Un gran Rublev pone fin a la racha de Alcaraz en el Masters de Madrid

Un gran Rublev pone fin a la racha de Alcaraz en el Masters de Madrid

Como es comprensible cuando aún no ha cumplido 21 años, Carlos Alcaraz carece de estabilidad en algunos partidos. Le sucedió en octavos de final ante Jan-Lennard Struff y volvió a ocurrirle en cuartos frente a Andrey Rublev. Tras un primer set brillante, quedó sometido en el segundo. Bien es cierto que el ruso elevó el rendimiento, en particular con su saque, casi inabordable por mucho que Alcaraz fuese a recibirlo casi pegado a los anuncios, pero también cabe achacar el desenlace a una desconexión del defensor del título y doble ganador del torneo. Aún corto de competición tras su ausencia en Montecarlo y Barcelona por la dolencia en el antebrazo derecho, le falta gestionar mejor los momentos de los partidos, sostener el relato de su tenis sin consentir abruptos giros de guion. Rublev se impuso por 4-6, 6-3 y 6-2 y se clasificó para semifinales.

En menos de 24 horas, el Masters 1000 de Madrid se ha quedado sin sus dos ídolos. Tras la despedida del torneo para siempre de Rafael Nadal, con el público madrileño aún bajo una profunda melancolía, Alcaraz vio cómo Rublev dejaba en 14 victorias consecutivas su triunfal secuencia en el torneo y provocaba su primera derrota en la capital desde que cayese ante Nadal en la segunda ronda de 2022. Por si los daños fueran pocos a la hora de restar atractivo a la competición, Jannick Sinner, el mejor jugador del año, decidió no disputar su partido de cuartos frente a Felix Auger-Aliassime, pensando en Roland Garros.

El bicampeón del torneo y defensor del título había encontrado en el difícil partido frente a Jan-Lennard Struff, un rival que siempre le resulta incómodo, una plataforma de lanzamiento hacia el objetivo máximo en este torneo, que no es otro que revalidar la corona. Hasta entonces, hasta esa tercera ronda, Alcaraz realizaba una especie de autoexamen, calibraba ambiciones y riesgos, pendiente de esa lesión en el brazo derecho de la que aún no se ha desembarazado.

Buen primer set

Una vez cautivado por las emociones de un partido que él solo se complicó, Alcaraz lo quería todo. Bajo techo ante la tímida lluvia previa al partido, tardó poco en provocar la primera brecha en el marcador, impulsado por un magnífico passing shot cruzado de revés. Andrey Rublev, su rival en cuartos, es puro temperamento y tiene tendencia a mostrarse demasiado monocorde. No fue así este miércoles.

Al otro lado, un tenista de amplio registro, que puede jugar de muchas maneras. En Madrid sigue sacando punta al saque abierto liftado en el lado de las ventajas, con el que desesperó, entre otros, a Novak Djokovic en las semifinales de hace dos cursos. Alcaraz ya había derrotado a Rublev en la fase de grupos del último torneo de maestros, el único cruce entre ambos antes de la cita de este miércoles.

Cada uno de los contratiempos iniciales, por pequeños que fueran, encontraban una respuesta valiente del español. Miren sino. 5-4 arriba, tras haber contado con dos bolas de set al resto en el juego anterior. Doble falta y 15-30 para Rublev. Alcaraz sirve y termina pronto la jugada con volea de derecha. Tardaría poco en certificar el primer parcial.

Todo cambió de manera radical a partir del segundo set. Se diluyó progresivamente Alcaraz mientras crecía su rival. Triste, decaído, tal vez limitado en su físico, al murciano no le alcanzó con el apoyo de una grada ya en estado de orfandad, sin ningún español en los cuadros individuales del torneo.

Alcaraz da un paso adelante y neutraliza las armas de Struff

Alcaraz da un paso adelante y neutraliza las armas de Struff

A medida que toma cuerpo el torneo crece la impresión de que Carlos Alcaraz no está aquí de paso, con el freno de mano echado, sino que a poco que se lo proponga puede convertirse en el primer tenista capaz de ganarlo en tres ocasiones consecutivas. Jan-Lennard Struff era ya una prueba de mayor calibre, un jugador en un momento dulce con armas distintas a las de sus dos rivales anteriores. Obligado a ganar el partido dos veces, pues tuvo cuatro pelotas para cerrarlo con su saque en el décimo juego del tercer parcial, el español venció la tenaz oposición de su rival y se impuso por 6-3, 6-7 (5) y 7-6 (4), en dos horas y 52 minutos.

