Una selección con futuro... ¿y Montse Tomé en el banquillo?: del abrazo de Rafael Louzán a la fecha límite del 31 de agosto

Una selección con futuro… ¿y Montse Tomé en el banquillo?: del abrazo de Rafael Louzán a la fecha límite del 31 de agosto

Ganar la Eurocopa hubiera supuesto para España un triplete que impulsaría aún más a una generación de oro que volverá a llegar en plenitud al Mundial de Brasil 2027. Ese es el objetivo y, aunque hay un grupo de jugadoras que anticipan que el futuro puede ser igual de brillante, el proyecto está en el aire. Montse Tomé acaba su contrato como seleccionadora el próximo 31 de agosto y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) guarda silencio sobre cuál puede ser su futuro, que deberá resolverse prácticamente de forma inmediata, dada la premura de la fecha de caducidad.

No quiso abrirse ese debate después de obtener el billete para la fase final de la Nations League, porque la Eurocopa se echaba encima, pero tampoco lo zanjó cuando España alcanzó la primera final de su historia. Quizá porque se esperaba un título que despejara todas las dudas y se convirtiera casi en una renovación automática.

«Montse Tomé ha hecho un trabajo encomiable y con mucha valentía. En todo momento ha estado a la altura. Se hablará después de su futuro», reconoció el presidente Rafael Louzán en algunos micrófonos, ayer en Basilea. Antes, durante la amarga ceremonia de trofeos, el presidente de la RFEF recibió a Tomé en el podio con un sentido abrazo.

«No es algo en lo que piense»

Louzán, que también habló para TVE en el descanso de la final, cuando España ganaba por un gol de ventaja, no sólo se refirió al juego, sino a la atmósfera y buen ambiente que la entrenadora asturiana había contribuido a crear en el seno de la selección, después de toda la crisis de la que venía el equipo tras la convulsión generada, dos años atrás, por el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, el plante anterior de las 15 y todo lo que sucedió con posterioridad. Para Tomé ha sido como entrenar en arenas movedizas durante este tiempo.

La decisión que debe tomar no puede demorarse mucho porque el contrato expira. «No es algo en lo que piense... y no quiero pensar. Siempre he comentado que es algo que lo lleva mi grupo de trabajo externo», aseguró la seleccionadora, algunas de cuyas decisiones fueron cuestionadas. La primera, el cambio de Alexia Putellas en el minuto 70. La segunda, mandar a Vicky López y Salma Paralluelo al campo cuando apenas había tiempo para evitar la prórroga. Tampoco se entendió que, instaladas en el área rival, no echara mano de una 9 pura rematadora como Cristina Martín-Prieto, que ha sido una de sus incorporaciones y que permanecía esos minutos en el banquillo. Y lo último fue confiarle un penalti a Salma después de la cantidad de ocasiones que no acertó durante los minutos que estuvo en el terreno de juego.

Preguntada acerca de eso en la rueda de prensa posterior a la final, Tomé fue clara: «Todas me dijeron que tenían confianza para lanzar». En su descargo cabe decir que no falló únicamente Salma, ya que también lo hicieron dos de los pesos pesados del equipo, Aitana Bonmatí, doble Balón de Oro y nombrada mejor jugadora del torneo, y Mariona Caldentey, que ha acabado la temporada como mejor futbolista en Inglaterra tras su fichaje por el Chelsea.

Una de las paradas de Cata Coll en la final ante Inglaterra.

Una de las paradas de Cata Coll en la final ante Inglaterra.AFP

En la decisión de renovar o no a Tomé, Louzán estará auxiliado por Reyes Bellver, la directora de fútbol femenino que llegó recientemente a la RFEF, y María Pry, coordinadora deportiva de las selecciones. En la balanza se pondrá que muchas jugadoras, sin estar entregadas a la entrenadora asturiana, que siempre guarda las distancias, si bien han apartado cómo llegó al cargo, no lo han olvidado. Fue la segunda de Jorge Vilda, despedido tras la crisis del beso. Otras, las más jóvenes, ni lo tienen en cuenta.

Y es que esta selección inició una renovación que ya da sus frutos. En Suiza, Irene Paredes, Alexia, Esther y Martín-Prieto han sido las veteranas, pero junto a ellas han ido creciendo Vicky, Pina, María Méndez, Jana, Zubieta o Athenea, y asoman por detrás las campeonas del Europeo sub-20. El futuro es esperanzador, por el relevo y por el dominio que el equipo ha mostrado en el juego durante toda la Eurocopa, mayor al que se observó en el Mundial, aunque entonces ganaran, justamente, a Inglaterra.

generar una afición fiel

Mimbres hay, y fe en ellos, sólo falta quien los teja. Para que este proyecto ganador, nacido en 2023, llegue a Brasil revitalizado dentro de dos años, la RFEF tiene que sostener la estructura de apoyo al fútbol femenino que ha levantado en apenas seis meses. Sobre ello no hay duda. Y eso pasa por dar estabilidad a la selección, algo que no encaja con un cambio de entrenadora cuando en noviembre, y en semifinales ante Suecia, España defenderá su título en la Nations League. Una seleccionadora a la que se le ha reforzado su staff y que cuenta con resultados, aunque se haya escapado el título más jugoso delos dos últimos años, para el que España ejercía como favorita.

