La tragedia shakespeariana y las quejas de Inglaterra: “Hay una desventaja al tener un día menos para descansar”

Actualizado Domingo, 14 julio 2024 - 23:33

España es la eterna gloria e Inglaterra es la tragedia eterna. Sólo así se puede explicar la forma de saltar al campo de los de De la Fuente y el plan de los británicos. Pequeños a pesar de su galaxia de estrellas, conscientes de su constante drama durante los últimos 58 años. Ahora serán, mínimo dos más hasta el Mundial de Estados Unidos. El fútbol sigue sin volver a casa porque en casa no juegan para que el fútbol vuelva.

Cuatro de los cinco goles de Inglaterra en las eliminatorias de octavos, cuartos y semifinales habían llegado más allá del minuto 80. No es una estadística vacía, es una manera de pensar. Un plan. Que no pase nada durante mucho rato y que al final alguien destape el bote y salve al país. Y en la final contra España, una España que domina y que es vertical cuando le das opciones y espacios para serlo, el cerebro de Gareth Southgate actuó igual. Un partido largo, muy largo. Una Inglaterra sólida en defensa, muy sólida. Dos muros entre los cuatro defensas y los cinco centrocampistas para apagar fuegos.

Los 'Three Lions' se plantaron en su segunda final de Eurocopa consecutiva insistiendo en que «el fútbol está volviendo a casa», pero el fútbol es España, ellos son la piedra en el camino y por eso volvieron a perder. No se puede explicar de otra forma un equipo cuya única manera de intentar ganar es desconectar las virtudes del rival y no potenciar las propias, con el mejor jugador de la Premier, de la Liga y el Pichichi de la Bundesliga en sus filas. Ni así.

Inglaterra entregó por completo la posesión, ganada en todos y cada uno de sus partidos en el torneo, y apenas superó el 30%. Se encajó atrás y buscó robar para correr en las pocas acciones que tuvo. Porque ahí residió su plan de equipo pequeño: que no pasara nada.

Southgate escoró a Bellingham a la izquierda para fajarse con su compañero Carvajal e introdujo a Luke Shaw para limitar a Lamine Yamal mientras Walker hacía de 'stopper' con Nico Williams.

Marcajes al hombre sobre Rodri y Fabián

En el centro, marcaje al hombre de Foden y Mainoo sobre Rodri y Fabián. Al hombre y constante, especialmente en el caso de los compañeros del Manchester City. Todo mientras las 50.000 almas británicas superaban en ruido y masa a los 10.000 españoles. Tampoco sirvió.

El plan de Southgate aguantó lo que tardó España en desperezarse: 46 minutos. El partido espeso de la primera parte se convirtió en líquido con el gol de Nico a pase de Lamine. Inglaterra, como en octavos, cuartos y semifinales, empezaba el duelo perdiendo. Es lo que suele suceder cuando no se va a por los partidos.

El arranque del segundo acto fue una tragedia shakespeariana. Inglaterra, incapaz de nada, claudicó ante una España superior y sólo el poco acierto hispano evitó una goleada. Dio igual la lesión de Rodri, timón español, las estrellas de la Premier estaban hincando la rodilla ante una generación española que no le teme a nada.

Kane, señalado

Southgate no dudó y retiró a Harry Kane, muy lejos de su mejor forma física prolongando su sequía de títulos, y le dio más de media hora a Watkins, héroe en las semifinales. Un cambio imposible en otro torneo y necesario para ellos en este. El técnico británico apuró sus opciones y metió a Cole Palmer, estrella del Chelsea, autor de la asistencia a Watkins en semifinales y futbolista que dio a Inglaterra el Europeo sub'21 del año pasado ante España. Retiró a un mediocentro como Mainoo, bajó de posición a Bellingham y puso todos sus nombres sobre la mesa. Fue valiente por primera vez en la final y le salió bien, porque así es el fútbol y porque Palmer enfrió los ánimos a los dos minutos de saltar al campo. Empate.

Pero Inglaterra fue presa de sus propios miedos y España de sus sueños, de saber levantarse de los golpes. No ganar nada desde 1966 convierte en tóxica a la selección inglesa porque 58 años son muchos. Es una tragedia constante para una generación de oro que sigue de vacío. España es gloria eterna e Inglaterra es una eterna tragedia.

"Hemos competido hasta el final de la final. Hoy no mantuvimos la posesión lo suficientemente bien. Los márgenes son pequeños, pero España ha sido el mejor equipo del torneo y se lo merece", reflexionó Southgate, que criticó el calendario.

"Hay una desventaja por tener un día menos para prepararnos, pero estuvimos en el partido hasta los 80 minutos", dijo, insistiendo en que "ha sido un periodo duro para los jugadores, también para Harry Kane".

La maldición de Harry Kane, 642 partidos y cero títulos: “Cambiaría mis trofeos individuales por esta Eurocopa, sin dudar”

Actualizado Sábado, 13 julio 2024 - 22:28

Entre 2012 y 2023, el Bayern de Múnich ganó 11 Bundesligas, cinco Copas de Alemania y dos Ligas de Campeones. 18 títulos y al menos uno en cada una de esas 11 temporadas, con dos cursos logrando el triplete. Una época brillante e inigualable en la historia del club hasta que llegó la maldición de Harry Kane. El extraordinario delantero inglés busca hoy ante España, a sus 30 años, el primer título de su extensa y goleadora carrera. Algo que le ha sido imposible conseguir en los 642 partidos, 14 campañas de clubes, tres Eurocopas y dos Mundiales que ha disputado.

Si quieren que la selección española gane esta noche, toquen toda la madera que tengan a su alrededor porque el gafe es el protagonista de este artículo. «Sería bueno para Harry acabar de una vez con los que dicen que es un gafe y hacen bromas», advirtió el ex internacional inglés Stan Collymore cuando Kane fichó por el Bayern el pasado verano.

Para saber más

El delantero venía de una década de éxitos individuales y decepciones colectivas en el Tottenham y con Inglaterra. Subcampeón de la Eurocopa 2020, subcampeón de la Champions 18-19, subcampeón de la Premier 16-17, subcampeón de la Copa de la Liga en 2015 y 2021... Y a la vez, Pichichi de la Premier 2016, 2017 y 2021 y Bota de Oro del Mundial 2018. El cambio a Múnich obedecía a la búsqueda definitiva de un título. Y nada más lejos de la realidad.

