El “hábito” que Bellingham aprendió en Madrid y un grito a la “basura” que le critica: “¿Quién más?”

Actualizado Lunes, 1 julio 2024 - 08:19

Jude Bellingham se liberó en el Veltins Arena. A sí mismo y a toda Inglaterra. Un país ansioso y una selección temblorosa que se salvaron de caer al precipicio gracias a una chilena del futbolista del Real Madrid en el minuto 95. Como si todavía siguiera en el Santiago Bernabéu. Un gol que forzó la prórroga y sirvió para responder a toda la "basura", así lo llamó el jugador, que habían lanzado sobre él y sobre la plantilla en los últimos días. "¿Quién más? ¿Quién más? (Who else? Who else?)", gritó el futbolista cuando se levantó del suelo tras realizar la chilena. Mano a la oreja, haciendo como que escuchaba los comentarios.

"Estábamos a 30 segundos de irnos para casa, de tener que escuchar toda la basura, sintiendo que dejábamos caer a nuestro país y a nuestra gente...", respondió, a pregunta de este periódico, en la sala de prensa de Gelsenkirchen. "Pero en 30 segundos, una patada a un balón puede cambiarlo todo". Y tanto que lo cambió.

Para saber más

Las crónicas ya escritas, las críticas, los comentarios negativos, la posible destitución de Southgate, las dudas sobre el futuro de Harry Kane en la selección... Todo cambió con la chilena.

No es el primer gol que Bellingham anota tan tarde, pero seguramente sí sea el más emocional. Anotó en el minuto 91 el 3-2 del clásico contra el Barça en la segunda vuelta liguera, el 1-2 en el 92 del primer clásico de Liga, el 1-0 contra el Unión Berlín en el 94, el 2-1 contra el Getafe en el 95... Y además, vivió de cerca el doblete de Joselu ante el Bayern.

"Es un sentimiento que no me gusta porque vas perdiendo, pero que cuando lo consigues sienta genial. Es un hábito que aprendí en Madrid, donde mi juego ha mejorado, y estoy orgulloso de haberlo traído hasta este partido", argumentó sobre el gol en el minuto 95.

"Más allá de lo que la gente pueda decir. He hecho esto en el Madrid, lo he hecho con Inglaterra antes... Estoy feliz de ayudar al equipo", continuó.

Matthias SchraderAP

"Uso la 'basura' como gasolina"

A partir de esa respuesta de orgullo, llegaron los golpes de revés a todos aquellos que habían dudado de él y de la plantilla durante los últimos días. Algo que, admite, ha llegado a tomarse como "personal".

"Durante la semana pasado ha sido muy duro mantener la energía negativa lejos de la concentración. Creo que hoy estaban ya preparados para darnos caña otra vez... Jugar con Inglaterra es increíble pero también hay mucha presión. La gente habla mucha basura y creo que tienes que tomártelo un poco a lo personal, y a veces está bien usarlo como gasolina y devolvérselo".

Sobre el gol, que a muchos recordó al de Cristiano Ronaldo ante la Juventus en Champions League, dijo que "probablemente" sea el mejor de su carrera. "Es uno de los mejores goles en la historia de nuestro país", se animó a catalogar Harry Kane. "Es lo que hace Jude, nos ha mantenido vivos. Qué jugador", le elogió el capitán inglés en la entrevista pospartido, donde también le defendió: "Se ha hablado mucho sobre él en los últimos días y ha mostrado lo que puede hacer en los momentos importantes".

Unos minutos más tarde y con la ducha calmando ánimos, la zona mixta del Veltins Arena fue un poco más seria. Como decíamos, el ambiente entre el vestuario de la selección y los periodistas ingleses ha sido muy tenso durante estas semanas, con duras críticas al seleccionador y a las estrellas por parte incluso de leyendas como Lineker o Shearer. Quizás por eso, los futbolitas pasaron por el pasillo con gesto serio y la mirada fija en el autobús, casi sin hablar salvo los que tenían la obligación por los contratos con la UEFA. Va a ser una semana larga en la concentración, pero están vivos y les espera Suiza en cuartos.

Una bronca delante de las cámaras y 20 veces al banquillo: Deschamps no baila con Camavinga

Actualizado Domingo, 30 junio 2024 - 22:58

Era el único entrenamiento a puerta abierta de la semana y Didier Deschamps lo sabía. «¿Estás listo, Eduardo? ¿Podemos empezar?», dijo con ironía al principio de la sesión. A la media hora, con las cámaras agolpadas en la grada, el seleccionador francés se acercó a Camavinga. Empezó con un lenguaje corporal normal, de charla entre técnico y futbolista, pero con el paso de los segundos comenzó a agitar los brazos, a andar de aquí para allá mientras no paraba de hablar. En un momento, le dio la espalda al jugador, se volvió y se quedó mirándole durante unos instantes, en silencio, con cara de profesor enfadado. Así siguió durante tres largos minutos mientras los periodistas franceses no daban crédito. «Clásico Didier», apuntaron cuando el colega español les cuestionó la situación. Para terminar, varios movimientos de brazos más y un acercamiento cara a cara que resultó extraño para todos.

Lo curioso, por decirlo de alguna forma, es que se suponía que el origen de esa discusión estaba resuelto. Todo surgió tras el partido entre Francia y Polonia, el tercero de la fase de grupos. Camavinga, que todavía no ha sido titular en esta Eurocopa, siempre por detrás de N'Golo Kanté y Adrien Rabiot, saltó al campo en el minuto 61 y tuvo varias acciones que enfadaron al seleccionador. Se resbaló un par de veces y Deschamps se lo recriminó tras el duelo, incidiendo en sala de prensa en las pocas soluciones que habían aportado los suplentes.

