Nick Kyrgios continúa siendo un caso: "Necesita los me gusta, necesita las interacciones"

Nick Kyrgios continúa siendo un caso: “Necesita los me gusta, necesita las interacciones”

Quizá serán 10, 15, 20 o incluso quizá se acercarán a 50 o 100 seguidores. El caso es que el próximo lunes a las 14.00 horas, el Open de Australia ha convocado a todos los aficionados que crean que se parecen a Nick Kyrgios a un concurso de imitadores. Antes de la jornada, los valientes se colocarán en el centro de la mismísima pista central del Melbourne Park y el público decidirá el ganador. ¿El premio? En realidad, ninguno. La gracia está en ser parte de la broma, aunque habrá un peluquero que peinará a los candidatos como lo hace el tenista australiano.

«¿Por qué? Menuda pérdida de tiempo». «Nadie quiere parecerse a ese payaso». «Qué locura, vais en la mala dirección». «¿De verdad?¿Después de todo lo que ha hecho? Eso quiere decir que el Open de Australia apoya su actitud». El pasado lunes, en cuanto el Grand Slam, anunció el concurso, sus cuentas en Instagram, TikTok, Facebook y por supuesto X se llenaron de comentarios negativos: la idea no le gustó a nadie. Los 'look-alike Contest' están de moda y funcionan para animar al público, pero sigue sin haber tenista más controvertido que Kyrgios. Su conversión en un personaje para todos los públicos realmente no ha funcionado.

Inactivo desde el verano de 2023, el australiano, cuya cima fue el número 13 del ranking ATP y aquella final de Wimbledon ante Novak Djokovic, dedicó toda la temporada pasada a labrarse una imagen distinta fuera de las pistas. Genial con una raqueta en las manos, también había protagonizado mil polémicas como tenista -escupitajos a la grada, insultos a jueces y rivales e incluso una masturbación simulada-, pero se estaba reciclando como un preciado comentarista de televisión.

El chiste sobre Kalinskaya

Su talento le permitía leer los partidos con precisión y su locuacidad, explicarlos como pocos. En el pasado Open de Australia trabajó para Eurosport -llegó a hacer entrevistas en la pista-, en Wimbledon para la BBC y en el US Open, para ESPN.

Con sólo 29 años y mientras se recuperaba de sus lesiones de muñeca y rodilla, Kyrgios se estaba convirtiendo en una estrella televisiva hasta que se descubrió el positivo de Jannik Sinner. Como muchos otros, el australiano fue muy crítico con el número uno del mundo y con la gestión del caso realizada por la ATP, pero eso no fue lo que le perjudicó.

Alastair GrantAP

Sus opiniones se mezclaron con un chiste sobre Anna Kalinskaya, ex novia del propio Kyrgios y actual pareja de Sinner, y en las últimas semanas se han convertido en un acoso constante. Por ejemplo, hace unos días Cruz Hewitt, hijo de Lleyton Hewitt, completó un entrenamiento en Melbourne junto a Sinner y Kyrgios llenó su Instagram de comentarios desagradables. "Pensaba que éramos amigos", le soltó al chaval de apenas 16 años entre emojis de jeringuillas.

La guerra con Roddick

Por ello, Kyrgios, que como comentarista estaba ganando adeptos, ha regresado a la polémica. De censor a censurado. A la espera de saber si podrá disputar este Open de Australia, para el que está clasificado con ranking protegido pese a las molestias que aún arrastra, el pasado martes fue el protagonista del último episodio del podcast del ex número uno del mundo Andy Roddick. Kyrgios había insinuado que el propio Roddick se dopó porque éste defendió a Sinner y su respuesta fue inequívoca.

"Nick necesita los me gusta, necesita las interacciones. Ahora mismo es un influencer de tenis. Vive por y para los me gusta, por y para la sección de comentarios. Se siente guay, claro. Es uno de los tenistas más talentosos que he visto en mi vida, pero es un hipócrita cuando juzga a la gente", apuntó Roddick que no dudó en recordar que años atrás Kyrgios se declaró culpable de agredir a una ex novia, Chiara Passari: "Es alguien que se ha declarado culpable de agredir sexualmente a tu novia, y quiere que la gente entienda su contexto, diciendo que estaba en un mal momento, que tomaba drogas. Siempre será el tipo que se declaró culpable de agredir a una mujer".

El próximo lunes a las 14.00 horas, quizá 10 o quizá 100 seguidores se acercarán al concurso de imitadores de Kyrgios, pero seguirá siendo el tenista más controvertido del mundo.

Las polémicas inspecciones del Dakar que descalificaron a Sainz, Sanz y Loeb: "Los comisarios deberían ser más flexibles"

Las polémicas inspecciones del Dakar que descalificaron a Sainz, Sanz y Loeb: “Los comisarios deberían ser más flexibles”

En el desierto de Arabia, Laia Sanz y su copiloto, Maurizio Gerini, se pasaron la madrugada del pasado sábado al domingo haciendo reparaciones en su Century CR6, remendando el chasis, arreglando piezas, para seguir adelante en el Dakar. En la primera etapa se habían topado con una piedra y habían recorrido 70 kilómetros sin navegación ni marchas, pero consiguieron llegar al campamento. En principio, estaban salvados. Con chapa y pintura podían continuar en el rally. Pero antes de que empezara la segunda etapa apareció un comisario de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y les envió para casa.

La barra de seguridad de su coche tenía una desviación de dos milímetros y eso, según la normativa del raid, suponía la descalificación. «Sufrimos mucho para poder reparar el coche, llegamos a la salida y nos quedamos fuera por dos milímetros. Obviamente duele», proclamó Sanz que, al mismo tiempo, asumió su adiós en pos de la seguridad: «En caso de vuelco no hubiera pasado también, pero también entiendo que la FIA no quiera asumir responsabilidades. Es un marrón».

La expulsión de Sanz en la primera etapa parecía el colmo de la desdicha, tan pronto que era, tan inflexiva la normativa, pero en realidad era sólo el inicio de una tendencia que ha marcado este Dakar. Carlos Sainz en la segunda etapa y Sebastian Loeb en la tercera, también fueron descalificados por daños en sus vehículos, lo que ha generado un debate en la carrera. ¿Aventura o seguridad?