En su primer partido oficial con el Bayern, en la Supercopa de Alemania disputada en el Allianz Arena, el Leipzig ganó 0-3 con un hat-trick de Dani Olmo. Al delantero le quedaban la Bundesliga, la Copa y la Champions para resarcirse. Ha sido máximo goleador del torneo alemán, máximo goleador de la Liga de Campeones y ha logrado su primera Bota de Oro, pero el Bayern perdió el título ante el Leverkusen, cayó de forma sorprendente en la segunda ronda de la Copa y fue eliminado por el Real Madrid, con aquel doblete milagroso de Joselu, en las semifinales continentales.

«quiero usar toda esa motivación»

Lo máximo que ha ganado un equipo de Kane es una Audi Cup, un torneo de pretemporada. Así de duro y así de pesado para uno de los mejores goleadores del siglo. En junio aterrizó en Alemania con la condición de capitán de los Three Lions y con la obligación personal y colectiva de levantar un título para su país 58 años después. Y los analistas le han machacado durante el torneo. «No se mueve en el campo», le criticó Gary Lineker.

Kane lleva tres goles en la Eurocopa, uno de ellos de penalti, pero sólo ha jugado dos partidos completos, todos en la primera fase. De hecho, aunque marcó de penalti en la semifinal contra Países Bajos, el héroe terminó siendo su sustituto, Ollie Watkins.

«Sé lo que significará para mí y para el país si ganamos, cambiaría mucho toda la situación. Así que quiero usar toda esa motivación esta noche», admitió Kane en la previa de la final, donde reconoció que intenta «no pensar demasiado en eso», al ser preguntado sobre todas las derrotas que ha sufrido en su carrera. «Perder una final es difícil de olvidar, así que cambiaría todos mis trofeos individuales por esta Eurocopa, sin duda. No es ningún secreto», finalizó.

El “robo” de Wembley en 1996, última parada de los España-Inglaterra: “Merecimos ganar, fue una decepción”

Actualizado Sábado, 13 julio 2024 - 22:27

"Imagínate. Jugar en Wembley, en un escenario tan especial, y contra Inglaterra... El público apretaba mucho y merecimos ganar, pero desgraciadamente perdimos en penaltis, una lotería. Fue una decepción". 28 años después, Alfonso Pérez Muñoz, en conversación con EL MUNDO, no olvida la tanda de penaltis de los cuartos de la Eurocopa de 1996. España e Inglaterra empataron a cero en el tiempo reglamentario después de una aplastante superioridad de los de Javier Clemente, con dos goles mal anulados a Kiko y Salinas, con un penalti no pitado a Caminero, con ocasiones clarísimas falladas... Hoy, en el Olympiastadion de Berlín, otro campo de leyenda, la selección buscará venganza.

"Ha sido un robo. No puedes jugar contra los 80.000 de la grada, contra los once de ellos y contra los tres árbitros. Es lo de siempre, ahora vete a la UEFA a protestar...", se quejaba un desesperado Salinas al micro de TVE tras el partido. "Es penalti claro, muy claro, demasiado claro", declaró Caminero. "Cuando no aprovechas las ocasiones y el árbitro no pita lo que es pues te queda eso, una cara un poco atontada", se resignó Kiko.

Para saber más

La derrota dolió a una España que venía de empatar con Bulgaria y Francia y de ganar a Rumanía con un gol de Amor en el tramo final para pasar a las eliminatorias por delante de la selección de Stoitchkov. En cuartos tocó la Inglaterra de Terry Venables, que venía de resucitar a los Three Lions tras la vergonzosa ausencia del Mundial de 1994. Los británicos habían pasado por encima de Países Bajos en la fase de grupos y ya cantaban lo que todavía hoy reclaman: "Football is coming home (El fútbol está volviendo a casa)".

Sobre el césped, Gary Neville, Gascoigne, McManaman, Shearer o Sheringham... Y también un joven central que despuntó en ese torneo: Gareth Southgate, hoy seleccionador inglés. Por España, más allá de los mencionados, Zubizarreta, Hierro, Nadal o Manjarín.

Shearer, Platt, Pearce y Gascoigne anotaron todos sus penaltis y Hierro y Nadal fallaron el primero y el último de los de Clemente, eliminados ante el anfitrión. "Estaba el país pendiente y nos dolió no poder responder. En estas competiciones hay que tener suerte y cualquier error se paga", explica Alfonso, que todavía hoy guarda la camiseta que se intercambió con Gascoigne.

Hierro envió el balón al larguero y Seaman detuvo el disparo de Nadal. Fue la última parada de un portero inglés en una tanda de penaltis hasta que Pickford detuvo la pena máxima de Bacca en la tanda de los octavos del Mundial de Rusia en 2018 contra Colombia.

La redención de Pearce y la explosión de Southgate

Aquel partido fue la redención de Stuart Pearce, lateral izquierdo británico que falló el penalti en las semifinales de Italia 90 contra AlemaniaFederal. Contra España no dudó. Lanzó el tercer intento inglés y superó a Zubizarreta. "La foto de ese penalti es el único recuerdo que tengo en mi casa", explicó al Daily Mail.

Ese partido ante España encumbró también a Gareth Southgate como nuevo líder de la defensa de los Three Lions. "Es un futbolista de clase mundial", dijo de él Bobby Charlton tras el duelo. Tenía 25 años y acababa de fichar por el Aston Villa. "Recuerdo que jugué bien", contestó ayer a EL MUNDO. "Nadal (hace un gesto con el pelo) es el jugador que me viene a la memoria. Kiko y Luis Enrique también. Fue un partido duro y creo que España debería haber ganado, probablemente. Los partidos contra ellos siempre son duros", reflexionó el seleccionador, que se intercambió la camiseta con Kiko.

En semifinales, sin embargo, el cielo se cerró sobre él. Southgate no había sido elegido para lanzar en los penaltis contra España, pero en semifinales contra Alemania fue uno de los elegidos. Shearer, que había anotado el primero contra los de Clemente, no tiró hasta el sexto lanzamiento, y el ahora seleccionador se atrevió con el primero. Falló. "Sólo quería desaparecer del mundo", admitió unos años después.

La final de esta noche significa mucho para el técnico británico. Es su propia revancha personal con el torneo. "Quiero ganar tanto que duele", dijo en la previa.

Pero enfrente de Southgate estará un equipo, el español, con varias cuentas pendientes con Inglaterra, ante la que sólo suma decepciones en Eurocopas y Mundiales. La derrota en los cuartos de 1996, en la fase de grupos de 1980, en los grupos del Mundial de 1950 y el empate en la segunda fase de la Copa del Mundo de 1982 que dejó al país fuera de las semifinales. Hoy, en Berlín, la revancha.

