La revolución cultural de Benetton, Briatore y Schumacher en la Fórmula 1: "Fuimos los primeros en hablar de lifestyle"

La revolución cultural de Benetton, Briatore y Schumacher en la Fórmula 1: “Fuimos los primeros en hablar de lifestyle”

Actualizado Viernes, 21 noviembre 2025 - 19:06

Ambición, química, color, irreverencia. Y cómo una empresa de camisetas gana dos Mundiales de Fórmula 1. Es la mítica historia de una escudería que revolucionó el automovilismo. Tres décadas después, Alessandro Benetton revive aquella gloriosa aventura en la película Benetton Formula. Él cuenta, con entrevistas e imágenes inéditas, el camino hacia las victorias de los campeonatos de 1994 y 1995. EL MUNDO ha asistido al estreno del documental -que será emitido a finales de noviembre en Italia- que narra la legendaria historia que unió la innovación de Alessandro Benetton, la intuición de Flavio Briatore y el talento de Michael Schumacher.

A mediados de los ochenta, la compañía Benetton compró la pequeña escudería británica Toleman para competir con Ferrari, McLaren y Williams. Luciano Benetton, fundador de la conocida marca, encargó a Alessandro, su hijo, el liderazgo de la nueva experiencia automovilística. Era joven y procedía del ámbito empresarial, así que tuvo que cambiar su mentalidad pensando en los motores. Pero había que aumentar los ingresos de Benetton para que se pudiera financiar los gastos de la apuesta deportiva: «El objetivo era atraer más capital de los patrocinadores», asegura hoy Alessandro Benetton. Fue su padre, Luciano, quien dijo que tenía para ello a la persona adecuada: era Flavio Briatore.

«La primera vez que lo vi llevaba botas de cowboy, vaqueros, camisa abierta y un cigarro en la boca», recuerda Alessandro Benetton sobre el amigo de su padre. Hasta entonces, en la Fórmula 1 contaban personajes como Ron Dennis, de la escudería McLaren, expertos en mecánica. Briatore era lo opuesto, no tenía ni idea de coches. Su talento residía en los negocios con los patrocinadores, a los que había que convencerles de invertir en Benetton y no en otras escuderías. «Fuimos los primeros en hablar de lifestyle», confirma Briatore, protagonista de aquella revolución cultural dentro de la Fórmula 1 entendida como algo glamuroso marcado por la moda, lo joven y el color. Eso atrajo a los patrocinadores, que resolvieron las necesidades financieras de Benetton. Una escudería donde se hablaba más de dinero que de la mecánica. Pero necesitaban, lógicamente, un piloto. Al menos, un piloto.

La llegada de Schumacher

Y ese piloto fue un joven alemán, Michael Schumacher, que en agosto de 1991 se estrenó en el circuito de Spa, en el Gran Premio de Bélgica, uno de los más difíciles del Mundial. Era un absoluto desconocido que conducía un monoplaza de la escudería Jordan. Era su primera vez en el circuito y lo recorrió en bicicleta el jueves antes de la carrera para así familiarizarse con el trazado. «En las pruebas del viernes, vi un piloto que no había montado nunca en un Fórmula 1 y que no había visto nunca antes», recuerda Alessandro Benetton, quien se quedó pegado al televisor. Briatore lo vio claro: «Estamos frente al próximo campeón del mundo». Michael Schumacher no defraudó.

Michael Schumacher -que creció en la pista de kart de su familia y corriendo con su hermano Ralf después del colegio-, pasó de Jordan a Benetton y redefinió el concepto de preparación física y mental de los futuros pilotos de Fórmula 1. Un deportista moderno, en forma, joven, entregado, seguro de sí mismo, con un coche competitivo, que creaba buen ambiente en el equipo. «Se divertía como un niño», señala Alessandro Benetton. La Fórmula 1, de esta forma, asistía al nacimiento de su nueva restrella.

El progresivo auge de Michael Schumacher coincidió en el tiempo con los últimos años de la trayectoria de Ayrton Senna. El brasileño era un piloto emotivo y pasional, mientras que el alemán era más calculador y centrado en la entrega. En palabras de Briatore: «Senna había intuido que Schumacher sería el adversario del futuro». Una rivalidad que, sin embargo, se vio trágicamente truncada el domingo 1 de mayo de 1994, cuando Ayrton Senna perdió la vida en la curva Tamburello del circuito de Imola, conmocionando al mundo de la F1. Michael Schumacher, tras el triste acontecimiento, terminaría siendo su legítimo heredero.

El legado de la escudería Benetton, 30 años después, sigue vivo como sinónimo de una revolución. Una «emoción irrepetible» y un «patrimonio» que para Alessandro Benetton demuestra que los sueños «se pueden hacer realidad», siempre y cuando se crea en la fantasía de lo imposible, con espíritu de exploración. «De cada discontinuidad y ruptura, por muy cansadas y traumáticas que sean, siempre hay que ir hacia adelante y en movimiento para cambiar constantemente. Así se pueden obtener resultados excepcionales», dice.

