César Azpilicueta, defensa del Atlético de Madrid, cerró este lunes su etapa en el club rojiblanco tras dos temporadas al mando de Simeone.
"César Azpilicueta afrontará una nueva etapa profesional y no continuará visitando los colores rojiblancos una vez finalizada su vinculación contractual con nuestro club este lunes 30 de junio de 2025", confirmó este lunes el Atlético de Madrid, del que se va con 54 partidos jugados, 32 de titular.
"Después de dos temporadas, ha llegado el momento de despedirme. Aunque mi etapa en el Atlético ha sido breve, ha estado llena de compromiso, entrega y aprendizaje", valoró en sus redes sociales.
"Desde el primer día me sentí acogido como uno más. He tenido la suerte de compartir el día a día con un grupo humano increíble, dentro y fuera del campo. Gracias a todos ellos por hacerme sentir parte de esta familia desde el primer momento", añadió.
Azpilicueta quiso "agradecer a todas las personas que trabajan en el club y a la afición por su apoyo constante". "He intentado defender este escudo con coraje y corazón en todo momento", apuntó.
"Aunque me hubiera gustado ayudar en la conquista de títulos, os doy las gracias por haberme permitido vivir esta experiencia. Os deseo lo mejor en lo que viene", expresó.
El Atlético, igualmente, agradeció a Azpilicueta "su dedicación y esfuerzo durante su estancia en nuestro equipo" y le deseó "mucha suerte en sus próximas etapas profesionales y personales".
"Vamos a ir a ganar el Mundial de clubes, ese es el objetivo". Con esa contundencia se expresaba Diego Simeone hace apenas dos semanas. Con la ilusión del club y de los aficionados del Atlético de Madrid por las nubes, pese a que el equipo se encuadraba en el grupo B del torneo, quizás el más complicado. A 25 de junio, la plantilla ya está de vacaciones, incapaz de pasar de la primera fase por una noche negra en una competición fugaz. "Si no tienes contundencia en torneos como éste, te vas", apuntó el técnico tras el insuficiente 1-0 de su equipo ante el Botafogo. Pese a conseguir seis puntos, el triple empate en la cumbre lo dejó todo en manos de los goles y los cuatro recibidos ante el PSG supusieron una losa insuperable y eliminatoria.
"Es una grandísima oportunidad para seguir evolucionando, para tener claro lo que necesitamos como club", dijo el técnico en la rueda de prensa posterior al partido contra los brasileños, la última de la temporada 2024/25. Pero hace falta que club y técnico coincidan en los intereses si, como expresó el Cholo en una entrevista previa que, además de estar "dejando un legado", "ya no alcanza con ser terceros". Un mensaje para propios y extraños.
Si es cierto que la ambición del técnico y el club han crecido de cara a las siguientes temporadas, la lógica dice que este verano tiene que ser al menos tan productivo a nivel de incoroporaciones como el anterior. En el curso pasado se planificó la temporada con una inversión que rondó los 188 millones en fichajes de relumbrón. A los 75 de la estrella Julián Álvarez, se suman los 42 de Conor Gallagher, los casi 35 de Robin Le Normand y los 32 de Alexander Sorloth.
"Hay veces que no estamos al nivel"
Para este año, el Villarreal será de nuevo un caladero para las ambiciones rojiblancas y Álex Baena tiene muchas posibilidades de jugar en el Metropolitano. También está muy avanzada la incorporación del bético Johnny Cardoso y entre ambos supondrán un gasto de unos 80 millones. A toro pasado, quizás se hubo de hacer un esfuerzo para acelerar su llegada para este torneo pese a que el club no pensara gastarse "10 millones de euros para un mes".
La evidencia fue que la plantilla se quedó corta para afrontar este torneo y que el arbitraje fue la excusa a la que agarrarse pese a que, en los tres partidos, tomaran decisiones manifiestamente contrarias a los intereses del Atlético. "No nos podemos centrar en los árbitros", lanzó Antoine Griezmann post partido y completó: "Hay veces que no estamos al nivel y hay que resolver eso".
Son autocríticas las palabras de un jugador, el francés, cuya calidad parece haberse esfumado de sus botas cuando, pese a tener el récord de goles de la historia rojiblanca con 198, hasta el 1-0 ante el Botafogo llevaba sin marcar desde el pasado febrero. No fue baladí el tanto que dio la victoria a este Atlético ya que gracias a él, el club ingresó 1,74 millones de euros que se suman a los que ya recibió por vencer al Seattle Sounders y a los casi 20 que le dieron por participar. Casi 23 millones en total.
