La lesión oculta de Alcaraz antes del éxito en Indian Wells: "Me pasé 30 minutos sin moverme"

La lesión oculta de Alcaraz antes del éxito en Indian Wells: “Me pasé 30 minutos sin moverme”

Del 21 de febrero a este 17 de marzo: fueron 25 días entre interrogantes para Carlos Alcaraz. ¿Aguantaría su tobillo derecho? En el primer partido del ATP 500 de Río de Janeiro, sufrió un esguince de grado II y la duda se mantuvo hasta este domingo, cuando celebró su Masters 1000 de Indian Wells. Pronto remitió la hinchazón y luego se disipó el dolor, pero quedaba la debilidad. Si se entrenaba en solitario, dudaba al pisar y se sentía inestable; si se entrenaba con algún otro tenista, no podía correr porque la dolencia podría agravarse. Únicamente después de vencer a Daniil Medvedev en la final por 7-6(5) y 6-1 y recibir el trofeo, Alcaraz explicó que la lesión era más grave de lo que había reconocido antes y que su éxito residió en creer.

En lugar de renunciar al torneo estadounidense antes de empezar, superó un difícil estreno ante el italiano Matteo Arnaldi, luego mejoró y así partido a partido hasta derrotar consecutivamente a Alexander Zverev, Jannik Sinner y el propio Medvedev, es decir, al quinto, al tercero y al cuarto del ranking del mundial. ¿Aguantaría su tobillo derecho? Finalmente aguantó, vaya si aguantó.

"Ganar este torneo significa mucho para mí porque la semana previa al comienzo tenía muchas dudas sobre mi tobillo. Recuerdo mi primer entrenamiento solo aquí en Indian Wells: me pasé 30 minutos sin moverme, tirando cestas. Después, el primer entrenamiento con jugadores fue muy duro porque no podía jugar a mi mejor nivel. No me sentía bien con mi tobillo y tenía muchísimas dudas en mi cabeza, pero en la primera ronda empecé a sentirme mejor. Y cada partido fui a mejor y a mejor. Así que estoy muy feliz por ganar este título de nuevo, por haberme sobrepuesto a los problemas", resumió Alcaraz que agradeció el trabajo de su equipo durante ese periodo incierto en el que nadie sabía qué ocurría.

"Quiero agradeceros a cada uno de vosotros, han sido unas semanas bastante intensas, las hemos disfrutado mucho, hemos hecho un gran trabajo estando aquí para recuperar el tobillo. Muchas dudas al principio del torneo para ver si íbamos a poder jugar a un nivel óptimo. Todos hemos puesto cada uno nuestro granito de arena para levantar el título", lanzó a su palco.

Antes de empezar el torneo en el desierto de California, Alcaraz ya había expresado ciertas dudas sobre la firmeza de su tobillo, pero en ningún momento fue más allá. De hecho, antes e incluso durante el Netflix Slam en Las Vegas contra Rafa Nadal, el español se proclamó recuperado y listo para competir. No lo estaba, pero mandaba el espectáculo. En aquella cita, su técnico, Juan Carlos Ferrero, reconoció que el esguince estaba ralentizando los entrenamientos y poco más.

Menos presión

Pese a lo contradictoria que pueda parecer, la lesión en realidad pudo ayudar a Alcaraz a quitarse la mochila que portaba desde su proeza en Wimbledon el año pasado. Desde entonces no había levantado ningún título y sólo había disputado una final, en el Masters 1000 de Cincinnati, siempre asfixiado por los nervios y apresurado por la inquietud. Quería ganar los partidos antes de jugarlos, antes incluso de empezarlos. La lesión de tobillo, en cambio, rebajó sus expectativas alrededor del Masters 1000 de Indian Wells y le liberó. Sólo en los primeros juegos de la final ante Medvedev, cuando retomó la ansiedad, dejó de disfrutar.

El título en Indian Wells supuso una serie de hitos estadísticos para Alcaraz y algo más. Se convirtió en el primero en defender la corona en California desde Novak Djokovic en 2016, en el segundo tenista en ganar cinco Masters 1000 antes de los 21 años -el primero fue Rafa Nadal- y en el segundo español con más trofeos de esa categoría por delante de su entrenador, Juan Carlos Ferrero (cuatro) o Carlos Moyà (tercero). Pero no sólo eso.

Su éxito le relanzó en la carrera por el número uno. Después de la renuncia de Djokovic a jugar el cercano Masters 1000 de Miami, el español, que está a menos de 1.000 puntos de desventaja, ya sabe que podría volver a Europa a un paso de la cima. Antes será muy difícil, pero en el próximo Grand Slam, Roland Garros, a finales de mayo, el número uno del ranking ATP podría volver a estar en juego. Con el tobillo recuperado, nuevamente en la senda del éxito y alejado de la ansiedad, podría ser otra vez el momento de Alcaraz.