Michael Schumacher, tras el accidente de esquí que sufrió hace más de una década y que le provocó una grave lesión cerebral con la que convive, no ha podido contribuir en primera persona con sus recuerdos. Pero el resto de entrevistados sí lo han hecho en el largometraje Benetton Formula, rememorando aquella aventura que marcó, sin vuelta atrás, la historia de la F1. Desde sus butacas los espectadores, al final del documental, podrán honrar aquella legendaria historia.

El Barça vuelve al Camp Nou: 909 días de exilio entre retrasos y polémicas

El Barça vuelve al Camp Nou: 909 días de exilio entre retrasos y polémicas

Actualizado Viernes, 21 noviembre 2025 - 19:04

Desde el 28 de mayo de 2023, cuando el Barça se impuso (3-0) al Mallorca, han pasado 909 días, casi 130 semanas, casi 30 meses, casi exactamente dos años y medio (2,49 años). El Barça pondrá fin hoy, ante el Athletic, a su exilio. Frente al conjunto que entrena Ernesto Valverde, los azulgrana, tras una espera que ha acabado por eternizarse mucho más de lo previsto en el tiempo, jugarán su primer partido oficial en un Spotify Camp Nou que ya cuenta con la licencia correspondiente a la fase 1B de las obras, pero en el que los trabajos para culminar un proyecto de tintes casi faraónicos estarán aún en marcha por lo menos durante todo el 2026. A estas alturas del año que viene, en principio, ya debería estar terminada la tercera gradería, la que permitirá que el recinto cuente con un aforo total de 105.000 espectadores. No obstante, estará aún pendiente de terminar la cubierta del estadio, cuya colocación podría no estar terminada hasta 2027.

Este paréntesis de dos años y medio, en el que el Barça se ha visto obligado a jugar partidos oficiales tanto en Montjuïc como en el Johan Cruyff, ha estado marcado por un buen número de polémicas y retrasos. En cuanto a este último factor, el retorno, en principio, estaba previsto para hace casi un año, coincidiendo con la fecha del 125 aniversario de la entidad azulgrana. Las obras, con todo, no estaban tan avanzadas como se suponía y, pese a que el club ha renunciado por el momento a ejecutar una serie de penalizaciones económicas pactadas con la constructora Limark, el estreno fue finalmente postergado. En teoría, esta misma temporada debería haber arrancado con el Spotify Camp Nou como estadio local para todos los azulgrana, con una primera puesta de largo de prueba, con aforo limitado, prevista para la disputa de la última edición del trofeo Joan Gamper, el pasado 10 de agosto ante el Como. Las licencias necesarias, en este caso, no llegaron a tiempo y, tras algunas especulaciones sobre una posible inauguración con la licencia 1A, para un aforo de 27.000 aficionados, se optó finalmente por esperar a tener la 1B (45.000), con la que es posible jugar tanto en la Liga como en la Champions.

Además de por múltiples retrasos, las obras del Spotify Camp Nou también se han visto envueltas en varias polémicas. Una de las primeras fue la revelación de presuntas irregularidades en la contratación de trabajadores por parte de empresas subcontratadas para llevar a cabo algunos de los trabajos. Incluso, llegó a señalarse que algunos de esos trabajadores dormían en plena calle, en los alrededores del estadio.

El pasado mes de septiembre, por otro lado, la Guardia Urbana detuvo las obras que se estaban llevando a cabo, instó a los operarios a abandonar el lugar y levantó acta debido a la vulneración de la licencia de obras concedida a Limark, que no permite trabajar en domingo, tal y como contempla la normativa vigente. La última de las muchas polémicas, en este caso, tiene que ver con el precio de las localidades para el regreso al estadio, en absoluto apto para todos los bolsillos. La preventa arrancó el lunes en el caso de los socios y de las localidades VIP, con un precio mínimo de 199 euros y máximo de 589, (las VIP que se mueven en un horquilla de entre 950 y 1.750 euros). Para el público la venta empezó el martes pasado.

Aparte de las polémicas y retrasos, está también la incertidumbre sobre cuál será finalmente el coste. Inicialmente, se solicitó una financiación a múltiples inversores de 1.450 millones de euros, que debían cubrir tanto el nuevo estadio, con un coste estimado de 1.070 millones, como el denominado Espai Barça, en el que se incluiría el nuevo Palau Blaugrana. El hecho de que las obras se hayan prolongado invita a pensar que el coste habrá experimentado también un sensible aumento sobre lo previsto, si bien no hay cifras oficiales.

El fenómeno Trey Lyles, el niño que levantaba a su padre a las cinco de la mañana para entrenar

El fenómeno Trey Lyles, el niño que levantaba a su padre a las cinco de la mañana para entrenar

Hacía mucho que un fichaje no impactaba de semejante forma en el Real Madrid. En apenas dos meses de competición, sin experiencia previa en baloncesto FIBA más allá de los partidos con su selección, Trey Lyles (Saskatoon, Canadá, 1995) es quizá la pieza más segura del equipo de Scariolo, su máximo anotador (15,2 puntos de promedio en Euroliga), el asombro de los que le rodean. Hasta tal punto, que el propio técnico tuvo que despejar esta semana los rumores sobre su inmediata vuelta a la NBA: "Cero, ninguna opción".

