Stroll) que debía ser recuperado. Aunque la señal se dio correctamente, el panel luminoso se encendió según lo prescrito y los equipos fueron notificados por el sistema de mensajería, el piloto abandonó la parrilla y procedió a dar una vuelta que supuso que era una vuelta de formación extra", explicaron los comisarios en su escrito.

Según el citado texto, rubricado por Gerd Ennser, Andrew Mallalieu, Johnny Herbert y Luciano Bur, Norris "precipitó la acción de los pilotos de la parrilla situados justo detrás de él", por lo que fue penalizado con una reprimenda y 5.000 euros de multa. Se da la circunstancia de que Russell y Liam Lawson también fueron investigados por este mismo episodio. Mientras el piloto de Mercedes fue penalizado con la misma sanción que la impuesta a Norris, el neozelandés de Visa Cash APP RB se libró de cualquier tipo de castigo.

El cuarto Mundial, en el bolsillo

El cuarto Mundial, en el bolsillo

Actualizado Domingo, 3 noviembre 2024 - 23:48

No podía tener más cosas en contra. Una penalización de cinco posiciones por cambio de motor, una vuelta incompleta en clasificación por una bandera roja, un decimoséptimo puesto en parrilla, una carrera con lluvia, poca visibilidad, necesidad de adelantar, obligación de asumir riesgos y a su principal rival en la pole. Max Verstappen tenía frente a él, justo antes de empezar el GP de Brasil, un infierno, una pesadilla, un reto a su capacidad de

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Obra maestra de Verstappen en Interlagos y jaque mate al Mundial

Obra maestra de Verstappen en Interlagos y jaque mate al Mundial

Hubo escenas muy similares a las del GP de Brasil 2003, cerrado con aquel brutal accidente de Fernando Alonso, tercero en el podio. Una vorágine de desconcierto, un asfalto deslizante como el cristal y una serie de controvertidas decisiones de la FIA. En el GP de Sao Paulo 2024 se mezclaron de nuevo esos ingredientes para mayor gloria de Max Verstappen, que al fin acabó con su mala racha. 10 carreras sin victoria se antojaban demasiadas para el próximo campeón del mundo, que destrozó la moral de Lando Norris en Interlagos. Con 86 puntos en disputa ahora cuenta con 62 de ventaja.

Desde el GP de Japón 2005, con aquella remontada de Kimi Raikkonen, ningún piloto subía a lo más alto del podio tras partir decimoséptimo. Ese fue el nuevo registro de Verstappen para la historia de la F1. Norris, autor de varios disparates sobre el asfalto empapado, pasó de la pole a la sexta posición en la meta. Tras casi dos horas y media apretando los dientes, el tricampeón enseñó al aspirante cómo se gana un título, vuelta rápida incluida (1:20.472).

McLaren no pudo asomar siquiera a un podio completado por Esteban Ocon y Pierre Gasly. Un éxito sin precedentes para Alpine, que se lleva 33 puntos en una carrera, cuando en las 20 anteriores apenas sumó 16. El riesgo de su estrategia, retrasando al máximo la entrada a boxes, se tradujo en bingo para Oliver Oakes, su flamante team principal. También para Verstappen, beneficiario de esa misma bandera roja. El jaque mate de Mad Max.

"La espalda me duele mucho"

Lástima que a la épica de Interlagos no pudieran sumarse Carlos Sainz y Fernando Alonso. Tras su triunfo del pasado domingo en México, el madrileño se marchó de vacío, tras un accidente en la vuelta 40. Tampoco hubo razones para la sonrisa del asturiano, penúltimo de los 15 supervivientes. "Voy a acabar por nuestros mecánicos, que han hecho un trabajo increíble. Pero la espalda me duele mucho. El rebote del coche no es normal", subrayó el bicampeón por radio.

El desgobierno de la FIA se hizo palpable desde antes incluso de arrancar. Cuando Lance Stroll, camino de Descida do Lago, sufrió un trompo inadmisible para el que encontró un remedio aún más absurdo. Atrapado en la grava, la baja del canadiense se sumaba a la de Alex Albon, para quien Williams no pudo recuperar el coche dañado en la qualy. Los mecánicos de Ferrari también disponían de poco más de dos horas, así que bastante hicieron para que Carlos Sainz saliera desde el pit-lane.