Sainz abre el debate

Sin cambios específicos en la normativa, en la presente edición la FIA ha aumentado los controles para evitar que haya coches dañados por el desierto. El resultado: tres figuras del Dakar, eliminados de entrada. Después de lo ocurrido, algunos pilotos aseguraban que ahora vigilan más en los tramos rocosos para evitar golpes y desde las marcas se proclama que el año próximo no volverá a pasar la mismo: o la FIA modifica el reglamento o se harán estructuras más rígidas para que no haya abolladuras.

«Es un debate que debe abrirse», reclamaba Sainz después de ser eliminado de un Dakar en el que defendía el título. En su caso, un accidente en la primera jornada de la etapa 48 Horas provocó un «sutil» problema en la jaula antivuelcos de su Ford Raptor y los comisarios consideraron que así no podían correr. La normativa estipula que un fabricante puede reparar ese elemento y Ford aseguraba que podía hacerlo, pero la FIA no lo permitió.

Christophe EnaAP

«El equipo decía que era muy sencillo de arreglar, pero la FIA no ha querido tomar ningún riesgo. Debería haber sido más flexible, más teniendo la garantía de una marca como Ford. Hay que encontrar el equilibrio. Si miras el coche apenas se ve que la barra está doblada», comentó Sainz, que no valoró presentar una reclamación para seguir compitiendo. El margen de tiempo era inexistente y la FIA raramente rectifica en una de sus decisiones, más si tienen relación con la seguridad.

La lucha de Dacia

De hecho, Dacia, la marca de Loeb, apeló su descalificación y al mismo tiempo aceptó su retirada. Como Ford, consideraba que podía reparar los problemas del Sandrider y así lo expresó a la FIA, pero el piloto no pudo tomar a tiempo la salida de la siguiente etapa. Su reclamación era simbólica, más que otra cosa.

«Los cálculos para verificar el estado de la jaula de seguridad concluyen que aunque una sección está deformada, no afecta a la rigidez de la estructura y, por tanto, no afecta a la seguridad del vehículo», comunicaba la empresa francesa, que como medida especial pedía que Loeb se pudiera reincorporar a la prueba sin opción de luchar por la general, pero sí de vencer en las siguientes etapas. El Dakar cuenta en el nuevo Campeonato del mundo de rally-raid y allí Loeb sí podría luchar por el título. En todo caso, regrese o no el francés, la polémica seguirá viva en el desierto de Arabia.

Àlex Pintado, el sucesor de la tradición en los 1.500 metros: "Sentí alivio cuando se canceló el fútbol por la pandemia"

Àlex Pintado, el sucesor de la tradición en los 1.500 metros: “Sentí alivio cuando se canceló el fútbol por la pandemia”

La mirada arriba: con 18 años ya mide 1,92 metros y parece que serán más, tan fino como es, tanto todavía por crecer. La mirada arriba, como aparece en la foto de la meta de los 1.500 metros del pasado Mundial sub-20, donde logró un bronce histórico, pues sólo Fermín Cacho en 1988 se había colgado una medalla en esa categoría. La mirada arriba: los ojos al cielo que le espera, a las carreras con los mejores atletas del planeta en Europeos, Mundiales y Juegos Olímpicos. Apunten su nombre, Àlex Pintado (Terrassa, 2006), el sucesor de la herencia del mediofondo español, porque corre, corre muy rápido y hace algo todavía mejor: piensa.

"Si te digo la verdad, creo que lo he conseguido hasta ahora no sirve de nada. Mi objetivo es entrenar como profesional, competir como profesional, y estas categorías sólo son un entretenimiento en el camino", proclama y no le falta razón. En efecto, hasta ahora sus logros sólo se pueden considerar avisos, pero qué avisos. Si el año pasado la caída a los infiernos de Mo Katir fue una decepción para el atletismo español, el ascenso de Pintado fue un consuelo.

El desencanto con el fútbol

¿Por qué corres?
Desde pequeño me gustaba, de hecho estuve apuntado a atletismo, pero hacíamos de todo, correr, lanzar, saltar y a mí sólo me gustaba correr. Los días que tenía que saltar me aburría. Así que lo dejé y jugaba a fútbol. Era extremo en el Cercle Sabadellès y era rápido, pero cuando llegó el confinamiento me di cuenta de que realmente no me gustaba. Se cancelaron los partidos por el coronavirus y para mí fue un alivio, no fue una decepción. Descubrí que no era lo mío, que jugaba por jugar y mis padres me dijeron que podía dejarlo, pero que tenía que hacer algún deporte. Y por eso volví al atletismo.

En realidad, Pintado estaba llamado a ser corredor, aunque estuviese muchos años persiguiendo un balón. Su padre, Ricard Pintado, fue un fondista que subió al podio en los 5.000 metros de un Campeonato de España, y su madre Toñi Aznar llegó a ser internacional en los 800 metros de un Iberoamericano. En 2020, en cuanto pisó un tartán, los entrenadores alucinaron con su larguísima zancada. Es más, si no ganó una medalla internacional hasta el año pasado fue porque su cuerpo no le dejó.

En su primera temporada como atleta fue subcampeón de España sub-16, pero en la segunda le empezó a doler y a doler y a doler la rodilla. Había crecido mucho, pero algunas articulaciones todavía no se habían enterado y le apareció un bulto que le martirizaba si corría. Le dijeron que era la enfermedad de Osgood-Schlatter y que la única solución era descansar. "Me lo tomé muy bien. Me explicaron que era una lesión por el crecimiento y que con el tiempo iba a pasar. Estuve casi parado un año, pero no fue un trauma", recuerda Pintado que desde que se recuperó ya no ha parado.

Telecomunicaciones y New Balance

Desde las pistas de Santa Coloma de Gramenet, a las órdenes de octogenario DomingoLópez -que ya entrenó a su padre-, fue dando pasos hasta esa carrera en el Mundial sub-20 del año pasado en la que sólo le superaron el etíope Abdisa Fayisa, que también compitió en los Juegos Olímpicos de París 2024, y el australiano Cameron Myers, actual plusmarquista mundial sub-18 de los 1.500 metros. Este 2025 su objetivo es el oro en el Europeo sub-20 como ya conquistaron Mateo Cañellas, Reyes Estévez y David Bustos, aunque le gustaría "asomar la cabeza" con los mayores en algún meeting o en el Campeonato de España.