Engonga: “Me da igual que haya 11 negros u 11 blancos, siempre he sido de España”

Actualizado Sábado, 13 julio 2024 - 00:07

Vicente Engonga (Barcelona, 1965) fue el primer futbolista de raza negra nacido en España que jugó con la selección absoluta. Su padre había llegado a Cantabría en 1958 desde Guinea Ecuatorial, conoció a su madre y él nació en Barcelona antes de volver a Santander. Debutó el 23 de septiembre de 1998 tras una llamada inesperada de José Antonio Camacho y ahora, siendo parte de la Federación Española, en mitad del Campos Leyendas de España, charla con EL MUNDO sobre la "normalidad" con la que ve la gran Eurocopa de Nico Williams y Lamine Yamal.

Para saber más

¿Usted se considera un referente?
No, la verdad que no. Nunca he pensado en otra cosa que no sea vivir con normalidad. Es cierto que en mi barrio, en Cantabria, en los 60, el único negro era mi padre. Sé que en Bilbao, en Barcelona y en Madrid había alguna familia de Guinea Ecuatorial, porque sé que mi padre hablaba por teléfono con ellos, pero lógicamente España no era el país que es hoy, no era un país al que la gente iba a vivir, sino que era al revés, la gente emigraba a Alemania, a Francia, a otros sitios... Yo la infancia la viví con normalidad. Estuve bien cuidado y rodeado de amigos, y a partir de ahí ves que las cosas van cambiando.
¿Qué le decía la gente a su padre, qué le decían a usted y qué le dicen a sus hijos?
Cuando mi padre llegó a Cantabria desde Guinea Ecuatorial, en el 58, todo el mundo le aceptó muy bien pero era como un ser extraño. La gente no estaba acostumbrada a ver a un hombre negro por la calle. Iba a algún pueblo y había gente que le quería tocar la piel. Y los niños, que son los más curiosos y los que tienen la mente más abierta, le tocaban, mi padre les hacía dos gracias y ya está. Yo me encontré alguna situación parecida de pequeño, peleando con un niño en el fútbol me llamó 'negro de mierda' y me fui a casa llorando. Y mi madre que es blanca me cogió la palma de la mano y me dijo '¿De qué color es?': 'Blanca'. Le dio la vuelta y me dijo '¿Y esto?'. 'Negro'. 'Pues ahora vas a ese niño y le llamas 'blanco'. Y se acabó el problema. Cosas de niños. Cuando vas creciendo te puedes sentir extraño cuando en general ves que los equipos no tienen ningún jugador de color, pero es que había sólo un argentino, por ejemplo. Si no eres un país al que no venga gente no hay tanta mezcla. Y a día de hoy pues hace mucho tiempo que a España llega mucha inmigración de muchas zonas, hay niños que se crían aquí y es su país, y otros que nacen aquí y también es su país.
Su padre llegó a España para jugar al fútbol.
Sí, pero la motivación es la misma: encontrar tu futuro laboral en otro sitio. Mi padre jugaba bien, estuvo en el Racing de Santander o en la Gimnástica de Torrelavega y a la vez trabajaba. Y se quedó. La motivación siempre es mejorar, ahora y antes.
¿A usted le discutían su 'españolía'?
En el entorno en el que yo crecí no tuve ningún problema. Todo el mundo sabía que éramos españoles y que mi padre había nacido en otro país. Hoy en día hay muchas discusiones y han cambiado mucho las leyes de extranjería, pero es política y yo paso de la política y de los políticos. A nivel personal siempre he pensado lo mismo: si naces en un sitio y te crías en ese sitio, eres de ese sitio. A mí me pasó, salvando las distancias. Nací en Barcelona porque mi padre estaba allí jugando en el Condal, pero a los ocho meses volvieron conmigo para Cantabria y crecí allí. En mi carnet pone que soy de Barcelona, pero yo no me siento catalán. Es un tema complicado, cada uno tendrá una opinión, pero lo normal es que si naces en un país eres de ese país. Yo me sentía representado viendo a todos los fenómenos en el 78 y en el Mundial de España 82, siempre he sido de España y me da igual que haya 11 negros u 11 blancos. No creo que esto represente más o menos al país. Creo en el fútbol, en que si eres bueno juegas y si eres malo vas al banquillo.
¿Qué sintió cuando debutó con la selección?
No tuve tantos sentimientos como cuando me dijeron que estaba convocado. Pensaba que se habían vuelto todos locos, te lo juro. Tenía 32 años, casi 33, no había sido nunca internacional de nada, ni siquiera había estado en las quinielas. Y te vienen y te dicen que te vas con España. No me lo creía, pensaba que era una broma. Viene Camacho y te da la mano, y Hierro, con todas las trifulcas que habíamos tenido, me acogió como a un hijo. Ahora cuando veo a chicos jóvenes como Lamine o Nico que llegan tan temprano a ese momento, creo que tienes que tener la cabeza muy bien amueblada para seguir siendo tú y siendo consciente de lo que representa. Yo ya era maduro, pero si no tienes los pies en el suelo te pueden pasar muchas cosas, y no buenas.
Lamine y Nico dan la sensación de pasar un poco por encima de todo el debate.
Igual dentro de su juventud tienen esa conciencia inconsciente, ¿no? Yo conozco a los dos personalmente y creo que están muy bien cuidados por su entorno y tienen la cabeza bastante bien puesta. Veo difícil que se pierdan por el camino.
Usted trabaja como asistente en diferentes categorías de la Federación Española, donde hay más casos como los de Nico y Lamine. ¿Tiene conversaciones con ellos sobre el tema? ¿Les intenta aconsejar?
Intento ver cómo les puedo ayudar. Vas viendo sus personalidades y a quién le puede molestar más una cosa u otra. Siempre intento sacar dos minutos, charlar con ellos, ver cómo lo llevan, cómo se sienten... Creo que es muy importante que ellos sientan esa normalidad en todos los sentidos. Que vean que nadie se come a nadie, que están en casa y que todos son hermanos. Para que cuando venga De la Fuente y les llame sepan que se encontrarán con un salto de nivel y no con otras cosas.
Es importante que tengan referentes dentro del campo pero también en el banquillo, como usted.
Sí, tal y como está el mundo en cualquier selección de inferiores, incluso en Finlandia, que los he visto, tienen variedad de razas. Y esa normalidad la das desde el momento en el que el entrenador finlandés, noruego o lo que sea pues es de origen árabe, de color negro o es una mujer. Esa normalidad es lo que viene. Y el trabajo tiene que empezar desde abajo para hacer entender a todo el mundo que lo realmente importante es que vas a defender a tu país en un deporte y tienes que estar orgulloso de ello.
Lo estamos viendo en esta Eurocopa.
Es un tema multicultural. En una concentración puedes tener tres musulmanes, que son españoles y musulmanes. Y tienen horarios, cosas que hacer, alimentos que no pueden comer... Y todo eso se lleva a cabo. No es un tema de raza u color, es un tema de que eres un futbolista con unas características y no se te puede hacer la vida imposible porque tengas un color diferente o creas en otra cosa. Esa es la normalidad que por suerte está viviendo la juventud. Yo tengo hijos de 33 y 28 años, que vivieron unas cosas cuando crecían, y tengo otra de 14 que te sorprendería la naturalidad con la que trata todos los temas. Porque crecen así, lo ven, mi hija tiene suerte porque su padre soy yo y le explico las cosas.. Hay que ver todo con naturalidad y no prejuzgar a nadie por la pinta que tenga.
El Valladolid de Maturana y los colombianos, el Celta de los balcánicos... Ha estado en vestuarios muy diversos.
He tenido esa suerte. He jugado en casi todas las categorías del fútbol español porque cuando me fui a hacer la mili a Ferrol jugué en Segunda Regional. He tenido compañeros de todas las razas, colores y credos y si algo he aprendido es que cuando dos quieren se llevan bien. Yo creo en las personas, y hay personas buenas y malas en todos los ámbitos.
¿Antes se insultaba más dentro de un campo de fútbol?
Muchísimo más. Imitaban sonidos de animales, te tiran cosas... Pero por suerte también ha cambiado y se está erradicando. También ocurre que a veces hay futbolistas que se dedican a otras cosas que no son jugar al fútbol y acaban provocando, porque por su carácter no pueden aguantarlo, se estresan y contestan... Pero se está mejorando dentro y fuera del terreno de juego.
Le he leído alguna vez reflexionar que usar la raza para insultar durante un partido no es racismo.
Cuando compites contra un rival puede haber odio porque le quieres ganar, el problema es qué tipo de odio. Yo he dicho esa frase, 'negro de mierda', con otro color. ¿Soy racista? No. Pero en un partido hay tensión y te sale un insulto u otro, y te puede salir algo con la raza, con su madre, con su prima... Es difícil de controlar. Y eso no implica que seas mejor o peor persona. Pero a partir de ahí, cuando llegas al vestuario es cuando tienes que ver qué actitudes tiene un futbolista. Ahí sí que tienes el cerebro en calma y ahí sí que puedes decir que alguien es racista, xenófobo u homófobo. Dentro siempre he pensado que incluso en la grada, es un tema deportivo y de querer desestabilizar al enemigo.
Cada vez hay más leyes para erradicar esos comportamientos en los campos de fútbol.
Y estoy de acuerdo y entiendo que tiene que ser así, que hay que educar a la gente y que no se puede insultar. Que hay muchas maneras de desestabilizar al rival sin insultar. Pero no es menos insulto que se acuerden de la madre o el padre de un jugador que decir negro o sudaca. Sin embargo a veces no se le da tanta importancia.