Alcaraz vuelve a la senda del éxito: recompone su tenis ante Medvedev y gana Indian Wells

Alcaraz vuelve a la senda del éxito: recompone su tenis ante Medvedev y gana Indian Wells

Si hubo mala racha, incluso crisis, ya no existe, ni mucho menos. Los titubeos del Open de Australia desaparecieron, también la flojera de la gira sudamericana de tierra batida. Carlos Alcaraz ya ha vuelto a la senda del éxito. Como hizo el año pasado, este domingo levantó el trofeo en el Masters 1000 de Indian Wells y se recolocó para celebrar este año otro -u otros- Grand Slam, quizá incluso regresar al número uno.

Después de batir de forma consecutiva a Alexander Zverev, Jannik Sinner y Daniil Medvedev, es decir, al tercer, cuarto y quinto del tres del ranking mundial, ha recuperado su condición de contendiente al cinturón que ostenta Novak Djokovic. Ya se verá en el inmediato Masters 1000 de Miami y más en la cercana gira europea de arcilla, pero Alcaraz, a sus 20 años, parece que pronto alcanzará su mejor versión, incluso una todavía desconocida.

Este domingo, en la final del torneo de California ante Medvedev que terminó con un 7-6(5) y un 6-1, ni tan siquiera necesitó sublimar su tenis para vencer; sólo ser él. Ausente en Melbourne, la presencia de su entrenador, Juan Carlos Ferrero, fue esencial para que Alcaraz pudiera encontrar la calma, la paciencia, la relajación. "¿Y qué hago? ¿Sólo paso bolas?", le llegó a decir el tenista a su técnico cuando éste le reclamaba peloteos. La respuesta, por raro que pareciera, era que sí: tenía que sólo pasar bolas.

Como hizo en las semifinales del pasado US Open, Medvedev planteó una nueva estrategia a Alcaraz, un plan de juego sorprendente. Al contrario que entonces, el ruso se colocó dentro de la pista, propuso un partido directo, a derechazos, de tú a tú, y el español entró al capote. Con los nervios a flor de piel y el viento como enemigo, Alcaraz empezó la final fallando prácticamente todos sus golpes. Un error no forzado, luego otro y luego otro. Fueron 17 en el primer set -26 en total-, pero la mayoría, 13 de ellos en los cinco primeros juegos. Hasta que se serenó.

Los consejos de Ferrero

Gracias a un cambio de lado, a empezar a jugar junto a Ferrero, Alcaraz entendió que no podía ganar en media hora, que tenía que alargar los intercambios y su tenis mejoró. Un punto extraño supuso la catarsis. En pleno salto para un remate se trastabilló, pero tuvo tiempo para rehacerse, correr atrás, salvar la bola y acabar más tarde con un passing ganador. Del 0-3 inicial se pasó al 3-3 y el duelo se igualó. Desde ese momento Medvedev empezó a acumular fallos, a sentir la presión y Alcaraz recuperó la puntería. Ambas evoluciones colisionaron en el tie-break y se acabó la final. En el segundo set ya no hubo competencia, no hubo nada.

Si acaso espectáculo del español: velocidad en sus piernas, ángulos en sus golpes, un deleite para los aficionados presentes. Si acaso espectáculo del ruso: quejas al árbitro, maldiciones contra sus raquetas y gestos al público estadounidense claramente alineado con su rival.

Alcaraz, ante Medvedev, en la red.

Alcaraz, ante Medvedev, en la red.AFP

El título supuso el primero de Alcaraz desde su gesta en Wimbledon, su obra maestra, y el quinto Masters 1000 de su vida. La cifra parece corta después de los tiempos de Djokovic, Rafa Nadal y Roger Federer, pero no lo es. Si se compara, sólo un tenista levantó tantos antes de cumplir los 21 años: Nadal. Si se compara, Alcaraz ya es el segundo español con más Masters 1000 de la historia por delante del mismo Ferrero (cuatro) o Carlos Moyà (tres).

En su discurso de celebración, Alcaraz desveló que antes de empezar el torneo apenas podía moverse por la lesión de tobillo que sufrió en el ATP 500 de Río de Janeiro y que incluso en las horas previas a su debut dudaba sobre el nivel que podría ofrecer. Fue en ese estreno, contra el italiano Matteo Arnaldi, cuando cedió un set, precisamente el primero. Después, en el resto de la competición, sólo otro rival, Sinner, le logró arrebatar un parcial. Alcaraz ya ha vuelto a la senda del éxito y en ella cualquier cosa es posible de nuevo.

¿Por qué la España de balonmano será favorita en los Juegos de París y por qué no?

¿Por qué la España de balonmano será favorita en los Juegos de París y por qué no?