Koke, abatido, tras el partido del lunes ante el Botafogo.AP
Tras 12 temporadas consecutivas clasificando al equipo para Champions League y para el primer Mundial de clubes, el Cholo ha conseguido desde la parcela deportiva situar al Atlético en otro nivel. Sin embargo, el club y el entrenador necesitan plantear desde la actual estabilidad económica si el curso que viene se debe dar un paso más, como ya ha expresado el Cholo, para no estancarse.
El técnico argentino cuenta aún con dos años más de contrato, pero su figura ya no recibe el apoyo unánime de una afición cada vez más exigente. Desde el club no albergan ninguna duda sobre su figura y sus capacidades. En diciembre de 2011, fecha de su llegada al club, el presupuesto rojiblanco era cuatro veces menor que el de Real Madrid o Barcelona, los grandes transatlánticos de LaLiga. Hoy ese hueco se ha reducido a la mitad. Sin embargo, la hinchada del Metropolitano quiere más.
"Creo mucho en mis jugadores, lo han hecho 12 veces". Se refería Simeone a la (casi) imposible gesta que el Atlético debía acometer ante el Botafogo, campeón del Brasileirao y de la Copa Libertadores y líder del grupo B, el de la muerte. Las palabras no fueron acompañadas de hechos porque las veces a las que se refería el Cholo eran ante rivales bastante inferiores al Atlético como el Valladolid o el Valencia en LaLiga o el Sparta de Praga en Champions entre otros.
"Hacer seis puntos en el grupo no era malo, pero nos condenó el partido ante el PSG donde cualquier situación nos perjudicó", comenzó Diego Simeone sus primeras impresiones tras quedar eliminado en fase de grupos. Criticó el argentino los arbitrajes que ha sufrido el Atlético en este Mundial. "Hoy con el penalti, revisaron una acción anterior para no pitarlo... Más de lo mismo...", sentenció el entrenador.
Aunque los jugadores, o por no ver la jugada, o por no querer valorar la importancia de los colegiados, no entraron a valorar la actuación de los trencillas. Antoine Griezmann fue algo más allá y expresó: "Enfadado, porque tenemos más, pero no tenemos que enfocarnos en los árbitros [...] es un problema más profundo del equipo"
Arbitrajes aparte, técnico y jugadores señalaron al partido ante el PSG como el culpable de que el club vuelva a Madrid a las primeras de cambio. "Se ha dado todo en el segundo y en el tercer duelo, pero no en el primero y por eso no pasamos a la siguiente ronda", comentó Jan Oblak. Algo que secundaron Barrios y Llorente: "Ganar dos partidos de tres e irte a casa con seis no es plato de buen gusto", añadió el canterano.
El capitán, uno de los mejores en el terreno de juego con dos paradas milagrosas en las únicas llegadas claras de los brasileños, también quiso exponer la falta de suerte que han tenido a nivel ofensivo. "No ha sido suficiente, infelizmente el balón no ha entrado", expuso el cancerbero sobre quedarse a dos goles del objetivo para pasar de ronda.
Amuletos
Y eso que el club lo intentó todo dentro y fuera del terreno de juego para que el milagro se obrase. El propio Griezmann depositaba antes del encuentro el famoso ramo de Margarita, que adorna uno de los córners del Fondo Sur del Metropolitano, para intentar sumar cualquier elemento, cualquier amuleto, a la imposible causa que debían afrontar los rojiblancos.
"Yo cr3o", ponía el club en sus redes sociales para intentar incendiar a las masas. Pero las redes no juegan y el apoyo virtual no se siente como gustaría. Y más teniendo en cuenta que en las gradas había superioridad de brasileños (se esperaba que viajaran en torno a 15.000) que españoles.
No hubo gesta y debe haber reflexión en un equipo que fue insuficiente para competir en este Mundial de clubes que abandona a las primeras de cambio. Mientras otros clubes se reforzaban, el Atlético se conformó con lo que tenía porque este torneo "estaba en la planificación de la temporada en curso".
Había que volver al alambre. Había que jugar con más coraje y corazón que cabeza. ¿No es ese el lema del Atlético? Sin nombres nuevos, los viejos debían transformarse de corderos a leones. Sin red. A tumba abierta. Una pesadilla para Simeone, pero una oda al espectáculo. Había que invocar cualquier ayuda, incluso la de Margarita y su ramo. También a los demonios, el Botafogo de blanco, como el mayor enemigo. Pero no hubo suerte, ni contundencia, ni milagro. Tres goles eran muchos. Se despide el Atlético de este Mundial de clubes por la puerta de atrás. Era el grupo de la muerte, sí, pero ellos eran uno de los candidatos a llevar la hoz. Apenas un rasguño de Griezmann en el ocaso del partido. [Narración y estadísticas, 1-0]
Ver para creer, los primeros minutos fueron brasileños. Más toque, más pausa y sin agobio rojiblanco. Decía su capitán Marlon Freitas a este periódico que los "brasileños debían jugar con alegría". Y eso hacían. Sin prisas. Sólo aceleraban las contras y de qué manera. Imposible seguirles. Savarino se plantó solo ante Oblak y el esloveno salvó bien ese mano a mano. El Cholo pedía contundencia en las áreas y, de momento, había que conformarse con la de la propia.
