Demoledor doblete de Ferrari y fatídica sanción para Norris en Austin

Demoledor doblete de Ferrari y fatídica sanción para Norris en Austin

Hubo razones para disfrutar del festival de Ferrari en Austin, donde Charles Leclerc y Carlos Sainz aseguraron el segundo doblete rojo de 2024 tras el GP de Australia. Sin embargo, la emoción genuina, la que ha arrastrado a 430.000 aficionados este fin de semana al Circuito de las Américas, se gestó en el duelo entre Max Verstappen y Lando Norris. Un duelo al sol de Texas, donde el aspirante pretendía arañar tres puntos al tricampeón merced a un ajustadísimo adelantamiento a cuatro vueltas para la meta. En el ápice de la curva 12 se tomaba cumplida revancha tras su drama del pasado 30 de junio en el Red Bull Ring. Sin embargo, los comisarios castigaron su maniobra con cinco segundos. El podio pasaba a Verstappen, cuarto en la meta, por apenas nueve décimas. El golpe de gracia para la moral de McLaren.

A falta de cinco carreras, Norris queda ya a 57 puntos del liderato. Demasiado ante Mad Max, un genio favorecido por los dioses y las leyes. Ni con la superioridad mecánica de su MCL-38, el bisoño Norris se siente capacitado para desafiar al gran tirano. El consuelo del Mundial de Constructores, cada semana más cerca, se quedará algo corto para McLaren. Una oportunidad como puede que sólo se dé una vez en la vida.

Mientras tanto, Ferrari brindará con tequila en Texas, porque Leclerc se pasó 56 vueltas cuidando sus ruedas y conversando afablemente con Bryan Bozzi, su ingeniero de pista. Todo salió rodado desde la salida. Entonces se sentían los 46º C sobre el asfalto, más que suficiente para calentar las gomas medias, pero Norris estuvo frío y timorato. En la primera curva, en lugar de un candidato al título, se vio a un rookie dejar vía libre a Verstappen por el interior. Leclerc, que lo vio venir, aprovechó para tomar la cabeza, mientras Sainz asediaba al líder del Mundial. Ferrari, cuyas buenas perspectivas se vislumbraron desde la única sesión libre del viernes, agradecía los favores.

"Huele a gasolina"

Sin embargo, en la novena vuelta, las luces rojas saltaron en el monoplaza de Sainz. "No tengo potencia a la salida de las curvas. Huele a gasolina", alertó el madrileño, mientras rodaba tercero, con dos segundos sobre Norris. Cuando todo parecía perdido, los ingenieros de Frederic Vasseur mantuvieron la calma hasta ajustar la entrega del motor. El doblete, por tanto, pasaba por desestabilizar Verstappen con la estrategia adecuada.

En la vuelta 22, Sainz se anticipó con un cambio a las gomas duras, pensando quizá en el undercut con el que Kevin Magnussen había destrozado a Pierre Gasly. McLaren seguía a la expectativa, reservando sus bazas. Quizá demasiado. El liderato provisional de Norris suponía un simple espejismo, porque el adelantamiento de Leclerc a Piastri compendiaba el arrebatador brío del SF-24.

Verstappen ya había pasado también a los duros, aunque tampoco podría amenazar ya el doblete rojo. Su única misión, desde la vuelta 32, sería contener a Norris, empeñado en destrozar los cronos con sus gomas nuevas. Tras devorar sus seis segundos de desventaja, el británico enfilaba hacia el podio como un disparo. Calculó con mimo su movimiento, pero los jueces, ante el asombro general, dieron otra vez la razón a Verstappen.

Norris cede el paso a Verstappen en la primera vuelta.

Norris cede el paso a Verstappen en la primera vuelta.AP

Aún peor marchó el domingo para Lewis Hamilton, decimoséptimo en la parrilla, cuyo intento de remontada se perdió en la grava de la curva 19. Un drama para Mercedes, que había llegado a Austin con muchos humos, pero que en la Q3 ya había perdido también a George Russell, por un accidente que le obligaría a partir desde el pit-lane. El rictus de Toto Wolff durante el periodo de safety car se agrió aún más tras una irregularidad de Russell ante Valtteri Bottas en la curva 12, penalizada con cinco segundos por los comisarios.

Alonso, decimotercero

El vacío de las Flechas de Plata, sumado a la habitual incomparecencia de Sergio Pérez, pudo ser aprovechado por dos novatos como Franco Colapinto y Liam Lawson. No por azar, el neozelandés y el argentino saborearon sendos adelantamientos ante Alonso. Síntoma inequívoco de que donde no le alcanza a Aston Martin sí llegan Williams y Visa Cash App.