Si tiene que meter una marcha más, Alcaraz está de sobra afinado para ello, aunque hiciese peligrar su éxito en un horrible juego. Este miércoles le aguarda el ruso Andrei Rublev, séptimo cabeza de serie, que derrotó por 6-2 y 6-4 a Tallon Griekspoor. Alcaraz ganó el único enfrentamiento entre ambos hasta la fecha, en la fase de grupos de las pasadas ATP Finals, por 7-5 y 6-2.

La sensación que transmitió Alcaraz en los dos primeros partidos, frente a Alexander Shevchenko y Thiago Seyboth Wild, fue la de una inmensa superioridad. Poco importó que el bicampeón del torneo, que encadena 24 victorias consecutivas en tierra batida española, 14 de ellas en la Caja Mágica, llegase condicionado por la lesión en el antebrazo derecho que le impidió jugar en Montecarlo y Barcelona. El número tres del mundo, segundo cabeza de serie en este Masters de Madrid, viaja a una velocidad distinta, inalcanzable para los adversarios que ha encontrado hasta ahora.

Erosión sobre el revés

Con un punto de agresividad mayor, cargó el juego sobre el revés de Struff y, movido por la inercia competitiva, soltó con más alegría su derecha, contenida en los últimos partidos por el contratiempo referido. Todo parecía encaminado hacia una nueva victoria en dos sets, con 2-0 arriba y servicio para él en el segundo, cuando el alemán revirtió la desventaja gracias a una doble falta y llevó el parcial al desempate, donde cometería menos errores y cerraría con un ace milimétrico y cargado de suspense, que precisó la revisión del vídeo. Al igual que la final de 2023, el partido precisaría de un tercer set.

Struff, que acaba de cumplir 34 años, venía de ganar en el ATP 250 de Múnich el primer título de su carrera, con una soberbia actuación. Dejó en dos juegos a Holger Rune, número 12 del mundo, en semifinales, antes de superar a Taylor Fritz en la final. El alemán posee un estilo propio. Hace valer su corpulencia y agresividad y con el tiempo ha aprendido a explotar sus cualidades en la altura de la capital.

Struff dependía en exceso del acierto con su servicio, que impacta con violencia desde sus 193 centímetros. A partir de ahí, si le funciona el golpe de arranque, tiene más facilidades para golpear con la derecha o para irse a la red. En el bajo porcentaje de puntos ganados con el segundo cabe encontrar parte de las razones de su condena. Lo cierto es que Alcaraz había marcado distancias desplegando lo mejor de su repertorio en el tramo definitivo, antes de mostrarse confundido en la resolución.

Además de arrinconar a Struff en el lado del revés, le desplazó con dejadas que, cuando así era preciso, completaba con un globo. Pero en el tercer set tampoco le alcanzó con el break en el cuarto juego. El alemán volvió incluso de un 3-0 adverso en el último desempate, de nuevo ayudado por los errores de su rival, pero prendido una vez más de la grada, Alcaraz, sin ceder en su gusto por el riesgo, culminó el triunfo.

Nadal prefiere la noche para recuperarse antes de afrontar a Lehecka

Nadal prefiere la noche para recuperarse antes de afrontar a Lehecka

Rafael Nadal y Carlos Alcaraz confluirán en el supermartes de la Caja Mágica, día en el que se disputan todos los octavos de final del cuadro masculino. Los dos tenistas españoles no jugaban el mismo torneo desde noviembre de 2022, en Paris-Bercy. Hoy, el Masters 1000 de Madrid tendrá en su programa al pentacampeón del torneo, que este lunes venció por 6-1, 6-7 (5) y 6-3 a Pedro Cachín, 91º del mundo, en tres horas y cuatro minutos, y al vencedor de las dos últimas ediciones, que descansa desde el domingo, cuando dio cuenta de Thiago Seyboth Wild.

Al mallorquín le espera Jiri Lehecka, 31º, un checo de 23 años que se postula desde hace tiempo para dar un salto de calidad y ganó a principios del calendario, en el ATP 250 de Adelaida, su primer título. «Me sorprendería derrotarle. Entrené con él el otro día. Tiene un saque muy potente y golpes duros desde el fondo. Posee un ránking inferior al de Alex [De Miñaur], pero enfrentarme a su calidad y velocidad de bola es otro paso», apuntó Nadal.