¿Qué hará con los estudios?
He empezado un doble grado de Ingeniería Informática y Telecomunicaciones en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), pero la idea es centrarme en entrenar bien. Nunca he pensado en dejar de estudiar, pero creo que puedo tomarme en serio el atletismo durante unos años y ver hasta dónde llego.

Pintado ha firmado como profesional con New Balance y con ello tiene unos años asegurados, aunque también más presión. Además, la historia dice que Cacho fue campeón olímpico en Barcelona 1992 sólo cuatro años después de ser medallista en un Mundial sub-20 y no hay nadie que no le nombre ese precedente al joven. "Me lo tomo con calma. Realmente sé que es muy difícil competir en unos Juegos Olímpicos o en un Mundial. Sigo trabajando, sigo igual, aunque me digan cosas. Una medalla sub-20 da motivación, pero ya está", finaliza con una tranquilidad que invita aún más al optimismo. Àlex Pintado, apunten su nombre.

Carlos Sainz, el nuevo 'Monsieur Dakar' y su plan físico para reinar más allá de los 60 años: "Prefiero sufrir en casa que en el desierto"

Carlos Sainz, el nuevo ‘Monsieur Dakar’ y su plan físico para reinar más allá de los 60 años: “Prefiero sufrir en casa que en el desierto”

Recuerda Carlos Sainz que en uno de sus primeros Dakar vivió una escena cómica. Al acabar una etapa, un grupo de periodistas extranjeros se le abalanzó para preguntarle por los motivos que le habían llevado a discutir con su copiloto, Lucas Cruz, y a dejarle tirado en mitad del desierto. El piloto español alucinó: "¡¿Cómo?!¡¿Yo?!". La jornada había transcurrido con total normalidad, no había existido ni media palabra de reproche dentro de su coche y, es más, Cruz estaba a su lado, también atónito, con su misma cara de incredulidad. Todo había sido un malentendido.

Un competidor de nombre parecido, el portugués Carlos Sousa, sí se peleó con su copiloto Andy Schulz en mitad de una tormenta de arena y en el vivac del rally, entre la habitual falta de información, todo se confundió. La historia no es más que una anécdota, pero esconde una realidad. Con sus dos títulos del Mundial de rallies, Sainz llegó al Dakar en 2006 con un nombre por confirmar en el mundillo del off-road; hoy, casi 20 años después, nadie le confundiría. De hecho, esta edición más que nunca, el español es el rey del raid más duro del mundo.

Por primera vez desde 1994, el francés Stephane Peterhansel, 'Monsieur Dakar', 14 veces ganador -seis en motos y ocho en coches-, no estará en la salida y su ascendente en la prueba lo recogen Sainz y Nasser Al-Attiyah, dos veteranísimos campeones que estrenan marca. El qatarí correrá con Dacia y el español, con Ford. El año pasado ya se convirtió en el primer piloto en levantar el trofeo en forma de touareg con cuatro marcas distintas -Volkswagen (2010), Peugeot (2018), Mini (2020) y Audi (2024)-; si también lo consigue con Ford su récord será insuperable.

Una larga historia con Ford

"El primer año en el Dakar lo importante es que el coche sea fiable. Lógicamente queremos que sea competitivo, intentar pelear por la victoria, pero lo más importante es que aguante", analiza Sainz, con una historia especial con la empresa estadounidense. Hace 40 años, en 1984, antes incluso de decantarse por los rallies, Sainz ya corrió el campeonato de España de turismos con un Ford Escort del que guarda un gran recuerdo. Luego ganaría con la marca dos Campeonatos de España de rallies e incluso debutaría con la misma en el Mundial. "Este año se daban todas las circunstancias para empezar este reto tan bonito", proclama Sainz, como siempre motivadísimo.

"Estoy lo suficientemente loco como para querer seguir corriendo. Mi pasión por las carreras sigue intacta. Quien me conozca detectará enseguida cuando pierda las ganas, pero por ahora sigo teniendo muchas. La motivación es fundamental y al crono le da igual si tienes 20 años, 50 o 60. Yo soy el primero que me exijo mucho y el día que no vaya rápido no iré al Dakar", avanza el cinco veces ganador, que a los 62 años asegura sentirse "como a los cuarenta".

De la mano del preparador físico Iván Rodríguez y con la ayuda de otros profesionales, como la nutricionista Gemma Bes, Sainz mantiene una rutina muy exigente, que pasa por largas salidas en bicicleta y continuas sesiones de fuerza, además de ejercicios específicos para el Dakar. En su casa tiene una sauna y allí suele instalar una bicicleta estática donde simula el esfuerzo propio del raid y el calor del desierto de Arabia Saudí. Hay días que se superan los 50 grados dentro del coche; un infierno. "Obviamente, con la edad, he tenido que adaptar mis entrenamientos, pero trabajo con un equipo que me conoce muy bien. La verdad es que trabajo más la forma física que cuando era joven. Prefiero sufrir en casa antes que sufrir en el Dakar", apunta Sainz ante una edición incierta.

El nuevo desafío del Dakar

En su intención de rebajar la velocidad e incrementar la aventura, el Dakar sigue incorporando obstáculos para los participantes, desafíos, trampas. Con salida este viernes en Bisha, al sur de Arabia Saudí, y llegada el próximo 17 de enero en Shubaytah, los inscritos recorrerán más de 7.000 kilómetros repartidos en 12 etapas y vivirán la exigencia desde el principio. Después de la segunda jornada no tendrán asistencia ni podrán dormir en un vivac y así tendrán que encarar el siguiente tramo. La organización les dará seis litros de agua, un saco de dormir, una esterilla y comida para la cena y con eso deberán apañárselas.

La idea es recuperar el espíritu del Dakar africano, aunque con veteranos como Sainz será difícil ver sorpresas. En ediciones anteriores se han planteado retos parecidos y los pilotos más experimentados casi siempre han sabido resolverlos. "Con este nuevo proyecto estoy contento. He disfrutado, hemos hecho algunos tests. Será importante resolver bien esa etapa de 48 horas, estoy motivado", finaliza Sainz, el nuevo 'Monsieur Dakar'.