Alonso había ganado una posición en la parrilla gracias a las reparaciones en el coche de Russell, pero nadie en el box de Mike Krack iba a llevarse a engaño. Las simulaciones de sus ingenieros les retrasaban hasta la decimotercera plaza, por detrás de los Haas y los Williams. Sin puntos al alcance, el único cometido del asturiano sería recopilar datos para el futuro. Para cuando esas actualizaciones aerodinámicas estrenadas en Austin sí le permitan competir con la dignidad debida. Porque las computadoras de Aston Martin dieron en el clavo: Alonso cruzó decimotercero la línea de meta.

Las preguntas que acechan a Red Bull: "¿Por qué diseñaron esa pieza para montarla dentro del coche?"

Las preguntas que acechan a Red Bull: “¿Por qué diseñaron esa pieza para montarla dentro del coche?”

"Dios sabe cuánto tiempo llevan con eso y han venido ganando títulos. Quizá eso se acabe ahora, aunque no creo que sea lo único que los detenga". Las dudas esparcidas por Lewis Hamilton en Austin revelan el momento actual de la Fórmula 1, agitada por las sospechas en torno a Red Bull, a quien la FIA ha obligado a retirar una pieza de su coche. Se trata del último capítulo de un debate recurrente: ¿ha trabajado el equipo de Christian Horner en las áreas grises del reglamento o simplemente ha ampliado los márgenes hasta romper las reglas?

Tras ganar siete de las primeras 10 carreras del Mundial, Max Verstappen enlaza ocho grandes premios sin victoria. A lo largo de estos cuatro meses, el tricampeón ha hablado de su RB20 en términos como "inconducible" o "monstruo", aunque su punto más bajo iba a llegar el 1 de septiembre, con un sexto puesto en Monza, a 38 segundos del vencedor. Desde entonces, Red Bull viene buscando soluciones para detener la sangría ante McLaren, que se impuso en cinco de las últimas ocho citas. El GP de EEUU se había señalado en rojo por la escudería austriaca, que anunció grandes actualizaciones para "revertir" la situación tras las tres semanas de descanso. Sin embargo, ese paquete de mejoras se ha visto reducido a un par de cambios en la tapa del motor y en el borde del suelo, ambos en busca de una mayor estabilidad.

Poco parecen importar ya esos retoques, oscurecidos ante la dichosa quilla delantera, el elemento prohibido que dirige toda la aerodinámica del suelo. Red Bull debe eliminarlo de sus planes, aunque según informaba ayer Motorsport, no podrá hacerlo hasta el GP de Brasil, ya que se encuentra en una zona de difícil acceso para sus mecánicos. Esa peculiaridad, precisamente, parece cargar de razones a sus rivales.

"Lo que no se sostiene.."

"No se puede negar que tienen la capacidad de acceder a esa pieza desde el cockpit, eso es indiscutible", sentenció Zak Brown, jefe de McLaren, en declaraciones a Sky F1. Cuando le cuestionaron si creía que Red Bull había utilizado dicho dispositivo, respondió dejó otra pregunta: "¿Por qué lo diseñaron para llevarlo dentro del coche? El resto lo hemos diseñado para tenerlo fuera".

La FIA explicó el jueves no tener constancia de que Red Bull haya cambiado alguna vez la altura de esa quilla en el régimen de parc fermé (parque cerrado). Pero ante la mera posibilidad de que así sucediese, contraviniendo por tanto la norma, simplemente optó por prohibirla. Esta medida salomónica no convence para nada a McLaren, que hace un mes acordó cambiar su alerón trasero tras las quejas de sus rivales. Desde luego, ese elemento del MCL38 parecía demasiado flexible en las vertiginosas velocidades punta de Bakú. Tan cierto como que el truco ideado por Red Bull podría derivar en una ventaja aún más flagrante.

"Lo que no se sostiene es su argumento de que no pueden modificar el coche. Entonces, ¿por qué la FIA siente que necesita ponerle un sello si no es accesible después o durante el parque cerrado?", añadió Brown, "muy contento", pese a todo, por la investigación en curso de la FIA. Para dar réplica a la escudería de Woking, Red Bull puso el viernes en liza a Helmut Marko. "Nuestro sistema es perfectamente legal y era conocido por todos. Ya habíamos informado a la FIA al respecto. Eso lo dice todo", argumentó el plenipotenciario asesor de la escudería energética.

Recelos en el 'paddock'

Desde luego, cualquier cambio en la altura del monoplaza entre el sábado y el domingo se antoja decisivo. Especialmente en un Mundial donde Mercedes y Ferrari también cuestionaron, durante algunas carreras, el dominio de McLaren y Red Bull. Basten como ejemplo las ajustadísimas diferencias en las sesiones clasificatorias y la pole del GP de Canadá, resuelta en favor de George Russell, con un crono idéntico al de Verstappen.

