Red Bull cierra un doblete en primera línea y Alonso obra un pequeño milagro en Suzuka

Red Bull cierra un doblete en primera línea y Alonso obra un pequeño milagro en Suzuka

Red Bull sacó la mejor nota en el examen de Suzuka, un exigente campo de pruebas para la aerodinámica. Dos semanas después de su avería en Melbourne, Max Verstappen se anotó su quinta pole consecutiva (1:28.197), con apenas 66 milésimas sobre el mejor Sergio Pérez del año. El regreso a la normalidad, con un RB20 fuera del alcance, dejó sin posibilidad de réplica a Ferrari, superado incluso por Lando Norris. Carlos Sainz, al menos, supo mantener el tipo con la cuarta plaza, cuatro milésimas más rápido que Fernando Alonso.

El asturiano se acopló de inmediato a los cambios de su paquete aerodinámico en el suelo y los pontones. La mala noticia para Aston Martin es que ni siquiera con estas actualizaciones el AMR-24 alcanza ante McLaren y Ferrari. Un sábado más, el logro de Alonso tuvo mucho más que ver con su inspiración en la Q3 que con la velocidad real de su monoplaza. Como él mismo admitió minutos después, este intento postrero, totalmente al límite, salió mejor que en Melbourne, cuando un error le dejaba sin opciones de progresar.

En cualquier caso, nadie en el top-10, salvo Fernando, pudo dar un mordisco al reloj. En su última vuelta supo rescatar dos décimas para dejar atrás a Oscar Piastri, Lewis Hamilton y un decepcionante Charles Leclerc. La octava plaza de Leclerc, abocado a un único disparo en la ronda definitiva, frustra casi por completo las opciones de podio.

Stroll, fuera en la Q1

Como la última vez en Melbourne, Sainz le fue ganando la tostada desde el inicio. Sin alzar la voz, el madrileño discute ya su hegemonía de los sábados. Eso sí, estas dos décimas de déficit frente a Norris deberían hacer reflexionar a Frédéric Vasseur, porque el ritmo de carrera del MCL38 se antoja a la par que el de Ferrari. Ante este panorama, con un triunfo adjudicado de antemano, la única preocupación de Carlos el domingo será sostener el pulso a Checo y Lando.

Desde el el inicio, Alonso se mostró de lo más inspirado, llegando a colarse en la cabeza de la Q1 entre los Red Bull (1:29.254), a 38 centésimas de Verstappen. Para valorar ese crono con total merecimiento, sólo hubo que esperar unos minutos, cuando Lance Stroll, 77 centésimas más lento que su compañero, se quedaba fuera de la mejora. Con una plaza vacante, Esteban Ocon dio un pequeño respiro a Alpine, con un pase que iba a celebrar como si de una victoria se tratara.

La superioridad de Mad Max en las simulaciones a una vuelta se cifraba en algo más de tres décimas sobre Ferrari. En la Q1, Sainz pudo ahorrarse un juego de blandos, al igual que los Red Bull, los Mercedes, Alonso y Piastri. La velocidad del McLaren, especialmente en el primer sector, quedaba patente también en poder del australiano, víctima de un unsafe release de George Russell posteriormente investigado por los comisarios.

Mercedes, sin opciones

El único momento de debilidad (o relajación) del RB-20 iba a llegar durante la Q2, cuando la progresión de Verstappen se estancó de manera notoria (1:28.740). El líder del Mundial volaba en las curvas rápidas, aunque sólo pudo aventajar en 12 milésimas a Pérez, más inspirado de lo habitual en este mítico trazado.

Mercedes, por el contrario, sufría mucho más de la cuenta para mantener el ritmo de cabeza. Su primer crono de Q2 les dejaba a algo más de un segundo, así que Lewis Hamilton debió reunir lo mejor de su pilotaje para ascender a la tercera plaza (1:28.887). Las Flechas de Plata no encuentran modo de rendir en las curvas de alta velocidad, como la 200R o la 130R.