La “pasión” sin control de Pickford en la portería de Inglaterra: muchos gritos, un psicólogo y un cambio de apellido

Actualizado Sábado, 13 julio 2024 - 00:05

Cuando usted se siente a ver la final del domingo, seguramente le sorprenda el portero de Inglaterra. Le verá gritar sin parar a sus compañeros, a la grada y al banquillo. Gesticulará en todo momento, incluso cuando el balón esté a 50 metros de su portería. Moverá los brazos, la cara, se reirá con sus rivales y volverá a gritar de nuevo. Ese hombre es Jordan Pickford, un guardameta de 30 años que juega en el Everton y que tiene una personalidad única.

«Lo ve todo y nos habla mucho. Bueno, mucho no, todo el rato», bromea John Stones, líder de la defensa de Inglaterra, desde la concentración en Blankenhain. «Es un poco pesado, pero le queremos mucho. Ha sido muy importante para nosotros en este torneo, no tengo nada malo que decir sobre él. No nos deja caer y espero que siga así durante muchos años», reflexiona Kyle Walker, diana de los gritos de Pickford en muchos partidos.

El portero del Everton ha sido clave en el éxito de Inglaterra a lo largo de esta Eurocopa. En octavos realizó varias paradas de mérito contra Eslovaquia y en cuartos fue el héroe de los penaltis contra Suiza. Los británicos no ganaban una tanda continental desde los cuartos de 1996, precisamente ante España, y Pickford les salvó. Lo mismo hizo en los cuartos del Mundial de 2018, también en el momento decisivo desde los 11 metros ante Colombia. ¿Su secreto? Un papel pegado a su botella de agua con el lado al que solían disparar los futbolistas suizos. Algo que repetirá contra España en caso de llegar más allá de los 120 minutos.

Detuvo un penalti al helvético Drmic para acabar terceros en la Liga de Naciones de 2019 y en la Eurocopa de 2021 hizo todo lo que pudo en la final contra Italia, repeliendo los disparos de Belotti y Jorginho. Un logro insuficiente alzar el trofeo. Con el rechazado a Manuel Akanji en cuartos, ha evitado 4 de 14 penaltis en grandes torneos, una cifra superior a los dos que pararon los arqueros ingleses entre 1990 y 2012.

"Es difícil de cambiar"

El puesto de portero de la selección nunca parece bien cubierto en Inglaterra, pero Pickford va camino de hacerse un nombre en la historia del país. Criticado en la Premier durante años, esta temporada se ha transformado y ha llevado esa evolución a los Three Lions a pesar de que no juega en uno de los grandes clubes de su liga. Ha sido el segundo guardameta del campeonato, tras David Raya, con más porterías a cero. Y es el segundo portero con mejor porcentaje de paradas en las Eurocopas tras Iker Casillas, teniendo en cuenta aquellos que han disputado 10 o más partidos.

«Este es su carácter y es difícil de cambiar», admitía Carlo Ancelotti durante su estancia en el Everton. El portero era incontrolable porque más allá de los gestos, fallaba mucho sobre el césped. «Tiene que estar concentrado en lo que está haciendo, conociendo sus limitaciones y también sabiendo sus puntos fuertes», explicaba el técnico italiano, con cierta mano izquierda.