Desde comienzos de año, con aquel turbio asunto en torno a Horner y una de sus empleadas, cada movimiento de Red Bull se viene observando con recelo en el paddock. Llueven los comentarios sobre un equipo que en 2022 ya tuvo que pagar una astronómica multa por superar el límite presupuestario y que el pasado agosto renunció a su sistema de frenado asimétrico, prohibido por la FIA. Por no mencionar la habitual indulgencia de los comisarios con Verstappen, que pudo eludir numerosas sanciones en el asfalto, pero que mantendrá su política de monosílabos tras ser castigado por su lenguaje malsonante.

Ajeno a cualquier contingencia, el tricampeón mundial abrochó ayer la pole para la sprint race (1:32.833), con 12 milésimas de ventaja sobre George Russell y 22 centésimas frente a Charles Leclerc. Un primer revés para Lando Norris, que hoy partirá cuarto, justo por delante de Carlos Sainz. Aún peor marchó el viernes para Fernando Alonso, decimocuarto y Oscar Piastri, decimosexto con el otro McLaren.

Domina Norris, pero Verstappen sobrevive en Marina Bay

Domina Norris, pero Verstappen sobrevive en Marina Bay

"Gracias, Daniel". Un conciso mensaje, el único que trascendió en la voz de Max Verstappen tras 62 vueltas en Singapur. Un guiño para su ex compañero Daniel Ricciardo, piloto de la filial de Red Bull, que arrebató a última hora la vuelta rápida a Lando Norris. Un logro simbólico para derruir la moral del aspirante, gran dominador de la noche ante Mad Max, todo un maestro a la hora de contener los daños. Porque la fiesta nunca termina por ser completa para Norris. Si quiere ser campeón, el británico deberá recortar 52 puntos en las seis últimas carreras.

El despótico poderío de Norris se plasmó en la tabla de tiempos, con 21 segundos sobre Verstappen, segundo, el doble sobre Oscar Piastri, su acompañante en el podio y 96 sobre Carlos Sainz, el último que pudo librarse de los doblajes. El séptimo puesto del madrileño, justo por delante de Fernando Alonso, puede considerarse un mal menor tras la catastrófica qualy del sábado. Su 200ª carrera de F1, en cualquier caso, merecía otro desenlace.

Por una vez, a Norris no le tembló el pulso para soltar a tiempo el embrague y mantenerse a salvo en la salida. Las cuatro zonas de DRS suponían una amenaza para el líder en ese inicio, pero ya en la tercera vuelta marcó un 1:38.480 con el que dejar las cosas claras a Verstappen. Desde ese momento fue engordando su ventaja cuándo y cómo quiso. Se iba a anotar el Grand Chelem, con victoria, pole, vuelta rápida y liderato durante toda la carrera, cuando a dos giros de la meta Ricciardo borró su registro por medio segundo (1:34.486).

"relájate y trae el coche a casa"

Poco antes de cumplir la mitad de la prueba, Norris se había dado un susto terrible en la curva 8, con un error de frenada que puso en riesgo su alerón delantero. Por entonces, mandaba con tanta holgura que incluso partió por delante de Piastri a la salida del pit-stop. Nada menos que 21 segundos sobre Verstappen. Un dominio a la altura del mejor Red Bull de 2023. A falta de 13 giros, cuando ya rozaba el medio minuto, Norris atacó la vuelta rápida (1:34.925) porque ese punto de bonus resultaba precioso tal para la lucha por el Mundial. Justo entonces debió de cundir el pánico en el garaje de McLaren al ver a su piloto rozando una de las protecciones. "Sólo relájate y trae el coche a casa", le cantaron por radio.

Ni siquiera por ésas hubo opción de safety car, cita obligada en Marina Bay a lo largo de sus 14 presencias previas en el Mundial. Kevin Magnussen, con un pinchazo lento, supo arrastrar su monoplaza hasta los boxes, frustrando la última posibilidad. Nada habría cambiado tampoco en las posiciones de cabeza, porque Piastri cedía 20 segundos con Verstappen y éste mantenía 18 sobre Russell. El podio del australiano se forjó a fuego lento, con un par de adelantamientos calcados en la curva 7 sobre Lewis Hamilton y George Russell.

Para desgracia de McLaren, nadie importunaba al tricampeón mundial, que navegó con comodidad durante ese primer tramo, lejos del alcance de Mercedes. Toto Wolff había dividido el plan con los neumáticos para sus pilotos, probando los blandos para Hamilton. Tras 17 giros, el heptacampeón mundial pasó al compuesto duro. Ese primer movimiento podía dar pistas sobre lo que vendría después.

