Una corriente adversa: el apagón, última contrariedad para un torneo sin Alcaraz, sin Djokovic, sin españoles y con muchos lesionados

Una corriente adversa: el apagón, última contrariedad para un torneo sin Alcaraz, sin Djokovic, sin españoles y con muchos lesionados

Primero fue la baja, no por temida tras los problemas físicos padecidos en el Conde de Godó menos dolorosa, de Carlos Alcaraz. Al día siguiente, por su recurrente lesión en la espalda, se borró Paula Badosa. Novak Djokovic, que regresaba a Madrid después de tres años, se despidió en el debut, ante Matteo Arnaldi, confirmando que su tiempo empieza a quedar atrás. El domingo, pese a realizar un partido notable, Alejandro Davidovich perdió en tercera ronda contra Alexander Zverev. El torneo se quedaba así sin representación española en los cuadros individuales de octavos de final, algo insólito en cualquier evento tenístico disputado en nuestro país. Zverev, doble campeón del torneo y primer cabeza de serie, fue fulminado en octavos este martes por el argentino Francisco Cerúndolo (5-7, 3-6), para dejar el cuadro aún más descapitalizado.

Y este lunes, el apagón.

El taquillaje está vendido para toda la competición, al igual que los derechos televisivos. Los palcos rebosan, incluso ajenos al derrumbe energético durante las horas críticas, y las cuentas salen. Los patrocinadores se frotan las manos y hay vigor consumista en el área de tiendas de elite. El Masters de Madrid parece inmune a la sucesión de contrariedades, pero el espectáculo se resiente, algo que viene sucediendo desde que la competición se amplió hasta las dos semanas, como también sucede en Roma, que comienza el lunes. Algunos jugadores ya han manifestado su incomodidad con la exigencia del calendario.

"Estoy de acuerdo con Carlos [Alcaraz] respecto a la longitud de los Masters 1.000 y el deseo de que volvieran a ser de una semana porque para nosotros es muy cansado y fatigoso estar dos semanas fuera de casa y luego ir a otro torneo, y si lo haces bien estás mucho tiempo fuera", ha dicho Davidovich.

Bueno para el negocio

"Dos semanas en modo competición son muchas, se genera un considerable estrés", comenta a este periódico Garbiñe Muguruza, ganadora de dos títulos del Grand Slam, ex número 1 del mundo y hoy embajadora de Tennis Channel. «Para el business es bueno. Creo que están probando, pero si los jugadores se quejan ya veremos cómo lo hacen en un futuro».

Diez hombres han dejado el torneo por lesión o enfermedad, el último de ellos Matteo Berrettini, que se retiró ayer tras perder el primer set ante Jack Draper.

El derrumbe energético fue un episodio asumido con serenidad por los jugadores. Grigor Dimitrov se clasificó para octavos de final al imponerse a Jacob Fearnley, pese a dejar pasar una bola de partido el lunes, minutos antes del apagón. «Momentos como esos suponen una experiencia más, te demandan un plus mental. He perdido partidos tras contar con match point, así que tampoco me ha pesado en exceso durante la noche. Afronté el encuentro como si fuera nuevo, sin poner presión alguna sobre mi juego», comentó el decimosexto favorirto en tono relajado en la zona mixta de la Caja Mágica.

«Recuerdo que en Wimbledon llegué a jugar un partido durante tres días. Después de tantos años, he aprendido a gestionar muchas cosas. Lo del lunes es una demostración más de cómo todo puede cambiar en tan sólo un segundo. Algunas personas estuvieron colgadas diez horas limpiando ventanas. En una gran pantalla, lo que sucedió aquí no es nada. Pudo ser difícil volver al hotel, pero es lo mismo para todos. Cuando sucede algo así, hay que pensar en quien está limpiando cristales en lo que ocurre en los hospitales o en los aeropuertos", agegó.

Miguel Díaz, presidente de la Federación, tras el naufragio español en Madrid: "¿Qué preferimos: más jugadores en el 'top 100' o campeones del Grand Slam como Alcaraz?"

Miguel Díaz, presidente de la Federación, tras el naufragio español en Madrid: “¿Qué preferimos: más jugadores en el ‘top 100’ o campeones del Grand Slam como Alcaraz?”