Ahora parece que Pickford ha sabido cómo gestionarse, gracias también a la confianza de Gareth Southgate, que siempre le ha defendido a pesar de las críticas. «Dicen que soy leal a él, pero es que se lo ha merecido. No hay nadie que le desafíe seriamente en la posición», admite el seleccionador en Blankenhain.

"He cambiado como persona"

Pickford sigue gritando y gesticulando, pero detiene balones, que al fin y al cabo es lo más importante. «Hace un par de años comencé a trabajar con un psicólogo, porque fui consciente de que tenía mejorar en algunas cosas. Y creo que en los últimos dos años he estado en el mejor plano mental de mi vida. He cambiado como persona, pero he mantenido la pasión», admitía durante una reciente entrevista con Sky. «He nacido con esa pasión y tengo que equilibrarla con el juego, pero sin perderla», añadía.

El portero nació en Sunderland y se formó desde los ocho años en el conjunto local. Una vez llegado al profesionalismo, no parecía capaz de mantener la regularidad y fue cedido a seis equipos en cuatro años. Una locura que también explica su momento vital. Darlington y Alfreton Town, de ligas regionales; Burton Albion, en la Cuarta División; Carlisle United y Bradford City, en Tercera y Preston North End en Championship, donde sí brillaría para catapultarse al Sunderland y al Everton, que en 2017 le convirtió en el portero inglés más caro de la historia. El club de Liverpool pagó 25 millones de libras y a partir de ahí fue un fijo en la selección. Southgate, que le había visto en las inferiores, no dudó.

Y aquí está Pickford, que en realidad es 'Pigford' de nacimiento, aunque se cambió su apellido porque significaba «vado de cerdos». Cosas de Jordan. Le espera España.

El sistema 'ADN Inglaterra' que cambió al fútbol inglés y nació del éxito de España: "Vieron los títulos de 2008-2012 y..."

El sistema ‘ADN Inglaterra’ que cambió al fútbol inglés y nació del éxito de España: “Vieron los títulos de 2008-2012 y…”

España e Inglaterra en la final de la Eurocopa de 2024. La Inglaterra de Cole Palmer ganando a la España de Baena en la final de la Eurocopa sub'21 de 2023. La Inglaterra de Foden, Guehi y Gallagher ganando a la España de Ferran la final del Mundial sub'17 de 2017. La misma España ganando a la misma Inglaterra la final del Europeo sub'17 de 2017. Todos estarán en Berlín. Un español ganando la Champions en siete de las últimas once temporadas, seis el Madrid y una el Barça. Un inglés levantándola en tres de las últimas seis (City, Chelsea y Liverpool). El dominio del fútbol español y del inglés sobre el resto de Europa es extraordinario, pero tiene un origen, y ese origen es el éxito de España en el periodo 2008-2012, germen, también, de la evolución definitiva del fútbol británico. Fue el Big Bang de la final del domingo.

«La Federación inglesa vio el éxito de España entre 2008 y 2012 y se dio cuenta de que necesitaba un sistema similar y propio por encima de los grandes nombres», explica Aadam Patel, periodista del Daily Mail. Los fracasos del conjunto británico durante tantas y tantas décadas a la espalda de tantas y tantas estrellas se tenían que acabar, así que la FA le dio carta blanca a dos nombres: Dan Ashworth y Gareth Southgate.

El primero, ahora director deportivo del Manchester United, fue elegido como director de desarrollo de la Federación Británica en 2012 y creó, a rebufo de los triunfos españoles, el 'ADN Inglaterra', un sistema tecnológico y futbolístico para el desarrollo de las jóvenes promesas a través de la Premier y las categorías inferiores del país. El segundo llegó a la selección sub'21 en 2013 y a la absoluta en 2016, siendo clave para la evolución definitiva de los jóvenes que crecieron bajo ese programa.

Los títulos en inferiores

«En el momento se recibió con mucho escepticismo, pero ahora las consecuencias son muy claras. Inglaterra tiene un sistema que le ha llevado muy lejos», analiza Patel. Los datos apoyan ese 'ADN Inglaterra': la absoluta acumula una semifinal en el Mundial 2018, una final perdida en la Euro 2020 y una final este año. Resultados históricos para ellos, aunque siguen soñando con repetir el éxito de 1966. Además, en los últimos diez años han ganado un Mundial sub'20 y un sub'17 y cuatro Europeos, sub'21, dos sub'19 y uno sub'17.

«Todos esos títulos son fruto de la planificación que hubo hace más de una década. La FA y la Premier crearon un sistema para promover el talento. La Premier invierte y cada club tiene unas exigencias con el fútbol base. Es un sistema de cuatro categorías, siendo la 1 la más alta», explica a EL MUNDO el técnico español Pep Clotet, que ha pasado por el Birmingham City, donde coincidió con Bellingham, el Oxford United, el Leeds o el Swansea. «En Swansea, por ejemplo, pasamos del nivel 2 al 1 y la diferencia era que teníamos que invertir 5 millones en total en el fútbol base. Pero la FA y la Premier te exigen objetivos y te supervisan todo cada seis semanas a través de un sistema que llaman 'Review' y que implica una estrategia para todas las categorías del club. A nivel físico, nutricional, psicológico, de entrenamiento, de instalaciones... Y la FA y la Premier coordinan todo a través de una herramienta tecnológica. Tienen una estrategia para cada futbolista», desarrolla Clotet.

Lo que dice el 'ADN Inglaterra'

Pero, ¿es cierta la 'copia' al modelo español? ¿Qué dice ese 'ADN Inglaterra? Juzguen ustedes el inicio de los mandamientos del programa: «El objetivo de los equipos ingleses es dominar la posesión de forma inteligente, seleccionando los momentos adecuados para hacer progresar el juego y penetrar en el campo contrario».

«Se apoyan en cómo entrenamos en España. La forma de entrenar es muy española. Usan mucho la posesión, el juego en espacios reducidos, el trabajo técnico...», asegura Clotet. «Hasta cierto punto, es lo que España ha venido haciendo los últimos 20 años, pero no se pone el mismo énfasis en jugar un fútbol atractivo. Se trata de ser sólidos en la posesión y crear un equipo difícil de batir. Ahora la presión es ganar un trofeo. 1966 fue hace mucho tiempo», admite Patel.