En el primer balance, ese que se hace en el primer cuarto de hora, la sola idea de que el Atlético pudiera ganar por tres goles al equipo brasileño era una quimera. Mientras que ellos habían amenazado hasta en tres ocasiones la meta defendida por Oblak, los rojiblancos no habían tenido ni una opción. Quizás media, si contamos con el disparo de Gallagher que llegó tras una buena jugada ensayada del equipo del Cholo.
A quienes se veía más metidos era a los centrales. Le Normand y Lenglet perseguían a sus pares a campo propio para intentar robar arriba y generar peligro sin necesidad de construir. Los primeros 20 minutos de De Paul fueron los del hermano malo del argentino, esos que desesperaron al Metropolitano hasta que esta temporada se volvió a poner las pilas como hizo mediado el primer tiempo.
Hacía falta invocar a la suerte. Quizás si la moneda en el eslalon de Julián hubiera caído cara, César Ramos habría señalado penalti, y la vida se habría visto diferente. Pero salió cruz. Había que seguir remando pero, sobre todo, ganando duelos, porque eso es lo que decide los partidos y los brasileños se lo llevaban todos. Al menos pasada la media hora, el duelo se había igualado.
Pudo desigualarlo Julián por dos veces. La primera, tras una dejada de Sorloth a centro de De Paul. La segunda, no pudo embocar un pase filtrado de su compatriota. Pero cinco minutos después llegó un penalti por un pisotón a la Araña que el VAR anuló por un empujón previo muy leve de Sorloth. Si antes hablamos de la moneda, iban ya dos cruces.
Salió Griezmann tras el descanso para cambiar la suerte del equipo y la suya. Ambos necesitaban magia. Quedaban tres goles por meter con 45 minutos menos para hacerlo y quien agitaba la varita era De Paul, mucho más inspirado que en lo que iba de Mundial. Desde sus botas creció el Atlético, aunque también había que agradecer una mayor agresividad ya desde la salida de los vestuarios.
El cambio de Griezmann
El francés comenzó en la banda derecha, lugar desde donde lanzó varios centros sin ningún tipo de objetivo. Entonces, con la salida de Correa por Giuliano, el siete recuperó la izquierda y tuvo una gran opción tras ganar a su par, pero el balón se fue fuera por centímetros. Poco después fue Sorloth el que desperdició un gran centro de Llorente. La contundencia.
Las ocasiones, que en la primera mitad brillaban por su ausencia, caían una tras otra y, lo que es mejor para el Cholo, el Botafogo ya no amenazaba a la contra, hasta que en el minuto 66, casi en la única, Igor Jesús obligó a Oblak a hacer una parada antológica. Un susto para recordar que un gol mataba las ilusiones rojiblancas.
El reloj avanzaba inexorable entre centros que volaban sin rematador y ocasiones que circundaban la portería de John. Aunque en el 86, por fin, Griezmann encontró la portería brasileña. Poco tiempo para mucha gesta. El acoso no resultó y el Atlético se fue a casa por la puerta de atrás.
Es Marlon Freitas (Río de Janeiro, 1995) un albañil del fútbol y no como una característica peyorativa sino todo lo contrario. A través de él se construye el sorprendente Botafogo que está a punto de pasar de ronda en un grupo, el B, en el que estaba con el Atlético de Madrid, al que se enfrenta esta noche; el PSG, actual campeón de Europa, además del Seattle Sounders. Dos de dos victorias para el equipo actual ganador de la liga brasileña y de la Copa Libertadores. Antes de comenzar el Mundial de clubes, nadie contaba con el poderío de los equipos sudamericanos, pero, dos jornadas después, gigantes europeos se están llevando desagradables sorpresas. El conjunto de Simeone, además, está al borde de la eliminación.
"Sigo al Atlético hace tiempo, me gusta su filosofía, saben jugar y tienen siempre un alto nivel de intensidad en el campo", comienza el capitán del Botafogo, que es un gran admirador de Diego Simeone del que dice que "su sóla presencia sirve para motivar a los jugadores". Pero mientras que el Atlético del Cholo llega a esta última jornada con la necesidad de marcar tres goles o más ante los brasileños, éstos, siempre que el PSG gane su duelo ante el débil Seattle, sólo tienen que proteger la meta de John Víctor, algo que hicieron a la perfección ante el conjunto francés.