Además de la calidad del adversario, habrá de afrontar la dificultad de recuperarse en poco más de 24 horas. De hecho, contra su costumbre, jugará en la sesion de noche (22.00 h., Teledeporte y Movistar). «Lo veo bien. Tengo más horas para dormir y para trabajar mañana. Igual hasta veo un poco el Barça», comentó respecto al partido de Liga que disputaron anoche el equipo azulgrana y el Valencia. Sí habrá de privarse de las semifinales de la Liga de Campeones que el Real Madrid jugará en el Allianz Arena frente al Bayern Munich a las nueve de la noche de hoy, salvo que pueda echar un ojo a la primera parte mientras realiza la sesión de calentamiento.

«Todo son pequeños pasitos»

Tras dejarse sólo un juego ante el júnior Darwin Blanch en el debut y tomarse revancha inmediata contra De Miñaur, que venía de derrotarle en la segunda ronda del Conde de Godó, Nadal hubo de apelar a su vena guerrera para deshacerse de Cachín, que arrastraba 15 derrotas consecutivas antes de llegar al torneo. Cuartofinalista en el ATP 250 de Brisbane, en su regreso al circuito después de casi un año, el ex número 1 disputa por primera vez en 18 meses cuatro encuentros consecutivos, un plus en su apresurada puesta a punto para Roland Garros.

«Mi físico no estaba peor en el tercer set», explicó. «Estaba despierto mentalmente. Ha sido una pena no ganar en dos, pero estoy feliz por haber aceptado el reto. Todo son pequeños pasitos hacia delante. Hace tres semanas y media estaba en Manacor, casi sin poder sacar y perdiendo con los chicos de la academia un día, otro día y otro día».

Una incógnita

No obstante, sembró alguna duda ante la dificultad de jugar dos días consecutivos, algo nuevo en este delicado proceso de reconstrucción. «Es una incógnita para mí. Vamos a ver si soy capaz. Hace mucho que no juego asumiendo esas cargas. Hay que recuperar automatismos».

En su último año en Madrid, salvo lesión, parece improbable que Nadal no salte a la pista frente a un público al que ha distinguido de manera reiterada como el mejor. A principios de año, en Brisbane, tras perder frente a Jordan Thompson en tres horas y 26 minutos, fue en la mañana posterior al partido cuando sintió la lesión que volvió a apartarle de las pistas hasta el Conde de Godó, tal y como recordó ayer en su parlamento frente a los periodistas. «Nunca me he recuperado demasiado mal. Incluso con 35 o 36 años no me pesaba la edad. Hoy es completamente distinto. Nunca había estado dos años sin jugar y mi cuerpo es mucho más impredecible».

Durante la jornada, antes del partido de Nadal, dada la fervorosa simpatía por el Real Madrid que comparte con Alcaraz, se llegó a especular con que el defensor del título abriría la jornada a las 11 de la mañana, tal y como habría sugerido su padre, y que Nadal ocuparía el turno de las cuatro de la tarde, de modo que ambos pudieran presenciar el partido de fútbol. Sólo el desgaste y la longitud del duelo de Nadal dieron lugar al cambio en el programa. Serán Daniil Medvedev y Alexander Bublik quienes inauguren una jornada con los 16 mejores en competición.

Jan-Lennard Struff, un viejo conocido en el camino de Alcaraz: "Sé de su nivel, buen saque y volea y buenos tiros de fondo"

Jan-Lennard Struff, un viejo conocido en el camino de Alcaraz: “Sé de su nivel, buen saque y volea y buenos tiros de fondo”

Es tal la suficiencia con que se maneja Carlos Alcaraz que cualquier rival corre el riesgo de ser reducido a escombros. Lo fue Alexander Shevchenko en el debut y corrió similar suerte Thiago Seyboth Wild, a quien se le presumía mayor resistencia sobre arcilla, el territorio donde ganó su único título hasta la fecha, en Santiago de Chile, hace cuatro años, y en el que sorprendió a Daniil Medvedev, nada menos que en Roland Garros.