Ese 'ADN Inglaterra' se ve en la plantilla de la selección, la tercera más joven de toda la Eurocopa con 26,2 años de media, sólo superada por República Checa (25,5) y Turquía (25,8). En su equipo titular, jugadores nacidos a partir del 2000 como Guehi (23 años), Saka (22), Mainoo (19), Bellingham (21) o Foden (24).

Southgate, clave

«Southgate es el hombre principal ahora mismo y sería una gran pérdida para la FA si se va porque ha llevado a cabo todo el sistema», explica Patel. Y es que Southgate estaba con Ashworth en esas primeras reuniones del 'ADN Inglaterra'. «Es el gran responsable», añade Clotet, que insiste en que al país le falta «una gran victoria para tener identidad».

Aunque la selección sigue esperando el primer título desde hace casi 60 años, el 'ADN Inglaterra' ha convertido a la Premier League en la mejor liga del mundo. Es la que recibió más ingresos en la temporada 22-23, con 6.967 millones de euros, superando a LaLiga (3.500) y acaba de firmar un contrato de televisión de cuatro años con Sky y TNT por valor de 6.700 millones para las emisiones en el país. LaLiga, mientras, se verá entre 2022 y 2027 en territorio español en DAZN y Movistar por 4.950 millones, pero Bellingham y Yamal, estrellas de la final, juegan en el campeonato ibérico.

Una excepción en 100 años, ¿por qué en las selecciones sólo triunfa el entrenador nacional?: “Son identitarias”

Actualizado Viernes, 12 julio 2024 - 00:45

Luis de la Fuente nació en Haro (La Rioja), Gareth Southgate en Watford, Didier Deschamps en Bayona y Ronald Koeman en Zaandam. Todos en el territorio de la selección a la que han dirigido en esta Eurocopa. ¿Sorprende? No, porque siempre es así. No se gana con un entrenador que no sea de tu propio país. Lo dice la historia. Desde 1930, año del primer Mundial, y 1960, momento de la primera Eurocopa, sólo una selección ha ganado el torneo con un técnico extranjero: Grecia con el alemán Otto Rehhagel en 2004. Y fue la sorpresa de todas las sorpresas.

«La selección es un equipo identitario, se identifica con una nación. Por eso las grandes selecciones buscan entrenadores del mismo país. Alguien que conozca el fútbol, el entorno y la identidad del equipo», explica el psicólogo deportivo David Peris. Porque sí, la selección es tan mental y emocional como futbolística. Incluso más.

«Sería inaceptable», clamaba hace unos días Sam Allardyce, exseleccionador, preguntado por la posibilidad de que un entrenador no inglés dirigiera a los Three Lions si Southgate era cesado de su cargo. «El técnico de Inglaterra debe ser siempre inglés», añadía Jamie Carragher, leyenda del Liverpool y de la selección. No quieren repetir la experiencia de Eriksson (2001-2006) y Capello (2007-2012).

«Los aficionados estarían encantados con alguien como Guardiola o Klopp, claro, pero tras lo que pasó con Eriksson y Capello creo que será difícil que elijan a un extranjero», explican varios periodistas ingleses en un corrillo formado en la concentración británica en Blankenhain.

"El fútbol francés no está listo para un extranjero"

«Si Deschamps se va, todo el mundo quiere a Zidane como sucesor», explica Denis Menetrier, periodista del diario francés Le Monde. «No creo que haya una voluntad de elegir a un extranjero, sería admitir la debilidad de los entrenadores franceses, que es otro debate. Creo que el futbol francés no está listo para tener un extranjero», reflexiona.

El dato de Rehhagel es contundente: una victoria extranjera en 38 torneos desde 1930. En Europa, lo intentan ahora el español Roberto Martínez con Portugal, antes con Bélgica, y el italiano Montella con Turquía, ambos cuartofinalistas de la Eurocopa. «Tanto en Bélgica como en Portugal, Roberto ha entendido que lo ideal es atraparse de la cultura local, del idioma y de sus costumbres. Es lo principal», admiten los que mejor conocen al seleccionador luso, que desde su llegada obligaba a sus compañeros a hablarle en portugués.

A pesar de los intentos de Brasil con Ancelotti y los rumores del interés de Inglaterra en Guardiola, parece que las grandes selecciones se siguen fiando del talento nacional. En la clase media es diferente: en la Eurocopa hay cinco seleccionadores italianos, son mayoría, Albania tiene al brasileño Sylvinho, Georgia al galo Sagnol... «Buscan fuera el talento que no tienen en casa», explica Peris.

El fútbol de clubes, sin embargo, olvida la nacionalidad y se tira al talento. Ancelotti gana con el Madrid y Guardiola con el City, el Barça y el Atlético están entregados a Flick y Simeone...

La "premonición" del héroe Watkins y el partido "de tú a tú" de Bellingham contra España: "Juegan de maravilla"

La “premonición” del héroe Watkins y el partido “de tú a tú” de Bellingham contra España: “Juegan de maravilla”

Ollie Watkins no se lo podía creer. A sus 28 años, tras haber jugado sólo 14 partidos con Inglaterra en los que había anotado tres escasos goles, el delantero del Aston Villa de Unai Emery fue el héroe de su país en una semifinal de la Eurocopa. Y, como si fuera fácil, parece que el futbolista se lo imaginaba. "Antes del partido tuve una premonición. Lo juro por mi vida, por mis hijos, le dije a Cole Palmer que íbamos a entrar desde el banquillo y que me iba a dar un pase de gol". Así lo contó en la zona mixta de Dortmund y así sucedió sobre el césped.

En el minuto 91, la estrella del Chelsea filtró un pase al atacante del Villa, éste se dio la vuelta fabulosamente y cruzó la pelota hasta donde no pudo llegar Verbruggen. 1-2 e Inglaterra en la final. "Sabía que en cuanto tuviera el balón me la iba a jugar. Hay que ser egoísta: la toco y la remato. Y cuando vi que entraba... Madre mía. No tengo palabras", reflexionó ante los medios.

Watkins, criado en el Exeter City y en el Brentford y futbolista del Aston Villa desde 2020, ha vivido este año la mejor temporada de su vida. 19 goles en la Premier y 27 en total gracias, en parte, a la llegada de Unai Emery. "Ha mejorado muchísimo. Está fantástico. Tiene una actitud muy buena y desea con todas sus fuerzas hacer algo con el club y con la selección, estar en ella y ser uno de los mejores delanteros del campeonato", dijo el técnico español sobre él antes de la Eurocopa.

