McLaren, un campeón derrotado en Singapur

McLaren, un campeón derrotado en Singapur

Actualizado Domingo, 5 octubre 2025 - 21:01

McLaren ya es el segundo equipo con mayor número de campeonatos de constructores. Por tercera vez en su historia, ha logrado repetir victoria dos años consecutivos, algo que no ocurría desde su era de dominio de finales de los 80 y principios de los 90, cuando ganó cuatro títulos seguidos. La de Singapur fue una celebración ya descontada, porque desde hace muchas carreras su ventaja era tan grande que nadie dudaba que se llevaría el campeonato. A pesar de la convicción y de la falta de suspense, todo el mundo en McLaren lo celebró. Motivos tenían, porque su historia reciente es la historia de un pequeño milagro. En pocos años han pasado de ser un coche sin pegatinas de patrocinadores, a convertirse en un equipo solvente económicamente, que ha ganado el campeonato a falta de seis carreras para el final.

Quién se lo hubiera dicho a Fernando Alonso cuando tuvo que tragar cientos de sapos en aquellos años entre el 2014 y el 2018 en los que abandonó por avería en 24 de las 77 carreras que disputó. Tres quintos puestos fue el botín más grande de esos años oscuros con Honda y una capacidad operativa mediocre. Esa tartana la heredó Carlos Sainz en 2019. McLaren había terminado noveno en 2017, sexto en 2018 con el cambio a un motor Renault, pero tercero en 2020 cuando Carlos se fue a Ferrari. Ya entonces vislumbraba, tras dos podios con el equipo, que la victoria no estaba tan lejos.

En 2023, la escudería de Woking arrancó la temporada siendo la peor de la parrilla. Tiraron a la basura el coche diseñado para la temporada e introdujeron grandes cambios para lograr una metamorfosis asombrosa. El equipo progresó tanto que empezaron a llegar los podios y cerraron el año en la cuerta posición. En 2024 la capacidad de evolución del equipo se mantuvo en índices sorprendentes. Cada cosa que introducían en el monoplaza funcionaba. Fueron capaces de terminar con el dominio de Max Verstappen, ganar el Mundial de constructores y pelear por el de pilotos. Sólo la pobre gestión de algunas carreras y la mala interpretación de sus pilotos, evitaron el doblete.

En 2025 el dominio fue aún mayor. La prueba evidente es que el título de equipos está ya en el zurrón y el de pilotos, con permiso de Max, debería de quedarse en casa. Sin embargo, las dudas sobrevuelan ahora mismo sobre el paddock. El dominio mostrado por los campeones parece haberse difuminado y han encadenado tres carreras consecutivas sin victoria y sin pole. Durante las tres, Verstappen ha salido siempre por delante de Norris y Piastri en parrilla y les ha recortado puntos en las tres.

A esto hay que sumar que las diferencias entre los dos pilotos son cada vez más pequeñas y la tensión cada vez más alta. No sólo porque las papaya rules empiezan a no ser suficientemente robustas para contener las hostilidades, también por el hecho de que Max e incluso Mercedes han dado saltos adelante que les pueden convertir en jueces de la contienda.

Anoche en la fiesta de Singapur todo el mundo vestido de naranja sonreía en las celebraciones excepto Norris y Piastri que trataban de maquillar con una sonrisa forzada el mal rollo que había entre ellos por el incidente de la primera vuelta en la que ambos se tocaron. Ni los comisarios ni McLaren tomaron ninguna decisión y a Oscar no le gustó. 22 puntos de ventaja para el australiano y seis carreras y tres sprints aún por delante. Se acabó la cordialidad. El nivel de tensión va a ser cada vez más grande porque los dos saben que sólo uno saldrá campeón. Dependiendo de cómo de mal lo gestionen veremos si Max se puede meter en la pelea.

Fernando Alonso, elegido mejor piloto del día en Marina Bay, sube hasta la séptima plaza tras la sanción a Lewis Hamilton

Fernando Alonso, elegido mejor piloto del día en Marina Bay, sube hasta la séptima plaza tras la sanción a Lewis Hamilton

El titánico esfuerzo de Fernando Alonso en Marina Bay encontró su recompensa hora y media después de cruzar la meta. El asturiano escaló hasta la séptime plaza tras una sanción de cinco segundos a Lewis Hamilton, castigado por sobrepasar los límites de la pista durante la última vuelta. Una doble recompensa para Alonso, que previamente había sido elegido por los aficionados como mejor piloto del día.

El español, de 44 años, recibió el 22,5% de los votos, un porcentaje con el que se impuso a George Russell (16,4%), Max Verstappen (14,5%), Lando Norris (8,7%) y Lewis Hamilton (7,6%). Había partido décimo en la parrilla para acabar octavo bajo la bandera a cuadros, contrarrestando un clamoroso error de Aston Martin durante su pit-stop. Quedó atascada la pistola que debía ajustar la rueda delantera derecha y las operaciones se retrasaron durante 9,2 segundos.

Lejos de dejarse arrastrar por la frustración, Alonso siguió exprimiendo su monoplaza y dejó una fantástica maniobra ante Isack Hadjar, a quien ya había adelantado en la tercera vuelta. Durante ese tramo final de la carrera, el bicampeón obsequió a Esteban Ocon con otro precioso movimiento que le devolvía a la octava posición.

"¡No puedo creerlo, joder!"