Para saber más

Según los periodistas galos, el técnico discutió con Camavinga en el mismo vestuario del Signal Iduna Park. ¿Era necesaria una nueva conversación, delante de toda la prensa, 48 horas después? «Me resbalaba todo el tiempo, así que el entrenador me pidió que me pusiera tacos aún más altos, de rosca, pero me dolían bastante los pies», había asegurado el futbolista.

La relación entre Camavinga y Deschamps nunca ha sido ideal. Mientras Carlo Ancelotti desea «bailar con Eduardo Camavinga» en cada fiesta del Madrid, el seleccionador nunca se ha mostrado como un gran fan del jugador. «Al principio de la Eurocopa vino a decirme cuál iba a ser mi papel. No hablamos todo el rato, porque sino sería un poco tóxico», admitió Camavinga el sábado en sala de prensa, dos días después de la discusión.

Otra circunstancia que sorprendió a los enviados especiales: la necesidad de sacar otra vez al foco al joven futbolista tras los tres minutos de bronca cuando ya había sido el protagonista en la zona mixta ante Polonia. «No suelen repetir», explicaban los compañeros galos, que no le preguntaron sobre las elecciones celebradas este fin de semana en Francia, tema central para el vestuario.

«Sigo sin disfrutar ahí»

En el entrenamiento, después de la discusión, Deschamps utilizó a Camavinga como lateral izquierdo. Theo Hernández estaba realizando trabajo en el gimnasio y el seleccionador no tenía más laterales zurdos, así que optó por el madridista. «Sigo sin disfrutar ahí, eso no ha cambiado, pero soy un jugador de equipo y si tengo que jugar de lateral, lo haré».

Deschamps fue el primero en utilizar al centrocampista en la banda, incluso antes que Ancelotti. Lo hizo durante el Mundial de Qatar y aunque a Camavinga no le gusta, sabe que es su única opción. En el medio es misión imposible. «No estoy contento, pero sé que un día u otro llegará mi momento», admitió, sin querer echar más gasolina a los problemas: «No veo muchas diferencias entre él y Ancelotti», cortó rápido, preguntado por su entrenador en el Madrid. La realidad es que sí las hay.

Para Carletto, Camavinga es capital, el décimo jugador más utilizado de la temporada a pesar de sufrir una lesión en la rodilla a finales de 2023. Es un fijo en el once campeón de Liga y de Europa. Para Deschamps, sin embargo, es el fondo de su armario. El jugador acumula 19 partidos, nueve de ellos como titular y diez como suplente, y otros diez en los que ha sido convocado pero no ha disputado ni un solo minuto. Hoy, ante Bélgica, nueva oportunidad.

Dios salve al Rey Jude: una chilena de Bellingham obra el milagro de la supervivencia inglesa

Dios salve al Rey Jude: una chilena de Bellingham obra el milagro de la supervivencia inglesa

Era el fracaso de una vida, la derrota de otra generación inglesa camino de un eterno «Football is coming home (el fútbol está volviendo a casa)» que nunca llega. La presión por ganar y el miedo a perder mezclados en un vestuario incapaz de superar a la débil Eslovaquia, sin fútbol, sin corazón, encomendados a lo divino. Y el milagro fue Jude Bellingham con una chilena ya histórica para forzar la prórroga en el minuto 95, cuando el partido y su país morían en la Eurocopa. Lo inició Schranz en el 25, lo empató Bellingham y lo remató Harry Kane en el tiempo extra. Inglaterra está en cuartos. [Narración y estadísticas (2-1)]

Después de dos semanas de críticas, el seleccionador británico se mantuvo en su línea: la solución para los problemas de Inglaterra fue cambiar al acompañante de Declan Rice en el centro del campo. Empezó el torneo reconvirtiendo a Trent Alexander-Arnold, luego apostó por Conor Gallagher y finalmente, en el escenario de los octavos de final, le dio la oportunidad a Kobbie Mainoo, joven promesa del Manchester United. Como si cambiando una pieza el puzle se fuera a arreglar.

Inglaterra fue, otra vez, pura ansiedad. Fruto de casi 60 años de presión por ganar un gran torneo. El equipo no sabe a lo que juega, no tiene plan. Y sin plan, en el fútbol de 2024, no eres nadie. En la Euro todos lo tienen, incluso Francia y su megaplantilla, centrada más en la defensa que en el ataque pero centrada en algo. Ahí están sus éxitos.

Imprecisiones y amarillas

Ante Eslovaquia, el conjunto británico fue víctima de sus propios miedos y temblores. En cada pase, en cada acción dividida, en cada decisión. Y Eslovaquia lo aprovechó. En el 4, Hancko alcanzó el lateral del área en carrera y no acertó a tirar o pasar, paseándose la pelota por los dominios de Jordan Pickford. Primeros temblores. En el 11, y después de un disparo alto de Trippier tras un buen pase de Bellingham, Haraslin tardó demasiado en definir otra contra y el ex lateral del Atlético salvó el 0-1.

La defensa hacía aguas, con Walker, un muro contra Vinicius en los Madrid-City, incapaz de cuidar su espalda. El partido se llenó de imprecisiones y cuatro amarillas en los primeros 15 minutos. Las dudas resultaron en un 0-1 tan duro como esperado. Una concatenación de errores defensivos que terminaron en el gol de Schranz. Guehi perdió un salto con Kucka, Strelec la bajó delante de Stones, Schranz tiró un desmarque con Walker, fuera de posición, evitando el fuera de juego y batió a Pickford.

