Pogacar se venga con otro recital en la Flecha Valona

Pogacar se venga con otro recital en la Flecha Valona

El Fenómeno asegura que disfruta como nadie en los muros de las Ardenas. Que esas escaladas le sirven para preparar su gran objetivo de final de la primavera: la Lieja-Bastoña-Lieja, en la que este domingo persigue su tercera victoria. Tadej Pogacar se divierte en los escenarios en los que otros no encuentran alivio. El esloveno, que no se angustia por mostrar sus debilidades, ha encontrado en las clásicas la fórmula para mantener vivo el fuego de la excitación.

La Flecha Valona, la prueba con el desenlace más previsible pero con el final más electrizante, acogió un nuevo recital del corredor del UAE. El reto se resolvió, como es costumbre, en la última ascensión al Muro de Huy, con sus 1.300 metros de longitud y desnivel medio de 9,3% (máximo del 19%), esas paredes en la que que Alejandro Valverde levantó sus cinco e incomparables reinados. Poco importaron las 10 subidas previas a la clausura en la emblemática cota. El pelotón, castigado por la lluvia y el frío, caminó animado por escaramuzas sin relevancia, como una fuga integrada por los noruegos Foss, Leknessund y Dversnes, cazados a siete kilómetros de la meta. También lo intentaron Stannard, Guglielmi, Shmidt, Paquot y Ceriel Desal.

El susto de la jornada apareció a falta de 40 kilómetros para la meta, en una curva a derechas en la que se cayeron cinco ciclistas, entre ellos Mattias Skjelmose, último ganador de la Amstel Gold Race. Decepción mayúscula para el rodador danés, que acudió a la clásica belga en el mejor momento de su vida.

Un enemigo menos para Pogacar, que afrontó la decisiva subida a la colina de las Siete Capillas comandando un pelotón roto por la aceleración de sus gregarios Jan Christen y Brandon McNulty. En el grupo se mantenían, entre otros, Remco Evenepoel, Thomas Pidcock y Lenny Martínez, que vigilaban de cerca las maniobras del UAE.

En los tramos en los que avanzar y mantener la verticalidad supone un desgaste tremendo apareció la figura de Pogacar para marcar distancia. El esloveno conocía bien el trazado: la de ayer fue su quinta participación, fue primero en 2023, decimosegundo en 2022, noveno en 2020 y quincuagésimo tercero en 2019. Aceleró a mitad de ascensión y nadie fue capaz de seguirle. Se marchó con una facilidad asombrosa, esa que distingue a los superdotados. Escaló solo, sin la presión de unos enemigos desconcertados, con tiempo para saborear el triunfo, el segundo en esta clásica, una alegría tras las derrotas en la Amstel Gold Race y en los adoquines de la París-Roubaix. Este miércoles sumó la victoria 94 de su espléndido palmarés. El segundo fue el francés Kevin Vauquelin (misma plaza en 2024) y el tercero el británico, Pidcock. Evenepoel ocupó el noveno puestp.

Nueva exhibición de Pogacar en una temporada espléndida: en las siete pruebas que ha disputado no se ha bajado del podio. Antes ganó el Tour de Emiratos, la Strade Bianche y el Tour de Flandes, terminó segundo en la París-Roubaix y en la Amstel Gold Race, y fue tercero en la Milán-San Remo. Una barbaridad.

Lucho Herrera, investigado por sus presuntos vínculos con los paramilitares

Lucho Herrera, investigado por sus presuntos vínculos con los paramilitares

Actualizado Martes, 22 abril 2025 - 18:41

Luis 'Lucho' Herrera, campeón de la Vuelta a España de 1987, aseguró este lunes que "jamás" ha pertenecido a organizaciones criminales y dijo que está dispuesto a dar las explicaciones necesarias ante la Fiscalía, que lo investiga por la desaparición forzada de cuatro vecinos suyos, ocurrida hace más de 20 años.

"Jamás he pertenecido a organizaciones criminales ni he pretendido causar daño a persona alguna. Mi vida la he dedicado al deporte y, tras mi retiro del ciclismo profesional, a trabajar de forma honesta", aseguró Herrera en un comunicado publicado en medios locales. En el documento de cinco puntos, el ex ciclista agregó: "Rechazo de manera enfática las imputaciones que pretenden enlodar mi nombre y mi trayectoria como ciudadano, trabajador y padre de familia".

La jueza María del Pilar Bocarejo, del Juzgado Cuarto Penal con Función de Conocimiento de Fusagasugá, ciudad del departamento de Cundinamarca de donde es oriundo y reside Herrera, conocido como 'El Jardinerito de Fusagasugá', ordenó a la Fiscalía investigar al ex ciclista en un caso de desaparición forzada de cuatro vecinos suyos, ocurrida hace más de 20 años.