El sostenimiento en la pelea por todos los títulos había provocado que la RFEF se fijara como prioridad cuestiones más allá del césped, como generar una afición fiel que siga a la selección femenina de manera militante, y no sólo al calor de la expectativa que generan los títulos y que llene estadios, como ha sucedido en esta Eurocopa ejemplar en Suiza. La tarea no parece fácil. Y menos si se sacuden unos cimientos que parecen asentados.

Las lágrimas de rabia, la seriedad extrema de Alexia y la sinceridad de Patri Guijarro: “Debimos meter un gol antes”

Actualizado Lunes, 28 julio 2025 - 02:22

Los ojos de Aitana Bonmatí estaban enrojecidos. Como los de Patri Guijarro y los de Irene Paredes. Era fruto de un estado de ánimo que se movía entre la rabia y el llanto. Lágrimas hubo muchas sobre el césped, con una desconsolada Mariona y una rota Athenea, y en el vestuario, a donde la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, acompañadas por la ministra de Deportes, Pilar Alegría, bajaron para dar consuelo a las jugadoras por una gran Eurocopa. "Por suerte, hemos ilusionado", decía Guijarro.

Ninguna podía quitarse de la cabeza qué había pasado para que, jugando mejor y creando más ocasiones que las inglesas, hubieran tenido que jugársela a cara o cruz en una tanda de penaltis con un rival que llegó a la final a golpe de fe... y suerte.

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No la tuvo España. Aitana, con la cabeza aún baja, pedía perdón por el penalti fallado, por la decisión "en una décima de segundo" que hizo que su disparo los desviara Hannah Hampton. Ni siquiera le consuela haber sido elegida mejor jugadora de la Eurocopa.

"nunca hay que darlas por muertas"

Desfilaban las jugadoras camino del autobús con un hondo pesar. Irene Paredes seguía dándole vueltas a lo cómodas que estuvieron las inglesas, incluso cuando España más las atacaba. Se acordó de las pérdidas de tiempo, y de cómo se permiten para cortar el ritmo de los rivales. Todo con la medalla al cuello. "No me la pienso quitar, porque tiene mucho valor", destacaba la capitana conteniendo el llanto. Y es que alzar la Eurocopa hubiera una bonita manera de cerrar si etapa internacional.

La cabeza más fría la tuvo Patri Guijarro, en el campo y después. "Debimos meter un gol antes. A las inglesas nunca hay que darlas por muertas", recordó. Porque, aunque España fue mejor, ellas revivieron. "Así es el fútbol, ya lo sabíamos. En la mayoría de los momentos hemos tenido el control, hemos tenido muchas ocasiones. No he visto las estadísticas, pero quiero verlas porque hemos tenido muchas ocasiones. Nos veréis con cara de rabia porque duele. Es una pena que no haya entrado el balón, pero hay que darle valor a lo que hemos hecho porque no es nada fácil", destacó la mallorquina.

Hubo una jugadora que no rompió a llorar, pero acabó el partido con una mirada que helaba. Alexia Putellas salió del campo en el minuto 70. Fue el primer cambio de Montse Tomé para poner en el campo a Clàudia Pina. Una decisión valiente que apartó en los minutos decisivos a una de las mejores jugadoras del mundo. Cierto es que no estaba siendo determinante, pero ese cambio puede tener consecuencias porque a la jugadora no le agradó.

Aitana, cariacontecida, con su trofeo de MVP de la Eurocopa.

Aitana, cariacontecida, con su trofeo de MVP de la Eurocopa.AFP

Acabó el partido con rabia Cata Coll, que vio a Chloe Kelly guiñarle un ojo y celebrar en su cara el último penalti que las hacía campeonas. Distinto el gesto de Sarina Wiegman, que fue a buscar a Montse Tomé para saludarla antes de lanzarse a bailar con sus ayudantes y con la grada, pero alejada de las jugadoras.

A las dos selecciones les toca mirar al futuro, al Mundial. A las inglesas se lo pidió Carlos III. "Bien hecho, Leonas. La próxima tarea es traer a casa la Copa del Mundo en 2027, ¡si es posible!", escribió en redes sociales. A los españoles se lo prometió Aitana Bonmatí: "Volveremos".