Dicho y hecho. En apenas diez minutos, Watkins aprovechó la oportunidad que le dio Gareth Southgate, sustituyó a todo un emblema británico como Harry Kane y metió a Inglaterra en la final. "Nunca había soñado con algo así, te soy sincero. No pensaba en que iba a estar en un torneo así... He trabajado muchísimo", admitió entre lágrimas.

El gol de Watkins dio la razón a Southgate, criticado durante las últimas semanas. Y el seleccionador 'devolvió' un poco esas palabras en sala de prensa. "A todos nos gusta sentirnos queridos, ¿no? Cuando eres inglés y todo lo que lees son críticas es duro, pero vivir noches como estas lo es todo".

En los pasillos del Signal Iduna Park, Jude Bellingham ya observaba la final del domingo contra España, en la que se encontrará a tres amigos del Madrid (Nacho, Carvajal y Joselu) y varios conocidos de la liga española. "España ha jugado de maravilla. Ha estado muy bien, pero la final es sólo un partido y puede pasar cualquier cosa. Estoy seguro de que nos sentaremos, los analizaremos y haremos el análisis adecuado. Vamos aenfrentarnos de tú a tú contra ellos", avisó.

Y es que Inglaterra ha dado un paso adelante contra Países Bajos. Ha sido más vertical y se ha arriesgado más en ataque, especialmente en una primera parte en la brilló Phil Foden. "Recibiremos críticas cuando no juguemos bien, pero es importante que nos unamos para ganar estos partidos. Estos momentos son geniales, nos unen como equipo y como familia", dijo, y dio las gracias a Watkins porque "creo que no me quedaba gas para otra media hora". "Es el héroe y nos salvó", añadió.

"Tenemos futuro"

En el otro lado de la balanza, la tristeza de Países Bajos, donde Xavi Simons, ex del Barcelona y actual jugador del Leipzig, habló en castellano con este periódico. "Uno de mis sueños es llevar a esta selección a lo más alto y estoy seguro de que lo vamos a conseguir algún día, tenemos un grupo con mucho futuro", declaró, admitiendo que la rapidez con la que Inglaterra empató el partido cambió el duelo: "Hemos empezado presionándoles mucho, que creo que es algo que les incomodaba, pero bueno, al final metieron el 1-1 muy rápido y el partido se decanta por detalles mínimos".

Quejas por el penalti

Ese 1-1 fue el tema de conversación en la zona mixta. El penalti, revisado por el VAR, de Dumfries sobre Kane. Una 'plancha' que el colegiado Zwayer en directo no señaló pero que cuando consultó la pantalla juzgó como pena máxima. "Creo que dice todo sobre la situación que el árbitro entrara tan rápido al vestuario al acabar el partido... No me dio tiempo ni a saludarle", aseguró, irónico, Van Dijk, capitán neerlandés.

"Creo que no era penalti", declaró Koeman. "Es otra de esas decisiones de VAR... ¿Qué tienes que hacer como defensa? Denzel intenta blocar el balón y Kane dispara y luego golpea el zapato de Dumfries con su bota. El fútbol cambia de verdad por este tipo de decisiones del VAR", se quejó, e insistió en que "pitó cosas que no se pitan en la Premier League".

Watkins, héroe de Inglaterra en el 91 para remontar a Países Bajos y jugar la final ante España

Watkins, héroe de Inglaterra en el 91 para remontar a Países Bajos y jugar la final ante España

La grada de Inglaterra repite en cada noche de Eurocopa el dichoso «Football is coming home (El fútbol está viniendo a casa)». Cada noche. No se cansan, en esa fe eterna en que algún día les tocará. Y este torneo les ofrece milagros que en otros se les negaba. Aquella chilena de Bellingham contra Eslovaquia, los penaltis contra Suiza... Y ayer un gol en el minuto 91 para remontar contra Países Bajos y meterse en la final contra España. El héroe fue Watkins, apuesta de Southgate en el tramo final. Simons adelantó a los de Koeman, pero Inglaterra brilló por fin en un torneo que van a pelear hasta el final.

El seleccionador británico tardó cinco partidos en hacer jugar a sus futbolistas, pero al final lo consiguió. Southgate, el más criticado de la Eurocopa junto a Deschamps, se jugaba su futuro en estas semifinales porque el nivel del equipo ha sido paupérrimo... Hasta esta noche.

El técnico repitió su ataque, con Rice y Mainoo en el doble pivote, Saka en banda derecha, Foden y Bellingham enlazando y Kane en punta. Y por fin funcionó. Si durante estas semanas la clave habían sido los dos goles de Bellingham a Serbia y Eslovaquia y los penaltis contra Suiza, ante Países Bajos Foden vivió su primer gran partido. Jugó liberado en la mediapunta, cayendo hacia el carril derecho para trazar diagonales y buscar la portería con su zurda. Eso que tantas veces había hecho en el City de Guardiola hasta ser elegido mejor futbolista de la última Premier. El 'Iniesta de Stockport' brilló, aunque antes le tocó sufrir.

En el minuto 7, Rice se durmió en un control y Simons le robó el balón, arrancó hacia el área y se inventó un misil desde la media luna que sorprendió a Pickford, incapaz de estirarse para evitar el gol.

Así son los de Koeman, eléctricos, verticales y con capacidad de amoldarse a sus entornos. El cuadro del torneo ha sido benévolo con ellos, y a pesar de ser terceros en el grupo de Austria, Francia y Polonia se han tenido que enfrentar a Rumanía y Turquía en su camino hacia cuartos. Pasaron por encima de los rumanos y tuvieron que remontar a los otomanos, pero lo hicieron con virtudes de candidato.

Reacción inglesa

Los de Southgate se quedaron paralizados tras el 1-0 y el conjunto Oranje siguió insistiendo para el segundo, hasta que los Three Lions despertaron. Primero Kane, luego Saka y por tercera vez, la buena, de nuevo Kane. El delantero del Bayern remató una volea dentro del área y recibió una plancha de Dumfries. El alemán Zwayer no lo vio, pero el VAR le avisó. Revisión, penalti anotado por el capitán y empate.

A partir de las tablas, Inglaterra hizo suyo el partido. Dominó la posesión, como otras veces, pero fue más vertical y más agresiva en sus pases. Se atrevió. Porque si no te atreves puedes llegar a semifinales con algo de fortuna, pero rara vez podrás salir campeón. Lo entendieron los de Southgate y lo entendió Foden, que apareció por primera vez en el torneo y tuvo el segundo en varias acciones.