En el horizonte ya asoma la inauguración de los próximos Juegos Olímpicos a lo largo del río Sena y España, como en otras citas, apenas abraza opciones seguras de medalla. Sólo María Pérez en la marcha, Adriana Cerezo en el taekwondo, el dúo Xammar-Brugmann en la vela y la pareja Jácome-Corbera en el piragüismo podrían considerarse así. Hay muchos más candidatos al podio -Álvaro Martín, Carolina Marín, Carlos Alcaraz, Jon Rahm, Fran Garrigós, Adrián Vicente, Jordan Díaz...-, pero ya entran en la especulación. Son favoritos, sí, pero muchas cosas podrían pasar en los próximos cuatro meses y, sobre todo, ya en París, en el Stade de France, Roland Garros, La Chapelle, el Grand Palais de los Campos Elíseos o el Campo de Marte. Ocurre lo mismo con los equipos.

En waterpolo tanto los jugadores como las jugadoras tienen media medalla colgada en sus cuellos y el fútbol femenino va lanzado hacia la historia, pero el resto está un escalón por debajo. Aspirantes, muy aspirantes, aunque con interrogantes.

La España de balonmano masculino que este domingo se clasificó para los Juegos al cerrar su Preolímpico con victoria sobre Brasil (26-28) es el mejor ejemplo. Bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, cualquiera que viera sus partidos esta semana lo tendría claro: la gloria es suya. Más allá del trámite ante Bahréin, ante Eslovenia la selección completó una actuación perfecta y este domingo ante Brasil, pese a tener el billete casi asegurado, estuvo muy seria. El rival se lo jugaba todo, pero España dominó gracias a su colección de argumentos en ataque.

El ataque, punto fuerte

"Este equipo siempre compite, todos competimos en todas las circunstancias", comentó Alex Dujshebaev al terminar el encuentro y le sobraba razón. Marcaron todos los jugadores que participaron menos Viran Morros, especialista defensivo, y la mitad de ellos, el propio Dujshebaev (cinco), Ferran Solé (siete), Ian Tarrafeta (tres), Gedeón Guardiola (tres), Imanol Garciandia (dos) y Dani Fernández (dos) aportaron dos tantos o más. Con semejante variedad de recursos, ¿Cómo no creer en una medalla en los Juegos de París?

Con la retirada de parte de la generación dorada, de Raúl Entrerríos, Dani Sarmiento o Julen Aguinagalde, nacía la duda del relevo sobre quién tomaría la responsabilidad goleadora, pero ya está resuelta. En los primeros años todo quedó en manos de Álex Dujshebaev, uno de los mejores jugadores del mundo, pero Jordi Ribera pronto detectó que así era más fácil frenar a España.

Ahora, tal y como ha subrayado el seleccionador en este Preolímpico, en la primera parte construyen Garciandia, Agustín Casado o Tarrafeta, atacantes de entre 25 y 30 años ya habituales en Champions, y en la segunda parte aparece Dujshebaev para apuntalarlo todo. Cuenta con la ayuda de veteranos como Jorge Maqueda o Antonio García, pero hay días como ayer en los que ni los necesita. Con ese esquema, tan ofensivo, tan coral, tan imprevisible, la selección es muy difícil de parar, pero eso no quiere decir que la gloria olímpica sea segura. ¿Por qué?

La defensa, punto débil

Porque atrás faltan piernas. Este domingo Brasil, que necesitaba la victoria para estar en los Juegos Olímpicos, apretó en los últimos minutos y España acabó defendiendo con Morros, Guardiola, Maqueda y García en la parte central, es decir, con dos jugadores de 40 años, uno de 39 y uno de 36. Ante determinados rivales la experiencia es suficiente, pero ante Francia, Dinamarca o Suecia faltará el aire.

Si quiere regresar al podio, la selección debe recuperar antes de París al lesionado Miguel Sánchez-Migallón, sumar de una vez por todas a Dani Dujshebaev a la zaga y descubrir atrás a otros, como el pivote Javi Rodríguez. Los jóvenes que vienen, como los prodigiosos hermanos Cikusa, son también artistas en ataque, pero todavía les falta en defensa. Con todo ello, España, ya clasificada, optará a las medallas en los próximos Juegos Olímpicos de París, pero llegará a la cita entre interrogantes.

La amistad entre Alcaraz y Sinner: un partido de niños, un stage juntos y una final de Indian Wells en juego

La amistad entre Alcaraz y Sinner: un partido de niños, un stage juntos y una final de Indian Wells en juego

De aquel partido apenas se guardan imágenes; las fotos que hicieron los 20 o 30 espectadores y poco más. El 2 de abril de 2019 un español de 15 años debutaba en ATP como invitado en el challenger de Alicante y el destino lo emparejó en primera ronda con un italiano de 17 años que llegaba en racha, con tres títulos seguidos y 16 victorias consecutivas. De ambos ya se pregonaban maravillas, pero todos los pronósticos se quedaban cortos. Este sábado (no antes de las 21.30 horas, Movistar+) ambos se enfrentan en semifinales del Masters 1000 de Indian Wells con el número dos del ranking mundial en juego.