Carlos Soria y su plan para subir al Manaslu 50 años después de su primera visita: "Es alucinante, vive como un monje shaolin"

Carlos Soria y su plan para subir al Manaslu 50 años después de su primera visita: “Es alucinante, vive como un monje shaolin”

Recuerda Carlos Soria su sorpresa cuando en la primavera de 2004 llegó al campo base del K2, posiblemente la montaña más difícil de escalar del planeta, y se encontró allí un plató de cine. Italia celebraba el 50 aniversario de su primera ascensión a un ochomil, la realizada por Achille Compagnoni y Lino Lacedelli en 1954, y lo hacía con una película con actores conocidos y financiación pública de la RAI. «Tenían millones de presupuesto y un montón de medios», cuenta el alpinista que lamenta que en España no exista un proyecto parecido.

El 2025 que está a punto de empezar se cumplen 50 años de la primera ascensión a un ochomil de dos españoles, Jerónimo López y Gerardo Blázquez, que en 1975 hollaron el Manaslu (8.163 metros) y no hay un film previsto, ni intérprete contratados, ni mucho menos dinero para rodar una de historia basada en hechos reales. Pero, eso sí, está Carlos Soria. «A los italianos en el K2 les faltaba alguien que realmente hubiera estado en la primera ascensión 50 años atrás», rememora y eso es lo que él puede aportar. ¿Para qué se necesitan actores y efectos especiales si se puede grabar como vuelve a subir el propio Soria?

Esa es la idea: la primavera que viene, Soria, que tiene 85 años y ya participó en la expedición de López y Blázquez -aunque no llegó a la cima-, quiere volver al Manaslu para poner en valor el hito que consiguieron cinco décadas atrás.

"Si estoy bien, tiro para arriba"

«El proyecto nació hace un año a partir del impulso de Carlos. Yo sabía que la ascensión al Manaslu de 1975 había pasado desapercibida porque fue un año de muchos cambios en España y aquí entonces apenas se valoraba el montañismo. Con mi productora pensé en hacer un documental, le propuse una entrevista a Carlos y se me ocurrió decirle que podríamos intentar ir al campo base para grabarla allí. Me respondió: 'Si voy al campo base del Manaslu y estoy bien, yo tiro para arriba'. Y, bueno, a partir de ahí empezamos a trabajar», relata Alberto Flechoso, responsable de Atrevida Films, vicepresidente de la Real Sociedad Española De Alpinismo (RSEA) Peñalara y ahora impulsor de la expedición Manaslu, 50 años después, que de momento está a medias.

Para cubrir el presupuesto, que ronda los 190.000 euros e incluye la contratación de los sherpas de la prestigiosa compañía Seven Summit Treks se necesitan unos patrocinadores que todavía no han llegado. La Comunidad de Madrid aporta una ayuda de cerca de 20.000 euros, pero aún falta. «Esperamos que después de la Navidad se active todo», alienta Flechoso. Los números están por hacer, pero si es por Soria fuerza no faltará.

«Me encuentro cada día mejor, muy ilusionado con la vuelta al Manaslu. Tener proyectos es mi manera de vivir», comenta el alpinista, en forma pese al accidente sufrido el año pasado. En mayo de 2023, en otro intento de ascender al Dhaulagiri, un guía sherpa cayó, arrastró a Soria con él y le fracturó la tibia de la pierna derecha. Estaban a 7.700 metros y en el largo y peligroso descenso al campo II, casi pierde la vida. Luego, de vuelta a España, tuvo que operarse, pasar dos meses en la cama y cruzar por una lenta rehabilitación hasta que a finales de año volvió a la bicicleta, a la escalada, a su montañismo de toda la vida.

La prueba en el Pico Lenin

Quienes le ven entrenar a diario en el rocódromo Sputnik de Las Rozas o en los senderos de La Pedriza en la Sierra de Guadarrama aseguran que la recuperación es total. «Vive como si estuviera en un campo de altura, como si fuera un monje shaolin. Se levanta a las cinco de la mañana, hace sus ejercicios de fuerza, a las siete ya está en el rocódromo... Es una cosa fuera de lo normal. Cuando no esté, se le estudiará», concluye Flechoso que hace unos meses pudo comprobar en primera persona el estado físico de Soria.

Como preparación para el Manaslu, ambos se fueron hace unos meses al Pico Lenin, de 7.134 metros, en Kirguistán y sólo una violenta tormenta impidió que el entrenamiento acabará en la cumbre. «Carlos se quería probar en altura y quedó claro que está en forma. A mí me impresionó muchísimo. Por la calle, lo ves andando y la gente lo adelanta, pero en altitud no para, es alucinante. Tiene unas cualidades únicas. Cuando pasábamos delante de montañeros mucho más joven lo miraban y flipaban: '¿Pero este señor mayor quién es?'», cuenta Flechoso que, si el dinero alcanza, formará parte del equipo que vaya al Manaslu junto a Soria, otros alpinistas como Luis Miguel Soriano, Sito Carcavilla, Pedro Mateo y Jorge Palacios, el presidente del RSEA Peñalara, Javier Garrido, y la corredora de montaña Belén Rodríguez que buscará cumplir con su propio objetivo.

Socia del mismo RSEA Peñalara, ambiciona establecer el primer récord femenino de ascenso y descenso a cumbre desde el campo base, que está a unos 4.850 metros. La plusmarca masculina, en posesión del estadounidense Tyler Andrews, está en menos de 10 horas, un tiempo asombroso. Si todo va bien, en una subida clásica se invierte como mínimo el doble de horas.

Sama, donde es "hijo adoptivo"

El plan de todo el equipo pasa por volar al Nepal a mediados de marzo, realizar la aclimatación a la altitud en el valle del Khumbu, a casi 4.000 metros de altitud, y plantarse en abril en el campo base en busca de una oportunidad para ascender. Ese previo previo antes de atacar al Manaslu permitiría a Soria volver a visitar Sama, un pequeña aldea donde ya es «como un hijo adoptivo». Su primera visita fue en 1973, en la primera expedición española a la montaña nepalí, volvió en 1975, nuevamente en 1999 y más tarde en dos ocasiones en 2010, cuando pisó la cima por primera vez.