Autodefensas Campesinas

En una sentencia anticipada a uno de los paramilitares implicados en este caso, la jueza explicó que el condenado, Luis Fernando Gómez Flórez, "realizó señalamiento directo en contra de 'Lucho' Herrera en la diligencia indagatoria del 11 de octubre de 2022", según un documento divulgado hoy por medios locales.

El caso se remonta a 2002 cuando, según la versión de Gómez, alias 'Ojitos', y de otro ex paramilitar llamado Óscar Andrés Huertas, alias 'Menudencias', recibieron la orden de Martín Llanos, jefe de las Autodefensas Campesinas del Casanare, de atender un encargo de Herrera.

Según Gómez, el objetivo era "mandar a limpiar (desaparecer) a una gente que era miliciana de la guerrilla" y que en realidad eran vecinos del deportista identificados como los hermanos Víctor Manuel y José del Carmen Rodríguez Martínez, Gonzalo Guerrero Jiménez y Diuviseldo Torres Vega, "desaparecidos el 23 de octubre de 2002, en circunstancias similares", señala el documento judicial.

Al parecer, la orden era quitarse de encima a los cuatro hombres a quienes Herrera supuestamente quería despojarlos de tierras para los negocios inmobiliarios que emprendió después de que se retiró del ciclismo.

Víctima de secuestro y extorsión

En el comunicado de hoy, Herrera enfatiza en que durante su vida como empresario y comerciante ha "sido víctima de extorsiones, amenazas y secuestros, situaciones que han sido puestas en conocimiento de las autoridades". "En 2016 otorgué poder a mis abogados para solicitar información ante la Fiscalía General de la Nación y promover las denuncias correspondientes frente a versiones falsas y presiones indebidas", añadió Herrera.

"Tan pronto supe de la compulsa de copias, busqué la asesoría jurídica necesaria y me he puesto a disposición de la Fiscalía para brindar todas las explicaciones que correspondan conforme a la ley", dijo Herrera, que brilló en el ciclismo por su habilidad en el terreno montañoso. Además aseguró que estará dispuesto "a ofrecer declaraciones públicas una vez conozca de forma concreta y precisa" los cargos que se le atribuyen por personas que dice no conocer y así poder demostrar su "total inocencia".

"Desde hoy, a través de mis apoderados, he manifestado ante la Fiscalía General mi voluntad indeclinable de colaborar con la justicia y atender cualquier requerimiento judicial", finalizó Herrera su comunicado.

Herrera, de 63 años, fue el primer colombiano en ganar el maillot de campeón de la montaña en las tres grandes vueltas, además de conquistar la Vuelta a España de 1987. El 18 de julio de 1984 se convirtió además en el primer latinoamericano en ganar una etapa en el Tour de Francia, la número 17, con llegada en Alpe d'Huez, una victoria que vistió de fiesta a Colombia y que, según dijo a EFE el año pasado, con motivo de los 40 años de esa gesta, fue algo "emocionante" pero "muy duro".

El renacer de Remco Evenepoel: Sierra Nevada, su conversión al islam y una lesión en el hombro que casi le retira

El renacer de Remco Evenepoel: Sierra Nevada, su conversión al islam y una lesión en el hombro que casi le retira

La todavía precoz carrera de Remco Evenepoel está marcada por el éxito y el dolor. Un binomio que le tortura y le reconforta de la misma manera, un renacimiento continuo que en este comienzo de 2025 está viviendo su tercer episodio. Tras su accidente en diciembre contra la puerta de un vehículo de correos mientras entrenaba, el belga ha vuelto a lo grande, ganando la Flecha Brabanzona después de 190 días sin competir y plantando cara a Tadej Pogacar para quedar tercero en la Amstel Gold Race, aperitivo en las Ardenas de la Lieja-Bastogne-Liega del próximo domingo que ya ganó dos veces (2022 y 2023).

Para saber más

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Tras caer por un barranco en Lombardía en 2020, en el descenso de Sormano (fractura de pelvis y contusión pulmonar), y el grave percance de la Vuelta al País Vasco del año pasado junto a Vingegaard y Primoz Roglic, Remco volvió a experimentar la frustración de los huesos rotos y los quirófanos. Esta vez fue tan preocupante que todo estuvo a punto de terminar, como él mismo confesó. No sólo se fracturó el omóplato derecho, varias costillas y la mano derecha. Después de unas semanas descubrió una lesión nerviosa en su hombro (el mismo dañado en la Itzulia) "que aún no se ha curado". "Si hubiera sido tenista, jugador de baloncesto o voleibol, mi carrera habría terminado", ha asegurado el del Soudal Quick Step.