Primero, Dumfries sacó sobre la línea el remate del inglés, que había regateado a Verbruggen tras un buen pase filtrado de Mainoo. Después, el palo repelió el lanzamiento desde lejos de Foden cuando la rosca amenazaba con colarse en las redes neerlandesas. Era un gol clavado al de Lamine, pero salió despedido.

Fueron los mejores minutos de Inglaterra, con Foden cayendo a la base a iniciar la jugada y conectando con Saka y Kane arriba. Koeman se vio obligado a meter a Veerman, un centrocampista, por la lesión de Depay, y aunque ganó en número, no consiguió el balón.

El miedo

Tras el descanso el ritmo bajó. Ambos se acordaron de que había una final en juego y el miedo empezó a aparecer. Comenzaron a asegurar más los pases y a tomar menos riesgos y el encuentro se convirtió en cemento. Todo mucho más táctico, esperando el hueco o el error en la defensa rival. Inglaterra entregó el balón y Países Bajos comenzó a hacerse con él cuando entendió que a la contra le estaba siendo difícil.

Entre Schouten, Reijnders y Veerman los de Koeman dieron un paso adelante y Simons, en el 77, tuvo una volea que remató mordida. Los británicos necesitaban de nuevo a Foden, exhausto. Su último servicio fue aparecer entre líneas para filtrar a Walker y que Saka venciera a Verbruggen, pero el tanto se anuló por fuera de juego. Southgate le retiró junto a Kane y entraron Palmer y Watkins.

Decisión importante que le salió bien, porque en el 91, cuando ya se observaba la prórroga, el del Chelsea asistió al del AstonVilla para que con un excelente movimiento definiera cruzado. Veremos si el fútbol vuelve de nuevo a su casa, pero Inglaterra viene a por España. Toca Berlín.

Los "indignos" abucheos de la afición alemana a Cucurella: "Me parece una vergüenza"

Los “indignos” abucheos de la afición alemana a Cucurella: “Me parece una vergüenza”

Con permiso de Lamine Yamal y Nico Williams, Marc Cucurella es la estrella de la selección española. El más querido en redes sociales, todo un descubrimiento para los enviados especiales que conviven con él en la concentración en la Selva Negra y uno de los más aclamados por la grada en cada partido. En el Allianz Arena, la 'Marea Roja' se volcó todavía más con él. ¿Por qué?

Desde el primer segundo del partido, Cucurella fue abucheado por gran parte del estadio. No por los aficionados franceses, y obviamente tampoco por los españoles. Quienes silbaban a Cucurella eran los miles de alemanes con entrada que habían comprado el billete pensando que las semifinales las iba a jugar el país anfitrión. Y claro, la rabia les hizo actuar de una manera "vergonzosa", como declara su prensa nacional.

Pusieron en Cucurella su diana, acusándole a él de la derrota en cuartos y viéndole culpable por el penalti por mano que no pitó Anthony Taylor. Musiala disparó a puerta y el balón dio claramente en el brazo del lateral español. ¿La realidad? El VAR no entró porque Füllkrug estaba en fuera de juego antes.

Dio igual, Cucurella fue abucheado durante todo el duelo, sin parar, incluso cuando sólo tocaba el balón medio segundo. "Son cosas que pasan, yo no tengo culpa de nada... Lo importante es que estamos en la final y ya está", dijo el futbolista en la zona mixta de Múnich. Calmado y aceptando la situación. "No sé lo que pretendían, pero es lo que hay. Lo importante es que hemos pasado a la final", insistió.

En una entrevista con EL MUNDO, hace sólo unos días, el defensa de Alella (Barcelona) admitió que ya estaba "acostumbrado" a los insultos. "Tú no vas a un hombre que está en una obra y le insultas. ¿Por qué a un futbolista sí? No es que me moleste, porque ya estoy acostumbrado, pero la gente va al fútbol a desahogarse y parece que hay barra libre para insultar", reflexionaba.

Pero en Múnich no estuvo sólo. Unos segundos antes, Dani Vivian se había mostrado muy enfadado por los pitos de la grada a su compañero: "Me parece una vergüenza, creo que ningún jugador se merece eso. Venir a un campo de fútbol a abuchear a una persona es de no tener respeto por alguien que está haciendo su trabajo. No lo comparto en absoluto".

La prensa alemana ha sido muy dura con su propia afición. "Vergonzosa, tonta y contraria a la idea del juego limpio. Se comportan de una forma indigna", manifestó el periódico germano Kicker. "Muy malos anfitriones y muy malos perdedores", aseguraron en la cadena de televisión NTV.

La situación, a pesar de todo, no pareció afectarle durante el encuentro. Después de unos primeros minutos de algunas dudas, Cucurella cuajó un encuentro extraordinaria, secando a Ousmane Dembélé, que sólo realizó un regate en todo el choque, en una noche que le obligaba a estar más pendiente de la defensa que del ataque. Y aún así, se le vio varias veces doblando a Nico Williams y llegando a línea de fondo.

85% de acierto en el pase, dos despejes, un tiro bloqueado, una sola falta, cuatro balones largos... Su evolución durante el partido fue la evolución de España, capaz de reaccionar al gol inicial de Kolo Muani.

Un partido, otra vez, de nota. Y van ya cinco en el torneo, donde sólo ha descansado en la tercera jornada de la fase de grupos. Cucurella se ha trabajado la carrera desde el Eibar, el Getafe, el Brighton y el Chelsea, donde ha conseguido hacerse un hueco en el once de los 'blues' y en la selección. Siempre, además, con un perfil alejado del foco mediático, con su novia de toda la vida y tres hijos. Y eso que tiene sólo 25 años. "Quería ser padre joven", reconoció en la charla con este periódico.

"Cucurella come paella, bebe Estrella y tiene un pelo gigante", le cantaba la afición de Stamford Bridge, una canción que ha terminado traduciéndose al castellano, al viral "Cucu Cucurella", y convirtiéndose en la canción más escuchada de toda la Eurocopa junto a la famosa 'Potra Salvaje'. Los jóvenes y las redes sociales adoran al catalán e incluso el alcalde de Cullera, pueblo de Valencia, le ha 'cambiado' el nombre a su ciudad. un baile al ritmo de "Cucu Cucurella".

"Soy divertido. Creo que valgo para hacer monólogos", dice. En el grupo de WhatsApp del vestuario de España no dejan de enviarse vídeos y memes del futbolista, siempre con cariño. Es uno de los favoritos de sus compañeros. Una persona normal convertida en jugador de fútbol.