Alejandro Davidovich fue el último en marcharse. Hizo un buen partido, pero se desmoronó en sendos desempates a los que le condujo Alexander Zverev, primer cabeza de serie y doble ganador del torneo, un jugador especialmente peligroso en la altura de la capital. Empezaron seis españoles y no habrá ninguno en octavos de final del Masters de Madrid. Se bajó antes por prevención física Carlos Alcaraz, ganador en la Caja Mágica en 2022 y 2023, campeón en cuatro torneos del Grand Slam. Tampoco pudo jugar Roberto Carballés. Ausente Paula Badosa, número 9 del mundo y semifinalista del Abierto de Australia, baja a última hora por sus recurrentes problemas de espalda, ninguna de las tres españolas fue más allá de la segunda ronda. Por primera vez en un torneo disputado en nuestro país no habrá presencia local en octavos.

Para saber más

"Es una cuestión coyuntural", comenta a ELMUNDO Miguel Díaz, presidente de la Real Federación Española de Tenis (RFET), tras presenciar el partido de Davidovich. "No pudieron jugar nuestros dos principales referentes en ambos cuadros, sin olvidar que cuatro españoles perdieron sus partidos tras contar con match point".

Después de seis Copas Davis, la última de ellas en 2019, y de llegar a contar con tres jugadores en el top ten, e incluso dos entre los cinco primeros, como sucedió con Rafael Nadal y David Ferrer, España se enfrenta a un tiempo distinto al de la esplendorosa época liderada por el mallorquín. Ahora sólo cuenta con Alcaraz, tercero en el escalafón, entre los 20 primeros, otros dos en el top 50, Alejandro Davidovich, 29º, y Pedro Martínez, 48º, y cuatro más ya entre los cien mejores, Jaume Munar, 53º, Roberto Bautista, 53º, Roberto Carballés, 56º, y Pablo Carreño, 96º. Bautista tiene 35 años y está ante la que puede ser la última temporada de su carrera. Carreño tiene 33 y está muy golpeado por las lesiones. Carballés tiene 32.

Bajo presupuesto

"Hay generaciones con más talento y otras con menos. En la Federación Española tenemos un presupuesto de 10 millones de euros, muy limitado en comparación con las de algunos países, como la de Estados Unidos, Francia o Gran Bretaña, dueñas de torneos del Grand Slam, o Italia, que posee el Masters 1000 de Roma", apunta Díaz.

La precocidad de fenómenos como el de Alcaraz, que el próximo día 3 cumple 22 años, genera un falso efecto de urgencia. Casos como el del murciano tienen un carácter excepcional. Tres de los últimos campeones júnior del Abierto de Estados Unidos han sido españoles. Rafael Jódar fue el vencedor en la última edición. Tiene 18 años, es el 687º del mundo y aún se mueve por torneos challenger. Martín Landaluce lo ganó en 2022. Tiene 19 y es el 148º. Tuvo pelota de partido ante Cameron Norrie, ex top 10, en su partido de primera ronda de esta edición del Masters de Madrid. Daniel Rincón se lo llevó en 2021. Tiene 22 años, es el 187º y trata de abrirse paso en torneos de segundo orden.

"Landaluce estará entre los cien mejores en poco tiempo. Posee enormes cualidades. No es normal despuntar cuando se tienen 19 o 20 años. Hay jóvenes muy buenos que van dando sus pasos. En dos o tres años habrá tres o cuatro españoles más en el top 100", barrunta Díaz. "Hay una sólida red de clubes y las escuelas se encuentran en máximos históricos. La base es buena. La Federación invierte más que nunca en becas y torneos. No creo que haya motivos para la preocupación".

La perspectiva global, al menos en lo más inmediato, contrasta con el extraordinario impacto de un jugador como Alcaraz, que ya cuenta con dos títulos de Wimbledon y un Abierto de Estados Unidos y saldrá a partir del 25 de mayo como el favorito para revalidar su corona en Roland Garros. "Conviene preguntarse qué prefiere la gente, si tener más jugadores entre los cien primeros del ránking o contar con referentes que ganan Grand Slam. Francia, por ejemplo, nos supera en número de integrantes del top 100, pero lleva desde 1983 sin hacerse con un major. Tampoco países tan poderosos como Estados Unidos o Australia pueden presumir de talentos individuales a ese nivel. No sale nadie parecido a un Agassi o a un Sampras", reflexiona el presidente de la RFET.