Para saber más

Por las entrañas del Palacio se le ve caminar despacio, con idéntica calma con la que se mueve en la pista. No porta lujos, ni peinados llamativos. Luce barba de varios días, pelo enmarañado y cara de recién levantado. Pese a medir casi 210 centímetros, ni siquiera llama demasiado la atención por su físico ni por su musculatura. Y, sin embargo, ese canadiense -mantiene su nacionalidad de nacimiento y, pese al interés temprano de EEUU, es internacional por el país de su madre-, disputó 10 temporadas en la NBA, 662 partidos contando los de playoffs, ganó más de 40 millones de dólares y promedió casi un 35% en triples. "Mentalmente tiene una capacidad asombrosa para entender las cosas", destaca Scariolo.

Para entender el fenómeno Lyles hay que acudir a su infancia, a su historia personal. Cuando crecía en Camby, en los alrededores de Indianápolis, y finalmente se decantó por el baloncesto (también practicaba hockey y béisbol), adquirió una espartana rutina junto a su padre que moldearía su porvenir. Cada día, a las cinco de la mañana, Trey y Thomas -que también fue jugador profesional: en sus años en los Saskatoon Storm, en Canadá (una efímera liga llamada World Basketball League), conoció a Jessie, su esposa-, se levantaban y acudían al Armstrong Pavilion, donde el chico, alto ya pero bastante delgado, hacía bandejas con un chaleco a modo de lastre o saltaba a una gruesa comba de tres kilos. "Al principio yo lo despertaba. Pero después, se volvió tan habitual que había días en que pensaba: 'Hoy voy a dormir hasta tarde. No vamos a ir'. Y él se colaba en mi habitación y me susurraba: 'Papá. Papá. ¿Vamos al gimnasio?'. Yo pensaba: 'Dios mío, estoy cansadísimo'. Pero nunca le dije que no", confesaba el progenitor hace años en una entrevista.

Trey Lyles anota ante Tubelis, del Zalgiris.

Trey Lyles anota ante Tubelis, del Zalgiris.Juanjo MartínEFE

Trey, el menor de cinco hermanos, pronto estuvo predestinado. Su físico y sus genes le encaminaron a las canastas, su disciplina ayudó a su desarrollo - "lo deseaba cada vez más y se convirtió en un estilo de vida para él. Y hacía muchas preguntas. Quería entender el juego, sus reglas, además de simplemente jugarlo"-y su inteligencia le abrió el resto de puertas. Su nota media en High School siempre rozó el cuatro, el máximo; su hermana Jasenka fue el espejo.

Así que no tardaron en rifárselo. Y ahí vino uno de sus momentos críticos. En su último año de preparatoria en Arsenal Tech, promedió 23,7 puntos, 12,9 rebotes y 3,5 asistencias. También anotó el tiro libre decisivo en la final del Campeonato Estatal. Para entonces se había comprometido con la Universidad de Indiana, una decisión de la que se iba a retractar cuando la prestigiosa Kentucky de Calipari llamó a su puerta. Allí había estudiado su padre, que ahora es cantante -T. Lyles se hace llamar- y que compuso un rap contra las críticas que su hijo recibió en un estado con semejante tradición.

ACB Photo

Con los Wildcats, Lyles tuvo que superar otro obstáculo, el de compartir quinteto con con pívots de la calidad de Karl Anthony Towns y Willie Cauley-Stein. Pese a su tamaño, Trey se adaptó al puesto de alero y Kentucky sólo perdió en la Final Four de la NCAA contra Wisconsin. Sus números (8,7 puntos, 5,4 rebotes) hubieran sido mejores en cualquier otro lugar, pero le valieron para ser elegido en el número 12 del draft de 2015 por los Jazz (su compañero Towns ocupó el uno y Hezonja, por ejemplo, el cinco). En Utah disputó sus dos primeras temporadas NBA, otras dos en Denver, dos más en Spurs y media en Pistons. Su última aventura fue en Sacramento, hasta que este verano decidió cambiar de aires y probar en Europa.

Firmó por un año con el Madrid, que ya piensa en la renovación. Porque, numéricamente, es ya su líder. Regularidad y destellos de súperclase, como la noche del Palau. En su primer clásico, fue una pesadilla para el Barça: 29 puntos. A Scariolo le asombra más su capacidad mental que su talento. Cómo ha entendido la complejidad de su libro táctico en un entorno nuevo, el baloncesto FIBA y sus peculiaridades. "Por el número de repeticiones de acciones defensivas y ofensivas, del plan de partido y de jugadas que en estas pocas semanas ha tenido que estudiar y practicar, está muy, muy arriba". Y si con alguien ha conectado a la primera ha sido con Campazzo, quien sólo en Euroliga ya le ha repartido casi 20 pases de canasta.