El español era Carlos Alcaraz, el italiano era Jannik Sinner, aquel duelo iniciático se lo llevó el primero por 6-2, 3-6, 6-3 y la reacción de ambos fue ejemplar. Alcaraz pudo venirse arriba por su victoria, pero no lo hizo; Sinner pudo enfadarse ante el arrojo del niño, pero no lo hizo. ¿Qué hicieron? Entablaron una amistad que aún dura hoy, pese a que los dos discuten en la cima del tenis.

Las últimas Navidades, de hecho, Sinner estuvo en Villena en otra muestra de su cercanía. En una decisión extraña en la élite, el italiano decidió viajar a Alicante junto a uno de sus entrenadores, Simone Vagnozzi, y organizar un ministage de pretemporada al lado de Alcaraz y su técnico, Juan Carlos Ferrero. De sus sesiones poco se supo, pero sí hubo constancia en Instagram del buen rollo entre ambos.

«Ahora mismo Jannik es el mejor del mundo. Como dijo Tommy Paul, está jugando desnudo. Ha demostrado un nivel increíble, sin derrotas este 2024. Disfruto mucho viéndole jugar», reconocía Alcaraz en California después de vencer en cuartos de final a Alexander Zverev por 6-3 y 6-1 en un encuentro marcado por una invasión de abejas. «Siempre es divertido jugar contra Carlos. Somos buenos amigos fuera de la pista. Dentro de la pista, solo intentamos dar el 100%», añadió Sinner al derrotar a Jiri Lehecka por un doble 6-3.

Cada dos partidos

Desde aquel partido de niños en Alicante, la rivalidad entre español e italiano ha estado marcada por el turnismo. En su primer enfrentamiento en los grandes escenarios, en la segunda ronda del Masters 1000 de París de 2021, también venció Alcaraz, pero luego se han ido alternando con exactitud: dos victorias para Sinner, dos para Alcaraz y finalmente, las dos últimas, de nuevo para Sinner.

Tanto se conocen, tanto se estudian, que sus encuentros suelen estar dominados claramente por uno de ellos, el que más acierta la estrategia. Sólo en los cuartos de final del US Open de 2022 y en las últimas semifinales de Miami se vivieron duelos de tú a tú, peleados hasta el final. La racha actual de Sinner lo eleva a favorito, pero el nivel de Alcaraz en este Masters 1000 de Indian Wells está siendo exquisito y cualquier pronóstico es aventurado.

Garciandia y Pérez de Vargas llevan a España a los Juegos Olímpicos

Actualizado Viernes, 15 marzo 2024 - 22:34

La España de balonmano no está aún clasificada para los Juegos Olímpicos de París, pero casi. Ahora sólo un derrumbe histórico este domingo ante Brasil (17.45 horas, TDP) podría dejarla fuera. La victoria este viernes ante Eslovenia (32-22) en el segundo partido del Preolímpico fue brillante por varios motivos.

En primer lugar porque ahora la selección depende de sí misma: puede ganar, empatar e incluso perder por menos de 19 goles y suyo sería igualmente el pase. En segundo lugar porque el triunfo descubrió a un nuevo líder, Imanol Garciandia, que llegó al equipo ya veterano hace apenas un año, y este viernes se descubrió gracias a su potencia en el lanzamiento. Sus seis tantos en la primera parte fueron esenciales. Y en tercer lugar porque Gonzalo Pérez de Vargas volvió a la excelencia. Después de un Europeo para olvidar, el peor torneo de su vida, el portero se resarció a lo grande con una actuación antológica en la que llegó a superar el 50% de acierto -acabó con 18 paradas de 38 lanzamientos-.

Con todo, España apenas sufrió en los primeros minutos, fruto de la tensión, y luego llegó a gustarse, a disfrutar. En cuanto lideró el marcador con los goles de Garciandia (7-6, min. 10), empezó a desplegar su juego y a correr, a correr, a correr. Un parcial antes del descanso (del 11-10 al 17-10) decidió el partido y en la segunda parte Pérez de Vargas bajó la persiana. La desesperación del conjunto eslovaco fue creciendo mientras España organizaba la celebración.