Davidovich, en su partido ante Zverev.

Antes de caer este domingo ante Zverev por 2-6, 7-6 (3) y 7-6 (0), Davidovich, 25 años, mostró que su tenis evoluciona en buena dirección. Campeón júnior de Wimbledon en 2017, el malagueño ha logrado hacerse un sitio en el circuito con un juego que agrega a su creatividad el grado suficiente de esmero y consistencia. Finalista del Masters 1000 de Montecarlo en 2022, hace pocas semanas regresó a las semifinales, donde le detuvo Alcaraz, ganador del torneo. Este año ha disputado las finales de Delray Beach, donde cayó ante Miomir Kecmanovic, y Acapulco, en la que cedió frente a Tomas Machac.

"Lleva una temporada fantástica. Lástima que se haya cruzado con un jugador tan duro como Zverev", valora Miguel Díaz. "Cada semana es distinta. Ahora estamos hablando de un torneo sin españoles, pero en Montecarlo tuvimos dos semifinalistas. También tuvimos cuatro españoles en octavos del Conde de Godó. Los jóvenes vendrán, seguro, pero habrá que esperar dos o tres años".

El presidente de la RFET también pondera el rendimiento del equipo femenino, que ahora capitaneado por Carla Suárez y privado aún del concurso de Badosa, mantiene el pulso competitivo. «Hace dos semanas nos clasificamos entre las ocho mejores selecciones de la Billie Jean King Cup», recuerda sobre el equipo liderado por Cristina Bucsa y Jessica Bouzas, ambas sin suerte en este Masters de Madrid descapitalizado de españoles.

Davidovich cae ante Zverev y deja al tenis español huérfano en la Caja Mágica

Davidovich cae ante Zverev y deja al tenis español huérfano en la Caja Mágica

En uno de los momentos más candentes del duelo, tras considerar que un revés de Davidovich se había ido ancho, con 5-4 del lado del alemán y un set arriba el español, Zverev se dirigió al juez de silla de manera vehemente. "Hay un error en el sistema", le dijo, discutiendo la precisión de la electrónica. Al instante, y a la vista de que Mohamed Lahyani no accedía a sus demandas de bajar de la silla y comprobar el bote de la bola, tomó su móvil y sacó una foto de la marca, lo cual le costó un warning. Poco antes, Davidovich también había discutido un ace de su rival, hasta que el rastro del bote le fue mostrado en la pantalla.

Fue un partido intenso, con Alejandro Davidovich, claramente dominador en el primer set, mucho más exigido en el segundo ante el primer cabeza de serie y doble ganador del torneo. Un partido en el que el malagueño, finalista este año en Delray Beach y Acapulco y reciente semifinalista en Montecarlo, donde solamente le detuvo Carlos Alcaraz, evidenció sus progresos en la nueva etapa profesional, ahora al lado de Félix Mantilla y David Sánchez, ese punto de templanza del que suele adolecer su tenis.

No fue suficiente para mantener prendida la llama del tenis español en la Caja Mágica. Cayó por 2-6, 7-6 (3) y 7-6 (0), en dos horas y 44 minutos, y con él se fue el último vestigio español en un torneo que se queda sin representación local tanto en el cuadro masculino como en el femenino en octavos de final, algo que nunca había sucedido.

Oportunidad

Tuvo dos bolas de break en el noveno juego del segundo, con 4-4, pero no pudo aprovecharlas. En el comienzo de partido había encadenado diez puntos consecutivos y se fue pronto 4-0 ante un rival que tardó bastante en encontrarle la medida al partido. Reciente campeón en Múnich, el alemán llegaba a Madrid algo mejorado con respecto a otra temporada en la que sigue sin encontrar el tenis que siempre se le ha supuesto.

Fue Zverev quien, progresivamente más afinado con el saque, se llevó el desempate y entró en el tercer parcial con tres bolas para quebrar, neutralizadas por su oponente. El servicio del alemán fue un azote constante, obligando a Davidovich a evitar cualquier descuido con el suyo. Lo tuvo en un juego tan delicado como el noveno, dejando en manos del jugador de Hamburgo la llave para entrar en octavos.