El gol hizo daño a Inglaterra, lógico. Ansiosa por todo, no supo reaccionar. Estuvo lenta con balón, para desesperación de la grada. Lo único que le solucionaba alguna acción eran las arrancadas individuales de sus centrocampistas, como Mainoo o Bellingham. Nada más. Pura ansiedad.

Kane festeja el gol de la victoria Gelsenkirchen.

Kane festeja el gol de la victoria Gelsenkirchen.AFP

Tras el descanso, el equipo cambió un poco. Tuvo algo más de pausa y algo más de fútbol, ya es decir. El gol anulado a Phil Foden en el 49 por fuera de juego fue un mazazo, porque se veían remontando, y la desesperación fue a más.

Strelec, desde el mediocampo, casi sorprende a Pickford, y sólo Mainoo parecía tener la calma para crear jugadas. El resto quería ganar el partido a 40 metros de la portería. En el 63, Gareth Southgate ideó su primer cambio: entró Palmer, salió Trippier y Saka, extremo derecho, pasó a ser carrilero izquierdo. El seleccionador inglés moría con sus estrellas.

En busca del milagro

Inglaterra embotelló en su área a Eslovaquia, eso no se le puede negar, pero lo hizo la inercia del partido y la debilidad de su rival, no su fútbol. Southgate acumuló atacantes y situó a Foden en el centro del campo para calibrar balones e intentar sorprender a Dubravka.

Kane remató fuera un saque de falta de Foden y Rice, en el 80, estrelló en el palo un disparo desde fuera del área. Intentos menores para un equipo que buscaba un milagro. Un milagro llamado Bellingham. En el minuto 94, como si el Veltins Arena de Gelsenkirchen fuera el Santiago Bernabéu, Jude se inventó una chilena histórica para salvar a su país. Un saque de banda que peinó Guehi y que la estrella de Inglaterra envió a la red.

Inglaterra, empujada por el gol, aceleró en la prórroga y encontró premio en el 2-1 de Kane en el primer minuto. Otro centro, otro toque de cabeza y gol. Así es el fútbol, un estadio emocional. Los británicos aguantaron el asedio final y están en cuartos.

Alemania supera la tormenta y espera a España en cuartos

Alemania supera la tormenta y espera a España en cuartos

Thor, Dios nórdico del trueno, hizo acto de prensa en Dortmund para detener el Alemania-Dinamarca durante 22 minutos, pero los de Nagelsmann terminaron saliendo indemnes de la tormenta para esperar a España o a Georgia en los cuartos de final de la Eurocopa. Un duelo eléctrico, siguiendo con las comparaciones fáciles de la noche, en el que el VAR actuó dos veces y los anfitriones, a hombros de Havertz y Musiala, ganaron el constante ida y vuelta.

Nagelsmann realizó dos cambios en su once con respeto al equipo de gala con el que inició el campeonato. Raum y Sané entraron por Mittelstadt y Wirtz, y el equipo lo notó. En un arranque furioso, Alemania fue lo que prometía el cielo: una tormenta sobre la portería de Schmeichel. Extraordinario en la presión tras pérdida, el conjunto germano asedió las redes rivales durante los primeros 15 minutos.

En el 3, Oliver anuló un gol a Schlotterbeck por falta de Kimmich; en el 6, el guardameta nórdico voló para salvar un disparo desde lejos del lateral alemán; en el 10, Rüdiger encontró en largo a Havertz y el delantero del Arsenal voleó de primeras para la estirada de Schmeichel; en el 12, Musiala probó suerte desde fuera del área y su lanzamiento salió desviado. Alemania no pisaba el freno, pero Dinamarca supo cómo responder.

Los daneses comenzaron a respirar con balón, enlazando posesiones largas para aliviar las ansias de los anfitriones. Y a partir de ahí el partido cambió. El duelo pasó de jugarse en sexta marcha a primera. Lento, pausado y sólo con algún arranque puntual. Alemania no podía aguantar todo el choque a 100 kilómetros por hora y aceptó la pausa. Sonrió Dinamarca, que tuvo opciones con Maehle y Eriksen antes de la tormenta.

En el minuto 36 y en mitad del diluvio, Oliver anunció la suspensión del duelo. La UEFA ya había alertado sobre la tormenta eléctrica que iba a caer en Dortmund y no dudó a la hora de parar el partido, justo los rayos caían más cerca del estadio.

22 minutos lluviosos después, el cielo se calmó y los jugadores regresaron al césped para jugar los nueve minutos restantes de la primera parte, en los que Alemania volvió a pisar el acelerador consciente de que un partido largo y espeso beneficiaba a su rival. Lo intentaron Havertz y Schlotterbeck, pero la más clara fue de Hojlund en una contra que no consiguió resolver ante un rápido Neuer.

Los minutos de locura

La segunda parte fue diferente. Un ida y vuelta sin pausas, sin dudas, sin freno, con cinco minutos en los que la locura se apoderó del Signal Iduna Park. En el 48, Andersen se aprovechó de varios rechaces tras un centro y anotó ante Neuer, pero el VAR avisó a Oliver de que Delaney estaba en fuera de juego en el último rebote. Freno de mano a la emoción danesa. Y no quedaría ahí el golpe moral

En la siguiente jugada de ataque, Raum puso un centro que se fue largo, parecía que no pasaba nada, pero cuando el balón salió del campo el VAR avisó de nuevo a Oliver. En el pase del lateral, la pelota había dado en la mano de Andersen, al que el destino le jugó una mala pasada. Penalti y gol deHavertz.