Para este regreso a la elite el doble oro olímpico en París no sólo ha necesitado tiempo, curas y entrenamiento. También mucho trabajo mental. Y para ello, Remco se apoyó en Oumi Rayane, su esposa marroquí con la que se casó hace tres años. Sin que nadie le preguntara, en la previa de la Brabantse Pijl el belga admitió su conversión al Islam: «Ha sido un período muy oscuro, pero mi gente y mi fe me han ayudado enormemente". «Rezamos juntos a menudo y lo seguiremos haciendo. Es increíble lo que me has enseñado, y es un sentimiento maravilloso compartir esto contigo. Sin ti, probablemente hubiera abandonado mi carrera», le decía en una publicación en redes sociales a su pareja.

Oumi Rayane, esposa de Evenepoel, durante la Flecha Brabanzona.

Oumi Rayane, esposa de Evenepoel, durante la Flecha Brabanzona.OLIVIER MATTHYSEFE

Evenepoel miró con envidia desde la televisión los duelos de Pogacar y Van der Poel en las primeras clásicas, pero no perdió su paciencia ni se quiso precipitar en su vuelta a la competición. Tras semanas de rodillo, el pasado 1 de febrero fue el primer día que pudo subirse en bicicleta en la calle y, cómo no, fue España el lugar clave para ponerse a punto. A la Costa Blanca fue con Oumi a un primer bloque de entrenamientos que ha completado a principios de abril con dos semanas de concentración en la altitud de Sierra Nevada.

Un trabajo que ha dado sus frutos. En la Flecha Brabanzona abrasó a Van Aert hasta derrotarle al sprint y en la Amstel (255.9 kilómetros y 34 subidas) -donde sufrió una caída temprana-, cuando todo parecía de cara para Pogacar, le remontó hasta cazarle a falta de ocho kilómetros junto al vencedor Mattias Skjelmose. Ahora mira a la Flecha Valona y la Lieja y después, el Tour.

Skjelmose sorprende a Pogacar y Evenepoel en la Amstel Gold Race

Skjelmose sorprende a Pogacar y Evenepoel en la Amstel Gold Race

Algunas de las grandes carreras de un día, monumentales o no, tienen sobrenombre. Así, la Milán-San Remo es "La clasiquísima". La París-Roubaix, "El infierno del norte". El Giro de Lombardía, "La clásica de las hojas muertas". Y la neerlandesa Amstel Gold Race, "La clásica de la cerveza".

Rubia tostada de sol mortecino, tibia de temperatura (como gusta por esos pagos), coronada con la espuma multicolor del jersey del Lidl-Trek, se la bebió de un trago largo y angustioso un danés colosal, Mattias Skjelmose , por delante de dos gigantes que no por perder dejaron de serlo: Tadej Pogacar y Remco Evenepoel.

Carrera casi interminable de 256 kilómetros con 34 cotas breves sin empedrar, pero algunas bastante duras. Pasaban los kilómetros y no ocurría realmente nada. Una escapadita breve de algunos y eso era todo. ¿Cuándo atacaría Pogacar? El UAE, aunque había perdido por caída a Jhonatan Narváez y Tim Wellens, controlaba y endurecía la prueba, con McNulty y Sivakov en la proa del pelotón.

Discurrían los kilómetros y no ocurría realmente nada. ¿Cuándo atacaría Pogacar? El Education First de Powless y Healy pareció tomar la iniciativa. Transcurrían los kilómetros y no ocurría realmente nada, excepto el desgaste de la gente por el mero hecho del kilometraje y la acumulación de cuestecitas erosionantes. ¿Cuándo atacaría Pogacar?

En el Gulperberg, a 47 kms. de la meta, el que atacó fue Julian Alaphilippe. Una sorpresa mayúscula, porque el francés hace bastante tiempo que no está para estos trotes. Se le unió Pogacar. Por fin. Se fueron muy fácil. Demasiado. No reaccionó nadie. Alaphilippe le duró un suspiro a Pogi. Y el esloveno echó a volar solo. Muy pronto alcanzó el medio minuto de ventaja. Detrás había elementos de fuste: Evenepoel, Van Aert, Pidcock, Grégoire, Blackmore, Healy, Benoot, Schmid... y Skjelmose, en el que nadie pensaba en ese momento.

El podio de la Amstel Gold Race, con Skjelmose, Pogacar y Evenepoel.