Alonso, por delante de Leclerc en Marina Bay.

Alonso, por delante de Leclerc en Marina Bay.AFP

"El undercut aquí parece fuerte, en torno a los dos segundos", advirtieron por radio a Norris, tras medir el tiempo que había conseguido Sainz con su parada en la vuelta 13. Partiendo décimo, el madrileño debía aferrarse a un milagro en esas calles donde el año pasado obtuvo una memorable victoria. Ferrari, por supuesto, mantuvo todo el tiempo que pudo a Leclerc, aguardando un safety car que no llegaba. Tras 36 vueltas, el monegasco fue el último piloto en renovar sus gomas.

Debió de hacerse largo ese relevo a Leclerc, demasiado tiempo por detrás de Alonso, que le negaba todos los espacios pese a su clamorosa desventaja mecánica. Bastante hacía el Aston Martin para sujetarse al alerón trasero de Nico Hulkenberg, quinto con el Haas tras darse el capricho de ganar provisionalmente la posición a Piastri. Una noche especial la de estos dos veteranos, porque Alonso aún tuvo que ajustarse los machos en el último tercio de carrera.

No había manera de contener a los Ferrari, por supuesto, pero su Aston Martin había de contener a Hulkenberg, Sergio Pérez y Franco Colapinto. Ya podía quejarse el mexicano de que su Red Bull saltaba "como un canguro" y ya podía apretar los dientes el argentino, única esperanza de Williams tras el madrugador problema de Alexander Albon con una toma de refrigeración. Ya podía insistir también Hulkenberg, orgullo de Haas, porque Alonso no iba a entregar su octava plaza.

Verstappen acecha a Norris tras el doble desastre de Ferrari en Marina Bay

Verstappen acecha a Norris tras el doble desastre de Ferrari en Marina Bay

Tampoco el sábado en Marina Bay resultó redondo para Lando Norris, autor de una pole (1:29.525) imprescindible para sus aspiraciones, pero seguido de cerca por la inquietante figura de Max Verstappen. Repuesto de sus innumerables problemas del viernes, el líder del Mundial sólo cedió dos décimas ante McLaren. Ferrari, por contra, se precipitaba al vacío, con un doble error de Charles Leclerc y Carlos Sainz, que partirán noveno y décimo si los mecánicos recuperan a tiempo el monoplaza del español.

No anda nada fino Norris este año en las salidas, como ya dejó constancia en Hungaroring y Montmeló, donde desperdició sendas poles. Sin embargo, ahora ya no cuenta con margen si de verdad quiere pelear por el título. La mera presencia de Verstappen en las tres primeras enlazadas le supondrá un quebradero de cabeza. Porque si Red Bull aún no ofrece demasiadas garantías, Verstappen sigue añadiendo un punto diferencial.

Derrapaba su RB20 desde la Q1 y Mad Max salvaba a duras penas los muros. Se veía con apuros para sacar el tiempo en la Q2 hasta que metió el coche en cintura. No hubo un piloto en el sábado de Singapur a la altura del tricampeón mundial. Quizá sólo Nico Hulkenberg y Fernando Alonso, sexto y séptimo, puedan alardear de un papel tan estelar.

Hamilton, tercero

Entre los perdedores hay que mencionar a Oscar Piastri, quinto con el mejor monoplaza, y los hombres de Ferrari. Apuraba la preparación de su primera vuelta en la Q3, cediendo el paso al austrialiano, cuando Sainz abordó la entrada a la recta de meta de muy mala manera. A la frialdad de los neumáticos se sumó un pequeño despiste con el volante, con la quinta marcha ya engranada. Una combinación fatal para su Ferrari, que terminó contra las protecciones de la curva 19 con daños irreparables en el tren trasero. Justo un año después de su pole y su victoria en estas calles, Sainz desfilaba apesadumbrado hacia el garaje. Como lo hizo a pie, los comisarios anotaron la irregularidad para una investigación.

Cuando despejaron la pista restaban casi siete minutos de Q3, aunque los favoritos apuraron aún más para atacar su único intento. A Verstappen le habían borrado el previo (1:29.791), al coincidir su entrada a meta con el accidente de Sainz. A Leclerc le dejaron fuera de combate al superar los límites de pista de pista en la curva 2, mientras Mercedes apuraba sus opciones pese a las continuas quejas de George Russell con el agarre de sus Pirelli. Algo más más pudo arañar Lewis Hamilton, con un notable tercer puesto en la parrilla, 26 milésimas más rápido que su compañero.