Ese botín parecía ya suficiente para Aston Martin, porque a falta de sólo dos vueltas, Hamilton contaba con 47 segundos de ventaja frente a Alonso. Sin embargo, una avería en los frenos del británico abrió la última puerta. En ese último giro, el heptacampeón ni siquiera pudo trazar cinco curvas, rebasando claramante los límites de pista y tomando ventaja.

Gracias a estas argucias logró cruzar la meta con 41 centésimas de ventaja sobre su ex compañero en McLaren. "¡Oh, maldita sea, hombre! ¡No puedo creerlo! ¡No puedo creerlo, joder!", exclamó Alonso. Su enfado por la radio se mezclaba con la búsqueda de explicaciones. "Debería ser el séptimo, joder. O sea, no puedes conducir sin frenos. Como si estuvieras solo en la pista. (...) Algunas veces han intentado descalificarme por ir sin retrovisores, ahora no tienes frenos y todo está bien", lamentó Alonso.

Nada más llegar a la zona mixta, Hamilton alegaba en su defensa que no había trazado las curvas "por un motivo de fuerza mayor". No tenía frenos y para Ferrari se trataba de un razón justificable. Sin embargo, su razonamiento contrastaba con algunas decisiones recientes de la FIA, que castigó con un drive trough a George Russell en el GP de Mónaco por saltarse a propósito una de las curvas del trazado.

Finalmente, la sanción no fue tan severa para Hamilton, que recibió cinco segundos de penalización. "Durante su declaración, el piloto confirmó que se salió de la pista en varias ocasiones. Intentaba solucionar un problema con los frenos", explicaron los comisarios. "Sin embargo, tras una investigación más exhaustiva y de acuerdo con la lista de exenciones prevista en las Directrices de Estándares de Conducción, los comisarios consideraron que esta no era una razón justificable y aplicaron la sanción habitual para este tipo de infracción. Esto no fue rebatido ni por el representante del equipo ni por el piloto", confirmaba el escrito, firmado por Gerd Ennser, Loïc Bacquelaine, Natalie Corsmit, Derek Warwick y Paul Ng.

Este veredicto debió de complacer a Alonso, que en la zona mixta de Marina Bay había lanzado un dardo contra Hamilton, a quien señaló por tener "siempre un poco de tolerancia". Su sarcasmo también se hizo evidente cuando le preguntaron por el galardón recibido, que calificó como "un milagro". "Nadie presta atención a nuestras carreras. A veces salimos en el 20º puesto y acabamos sextos, mientras que el piloto del día suele ser alguien que sale primero y termina tercero", deslizó.

En cualquier caso, aunque ese reconocimiento no se contabilice en el Mundial, los seis puntos de Singapur impulsan a Alonso al undécimo puesto de la tabla, justo por delante de Carlos Sainz. Hasta final de curso, el objetivo del ovetense debería ser la novena plaza, que ahora ocupa Hadjar, con sólo tres puntos más (39-36).

Norris reedita su trauma ante Verstappen y Alonso se rebela ante los errores en Marina Bay

Norris reedita su trauma ante Verstappen y Alonso se rebela ante los errores en Marina Bay

Hubo abrazos en el muro de McLaren para festejar su décimo título en el Mundial de Constructores. Hubo euforia en Mercedes por el segundo triunfo del año para George Russell, que dominó de punta a punta, sin que nadie le inquietase. Hubo razones para la satisfacción en Red Bull por la segunda posición de Max Verstappen, que sigue sin ganar en Marina Bay. Sobraron las escenas de alegría, genuina o impostada, en la sofocante noche de Singapur, pero Lando Norris subió otra vez al podio con su tormento a cuestas. Intentaba ofrecer la mejor de sus sonrisas el joven aspirante al título, mermado desde el viernes por algún tipo de dolencia. Admitió Norris tener coche para más, pero ni siquiera pudo asomar la patita ante Mad Max. Oscar Piastri, cuarto en la meta, aún cuenta con 22 puntos de ventaja en el Mundial.

Norris había tomado la salida con los ojos inyectados en sangre. Fue un impacto ligero, casi imperceptible a primera vista, aunque sobre él se construyó toda una narrativa. Lando llegó al vértice de la curva 3 casi sin margen ante el alerón trasero de Verstappen. Su volantazo hizo mella en Piastri, que se salvó de milagro del impacto contra las protecciones. "Controla lo que puedas controlar", aconsejaron por radio al líder del Mundial, atónito ante esa libre interpretación de las famosas papaya rules. Los comisarios anotaron el incidente y ahí acabó su intervención en los hechos.

A partir de entonces, Norris debía andar con tiento con el alerón delantero, ya que su parte izquierda había quedado ligeramente desviada. Aún peor tuvo que resultar el paso de los minutos para Piastri, rumiando su enfado. "Lo revisaremos después de la carrera", insistieron al australiano. A la estela de Verstappen, McLaren se sentía vulnerable, encajonado en ese aire sucio que tan mal le sienta a su monoplaza. Una situación bastante apurada, nada que ver con la exhibición de Norris allí mismo hace justo un año. La confirmación de que Verstappen les seguirá incordiando hasta el último aliento.

'Pit-stop' de 9,2 segundos

Russell lideraba sin oposición, ajeno a la guerra de nervios desatada entre Red Bull y McLaren. Hubo un mensaje previo por radio a modo de farol. Incluso una farsa de los mecánicos de Woking en el pit-lane. Ni por esas Verstappen mordería el cebo, así que hubo que esperar a la vuelta 20 para su parada en la que prescindió de los blandos en favor de los duros. Fue el momento idóneo, porque Mad Max se reincorporó séptimo, justo por delante de Alonso, que comandaba el pelotón de la zona media.