El asalto de Arabia al tenis mundial: 2.000 millones y 90 días para contestar

El asalto de Arabia al tenis mundial: 2.000 millones y 90 días para contestar

Ya es sabido: Arabia Saudí quiere adueñarse del deporte a toda prisa. Primero fue la Fórmula 1, con un Gran Premio propio y una oferta para comprar el Mundial. Luego el fútbol, con los fichajes de Cristiano Ronaldo, Karim Benzema o Neymar. Después el golf, con la creación del LIV Golf y el acuerdo con estrellas como Jon Rahm. Recientemente el boxeo, con las últimas veladas de Tyson Fury y Anthony Joshua. ¿Y qué toca ahora? El tenis.

Antes del Masters 1000 de Madrid de mayo, la ATP, la WTA y varios de los torneos más grandes del mundo deben decidir si se venden al archimillonario fondo soberano del país árabe (PIF) o si siguen su propio camino. La primera opción es más fácil: el dinero todo lo simplifica. La segunda opción es romántica: el deporte mantendría su independencia. ¿Qué se decidirá? Nadie sabe. Pero parece que Arabia Saudí se saldrá con la suya.

La vía más idealista es demasiado compleja. Desde hace varios meses, los cuatro Grand Slam trabajan para crear un circuito nuevo llamado Premier Tour que otorgue más importancia a los Masters 1000 y blinde el calendario: habría 14 torneos para los 100 primeros y las 100 primeras del ranking y el resto, los actuales ATP 500 y ATP 250, quedarían reservados para jóvenes y aspirantes. Con ello, se aseguraría a las televisiones más duelos entre los mejores del mundo, se evitaría la actual sobresaturación de partidos, se pondría orden en el actual caos organizativo y se avanzaría en la fusión entre ATP y WTA. El problema, como siempre, es el presupuesto.

Para desarrollar el proyecto se necesitan inversores, que todos los torneos ganen más que ahora y, entre otras cosas, convencer a los jugadores. El circuito masculino genera 270 millones de euros anuales por los 105 millones que genera el circuito femenino y unirlos podría suponer un perjuicio para los tenistas.

Millones para todos

Por eso la oferta de Arabia Saudí se supone vencedora. Según informaba esta semana 'The Telegraph', el PIF ha ofrecido 2.000 millones de dólares a la ATP, la WTA y a los organizadores de torneos para crear un circuito unificado de hombres y mujeres con premios abundantes para todos. Como en el Premier Tour sólo jugarían los y las 100 mejores, se ordenaría el calendario, se multiplicarían los beneficios y se obtendría un deporte igualitario, pero habría una diferencia: los Grand Slam no estarían al mando.

Podrían unirse al proyecto, sí, pero no serían los impulsores y está por ver su importancia en el calendario. El sábado pasado, en los primeros días del Masters 1000 de Indian Wells, el actual presidente de la ATP, el ex jugador Andrea Gaudenzi, se reunió con los responsables de los Masters 1000 para explicarles la propuesta e invitarles a responder lo más rápido posible. La propuesta de Arabia tiene 90 días de caducidad y el tiempo corre.

Ahora es el momento de las negociaciones,. La ATP ya había firmado un extenso patrocinio con el PIF, varios eventos ya tenían empresas saudíes como sponsors y muchas estrellas ya han sucumbido ante los encantos saudíes. Rafa Nadal, embajador del país, es el gran ejemplo, pero Novak Djokovic, Carlos Alcaraz, Daniil Medvedev, Jannik Sinner y Holger Rune también habían aceptado jugar un torneo de exhibición allí el próximo otoño.

En realidad, en el tenis, de momento, sólo ha aparecido una voz realmente contraria a Arabia Saudí. Craig Tiley, el responsable del Open de Australia, era el ideólogo del Premier Tour y ahora su proyecto, su figura e incluso su Grand Slam están en riesgo. Arabia Saudí siempre ha querido un Masters 1000 y si acaba montando su propio circuito organizará un torneo en invierno, cuando el clima allí es más aceptable. Si eso ocurre, el evento de Melbourne podría volver a perder su relevancia, su prestigio, su cartel. En definitiva, como le pasó antes a otros deportes, el tenis está ahora en la encrucijada: o venderse a Arabia Saudí o seguir su propio camino.

La España de la defensa 'vintage' vence a Bahrein y se acerca a los Juegos

La España de la defensa ‘vintage’ vence a Bahrein y se acerca a los Juegos

Hace 20 años que Viran Morros tiene 20 años. Cuando debutó con España en 2004 el capitán era Talant Dujshebaev y ahora comparte vestuarios con sus hijos Álex y Dani; qué cosas. Su longevidad, referente de la defensa a los 40 años, parece una anécdota, pero si mira a su lado...

Hace 20 años que Gedeón Guardiola tiene 20 años. Como internacional emigró a Alemania y le ha dado tiempo a pasar una vida en la Bundesliga y volver; ahora alarga su carrera en el humilde Balonmano Nava. Su longevidad, referente de la defensa a los 39 años, parece una anécdota, pero si mira a su lado...