El heptacampeón tampoco igualará este año el récord de seis victorias de Michael Schumacher en el GP de Japón. Sin embargo, las gradas de Suzuka siguen mantiendo viva la llama de sus tiempos de gloria. Aunque el genuino calor de los hinchas se deposite en la minúscula figura de Yuki Tsunoda, que salvó el honor local colándose en la Q3. Había que ver la cara de disgusto de Daniel Ricciardo, apartado por su compañero en Racing Bulls por 45 milésimas.

Un futuro insostenible: la contradicción entre 194.000 km en vuelos y un compromiso de "emisiones cero"

Un futuro insostenible: la contradicción entre 194.000 km en vuelos y un compromiso de “emisiones cero”

Nada más poner pie el lunes en Nagoya, la caravana de la Fórmula 1, formada por unas 4.000 personas, empezó a asumir el lado positivo y negativo de un GP de Japón en plena primavera. La buena noticia era que, por primera vez desde su estreno en el Mundial (1976), la carrera quedaba fuera de la temporada de tifones. De hecho, la fina lluvia que ayer empañó la doble sesión de entrenamientos libres va a disminuir su impacto a lo largo del fin de sem

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Sainz sigue la estela de Red Bull en un viernes pasado por agua en Suzuka

Sainz sigue la estela de Red Bull en un viernes pasado por agua en Suzuka

La primera jornada de entrenamientos apenas permitió extraer conclusiones en Suzuka, por culpa de una ligera lluvia que truncó por completo los planes. Las difíciles condiciones del asfalto, ni seco ni mojado, impidieron el normal desarrollo de la FP2, con la mayoría de pilotos esperando dentro de los coches y sin pisar la pista. Durante la primera sesión, Max Verstappen había marcado el mejor tiempo (1:30.056), con 18 centésimas de ventaja sobre Sergio Pérez y 21 ante Carlos Sainz.

Fernando Alonso ni siquiera rodó durante la sesión vespertina, aunque por la mañana sí pudo completar 19 vueltas, para acabar séptimo, a 54 centésimas de la cabeza. Habrá que esperar al sábado, según el plan establecido por Aston Martin, para examinar al AMR24, que estrena mejoras aerodinámicas en el suelo y los pontones. El objetivo de la escudería de Silverstone pasa por aumentar la carga aerodinámica y controlar la degradación de los neumáticos, aunque de momento las mejoras no han permitido el lucimiento de Lance Stroll, decimoquinto clasificado en la matinal, a dos segundos de la cabeza.

El GP de Japón, tradicionalmente emplazado a comienzos de octubre, ha cambiado por primera vez su ubicación en el calendario. Y los caprichos de la primavera se han llevado por delante las previsiones de los equipos, que renunciaron a rodar para evitar riesgos, convencidos de que el resto del fin de semana se disputará sobre asfalto seco. De momento, las pocas certezas apuntan al dominio de Red Bull y la progresión de Ferrari.

El accidente de Sargeant

Dispuesto a olvidar su abandono de Australia por culpa de una avería en los frenos, Verstappen dominó la tabla de tiempos, aunque Sainz y Charles Leclerc mostraron un esperanzador ritmo en las tandas largas. durante los 10 últimos minutos de la FP1. Las estrategias del domingo apuntan a dos paradas, por lo que el rendimiento de los neumáticos duros se antoja esencial.

El otro foco de atención del viernes fue el feo accidente de Logan Sargeant contra las barreas de la Curva Dunlop. El estadounidense, que hace dos semanas ni siquiera pudo tomar la salida en Albert Park, perdió el control a la salida de las famosas S, pisó la hierba y terminó impactando con violencia contra las barreras. La bandera roja dejó con muy mala cara a los mecánicos de Williams, que no cuentan con un chasis de repuesto en Sukuza, dado que Sargeant tuvo que ceder el suyo a su compañero Alex Albon.

El último protagonista de la jornada fue Ayumu Iwasa, piloto de la Academia Red Bull, que tomó el relevo de Daniel Ricciardo al volante del RB durante la mañana. El japonés, de 22 años, acabó decimosexto, por detrás de Stroll y con 17 centésimas de margen sobre el Alpine de Pierre Gasly.