El asturiano llevaba lidiando desde la salida con Isack Hadjar, a quien logró quitarse de encima en la tercera vuelta. Desde entonces, todo transcurría sin mayor novedad en el AMR-25, que incluso mostraba cierta velocidad en el primer sector. Mientras los ingenieros pedían a Lance Stroll gestionar su neumático con el lift and coast, Alonso debía sentirse satisfecho por haber ganado dos posiciones.

Los estrategas de Andy Cowell retrasaron su pit-stop hasta la vuelta 28, con la remota esperanza de un safety car. Lejos de cumplirse sus deseos, el paso por boxes se zanjó con un calamitoso error de los mecánicos, cifrado en 9,2 segundos. Alonso perdía el sitio frente a Oliver Bearman, Alex Albon y Hadjar.

Había que alcanzar la meta con ese juego de medios, mientras su ingeniero iba descontando el número de vueltas a cada paso por la meta. "Como sigas así voy a desconectar la radio", advirtió Fernando, enfangado en la zona de nadie. Lastrado por un percance en el motor que le hacía perder casi cuatro décimas por vuelta, Hadjar se empleó al máximo antes de entregar su posición al bicampeón mundial. "Trofeo para el héroe de la carrera", ironizó Alonso, octavo en la meta gracias a su coraje, recompensado con el galardón de Piloto del Día y promocionado a la séptima plaza tras una sanción a Lewis Hamilton.

Un punto para Sainz

El nivel de hartazgo del español bien podría compartirlo Piastri, otra vez perjudicado por sus mecánicos, que se demoraron 5,2 segundos en el pit-stop. En la tórrida noche en Singapur el líder del Mundial tuvo que hacer gala de su célebre sangre fría. Con la calculadora en la mano, atascado entre un tráfico infernal, vio de lejos el duelo entre Norris y Verstappen. Durante 16 vueltas, el aspirante quiso apretar al tetracampeón. Aunque no le hizo ni cosquillas.

Sainz, con el FW45, el domingo en Marina Bay.

Sainz, con el FW45, el domingo en Marina Bay.WILLIAMS F1

Sufría el holandés en cada rincón de la pista, aferrándose a cualquier recurso a su alcance, protegiéndose en las cuatro zonas de DRS frente a Norris, infiltrándose en las refriegas de los doblados. Por allí lo vieron pasar Franco Colapinto, Gabriel Bortoleto, Pierre Gasly y Esteban Ocon, mientras Norris iba desesperándose. El británico, al menos, logró mantenerse fuera del alcance de Piastri. Tras recortar estos tres puntos, ahora queda a 22 del líder.

Mantener la paciencia resultó también tarea de titanes para Carlos Sainz, que partía decimoctavo desde la parrilla y aguantó un relevo de 52 vueltas. En Williams fantaseaban con un safety car, que sólo había faltado a su cita en una de las 15 carreras previas en Marina Bay. A falta de 17 giros para la meta, asomaron las banderas amarillas por un trompo de Nico Hulkenberg en la curva 7. Como el asunto no fue a mayores, Sainz agachó otra vez la cabeza y esperó su momento. La oportunidad llegaría en la vuelta 60, cuando se quitó de encima a Hadjar para capturar el último punto en juego.

Russell y Verstappen asustan a McLaren en Singapur, donde Aston Martin vuelve a desinflarse

Russell y Verstappen asustan a McLaren en Singapur, donde Aston Martin vuelve a desinflarse

Mientras unos esperaban a Max Verstappen y otros se decantaban por la opción más conservadora de McLaren, George Russell surgió desde la nada para apuntarse la pole en Singapur (1:29.158). El británico trituró los pronósticos con su Mercedes, mientras el tetracampeón cumplía a medias con sus planes. La primordial era salir por delante de Oscar Piastri, tercero y Lando Norris, quinto. Sin embargo, sus remotas opciones de un quinto título pasaban por liderar la parrilla y desde allí volar hacia la victoria. Porque Marina Bay es el único circuito del Mundial donde aún no ha ganado y ahora Russell se ha interpuesto en su camino.

La progresión de Red Bull en las calles de Singapur, apuntada desde el viernes, quedó patente durante la qualy. Un pobre consuelo para Verstappen que se quedó con las ganas de festejar allí su primera pole. Todo por culpa de su odiado Russell, con quien ha protagonizado más de una escaramuza, que no lideraba una parrilla desde el GP de Canadá. Tras su primer intento de la Q3 (1:29.165), cuando rozó las protecciones de la curva 17, arañaba 175 milésimas a Mad Max. Y aún pudo recortarlo siete milésimas, mientras el holandés abortaba su vuelta en los últimos metros, consciente de que ya había perdido cualquier opción.

Todo un rearme moral para el líder de Mercedes, que en la segunda sesión libre del viernes había destrozado su alerón delantero contra las protecciones de la curva 16. Impulsado por una sorprendente dosis de confianza, ya marcó la referencia en la Q2, con 10 milésimas sobre Verstappen. Su velocidad contrastó con el decepcionante papel de Norris, absoluto dominador del GP de Singapur 2024, cuando se impuso con 20,9 segundos en la meta. Tampoco hubo nada especialmente reseñable en Piastri, que al menos pudo superar al otro Mercedes de Andrea Kimi Antonelli, cuarto en la parrilla.