Morros y Guardiola, Guardiola y Morros. Dos cuarentones todavía forman la defensa de la España de balonmano y, pese a las muchísimas temporadas a las espaldas, pese a encontrarse ambos en el ocaso de sus carreras, nadie los sustituye. En los últimos torneos tuvieron reemplazo, Miguel Sánchez-Migallón, de 29 años, pero su lesión ha obligado al seleccionador, Jordi Ribera, a recuperar la defensa vintage, la defensa de toda la vida.

«En la defensa nos está costando el relevo generacional. Nuestra selección sigue en construcción, no estamos al 100% completos porque cuesta encontrar jóvenes para esos puestos. En ataque hemos ido sustituyendo a los referentes, pero en la defensa no lo hemos conseguido», aceptaba Jordi Ribera en conversación con EL MUNDO antes del debut de España este jueves contra Bahréin en el Preolímpico de Granollers. Venció la selección (39-27), venció en un partido plácido y todo gracias, claro, a los dos abuelos de siempre.

Un parcial inicial definitivo

En los 12 primeros minutos, el equipo del emirato chocó contra un muro frente a la portería de Rodrigo Corrales y el parcial inicial (10-2) fue definitivo. En el resto del encuentro, España disfrutó de la calma e incluso concedió descanso a los veteranos. Para estar en los Juegos Olímpicos de París, el conjunto de Ribera ya sólo debe vencer uno de los dos próximos partidos, este viernes ante Eslovenia (21.00 horas, Teledeporte) o el domingo ante Brasil (17.45 horas) y para ello Guardiola y Morros volverán a ser esenciales.

Luego ya se verá. Aunque ambos dijeron lo mismo antes de los Juegos de Tokio 2020, esta vez sí se retirarán después de los Juegos de París y habrá que asumir el vacío. La recuperación de Sánchez-Migallón será esencial para la defensa de España y necesitará ayuda. Dani Dujshebaev debe ser pieza básica atrás, pero también se le necesitará en ataque: demasiada exigencia. La esperanza ahora es Javi Rodríguez.

De 21 años, nacido en Madrid, formado en el Alcobendas y recientemente fichado por el Barça, este juves en la segunda parte ante Bahréin mostró que el relevo puede pasar por él. Sus aptitudes: dos metros de altura, buena colocación y mucha motivación. Su desafío: mantener el nivel de quienes le preceden. Como le ocurre en el Barça, donde sustituye al francés Ludovic Fàbregas, seguir la línea de Guardiola y Morros en la selección no es sencillo. Con ellos, España fue campeona del mundo y dos veces campeona de Europa. Con ellos, España vuelve a estar a un paso de ir a los Juegos Olímpicos.

El enigma del seleccionador Jordi Ribera: "Estuve cerca de dejar el balonmano y abrir un restaurante"

El enigma del seleccionador Jordi Ribera: “Estuve cerca de dejar el balonmano y abrir un restaurante”

Jordi Ribera (Sarrià de Ter, 1963) es un enigma incluso para más le conocen. Lleva ocho años al frente de España y más estará porque ha renovado hasta los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, pero igualmente lo suyo es sólo de él. «Me gusta leer sobre filosofía e historia. Y ver películas, soy de ir al cine», asegura a EL MUNDO cuando se le pregunta por sus hobbies. Lo dicho: un misterio. Del Preolímpico que la selección afronta desde este jueves (18.30 horas, contra Bahréin, TDP) y hasta el domingo en Granollers, puede hablar largo, pero el resto se lo reserva. Apenas se le escapa alguna confidencia que sirve para conocerle.