Alonso, sobre su futuro: "Antes del verano decidiré si sigo corriendo o no"

Alonso, sobre su futuro: “Antes del verano decidiré si sigo corriendo o no”

Actualizado Jueves, 4 abril 2024 - 10:32

La posible marcha de Max Verstappen de Red Bull sigue marcando la agenda en la Fórmula 1. Este jueves, en la rueda de prensa previa al Gran Premio de Japón que se disputa este domingo en Suzuka, fue Fernando Alonso quien valoró la posibilidad de ese movimiento y, al mismo tiempo, desveló algunas claves sobre su propio futuro. El español se encuentra entre los pilotos que acaba contrato esta temporada y actualmente es la pieza más importante del mercado. La hipotética salida de Verstappen le colocaría como favorito a heredar su volante y, como el propio Alonso aceptó, cambiaría sus planes.

"Si Max deja Red Bull puede afectar a mi decisión, pero creo que no hay ninguna posibilidad de que eso suceda", comentó el bicampeón de la Fórmula 1. Verstappen, ciertamente, tiene contrato hasta 2028, pero su futuro se ha visto empañado en las últimas semanas por la ruptura de las relaciones entre su padre Jos y el director del equipo, Christian Horner.

"Lo que quiero hacer es concentrarme en mis cosas... y antes del verano decidir si sigo corriendo o no. Y si sigo corriendo decidiré cuál es la mejor opción para mí", añadió Alonso, que ahora es octavo en el Mundial. Al contrario de la temporada pasada, este curso el español no ha podido celebrar todavía ningún podio y el Aston Martin no parece estar en disposición de pelear por el título. Además de Red Bull, Ferrari, Mercedes y McLaren están por delante de su actual equipo y algunos de esos conjuntos han mostrado interés por su fichaje.

Este mismo jueves, el jefe de Mercedes, Toto Wolff, que perderá a Lewis Hamilton rumbo a Ferrari a final de la temporada, reconoció que Verstappen encabezaría su lista de posibles sustitutos si está disponible, pero también mencionó a Alonso, a Carlos Sainz y al novato de la Fórmula 2, Kimi Antonelli, como posibles opciones. En rueda de prensa, Verstappen sólo comentó que está "muy feliz" en Red Bull y que no está pensando en movimientos futuros.

Fernando Alonso, ante los comisarios tras el feo accidente de Russell

Fernando Alonso, ante los comisarios tras el feo accidente de Russell

El brutal impacto contra las barreras de la curva 6 había dejado al Mercedes casi en vertical, pero George Russell aún tenía fuerzas para implorar una bandera roja. "Estoy en mitad de la pista, por Dios", exclamaba el británico por la radio. En ese preciso momento, Fernando Alonso empujaba su renqueante Aston Martin hacia la meta de Albert Park. Nada más soltar el volante, lo primero que hizo en el pit-lane fue examinar el pedal del acelerador. Sin embargo, ese contratiempo no iba a disuadir a los comisarios, que de inmediato convocaron al asturiano para aclarar lo sucedido.

"Tuve varios problemas durante las últimas 15 vueltas en la batería y en la entrega de potencia", admitió el bicampeón mundial. Según había admitido a sus ingenieros, tenía tan atascado el pedal del acelerador que hubo de pisarlo a fondo para alcanzar en sexto lugar la bandera a cuadros.

Ese contratiempo iba a comprometer su pilotaje durante el tramo final ante Russell, a bordo de un monoplaza más competitivo. "Iba sufriendo un poco, pero no me puedo centrar en los coches que vienen por detrás. Cuando vi el coche de Russell me preocupé bastante", añadió en los micrófonos de DAZN.

La estrategia de Alonso quedó patente a travé de las cámaras on board , donde se vio con claridad cómo cargaba sus baterías antes de la recta para exprimirlas cuando Russell afilase los cuchillos en las cuatro zonas de DRS. Sin embargo, para saber con exactitud si cometió alguna ilegalidad, los comisarios deberán examinar con detalle las telemetrías.