Fiel a su aquilatada vulnerabilidad mental, Zverev cedió su servicio en blanco. Fue otra secuencia de ocho puntos consecutivos del malagueño, prendido de una grada deseosa de mantener vivo al menos a uno de los suyos. No pudo evitar Davidovich verse abocado a un nuevo desempate, letal para sus intereses. Tras un muy estimable partido, no anduvo fino en la resolución.

Alcaraz resucita ante Fils y jugará las semifinales del Masters 1000 de Montecarlo ante Davidovich

Alcaraz resucita ante Fils y jugará las semifinales del Masters 1000 de Montecarlo ante Davidovich

Si Carlos Alcaraz tiene una asignatura pendiente es esta: ganar también en los días raros. Nadie disfruta de cada partido, no lo hicieron antes Djokovic, Nadal o Federer, y entenderlo es un paso más en su aprendizaje. A sus 21 años y con cuatro trofeos de Grand Slam en las estanterías de su casa, ya lo está asimilando. Este viernes, en cuartos de final del Masters 1000 de Montecarlo, ante el francés Arthur Fils, tuvo muchos motivos para derrumbarse, pero prefirió agarrarse al torneo con uñas y dientes. No fue una victoria bonita, todo lo contrario, pero fue una victoria.

Al final, en el marcador un 4-6, 7-5 y 6-3 en dos horas y 23 minutos de juego para clasificarse para semifinales, donde se encontrará a su compatriota Alejandro Davidovich, que se deshizo de Alexei Popyrin por 6-3 y 6-2.

El triunfo servirá para rehacer la confianza quebrada de Alcaraz y para empujarle cuando vuelvan a torcerse las cosas. Hubo un momento crítico con 5-5 en el segundo set, tres bolas de break en contra que salvó, que puede contar como un examen aprobado. Si realmente quiere ser leyenda, llegar a 10, 15 o 20 'grandes', deberá superar muchos otros así.

"Quería mantenerme concentrado y esperar mis oportunidades. En el primer set cometí errores y Arthur estuvo a un nivel altísimo. En el segundo set salvé un break clave. Y en el tercer set sabía que ganaría el que se mantuviera sereno. Estoy muy orgulloso de haber sacado este partido adelante, especialmente por la parte mental", aseguró el actual número tres del ranking ATP que había cedido otras veces en situaciones parecidas.

Fils, un coetáneo a tener en cuenta

Fils le empujó ante ese abismo. El francés de 20 años, actualmente en el número 15 del mundo, es un jugador en pleno despegue gracias a la velocidad de su derecha y a su dominio de la tierra batida. Campeón el año pasado del ATP de Hamburgo, donde derrotó a Alexander Zverev en la final, en esta gira sobre arcilla muy probablemente disfrutará de alegrías. Ante Alcaraz lo tuvo todo a su favor y si perdió fue sólo por inexperiencia.

SEBASTIEN NOGIEREFE

Como en los dos partidos anteriores, el español empezó desconectado, perdido en su servicio, errático con sus golpes -especialmente con el revés- e incluso lento en sus movimientos. En los tres primeros juegos ni tan siquiera apareció y, cuando despertó, ya había perdido el primer set. Fue un arranque extraño que fue remendando punto a punto con cierta mejora en su saque y más puntería. La dejada le volvió a funcionar de maravilla y, con ese instrumento afinado, fue encontrando el resto de su orquesta. No había espectáculo -18 golpes ganadores por 41 errores no forzados-, pero había oficio.

Después de salvar el momento clave en el segundo set, sólo necesitaba mantenerse serio para desesperar a Fils en el tercero -llegó a romper una raqueta- y asegurarse la victoria. No fue una victoria bonita, todo lo contrario, pero queda la lección aprendida.

El momento de Davidovich

Como el triunfo de Davidovich. También en un momento extraño de su trayectoria, después de caer hasta el número 42 del ranking ATP, el otro español en semifinales del Masters 1000 de Montecarlo ha recuperado su mejor tenis en una semana para el recuerdo. Después de derrotar a dos de los mejores tenistas del mundo, Ben Shelton y Jack Draper, Davidovich podría haberse congratulado, pero hizo todo lo contrario. En cuartos, ante Popyrin, apareció hambriento, más concentrado que nunca, y no permitió una posibilidad que no fuera su triunfo.