En una entrevista conjunta con varios medios internacionales, entre ellos EL MUNDO, Marlon dice que la clave de este Botafogo es que son "una familia". "Nadie nos preguntó si queríamos estar aquí, lo conseguimos con nuestro esfuerzo, y queremos aprovechar esta oportunidad con gran alegría y unidad, disfrutando como una familia, esa es la palabra clave, porque no se pueden ganar partidos con 11 jugadores, hacen falta 30", cuenta el futbolista sobre una máxima que han demostrado en este campeonato.
"ganar confianza"
Marlon no lo dice por decir, para él tiene una connotación muy importante. Hace tan solo seis meses, cuando se proclamaba campeón de la Libertadores, el brasileño se derrumbaba en el vestuario en homenaje a su padre. "No sé si merezco esto. Gracias, papá. Todo lo que hemos pasado juntos, se suponía que este momento llegaría. Me enseñaste a ser correcto, a nunca rendirme. Esto es por ti. Lo conseguí, papá. Lo conseguimos", dijo entre lágrimas. Su padre había fallecido en 2017, cuando el mediocentro estaba aún en las filas de Fluminense, donde comenzó su carrera.
Aunque jugó la mayor parte de su carrera en Brasil, también conoció Eslovaquia y Estados Unidos a través de dos cesiones. "Era muy joven y aproveché al máximo esa posibilidad", explica de su paso por el Fort Lauderdale, equipo B del Inter de Miami de la MLS. "Volver a los Estados Unidos para jugar este gran torneo me hace muy feliz. No es sólo una gran oportunidad para mí, también para el club y la plantilla así como para los fans", cuenta el jugador.
El primer encuentro les sirvió para "ganar confianza", pero es la victoria contra el PSG la que les ha brindado moral para conseguir grandes metas. "El fútbol es siempre 11 contra 11 y claro que clasificarse para la siguiente fase es un sueño, pero estamos acostumbrados a soñar a lo grande", revela un gran admirador de Vitinha, al que destaca como uno de los mejores jugadores de este campeonato. "Es un jugador muy talentoso. La dinámica que imprime al juego es increíble. Le he seguido durante mi carrera porque jugamos en la misma posición y es diferente", alaba.
Vítor Silva | Botafogo
Marlon reivindica el futbol brasileño en este Mundial de clubes, el más representado con hasta cuatro equipos compitiendo: Botafogo, Fluminense, Palmeiras y Flamengo. "Somos brasileños y, como tales, tenemos que competir con alegría, tenemos que disfrutar el momento y también entender nuestra responsabilidad porque la competición va a ser muy difícil", apunta sobre unos conjuntos que lideran los grupos A, B, D y F, una sorpresa y un golpe sobre la mesa en este campeonato de la FIFA.
Aunque si tuviera que definir a su equipo, del que es capitán, quizás lo describiría como un conjunto que "nunca se rinde" y que siempre "se apoya de manera solidaria". "Soñamos, queremos hacer historia y queremos ganar la Copa del Mundo de Clubes", apunta el jugador sobre las aspiraciones del equipo de un barrio de Río de Janeiro que hace tan sólo cinco temporadas estaba en Segunda División. "Se ha conseguido con trabajo duro, seriedad y dedicación y con la ventaja de que todo el mundo está deseando ayudar", explica a un paso de los octavos del Mundial de clubes.
El Mundial de clubes parece determinado a enviar un mensaje al fútbol europeo: no te creas tan bueno. Después de la victoria del Inter Miami ante el Porto, que siguió al empate del Madrid ante el Al Hilal o las tablas del Inter contra Monterrey, el PSG, campeón de la última Champions, ha sido derrotado por el Botafogo, octavo en el Brasileirao y campeón de la liga brasileña y de la Libertadores en 2024. Un gol de Igor Jesus destrozó a los de Luis Enrique, mandó un mensaje a Europa y puso en peligro la clasificación a octavos del Atlético de Madrid, que necesitará golear a los brasileños en la última jornada.
El Botafogo se coloca líder del grupo con seis puntos, por tres del PSG, y del Atlético y ninguno del Seattle Sounders. Como en caso de empate sólo se tendría en cuenta la diferencia de goles entre esos equipos igualados, quitando a Seattle, el Botafogo tiene de momento +1, el PSG +3 y el Atlético -4, así que los de Simeone sólo pasarán a octavos sin ganan por tres o más goles en la última jornada, precisamente ante los brasileños.