El podio de la Amstel Gold Race, con Skjelmose, Pogacar y Evenepoel.MARCEL VAN HOORNEFE

Pogacar seguía a lo suyo. ¿Carrera sentenciada? Claro, era Pogacar y eso lo había hecho muchas veces. Atacó Evenepoel, pero lo atraparon. Demarró a su vez Skjelmose y se alejó. Pareció un fuego de artificio. Volvió a apretar Remco y lo cogieron de nuevo. En su tercer demarraje, a 25 kms. de la meta, no pudieron con él. Enganchó al danés y desde ese momento la carrera adquirió unos tintes grandiosos. Se convirtió en una prueba contrarreloj. Por delante, Pogacar. Tras él, centímetro a centímetro, centésima a centésima, con Evenepoel tirando casi siempre y Skjelmose echando de vez en cuando una mano, el dúo perseguidor, que ya veía el arcoíris del esloveno, persistía en su esfuerzo.

¿Se estaría dosificando Pogacar, se dejaría atrapar y los abandonaría en la tercera y última subida al Cauberg (1.200 metros al 118% de pendiente máxima), que se coronaba a kilómetro y medio de la llegada?... Fuese como fuese, a falta de ocho, ya estaban los tres juntos.

El Cauberg no decidió nada. Bueno, decidió que Pogacar no iba a decidir. Los tres, con ventaja suficiente, racanearon un poco, vigilándose. Y echaron el resto en un sprint indeciso en el que, en un instante u otro, pareció que cualquiera de los tres iba a ganar. Lo hizo Skjelmose por un cuarto de rueda. Pogacar le sacó media máquina a Evenepoel. Hermosísima victoria del danés, por sí misma y por obtenerla ante tales rivales. Encabezando el selecto grupito, Van Aert, hizo, otra vez, cuarto a medio minuto.

Bienvenidos al Trípico de las Ardenas. El miércoles, la Flecha Valona. El domingo, la Lieja-Bastoña-Lieja, uno de los Monumentos. Pero con estos corredores, cualquier carrera es monumental.

Más de cuarenta ciclistas heridos en una carrera en Bélgica

Más de cuarenta ciclistas heridos en una carrera en Bélgica

Actualizado Domingo, 20 abril 2025 - 17:42

Más de 40 ciclistas resultaron heridos en una caída este domingo durante el Gran Fondo de Bélgica, una carrera para profesionales y aficionados, según informaron medios locales.

La carrera tenía un recorrido de 140 km y contó con más de 2.000 participantes divididos por grupos de edades.

La Unión Ciclista Internacional (UCI) informó de que siete ciclistas fueron hospitalizados tras el accidente y que uno de ellos se encuentra gravemente herido, aunque su vida no corre peligro.

El accidente se produjo tras recorrer los primeros 8,5 km, cuando los ciclistas partieron de la presa de los Lagos de l'Eau d'Heure, en la frontera de las provincias de Hainaut y Namur, según medios belgas.

Según testimonios recogidos por medios locales, un pelotón de unos 500 ciclistas circulaba a al menos 50 km por hora cuando se produjo la caída.

Un participante dijo a la cadena flamenca VRT que el accidente fue el resultado de un empujón en el pelotón que causó la caída de un ciclista y seguidamente la de los que intentaron esquivarlo.

"Fue un caos absoluto", dijo otro ciclista a la cadena. La organización decidió cancelar la competición tras el accidente.

Evenepoel vuelve a la cumbre 136 días después de su accidente

Evenepoel vuelve a la cumbre 136 días después de su accidente

Actualizado Viernes, 18 abril 2025 - 18:24

Loor al ciclista inconmensurable y al hombre indestructible. Reverencia frente a quien, 136 días después de un accidente entrenándose que le costó fracturas, luxaciones y contusiones, volvió a triunfar. Pleitesía ante quien es capaz de ganar nada más reaparecer, como si nada hubiera ocurrido, como si el tiempo se hubiera detenido, para repetirla, en la última victoria, la crono del Mundial, 208 días atrás. Veneración suscitada y sostenida por, en una palabra, en un solo nombre, Remco Evenepoel.

El himno nacional de Bélgica es 'La Brabançonne'. La Brabanzona. De Brabante, una de las cinco provincias valonas de Bélgica. Y, casi simbólica, patrióticamente, Remco Evenepoel eligió la Flèche Brabançonne, 162 kms. entre Beersel y Overijse, con 21 ascensiones, para dar sus primeras pedaladas en la temporada 2025. El resto de los "Fab Six" (Pogacar, Van der Poel, Vingegaard, Roglic, Van Aert) ya había salido a escena. Y todos con victorias. Excepto Van Aert, que ha rozado varias y no ha conquistado ninguna. Igual que en esta Brabanzona, dominado al sprint por la múltiple excepcionalidad del genio intratable.