El tanto hizo daño a Dinamarca, que vio cómo todo el esfuerzo de los primeros 50 minutos había sido en vano. En el shock nórdico, Havertz tuvo su segundo gol de la noche, pero erró al picar el balón ante Schmeichel. Alemania tenía lo que más le gusta: espacio para correr a la espalda de la defensa danesa, demasiado adelantada.

Dinamarca quiso llegar tocando, con el riesgo que eso supone ante un equipo con tanta calidad a la contra, y aunque Hojlund lo intentó con un buen disparo ante Neuer tras una combinación, el partido se deslizaba hacia el segundo de los locales.

En los espacios crecieron Havertz, Sané y Musiala, que encontró huecos a la contra para casi sentenciar el duelo. En el 69, Schlotterberck, imperial al corte y en el pase, dibujó un balón largo a la espalda de los centrales que Musiala atrapó a la carrera. Schmeichel dudó en la salida e hizo dudar a sus compañeros, y terminó quedándose en la línea para dar ventaja al talentoso mediapunta alemán, que definió con tranquilidad ante el danés.

El tramo final fue de total impotencia nórdica. Alemania perdonó a la contra, pero ya pensando en los cuartos. El anfitrión ya espera a España o a Georgia.

Dentro de la concentración de Inglaterra: torneo de dardos con periodistas y guerra contra las leyendas

Dentro de la concentración de Inglaterra: torneo de dardos con periodistas y guerra contra las leyendas

«Tienes que girar a la derecha cuando pases las vacas y el campo de golf». Y ahí, a la derecha, aparece el pequeño campo de fútbol, con apenas un par de filas de gradas para los periodistas. Al lado del césped nace el monte, mucho monte, y una carpa temporal gigante y blanca que hace de gimnasio. Jude Bellingham, que calienta un poco en una de las bicicletas estáticas situadas en la puerta, mira hacia la fila de periodistas. Los mismos que estos días analizan y concluyen que Inglaterra no es capaz de jugar bien con el mejor jugador de la Bundesliga, el de la Premier y él, el mejor de la Liga, y que quizá uno debe ir al banquillo. La concentración de los Three Lions es un polvorín antes de los octavos de final contra Eslovaquia. Pero ¿cuándo no lo ha sido?

Una visita a Blankenhain, un pequeño pueblo a una hora y media de Leipzig, sirve para entender la situación de la selección inglesa en esta Eurocopa. A nivel logístico, la Federación ha decidido aislar a la plantilla a 40 kilómetros de sus familias para evitar, así lo definen los tabloides, «el circo del último torneo en Alemania, el del Mundial 2006», con las mujeres de las estrellas haciendo más declaraciones que los jugadores.

Los ingleses duermen en el Weimarer Land Spa and Golf Resort, a las afueras del pueblo, desde donde pueden ir andando al campo de fútbol, rodeados siempre por la seguridad de la Federación. Dentro, tres suites de lujo, una de ellas para Gareth Southgate, piscina, sala de cine, de juegos, un simulador de golf, el lugar favorito de muchos; una pista de pádel, donde el campeón es Kobbie Mainoo; una cocina liderada por dos chefs con estrella Michelin, un robot llamado Robbie que se encarga de pasar por las habitaciones y recoger todo lo que quieran los jugadores... Todo lo necesario para alejarse del ruido mediático.

Una de las cosas del pueblo que sorprendió a la expedición inglesa, tanto a jugadores como a periodistas, fueron las pintadas con el número 1966 en muchas calles de la villa. 1966 es el año del último título inglés. «Alucinamos», admite un compañero. Pero la realidad era diferente. Resulta que 1966 es el año de fundación del FC Rot-Weis Erfurt, el equipo más famoso en la zona.

Casi 60 años sin títulos

Inglaterra llegó a Alemania como uno de los equipos favoritos, junto a Francia, y es ahora mismo una de las pequeñas decepciones del torneo, con una victoria por la mínima ante Serbia y dos empates frente a Dinamarca y Eslovenia. Más allá de los resultados, que le han dado el liderato del Grupo C, preocupa el nivel de juego mostrado por el equipo y las actuaciones individuales de Harry Kane, Phil Foden y Bellingham, incapaces de conectar en ninguno de los tres partidos. El del Madrid marcó el tanto del triunfo contra Serbia y el del Bayern el del empate contra Dinamarca, pero ninguno se encuentra cómodo y todos miran al banquillo, a un Southgate cuestionado por aficionados, periodistas y leyendas. Como todos.

La presión en el país es extrema. Inglaterra está a punto de cumplir 60 años sin ganar un gran título y la derrota contra Italia en la final de la última Eurocopa todavía pesa. «Existe la carga de la historia, del fracaso de los últimos 60 años. La camiseta de Inglaterra pesa más que la de cualquier club», contesta a pie de campo Craig Hope, enviado especial del Daily Mail, que incluso anima a Southgate a sentar a Bellingham. «No ha elegido a los jugadores adecuados ni ha configurado el equipo para sacar lo mejor de ellos. Debe encontrar la manera de que Cole Palmer y Anthony Gordon entren en el equipo, aunque eso signifique prescindir de Bellingham», asegura.

Kane, contra Shearer y Lineker

El centrocampista del Madrid, que ayer cumplió 21 años, es el centro de muchas de las dianas. «Está frustrado e intenta hacer más de lo que debe. Es una estrella, pero no siempre tiene que ser ese tipo de jugador», añade Hope. Al lado de Bellingham, la diana para Kane, atacado por leyendas como Alan Shearer y Gary Lineker. «Les diría que recuerden lo que es vestir la camiseta. Ellos tampoco ganaron nada», contesta el delantero y capitán del conjunto británico.