Detrás de Hadjar y Bearman

Isack Hadjar y Verstappen habían sido los únicos que se habían ahorrado un juego de blandos en la Q1. Esa ventaja resultó irrelevante para el holandés, aunque tuvo cierta importancia para su discípulo en Racing Bulls. Inmediatamente por detrás de Charles Leclerc y Lewis Hamilton, el francés se inmiscuyó otra semana más en el pulso con los mejores. También Oliver Bearman, noveno, por delante de Fernando Alonso.

Otro sábado más -y ya deben de haber perdido la cuenta- Aston Martin decepcionó respecto a la víspera. Los primeros síntomas se intuyeron en la última sesión libre, con sus coches en la decimoquinta y decimoséptima posición. El AMR-25 había dado un notorio paso atrás y sólo la habilidad del asturiano, con dos victorias en este trazado, le permitió cumplir el objetivo. Con un monoplaza que el viernes parecía volar, las prioridades del sábado se ajustaban a un mero top-10.

Esa Q3 se hizo demasiado cuesta arriba para Carlos Sainz y Alex Albon, cuyas perspectivas se toparon ante Hadjar y Bearman. Las plazas de Racing Bulls y Haas debían corresponder, en buena lid, a Williams. Aunque sabían de las dificultades de esta pista, poco amable con el FW45, sus pilotos habían ofrecido en las horas previas mejores perspectivas.

Sainz y Albon, descalificados

Siendo malo, el sábado se torció aún más para el equipo de James Vowles tras una investigación de los comisarios. Según los datos oficiales de la FIA, una pieza en el alerón trasero excedía los 85 milímetros reglamentarios en los monoplazas de Sainz y Albon, que fueron descalificados automáticamente de la qualy, por lo que el domingo partirán desde el fondo de la parrilla.

Entre las peculiaridades de Marina Bay, la más conflictiva estribó en la exponencial mejora del asfalto. Ese margen, entre un intento y otro, podía estirarse a casi un segundo, así que había que andarse con mucho tiento. Así sucedió en el tramo final de la Q1, cuando se formó una fila en el pit-lane, porque todos los implicados querían esperar unos segundos para no tragar el aire sucio del coche que les precedía.

Fue un momento delicado para Alonso, que salió airoso gracias a una avería hidráulica de Pierre Gasly. Esa bandera amarilla para señalar la posición del Alpine en la curva 11 ralentizó a los rivales del asturiano, que pasó decimocuarto. Menos afortunado debió de sentirse Lance Stroll, cuyo mensaje ilustra de alguna manera el sentir en Aston Martin: "Es increíble. Siempre sale algo mal".

Fernando Alonso cierra en Marina Bay su mejor viernes del año: "Somos más optimistas"

Fernando Alonso cierra en Marina Bay su mejor viernes del año: “Somos más optimistas”

Todas las esperanzas depositadas por Aston Martin se confirmaron el viernes en Singaur, donde Fernando Alonso marcó el mejor tiempo de la primera sesión de entrenamientos libres (1:31.116) y pudo consolidarse en la lucha con los mejores durante la sesión nocturna. Por primera vez desde el GP de Canadá 2024, el bicampeón mundial lideró la tabla de tiempos al volante de un AMR-25 también competitivo en las manos de Lance Stroll, que estableció el sexto mejor crono de la noche.

"Nos hemos sentido cómodos desde la primera vuelta y hemos podido encontrar los límites bastante rápido", adelantó Alonso tras bajarse del coche, con el que hace dos semanas ni siquiera pudo luchar por los puntos en el GP de Azerbaiyán. No obstante, el sinuoso trazado urbano de Marina Bay parece acomodarse mucho mejor a la configuración del monoplaza verde. "Creo que sí fue nuestro mejor viernes

Esta progresión guarda semejanzas con lo sucedido durante el GP de Hungría, cuando Aston Martin se coló entre los mejores desde el viernes y Alonso firmó un quinto puesto en la carrera. Hay que recordar que la última pole del ovetense data del GP de Alemania 2012, mientras su última victoria llegó en el GP de España 2013.

"Relativamente más optimistas"

"Vamos a intentar afinar con el set-up. Aún no estoy contento con el eje delantero, todavía tengo algo de subviraje. Es algo en lo que trabajar esta noche, pero ha sido un buen comienzo", analizó el doble ganador de las 24 Horas de Le Mans. Durante la sesión matinal, Alonso aventajó en 15 centésimas a Charles Leclerc (Ferrari) y en 27 a Max Verstappen (Red Bull).

La configuración del Aston Martin, con una máxima carga aerodinámica, parece adaptarse a las necesidades de este trazado urbano, donde Alonso ya ganó en dos ocasiones (2008, 2010). De momento, el ovetense no quiere dejarse arrastrar por un excesivo optimosmo. "A veces los viernes llevamos un programa distinto y un combustible distinto a los demás. No sería la primera vez que sucede, así que el primer test de verdad será durante la qualy del sábado, pero somos relativamente más optimistas", detalló.

Desde luego, las prestaciones del AMR-25 volvieron a confirmarse por la noche, cuando Stroll también pudo codearse con los mejores. Una sesión que se vio interrumpida por dos banderas rojas. La primera, a consecuencia de una salida de pista de George Russell, que destrozó el alerón delantero de su Mercedes contra las protecciones de la curva 16. Sólo unos minutos más tarde, Liam Lawson sufrió otro percance en la curva 17 que obligó a detener la acción sobre el asfalto.