Ha disputado ocho semifinales de torneos ATP -tres en Masters 1000- y nunca ha acabado siendo campeón: más preparado que nunca, ante Alcaraz tendrá una nueva oportunidad.

El indestructible Davidovich alcanza los octavos en Australia después de dos remontadas históricas

El indestructible Davidovich alcanza los octavos en Australia después de dos remontadas históricas

Se presentaba Alejandro Davidovich y, con él, siempre la misma etiqueta: un tenis robusto, una mentalidad quebradiza. Desde que ganó el Wimbledon junior en 2017 y se supuso un posible sucesor de Rafa Nadal, arrastra el estigma de sus días torcidos, aquellos en los que la cabeza le jugó malas pasadas. Cuando fue sancionado en el mismo Wimbledon por soltar demasiados tacos o cuando sufrió un ataque de pánico en Montecarlo. Pero eso parece ser ya pasado. En el presente Open de Australia, a sus 25 años, el español no sólo ha llegado más lejos que nunca, a octavos de final, si no que lo ha hecho con la psicología como fortaleza, indestructible, imparable.

En dos rondas consecutivas, primero ante el canadiense Felix Auger-Aliassime y este viernes ante el checo Jakub Mensik ha remontado dos sets en contra para completar la mejor semana de su vida. Mensik, de hecho, llegó a estar con 6-5 y 30-0 al servicio en el tercer partido para cerrar el partido, pero Davidovich supo resucitar para deleite del público del Melbourne Park.

"Nunca había remontado dos sets a cero abajo. La fortaleza que saco de este partido es tremenda. De confianza, de seguir luchando porque cualquier cosa puede pasar", comentaba después de su victoria ante Auger-Aliassime por 6-7(7), 6-7(5), 6-4, 6-1 y 6-3 y, sin duda, el aprendizaje le sirvió para derrotar a Mensik por 3-6, 4-6, 7-6(7), 6-4 y 6-2.

Los cambios tras un mal año

"Debo trabajar la negatividad, es un aprendizaje que tengo que hacer, entender que en todo proceso hay baches y obstáculos", confesaba a EL MUNDO desde Australia el año pasado, antes de una temporada muy irregular. Después del ascenso que le llevó a la final del Masters 1000 de Montecarlo de 2022 -cayó ante Stefanos Tsitsipas- y a las puertas del Top 20 del ranking ATP, el año pasado el español apenas apareció en las rondas finales de los torneos grandes y cayó hasta el 66 de la lista mundial. Le afectaron las molestias en la espalda que le obligaron a renunciar a Wimbledon, pero ya entonces arrastraba una racha de derrotas y, de hecho, finalizó la temporada en negativo: 18 derrotas por 22 victorias.

Por eso decidió hacer cambios y parece que ahora está recogiendo los frutos. En invierno dejó de trabajar con Fernando Verdasco para ponerse a las órdenes de Félix Mantilla y David Sánchez, dos entrenadores experimentados que le acompañan estos días en Australia.

En octavos de final, el domingo, se medirá al estadounidense Tommy Paul, uno de los mejores rivales para analizar su nueva actitud. En 2023 se midió a él en tercera ronda del US Open y acabó desecho, jugando realmente mal -se llevó incluso un 6-0- y acumulando dudas para el futuro. Ahora Davidovich es otro. Después de dos remontadas de madurez, ahora es su momento.

Alcaraz en busca de su segundo Wimbledon: un 'reset' en Ibiza, la casa de Londres y un brazo libre

Alcaraz en busca de su segundo Wimbledon: un ‘reset’ en Ibiza, la casa de Londres y un brazo libre

Nunca una derrota es deseada, pero tampoco fue un drama. Antes de su debut este lunes en Wimbledon (14.00 horas, Movistar +), Carlos Alcaraz ganó un partido en hierba y perdió el segundo, hace 10 días en Queen's ante Jack Draper. Una sorpresa, una decepción y, al mismo tiempo, una bendición.

Un año atrás el español apareció en el All England Club en plena racha sobre la superficie verde, con ese 'feeling' tan ansiado, afinados todos los golpes, dueño de los llamados automatismos y ahora eso no pasa. Pero la inercia también es triunfal.