El esperpéntico título número 38 de Di María en Argentina: creado y entregado en los despachos de la Federación

El esperpéntico título número 38 de Di María en Argentina: creado y entregado en los despachos de la Federación

Actualizado Viernes, 21 noviembre 2025 - 17:22

El fútbol argentino, históricamente abonado a la polémica, alcanza nuevas cumbres: Rosario Central, uno de los equipos más populares del país, se vio beneficiado por un título que no existía hasta el momento, creado ad-hoc en un encuentro de los máximos dirigentes de la federación. En beneficio de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), puede decirse que en su comunicado de este jueves anunciando la decisión dejó todo bien claro.

"En la reunión de Comité Ejecutivo de la Liga Profesional se decidió, por unanimidad, instalar el título de 'Campeón de Liga' al equipo que más puntos haya sumado en la Tabla General. También por resolución del Comité Ejecutivo de la LPF, se decidió que Rosario Central sea coronado como el campeón de Liga de esta temporada 2025".

La AFA, así, creó un título hasta entonces inexistente, lo entregó en ese mismo momento y lo hizo de forma retroactiva, algo que contraría las más elementales reglas del deporte.

La Liga argentina exhibe la extravagancia de contar con 30 equipos en la Primera División, lo que facilitó la llegada a esa instancia de Barracas Central, el modesto equipo del presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia. El torneo, que se organiza en formato de dos zonas de 15 equipos que derivan luego en instancias de eliminación directa, entrega dos títulos: el campeón del "Apertura" y el campeón del "Clausura".

Se trata de torneos semestrales. El título de campeón anual no existe desde hace años en Argentina, por eso la sorpresa fue mayúscula cuando el jueves se supo que de una reunión entre dirigentes había nacido un nuevo título y un nuevo campeón. La foto de celebración en un despacho, trofeo en mano, incluye a Ángel Di María, ex Real Madrid y figura hoy de Central.

"Una estrella más para el club. Estoy muy contento. Es el trabajo de todo el año. La gente debe estar muy feliz", dijo Di María, que, ante las críticas, añadió: "Más que merecido". Así, Di María suma 38 títulos en su carrera, ocho menos que los 45 de Lionel Messi, en tanto que Central celebra su décimo tercer trofeo.

Guillermo Barros Schelotto, entrenador de Vélez Sarsfield, uno de los principales equipos del fútbol argentino, recordó que esa institución fue la que más puntos acumuló en la temporada anterior a la ganada por Central. "Hay que ver si es retroactivo o no. Tiene que ser retroactivo". ¿Deberían darle un título a Vélez por haber liderado la tabla anual el año pasado?, le preguntaron al entrenador. "Sí, claro que sí".

Oportunidades de gritar campeón no le faltarán sin embargo a Vélez y los demás equipos. En la reunión de este jueves, la AFA oficializó una estructura de competiciones con siete títulos por temporada.

El galimatías será el siguientes: Torneo Apertura y Torneo Clausura, ambos con el mismo formato de zonas utilizado hasta el momento; el Trofeo de Campeones, que enfrentará a los ganadores de Apertura y Clausura; la Copa Argentina; la Supercopa Argentina, que se jugará entre el campeón de la Copa Argentina y el del Trofeo de Campeones; y la Supercopa Internacional, donde ahora se medirán el nuevo Campeón de Liga —el líder de la Tabla Anual— y el vencedor del Trofeo de Campeones.

Andrés Iniesta rescata al equipo ciclista Israel: se llamará NSN, correrá bajo bandera suiza y tendrá a una de las estrellas del pelotón

Andrés Iniesta rescata al equipo ciclista Israel: se llamará NSN, correrá bajo bandera suiza y tendrá a una de las estrellas del pelotón

El callejón sin salida en el que se encontraba el equipo ciclista Israel Premier Tech, bajo el ojo del huracán de las protestas propalestinas que boicotearon su presencia en la pasada Vuelta a España, ha encontrado una sorprendente solución. Andrés Iniesta al rescate. A partir de la próxima temporada se llamará NSN Cycling Team, correrá bajo bandera suiza y tendrá en sus filas, casi con total seguridad, a una de las estrellas del pelotón, el africano Biniam Girmay.

El jueves por la noche, la empresa internacional de deportes y ocio NSN (Never Say Never), cuyo cofundador es el ex futbolista español, anunció que, junto al fondo de inversión Stoneweg (también presidida por un español, Jaume Sabater), con sede en Ginebra, crearon una empresa conjunta en el ciclismo profesional en ruta "para integrar la estructura de los equipos (del Israel Premier Tech) de cara a la temporada 2026". Su nacionalidad será suiza pero su base estará en España (Barcelona y Girona) y tendrá licencia World Tour (primera división del ciclismo).

Ya a principios de noviembre, el grupo canadiense Premier Tech había anunciado que se retiraba de manera inmediata del equipo, estimando que era "insostenible" continuar adelante con el patrocinio a causa de las protestas. Tiempo atrás el equipo Israel había anunciado que iba a cambiar de nombre y que se iba a distanciar "de la identidad israelí actual". También que su propietario, el millonario israelí-canadiense Sylvan Adams, iba a pasar a un segundo plano y que ya no hablaría "más en nombre del equipo".

Biniam Girmay.