Al lado de esas dos dianas mediáticas hay una de verdad, situada en el centro de prensa de Blankenhain. Qué irónico. Ahí trabajan los enviados especiales y ahí acude cada mañana un futbolista para contestar a sus preguntas. Desde 2018, cada día de la concentración un jugador de la selección y un periodista se miden en un torneo de dardos. «Fue idea del departamento de comunicación, pero es verdad que otros años igual el torneo hubiera acabado mal...», bromean los compañeros. Estas semanas tampoco van por buen camino.

Un fracaso esta tarde ante Eslovaquia convertiría el polvorín en guerra.

Observadores UEFA, los ojos del nuevo fútbol: 12 expertos en la Eurocopa, un centro de análisis en Nyon, inteligencia artificial...

Observadores UEFA, los ojos del nuevo fútbol: 12 expertos en la Eurocopa, un centro de análisis en Nyon, inteligencia artificial…

Una de las alineaciones más importantes de la Eurocopa no se junta en el terreno de juego, sino en la grada. Fabio Capello, Ioan Lupescu, Michael O'Neill, David Moyes, Aljosa Asanovic, Rafa Benítez, Avram Grant, Packie Bonner, Frank de Boer, Ole Gunnar Solskjaer, Aitor Karanka y Jean-Francois Domergue son los doce entrenadores que están actuando este mes como Observadores UEFA en el torneo continental. Un rol clave para entender y desarrollar hacia dónde irá el fútbol en los próximos años.

«Buscamos los aspectos determinantes de los encuentros, incluso esos detalles que a simple vista no se ven. La idea es dar a conocer el momento actual del fútbol europeo y hacia dónde irá», explica a este periódico Aitor Karanka.

El trabajo de los Observadores durante cada partido tiene varios destinos. Por una parte, eligen al MVP del encuentro y a los futbolistas que más tarde protagonizarán el Equipo Ideal del torneo, y los premios a MVP, Mejor Joven y Mejor Gol. Y por otra, recopilan información sobre jugadores, entrenadores, estilos de juego y dinámicas del partido ayudándose de inteligencia artificial para luego desarrollarla y que llegue a los todos los rincones de la famosa pirámide del fútbol continental. «Es una magnífica manera de ver cómo evoluciona y crece el fútbol, de estudiar a nuevos entrenadores y aprender de ellos», admite Karanka, que lleva tres años trabajando en este rol.

La tecnología, como en el mercado de fichajes o en el día a día de un club, es clave para entender las nuevas tendencias. En el caso de los Observadores, es vital para su trabajo. Después de cada partido, el responsable elabora un informe sobre el encuentro utilizando vídeo y estadísticas para desgranar las características tácticas y técnicas del duelo. Tiene acceso a todas las imágenes de la retransmisión, lógicamente, pero también a imágenes tácticas que se ponen a su servicio.

"Mejora la comprensión del juego"

Además, y en algo que está ya en el día a día de los clubes y las competiciones, se sirve de estadística avanzada: número de pases, disparos, centros, distancias recorridas, velocidades máximas, posición media en campo... Todo para analizar en mayor profundidad el sistema de juego, las causas de los goles o las jugadas de estrategia. Según la UEFA, la mejora a nivel tecnológico en este torneo "ayudará a que los Observadores tengan una imagen más completa de los partidos". En concreto, la UEFA estrena en este torneo un centro de análisis de rendimiento en Nyon, donde una decena de analistas de datos e ingenieros apoyan a los Observadores.

Los informes completan "un relato detallado de la evolución de la táctica en todos los niveles del fútbol europeo, que será tan valioso para los historiadores como para los entrenadores modernos", aseguran desde el organismo.

Para la UEFA se trata de un trabajo importante, de ahí la calidad de los nombres elegidos. "Al proporcionar explicaciones detalladas y razonadas de las tendencias actuales, la UEFA mejora la comprensión del juego a todos los niveles", asegura la entidad. Puede parecer un trabajo simple, pero para los Observadores hay detalles que servirán de aprendizaje para otros profesionales y que explican hacia dónde va el fútbol.

"Atraer al rival para jugar en largo"

"Analizando tantos partidos, hay varios aspectos que me llaman la atención y que veo como un patrón general. Por ejemplo, la mayoría de los equipos se construyen desde la parte defensiva y a partir de ahí crecen en su juego y van a más. Incluso atraen a jugadores del equipo rival para luego jugar un balón largo y empezar a jugar con los segundos balones", detalla Karanka. Un estilo que vemos en selecciones como España, Alemania o Austria.

"Otra tendencia es que los centrocampistas en sistemas de 4-3-3 cuentan con interiores, como es el caso de Jude Bellingham o Jamal Musiala, que tienen mucha llegada y que aportan una gran cantidad de goles», añade.

El contenido que desarrollen durante la Eurocopa se compartirá con todas las federaciones nacionales y clubes de la UEFA, adaptándolo a los profesionales que trabajan tanto en el fútbol base, juvenil y elite. Todo para ver, analizar y entender hacia dónde va el fútbol.