"Las banderas rojas no nos han ayudado a ver el panorama completo y comprobar si los coches más rápidos podían hacer una vuelta entera", admitió Alonso, que confía en clasificarse el sábado para la Q3 y luchar el domingo por los puntos. Desde luego, la lucha entre los favoritos se antoja muy ajustada, porque McLaren aún no ha podido mostrar su autoridad frente a Verstappen.

Tras sus victorias en Monza y Bakú, el tetracampeón se encuentra a 69 puntos de Oscar Piastri, líder del Mundial. Un triunfo en Marina Bay, el único circuito del actual calendario donde aún no ha ganado, confirmaría las opciones del holandés para revalidar su título. Lando Norris, por su parte, se vio envuelto en un desafortunado percance en el pit-lane, donde fue embestido por Leclerc.

Una dosis de optimismo para Fernando Alonso antes de las vacaciones: "Es muy alentador"

Una dosis de optimismo para Fernando Alonso antes de las vacaciones: “Es muy alentador”

Nada más cruzar quinto la línea de meta en Hungaroring, su mejor posición del año, Fernando Alonso envió un mensaje a sus ingenieros que más bien parecía una súplica: «Ahora necesitamos cuatro o cinco carreras como esta». Por segunda vez en la temporada, gracias al séptimo puesto del imprevisible Lance Stroll, Aston Martin había puntuado con sus dos coches. Una semana después de la debacle en Spa, el equipo de Silverstone lograba encabezar la zona media de la tabla, su objetivo de mínimos para 2025. Los mecánicos recogían los bártulos, ávidos ya de vacaciones, en un clima de moderado entusiasmo, pero Alonso sólo pensaba ya en el GP de Holanda. El próximo 31 de agosto Aston Martin debe confirmar lo apuntado ayer en Hungría.

«Estas dos semanas han sido de montaña rusa. En Spa salimos últimos, con la cabeza un poco baja y preocupados para el resto del año. Aquí salimos con la sensación opuesta, con optimismo», valoró ayer el asturiano. La penosa qualy del GP de Bélgica, con sus dos coches copando la última fila de la parrilla, hizo tocar fondo a Aston Martin, pero en tres días sus ingenieros dieron al fin con la tecla. Los ajustes aerodinámicos, sumados a las peculiaridades del trazado magiar hicieron del AMR25 un monoplaza competitivo.

Para saber más

De hecho, en cuanto a ritmo de carrera fue el quinto coche, con un crono promedio de 1:22.128 por vuelta, apenas 63 milésimas más lento que Red Bull. Aunque ese dato resulte meramente orientativo, ya que en el Hungaroring predomina la estrategia sobre el puro rendimiento, sí calibra la mejora. Por razones obvias, el paso adelante del AMR25 en una pista tan sinuosa se ceñía a la aerodinámica.

Imola y Silverstone

Antes de tomar la salida, el propio Alonso lo había explicado con tono pedagógico. «Es la primera carrera en la que usamos correctamente el alerón delantero y eso nos otorga ese extra en las curvas, tan importante aquí», analizó, enumerando cada paso de los tres últimos meses. A mediados de mayo, en el GP de Emilia Romagna, estrenaron paquete aerodinámico; seis semanas más tarde, durante el GP de Gran Bretaña, llegaría el nuevo suelo; tras las probaturas del GP de Bélgica, el ala delantera completó el círculo. «Las tres actualizaciones cumplen nuestras expectativas. Esto es muy alentador para nuestro proyecto de 2026», subrayó, en relación al monoplaza sobre el que ya trabaja Adrian Newey.

Ayer, Alonso supo optimizar los recursos, especialmente durante su primer relevo. Fueron 39 vueltas con el neumático medio en las que mantuvo el tipo frente a Gabriel Bortoleto y Max Verstappen. Cuando el rookie brasileño, su pupilo en la FA14 Management, quiso incordiar en las últimas vueltas, el bicampeón replicó con fiereza, incrementando el ritmo. Mucho más difícil resultaría el domingo para Mad Max, al volante de un RB25 sin agarre en las zonas lentas. El gran tirano de las últimas temporadas terminó a 72 segundos de Lando Norris. Al menos logró acabar la carrera en la misma vuelta del ganador. Lewis Hamilton no pudo decir lo mismo.

«No ha sido tan fácil como parecía, porque había que gestionar el tráfico y teníamos a Verstappen merodeando, pero todo el mundo ha estado donde debía», valoró Mike Krack, director de operaciones en pista de Aston Martin. Con estos 16 puntos, su equipo ocupa la sexta plaza del Mundial, con uno más que Sauber. Un logro insuficiente, pero que debería servir como rampa de lanzamiento de cara a la segunda mitad de Mundial. «Hay que luchar hasta el final. No nos conformamos, no nos rendimos. Hoy lo hemos demostrado, así que es un buen momento para celebrar», finalizó el luxemburgués.

Alonso, en el garaje de Aston Martin en Hungría.

Alonso, en el garaje de Aston Martin en Hungría.ASTON MARTIN

Salvar el tipo en las 10 carreras que restan se antoja imprescindible para Aston Martin. No sólo por una cuestión de decoro, sino porque cualquier paso adelante a nivel operativo será muy provechoso para el Mundial 2026. Aston Martin necesita gestionar cada fin de semana como lo ha hecho en Hungría. Sin errores de cálculo en la qualy, con un firme timón en la estrategia de carrera y con diligencia en los pit-stops, uno de sus puntos flacos a lo largo del año.

A sus 44 años, Alonso conoce de sobra el camino, aunque sea escarpado. El viernes no pudo tomar el volante, víctima de unas molestias en la espalda, y ayer sumó 10 puntos, con los que supera en la tabla a Stroll por primera vez en 2025. Su ambición nunca desfallece.