Biniam Girmay.EFE

"Estamos orgullosos de acoger a NSN y Stoneweg en el equipo y de anunciar nuestro nuevo nombre e identidad", confirmaba el mánager general de NSN Cycling Team, el ex ciclista finlandés Kjell Carlström, citado en el comunicado. Porque el NSN mantendrá su estructura deportiva (sus empleados y los corredores con contrato, entre ellos Alexey Lutsenko, Corbin Strong, Ethan Vernon o el español Pau Martí-, aunque su cara visible ya no será Chris Froome, pues, a sus 40 años, acaba contrato. Sí el eritreo Biniam Girmay, fichaje adelantado por Marca, procedente del Intermarché-Wanty. Ya la próxima semana está prevista una concentración de entrenamiento y pronto se conocerán los nuevos colores del equipo y su programa.

Sonia Bermúdez echa mano del gol de Edna Imade para la final de la Nations League Femenina ante Alemania

Actualizado Viernes, 21 noviembre 2025 - 12:05

La delantera de la Real Sociedad Edna Imade es la principal novedad de la lista de España para la final de la Nations League que disputará a doble partido el próximo viernes 28 en Kaiserslautern y el martes 2 en el Metropolitano de Madrid

Sonia Bermúdez ha convocado a 25 jugadoras entre las que destaca, además de Imade, los regresos de Leila Ouahabi y Esther González, así como la continuidad de las jóvenes Clara Serrajordi y Eunate Estralaga, así como la de Jenni Hermoso, a la que la seleccionadora no dio mucho minutos en las semifinales ante Suecia.

Edna Imade estaba desde hace tiempo en el foco de la Federación, pero no podía ser convocada porque no había culminado su proceso de nacionalización. Nacida en Marruecos hace 25 años cuando su madre huía de Nigeria, se crió en Sevilla. Jugó en el Carmona hasta los 14 años, pasó por el fútbol sala hasta que, a los 19, la fichó el Málaga. La buscó el Cacereño en Segunda y su talento la llevó a Primera con el Granada. Su crecimiento llamó la atención del Bayern, que la ha incorporado y cedido a la Real Sociedad.

Imade es la tercera máxima goleadora de la Liga F con siete tantos, detrás de las culés Pawor y Clàudia Pina, con 8, y fue elegida como la mejor jugadora del mes de octubre, pero no podía debutar con la selección porque, hace hasta muy poco, su único pasaporte era nigeriano.

Porteras: Cata Coll, Adriana Nanclares y Eunate Estralaga.

Defensas: Ona Batlle, Olga Carmona, Irene Paredes, Mapi León, Jana Fernández, María Méndez y Leila Ouahabi.

Centrocampistas: Alexia Putellas, Laia Aleixandri, Fiamma Benítez, Aitana Bonmatí, Vicky López y Clara Serrajordi.

Delanteras: Jenni Hermoso, Mariona Caldentey, Esther González, Claudia Pina, Eva Navarro, Cristina Martín-Prieto, Athenea del Castillo, Edna Imade y Alba Redondo.

Alemania se clasifica en la madrugada helada en Bolonia y se enfrentará a España en semifinales

Actualizado Viernes, 21 noviembre 2025 - 01:06

El actual formato de la Copa Davis admite opiniones de todo tipo, pero costará encontrar defensores del desenlace del duelo entre Argentina y Alemania de este jueves. En un recinto ferial a las afueras de Bolonia, dos parejas de dobles se jugaron el pase a semifinales de la Final a Ocho ante unos 200 aficionados —un centenar para cada bando— cuando ya pasaba la medianoche, mientras en el exterior caía una mezcla de lluvia y aguanieve que acentuaba la frialdad del entorno. A las 01.03 horas, en el ambiente más desangelado que pueda recordar el tenis de élite, Alemania se llevó el pase y se enfrentará a España este sábado en semifinales (a partir de las 12.00 horas, Movistar), poniendo fin a una jornada tan larga como surrealista.

La pareja formada por Kevin Krawietz y Tim Puetz, dos habituales del circuito de dobles, presentes en las últimas ATP Finals, derrotó al dúo argentino con Horacio Zeballos y Andrés Molteni por un extenso 6-4, 4-6 y 7-6 (10). Después de muchas alternancias, con aciertos y errores por ambas partes, todo se decidió en un tie-break final, donde los germanos tuvieron más oportunidades. Desaprovecharon hasta cuatro bolas de partido -y eliminatoria-, pero a la quinta fue la definitiva.

Antes de eso, muchas horas antes, Tomás Etcheverry y Alexander Zverev fueron los héroes para Argentina y Alemania. En el primer partido de la eliminatoria, Etcheverry venció a Jan-Lennard Struff por un 7-6(3), 7-6(7) de tensión y sufrimiento. El argentino, número 60 del mundo y especialista sobre superficie dura, acabó celebrando después de mucho padecer: además de verse 2-4 abajo en el primer set, salvó un set point en el 6-7 del segundo 'tie-break'.