Para saber más

Pero el bicampeón, que ganó por un doble 6-3, en una confortable hora y cuarto, no ha necesitado la máxima exigencia ni comprometer un físico delicado por la dolencia en el antebrazo derecho para citarse de nuevo este martes con Jan-Lennard Struff, el mismo hombre al que derrotó en la final del pasado año para revalidar el título.

«Sé de su nivel. Buen servicio, buen saque y volea, buenos tiros de fondo... Pero tal y como estoy puedo hacer grandes cosas y voy a provocar opciones para intentar ganar el partido y hacerle sentir incómodo», comentó el segundo cabeza de serie sobre el próximo encuentro.

Struff tuvo que esperar hasta cuatro días antes de cumplir los 33 años para ganar su primer título. Lo hizo hace poco más de una semana en el ATP 250 de Múnich, con una trayectoria impoluta, en la que sacó los colores a Holger Rune en semifinales (6-2 y 6-0) antes de imponerse a Taylor Fritz en la final.

Precedentes

Alto y buen sacador, el jugador de Warnstein, un municipio de Renania del Norte-Westfalia, formó parte del proceso de crecimiento de Alcaraz, que se le encontró en los octavos de Roland Garros de 2021, con derrota en tres sets, y volvió a topársele, un año más tarde, en la primera ronda de Wimbledon, en aquella ocasión con victoria en cinco parciales. Todo ello antes de la final de 2023 en la Caja Mágica, que se llevó por 6-4, 3-6 y 6-3.

Ahora 24º del mundo, Struff ha entrado este año directo al cuadro principal, con victorias en dos parciales frente a Jaume Munar y Ugo Humbert, 14º. Mucho más tortuoso fue su camino en la pasada edición, donde se vio obligado a disputar la fase previa y precisó ganar ocho partidos, dos de ellos frente a Aslan Karatsev, a quien superó en la qualy y en las semifinales, antes de litigar por el título con Alcaraz.

El alemán ha tardado en rentabilizar unas condiciones como las de Madrid, aptas para las características de su juego, de golpeo plano y tendente a conceder poco ritmo al oponente, pero en los dos últimos años, ya en el tramo final de su carrera, sabe extraer rédito de sus cualidades en la altura de la capital.

Nadie ha ganado a Alcaraz en Madrid desde que lo hiciera Rafael Nadal en la segunda ronda del torneo, en 2021 y el resultado de su duelo con Struff pasará más por sus manos que por lo que pueda hacer el alemán. «Sigo sin fiarme del todo del antebrazo, aún está en mi mento. Cada vez que voy forzado o pego una derecha más agresiva viene el pensamiento de cómo va a reaccionar. El objetivo es no hacerme daño», reiteró. «Físicamente estoy muy bien y me muevo bien, pero ese pensamiento va a tardar en irse».

Paradójicamente, la limitación le lleva a hacer de la necesidad virtud, a mostrarse más contenido. «Estoy jugando de una manera diferente. Juanqui [Juan Carlos Ferrero, su entrenador] me dice que no hace falta pegar la derecha al 200%, que basta con relajar y sacar la mano hacia delante, intentando que corra la bola».

La pelota viaja en buena dirección, como lo hace la de Nadal, quien, tras ganar el sábado a Alex de Miñaur, décimo cabeza de serie, en un partido que pudo ser el último en este torneo, jugará este lunes (16.00 h., Teledeporte y Movistar) contra Pedro Cachín, 91º, en un enfrentamiento inédito. El argentino, de 29 años, ha detenido en Madrid la sangría de 15 derrotas consecutivas y viene de superar a Frances Tiafoe, 20º preclasificado. Al igual que en el caso de Alcaraz, Nadal es favorito. Si se ha recuperado bien, tiene muchos números para unirse al murciano en los octavos del martes.

Alcaraz vence a Seyboth Wild y entra de carrerilla en octavos de final en el Mutua Madrid Open

Alcaraz vence a Seyboth Wild y entra de carrerilla en octavos de final en el Mutua Madrid Open

De nuevo sin necesidad de mucho, como sucedió en el debut ante Alexander Shevchenko, Carlos Alcaraz dejó atrás a Thiago Seyboth Wild y entró sin rasguños en octavos de final. A estas alturas del curso, a menos de un mes para Roland Garros, todos los jugadores extreman los cuidados para estar a punto en París, y al ganador de las dos últimas ediciones del torneo, que sumó su decimotercera victoria consecutiva en la Caja Mágica (6-3, 6-1, una hora y quince minutos), le preocupa más acometer intacto tal vez el principal objetivo de la temporada que convertirse en el primer tenista que gana el Masters 1000 de Madrid en tres ocasiones consecutivas. Algo más que comprensible. No obstante, si mantiene esta superioridad sobre sus adversarios, todo puede ser compatible.