«Recuerdo que en 2010 les ofrecimos llevar lápices y material escolar para los niños y nos dijeron que les hacía falta 70 colchones y 70 edredones. Pues allí que fuimos con todo eso. Gracias a la ayuda de mucha gente conseguimos llevárselo», recapitula Soria, que esta vez quiere llevar material para la digitalización de los edificios públicos del lugar, como la escuela

La ilusión por el regreso a Manaslu aplaza así el final de la carrera por los 14 ochomiles de Soria, al que sólo le faltan dos. Le queda el Shisha Pangma, pero sobre todo le queda el Dhaulagiri. Allí fue en 1988 cuando todavía trabajaba como tapicero y todavía no había sumano ningún 'ochomil', en 2001; en 2006; cuando falleció su compañero Pepe Garcés en una grave caída; en 2011; en 2012; en 2016, en 2017 dos veces, en primavera y en otoño; en 2018, en 2019; en 2021, justo después de la reapertura tras la pandemia; y en 2023, cuando sufrió el accidente.

En total 12 intentos sin éxito en la que ya se ha convertido en su montaña fetiche, para lo bueno y para lo malo. «Lo importante ahora es ir al Manaslu, poder ir. Estoy seguro que lo conseguiremos, me hace muchísima ilusión», finaliza Soria, de camino a homenajear, si alcanza el presupuesto, a la primera expedición española que holló la cumbre de un ochomil, hará ya 50 años.

La lucha de Marc Roma por volver a andar con un exoesqueleto: “Me anima poder ver el mundo de pie”

Actualizado Viernes, 27 diciembre 2024 - 22:46

"Las motos me siguen gustando, no lo puedo negar. Me subí a mi primera moto cuando tenía tres años, toda la vida he estado en este mundillo y lo sigo disfrutando cuando voy a ver correr a mis amigos. La verdad es que me viene el recuerdo del accidente cuando voy a un circuito, supongo que es inevitable, pero no me ha hecho odiar las motos".

Marc Roma tiene 16 años y está aprendiendo a andar de nuevo. Muchos días, incluso el día de Navidad, cuando invita a EL MUNDO a una sesión, entra en la Fundación Step by Step de L'Hospitalet de Llobregat, se viste con un exoesqueleto y junto a su fisioterapeuta, Joan Romero, se pone manos a la obra. Ahora un paso, ahora otro; primero lento, luego más rápido. Puede hacer giros e incluso, según explica, ya ha probado un prototipo que supera escaleras y rampas. El futuro es esperanzador, realmente esperanzador, pero de momento el esfuerzo es máximo. Colocarse el esqueleto cuesta -tiene velcros y cierres de rueda-, ponerse de pie cuesta, mover una pierna cuesta, mover la otra cuesta...

David RamírezAraba

Romero debe ponerse detrás para sostenerle y para ajustar la máquina a su ritmo a través de la computadora que lleva en la espalda, que no es más que un móvil con una aplicación específica. El aparato en algún momento se atasca y hay que llamar a la asistencia de la empresa española ABLE Human Notion, una start-up nacida de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). Con el tiempo, Roma podrá ser independiente, caminar solo, pero tanto él como el exoesqueleto todavía están aprendiendo.

"Llevo unas 10 o 12 sesiones. Cuando tuve el accidente estuve tres meses ingresado en el Instituto Guttmann y en uno de los últimos días ya lo probé. Luego he estado viniendo aquí. Me anima mucho volver a ver el mundo de pie, volver a hacer los movimientos de caminar, aunque todavía me queda. Además es muy importante, para los músculos, para los huesos. De momento este exoesqueleto es médico y cuesta unos 80.000 euros, pero están desarrollando uno para uso doméstico que costará unos 30.000 euros. Confío en que en unos años podré tener uno en casa".

El día del accidente

El 11 de mayo, Marc Roma, hijo de Nani Roma y Rosa Romero, corredores del Dakar de toda la vida, sufrió una caída cuando competía en el Europeo de motocross en el Circuito Municipal Jorge Prado de Lugo. Como cualquier piloto ya había lamentado incidentes, pero ninguno tan grave: pese a la asistencia de su mecánico y de su madre, se quedó tumbado en la tierra, no se podía mover. Había sufrido una lesión en las vértebras T3-T4, una paraplejía que hoy le impide moverse de cintura para abajo. Hoy derrocha energía, pero reconoce que no siempre fue así.

¿Cómo fueron esos primeros días?
Lo pasé un poco mal, me costaba estar contento, encontrar la motivación. Supongo que es lo normal ante algo así. No podía evitar pensar qué hubiese pasado si hubiera reaccionado de otra manera, si no hubiese corrido esa prueba, incluso si no me gustasen las motos. Pero al final te das cuenta de que es lo que hay, que no se puede cambiar la realidad. Tiraré adelante y pelearé todo lo que pueda.

La adaptación a la nueva vida

La familia Roma Romero vive en una casa de payés en medio del campo en Santa Maria de Merlès, un pueblo de apenas 175 habitantes entre Berga y Vic, en la Cataluña central. No es el mejor entorno para moverse con una silla de ruedas, pero Marc Roma lo ha conseguido. Gracias al ascensor construido en la masía y a algunas pequeñas adaptaciones en el interior de la vivienda, el joven puede hacer vida normal, incluso tiene un pequeño gimnasio para trabajar a fondo en su rehabilitación.

David RamírezAraba

Estudiante de primero de Bachillerato en el Instituto Castell Del Quer de Prats de Lluçanés, incluso ha encontrado un hobby: una handbike, una bicicleta adaptada que se mueve con las manos. Ya no puede subirse a una moto, pero sigue adorando la velocidad. De hecho, asegura que, a partir del 3 de enero, no se perderá ni una etapa del Dakar que correrá su padre, Nani, campeón en motos (2004) y coches (2014) que hace un par de años superó un cáncer de vejiga.

"El accidente no me ha cambiado mucho la vida, la verdad. No sabía qué estudiar y sigo sin saberlo, la verdad. En casa me siento totalmente independiente, mis padres se pueden ir fuera unos días y no pasa nada. Y con mis amigos hago la misma vida que antes. No hablamos de lo que ha pasado. Y si voy a casa de alguno y hay 20 escaleras pues me cogen entre todos y para arriba. Me ha pasado lo que me ha pasado, pero no me siento triste porque no estoy solo. Tengo mucho apoyo de mi familia y de mis amigos".