Después, en el segundo encuentro, Zverev simplemente impuso su jerarquía para establecer el empate. Ante Francisco Cerundolo, un rival que le había hecho la vida imposible en sus enfrentamientos previos, no dudó demasiado, especialmente en la muerte súbita definitiva que cerró el marcador con 6-4 y 7-6(3), enviando la serie al definitivo dobles. El alemán es ahora mismo el único jugador entre los 20 mejores del ranking ATP que sigo vivo en la lucha por la Ensaladera y sabe que está ante una oportunidad única.

Joel Rodríguez, el español que controla el vuelo del equipo español en Sail GP: "Si me equivoco, nos pegamos una buena castaña"

Joel Rodríguez, el español que controla el vuelo del equipo español en Sail GP: “Si me equivoco, nos pegamos una buena castaña”

El enorme catamarán se prepara, coge velocidad, echa a volar sobre unas finas palas y, en uno de los asientos para la tripulación, Joel Rodriguez empieza a mover dos ruedecitas arriba y abajo. Es un movimiento sencillo; es como quien regula la intensidad y la temperatura del agua de la ducha. Pero de él depende la integridad de quienes van en el barco. Si todo va bien, Rodríguez ni tan siquiera toca nada. En cambio, si hay cambios de rumbo o de altura no para de rabilar.

"Lo que hago se entiende mejor si pensamos en el catamarán como si fuera un avión. Cuando despega o aterriza cambia la posición de los flaps de las alas para generar más sustentación, para mejorar la resistencia al aire. Eso es lo que hago yo en el barco. Tenemos las palas, los foils, que nos permiten planear sobre el agua y yo las voy moviendo para que vayamos con la mayor estabilidad posible. Si se hunden mucho perdemos velocidad pero si salen del agua hay mucho peligro de que nos choquemos. Si yo me equivoco nos podemos pegar una buena castaña", cuenta Rodríguez, el controlador de vuelo del equipo español en SailGP, la Fórmula 1 de la vela.

En su quinta temporada, la competición se decidirá el próximo 30 de noviembre en Abu Dhabi después de once citas por el mundo: Sydney, Los Ángeles, Río de Janeiro, Portsmouth, Saint Tropez, Ginebra y, entre otros lugares, el pasado octubre, Cádiz. El conjunto español, que se hace llamar Los Gallos, venció el año pasado, pero este curso lo tiene muy difícil. A la última cita llega en cuarto puesto y necesita brillar para meterse en la regata final, una regata que sólo disputan tres barcos. Sus rivales son los equipos de Gran Bretaña, Nueva Zelanda y Australia.

"Está complicado, no vamos a engañar a nadie, pero todavía hay opciones. Tendríamos que ganar y que uno de nuestros rivales fallara. No sería la primera vez que ganamos un evento y tampoco sería la primera vez que los australianos o los kiwis quedan del quinto para atrás. Tenemos que hacer lo nuestro y esperar", reconoce Rodríguez, parte del grupo que domina la vela española desde sus inicios.

Dudas con los Juegos

Hace ya ocho años, un grupo de chavales se fueron a las Islas Bermudas a competir en la Copa América juvenil de 2017 y de allí salieron varias medallas olímpicas -un oro y dos bronces- y el conjunto actual de Sail GP. "En aquella Copa América empezamos a ver cómo iban los catamaranes, cómo funcionaban los foils, y dos años después, en 2019, cuando nació Sail GP, nos interesó muchísimo la competición. Yo no formaba parte del equipo en las primeras temporadas e igualmente veía todas las regatas", recuerda Rodríguez.

¿De SailGP se puede vivir?
Es bastante diferente al mundo olímpico, no depende tanto de los resultados. En ese sentido es más profesional. Cada uno tiene su contrato y luego hay unos premios en metálico. Está bien montado, aunque vamos temporada a temporada. Hay que ver la evolución del equipo y de la competición a largo plazo.

En realidad Joel Rodríguez debería ser jugador de rugby. Su padre, argentino, fue profesional del oval, incluso llegó a jugar en Gales, y acabó en Barcelona como entrenador de un equipo. Así conoció a su madre. Y juntos se mudaron a Las Palmas de Gran Canaria, donde su hijo descubrió la vela con un simple cursillo de verano. "Yo probé el rugby, pero muy de refilón. Viviendo en Canarias es más fácil dedicarse a la vela", asume quien ahora cruza una crisis con su deporte.

Rodríguez fue olímpico en los Juegos de Tokio 2020 en la clase Láser -acabó decimosexto-, pero otro español, Joaquín Blanco, se quedó con la plaza para París 2024 y ahora no sabe qué hacer de cara a Los Ángeles 2028. Puede volver a hipotecar cuatro años al completo, vivir fuera de casa, entregarse a entrenamientos y competiciones y que luego no pueda ni tan siquiera participar en la gran cita. O que tenga que hacerlo sin los medios necesarios.

"Me gustaría seguir porque me encantaría ganar una medalla olímpica, pero siento que para mejorar mi nivel necesito identificarme con el proyecto y ver que realmente tengo opciones de luchar en los Juegos. No tengo muy claro qué hacer", finaliza Rodríguez que de momento aparca cualquier debate. En unos días se decide la temporada de Sail GP y el equipo español lo tiene muy difícil, sí, pero no lo tiene imposible.