Seyboth Wild, 63º, dio el gran golpe al imponerse a Daniil Medvedev, que venía de ganar en el Masters 1000 de Roma su primer título sobre arcilla, en el arranque de la pasada edición de Roland Garros. Pero antes, en 2020, con 19 años, se había hecho en Santiago de Chile con el hasta ahora único título de su carrera, entrando en el cuadro como wild card para convertirse en el primer campeón de un torneo ATP nacido en 2000 y en el más joven de su país en conseguir un trofeo en la era profesional. Nunca había ganado un partido en Madrid, y en segunda ronda dejó atrás a Lorenzo Musetti, 28º, un joven tenista italiano que sigue sin refrendar su talento.

Desinflado

El brasileño empezó bien, sostenido por su servicio y una derecha de plomo, pero se apagó pronto, en cuanto constató que sus buenas maneras no le daban para neutralizar a un rival muy superior, que experimentaba con los saques abiertos y las visitas a la red y veía fluir su tenis de manera natural. A partir del break que consiguió en el séptimo juego, la pugna se inclinó completamente de su lado. Seyboth Wild cedió el set con doble falta y entregó ocho juegos consecutivos.

Las mayores dudas sobre Alcaraz no residen en la elocuencia de su tenis, con el que puede presumir de veinte victorias consecutivas en España desde el inicio de 2022, sino en la respuesta del antebrazo derecho, que protege con una malla compresora. El campeón de las dos últimas ediciones del torneo ha reiterado que ante cualquier molestia dejará la competición. De momento, no hay motivos para preocuparse. Le espera este martes Jan-Lennard Struff, a quien derrotó en tres sets en la última final.

Nadal vence a De Miñaur y se gana una vida extra

Nadal vence a De Miñaur y se gana una vida extra

¿Qué se puede esperar aún de Rafael Nadal? Este sábado, en el día señalado para su despedida del Masters 1000 de Madrid, con Felipe VI en el palco para rendirle honores por si se consumaba el adiós, el español exhibió de nuevo su gusto por el combate para lograr la victoria ante Alex de Miñaur, décimo cabeza de serie, y clasificarse para los octavos de final, una ronda donde no se contaba con él. Venció en dos horas y dos minutos y jugará este lunes en octavos ante Pedro Cachín. [Narración y estadísticas (7-6 [6], 6-3)]

La escenografía estaba lista después de sus palabras tras la victoria ante Darwin Blanch, en las que anunció que ésta iba a ser la última ocasión en la que disputaría el torneo y que le sorprendería ganar a su próximo rival, el mismo hombre que le derrotó la pasada semana en segunda ronda del Conde de Godó. Ante tal hipótesis, pronto se activaron todos los protocolos para despedir como le correspondía al ganador de 22 títulos del Grand Slam, ex número 1 del mundo y pentacampeón del torneo.

En una atmósfera propia de gran final, con momentos en los que dominó con su derecha como en su mejor época, Nadal desmintió sus propios vaticinios. Sacó adelante un primer set de una hora y 16 minutos, sin importarle conceder las cuatro primeras pelotas que tuvo para hacerlo suyo en el desempate, e hizo sentir al australiano todo el peso de su leyenda.

Público entregado

"¡Viva Rafa!", "Viva el Rey", "Viva España", se escuchaba en ordenada secuencia con atronador respaldo, para que quedasen claras las inclinaciones de buena parte de los 12.500 espectadores que llenaron la pista Manolo Santana, cubierta por el techo retráctil debido a la lluvia. Tampoco esa contingencia favorecía a Nadal, cuyo tenis alcanza su mejor expresión al aire libre y al nivel del mar.