Por su parte, Russell ofreció también su versión de los hechos, sin querer entrar en acusaciones hasta no analizar todos los datos. "Desaceleró de repente y volvió a acelerar. No me lo esperaba, me pilló por sorpresa. Eso fue culpa mía, pero también es interesante que nos hayan llamado a declarar. Estoy intrigado por ver qué tienen que decir los comisarios", comentó en los micrófonos de Sky F1.

Durante la última carrera del pasado Mundial, Lewis Hamilton ya se quejó de un brake test de Alonso camino de la curva 5 de Yas Marina. Entonces, la FIA anotó el incidente, pero ni siquiera abrió una investigación.

Aplastante victoria de Carlos Sainz en Melbourne

Aplastante victoria de Carlos Sainz en Melbourne

Con las cicatrices de su abdomen aún frescas, mermado por una cirugía que le había dejado fuera de combate hace sólo dos semanas, Carlos Sainz dominó de forma aplastante en Albert Park, camino de su tercera victoria en la Fórmula 1. La más autoritaria, la más simbólica, la que ponía fin a la racha de nueve consecutivas de Max Verstappen, víctima de una avería en los frenos. Red Bull, por una vez, fue vulnerable y Charles Leclerc completó el doblete para Ferrari. El delirio rojo en Melbourne y la emoción de Sainz en la radio, casi a lágrima viva: "La vida es una montaña rusa".

Camino del champán, con la bandera española en la mano, Carlos aún se permitía las bromas con Leclerc y su amigo Lando Norris, que cerraba podio. Poco antes de cruzar la meta ya había ordenado a sus mecánicos que el monegasco se acercara para la celebración conjunta. Sobraba tiempo, porque un duro accidente de George Russell contra las barreras de la curva 6, había ralentizado la carrera en la última vuelta. De nada importaba tampoco que Leclerc le hubiese arrebatado el bonus de la vuelta rápida (1:19.813). Nadie podía discutir el protagonismo de Sainz, que controló a su antojo.

Rodando con singular regularidad en 1:21, el madrileño abrumó a la competencia durante sus dos relevos con el neumático duro. Ni siquiera concedió la duda a Ferrari, alejando del radar del DRS a Leclerc. Se hizo más fuerte cuando la debilidad le devoraba por dentro. Ahora puede parecer ventajista escribirlo, pero ni el propio Verstappen pareció en condiciones de aferrarse a su estela. Aunque no resulte equiparable, Sergio Pérez bastante tuvo con sujetar a Fernando Alonso, sexto en la meta.

La rotura de Hamilton

Todo lo que la Fórmula 1 llevaba meses esperando tomó forma en Albert Park. El aplastante dominio de Red Bull, convertido en soporífera monotonía, se hizo de pronto carbonilla. "Acabo de perder el coche. Ha sido realmente raro", adelantó por radio Verstappen tras un extraño en la curva 9. Por entonces, Sainz ya se lo había quitado de encima en la segunda vuelta, dejando constancia del brío de su Ferrari. Unos metros más adelante, un hilito de humo empezó a emanar del RB20. Los frenos de la rueda trasera derecha ardían en llamas. Justo en el mismo escenario, exactamente dos años después, el tricampeón del mundo mordía el polvo.

El vacío de Mad Max dejó patidifusos a los favoritos. Ferrari veía abrirse las puertas del cielo, McLaren calculaba sus opciones de podio y Red Bull depositaba sus opciones sobre los hombros de Pérez. Por si no sobrasen alicientes, Lewis Hamilton inflamó los ánimos en el séptimo giro con un madrugador paso por boxes. Dos vueltas más tarde, Oscar Piastri y Leclerc, en busca de un undercut ante Norris, cambiaron también sus gomas. El compuesto duro debía aguantar 25 vueltas, pero Sainz, con el medio seguía clavando los tiempos, sin que nadie le importunase.

Había interés en cómo gestionaría Ferrari el graining de sus gomas. Al volante de un monoplaza totalmente equilibrado, Sainz no mostraba ni un síntoma de debilidad. Incluso pudo levantar el pie para sostener su ventaja frente a Leclerc y los McLaren. Tras estirar al máximo los medios durante 16 vueltas, la primera parada se saldó saldada por los mecánicos rojos en 2,6 segundos. Un respiro.