El último asidero de Verstappen: la hazaña de Raikkonen en 2007 ante los McLaren

El último asidero de Verstappen: la hazaña de Raikkonen en 2007 ante los McLaren

Durante las siete últimas carreras del Mundial, el piloto que firmó el sábado la pole se adjudicó la victoria al día siguiente. Se trata de la racha más larga desde el Mundial 2022, cuando se recuperó el efecto suelo en la F1, y consolida la rotunda estadística de 2025. En 15 de las 21 citas disputadas (71,4%), el primero de la parrilla ha alcanzado también en cabeza la bandera a cuadros. Un porcentaje notoriamente superior a 2024 (45,8%), 2023 (63,6%) y 2022 (45,4%) y que debe ser tomado muy en cuenta ahora por Max Verstappen. Este fin de semana, las opciones de título del holandés pasan por su primera pole en el Strip Circuit, una de las dos pistas del Mundial donde aún no ha marcado el mejor crono del sábado.

El domingo se cumplirá un año del último título de Mad Max, resuelto también en Las Vegas, tras una carrera al ralentí, donde partió quinto y acabó quinto. En cambio, las actuales exigencias se antojan acuciantes, casi desesperadas, ante Lando Norris, que le aventaja en 49 puntos. Para atestiguarlo, baste un dato. En caso de que Verstappen gane las tres carreras restantes (Las Vegas, Qatar y Abu Dhabi) y la sprint race de Qatar, el líder del Mundial aún se proclamaría campeón sumando tres quintos puestos y un cuarto.

De modo que el último asidero para Verstappen será reeditar una de las más extrañas resoluciones de la historia de la F1, con la que este Mundial guarda curiosos paralelismos. Se trata de la hazaña de Kimi Raikkonen en el Mundial 2007, cuando el finlandés arrebató el título a Lewis Hamilton y Fernando Alonso, enfrascados en una lucha fratricida dentro de McLaren. Durante aquel GP de Japón, resuelto con abandono del español y victoria de su gran adversario, el piloto de Ferrari remontó desde la penúltima plaza hasta la tercera del podio. Sin embargo, a falta de dos carreras, con 20 puntos por entregar, tenía 17 menos que Hamilton (el equivalente a 44 puntos según el sistema actual). Necesitaba dos victorias y una hecatombe del líder. Y eso fue precisamente lo que sucedió.

La venda antes que la herida

Durante el GP de China, McLaren ideó un calamitosa estrategia para Hamilton, protagonista además de un grave error que le dejó clavado en la puzolana. Dos semanas después, en Interlagos, el rookie británico sufrió una avería en la caja de cambios que entregaría en bandeja el título a Raikkonen.

"Prefiero que se repita lo de 2007 antes que elegir a un piloto sobre otro", adelantó Zak Brown hace un par de semanas. Una extraña declaración de intenciones, apelando a las famosas papaya rules, cuya gravedad se acentuó el pasado lunes. "Max puede ser duro, demasiado agresivo en la pista. Su arrogancia sale en esos momentos", adelantó el CEO de McLaren. "Si miras a algunos de los grandes campeones de la F1, también tenían cierta arrogancia. Sacaban los codos, pero Max a veces se ha pasado de la raya", añadió el estadounidense, colocándose la venda antes que la herida.

Porque a lo largo de las 21 carreras de 2025, Norris sólo se ha marchado de vacío en Montreal, por culpa de un "estúpido trompo" -según sus propias palabras- y en Zandvoort, por una avería de motor. Mientras, su compañero Oscar Piastri, segundo en la tabla a 24 puntos de distancia, apenas sumó un cero en Bakú. Con estos precedentes, Verstappen debería depositar sus menguadas esperanzas en el flojo rendimiento de McLaren en Las Vegas. En 2023, Norris sufrió un aterrador accidente, mientras Piastri, decimoctavo en la parrilla, fue décimo en la meta. El año pasado, el australiano acabó séptimo, justo por detrás de su compañero.

Hamilton felicita a Raikkonen tras el GP de Brasil 2007.

Hamilton felicita a Raikkonen tras el GP de Brasil 2007.AP

Tras sus triunfos en México y Brasil, donde dominó con total autoridad, Norris parece haberse quitado de encima ese fatalismo que tantas veces le había emparentado con Nigel Mansell. Sin embargo, durante las celebraciones en Interlagos, el propio Lando insistió en que si Verstappen hubiese partido desde las posiciones de cabeza (y no desde el pit-lane) se habría llevado la victoria.

De estos sucesos de Sao Paulo pueden extraerse dos conclusiones en Red Bull. Por un lado, el desastroso rendimiento del RB21 dejó a sus dos pilotos varados en la Q1, un hecho insólito en el equipo desde el Mundial 2006. No obstante, los ingenieros de Laurent Mekies optaron por el riesgo, desmontando dos veces su monoplaza, hasta encontrar la configuración idónea, tanto en la aerodinámica como en el motor.