Quizás haya que celebrar por encima de todo que Remco no se cayera. No es una observación frívola en el caso de un corredor víctima frecuente de graves accidentes, el último de los cuales lo sometió a tal prueba física y psicológica que estuvo a punto de destruirlo. La victoria brabanzona es un canto al talento profesional y al coraje personal de quien, sometido a casi todas las pruebas posibles, las ha ido superando una a una.

Todo empezó y, valga el juego de palabras, comenzó a terminar a 50 kms. de la llegada. En los 500 metros de adoquín al 9,2% de media y con un porcentaje máximo del 14,9% del Moskesstraat, atacó Van Aert. Se le unió Evenepoel. La carrera se fragmentó al instante, como cortada a hachazos de un gigante ciego y furioso. Un poco más allá, en el Holstheide, un kilómetro sin empedrado, pero al 11%, saltó Remco (Soudal). Se le le pegaron Van Aert (Visma) y los 22 años del británico Joseph Blackmore (Israel), ganador del Tour del Porvenir de 2024.

El sufrimiento de Van Aert

La precoz escapada del día, seis hombres, entre ellos Antonio Jesús Soto, del Caja Rural, ya era un recuerdo. Bueno, un olvido. El trío hizo camino. Los sucesivos pasos, en el circuito, del Herstraat, el Moskesstraat, el Holstheide, etc., vieron volar al terceto, siempre con alrededor de los 50 segundos de ventaja, porque por detrás también se corría mucho, aunque no lo suficiente. Tendrían que haber estado por allí Pogacar y Van der Poel para tener alguna posibilidad de caza.

Ya muy dentro del bucle final de tres vueltas, a 16 kms. de la meta, Blackmore reventó. El pelotón se lo tragó poco después como quien ingiere un fruto tan maduro que ya no se mantiene en el árbol. Sólo existía un mano a mano entre un Remco impasible y un Wout que no podía ocultar un rictus de sufrimiento. A dos kilómetros de la llegada y ya con un minuto de ventaja, los dos gigantes empezaron a mirarse, a estudiarse, a escrutarse...

En el momento de la verdad definitiva, luego de todas las verdades parciales, Evenepoel demarró. Van Aert, a su estela, no pudo, sin embargo, y pese a exprimirse, superarle. Agachó la cabeza y dobló la rodilla en gesto de fatiga y señal de acatamiento al rey. Y Remco, exultante, emocionado, después de tantas coronas de espinas en, precisamente estas fechas, recuperó la de oro y piedras preciosas.

El pelotón de ilustres llegó a 27 segundos. Antonio Morgado hizo tercero. Y Alex Aranburu, cuarto. Pero fue como si no existieran. Evenepoel reclamó en silencio todos los focos y también ellos, y también mudos, se plegaron a su orden.

Pogacar, cautivado por Van der Poel, la pareja del siglo: ''Si fuera niño, sería mi ídolo''

Pogacar, cautivado por Van der Poel, la pareja del siglo: ”Si fuera niño, sería mi ídolo”

Épica y drama en la carrera más tremenda. Otro desafío antológico entre dos rivales que engrandecen el ciclismo: Mathieu van del Poel y Tadej Pogacar. La pareja más soberbia del presente siglo en las carreras de un día, esas en las que un error es irreparable, como sucedió en la vibrante cita de la París-Roubaix, en la que el neerlandés sumó su tercera victoria consecutiva.

Los dos últimos campeones del mundo son también los dos indiscutibles dominadores de los Monumentos, ambos suman ocho, han ganado 12 de los últimos 14 disputados (seis triunfos para cada uno) y son los vigentes campeones de esas cinco emblemáticas carreras. En esta primavera, Van der Poel (VDP) se impuso en la Milán-San Remo ante Pogacar y Filippo Ganna, y dos semanas más tarde el esloveno le batió en Flandes. En carreras de un día se han medido en 21 ocasiones, 11 éxitos para el neerlandés y 10 para el esloveno. Con ellos, el espectáculo está garantizado. El próximo pulso podría producirse en la Lieja-Bastoña-Lieja (27 de abril).

La Bestia logró el domingo la tercera victoria consecutiva en la reina de las clásicas, registro encadenado que sólo habían conseguido el francés Octave Lapize (1909, 1910 y 1911) y el italiano Francesco Moser (1978, 1979 y 1980). Octavo Monumento para el nieto de Raymond Poulidor (tres París-Roubaix, tres Tour de Flandes y dos Milán San Remo).