Kroos y Alemania, un amor-odio desde Múnich: "Le llamaban 'Toni-paselateral' y ahora es el favorito"

Kroos y Alemania, un amor-odio desde Múnich: “Le llamaban ‘Toni-paselateral’ y ahora es el favorito”

Hace justo tres años, un 29 de junio de 2021 en el Estadio de Wembley, Toni Kroos se despidió del vestuario de la selección alemana. Acababan de perder ante Inglaterra en octavos de final de la Eurocopa y el centrocampista del Real Madrid tenía claro que todo se terminaba ahí. Criticado en su país por aficionados e incluso leyendas como Lothar Matthäus, decidió parar. 1.095 días después, Alemania vuelve hoy a los octavos del torneo con Kroos como timón futbolístico, ídolo absoluto de la afición y líder de la plantilla. Atrás, los años de críticas y motes en esa constante relación de amor-odio con su gente.

Convencer a Kroos fue la obsesión de Nagelsmann cuando asumió el cargo en septiembre de 2023. La selección venía del fracaso de Qatar, donde cayó en la fase de grupos, y de perder contra Bélgica, Polonia, Colombia, Japón, Turquía y Austria, las dos últimas ya con Nagelsmann como técnico. El entrenador más joven de la Euro tenía clara la solución.

Primero habló con los pesos pesados del vestuario para conocer si tenían algún problema, especialmente Kimmich, mediocentro al lado de Gündogan y posible damnificado por el regreso de Toni. Sus respuestas positivas animaron al seleccionador, que en noviembre inició los contactos con el centrocampista. Le costó muchas semanas llegar al «sí», porque Kroos no veía sencillo cambiar el ritmo del equipo alemán y había terminado muy desgastado después de la Eurocopa de 2021, pero finalmente aceptó. «Toni insistió en que sólo iba a decir 'sí' si estaba seguro de que podíamos cambiar y aspirar a ganar», ha explicado Nagelsmann estos días. Y vaya si aspiran.

Más pases completados

El regreso de Kroos ha sido capital en el cambio de Alemania, que ha recuperado la identidad. «Hemos dado un paso adelante que era necesario», admitió el futbolista del Real Madrid a este periódico tras el 2-0 ante Hungría de la segunda jornada. Y él ha conseguido mantener con la selección el extraordinario nivel que ha mostrado con los blancos esta temporada. Es el futbolista que más pases ha completado en el torneo (326 de 341), muy por encima del segundo (Rüdiger, con 251), el que más pases entre líneas ha dado hasta ahora, el que más distancia ha mover la pelota con sus pases (más de dos kilómetros)y el que más acciones de gol ha generado (20).

«Está en su mejor momento», admite un Nagelsmann agradecido. Con Kroos ha encontrado la última pieza de su puzle, libera a Gündogan en la mediapunta para conectar con Musiala, Wirtz y Havertz y acompaña a Andrich, irregular con balón pero fuerte y físico sin él.

El favorito de la afición

Kroos es el futbolista alemán que más camisetas está vendiendo en la Eurocopa y su nombre ha sido el más coreado en los estadios durante la primera fase. Una muestra del cariño que siente la grada por él y un cambio con respecto a algunos momentos de la última década donde Toni no era tan querido ni admirado. «Se cree mejor de lo que es», dijo Matthäus sobre Kroos tras la última Eurocopa. «Sus pases rasos son como su peinado: bonitos y limpios, pero eso le quita tiempo al juego», añadió, en unas críticas durísimas que confirmaron las sensaciones del centrocampista del Madrid: ya no merecía la pena seguir.

Los comentarios negativos empezaron en 2014. «No te voy a pagar lo que pides porque no eres un jugador de talla mundial», ha reconocido Kroos que le aseguró Rummenigge cuando negociaban su renovación. «Cuando se fue al Madrid, el Bayern no pensaba que iba a ser un jugador top», explica a este periódico Tobias Altschäffl, responsable de la información del Bayern y de la selección en Bild. «Siempre le llamaban Querpass-Toni, como diciendo que siempre da un pase lateral, un pase fácil», explica. Un mote que todavía hoy llega a la concentración de Alemania. «Siempre estamos con esa expresión, Querpass-Toni. Quien todavía hoy diga eso, desgraciadamente no tiene ni idea de fútbol», ha dicho Nagelsmann.

"A veces la gente me subestima"

El mote no ha pasado desapercibido para Kroos. «Quizás muchos me encasillaron demasiado rápido y mi estilo de juego fue algo controvertido en Alemania durante mucho tiempo», dijo el jugador en 2019. «Creo que muchos aficionados aprecian mi juego, pero a veces creo que la gente subestima lo que he hecho estos años», admitió en una entrevista en 2023.

Unas críticas que ahora, con Kroos de vuelta a la selección, ya no existen. Incluso Matthaus ha tenido que cambiar el tono de su discurso: «Venderle al Madrid ha sido el mayor error del Bayern en su historia, la UEFA debería crear un premio con su nombre», declaró. De la crítica al amor. «Antes podría haber sido una relación de amor-odio, pero ahora es todo amor. Es el número uno para los fans ahora mismo», indica Altschäffl.

Kroos, mientras, evita contestar a ese cambio de discurso y se centra en exprimir sus últimos partidos como futbolista. Cada duelo es una final antes de volver a Madrid, su «casa».

Los seis 'hijos de' en la Eurocopa: "Mi familia ha sufrido mucho"

Los seis ‘hijos de’ en la Eurocopa: “Mi familia ha sufrido mucho”

Peter Schmeichel se toma un café en la zona de prensa del Franfkurt Arena un rato antes del Dinamarca - Inglaterra, suspira y se ríe: "Esto es lo más grande, eh. Qué orgullo", contesta al periodista. El portero que ganara la Eurocopa del 92 con Dinamarca es ahora comentarista en Fox Sports. No quiere hablar mucho más porque es de esos padres que respeta la carrera de su hijo, que desea que Kasper sea también 'Schmeichel' y no 'el hijo de'. Y puede estar tranquilo. Las paradas de Kasper ayudaron a su país a empatar contra las estrellas inglesas para caminar hacia los octavos de final del torneo, donde se enfrentará a Alemania. Los Schmeichel son uno de los seis padre-hijo de esta Eurocopa.