Sainz, al volante del SF-24, el domingo en Albert Park.

Sainz, al volante del SF-24, el domingo en Albert Park.AFP

Por detrás, Alonso mostraba un ritmo de crucero más que notable con los duros, rodando casi a la par de Pérez y Norris. Aston Martin pretendía alargar la vida útil de los neumáticos, a la espera de cualquier eventualidad. Y por una vez, la fortuna se alió con el asturiano. El abandono de Hamilton, víctima de un fallo de motor a la salida de la curva 10, provocaba el virtual safety car. Un regalo del cielo para Alonso, que ganaba cinco posiciones.

Desde luego, las gomas amarillas obligaban a un ímprobo trabajo a Fernando, con unos cronos casi calcados a los de Lance Stroll. Quería negar los espacios a Pérez, pero el mexicano le arrebató la posición en la vuelta 27, con una sencilla maniobra a la llegada de la curva 9. De ahí hasta la meta se mantuvo a la defensiva frente a George Russell. Sobre un asfalto con cuatro zonas de DRS, con un rendimiento inferior al de Mercedes, Alonso parecía presa fácil para el británico. El acecho acabó de la peor manera. Con Russell contra el muro y con Alonso citado por los comisarios. Si consideran que su frenada fue verdaderamente errática, el domingo podría acabar peor de lo pensado en Melbourne.

Sólo un indomable Sainz da la cara ante Verstappen en Melbourne

Sólo un indomable Sainz da la cara ante Verstappen en Melbourne

Se sentía aún renqueante, no con dolor, pero sí con molestias. Había apurado la recuperación de su apendicitis con un esfuerzo titánico en el gimnasio, sabedor de que su asiento sigue siendo asunto sagrado. Carlos Sainz llegaba muy justo, pero aun así pudo pelear codo con codo con Max Verstappen en Albert Park. El fantástico rendimiento del madrileño sólo palideció ante el tricampeón mundial, autor de la pole (1:15.915). Fernando Alonso, por su parte, cometió un error en la curva 6 que le relegó a la décima posición de la parrilla.

Nadie puede cuestionar a Sainz el mérito de colarse entre los Red Bull, a 17 centésimas de Verstappen y nueve mejor que Sergio Pérez. Resulta casi una hazaña para quien ha pasado tantas horas en cama antes de tomar el avión rumbo a Melbourne. Sin embargo, la mala noticia para Ferrari y la F1 estriba de nuevo en la velocidad de Verstappen. Tras un fin de semana con más dificultades que de costumbre, el tricampeón despertó otra vez a tiempo en la Q3.

Sainz sólo pudo sostener el ritmo durante el primer sector, cediendo ya una décima en el segundo. Bastante hacía, en cualquier caso, porque por la mañana, casi se había sentido desfallecer durante la FP3. Pese a algún mareo, los tiempos salían con pasmosa naturalidad en la Q1 (1:16.731) y la Q2 (1:16.189). Lideró la tabla durante casi toda la sesión y aunque no pudo con la guinda de la pole, también alzó el estandarte de Ferrari con más gallardía que Charles Leclerc. El monegasco, por detrás durante todo el sábado, cometió un error en la curva 12 que incluso le impidió cerrar su vuelta.

Latigazos del Aston Martin

Sólo Verstappen, como de costumbre, encontró los resquicios a la pista en el momento de la verdad. Su primera tentativa de la Q3 (1:16.048) ya le dejaba con 28 centésimas sobre Sainz y 38 ante Leclerc. Aún guardaba algo más bajo la manga. Todo lo contrario que Aston Martin, donde Alonso y Lance Stroll bastante hicieron con salvar el impacto contra las barreras. La inestabilidad trasera del AMR24 fue palmaria. Fernando, tras un infernal traqueteo a través de la grava que desestabilizaba totalmente su equilibrio aerodinámico, saldrá por detrás de su compañero por primera vez desde el GP de Brasil 2023.