Maria Petit, la corredora ciega que conquista montañas: "No veo el paisaje, pero lo siento"

Maria Petit, la corredora ciega que conquista montañas: “No veo el paisaje, pero lo siento”

Actualizado Jueves, 26 diciembre 2024 - 19:05

Fue un martes 13, la madrugada del martes 13 de julio de 2010, cuando el mundo de Maria Petit cambió. Volvía de fiesta en moto junto a una amiga, no pudo esquivar a un camión de harina mal aparcado y el impacto fue violento. Por suerte -y seguramente gracias al casco que llevaba puesto-, salvó la vida, pero perdió la vista. A los 17 años pasó de adolescente «que salía mucho» a...

«A buscar mi sitio de nuevo como podía. Con los estereotipos que tenía creía que o me ponía a vender cupones o me convertía en paralímpica», recuerda en conversación con EL MUNDO Petit que, al principio, optó por el segundo camino. O, mejor dicho, se lanzó de cabeza al segundo camino. Corrió, corrió y corrió hasta llegar a la final del Europeo de atletismo paralímpico de 2014, hasta completar los 100 metros en 14 segundos, hasta que se dio cuenta que se estaba equivocando. «Corría por inercia, para demostrar que seguía siendo válida, pero no era lo que necesitaba. No me había adaptado a la ceguera, no era independiente. Podía competir en el Europeo, pero no salía sola de casa. Decidí parar. Y, entonces sí, fue muy duro, pero llegó la adaptación real», rememora Petit, un torbellino, purito nervio, que ahora sabe dónde descargar toda su energía.

Su técnica en la montaña

Mientras estudiaba Integración Social y encontraba su sitio en el mundo laboral -hoy trabaja en la comunicación de Hallotex, una empresa textil de Mataró-, probó el yoga, probó el surf, probó el fútbol, probó la escalada en roca, probó el kayak y, entre otras muchas cosas, probó el trail running. Y ahí se enganchó. ¿En el trail running? Sí, sí, en el trail running. Correr por la montaña no parece lo más recomendable para una persona invidente, pero Petit ha hallado la manera. Con su método ha finalizado las pruebas cortas del Trail Moixeró o de la Gorbeia Suzien y recientemente completó los 44 kilómetros de los Tres Días Trail Ibiza en un tiempo destacable.

MATIAS NOVOARISTA

¿Cómo lo hace?
Correr en asfalto es relativamente fácil. Si las piernas te funcionan puedes incluso ir rápido con la ayuda de un guía. Pero en la montaña es diferente. Llevo dos guías, una delante y la otra detrás, y las tres vamos cogidas a una barra. La guía de delante es quien da las instrucciones, quien avisa de piedras, de raíces, de agujeros, de ramas, y la guía de detrás lleva el timón. Se necesita valentía, ganas de vivir emociones fuertes y mucha confianza en el equipo. En las bajadas vamos rápido y hay mucha tensión, pero es divertidísimo.

Petit confiesa que acaba las carreras con las piernas hechas trizas y que ha perdido la cuenta de las caídas sufridas, pero no va a parar. «No veo el paisaje, pero siento el paisaje. Lo distingo a través de mis pies. La tierra, la vegetación. Cuesta explicarlo, pero yo también siento que estoy en contacto con la naturaleza, vivo esa libertad, noto esos estímulos distintos», revela la corredora que sueña con correr un maratón de montaña, aunque es complicadísimo soportar el desgaste.

La dificultad de entrenar

Más allá del cansancio físico -de correr y de sostener la barrer-, la exigencia psicológica es alta y prepararse es casi imposible. Cada vez que quiere salir a correr por la Serralada Litoral que rodea Vilassar de Mar, su pueblo, a unos 25 kilómetros de Barcelona, Petit tiene que cuadrar la agenda de tres personas: toda una gesta. «Corro por asfalto, que es más fácil, y hago ejercicios de fuerza. Pero sé que será difícil. No pienso eso de 'si quieres, puedes'. Hay mensajes motivacionales que blanquean la discapacidad. Yo no soy una superheroína, ni tampoco un ser de luz. Tengo mucha empenta, pero llego donde llego y no soy ni más buena ni más mala que antes», aclara quien desde la Fundación Adecco lucha por favorecer la integración laboral de las personas con discapacidad.

MATIAS NOVOARISTA

«Para mí es más fácil subir al Kilimanjaro o al Aneto que bajar a la calle a tirar la basura. Sigue habiendo obstáculos, pero puedo cumplir con mi trabajo sin problema. Utilizo el móvil, el Whatsapp, las redes sociales, ha habido muchos avances en eso», expone Petit, que asegura que ha vuelto a subir a una moto y que, en realidad, apenas piensa en el martes 13 de julio de 2010 en el que su mundo cambió.

Más anchura, drop cero y 'corefoot', la revolución que llega al calzado deportivo: "En unos años veremos raro llevar el pie tan apretado"

Más anchura, drop cero y ‘corefoot’, la revolución que llega al calzado deportivo: “En unos años veremos raro llevar el pie tan apretado”

Cristiano Ronaldo cuelga un post en Instagram para sus 644 millones de seguidores y nada parece extraño. Son fotos suyas, entrenando en el gimnasio del Al Nassr de Arabia Saudí, y un texto anodino: "Back to work". No hay nada noticiable más allá del hecho de que siga jugando a los 39 años, pero un detalle deslumbra. Emblema de Nike, con contrato vitalicio, en sus pies no se distingue el swoosh y de hecho calza unas zapatillas de otra marca. Son unas Five Fingers de Vibram -al parecer, unas V Trail-, el modelo 'barefoot' que usa cuando no está sobre el césped en las últimas temporadas. Una suela mínima de goma, nada de amortiguación, mucha anchura en la parte central y espacio para los cinco dedos: son como ir descalzo.

Pese al conflicto empresarial, en su esfuerzo por alargar su carrera, Ronaldo se ha entregado a la moda que marcará el calzado deportivo en los próximos años. Seguirá la carrera tecnológica con sus placas de fibra de carbono y sus gomas ultrareactivas, pero ya nadie aceptará llevar el pie embutido.

"El calzado deportivo está evolucionando hacia una forma más respetuosa con el pie. En el fútbol se necesitan tacos y en el baloncesto, agarre, pero todo se pueda dar en unas zapatillas más anchas. Hasta ahora siempre se ha hecho deporte con el pie apretado, sin permitir el desarrollo de la musculatura, eso va a cambiar. Ya he visto modelos de marcas incluso para jugadores de la NFL, que siempre utilizan mucha tecnología", explica Juanjo López, traumatólogo deportivo, médico de Carlos Alcaraz y diseñador del calzado respetuoso Mustang Free, de la marca Mustang.