Pogacar, en un espléndido debut en París-Roubaix, mantuvo la pugna con Van der Poel hasta los últimos 38 kilómetros, cuando una caída le privó de su ansiada victoria. «Estaba concentrado en intentar seguir las motos cuando me caí. No vi venir la curva y no pude frenar a tiempo para evitar el choque. Son cosas que pasan. Creí que podía remontar, pero la diferencia era de unos 15 segundos y mi freno delantero rozaba la rueda. Me fui derrumbando poco a poco. En el momento en el que cambié de bici, ya había explotado y sólo esperaba llegar a la meta lo antes posible», señaló en el último maillot arcoíris.

El esloveno no tuvo reparos en elogiar al triple vencedor del Infierno del norte: «Mathieu fue el más fuerte en los adoquines y ha estado increíblemente bien. Es un gran campeón y uno de los mejores corredores del mundo. Competir contra él es un gran honor y una gran motivación. Si fuera niño, sería mi ídolo».

VDP reconoció que fue complicado superar a Pogacar. «Ha sido una carrera muy dura y estaba sufriendo muchísimo. Lástima que Tadej cometiera un error en una curva. Luego tuve que ir a por todas y aún faltaba bastante para la meta. Fue muy difícil, sobre todo en los dos últimos sectores, con viento en contra. Lo pasé muy mal, pero estoy contento de haber llegado a la meta. Estoy feliz de haber recuperado mi buen estado físico. Pero todos sabemos lo increíble que es Tadej como campeón, lo que hizo aquí, en su primera Roubaix, no me sorprende, pero tampoco es normal», dijo antes de advertir que denunciará a un espectador por lanzarle un bidón en el sector empedrado de Templeuve.

Van der Poel suma su tercer triunfo consecutivo en la París-Roubaix y amarga el debut de Pogacar

Van der Poel suma su tercer triunfo consecutivo en la París-Roubaix y amarga el debut de Pogacar

El suelo del infierno está sellado con rocas volcánicas extraídas de la cantera de Lessines. Piedras cortadas irregularmente que martirizan las articulaciones y bloquean la mente. Joyas de la clásica París-Roubaix, el paraíso de los masoquistas. Un via crucis con 30 estaciones adoquinadas para la triple coronación del Mathieu van der Poel, que derrotó en un extraordinario duelo al portentoso debutante Tadej Pogacar. Ciclismo épico y dramático en la carrera más tremenda.

Tercera victoria consecutiva de La Bestia en la reina de las clásicas, registro encadenado que sólo habían conseguido el francés Octave Lapize (1909, 1910 y 1911) y el italiano Francesco Moser (1978, 1979 y 1980). Octavo Monumento para el nieto de Raymond Poulidor (tres París-Roubaix, tres Tour de Flandes y dos Milán San Remo).

El neerlandés fue el más potente y sólido en una carrera de eliminación. La selección natural siempre se impone en el calvario que culmina en el velódromo de Roubaix. La prueba, como no podía ser de otra forma, arrancó con máxima tensión, con pinchazo de Filippo Ganna, caídas de Wout van Aert, Jasper Philipsen, Manilo Moro y Mathias Norsgaard, y una fuga en la que se metió el vitoriano Oier Lazkcano.

Pogacar, que antes del ecuador de la clásica viajaba pegado la estela de Van der Poel, mostró sus ambiciosas intenciones en el sector 20 de pavés, el de Haveluy, a 103 kilómetros de la meta, con un acelerón que incomodó al pelotón y redujo a 20 segundos la renta de los fugados. En la recta interminable de Arenberg, en la herida abierta en el bosque, en la entrada al infierno verde, Pogacar asumió el mando, colocándose en cabeza para evitar riesgos y neutralizando al grupo de Lazkano. El español ya puede presumir de haber sido, durante unos segundos, el que abriera la carrera en la zona más emblemática de la clásica norteña.

A la salida de Arenberg, a 90 kilómetros de la meta, llegó el primer zarpazo de Van der Poel. El neerlandés saltó, junto a su compañero Philipsen, y sólo respondieron a su ofensiva Pogacar, el danés Mads Pedersen y el suizo Stefan Bissegger. Van Aert quedó descolgado en la zona de los adoquines más resbaladizos.

El quinteto de fugados voló compacto hasta el sector 15, en el tramo empedrado de Tiloy a Sarset-Rosiers, a 70 km. del velódromo de Roubaix, cuando Pogacar aceleró, Pedersen quedó rezagado por un pinchazo y Bissegger no soportó el ritmo. El infierno del norte no tiene compasión con nadie, ni siquiera con un ex campeón del mundo. El esloveno se quedó en mala compañía, emparedado entre los dos rodadores del Alpecin, en la posición más incómoda.