Fiasco de Pérez en la Q2

Una semana después de su brillante papel en Bakú, Sergio Pérez se apuntó otro fiasco en el currículum. A bordo de un RB20 al que hay que sujetar con brío las riendas, el mexicano ni siquiera pudo superar a los Williams. Nueve décimas perdidas, nada menos, ante su compañero en Red Bull.

El tiempo de corte en esa Q2 lo iba a establecer Alonso, con ritmo para rodar con los mejores en el primer y tercer parcial. Las dificultades del asturiano llegaban en la zona más revirada y aun así pudo colarse (1:30.450) con 24 milésimas sobre Alexander Albon y 31 sobre Franco Colapinto. Bastante hace Fernando con el material disponible, casi chatarra en manos de Lance Stroll, decimoséptimo en la Q1.

Tampoco pudo silenciar Daniel Ricciardo los acuciantes rumores sobre su futuro. El australiano se quedó fuera en la Q1 junto a Pierre Gasly, Stroll y los dos Sauber, mientras su compañero Yuki Tsunoda sí exprimía todo el jugo de su RB.

Norris le arrebata la 'pole' a Verstappen en Zandvoort con Alonso séptimo y Sainz undécimo

Norris le arrebata la ‘pole’ a Verstappen en Zandvoort con Alonso séptimo y Sainz undécimo

Actualizado Sábado, 24 agosto 2024 - 16:25

La cara de concentración de Max Verstappen antes de empezar la clasificación indicaba lo importante que era para él comenzar esta recta final del campeonato con una pole bajo el brazo pero, de nuevo, le faltaron unas décimas. Esas que le arrebató Lando Norris (1:09.673) en una vertiginosa última vuelta para colocarse por delante y dejar al ídolo local con la miel en los labios. El campeón, que mantiene el liderato del Mundial, tendrá que sufrir y exprimir a fondo el RB20 si quiere su cuarto triunfo consecutivo en un circuito en el que ya ha dejado su sello.

La mala noticia de la jornada la dejó Carlos Sainz (1:10.914) que, con su futuro ya resuelto y con algunos problemas en su coche, no pudo superar la Q2 al quedarse a unas décimas del corte que marcaba Fernando Alonso. Una eliminación que compartió, sorpresivamente, con Lewis Hamilton que, después de llevarse la carrera en Spa por la sanción a Russell, se verá obligado a remontar en Zandvoort desde la duodécima posición si quiere volver a posiciones de podio y competir cara a cara con Red Bull y McLaren.

El equipo de Andrea Stella se sigue mostrando muy firme, casi intratable y todo parece indicar que puede repetir doblete si no sucede ningún contratiempo en carrera. Las miradas al cielo, como así ha sucedido durante toda la clasificación, serán continuas y todo puede cambiar si finalmente se corre sobre mojado.

Aston Martin, pese a todas sus dificultades, saldrá en séptima y novena posición. "No puedo hacer nada más que esto", decía por radio el asturiano justo después de terminar su última vuelta. El español tendrá que codearse con Leclerc, de nuevo discreto, y con Sergio Pérez (5º) que logró colocarse por detrás del Mercedes y de un siempre cumplidor Oscar Piastri.

Cerrado por vacaciones

Cerrado por vacaciones

Actualizado Lunes, 29 julio 2024 - 11:09

La Fórmula 1 se va de vacaciones en uno de los momentos más apasionantes de los últimos tiempos. La temporada no tiene la tensión ni la beligerancia de 2021, pero a cambio tiene una igualdad inimaginable. Llegar a la vuelta final de una carrera en Spa sin saber quién va a ganar y ver como los tres primeros cruzan la meta con un margen de un segundo es un regalo. No puedo evitar sentir un poco de envidia, incluso una pizca de nostalgia al ver la b

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Russell sobrevive en la agonía para el doblete de Mercedes en Spa

Russell sobrevive en la agonía para el doblete de Mercedes en Spa

A falta de 12 vueltas, los ingenieros de Mercedes preguntaron con total honestidad, para que George Russell decidiera por sí mismo. En ese momento, el líder de la carrera tenía seis segundos de ventaja sobre Lewis Hamilton, pero la frescura de sus neumáticos en nada se parecía a la de los de su compañero. Si Toto Wolff contaba con un caballo ganador en Spa, ese era Hamilton. En cualquier caso, por la radio volvieron a insistir a Russell, que optó por continuar con las gomas viejas. Debería resistir hasta la bandera a cuadros para, al menos, asegurar el doblete de las Flechas de Plata, dado que por detrás acechaba Oscar Piastri con su McLaren.