El asturiano, sin las sensaciones de Bahrein y Jeddah, ya sudó lo suyo durante la Q2. El 1:17.120 inicial le obligó a otro esfuerzo, tampoco especialmente inspirado. Su 1:16.780 le dejaba séptimo, por delante de Mercedes. En contraste con McLaren, el paso atrás de las Flechas de Plata fue palmario en Melbourne. Pese a que Lewis Hamilton había acabado en la misma décima que Leclerc durante los últimos libres de la mañana, el heptacampeón se quedó fuera de la Q3 por 59 milésimas. Su verdugo, el imprevisible Yuki Tsunoda. Un fin de semana más -y ya van tres en 2024- George Russell ganaba por la mano a su compañero de garaje.

El aliento de Albert Park, con 125.000 aficionados repartidos en torno al lago, no bastó para Daniel Ricciardo, eliminado por superar los límites de pista. Un motivo de sonora celebración para Kevin Magnussen, salvado por la campana. La aventura de Alex Albon, con el único Williams en pista por la avería de Logan Sargeant, no fue más allá de esa Q2, que no parece poco James Vowles

El futuro de Alonso, en el laberinto de Mercedes y Red Bull

El futuro de Alonso, en el laberinto de Mercedes y Red Bull

La lealtad debida a Aston Martin, el equipo que le impulsó ocho veces al podio en 2023, le hace guardar las formas ante los micrófonos, pero Fernando Alonso no ceja en su empeño de buscar nuevos horizontes. El jueves, el asturiano señaló a la escudería de Silverstone como primera opción de futuro, aunque su prioridad real siga siendo un equipo con el que acercarse a las victorias a partir de 2025. Así lo ha venido contando en privado Fernando durante las últimas semanas.

Con 21 temporadas de experiencia en la F1, Alonso pretende evitar cualquier paso en falso antes del verano. "No quiero precipitarme", adelantó durante su comparecencia ante los medios en Melbourne. "No dictarán mi destino", añadió, con una asertividad poco habitual en el paddock. Desde luego que Lawrence Stroll, propietario de Aston Martin, sigue empeñado en ampliar el contrato de su estrella, pero Alonso no va a hacer oídos sordos a los dos destinos más apetecibles. El problema para Fernando es que Red Bull y Mercedes, cada uno con sus argumentos, tampoco van a perder la razón por un piloto que el próximo 29 de julio cumplirá 43 años. De hecho, ambas escuderías, absolutas dominadoras durante la última década de Era Híbrida, cuentan con poderosos motivos para desestimar su fichaje.

El caso más evidente es el de las Flechas de Plata, con quienes Alonso mantiene una relación fluida, espoleada por Toto Wolff, su team principal. No obstante, el gigante alemán sigue muy dolido por aquella multa de 100 millones de dólares a propósito del Spygate y por la sentencia donde se la declaraba culpable de espionaje a Ferrari. Mercedes (y no McLaren) tuvo que abonar 100 millones de multa a la FIA por culpa de los dichosos correos electrónicos de Alonso y Pedro de la Rosa con información confidencial. Desde la sede central en Stuttgart, con el poderoso CEO Ola Kallenius al frente, aún no han podido olvidarse de aquel funesto episodio.

"GP2 engine!"

El desembarco en Red Bull, por su parte, también se oscurece para Alonso por distintas razones. En primer lugar porque, pese a la estruendosa crisis de las últimas semanas, los vigentes campeones aún mantienen en nómina a Max Verstappen. Esa mera continuidad ya hace inviable el fichaje, dado que nadie querría exponer a Mad Max a una feroz batalla ante el ovetense.

Pero si su asiento quedase libre, Alonso aún encontraría por delante un escollo llamado Honda, cuyo simple recuerdo ya le hace torcer el gesto. El aciago trienio 2015-2017, cuando los japoneses nunca supieron desarrollar un motor competitivo para McLaren, se saldó con apenas 123 puntos en 60 carreras y 825 posiciones de penalización. No sólo los aficionados recuerdan el lamento del español en Suzuka 2015. Tampoco los directivos de la marca nipona han olvidado aquel "GP2 engine!".

Honda apurará en 2025 su último año con Red Bull antes de embarcarse en una nueva alianza en solitario con Aston Martin. Por tanto, el hipotético desembarco de Alonso en el box energético debería contar también con el visto bueno de Koji Watanabe. Aunque nunca se pueda hablar de veto en sentido estricto, la opinión del jefe supremo de Honda Racing Corporation (HRC) dificultaría aún más la operación.