En cualquier caso, Verstappen necesita que otros actores se inmiscuyan en la pelea, restando de este modo puntos a McLaren. Dada la inoperancia de su compañero Yuki Tsunoda, las opciones en Las Vegas pasan por Mercedes. Hace ahora un año, George Russell comandó el doblete de las Flechas de Plata, que no dejaron escapar ni una de las siete sesiones cronometradas. Con las temperaturas más bajas del año sobre el asfalto, la escudería de Toto Wolff exprimió el potencial de su monoplaza, mientras Ferrari también obtuvo buenos resultados gracias a su velocidad punta en las rectas.

La gesta de España en la Copa Davis, del recuerdo de Marbella al Whatsapp de madrugada de Alcaraz: “Creer es decisivo”

Actualizado Jueves, 20 noviembre 2025 - 23:36

La madrugada del martes, la mayoría de los jugadores de España ya dormían en sus habitaciones del Royal Hotel Carlton de Bolonia cuando Carlos Alcaraz confirmó que no podía jugar la Copa Davis por lesión, y algunos ni siquiera pudieron despedirse de él en persona. El número uno dejó un mensaje en el grupo de WhatsApp del equipo antes de marcharse a Murcia y, horas después, en el entrenamiento, los cuatro tenistas restantes -Pedro Martínez, Marcel Granollers, Jaume Munar y Pablo Carreño- se repetían una palabra de ánimo: «Marbella». Si alguien mencionaba la lesión de Alcaraz, «Marbella». Si alguien hablaba del primer rival, República Checa, «Marbella». Si alguien les daba por eliminados, «Marbella».

Hace dos meses, en Marbella, España -esta España, una España sin Alcaraz ni Alejandro Davidovich- eliminó a Dinamarca para clasificarse para esta Final a Ocho contra todos los pronósticos. Por eso los miembros del conjunto sienten que ahora, aquí, ya cualquier cosa es posible. «Creer ayuda mucho. En el tenis hay situaciones complicadas, momentos muy complejos de resolver, y creer es decisivo. La experiencia de Marbella ayudó a este grupo a creer. Seguiremos luchando y seguiremos soñando», proclamó el capitán, David Ferrer, después de completar este jueves la primera de las tres gestas necesarias para levantar la séptima Ensaladera.

Pese a la derrota de Pablo Carreño, Jaume Munar salvó la eliminatoria y el dobles formado por Marcel Granollers y Pedro Martínez completó la remontada ante República Checa en cuartos. El sábado, en semifinales, tocará la Alemania de Alexander Zverev, y nuevamente España parte como inferior, pero ya no hay que hacer suposiciones. ¿Por qué no soñar con la final del domingo? ¿Por qué no más?

El líder del equipo

«En la Davis un líder puede resolver eliminatorias. Es normal: un gran tenista es capaz de ganar dos puntos. Pero, normalmente, lo más importante es el grupo. Eso lo tenemos claro. Esto es un equipo y todos tenemos nuestro papel», asumió Granollers, que rechazó ser el líder del conjunto pese a ser el jugador más laureado. Esta temporada ha levantado dos Grand Slam en dobles, ahí es nada. «No me siento así. Yo no estuve en Suiza [la primera ronda clasificatoria, en febrero], yo no estuve en Marbella, y Jaume y Pedro sí estuvieron allí. Eso tiene que pesar», comentó.

TIZIANA FABIAFP

Con la ausencia de Alcaraz, dos tenistas han asumido el peso del equipo por encima del resto. Munar, el jugador con mejor ranking individual -es el 36 del mundo-, y Martínez, el héroe de Marbella, tiran del carro y el resto les sigue. En el Bologna Fiere, un recinto ferial gigantesco lleno de jóvenes invitados para ocupar las gradas, la pista de calentamiento de los jugadores está justo debajo de la sala de prensa y, afinando el oído, se pueden escuchar los diálogos previos a cada partido.

Las "ganas" de Munar

«Sé jugar al tenis para jugar aquí, en la Davis», pregonaba Martínez en una línea épica, emotiva, heroica, que más tarde compartía su colíder. «Somos un equipo juegue quien juegue. A eso nos aferramos, esa es nuestra fortaleza. Ya era así cuando jugaban Nadal y Ferrer y los dos estaban entre los cinco mejores del mundo. Y ahora es así con más motivo. Tenemos pasión, tenemos ganas, nos tenemos unos a otros», comentaba Munar, quien marcó la línea a seguir.

Porque si España ganó porque creyó, nadie cree más que Munar. Quien fuera un especialista en tierra batida que luchaba y luchaba es hoy un tenista capaz de vencer a cualquiera en cualquier situación. A los 28 años, en la mejor temporada de su vida, venció a Jiri Lehecka por 6-3 y 6-4 en el segundo partido y salvó al grupo del abismo después de la derrota de Carreño ante Jakob Mensik por 7-5 y 6-4 en el primer encuentro.

Su determinación fue clave para derrotar al número 17 del mundo, igual que lo fue para la pareja de dobles. Después de vencer a Carreño, Mensik se presumía como el hombre fuerte de la dupla checa, pero pronto afloraron sus nervios y la pareja española fue a por él con toda la fe.