Superado el duelo de Frankfurt, Peter fue a encontrarse con Kasper en la zona mixta del estadio. Uno con un micrófono, el otro con los guantes. "He hecho cientos de entrevistas en mi vida pero nunca he hecho esto", dijo el padre, abrazando a su hijo al terminar. Kasper le entregó la camiseta del partido como recuerdo: "Te veo luego".

En 14 años en la selección, Peter jugó cuatro Eurocopas, un Mundial y 129 partidos, y se retiró a las 37 primaveras. En 11 años en la selección, Kasper ha estado en tres Eurocopas y dos Mundiales y ha disputado 103 partidos. Tiene, como su padre cuando se retiró, 37 años. Es una espiral extraordinaria.

"Nunca me presionaron"

Dos días antes de ese Dinamarca - Inglaterra, Francisco Conceiçao se convirtió en el héroe de Portugal al marcar el gol de la victoria en el minuto 92 del partido ante República Checa. 'Chico' tiene 21 años y no había nacido cuando su padre, Sergio, anotó tres goles para arrollar a Alemania en la Eurocopa del 2000.

'Chico' ha sufrido mucho más que Schmeichel eso de ser 'el hijo de' porque juega en el Oporto y le ha entrenado su padre durante varias temporadas. "Nunca me presionaron para meter a este u otro jugador. Al final soy yo quien paga los 'platos rotos'. Francisco es un chaval que está empezando, que tiene un largo camino por recorrer", dijo Sergio en el debut de su hijo con el Oporto.

Esta semana, el pequeño de los Conceiçao se acordó de su familia en la celebración de la victoria contra los checos, donde se convirtió en el tercer jugador portugués más joven en marcar en una Eurocopa: "Es un orgullo tener aquí a mi padre, a mi madre, a mi novia, a mis hermanos... a mucha gente. Tenía ganas de dar una alegría a los portugueses, pero, sobre todo, a mi familia, que ha sufrido mucho. Esta victoria es para ellos". En la rueda de prensa, Roberto Martínez le bautizó como 'espalha-brasas' (agitabrasas), por "su habilidad para cambiar los partidos".

25 años después

Los Conceiçao son una de las dos familias cuyos padre e hijo han marcado en una Eurocopa. Para la segunda hay que viajar a Italia: Enrico Chiesa, en 1996, y Federico, en 2021, fueron los primeros. El hijo sigue formando parte de la selección transalpina, con la que ha disputado dos Eurocopas y un Mundial, y juega en la Juventus, pero no ha explotado como parecía que iba a hacerlo tras la última edición. Fue titular en los dos primeros partidos pero en el tercero, vital contra Croacia, Spalletti le sacó del once. Su padre Enrico vistió las camisetas de Parma y Fiorentina, entre otros, y jugó con la selección la Eurocopa del 96 y el Mundial del 98.

Los otros tres padre-hijo de este torneo están en Francia, Rumanía y Países Bajos. Marcus Thuram, delantero del combinado galo y del Inter de Milán, es el hijo de Lilian Thuram, que fuera defensa de la selección francesa campeona en 1998 y 2000. Les une el sentimiento nacional, aunque a nivel de clubes están enfrentados. El padre jugó para el Parma y la Juventus y el hijo brilla en San Siro tras lanzar su carrera en la Bundesliga.

En Países Bajos, Daley Blind exprime sus últimos partidos con la selección tras haber disputado 107 partidos, dos Mundiales y dos Eurocopas. Su padre Danny defendió 42 veces la camiseta de la selección en dos Mundiales y dos Eurocopas. En Rumanía, Ianis Hagi lleva a su espalda el apellido del futbolista más importante de la historia del país, el de su padre Gica. El eterno '10' disputó tres Mundiales y tres Eurocopas durante la época más exitosa de su selección, aunque ahora Ianis tiene la oportunidad de superar sus logros.

Rumanía jugará en octavos contra Países Bajos y si gana igualará los cuartos de final conseguidos en la Eurocopa de 2000, el último gran torneo de Hagi como futbolista. Un éxito de padres a hijos.

Georgia, rival de España en los octavos de final de la Eurocopa: estos son todos los cruces

Actualizado Miércoles, 26 junio 2024 - 23:01

España se medirá a Georgia en los octavos de final de la Eurocopa. La sorprendente victoria de los georgianos sobre una Portugal llena de suplentes (2-0) les ha dado el pase a la ronda de eliminatorias como uno de los mejores terceros. Turquía, que ganó con República Checa (2-1), finaliza segunda y se enfrentará a Austria.

Los octavos de final quedan así:

Alemania - Dinamarca

España - Georgia

Portugal - Eslovenia

Francia - Bélgica

Rumanía - Holanda

Austria - Turquía

Inglaterra - Eslovaquia

Suiza - Italia

La segunda fase comenzará este sábado 29 con el Suiza - Italia y el Alemania - Dinamarca y la primera ronda terminará el 2 de julio, con España jugando el domingo 30 a las 21:00 en Colonia ante Georgia. Después, si gana, jugaría contra el ganador del Alemania - Dinamarca el día 5 a las 18 horas en Stuttgart.

Georgia puede parecer un rival débil, pero los datos son los que son: tienen al Pichichi del torneo, el delantero del Metz Georges Mikautadze, que ha anotado tres goles, y una estrella como Kvaratskhelia, que hoy marcó el primer gol contra Portugal.