Pogacar interpretó magistralmente la carrera y en la zona Cinco Estrellas de Mons-de- Pévèle aprovechó un impulso de Van der Poel para descolgar a Philipsen. A 45 km. de la llegada, el esloveno y el neerlandés se quedaron solos en cabeza. El gran duelo entre los dos fenómenos. El desafío anhelado por todos. El líder del UAE, en su debut, fue eliminando a todos los enemigos y lo hizo en el terreno más hostil, en los tramos abombados. Mucho mérito para el osado debutante que se empeñó en acudir al precipicio del infierno.

Caída

Pero la París-Roubaix es una carrera despiadada como ninguna otra. A falta de 38 kilómetros, Pogacar se salió en una curva, en la zona de Pont-Thibault a Ennevelin, donde estaba inadecuadamente colocada una moto. El esloveno cambió de bicicleta y emprendió la caza de su enemigo con 20 segundos de retraso. Torrente de adrenalina y las pulsaciones a mil por hora.

El campeón del mundo, con ese coraje y talento que le distingue, insistió en neutralizar a su enemigo. Redujo la renta hasta los 14 segundos, pero el neerlandés supo administrar con acierto su ventaja y, aunque tuvo que cambiar de bicicleta en las cercanías de Roubaix, se presentó en el velódromo de André-Pétrieux con una ventaja de 1.17 minutos sobre el corredor del UAE. Tercero fue Pedersen, a 2.10. Apoteósis, pasión y dolor en la masoquista y cautivadora prueba del adoquín.

El show de Enric Mas en la última etapa de la Itzulia: "¿Me dejas ganar?"

El show de Enric Mas en la última etapa de la Itzulia: “¿Me dejas ganar?”

La última jornada de la Vuelta al País Vasco, con principio y final en Eibar, lo tuvo todo. Emoción, ataques y lluvia en un recorrido eléctrico con hasta siete subidas en el que la carrera se rompió en mil pedazos. Joao Almeida certificó con el triunfo de etapa su victoria en la general, pero el protagonista del día fue Enric Mas.

Para saber más

Por su valentía, no tan habitual, la que le llevó a remontar hasta seis puestos en la clasificación final para acabar sólo por detrás del portugués. Y también por los momentos finales de la escapada, cuando trató, sin éxito, de que el ciclista del UAE Emirates le cediera el honor de levantar los brazos en la meta. "¿Me dejas ganar? ¿Me dejas la etapa?", le inquirió Mas, que por respuesta obtuvo una sonrisa de Almeida.

Antes ya había tenido una conversación, captada por las cámaras, con el propio Almeida y Ben Healy, a los que pidió colaboración en la fuga. "¡Yo quiero el podio, no la etapa!", les recriminó ante su pasividad.

"Estoy contento. Satisfecho hubiese sido si hubiese ganado la etapa", confesó después Mas, que habló sobre sus conversaciones con Almeida. "Se lo he pedido, pero su equipo había trabajado muy bien. Hay veces que el corredor o el equipo cede, hoy no han querido. Tenemos que aceptarlo. Yo he tenido que tirar mucho para poder entrar en el podio y él se ha guardado un poco más", admitió.

El líder del Movistar pagó finalmente su pobre contrarreloj inicial de Vitoria, en la que perdió demasiado tiempo con los favoritos de una Itzulia que echó de menos a las grandes estrellas del pelotón. Fue de menos a más, como suele ser habitual en él, y acabó remontando a todos menos al líder para sumar su segundo podio consecutivo tras el de la Volta a Cataluña (tercero tras Roglic y Ayuso).

Para Almeida es la tercera vuelta por etapas en su palmarés, después del Tour de Polonia y el de Luxemburgo, ambos en 2021. El luso, que además sumó dos victorias de etapa, alabó la labor del equipo: "Lo hemos hecho perfecto. Estoy muy agradecido por lo que hicieron por mí.". Aventajó en 1:52 a Mas y en 1:59 a Maximilian Schachmann, el primer líder.Alex Aranburu, otro de los grandes protagonistas de la edición, finalizó séptimo en la general.

El reto brutal de Pogacar en la París-Roubaix: adoquines como guadañas, el infierno de Arenberg y el fantasma de Merckx

El reto brutal de Pogacar en la París-Roubaix: adoquines como guadañas, el infierno de Arenberg y el fantasma de Merckx

El reflejo del Caníbal como estímulo para mantener viva la llama de la ambición. Tadej Pogacar ha convertido la victoria en rutina y para seguir en alerta necesita combatir contra la historia y afrontar desafíos superlativos en los escenarios más hostiles. Sólo así se entiende su loco empeño en debutar hoy en la brutal París-Roubaix, la clásica más dura y peligrosa. Adoquines con filo de guadaña.