En su tercer partido después del torneo de Brisbane, donde volvió a lesionarse a principios de año, Nadal no se conformó con afinar el aún precario estado físico, sino que se sintió competitivo y, empujado por la grada, se fue a por un triunfo que puede marcar un punto de inflexión en su rodaje para Roland Garros. Le queda mucho por delante, entre otras cosas elevar la velocidad de su servicio, que no llegó a los 190 kilómetros por hora, pero es seguro que este triunfo, por el rival, por el escenario y por la forma en que se produjo, fortalecerá su decaído ánimo. Poco a poco, Nadal empieza a parecerse a Nadal.

El prolongado idilio de Alcaraz con la Caja Mágica: "La altura me favorece"

El prolongado idilio de Alcaraz con la Caja Mágica: “La altura me favorece”

Con la concluyente victoria de este viernes frente al kazajo Alexander Shevchenko son 12 las logradas de forma consecutiva por Carlos Alcaraz en el Masters de Madrid, donde no pierde desde el 5 de mayo de 2021, cuando, en el día de su decimoctavo cumpleaños, siendo todavía un proyecto de estrella, cayó 6-1, 6-2 ante Rafael Nadal.

El hoy número tres del mundo, ya al galope en la élite del tenis, campeón de Wimbledon y del Abierto de Estados Unidos, con tres etapas en el primer puesto de la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales), mantiene su idilio con la Caja Mágica y este domingo buscará los octavos de final frente al brasileño Thiago Seyboth Wild. Aquel encuentro ante Nadal fue, de hecho, el único que ha perdido en estas pistas.

Antes, en su debut, superó a Adrian Mannarino. Después, en la secuencia de triunfos establecida en las tres últimas ediciones, ha dejado atrás a Nikoloz Basilashvili, Cameron Norrie, Nadal, Novak Djokovic, Alexander Zverev (en dos ocasiones), Emil Ruusuvuori, Grigor Dimitrov, Karen Khachanov, Borna Coric,Jan-Lennard Struff y el referido Shevchenko. Tenistas de toda clase y condición, con el punto álgido en 2022, cuando liquidó de foma consecutiva a Nadal y Djokovic para ruborizar en la final a Zverev, 6-3 y 6-1, han comprobado cómo se las gasta el murciano en su escenario favorito, donde aspira a convertirse en el primer jugador que gana tres títulos consecutivos.

Es también bicampeón del Conde de Godó, torneo del que este año hubo de ausentarse por la lesión en el antebrazo derecho de la que aún se protege con una malla compresora, y de Indian Wells, donde revalidó el título hace pocas semanas, pero en ninguna competición presenta los registros de la capital.

El Godó e Indian Wells

En Barcelona perdió de entrada ante Pedro Sousa, en 2019, y Frances Tiafoe, dos años después. En el desierto californiano, cayó en su debut, contra Andy Murray, en 2021, y frente a Nadal, en las semifinales, un curso más tarde.

«La altura me va bien. He jugado aquí desde pequeñito y siempre me he sentido a gusto. Estoy cada vez más cómodo. La altura favorece mi juego. Y además, estar en casa te da un plus de energía, con el apoyo de los aficionados y al lado de mi familia y de mis amigos», explicó en la conferencia de prensa posterior al partido, en la que se confesó satisfecho con sus prestaciones y con el rendimiento físico, sobre todo por no sentir molestias en la zona comprometida de su cuerpo, molestias que pusieron en duda su participación casi hasta última hora.

«Decidí que iba a jugar ayer [por el jueves], después de hacer un set de entrenamiento con Daniil Medvedev. Después de comunicar que no participaría en el Conde de Godó estuve una semana sin coger la raqueta. Y vine aquí sin tener claro si podría jugar».

La evolución es buena, pero su continuidad en el torneo dependerá de que siga siéndolo. El segundo cabeza de serie, que afirmó antes del inicio de la competición que se conformaría con disputar tres o cuatro encuentros, reafirmó que ante la más mínima molestia se detendrá: "A la mínima [de dolor], dudo que pueda seguir". El día 8 comienza el Masters 1000 de Roma y el 26 se inicia Roland Garros, el gran objetivo de la estación de arcilla, para el que tratará de encontrarse en plenitud.

Un poco de Alcaraz basta para arrollar a Shevchenko en su estreno en el Mutua Madrid Open

Un poco de Alcaraz basta para arrollar a Shevchenko en su estreno en el Mutua Madrid Open

Hubo un tiempo en el que el tenis llegaba a tener, por así decirlo, un carácter más asambleario. No existía el abismo que ahora se percibe entre el número dos del mundo, por mucho que se llame Carlos Alcaraz y venga protagonizando una carrera de ensueño, y el número 59, Aleksander Shevchenko, a quien este viernes, sin necesidad de exigirse demasiado, asestó un 6-2, 6-1, en una hora y ocho minutos, en la segunda ronda del Masters 1000 de Madrid.