Tiene 61 años y lleva desde los 26 siendo entrenador. Con su fama de metódico, de ver todos los partidos que se juegan en España, ¿Nunca se empacha de balonmano?
No, la verdad. El balonmano para mí lo es todo, le dedico muchas horas, pero sigue siendo motivante. Es mi manera de entender mi trabajo y me gusta. El jugador debe ser creativo, experimentar en la pista, pero el entrenador debe ser metódico, debe controlar los detalles.
Recuerda Ambros Martín, que estuvo a sus órdenes en el Gáldar y hoy es seleccionador femenino, que en los años 90 ya entregaba informes larguísimos a cada jugador y se gastaba medio sueldo en software.
Cuando empecé muy pocos hacíamos montajes de vídeo, por ejemplo. Lo grababa todo, utilizaba miles de DVDs e intentaba trasladar mis ideas a los jugadores de esa manera. Ahora es todo más sencillo, aunque igualmente hay retos. En el CAR de Granada hacemos concentraciones con jóvenes y tenemos cinco o seis cámaras con sensores para grabar sus movimientos y ayudarles a mejorar. Hemos avanzado mucho con los fondos europeos.
Empezó siendo adolescente y se profesionalizó muy joven. ¿Ya se veía entrenador para toda la vida?
No, no. Cuando empecé entrenando en mi pueblo, combinaba el balonmano con mi trabajo como administrador del Hospital Josep Trueta de Girona. Estuve años en el servicio de urgencias de noche y tuve mucha suerte porque los compañeros me ayudaban a cuadrarlo todo. En 1989 me llegó la oportunidad de entrenar en el Arrate [tenía 26 años, el técnico más joven de la historia de Asobal] y cuando llegué al Gáldar en 1992 ya sí entendí que podía ser mi trabajo, mi oficio. Luego hubo una época en la que quise dejar de entrenar.
¡¿Cómo?!
Sí, sí, estuve cerca de dejarlo. Después del Gáldar, fui al Bidasoa y allí, en 2003, no completé la temporada. Pasé un periodo de luto, me replanteé las cosas, estuve casi un año sin entrenar y pensé en abrir un bar o un restaurante en Girona. Ya había cumplido los 40 años, me atraía la idea de emprender y estuve a un paso de hacerlo. Pero me llamó la selección de Argentina y me marché allí a vivir la experiencia. Tenía poca mochila en la vida y la sigue teniendo ahora. Luego ya fui a Brasil, estuve en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008...

David Ramirez / Araba PressAraba

Y le llamó la selección. Da la impresión de que le encanta la táctica y no le gusta tanto gestionar el vestuario.
Puede ser. Cada vez hay un concepto más individualista de las relaciones, cada vez es más difícil la interacción con un grupo. Pero en la selección no lo llevo mal, todo lo contrario. Puedo vivir en la dinámica del vestuario sólo unos días al año.
Los jugadores de la selección aseguran que cuando llegó era indescifrable, muy, muy silencioso.
Me cuesta mucho entrar a la gente. Soy muy cauto, soy muy tímido. Es cierto lo que dicen: al principio marcaba mucho la distancia. Ahora me siento más cerca de ellos. Es mejor para todos. Hoy en día tenemos muy buena relación, mucha confianza. Antes de cada convocatoria, llamo a todos y les planteo qué quiero de ellos. Cuando vienen con el equipo ya conocen su rol y eso es muy útil.
Su estilo en el banquillo es muy comedido. Diría que nunca le he escuchado nunca gritar.
Es mi forma de ser. No hace falta gritar para ser exigente o para reclamar otra actitud. Los gritos alteran a la gente, no la motivan, ése ha sido siempre mi idea. Si tengo que decir cosas duras, prefiero que acabe el partido, sentarme con el jugador y ser directo. No me gusta el teatro que se espera de los entrenadores. Lo más importante es el juego.
Disputa esta semana su primer Preolímpico. El último que jugó España, justo antes de su llegada, en 2016, con varios jugadores actuales, fue un fracaso absoluto.
Lo normal es estar aquí, hay que asumirlo. Sólo te salvas del Preolímpico si eres campeón del mundo o campeón de Europa, como éramos antes de los Juegos de Tokio. Habrá un condicionante emocional, está claro, es un todo o nada, pero tenemos experiencia. Los jugadores llevan años compitiendo al máximo nivel y no habrá problemas en ese sentido.
¿Está Novak Djokovic en crisis? "Mi nivel es realmente malo"

¿Está Novak Djokovic en crisis? “Mi nivel es realmente malo”

Algo se quebró en Novak Djokovic el pasado enero en Melbourne. Ante Jannik Sinner, en semifinales del Open de Australia, cayó desprovisto de su tenis y su carácter, indolente y dócil y no encontró explicación a lo ocurrido. Cómo sería el golpe que el día después renunció al ATP 500 de Dubai para recuperarse. Pero no funcionó. Por lo visto estos días en el Masters 1000 de Indian Wells todavía no lo ha conseguido. El número uno del ranking mundial volvió a sufrir una decepción y en la rueda de prensa posterior aceptó el debate: ¿Está en crisis? La derrota en tercera ronda por 4-6, 6-3 y 3-6 fue lo de menos pese a que su rival, el italiano Luca Nardi, es el número 123 del mundo. Lo peor fueron las sensaciones.

"Estoy sorprendido por mi nivel de juego actual, es realmente malo. Debo analizar bien qué ha ocurrido en el partido. He cometido algunos errores no forzados terribles y he jugado muy defensivo. No tengo excusas, debería haberlo hecho mucho mejor y ya está. Ha sido un partido muy pobre por mi parte", reconoció el serbio, que no se había inscrito al siguiente torneo, el Masters 1000 de Miami, pero que posiblemente se apuntará a última hora para cambiar la dinámica.