Russell, sexto en la parrilla, se apuntó su segunda victoria del año tras un ejercicio de angustiosa agonía. Nada menos que 33 giros con el neumático duro, hasta cruzar la meta con sólo 52 décimas sobre Hamilton. Piastri, a 1,17 segundos, completaría el podio de una carrera sin una sola interrupción por el safety car. La igualdad entre Mercedes, McLaren, Red Bull y Ferrari se iba a concretar con otro dato: Max Verstappen, quinto tras partir undécimo, sólo cedería 9,2 segundos frente al vencedor.

Otra victoria, a su manera, para el líder del Mundial, de nuevo por delante de un errático Lando Norris. Ni siquiera en el tramo final, el piloto de McLaren pudo adelantar al tricampeón. Ni en el cuerpo a cuerpo, ni en el aspecto emocional, Norris se siente ahora a la altura. Su frustración se le pinta en la cara cada vez que se detiene ante los periodistas para ofrecer explicaciones.

Hamilton levanta el pie

En Mercedes, por contra, deben ahora contener la euforia, porque todo les sale de cine. Tras una evolución infructuosa y el regreso a las especificaciones de Hungaroring, rubricaron su primer doblete desde 2021. Al coraje de Russell para agarrarse a la pista con los duros hubo que añadir la cabeza fría de Hamilton, que en la penúltima vuelta levantó el pie a su llegada a Les Combes. En caso de haber asumido ese riesgo, quizá el triunfo hubiese pasado a Piastri.

De esa fe para llevar el plan hasta sus últimas consecuencias deberían tomar nota en Ferrari, donde Carlos Sainz acabó séptimo pese a asomar muchos minutos por la cabeza. Fernando Alonso, noveno por detrás de Sergio Pérez, bien pudo sentirse feliz por llegar con esa estrategia a una sola parada. Con un ritmo similar al de Esteban Ocon y Daniel Ricciardo, el Aston Martin sigue estancado en esa zona de nadie.

La primera mitad de carrera, teñida por las precauciones, resultó decepcionante. En la tercera vuelta, Hamilton tomó el liderato con total facilidad en la recta de Kemmel. Nada podía hacer Leclerc ante un Mercedes que volaba con el DRS. En esos compases iniciales, Verstappen había ganado tres posiciones para instalarse séptimo a prudencial distancia de Norris.

El error de Norris

Los 76 puntos de ventaja en el liderato del Mundial permitían a Mad Max tomárselo con calma. Norris, al contrario, se sintió incómodo desde su error en la salida, cuando cedió tres posiciones tras pisar la grava a la salida de La Source. Sobre un asfalto a 42ºC, Sainz era el único de los favoritos con gomas duras. Verstappen, a diferencia de sus rivales, únicamente contaba con un juego de ese mismo compuesto. Nada pasaba por delante, porque todos se mostraban precavidos.

El primer turno de paradas lo inauguraron Russell y Verstappen en la undécima vuelta. Casi de inmediato, Hamilton, Pérez, Piastri y Leclerc, hasta dejar a Sainz como líder provisional, por delante de Norris y Alonso. De la lentitud del Aston Martin en las rectas se quejaba Lance Stroll, mientras el asturiano hacía equilibrismos para sujetarse en la zona de puntos.

La hipótesis de alcanzar la bandera a cuadros con una sola parada sobrevoló durante buena parte de la tarde. En Ferrari lo pensaron con Sainz, a punto de quedarse atrapado en la grava de Stavelot en la vuelta 16. Ese fallo pareció cambiar los planes de Fred Vasseur, que detuvo por segunda vez al madrileño, perdido desde entonces en una zona intrascendente.

Verstappen domina bajo el agua, pero Leclerc se queda con la 'pole' virtual en Spa

Verstappen domina bajo el agua, pero Leclerc se queda con la ‘pole’ virtual en Spa

El cambio de motor le penaliza con 10 puestos en la parrilla, pero Max Verstappen quiso darse el gusto de una pole en condiciones extremadamente difíciles en Spa (1:53.159). Con tremenda autoridad, el líder del Mundial se deshizo de sus rivales, dejando en evidencia los problemas de McLaren sobre el asfalto mojado. Malas noticias para Lando Norris y Oscar Piastri, que partirán cuarto y quinto. La decepción en el garaje británico contrastaba con los abrazos en Ferrari, donde se celebraron los logros de Charles Leclerc, el único que pudo acercarse a Verstappen.

No parecían contar en la Scuderia con esa gran vuelta del monegasco, cuyo duelo con Carlos Sainz marcha casi en empate técnico tras 14 carreras. En Bélgica, el madrileño sólo pudo acabar octavo, justo por delante de Fernando Alonso. Faltó esa pizca de inspiración para ambos, ese punto de riesgo que sí supo optimizar Leclerc. Especialmente en el segundo sector. "Fue un último intento muy malo", admitó Sainz sobre esa vuelta con el último juego nuevo de neumáticos, sin agarre alguno.