Entonces, quien más y quien menos podía sentirse coyunturalmente protagonista, ganarse su fecha de gloria y saltar a las cabeceras de las páginas deportivas. Porque el nivel, globalmente, era más alto que el de ahora. En su primer partido de la temporada de tierra batida europea, en su reaparición tras unas semanas lesionado, con menos gente en la Caja Mágica de la congregada para ver el jueves el debut de Rafael Nadal, Alcaraz, fino con el revés, cauteloso con la derecha y menos preciso de lo habitual con las dejadas, se deshizo de un plumazo del tenista kazajo, finalista en Metz en el último otoño, y se las verá este domingo con Thiago Seyboth Wild, 63º, quien, tal vez, sólo tal vez, exhiba una propuesta más alegre y solvente.

Reaparición

El ya penúltimo partido de Carlos Alcaraz databa del 29 de marzo, cuando perdió frente a Grigor Dimitrov en cuartos de final del Masters 1000 de Miami. El español, que venía de llevarse en Indian Wells su quinto Masters 1000, decimotercer título de su carrera, se bajó de Montecarlo y Barcelona por una lesión en el antebrazo derecho que aún le impide competir en plenitud y de la que se protegió durante el duelo ante Shevchenko con un vendaje más extenso que el que lucía en los entrenamientos.

Vencedor en las últimas ediciones en la Caja Mágica y aspirante a convertirse en el primer jugador que gana el título en tres ocasiones consecutivas, Alcaraz llamó a la prudencia en las manifestaciones previas al inicio del torneo, decidido, como todos los candidatos a la victoria en la gran cita de la arcilla, a llegar en las mejores condiciones a Roland Garros, donde el pasado año le pudo la responsabilidad en las semifinales frente a Novak Djokovic, en las que fue víctima de calambres tras el segundo set.

Desde que se llevó en blanco, al resto, el primer juego, Alcaraz vislumbró que no iba a tener complicaciones para ganar su decimosegundo partido consecutivo en Madrid, donde no pierde desde que cayó ante Nadal en la segunda ronda de 2021, en la que es de hecho su única derrota en sus cuatro participaciones en este torneo.

Nadal se rueda ante el júnior Blanch y volverá a medirse con De Miñaur

Nadal se rueda ante el júnior Blanch y volverá a medirse con De Miñaur

Los debuts de Rafael Nadal han dejado de ser una cuestión casi anecdótica. A medida que se agosta su raqueta y el físico, problema casi endémico, deja de responderle, cada arranque de competición lleva aparejada una señal de alerta. El partido de primera ronda del Masters de Madrid frente a Darwin Blanch, un prometedor júnior estadounidense, venía, además, prologado, por una conferencia de prensa en la que el ganador de 22 títulos del Grand Slam reiteró que no mejora como desearía y que más pronto que tarde puede decir adiós.

Por fortuna para él, Blanch, 16 años, último semifinalista de Roland Garros y Wimbledon en su categoría, apenas le planteó dificultades: 6-1 y 6-0, en poco más de una hora, se impuso el ex número 1 del mundo. Al mallorquín, acogido como es costumbre en la pista Manolo Santana, casi colmada en sus 12.500 asientos, le bastó con tirar de oficio y aguardar los errores de su oponente, que fueron constantes.

Fue el partido entre un niño y un gigante que aún defiende su inmenso patrimonio, entre el que se encuentran cinco títulos en este torneo, entre un chaval aún por hacer, tanto física como tenísticamente, y un hombre que disputa por vigésima vez el torneo, la última, según dejó dicho, y pronto cumplirá los 38.

Saque y 'drive'

Sólo en contadas ocasiones pudo Blanch, que se forja en la Academia Equelite Juan Carlos Ferrero, donde entrena con Carlos Alcaraz cuando el frenético calendario del murciano lo consiente, conectar su primer servicio y aplicar a continuación el drive, única fórmula con la que lograba sumar puntos.