Norris devuelve el golpe a Piastri y Alonso impone su jerarquía en Hungaroring

Norris devuelve el golpe a Piastri y Alonso impone su jerarquía en Hungaroring

El orden de factores no altera la fórmula ganadora de McLaren, que en Hungaroring repartió esfuerzos para acabar con la resistencia de Ferrari. Ganó Lando Norris por delante de Oscar Piastri, mientras Charles Leclerc, autor de la pole, debió ceder la tercera plaza del podio a George Russell. Movió sus bazas el equipo de Woking para satisfacción de un Norris favorecido por los hados. El británico reduce a nueve puntos su diferencia con Piastri, que pudo tirar todos los esfuerzos por el desagüe con un intento casi suicida en la penúltima vuelta.

Ese movimiento del australiano por el interior sólo anticipa lo que vendrá tras las vacaciones: un apasionante mano a mano color papaya. Max Verstappen, noveno a 72 segundos, fue el último piloto no doblado por Norris. El tetracampeón ha quedado fuera de juego, así que todas las atenciones se centrarán en los dos jóvenes aspirantes. Entre ambos suman 49 años, sólo cino más que Fernando Alonso. El asturiano, quinto en la parrilla, se las ingenió para mantener su posición, la mejor del año. Su stint inicial de 39 vueltas con el medio resultó crucial.

De los despistes de Norris en la salida había quedado sobrado constancia durante todo el año, así que Russell y Alonso aprovecharon las facilidades para degradar al británico a la quinta plaza. Al final de la segunda vuelta, Norris impuso la fortaleza del MCL39 a final de recta. Por entonces, el triunfo se antojaba una simple quimera.

32ºC y cielo encapotado

En la vuelta 18, McLaren tomó la iniciativa con Piastri, en busca del undercut para acceder al liderato. De inmediato reaccionó Ferrari, cumpliendo con prestancia y sin nervios en el pit-stop (2,0 segundos). De este modo, Norris asumía la cabeza, consciente de que McLaren había elegido para él una estrategia de parada única.

No hubo rastro de la anunciada lluvia, sino 32ºC sobre el asfalto y un cielo encapotado, sin esas rachas de viento que tanto habían incomodado el sábado a McLaren. Todas estas condiciones debían favorecer a Aston Martin, que al fin había encontrado un impulso extra en las curvas gracias a su alerón delantero. Una actualización esencial en Hungaroring, que se sumaba al paquete aerodinámico estrenado en Imola y el suelo que montaron en Silverstone.

El AMR25 había mostrado un gran equilibrio en los tres sectores de la pista, acercándose incluso a Ferrari, aunque un poco más lento en los virajes rápidos. La batalla en Budapest se antojaba de largo aliento, por lo que la prioridad para el equipo de Silverstone fue rodar en aire limpio. Ese plan a una sola parada para Alonso se vio reforzado al ver cómo los rivales que optaban por el doble paso por boxes se veían frenados por el tráfico cuando regresaban a pista.

Alonso, por delante de Bortoleto, el domingo en Hungaroring.

Alonso, por delante de Bortoleto, el domingo en Hungaroring.EFE

El más ilustre e iracundo era Verstappen, que clamaba contra la decisión de Red Bull por meterle en esa procesión. El holandés ni siquiera baja la guardia en los días grises, por lo que adelantó a Lewis Hamilton con una maniobra en la curva 4 que más pareció un directo a la mandíbula. La FIA anunció que investigaría el incidente tras la bandera a cuadros.

Tampoco resultó precisamente sutil el adelantamiento de Russell a Alonso en la curva 1, cuando el británico exprimía todo el potencial de su monoplaza. Ni siquiera con el DRS podía engancharse Fernando al ritmo del Mercedes. Debía limitarse a contener a Gabriel Bortoleto, su discípulo en Sauber y al propio Verstappen. Aunque el tetracampeón se perfilaba como una amenaza real, sus opciones se disolvieron en la vuelta 49, cuando Red Bull volvió a convocarle para el pit-stop.

En la vuelta 41, Ferrari se había curado en salud con Leclerc, antes de que McLaren moviese pieza con Piastri. El monegasco se reincorporó cuarto, a siete segundos del liderato, aunque con unas gomas 10 vueltas más frescas. Cumplidos cinco giros más, McLaren hizo lo propio con Piastri. Parecía un suicidio, pero tenía sentido.

Sainz, decimocuarto

"Será un milagro si terminamos en el podio", clamó Leclerc con tono quejumbroso. En la vuelta 51, Piastri se zafó del Ferrari con asombrosa comodidad entre la curvas 1 y 2. En ese momento veía el liderato de Norris a ocho segundos, aunque contaba con gomas mucho más jóvenes. Aún manejaba legítimas aspiraciones de victoria. Las mismas que Russell con el podio, aunque sólo uno cumpliría su objetivo.

A ocho vueltas para el final, el líder de Mercedes se lanzó a degüello a final de recta. Encontró una vía por el interior, mientras Leclerc parecía un gato panza arriba. Su defensa a la desesperada mereció una penalización de cinco segundos.

También hubo 10 segundos de castigo para Pierre Gasly por un feo movimiento frente a Carlos Sainz en el tramo final. El madrileño volvió a arrastrar sus penas en Budapest, pese a una prometedora salida con los neumáticos blandos, con los que pudo desembarazarse de Hamilton. No había mucho más que sacar del Williams, ni siquiera intentando sorprender a la contra, con una parada en la vuelta 16. Cuando cumplió el segundo pit-stop, sólo rodaba por delante de Franco Colapinto. La decimocuarta plaza en la meta sólo debe interpretarse como un alivio porque su compañero Alex Albon finalizó dos por detrás.