Una solución a muchas lesiones

Más allá de los beneficios del calzado puramente 'barefoot' que ya vivió su auge y caída en el atletismo hace 15 años gracias al libro 'Nacidos para correr', la proyección es que el calzado sea cada vez más ancho, menos robusto para que el pie pueda trabajar y los dedos hagan su función. Es el llamado 'corefoot', la musculación del pie, crucial en la estabilidad y en el impulso de los deportistas. La tendencia, que se creó recientemente en la podología infantil, con toda una generación de madres y padres entregados a marcas como Zapato Feroz, ahora se traslada a los mayores. Si me preocupo por el desarrollo del pie de mi hijo, ¿Por qué no preocuparme por el mío propio?

"Muchos corredores llegan a nosotros después de comprar zapatillas a sus hijos o recomendados por podólogos. Quizá sufren un neuroma de Morton, que es bastante habitual, o una dolencia parecida. Y se dan cuenta que con nuestras zapatillas pueden fortalecer el pie como todos necesitamos y evitar estos problemas", comenta Eduard González, representante en España de Altra, la pequeña marca estadounidense que ha asaltado las carreras de montaña y que empieza a sobresalir en el asfalto. En el último Ultra-Trail del Mont Blanc (UTMB), la prueba de trail más importante del mundo, fue la tercera zapatera más utilizada sólo por detrás de Hoka y Salomon.

Su propuesta parte de hormas muy anchas, caja de dedos cuadradas y el 'controvertido' drop cero, es decir, prescindir del refuerzo específico en el talón. "No hacemos calzado puramente 'barefoot', nuestras suelas tienen volumen, tienen amortiguación, pero el talón no está más alto que los dedos. Entendemos que así el corredor puede hacer una transición hacia una zancada más natural", añade González que sabe que ahora el reto es saltar al rendimiento, es decir, competir con Nike, Adidas y el resto de gigantes en hacer las zapatillas más rápidas del mercado.

El punto débil de la nueva tendencia

En principio, la comodidad y la velocidad deberían ser compatibles, pero la tecnología ha ido tan lejos, que costará llegar a ese punto. "Ese es el punto débil de momento. Las zapatillas respetuosas pueden ser más pesadas y sobre todo menos reactivas. Pero está claro que en los diseños de running o incluso baloncesto ya se están viendo hormas más anchas y un cambio de tendencia", analiza Idoia Pascalet, podóloga deportiva de la Clínica Iknos que ha trabajado con equipos como el Bàsquet Girona de ACB.

"Lo que está claro es que una mejora en el corefoot lleva a una mejora en la estabilidad y en la propulsión. Hay deportes en los que nunca se podría utilizar un calzado 'barefoot' porque las protecciones son importantes, pero los diseños están cambiando, sin duda. Se ve mucho también en quienes hacen crossfit o incluso por la calle", finaliza Pascalet, que en su propia consulta utiliza calzado respetuoso y que aboga por la sustitución en los centros de salud de los clásicos zuecos por este tipo de zapatillas.

La nueva vida de Lamine Yamal: emancipado, lejos de Rocafonda y con un contrato por negociar

La nueva vida de Lamine Yamal: emancipado, lejos de Rocafonda y con un contrato por negociar

El barrio no puede ser más tranquilo. Avenidas anchas, grandes supermercados y muchas, muchas promociones de nuevas viviendas: por aquí crece Barcelona. En Sant Joan Despí, alrededor de la Ciudad Deportiva Joan Gamper, pasan pocas cosas y por eso es el lugar ideal para el crecimiento de Lamine Yamal. Quien en 2023 era la nueva joya del fútbol español este 2024 ya se ha convertido en la nueva joya del fútbol mundial y quién sabe dónde llegará el cercano 2025.

Pese a que aún es menor de edad -cumple los 18 el 13 de julio de 2025-, el delantero se convirtió este año en el referente del nuevo Barça de Hansi Flick y de la España campeona de Europa mientras todo cambiaba a su alrededor y al mismo tiempo nada lo hacía. Su día a día sigue siendo el que fue: el fútbol de siempre, la gente de siempre, pero en otros lugares. El ejemplo más claro es su vivienda: ya se ha emancipado. Criado entre el barrio de Rocafonda en Mataró -donde residía su padre Mounir- y Granollers -donde vivía su madre Sheila y él iba a la escuela Pereanton-, Yamal fue una excepción en La Masía desde su entrada a los 12 años. Por la complejidad de su entorno, el Barcelona decidió darle beca en el ahora llamado Centro de Formación Oriol Tort aunque no la necesitaba -Mataró está a media hora en coche de Barcelona- y allí vivió hasta el pasado verano. Cinco años en la misma residencia que le sirvieron para hacer grandes amistades, como la que mantiene con Pau Cubarsí, y para crear un sentimiento de pertenencia. Hace unos días, de hecho, la marca Beats le regaló más de 100 auriculares y él se los envió a los chavales de La Masía. Pero esa etapa se acabó para él.

Alejandro GarcíaEFE

Después de la Eurocopa de su consagración, Yamal se mudó a un piso no muy grande en Sant Joan Despí, donde vive solo, aunque le acompañan muchos días su amigo Souhaib y su primo Moha, que le hace de chófer. Desde allí el actual Golden Boy se desplaza a la Ciudad Deportiva a desayunar, entrenar y almorzar -muchos días también se lleva la cena- y desde allí se mueve para visitar a familia y amigos. Aunque ya apenas visita los lugares de su infancia, especialmente Rocafonda. Desde el apuñalamiento del pasado agosto, Yamal y los suyos se mantienen lejos del barrio, más desde que su abuela Fátima lo abandonara definitivamente en pos de la seguridad. Ahora el entorno del futbolista se mueve entre el piso que ha adquirido para su padre y su abuela en el centro de Barcelona y la casa que ha comprado a su madre y su hermano pequeño Keyne en Premià de Dalt, cerca de Mataró.