Riesgo extremo para el esloveno en un reto que angustia a los técnicos y jeques del UAE (pagan 60 millones por seis años de contrato). Ellos temen que una caída -algo intrínseco en esta descomunal prueba- o una lesión provocada por el martirizante traqueteo de los 30 tramos de pavés fracturen una temporada en la que se ha propuesto dominar en todas las clásicas y repetir triunfos en el Tour de Francia y el Mundial de ruta. Pero el cielo es para los valientes, asegura el corredor más impresionante de este siglo, que ya sólo se fija en el palmarés irrepetible de Eddy Merckx. Él sabe que es imposible igualar los registros del belga, pero se extra motiva en cada guerra.

En la París-Roubaix participa en desventaja antes rivales más expertos y que le superan en estatura y peso, características físicas que favorecen la estabilidad en el molesto baile por los tramos de adoquines. El pasado domingo arrasó en el Tour de Flandes, que también incluye zonas empedradas, pero aquéllas son más lisas debido al constante transito de coches; las de Roubaix son más ásperas porque esos caminos están destinado a vehículos agrícolas. Además, la Clásica del Infierno carece de esos muros en los que el esloveno descuelga a los rodadores.

Piedras y agujeros

Éste es un ejercicio de enorme potencia y desgaste físico, y más con la presencia de lluvia prevista para este domingo, carrera que emiten Teledeporte y Eurosport. Pero el agotamiento también es psicológico, porque siempre hay que permanecer atento para evitar caídas, averías y enganchones. La fuerza y la fortuna como aliadas supremas.

El belga Jasper Stuyven sostiene que la clave es mantener el impulso y la velocidad en cada tramo adoquinado. ''Hay que anticiparse a las piedras que sobresalen y los agujeros, correr concentrado de principio a fin, explica el ciclista del equipo Lidl-Trek, que sólo se ha caída una vez en sus 12 participaciones (incluidas etapas en júnior y sub'23).en la París-Roubaix y que acompañó a Pogacar en la fuga del esloveno en la etapa del Tour de Francia de 2022 que transitó por territorios de la reina de las clásicas..

La cita de este domingo consta de 259 kilómetros y de 30 tramos adoquinados, entre ellos destacan los de Arenberg, una recta interminable, oscura, una herida abierta de 2,3 kilómetros en pleno bosque. Es el sector 19º, a 95 kilómetros de la meta, la primera gran criba. Para superar el paso más temido es imprescindible entrar bien colocado. «Se trata de un muro invisible», advierte el belga Tom Boonen, plusmarquista, junto a su compatriota Roger de Vlaeminck, con cuatro victorias. Otros tramos de máxima exigencia (calificados con dificultad de cinco estrellas) son los de Mons-en-Pévéle, de 3.000 metros, sector 11º, y el Carrefour de l'Arbre, de 2,1 kilómetros, sector cuarto.

Triplete encadenado

Pogacar, en este marco sembrado de trampas, pretende ser el primer debutante que gane vestido con el maillot arcoíris, algo que no pudo conseguir Merckx. Al margen del primer ganador, el germano Josef Fischer (en 1896), el único debutante triunfador ha sido el italiano Sonny Colbrelli, en 2021, la primera edición tras el paréntesis de la pandemia del Covid.

Pogacar también quiere ser el pionero en subir al podio del velódromo de Roubaix tras encadenar triunfos en el Giro de Italia, Tour de Francia y Mundial de ruta. Con 26 años y siete meses, ya atesora ocho Monumentos (dos Tour de Flandes, dos Lieja-Bastoña-Lieja y cuatro Giro de Lombardía) y en este mes aspira a sumar dos más (París-Roubaix y Lieja) para alcanzar los 10 que Merckx tenía a sus misma edad. El Caníbal, en 1968, ganó la clásica siendo campeón mundial, pero lo hizo después de haber disputado dos ediciones. Lo mismo logró Bernard Hinault, en 1981, pero en su cuarta participación.

Desde 1981, con Hinault, ningún ganador del Tour de Francia se ha impuesto en la clásica más tremenda. Geraint Thomas es el último ganador de la Grande Boucle que participó en el prueba adoquinada, no consiguió terminar en 2018.

El gran adversario de Tadej Pogacar, será el espléndido neerlandés Mathieu van der Poel, que persigue su tercer título consecutivo, un hito sólo rubricado por el francés Octave Lapize, en 1909, 1910 y 1911, y el italiano Francesco Moser, en 1978, 1979 y 1980.