400 carreras en Las Vegas

La suma de estos factores pone de manifiesto una evidencia: el círculo de acción, cada día, se reduce un poco más para Alonso. Su amada Ferrari optó hace dos meses por Lewis Hamilton como compañero de Charles Leclerc. Y el resto de posibilidades, incluido el aterrizaje de Audi en 2026, se antojan menos ilusionantes que Aston Martin. Ahora mismo, la retirada representa la última opción para Fernando. Pero que sea la última no la convierte, desde luego, en descartable.

Por supuesto, Alonso aún se siente con fuerzas para seguir mejorando, pelear por los triunfos y llegar, en loor de multitudes, al GP de Madrid 2026. Un adiós en la capital representaría el epílogo perfecto. De momento, si nada se tuerce, el bicampeón se convertirá el próximo noviembre, durante el GP de Las Vegas, en el primer piloto de la historia con 400 grandes premios de F1 en su palmarés. Ahora queda por resolver si seguirá engordando esas cifras de leyenda a partir de 2025.

Susto de Fernando Alonso para abrir boca en Melbourne

Susto de Fernando Alonso para abrir boca en Melbourne

Albert Park, un circuito de la vieja escuela, no dio tregua durante las dos primeras sesiones libres del GP de Australia. Charles Leclerc marcó el mejor tiempo (1:17.277) del viernes a 245,8 km/h, con 38 centésimas sobre Max Verstappen y 43 ante Carlos Sainz, de regreso tras su apendicitis. A primera hora, Lando Norris había encabezado la tabla con su McLaren (1:18.564), mientras Fernando Alonso sufría una espectacular salida de pista en la curva 10. La evidencia de que este trazado urbano, cada año más vertiginoso, supone un examen permanente para los pilotos.

Verstappen, por ejemplo, tuvo que regresar por la tarde al garaje tras apenas 21 vueltas y sin el balance de las tandas largas con el neumático medio. Una nota de incertidumbre en Red Bull, que aún no conoce el rendimiento y la degradación de los neumáticos ni la estrategia de carrera, entre una y dos paradas. Pirelli ha traído a Melbourne los tres compuestos más blandos de su catálogo, así que la única certeza es que los rojos quedan descartados.

El tricampeón mundial, con apenas una victoria tras siete carreras en suelo australiano, irá puliendo su RB20 según avance el fin de semana. Sin embargo, las cuatro zonas de DRS en Albert Park parecen encajar mejor con los puntos fuertes de sus rivales. Por ejemplo, los del AMR-24 de Alonso, un monoplaza capaz de acercarse a Red Bull y Ferrari a una vuelta.

"Cambiando el suelo"

El asturiano arrancó el viernes con algo nada habitual: un error en la enlazada de la 9 y 10. Tras la excursión por la grava en una zona de alta velocidad, Fernando supo, al menos, evitar los muros con una pericia asombrosa. "Estamos cambiando el suelo", confirmaron desde el box dirigido por Mike Krack, confiando en demorarse apenas un cuarto de hora. Alonso, incómodo con los reglajes de la suspensión trasera, decidió volver a la configuración anterior.

En ese punto de alta velocidad, George Russell y Valtteri Bottas también sufrieron sendos sustos. Mención especial para el finlandés, capaz de regresar al asfalto tras un estremecedor giro de 360º. Los problemas de Mercedes habían quedado claros desde el arranque de la sesión, cuando Lewis Hamilton ya se había quejado de un pedal de freno con demasiada holgura. En su pulso frente a McLaren, las Flechas de Plata parecen aún un paso por detrás.

L, el de la bandera roja provocada por Alex Albon. El británico perdió el control al pisar el bordillo de la curva 8. Por fortuna pudo alcanzar el centro médico por su propio pie y sin mayores contratiempos físicos, mientras los comisarios retiraban los múltiples desperfectos ocasionados. Los daños en la suspensión trasera del Williams no sólo le impidieron volver a pista en la segunda sesión, sino que comprometen severamente sus opciones para el resto del fin de semana.