La cocina y la renovación

Poco más se sabe de su vida como astro planetario, alejado aún de la vida nocturna barcelonesa, y con inquietudes por descubrir. Yamal sólo ha relevado cierto gusto por cocinar hasta llegar a confesar en 'El nou clam', el documental del 125 aniversario del club conducido por David Carabén, que está haciendo un cursillo. En la entidad, eso sí, le han felicitado por su mejora reciente en el inglés -recibe clases particulares- que le ha permitido entenderse en la mayoría de ocasiones con Flick sin la necesidad de recurrir a un ayudante/traductor.

Con el Barcelona ya suma 73 partidos, 13 goles y 21 asistencias, con España ya suma 17 encuentros, tres tantos y ocho pases de gol, pero Yamal no deja de ser un adolescente. De hecho, todavía mantiene su contrato de joven promesa que acaba en 2026 -cobra menos de dos millones de euros por temporada- a la espera de firmar el acuerdo que le debe convertir en multimillonario. «Claro que va a renovar con el Barça; Lamine es del Barça», aseguró su representante, Jorge Mendes, en la gala del Golden Boy, aunque las cifras aún se deben concretar. Hay una fecha marcada: el día del 18 cumpleaños del jugador. Todo lo demás está por ver. A principios de año había un borrador sobre la mesa, pero en la Eurocopa perdió su sentido y este otoño, con Yamal erigido como líder del ataque azulgrana, quedó definitivamente olvidado. La negociación aún debe empezar y no será sencilla.

Los problemas económicos de la entidad no permitirán que Yamal se sitúe de golpe como el mejor pagado de la plantilla y las exigencias de su agente no estarán lejos de eso. El mercado de traspasos puede resolver el entuerto, pero hasta su llegada crecerán los rumores que sitúen al delantero lejos del Barcelona. Su marcha es improbable, más en este punto de su carrera, justo después de este 2024 en el que se ha emancipado junto a unos amigos, ha organizado la vida de su familia, ha descubierto alguna afición y se ha convertido en la nueva joya del fútbol mundial.

Jaume Pueyo, un esquiador de fondo "con flow" contra el estigma de Muehlegg: "Me hablan de él y pienso: 'Y a mí qué me cuentas'"

Jaume Pueyo, un esquiador de fondo “con flow” contra el estigma de Muehlegg: “Me hablan de él y pienso: ‘Y a mí qué me cuentas'”

«A veces me hablan de él y yo pienso: ¡A mí qué me cuentas!», exclama Jaume Pueyo sobre el absurdo que le persigue. A sus 23 años ya ha celebrado el mejor resultado de un español en la Copa del Mundo de esquí de fondo y con su estilo está logrando que la modalidad sea cool, que se sigan sus retransmisiones en Eurosport -fue lo más visto en el canal el pasado fin de semana-, que se multipliquen sus seguidores en redes sociales, pero tiene que aguantar un recuerdo que nada tiene que ver con él: «¿Oye, eso no es lo que hacía Juanito Muehlegg?». Lo era, lo era.

«Supongo que es inevitable porque mucha gente es lo único que ha visto de esquí de fondo. Pero yo no había cumplido ni un año, no quiero que me relacionen con él y, por supuesto, que nadie me acuse de lo mismo. No sé casi nada de él, sólo que era un dopado a más no poder, que lo nacionalizaron sin tener relación con España y que ganó tres medallas en los Juegos de Salt Lake City 2002 antes de que le pillaran», cuenta Pueyo sobre un estigma difícil de borrar. Aunque si alguien puede hacerlo es él.

Jaume Pueyo, en competición, el pasado fin de semana.

Jaume Pueyo, en competición, el pasado fin de semana.Jean-Christophe BottAP

Un aro en cada oreja, un gestito guapo en cada foto, un trend en TikTok, un baile al llegar exhausto a meta. «Hago un poco el perla, ya está bien de vez en cuando. Sé que es muy difícil en España, pero hay mucha gente que esquía y el fondo les puede molar. Es un deporte muy guay, es como el ciclismo, muy táctico a veces, muy explosivo otras veces. En países como Noruega o Suecia es el deporte nacional y aquí va creciendo poco a poco», explica en pleno despegue.

Fans de los países nórdicos

La temporada pasada fue décimo en una prueba de la Copa del Mundo, lo nunca visto por un español -más allá del innoble Muehlegg-, y este curso va a por mucho más. El 7 de diciembre, en la noruega Lillehammer, fue tercero en la clasificación del sprint, algo que obligó a los expertos de los países nórdicos a preguntarse: «¿Pero éste quién es?». «He visto que hay gente de Noruega que ha empezado a seguirme. Supongo que les hace gracia que sea español, ese flow nuestro. También tienen que estar hartos de ver ganar a noruegos, que son muy serios, que no hacen nada de show», asume Pueyo.

Mientras sus rivales noruegos llevan con ellos una decena de entrenadores y otros tantos skimans, es decir, los especialistas en encerar los esquís, Pueyo sólo va acompañado de dos técnicos y recibe la ayuda del equipo italiano para lo demás. Junto a él suele viajar Bernat Sellés, de su misma quinta, también habitual en la Copa del Mundo, y en ocasiones también los dos juniors, Marc Colell y Peio Añarbe. «Creo que lo nuestro tiene mucho mérito porque somos cuatro que tenemos que ser buenos sí o sí. En los países escandinavos tienen miles de esquiadores en la base y sólo llegan los mejores a la Copa del Mundo», analiza Pueyo con un objetivo en mente: los Juegos Olímpicos de Milán-Cortina d'Ampezzo 2026.

El diploma olímpico, la ambición

En la anterior cita, los Juegos de Pekín 2022, ya participó con sólo 19 años y se quedó a un segundo de las rondas finales en el sprint estilo libre. «En 2026 el sprint será estilo clásico, que me va a un poco peor, pero da igual, estoy mejorando. Creo que puedo conseguir un diploma, me encantaría», finaliza en conversación telefónica desde Davos, en Suiza, donde este sábado volvió a colarse en los cuartos de una prueba de la Copa del Mundo.

Hasta que acabe el Mundial de Trondheim, en Noruega, que tendrá lugar en marzo, dará vueltas por las montañas de medio planeta en busca de éxitos para hacer que el esquí de fondo tenga más seguidores en España y para borrar de la memoria colectiva la imagen del tramposo Muehlegg ganando medallas en Salt Lake City 2002.