El domingo se espera una carrera en seco, un factor que debilita las opciones de Leclerc y potencia las de McLaren. En mitad de ese río revuelto, podrían pescar Lewis Hamilton y Sergio Pérez, en dos momentos de forma totalmente antagónicos. Por una vez, sin que sirva de precedente, poco más pudo exigirse a Checo, que acabó tercero y que el domingo deberá taponar a los monoplazasde Woking. El heptacampeón, por su parte, dejó unas pinceladas de su genio, aunque cediendo 68 centésimas frente a Mad Max.

Tremendo susto para Stroll

La lluvia, tradicional protagonista en las Ardenas, ya había complicado la última sesión libre, donde Sainz sólo pudo rodar dos vueltas, sin marcar un crono válido. Aún peor rodó la mañana para Lance Stroll, que no olvidará fácilmente su susto en Eau Rouge. Su tremendo impacto contra las barreras obligó a Aston Martin a un trabajo contra el reloj para recomponer el coche.

Era un sábado para quedarse en casa, porque los partes meteorológicos anunciaban más agua. Una amenaza que marcaría toda la qualy, donde ni siquiera durante la Q1 hubo respiro para los favoritos. Sobre un asfalto empapado, algunos secundarios reservaban su cuota de protagonismo. Esteban Ocon y Alex Albon pusieron lo mejor de su parte. De hecho, el francés metió su Alpine en la Q3, mientras el líder de Williams iba a quedarse fuera por un suspiro. Bien pudo agradecer Pérez esas tres milésimas al cielo. Tras cinco sábados fuera del top10, el crédito del mexicano parece casi agotado en Red Bull.

Encontrar el momento idóneo de ataque no resultaba sencillo para nadie. Había que administrar los esfuerzos, sin perder de vista la tabla, porque cualquier chaparrón podía desencadenar el desastre. Había que estar siempre en la pista, como quiso Alonso, siempre atento, siempre más rápido que Stroll. Bastante hizo el asturiano con colarse en la Q3, terminando por delante de Ocon. Lástima que no dispusiera de un otro juego de gomas nuevas para dar otro paso adelante.

El Mundial más largo llega al ecuador: ¿por qué es el mejor campeonato de la última década?

El Mundial más largo llega al ecuador: ¿por qué es el mejor campeonato de la última década?

Desde 2014, año de inicio de la Era Híbrida, la Fórmula 1 no vivía un momento tan intenso sobre el asfalto. Tras la disputa del GP de Gran Bretaña, que acaba de marcar el ecuador del calendario, basta con un vistazo a la tabla para entender el paso adelante del Mundial 2024. No se trata simplemente de los piques en pista entre Max Verstappen y Lando Norris, ni de los éxitos de Drive to Survive en las plataformas de pago. Hay otros factores que explican por qué este campeonato, el más largo de la historia (24 carreras), podría ser recordado como uno de los clásicos modernos en el Gran Circo.

1. Seis ganadores diferentes

El líder del Mundial debería vanagloriarse de sus siete victorias en 12 carreras, aunque sin bajar la guardia ante la competencia. Si a lo largo de 2022 y 2023, sólo cinco pilotos lograron alguna victoria, en esta primera mitad de 2024 ya son seis quienes subieron a lo más alto del podio. Además de Verstappen, Carlos Sainz (GP de Australia), Charles Leclerc (GP de Mónaco), Norris (GP de Miami), George Russell (GP de Austria), Lewis Hamilton (GP de Gran Bretaña) descorcharon el champán tras oír el himno.

Cuatro escuderías en pugna cada fin de semana y diferencias cada vez más estrechas, tanto los domingos como durante la qualy de los sábados. Durante este triplete, iniciado en Barcelona el 23 de junio, se han registrado tres ganadores distintos. Para asistir a un fenómeno similar hay que remontarse a los años previos a la Era Híbrida. En concreto a aquel alocado Mundial 2012, cuando siete pilotos ganaron las siete primeras citas del curso.

2. Max, en cualquier circunstancia

Tras cruzar segundo bajo la bandera a cuadros, Verstappen admitió la evidencia de lo que había sucedido en Silverstone. "Si nos fijamos en el rendimiento, fuimos demasiado lentos durante el primer relevo y sufrimos mucho con la degradación. En un momento dado parecía que podíamos acabar sextos, pero tomamos las decisiones correctas, especialmente en las paradas en boxes". Este análisis compendia el momento actual de un piloto que ya no devora a sus adversarios, sino que debe cocinarlos a fuego lento.