Eso sí, España, sobre el papel, es máxima favorita. Más allá de los goles de Mikautadze y Kvaratskhelia, Georgia es la selección con peor ránking FIFA de la Eurocopa y sus enfrentamientos oficiales con España resultaron en seis derrotas. Dos de ellas, precisamente, en la fase de clasificación para esta Eurocopa.

España ganó 1-7 en Tbilisi en septiembre del año pasado, con hat-trick de Morata, y repitió triunfo en noviembre, en Valladolid, cuando volvió a pasar por encima de los georgianos: 3-1.

Después de una contundente derrota contra Turquía en el primer partido de la fase de grupos (1-3), Georgia ha conseguido reaccionar en estos últimos días y tras empatar contra la República Checa, ha conseguido los tres puntos ante los suplentes de Portugal y se ha metido en octavos de la Eurocopa por primera vez en su historia. Un rival inferior pero con hambre.

Una incapaz Bélgica se va también al ‘cuadro de la muerte’ y se enfrentará a Francia en octavos

Actualizado Miércoles, 26 junio 2024 - 20:04

El 'cuadro de la muerte' de la Eurocopa tiene un nuevo invitado. La Bélgica de De Bruyne, Lukaku y compañía ha empatado contra Ucrania (0-0), ha terminado segunda de su grupo y se enfrentará a Francia en los octavos de final, yendo por el lado de España, Alemania y Portugal. Rumanía termina líder y se medirá a uno de los mejores terceros dentro de la teórica zona 'débil' de los cruces. En un Grupo E surrealista, los cuatro equipos han empatado a puntos y las posiciones se han repartido por la diferencia de goles, siendo Ucrania la eliminada.

En una decisión sorprendente, Rebrov sentó a Mudryk y Zinchenko, futbolistas del Chelsea y el Arsenal y los nombres más importantes del vestuario ucraniano. Y lo salió bien. Su equipo, más rústico, más físico, más agradecido en el esfuerzo, fue mucho más sólido que en su debut contra Rumanía, donde cayó con contundencia por 3-0.

Ucrania dominó a Bélgica, que sólo respiró cuando Doku y De Bruyne tuvieron el balón. Sin la pelota en sus botas, los de Tedesco sufrieron para razonar. Los ucranianos presionaron la salida de balón de Tielemans y Onana, físicos pero erráticos en el pase, y asumieron la posesión del duelo cuando pudieron, siempre con el peligro de los despistes a su espalda.

En el 6, De Bruyne, el mejor del partido por parte de los belgas, trazó un pase al hueco a Lukaku que el delantero no acertó a rematar con claridad, rozando la bota con la pelota y quedando ésta en las manos de Casteels.

A partir de ahí el duelo fue de Ucrania, que veía cómo en el otro partido Eslovaquia se adelantaba a Rumania. Los de Rebrov eran terceros en ese instante y los belgas segundos. Parecían contentos.

El duelo entró en el terreno de la calma. Muchos toques en el centro del campo pero poca claridad a la hora de llegar a puerta. Nadie quería cometer un error y nadie tenía las ideas para llegar a la portería rival. Todo quedaba en manos del otro partido.

El gol de penalti de Rumanía para empatar su choque contra Eslovaquia eliminaba a los ucranianos y devolvía a los rumanos de la última a la primera posición del grupo, así de loco estaba todo. Fue un punto de inflexión para Ucrania. Tomaron algunos riesgos más y Yaremchuk no estuvo fino al darle un pase de la muerte a Dobvyk en su mejor acercamiento.

El descanso llegó con empate en los dos duelos y con Ucrania fuera del torneo. Necesitaba más. Mucho más. Pero fue Bélgica la que dio un paso adelante. Con los resultados así, los de Tedesco terminaban segundos y se enfrentaban a Francia en octavos de final. Otro 'coco' más para el 'cuadro de la muerte'. Y claro, nadie quiere a Mbappé y compañía por muchas dudas que hayan dejado en estos tres partidos.

De Bruyne y Doku comenzaron a echarse al equipo a la espalda. El centrocampista filtrando balones y el extremo rompiendo en velocidad. Pero ni así. Una pared entre ambos terminó en un pase de la muerte al que no llegó Lukaku, otra vez poco preciso en sus decisiones.

El delantero del Inter tuvo otra oportunidad unos minutos después. De Bruyne le encontró al espacio y el atacanta encaró a la defensa, pero terminó rematando flojo y raso, fácil para Trubin.

La entrada de Carrasco dio algo de ideas al ataque, pero Trubin evitó el intento del ex del Atlético tras una pared con Lukaku. Bélgica era incapaz y el cansancio después de tres partidos en pocos días comenzó a hacer efecto.

Rebrov se dio cuenta y realizó un triple cambio. Stepanenko, Malinovsky y Vanat aportaron fuerza y calidad para que Ucrania creciera en el partido y peleara el mantenerse en la Eurocopa. Con Bélgica fallando contraataques, Dovbyk dispuso de un par de acercamientos, pero no estuvo fino al definir, Malinovsky casi sorprende a Casteels con un gol olímpico y Sudakov, en el 91, tuvo la ocasión más clara al superar a varios rivales y plantarse dentro del área para batir al portero. Su disparo, demasiado centrado.

De Bruyne terminó perdiendo tiempo al lado del banderín de córner, Bélgica aceptó que su camino en el torneo pasa por Francia en octavos y Ucrania se despidió de una Eurocopa complicada a nivel deportivo y emocional.