Fue un partido extraño de los de Luis Enrique, lejos del nivel mostrado en su estreno contra el Atlético. El técnico español realizó hasta cuatro cambios con respecto al once utilizado hace unos días y al equipo no le sentó bien. Sin Dembélé, lesionado, Luis Enrique sentó a Fabián, Neves, Nuno Mendes y Marquinhos para dar entrada a Zaïre-Emery, Mayulu, Lucas Hernández y Beraldo.
Kvaratskhelia, incisivo, creó peligro en el inicio, pero el fútbol del PSG se fue diluyendo con el paso de los minutos. La defensa del Botafogo, intensa y bien ordenada, fue imposible de superar por los galos, y los brasileños comenzaron a creer en sus posibilidades en el partido. Allan, ex del Nápoles, dominó con autoridad el centro del campo, y Artur, futbolista interesante, casi se inventa el gol en varias ocasiones. En el 38, el propio Artur arrancó la jugada del gol, Savarino encontró a Igor Jesus al hueco y el '99' del Botafogo esquivó a Pacho y Beraldo y superó a Donnarumma con cierta fortuna tras dar el balón en Pacho.
El PSG dominó el juego, con un 74% de posesión, pero fue un dominio insulso. Vitinha intentó acomodar el partido en sus botas, pero le faltó la claridad de otras noches y el Botafogo mantuvo su plan: aguantar el muro atrás y salir a la contra.
Los cambios de Luis Enrique, cuatro en una sola vez, tampoco cambiaron el guion del encuentro y los franceses sólo se acercaron con el gol anulado a Beraldo por fuera de juego de Kvaratskhelia. El georgiano recuperó las ideas en el tramo final, pero las individualidades tampoco pudieron salvar al PSG de una noche de sorpresa en el Mundial de clubes.
Los de Luis Enrique tienen un compromiso sencillo en la última jornada ante el Seattle Sounders, así que su clasificación no está en peligro, pero esta derrota demuestra que el equipo es humano y que no carbura con la constancia que se le imaginaba.
La derrota parisina deja al Atlético tocado, necesitado de un pequeño milagro contra el Botafogo, que hasta ahora se ha mostrado imperial. Los rojiblancos necesitan tres goles ante un equipo que todavía
No responde mal el Atlético de Simeone en los partidos de matar o morir. Se crecen el argentino y su plantilla al filo de la navaja. Una navaja que afilaron ellos mismos con una actuación muy pobre ante el campeón de Europa. Ahora, este duelo ante la cenicienta de su grupo se antojaba imprescindible no sólo por los puntos, también por las sensaciones. Salió respondona, aunque pesó la calidad y la urgencia. Barrios se vistió de héroe inesperado. Necesita muchos el técnico argentino, los cuartos aún están lejos. [Narración y estadísticas, 1-3]
El Cholo aplicó la lógica desde la salida. Sacó a Griezmann y a Lino del once, los grandes señalados de la derrota ante el PSG, y sacó a Koke, el jugador que reactivó a los suyos y a Sorloth, un jugador con pólvora toda vez que la del francés está mojada desde enero. Ya remató a puerta en el minuto cuatro de encuentro tras un centro flojo de Llorente. No es mala carta de presentación pese a que estos de Seattle distan mucho del conjunto francés.
El joker del Atlético, en cambio, es Julián Álvarez. Sin embargo, el argentino no pudo aprovechar una preciosa jugada trenzada del conjunto rojiblanco que terminó con un pase filtrado de De Paul para dejarle solo. Perdonó el mano a mano ante Frei. No habría tiempo ni para lamentarse, porque apenas un minuto después, a la carrera, como le gusta al Cholo, llegó el primer tanto rojiblanco. Fue Barrios, a lo Michel, pero con un claro bote dentro y con la tecnología como backup para confirmarlo. Sonreía el canterano, respiraba Simeone.
En 15 minutos, el Atlético había pisado más campo contrario que en todo el partido contra el PSG. La pena es que no aprovechara todas las ocasiones que tuvo. Clarísima fue la de Sorloth tras otro pase maravilloso de De Paul. El noruego la echó arriba casi desde el área pequeña. Al técnico argentino le llevaban los demonios, consciente de la importancia de los goles tras haber recibido un 0-4 en contra, y más cuando poco después un error de Giménez dejó a Musovski sólo ante Oblak, aunque resolvió con acierto el esloveno.
El partido se puso rumbero y el mediocampo rojiblanco, especialmente Koke, quiso atornillar con criterio el balón al suelo. El Atlético tenía capacidad para hacer daño desde la pausa, pero Seattle necesitaba vértigo. De hecho, Sorloth se volvió a encontrar con Frei, en área pequeña, tras una gran jugada de Julián. La calma funcionaba, sólo hacía falta materializarla. De hecho, en la primera media hora, 9 disparos y tres de ellos a portería.