Fernando Alonso resucita en Hungaroring, donde Leclerc arrebata la 'pole' a los McLaren

Fernando Alonso resucita en Hungaroring, donde Leclerc arrebata la ‘pole’ a los McLaren

No daba crédito Charles Leclerc a su pole en Hungaroring, la primera de Ferrari en el Mundial 2025. No había una excusa mejor para festejar su 140ª carrera con Ferrari, el tercer mayor registro en la historia de la Scuderia, sólo por detrás de Michael Schumacher y Kimi Raikkonen. El monegasco, bajo un cielo nublado y menos calor sobre el asfalto, birló el protagonismo a los McLaren. "Ha cambiado mucho el viento, parece una excusa patética, pero así fue muy difícil rendir mejor", explicó Oscar Piastri, líder del Mundial, segundo en la parrilla, justo por delante de Lando Norris.

Leclerc reservó su juego de blandos para asestar su golpe más letal (1:15.372), dejando con rictus incrédulo a Piastri, 26 milésimas más lento y Norris, a 41. Ese golpe de genio debe considerarse tan especial como el quinto puesto de Fernando Alonso. Nada más pasar por meta, el asturiano envió su aviso por radio: "Ha sido una buena vuelta". Entonces era segundo, a sólo 83 milésimas de Piastri.

Aston Martin había querido tomar la iniciativa en la Q3, enviando a sus dos pilotos con mucho margen respecto a sus adversarios. Tras su primer intento, con los blandos nuevos, Alonso era cuarto (1:16.025), por detrás de Piastri (1:15.398), Norris (1:15.494) y Russell (1:15.632) que venía pasando desapercibido, como más le gusta. El líder de Mercedes sólo perdió de un par de fallos en el último sector.

Tres décimas sobre Verstappen

"Lo único que queda por entender es que hace una semana éramos último y penúltimo en Spa y ahora, sin tocar el coche, somos tan competitivos", dijo Alonso tras bajar del AMR25. La sexta plaza de Lance Stroll, a 17 milésimas del español, confirma la fantástica progresión del AMR25. Max Verstappen, octavo, cedió tres décimas ante los coches de Silverstone.

A lo largo de la última semana, la escudería de Silverstone viene experimentando con múltiples configuraciones aerodinámicas. Si en Spa volvió a la versión antigua de su suelo, aquella estrenada a mediados de mayo en Imola, el viernes apareció en Hungría con otra de estreno. El paso adelante quedó patente, pero en esta qualy se decantaron por la especificación antigua de ese suelo, combinada con el nuevo alerón delantero.

En el propio garaje había quien no daba crédito ante el crono de Alonso (1:15.281), tiñendo de púrpura los tres sectores de Hungaroring. Tras ese intento comandaba la tabla de la Q1: 27 centésimas mejor que Piastri, 34 sobre George Russell y 39 sobre Lance Stroll, cuarto. El líder del Mundial reaccionó de inmediato al volante del MCL39, para restablecerse en cabeza, con apenas siete centésimas sobre el asturiano.

Leclerc festeja su 'pole', el sábado en Hungaroring.

Leclerc festeja su 'pole', el sábado en Hungaroring.AP

El AMR25 seguía mostrando un formidable paso por curva en la Q2 incluso en las manos del inspiradísimo Stroll. El canadiense cerró la tanda en tercera posición, a 23 centésimas de Norris, mientras Alonso ahorraba un juego de neumáticos blandos. El quinto puesto del bicampeón (1:15.395) debía interpretarse por sus seis centésimas de ventaja sobre Leclerc y las 15 ante Verstappen, hundido en la intrascendencia.

Sainz, decimotercero

A ese sufrimiento de Red Bull hubo que añadir dos noticias negativas. Andrea Kimi Antonelli y Lewis Hamilton, que este año parecen ir demasiadas veces de la mano, quedaban fuera. Menos sorprendente fue el adiós de Sainz, que sigue sin completar un sábado decente y partirá decimotercero. En la Q2, el líder de Williams se perdió de mala manera, sólo por delante de Antonelli y Franco Colapinto.

En la primera criba, Carlos había tenido su momento, con un octavo puesto, a 44 centésimas de la cabeza, mientras Alex Albon se despeñaba hasta el farolillo rojo, a seis décimas de su compañero. Quienes tampoco guardarán grato recuerdo de Budapest durante las vacaciones serán Yuki Tsunoda y Pierre Gasly, eliminados en la Q1 por Liam Lawson.

Fernando Alonso, de los dolores de espalda al quinto mejor crono en Hungaroring

Fernando Alonso, de los dolores de espalda al quinto mejor crono en Hungaroring

El regreso a Hungaroring, escenario de su primera victoria y de algunas de sus mejores carreras en la F1, siempre incentiva a Fernando Alonso. Incluso en estos días, agitados por la zozobra. La carrera del pasado domingo en Spa había dejado malparado al bicampeón, con unos dolores en la espalda que le apartaron de la primera sesión libre en Hungaroring. Sin embargo, sólo un par de horas más tarde, Alonso regresó a su Aston Martin para marcar el quinto mejor tiempo, a seis décimas de la cabeza.