El “pequeño beso” de Fernando Alonso y las “tres o cuatro décimas” para el futuro

Actualizado Sábado, 9 marzo 2024 - 22:35

Las diferencias entre Fernando Alonso y Lance Stroll se concretaron en Jeddah de un modo sutil, pero también evidente. Fueron un par de centímetros los que separaron a los pilotos de Aston Martin. Un distancia, casi inapreciable, entre el toque del canadiense contra el muro de la curva 22 y el "pequeño beso" del bicampeón a las protecciones de la curva 9. El error que desencadenó el abandono de Stroll en la quinta vuelta frente a la apuradísima (y afortunada) rectificación de Alonso cuando restaban 12 giros para la bandera a cuadros.

"Todo está bien", tranquilizó Alonso a sus ingenieros a través de la radio. El roce conra el muro no había causado daños al AMR24, así que podría aguantar el ritmo hasta la bandera a cuadros. Sostener ese ligero margen sobre George Russell, que no daba tregua con su Mercedes. No era precisamente una situación para disfrutar, pero Alonso supo sostenerla del mejor modo. "Quería mantener a George a más de un segundo y fueron vueltas de mucha exigencia mental. No quería que cogiera el DRS, porque entraría en ese juego de no hacer vueltas óptimas. Ahí tienes que utilizar varias veces la batería para que no te adelante y se pierde mucho tiempo".

Nada más bajar del coche, como de costumbre, todo se había ordenado ya en su cabeza. "Ha sido una carrera exigente y estresante, tanto física como mentalmente", adelantó, antes de un análisis más pormenorizado. Según el propio Alonso, su puesto más plausible en meta habría sido el noveno. Sin embargo, se alinearon varias circunstancias favorables. En primer lugar, la baja de Carlos Sainz, recién operado de apendicitis. Después, la decisión de Lewis Hamilton y Lando Norris de no parar tras el safety car, dividiendo la estrategia de Mercedes y Ferrari. "Nos aprovechamos bien de ello", se felicitó Fernando. No fue un sábado de euforia, pero sí había razones para cierto optimismo.

«Volvemos al sitio que merecemos»

La visita vespertina de José Mourinho al garaje verde concitó las primeras sonrisas. Hubo algún codazo en el paddock en torno al ex entrenador de la Roma, aunque no tantos como junto a Anthony Joshua, que apenas unas horas antes había llevado al delirio al Kingdom Arena con un KO en el segundo asalto. La carrera se presentaba cuesta arriba, pero se cerró con 10 suculentos puntos para la tropa de Mike Krack.

Porque no conviene olvidar que Aston Martin, al igual que en la última cita de 2023, sigue siendo el quinto equipo de la parrilla. Y de poco sirven, de momento, sus alentadoras tandas de clasificación de los entrenamientos. "A una vuelta conseguimos calentar los neumáticos y tenerlos listos para clasificación, pero luego volvemos al sitio que merecemos. Un poco por detrás de McLaren y Mercedes. Quizás Ferrari y Red Bull sí están un paso por delante y eso será lo que más nos cueste alcanzar", ratificó el doble ganador de las 24 Horas de Le Mans.

"Haremos todo lo contrario"

Según los cálculos de Alonso, el AMR24 necesita "tres o cuatro décimas" por vuelta para poder codearse con los de arriba. No ya para cuestionar la jerarquía de Max Verstappen, pero sí para luchar por los podios frente a Sergio Pérez, Charles Leclerc y Sainz. Esos ajustes aerodinámicos, más desarrollados que los traídos al Corniche Circuit, con los que abordar el salto cualitativo. Dentro de dos semanas se esperan más evoluciones en Melbourne.

Y un poco más adelante, Suzuka puede marcar una tendencia definitiva. El exigente trazado japonés jamás perdona a los indecisos. «En 2023 no pusimos una pieza nueva hasta el GP de Canadá. Ahora haremos todo lo contrario. El coche es bueno, pero representa solamente una base, así que lo cambiaremos a lo largo de todo el Mundial", finalizó Alonso.