Quien no entiende de calma es Giuliano. Es un electrón buscando trayectorias diferentes en cada carrera. En una de ellas ganó a su par en un forcejeo y Baker-Whiting no tuvo más remedio que terminar derribándolo dentro del área. Penalti. Pero el VAR corrigió al colegiado Falcón Pérez, que retiró su decisión. Un sainete, porque el futbolista norteamericano se cae en las piernas del argentino y le derriba. La pena es que fue justo antes del descanso y duplicar la ventaja hubiera otorgado más tranquilidad a los rojiblancos.
Lo bueno es que ocurrió justo al iniciarse en el segundo tiempo tras una jugada ensayada de saque de esquina que terminó con un zambombazo de Llorente que desvió Frei a duras penas, pero Witsel terminó por introducir el balón en la portería. Apenas dio tiempo de alegrarse porque Seattle recortó poco tiempo después por falta de contundencia de la defensa colchonera. Un centro llovido terminó en las botas de Rusnak, que anotó solo casi en área pequeña. A seguir remando.
Otra vez Barrios
Menos mal que Barrios, un futbolista que sólo llevaba un tanto en lo que iba de temporada y al que el técnico argentino reclamaba más llegada al área, decidió erigirse en goleador, de nuevo, para devolver la relajación al conjunto del Cholo. Necesitaban los rojiblancos más tantos para intentar enjuagar el borrón de la primera jornada. Casi hace uno de bandera Julián con una volea desde fuera del área que se estrelló en la cruceta.
El partido fue perdiendo intensidad, con la victoria abrochada para los de Simeone y el conjunto norteamericano ya eliminado del torneo, el primero en caer de esta nueva experiencia de la FIFA. Aunque aún tuvieron tiempo de dar un último susto al Atlético, un tanto que fue anulado por fuera de juego.
Quizás los rojiblancos quieran buscar el pase con otro partido en el filo de la navaja. Una nueva prueba más de matar o morir. Su rival será el Botafogo, no será fácil a juzgar por cómo estan los conjuntos brasileños en este Mundial de Clubes.
El Atleti se estrenó en el Mundial de clubes ante el mejor equipo del momento con una banda izquierda formada por Javi Galán y Samu Lino. No es una errata: Galán y Lino. Para sorpresa de absolutamente nadie, no salió bien. Tres pérdidas seguidas del brasileño espabilaron a un PSG aún con leve resaca y el resto fue un paseo. Si necesita meter ocho, los mete. O nueve.
El sector groupie del cholismo lleva sacando pecho desde noviembre por una victoria en Champions en París que fue un milagro: 22 tiros cayeron ante cuatro remates y una genialidad, otra más, de Correa. Creer que esos triunfos accidentales dicen algo del nivel real del Atleti ha sido un mal crónico en esta época mustia de la era Simeone, pero lo grave al comparar ambos duelos es ver la evolución de unos y de otros desde entonces.
En estos meses, Luis Enrique trabajó su modelo, pulió a Doué y el PSG ficho a Kvaratskhelia. Miguel Ángel Gil Marín decidió no reforzar las obvias carencias en invierno, cuando aún podía ganar tres títulos, ni hacer un esfuerzo previo a este Mundial. Baena y Cardoso llegarán, pero el club prefiere ahorrarse un par de millones por cabeza y traerlos en agosto que mostrar un mínimo de dignidad y ambición para un torneo que, tal vez, no vuelva a jugar en mucho tiempo. Eso es este Atleti.
Si usted fuera Julián Álvarez, ¿se quedaría?
Simeone hace tiempo que decidió ser buen soldado y tragar con la mediocridad de su directiva (que cada cual decida si es víctima o cómplice), pero lo que nadie le ordena desde el palco es sacar de titular y dar 90 minutos a Griezmann, que lleva 17 partidos sin marcar, y dejar sentado a un Sorloth que, con sus limitaciones, lleva 12 goles desde el último de Antoine. En el descanso, 2-0 abajo y con Gallagher en el banquillo, apostó por Koke como revulsivo. En 2025. El inglés y el noruego llegaron el verano pasado por 40 millones cada uno como miembros clave del plan renove, pero el técnico prioriza a dos iconos en declive. ¿Recuerdan cuando aplicaba la meritocracia?
Si usted fuera Baena, ¿ficharía?
Y así el Atleti va a lograr un hito: masacrar la innegociable ilusión de sus aficionados antes incluso de empezar la temporada. Nuevo récord mundial de mala gestión.
Si usted fuera abonado, ¿renovaría?