Después de levantar su primer Roland Garros, Alcaraz necesitaba un descanso y, con el calendario en contra, Draper le hizo el favor. La fiesta-terapia de tres días en Ibiza junto a amigos como el futbolista Sergio Reguilón no era suficiente. De hecho, tan fresca estaba su victoria en París, que Alcaraz se presentó en Queen's ante Draper con el mismo conjunto Nike que utilizó en la tierra batida.

En cuanto perdió, el ahora número tres del mundo tuvo que tomar una decisión. O volver a su casa en Murcia para entrenarse sobre la hierba natural de las pistas de atletismo Monte Romero y sobre la hierba artificial de la Ferrero Tennis Academy de Villena o quedarse en Inglaterra para prepararse allí. O, también, despejar la mente de tantísimo tenis o sumergirse de nuevo en la competición. Pese a las muchas semanas acumuladas en el extranjero escogió la segunda opción. Las ganas de revalidar su título en Londres son exageradas.

Rutinas establecidas

De hecho, en las últimas semanas, Alcaraz apenas se ha concedido días libres. Sin permiso de la organización para pisar las pistas oficiales de Wimbledon más que dos horas -una de ellas en la Central, donde venció a Daniil Medvedev por 6-2 y 1-0-, el español se recluyó en las pistas de entrenamiento del Aorangi Park.

Si acaso, como siempre, planeó alguna excursión a un parque natural, en este caso al Bushy Park de Richmond. Pero poco más. Tenis, tenis y tenis. Con sparrings como Stan Wawrinka, junto a quien se ejercitó dos días, en su equipo aseguran que ya ha alcanzado un nivel óptimo.

Después de dos semanas viviendo al sur de Londres, la adaptación a la hierba no debería ser problema. Y las rutinas para Wimbledon están más que establecidas. Como hizo el año pasado, Alcaraz ha alquilado una casa de dos plantas muy cerca del All England Club que le permitirá ahorrarse los 40 minutos de desplazamiento hasta los hoteles oficiales de Earl's Court y todos los miembros de su staff ya están a su alrededor.

Si en Queen's estuvo asistido por el entrenador Samuel López, en Wimbledon volverá a tener a Juan Carlos Ferrero en su palco y tampoco faltarán su agente, Albert Molina, su médico, Juanjo López, su fisioterapeuta, Juanjo Moreno y su preparador físico, Alberto Lladó. Entre todos han acordado que Alcaraz deje de utilizar la malla protectora que vistió en Roland Garros en su brazo derecho y que así se libere del todo. En hierba, desde el debut, necesitará su mejor drive.

Amenaza italiana

Entre días calurosos en Londres, donde se esperan máximas de 25ºC o 26ºC durante el torneo y poca lluvia, Alcaraz divisa en el horizonte otro enfrentamiento en semifinales ante Jannik Sinner, pero antes tiene trabajo. Su estreno debería ser amable, ante el estonio Mark Lajal, un tenista de 21 años, número 262 del ránking, que apenas acumula cinco partidos ATP, pero luego habrá curvas. El australiano Aleksandar Vukic, el estadounidense Frances Tiafoe o el francés Ugo Humbert le esperan antes de un hipotético enfrentamiento en cuartos ante el estadounidense Tommy Paul, reciente campeón en Queen's, posiblemente su adversario más duro hasta las citas decisivas.

Pensar en otra final ante Novak Djokovic es todavía osado, más teniendo en cuenta el estado físico del serbio. Operado de su rotura de menisco en Roland Garros, su presencia en Londres se antoja un milagro. Aún parece una incógnita cómo se encontrará en su debut este martes ante el checo Vit Kopriva, procedente del torneo clasificatorio. O en los partidos sucesivos.

Uno de ellos, de hecho, podría ser ante Alejandro Moro, el español que venció en la qualy, y que completó la lista de ocho miembros de la Armada junto a Alcaraz, Alejandro Davidovich, Pedro Martínez, Jaume Munar, Roberto Carballés, Roberto Bautista y Pablo Carreño. En el cuadro femenino habrá cinco representantes, con Sara Sorribes, Cristina Bucsa, Jessica Bouzas, Rebeka Masaroba y Paula Badosa como líder, pese a sus problemas de espalda y su complicado debut ante la checa Karolina Muchova.