El caos al que nos referíamos se concretó cuando los comisarios mostraron la señal de salida abortada. Norris, desde la pole, se puso en marcha sin la pertinente luz verde, mientras otros, como Valtteri Bottas o Max Verstappen, seguían en sus posiciones. «Aquí se han infringido todo tipo de procedimientos», le dijeron por radio al líder del Mundial. Los pilotos no sabían si iniciar otra vuelta de formación o mantenerse en la salida abortada. Para redondear el delirio, el incidente de Norris iba a resolverse una vez terminada la carrera.

La grúa levanta el Ferrari de Sainz en la curva 8.

La grúa levanta el Ferrari de Sainz en la curva 8.AFP

Tras 17 minutos de espera, dio comienzo una carrera a 69 vueltas, dos menos de las programadas. Nada más apagarse el semáforo, el habitual error de Norris, incapaz de contener a Russell, que un minuto antes se había quejado de la fría temperatura de sus frenos. Por entonces no llovía, pero sólo los elegidos mantenían el rumbo sobre un asfalto tan deslizante. Verstappen, por ejemplo, ganó cinco posiciones en la primera vuelta. Unos metros más adelante, Sergio Pérez hizo un trompo que le dejaba como farolillo rojo.

De esa dualidad palmaria también sabían en Mercedes. El liderato de Russell, a un paso no demasiado rápido, contrastaba con los padecimientos de Lewis Hamilton. "La conducción es realmente mala. El coche rebota mucho", lamentaba el heptacampeón, que en las horas previas había disfrutado al volante del McLaren MP4/5B de Ayrton Senna. Una de las afrentas que hubo de soportar fue verse sin recursos ante un novato como Oliver Bearman, que ha sustituido a Kevin Magnussen.

Los colores de Haas volvieron a hacerse notar en la vuelta 28, cuando Nico Hulkenberg patinó de mala manera en la curva 1, desencadenando el virtual safety car. Un momento de singular importancia, acrecentado además por la lluvia, que multiplicó su intensidad. Norris aprovechó la tesitura para adelantar a Russell bajo una cortina de agua.

En un domingo tan delicado, Liam Lawson era uno de los hombres a seguir. Si el neozelandés había cumplido cediendo el paso ante Verstappen, cuando llovió de verdad volvió a recurrir a sus peculiares astucias frente a Hamilton y Oscar Piastri. Mientras tanto, una bandera negra frustraba cualquier opción de Hulkenberg. Justo castigo al modo en que sacó el coche de la curva 1, gracias al empujón de un par de comisarios.

Aún no se había cumplido el ecuador de la prueba cuando Franco Colapinto chocó violentamente contra las protecciones la última curva. La gota que colmaba el vaso de la FIA, que ordenó de inmediato la bandera roja. Por entonces, Esteban Ocon, Verstappen y Pierre Gasly, los únicos que no habían completado un pit-stop, rodaban en cabeza. Todos se apresuraron a bajar del coche en busca de cobijo, implorando por que amainase la lluvia.

Tras 20 minutos de espera, la salida lanzada iba a dejar impactantes estampas. La visibilidad era muy precaria, claro, pero Norris cometió otro error de cálculo, que le condenó a muchos metros por fuera. Verstappen esperó su momento para devorar a Ocon y Sainz acabó contra las protecciones de la curva 8. Otro safety car para ese último tercio de carrera, convertido en mero trámite para Verstappen.

Fernando Alonso, convaleciente en Interlagos

Fernando Alonso, convaleciente en Interlagos

Actualizado Miércoles, 30 octubre 2024 - 18:26

Fernando Alonso no acudirá el jueves al circuito de Interlagos, escenario del GP de Brasil, por culpa de los mismos problemas intestinales que provocaron su ausencia durante la primera jornada del pasado GP de México.

Según ha confirmado Aston Martin, "Fernando sufrió una infección intestinal previa al GP de México (...) y ha regresado a Europa para ampliar tratamiento con un especialista", por lo que suspenderá sus compromisos con la prensa en el trazado paulista.

Tras un mal fin de semana en el Autódromo Hermanos Rodríguez, donde festejaba su 400º GP en la F1 y cerrado con su primer abandono de la temporada, Alonso se presenta otra vez convaleciente en Interlagos.

"El día extra de tratamiento ha retrasado sus planes de viaje a Brasil, pero ha asegurado que estará listo para correr este fin de semana", revela la escudería de Silverstone.