Bueno, esto sí porque el club ya se ha encargado de cobrar el carnet antes de mandar al equipo a América a hacer el ridículo. Mediocres sí, pero tontos ni un pelo.
Quedaba la duda de cómo se tomaría este PSG de Luis Enrique este torneo tras ganar todos los títulos esta temporada. Lo resolvió rápido el equipo francés con una intensidad parecida a la final de Champions. Monopolizaron el juego y las ocasiones ante un disminuido Atlético de Madrid. Cuatro fogonazos, cuatro goles y a contener energías en este torneo veraniego que aún no tiene la importancia que la FIFA pretende. [Narración y estadísticas, 4-0]
Tras un partido inaugural descafeinado, entramos de lleno en este Mundial de claroscuros. Un campeonato en el que ves al Bayern apalizar a una banda de muchachos de Nueva Zelanda y luego dos históricos europeos se juegan tres puntos a 28 grados y casi 80% de humedad en el césped sequísimo del Rose Bowl de Los Ángeles.
Salía Luis Enrique con los campeones de Europa menos Dembélé, lesionado, por el que entraba el irregular Gonçalo Ramos y Simeone sorprendía a propios y extraños devolviendo a Griezmann a la titularidad. Un caramelo para la leyenda rojiblanca en un país que podría ser su siguiente destino.
El juego empezó a su ritmo, pausado y sin riesgo. Pases cómodos y papeles previstos: un PSG muy dominador con balón y el Atlético bien pertrechado atrás, con dos filas de cuatro bien juntas y Griezmann y Julián intentando incomodar el inicio de juego francés. Sin embargo, fueron dos malas salidas de Lino las que generaron la primera ocasión, si no contamos una falta lejana de Julián, y el primer gol. Hakimi la puso en las botas de Kvaratskhelia, que aguantó bien de espaldas hasta que vio a Fabián en el borde del área y no perdonó el español con un disparo con la izquierda.
El gol del PSG no cambió el guion del encuentro, falta saber si por planificación o incapacidad. Griezmann y Julián estaban desconectados del juego y Lenglet y Le Normand se vieron muy superados por el veloz ataque francés. Y eso que pasada la primera media hora, el MVP de la Champions, Désiré Doué, no había aparecido. En el primer tiempo la posesión estaba 77% a 16% y con un 7% en disputa y 12 llegadas a ninguna, todo a favor de los franceses.
Y cuando quiso salir el Atlético, y cuando los rojiblancos consiguieron robar arriba y llevar el balón al área de Donnarumma, Griezmann disparó tímidamente a las manos del italiano, que lanzó la contra hacia Fabián. Éste condujo para ceder a Vitinha, que corrió casi 20 metros sin oposición y, cuando pisó área, con los centrales rojiblancos a años luz, sólo tuvo que colocar el disparo lejos de las manos de Oblak. Se iban los rojiblancos a los vestuarios con cara de susto, pero pudo ser peor.
De hecho, les dio uno bueno Kvaratskhelia a la salida de la caseta con la típica diagonal suya hacia dentro y disparo con rosca a la escuadra. Apareció una mano dura de Oblak para desviar el balón a la cruceta, respuesta proporcionada, la de la parada, al eslalon del georgiano. El Atlético tenía que cambiar algo y la respuesta de Simeone fue sacar a Koke en lugar de Lino, más contención para un equipo que necesitaba vértigo.
Error de Oblak
Se pudo acercar el Atlético en el encuentro si el capitán no hubiera hecho una falta a Doué para recuperar un balón que terminó en el gol de Julián Álvarez. El árbitro revisó en el VAR y comunicó su decisión al respetable. Parece que los rojiblancos se agarraron a esa acción y a los cambios del Cholo, las salidas de Gallagher, Reinildo y Correa, el héroe de la Champions, para dar un paso adelante, pero fue inane.
De hecho, el peligro lo generó un sainete de Oblak al sacar rápido con Mayulu encima. Recuperó el balón el PSG y se terminó durmiendo el joven futbolista y falló el tercero. Los rojiblancos reclamaron falta del francés y Lenglet se pasó de revoluciones y terminó expulsado. Lo increíble es que ya con 10, Sorloth falló la más clara de los colchoneros. Luego ya fue acoso y derribo, si es que quedaba algún rojiblanco en pie, hasta que anotaron Mayulu, tras una cesión involuntaria de Griezmann y Lee, de penalti. ¡Ojo!, los goles cuentan.
Jonathan Tah ha llegado para reforzar la zaga del Bayern; Cherki, la delantera del City, Jobe Bellingham, hermano de Jude, la media del Borussia y el vecino, el Real Madrid, ha incorporado a Dean Huijsen y Trent Alexander-Arnold. Estos son algunos de los fichajes que los clubes que disputan el Mundial de clubes han realizado para reforzarse y sumar más papeletas para llevarse la primera edición de este torneo.