"Fernando sufrió un pequeño problema muscular después de Spa. Con la intensidad del calendario, nunca hay suficiente tiempo de recuperación. Incluso para dormir, a veces no hay mucho tiempo de recuperación, porque tienes que viajar, así que ese es uno de los problemas", anunció a primera hora del viernes Mike Krack, director de operaciones en pista de Aston Martin.

Alonso, que el pasado martes celebró su 44º cumpleaños, ha disputado 414 grandes premios -récord absoluto en la F1- y la última vez que no pudo tomar la salida fue en el GP de Rusia 2017, por culpa de una avería en su McLaren-Honda durante la vuelta de formación. De modo que unas simples molestias en la espalda no parecían suficientes para dejarle fuera de combate en Hungaroring.

Un asiento más cómodo

La espalda, castigada por el traqueteo (porpoising), ya le había incordiado durante el GP de Brasil 2024. A mediados del pasado marzo tuvo también que disputar el GP de China con una protección en el cuello dado que, según su propio testimonio, tenía "un nervio pinzado o algo así". En Hungría, Alonso simplemente precisaba unas horas extra descanso y sesiones de recuperación junto a Edoardo Bendinelli, su fisioterapeuta de confianza.

Felipe Drugovich, campeón de la F2 en 2022, tomó el relevo con el AMR25 durante la sesión matinal, salvando el tipo con un crono sólo tres décimas más lento que Lance Stroll. Por la tarde, Alonso regresó a un cockpit que los ingenieros de Silverstone habían adaptado especialmente para él. "Hemos hecho algunas modificaciones en su posición en el asiento, para hacérselo más cómodo", confirmó Krack.

Alonso rodó 24 vueltas en la FP2 y estableció el quinto mejor tiempo, a 11 centésimas de Stroll, más inspirado que de costumbre. Las seis décimas cedidas ante Lando Norris, la referencia de McLaren durante toda la jornada, deben interpretarse como un paso adelante para el equipo liderado por Andy Cowell.

Sainz, con el Williams, el viernes en Hungaroring.

Sainz, con el Williams, el viernes en Hungaroring.EFE

En Hungaroring se mide el paso por curva de los monoplazas, que montan una set-up de alta carga aerodinámica. Aston Martin continúa con sus pruebas en el suelo y los alerones, en busca de una configuración que le evite situaciones tan embarazosas como la qualy del GP de Bélgica, cuando sus coches acabaron último y penúltimo.

Los paquetes de mejoras siguen suponiendo otro quebradero de cabeza para Carlos Sainz. El madrileño rodó más que nadie en la primera sesión (31 giros), pero no pasó de la decimoquinta plaza. Después de comer sí pudo superar a su compañero Alex Albon, aunque sin extraer todo el potencial de su Williams. "Nuestro ritmo en la FP1 fue fuerte. No hicimos un segundo intento, pero buscábamos entre en el top5 en una pista que normalmente no se adapta a nuestro coche", concluyó el madrileño.

Fernando Alonso celebra los 44 años y emula un registro de 1973

Fernando Alonso celebra los 44 años y emula un registro de 1973

Actualizado Martes, 29 julio 2025 - 22:48

El único consuelo para Fernando Alonso tras el pésimo rendimiento de Aston Martin en Spa es que el viernes, casi sin solución de continuidad, arranca el GP de Hungría, escenario de algunas de sus mejores actuaciones en la F1. Además, este martes, poco antes de tomar el vuelo hacia Hungaroring, el bicampeón mundial celebró su 44º cumpleaños. Una cifra hasta ahora prohibitiva en el Gran Circo, pero que al asturiano aún no le hace pensar en la retirada.

Hay que remontarse más de medio siglo atrás para reseñar a otro piloto que tomase la salida en una carrera de F1 a una edad tan avanzada. Fue Graham Hill, el único poseedor de la Triple Corona del motor, quien participó en el GP de España a los 44 años, dos meses y 14 días. Entonces, el bicampeón británico (1962, 1968) no pudo acabar la prueba, disputada en el Parque de Montjuïc, por una avería en los frenos.

La edad no parece un problema para Alonso, que aún aún cuenta con una temporada más de contrato en Aston Martin. De este modo, el próximo Mundial podría superar el registro de otra leyenda como Jack Brabham, que no colgó el casco hasta los 44 años, seis meses y 23 días.

Los únicos sin puntos

Brabham, tricampeón mundial (1959, 1960, 1966) y célebre por ser el único en coronarse con un coche fabricado por él mismo, figura también en el radar de Fernando, porque es el más veterano de la historia en firmar una pole (GP de España 1970). El asturiano, que no comanda la parrilla desde el GP de Alemania 2012, aún podría desbancarle.

Sin embargo, el paupérrimo rendimiento de Aston Martin complica su panorama. El equipo de Silverstone fue el único de los 10 que no se embolsó un solo punto durante el GP de Bélgica, donde también se otorgaban por la sprint race. "Trajimos un nuevo paquete aerodinámico, pero no ha aportado las mejoras que esperábamos. Ahora revisaremos los datos para intentar encontrar más rendimiento en Hungría", comentó el ovetense tras su decimoséptimo puesto en la meta.

El gran desafío para Alonso se centra en el Mundial 2026, donde al fin contará con un monoplaza diseñado por Adrian Newey. En caso de que el genio de la aerodinámica vuelva a dar en el clavo, el español podría convertirse en el décimo piloto de la historia en sumar una victoria una vez traspasada la cuarentena. El último en conseguirlo fue Nigel Mansell, vencedor en el GP de Australia 1994 con 41 años, tres meses y cinco días.