Pese a que la temporada acaba de empezar, un dato demuestra el mal momento de Djokovic: a estas alturas siempre había levantado un título excepto en los años 2006, 2018 y 2022. En 2006 era un adolescente, en 2018 venía de una lesión de codo y en 2022 apenas podía jugar por no haberse vacunado contra el covid. El resto de cursos o ya había vencido en el Open de Australia -10 veces- o había celebrado en el ATP 250 de Doha, el ATP 500 de Dubai o el propio torneo de Indian Wells.

"No estoy acostumbrado a esta situación porque en la mayoría de temporadas de mi carrera he ganado un título pronto, pero es parte del deporte. Sólo queda aceptarlo y seguir adelante. Supongo que el próximo trofeo que obtenga será grandioso porque querrá decir que he recuperado mi nivel", comentaba Djokovic que, eso sí, mantendrá el número uno pase lo que pase. El año pasado no jugó en Estados Unidos así que no defendía puntos en esta gira y llegará a la tierra batida en lo más alto de la lista. Si no mejora, eso sí, antes de Roland Garros podría perder la corona ante el empuje de Carlos Alcaraz y, sobre todo, de Jannik Sinner.

El oído de Iris Tió, la líder de la nueva sincronizada española: "Mi abuela hace música electrónica"

El oído de Iris Tió, la líder de la nueva sincronizada española: “Mi abuela hace música electrónica”

Su padre Enric es clarinetista, su madre Laia es violinista y ambos se conocieron en la Guildhall School of Music and Drama, un conservatorio en Londres. De ahí saca Iris Tió su sensibilidad musical, la capacidad para nadar sobre las notas, su oído. Su abuelo era pintor y su abuela todavía es compositora de música electrónica, experta en sintetizadores. De ahí saca Iris Tió su... Espera, ¿Cómo? «Sí, mi abuela está todo el día con los sintetizadores. Era pianista, pero ya está jubilada y ahora sólo compone lo que le apetece, como sonidos que luego se utilizan en música electrónica», explica Tió y así se entiende todo. De ahí saca su flow en el agua, su ritmo inatrapable, su pum, pum, pum, pam.

Iris Tió, la actual líder de la natación sincronizada española, lleva la música en la sangre, pero sobre todo lleva el meneo. De pequeña le apuntaron a clarinete, a violín y a piano y no funcionó; ella quería danzar. «Mis padres me ponían música clásica en casa, discos de Mozart, y yo me ponía a bailar. En las clases del conservatorio me aburría porque tenía que estar quieta», reconoce Tió.

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Dos semanas atrás tanto el dúo que forma con Alisa Ozhogina como el equipo que comanda se clasificaron para los Juegos de París con una actuación brillante en el Mundial. Tan brillante que el resultado se quedó corto: en ambas categorías fueron cuartas. Querían más, pero los jueces no. Ya llegará la cita olímpica. «Nos queda media temporada y estamos haciendo cambios en las coreografías. Ahora sabemos que estamos cerca y que subir al podio en París es una posibilidad», explica la nadadora de 21 años en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat donde a su alrededor se ha reconstruido la sincro española.

La nueva sincronizada

Después de la exitosa y polémica etapa dirigida por Anna Tarrés, llegó la nada y ahora, un proyecto joven de la mano de la actual seleccionadora, Mayuko Fujiki. «En la sincronizada no es fácil llegar a las medallas. Debes trabajar año a año e ir subiendo poco a poco. Ahora hemos conseguido tener un dúo y un equipo consolidado. Mayu nos ha ayudado mucho», comenta la nadadora.

Hay cosas que han cambiado en la sincronizada. Por ejemplo, ahora Fujiki insiste en que descansen, en que no todo es entrenar.
Yo no estaba en épocas anteriores, pero ahora se intenta respetar el descanso, hacer entrenamientos fuera del agua para no saturar, controlar que todas estemos bien. Pero, bueno, entrenamos mucho, eh, echamos muchas horas.
También ahora se ven otro tipo de cuerpos, más musculados.
Sí, sí. Con el nuevo reglamento se da valor a las acrobacias y los equipos hacemos más trabajo de gimnasio. Incluso se premia la definición muscular. A los jueces les gusta más ver piernas musculadas.

Tió recuerda el momento en el que se enamoró de la sincronizada. Tenía seis años y, en la televisión, una española trenzaba movimientos con el agua. Era Gemma Mengual en el Mundial de Roma 2009 y aquello se le quedó grabado. Pronto ambas compartirían piscina en el Club Natació Kallipolis, epicentro del deporte en España.

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«Ya hacía música como extraescolar, pero insistí con la sincronizada y me apuntaron», recuerda Tió que en 2013, con sólo 10 años, se estrenó en un Mundial. En la inauguración del evento en el Palau Sant Jordi se representó el Mediterráneo y ella hizo de plancton. Ahora su papel es otro, pero sigue bailando en el agua.