Muchos son los nombres que han sonado para el Atlético de Madrid. El más sonado es el de Álex Baena, pero también se han escuchado el de Johnny Cardoso, mediocentro del Betis, Darwin Núñez, delantero del Liverpool, y Theo Hernández, lateral del Milan, entre otros. En este último caso, sin embargo, ha sido el club el que ha declinado el ofrecimiento del defensa para volver al equipo del que fue canterano y buscarán otras opciones para el perfil izquierdo si Reinildo, como parece, no continúa tras el torneo.
Así, Simeone para el partido que enfrentará a los rojiblancos ante el reciente campeón de la Champions, el PSG de Luis Enrique, no tendrá ningún nombre nuevo en su plantilla. Desde las oficinas del Metropolitano explican que "nunca se tuvo la intención de incorporar a nadie para este campeonato ya que entra dentro de la planificación de esta temporada". Además, recuerdan también que el equipo no ha sufrido ninguna lesión de larga duración y que la plantilla está "intacta". "No nos vamos a gastar 10 millones por un jugador para un mes, nosotros planificamos las plantillas a años vista", cuentan fuentes rojiblancas.
"un desafío mayor"
A los seguidores les habría gustado tener fichajes, pero entienden la postura del Atlético. "Como cualquier aficionado queremos que vengan los mejores, no sabemos por qué no ha llegado nadie, pero el argumento del club es tan válido como otro", explica a EL MUNDO Eduardo Fernández, presidente de la Unión Internacional de Peñas. No obstante, confían en que los que están puedan hacer un buen papel en "el grupo más difícil del torneo".
El club ha incorporado dos jugadores hasta 2028, sí. Clement Lenglet, que firma libre tras desvincularse del FC Barcelona, y Juan Musso, por el que se han pagado tres millones de euros al Atalanta. Ambos jugadores ya llevan un año de rodaje en la disciplina rojiblanca como cedidos, con lo que el Cholo no tendrá savia nueva para aspirar a este trofeo. "Para nosotros es un desafío mayor y vamos a ir a ganar el Mundial de Clubes, ese es el objetivo", apuntó el argentino. Desde el club no se ponen en la obligación de ganar este primer Mundial de clubes organizado por la FIFA, al menos con este formato más similar al de selecciones, pero sí se exigen "competir". Es cierto que la piedra de toque inicial, el reciente campeón de la Champions no es precisamente el rival más fácil a la hora de comenzar esta andadura. No obstante, el hambre rojiblanca tras una temporada que se torció tras aquel presunto doble toque o "ultraje" como lo calificó el Cholo en el penalti de Julián Álvarez puede ser un factor a tener en cuenta ante un equipo que viene de ganar todos los trofeos de la temporada.
Luis Enrique ha declarado en una entrevista con la FIFA que su equipo quiere estar "en disposición de ganar esta competición". Habla el asturiano de un campeonato "muy atractivo", pero en el que se debe encontrar el "equilibrio entre ese desgaste físico y mental que hay a final de temporada con la motivación por jugar esta competición". El PSG, por cierto, tampoco se ha reforzado para este Mundial de clubes.
Ausencias en el PSG
El técnico parisino llega con una duda y una baja muy importantes para este primer duelo. La duda es Barcolá, que arrastra problemas en la rodilla, y la baja es Ousmane Dembele, candidato al Balón de Oro y mejor jugador del equipo parisino esta temporada con 33 tantos y 15 asistencias.
En el Atlético están todos disponibles y el Cholo confía en volver a derrotar al PSG como ya hicieran en noviembre en la fase de grupos de la Champions con un gol de Correa en el descuento. Simeone es uno de los entrenadores que más veces ha ganado a Luis Enrique en menos duelos, cuatro en 15 partidos. La estadística en Champions, eso sí, es demoledora para el argentino dos victorias en tres encuentros. "Soy optimista, estas competiciones vienen bien al Atleti y el Cholo sabe competir muy bien", apunta Fernández.
En estos términos, parece que el mérito del que consiga los tres primeros puntos del grupo B del Mundial se lo llevarán los técnicos ante unas plantillas que juegan a imagen y semejanza de su entrenador. El escenario será el Rose Bowl Arena en una Los Ángeles que ha saltado estos últimos días a las portadas de los periódicos mundiales por los disturbios provocados por los arrestos y las deportaciones masivas del Gobierno de Donald Trump. Parece que la situación se ha calmado en la ciudad californiana desde el toque de queda, en la víspera de este torneo que inauguró el conjunto de Leo Messi esta pasada madrugada.