A la espera del segundo encuentro en poco más de una semana frente a Alex Miñaur, que le superó por 7-5 y 6-1 en la segunda ronda del Conde de Godó, Nadal tuvo poco más que una sesión de entrenamiento. Blanch, también zurdo, disfrutó de la tarde más hermosa en su segundo partido de un torneo ATP, tras perder en Miami frente a Tomas Machac. Se hizo la foto con uno de sus ídolos, le tuvo al otro lado de la red en un Masters 1000 y hasta se consintió conectarle un par de aces, ambos en su primer turno de saque. Al joven de Florida le llegó la cita demasiado pronto en el orden competitivo. Un lujo, no obstante, en su proceso de aprendizaje.

Darwin Blanch, el júnior que entrena con Alcaraz y quiere ganar a Nadal

Darwin Blanch, el júnior que entrena con Alcaraz y quiere ganar a Nadal

Cuando Darwin Blanch vino al mundo, Rafael Nadal ya había ganado 23 títulos, entre ellos tres de sus 14 Roland Garros. El jugador que se enfrentará este jueves (16.00 h., Teledeporte y Movistar) en la pista Manolo Santana con el pentacampeón del Masters de Madrid en la primera ronda, tiene 16 años y en 2023 fue semifinalista júnior en Roland Garros y Wimbledon en categoría júnior. Disputa su segundo encuentro en un torneo ATP tras jugar hace pocas semanas en el Masters 1000 de Miami, donde cayó ante Tomas Machac.

«Tiene gran proyección, posee un buen saque y una buena derecha, pero es un tenista aún por formar. Lleva con nosotros desde los 14», comenta a este periódico Antonio Martínez Cascales, fundador de la Academia Equelite Juan Carlos Ferrero y entrenador del ahora técnico de Carlos Alcaraz a lo largo de toda su carrera.

Zurdo, con 1,90 de estatura y un notable parecido con el emergente Ben Shelton, Blanch, hijo de Eduardo, un alto directivo oscenses de Coca Cola, nació en Deerfield (Florida) en 2007 y vivió parte de su infancia en Tailandia, para trasladarse a Buenos Aires y pasar después un año en Taiwan, antes de recalar en el centro de Villena tras un fugaz paso por la academia de Rafael Nadal. Su madre biológica es puertorriqueña, pero quien le ha criado y a quien considera su progenitora es china. Habla inglés, español, chino y tailandés.

«Es el prototipo del tenista norteamericano, muy agresivo que busca el punto desde la primera bola», comenta su entrenador, Fran Penalva, después del segundo entrenamiento de este martes, que realizó junto al español Roberto Carballés. Darwin, amante de los grandes escenarios, aún asimila la gran experiencia que se le presenta. «No se deja intimidar con facilidad. En Miami también jugó en la central. Es con poco público cuando puede bajar su rendimiento», apunta Penalva. «Si tuviera que buscar alguna analogía con un tenista del circuito, sería Jack Draper, en quien suele fijarse bastante».

Carlos Alcaraz y Darwin Blanch

Carlos Alcaraz y Darwin BlanchAcademia Equelite

Las redes sociales

Hijo de su tiempo, tiene en el móvil y las redes sociales una de sus principales distracciones. «Procuro apartarle de él durante determinadas horas. Es disciplinado, pero se trata de una lucha continua, que a veces se convierte en una batalla perdida», asume su entrenador.

Sus dos hermanos mayores, Ulises y Dali, también entrenan en la academia, por donde pasó su hermana Cristal antes de sufrir una lesión. Blanc es el segundo jugador más joven en obtener su primer punto ATP, y se afana en lograr el estatus que, a modo de simpático estímulo, le han pedido para poder compartir comedor con los jugadores más destacados de la academia. De momento, aún almuerza con la clase de tropa.

Acostumbrado a hacer guantes con Carlos Alcaraz, estudia online cuando concluyen las exigentes jornadas de entrenamiento. «Fuera de la pista es simpático, abierto, y hace amigos con facilidad. Le gustan, los animales, aunque no puede jugar cuanto desearía con Lima, la perrita de la academia, porque tiene alergia», cuenta Iñaki Etxegia, gerente de la Equelite Juan Carlos Ferrero.

Los 37 años de Nadal frente a los 16 de Blanc representan la mayor diferencia de la historia en un partido de rango Masters 1000, la quinta en cualquier encuentro del circuito. Les separan 21 años y 17 días.