Red Bull disfruta del mejor Verstappen, un campeón que reduce sus fallos a la mínima expresión y optimiza las virtudes de un monoplaza que ya no apabulla como antes. De hecho, Mad Max lidera el Mundial con 84 puntos, una ventaja jugosa, aunque muy inferior a los 125 con los que dominaba hace ahora un año. Además, el margen de Red Bull en el Mundial de Constructores se limita a 71 puntos sobre Ferrari y 78 ante McLaren. Mientras Mercedes, el gran animador de las tres últimas citas, aún mantiene la fe de presentar batalla de aquí a noviembre.

3. El influjo de los veteranos

A los 39 años y 182 días, Hamilton se convirtió en Silverstone en el ganador más veterano del siglo XXI. El final a una sequía de 56 carreras para el heptacampeón, que rompía otros dos récords de longevidad, para superar a Michael Schumacher y Kimi Raikkonen. De momento ya es el único piloto con al menos una victoria en 16 temporadas distintas, una más que El Kaiser. Además, supera al finlandés al ampliar hasta los 17 años y un mes el lapso entre su primer triunfo (GP de Canadá 2007) y el último (GP de Gran Bretaña 2024).

Hamilton y Bonnington, en el podio de Silverstone.

Hamilton y Bonnington, en el podio de Silverstone.AFP

Todos estos logros demuestran la tremenda exigencia que Hamilton se impone en su fuero interno. Para encontrar un equivalente en la parrilla sólo cabría señalar a Fernando Alonso. La efigie del ovetense resulta sagrada para Aston Martin, una escudería muy venida a menos con el avance de los meses, pero que aún puede esperar grandes actuaciones de su líder. Pese a terminar sexto, el GP de Japón representó todo un ejemplo de la pericia del asturiano para extraer el máximo de su monoplaza.

4. Los movimientos del mercado

El pasado 1 de febrero, el fichaje de Hamilton por Ferrari supuso un terremoto cuyas réplicas aún se hacen sentir en el paddock. La noticia no sólo suponía la llegada del piloto más laureado a la escudería por antonomasia, sino que removía el mercado desde sus cimientos. Cinco meses después, Mercedes aún no se ha decidido por Andrea Kimi Antonelli como sustituto, ni Sainz ha cerrado un acuerdo para su futuro.

Verstappen, con el RB-20, el sábado en Silverstone.

Verstappen, con el RB-20, el sábado en Silverstone.AFP

Los rumores durante esta interminable silly season ni siquiera cesaron tras la renovación de Sergio Pérez con Red Bull, resuelta a comienzos de mayo. De hecho, el mal momento de Checo, tras sumar únicamente 15 puntos en las seis últimas carreras, viene alimentando las especulaciones sobre el hartazgo de Christian Horner. Sainz quería haber resuelto su futuro desde hace semanas, aunque de momento aguarda noticias de Alpine, Mercedes y Williams, los que más se han interesado por sus servicios.

5. La evolución de McLaren

Desde el GP de China, McLaren enlaza ocho carreras consecutivas subiendo al podio. El mejor registro en 12 años para la escudería de Woking, que ya encadenó 13 entre el GP de Alemania 2011 y el GP de China 2012. A esta regularidad se suma la asombrosa potencia de su MCL-38, el bólido que más ha mejorado respecto a 2023, tanto en velocidad pura como en ritmo durante las tandas largas.

Aunque el liderazgo de Norris aún necesita el refrendo de un cara a cara exitoso frente a Verstappen, el team principal Zak Brown debe sentirse más que feliz del paso adelante. A la victoria de Lando en Miami, la carrera más vista en Estados Unidos tras 74 años de Gran Circo, se suma la regularidad y consistencia de Oscar Piastri, que aún no se ha perdido ni una sola vuelta de las 12 citas disputadas. Si sus ingenieros olvidan y evitan errores tan flagrantes como el de Silverstone, McLaren aún podría desafiar a Verstappen hasta la última ronda.

El era Hamilton: 'God save the King'

El era Hamilton: ‘God save the King’

Actualizado Domingo, 7 julio 2024 - 23:22

Antes de que se apagase el semáforo, Silverstone estaba preparado para vibrar con el Gran Premio más británico de la historia. El escenario, la meteorología, el olor a bacon y beans en la grada, una afición entregada y los tres pilotos británicos colocados en las tres primeras posiciones de la parrilla. Algo que no ocurría desde el GP de Sudáfrica de 1968 cuando Jim Clark, Graham Hill y Jackie Stewart coparon también las primeras posiciones de aq

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