Mejor un penalti no deseado que un beso no deseado

Mejor un penalti no deseado que un beso no deseado

El penalti deja un sabor amargo en el paladar de España. Como ese último trago no deseado, aunque siempre es mejor que un beso no deseado, dicho sea con el viento en contra de un título perdido. El Mundial ganado hace dos años llegó acompañado de la vergüenza nacional que no merecía un equipo emergente, que rompía barreras, ejemplo de un país distinto, un país deseado. Esta Eurocopa perdida es la constatación de un avance imparable desde entonces, por la autoridad y el dominio del juego por parte de España, con algo pendiente para el futuro, claro, en los 11 metros. Todo es fútbol. Inglaterra, a la que derrotaron las españolas en Sidney, resistió a una selección mejor hasta llegar al único lugar donde era peor. Fue pétrea, estratégica e inteligente, como lo es Sarina Wiegman, una mujer que conoce la ciencia del banquillo. Ahí están sus tres Eurocopas.

La holandesa que dirige a Inglaterra se apresuró a saludar a Montse Tomé, la seleccionadora de la triste figura, entrenadora de perfil bajo ascendida por las consecuencias de la crisis del beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso y, por tanto, bajo sospecha permanente. En un equipo de 'primadonas', con las Balones de Oro Alexia y Aitana, Jenni convertida en el icono global del #Secabó, más el empoderamiento colectivo de las internacionales impulsado por el título mundial y el combustible político, la toma de decisiones en el banquillo no era cosa fácil.

En sus primeras comparecencias, Montse daba la sensación de pedir perdón por hablar, huidiza, hierática. No era únicamente un rasgo de su personalidad. Era parte de las circunstancias. La primera ausencia de Jenni, con el pretexto de protegerla tras la carga emocional que había soportado, supuso el primer desafío, consumado en la no convocatoria de esta Eurocopa. Una vez en la final, no le tembló el pulso para sentar a Alexia. La jerarquía y la experiencia era importante en la elección de los penaltis, aunque al final entre las que fallaron estaban Aitana y Mariona Caldentey. Como Alexia en París.

Una caída prematura habría pasado factura a Montse, todavía en un momento de debilidad, después de la decepción de los Juegos, pese al título de la Liga de Naciones, un torneo que suma y complementa, pero no pone la carga de la decisión. La asturiana acudía a esta Euro pendiente de renovar un contrato que acaba en agosto, algo insólito en el caso de los seleccionadores masculinos. A pesar de la cruel derrota, por la forma de caer, el trabajo de España avala su buena mano, sea tanto en la planificación y planteamientos tácticos, como en la cohabitación para incluir rostros nuevos, como el de Vicky López, o favorecer el regreso de la amotinada Patri Guijarro, mediocentro clave en el juego de España en Suiza. Esta España es mejor que la que ganó el Mundial al mismo rival, aunque, hoy, el paladar diga lo contrario.

El ‘shock’ de Aitana y el dolor de la capitana Paredes: “Es un momento durísimo”

Actualizado Domingo, 27 julio 2025 - 21:15

Por primera vez desde 1984, año de la primera edición de la Eurocopa femenina, el título se resolvió desde los 11 metros. Entonces, el torneo se decidía aún con una final a doble partido, resuelta a favor de Suecia en Kenilworth Road, estadio del Luton, en la tanda de penaltis. Más de tres décadas después, Inglaterra obtuvo un pequeño desquite gracias a Chloe Kelly, su gran estrella. En 2022, un gol suyo había decantado el título en el minuto 110 ante Alemania en Wembley. Tres años después, la delantera del Arsenal, que había entrado poco antes del descanso en el puesto de Lauren James, volvió a resolver el triunfo de Las Leonas. En el minto 57 asistió a Alessia Russo para el 1-1 y en el quinto turno de la tanda, frente a Cata Coll, largó un descomunal disparo que dejaba a España sumida en el desconsuelo.

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«Con esta frustración y este dolor, parece que todo lo que hemos hecho es malo, pero hemos realizado el mejor fútbol del torneo. Somos el equipo de mayor talento, el que gusta más de ver, aunque esto no sea suficiente», analizó Aitana Bonmatí, que erró el tercer disparo ante Hannah Hampton. La doble ganadora del Balón de Oro, según admitió ella misma, se encontraba «un poco en shock». «Estamos jodidas, primero por nosotras, pero también por toda la gente que nos sigue», reveló la centrocampista del Barça sobre el césped de St. Jakob Park, nada más recoger el premio de mejor jugadora de la Eurocopa. Su rictus, arrasado por la tristeza y la incredulidad, compendiaba las sensaciones de España. El buen fútbol, el dominio y el gol inicial, resultaron insuficientes frente a Inglaterra.

Mariona Caldentey, algo lejos de su mejor nivel durante la Eurocopa, había premiado la confianza de Montse Tomé con el 1-0. De este modo, la mallorquina se convertía en la primera mujer que anotaba de cabeza en la final de un Mundial o una Eurocopa desde Abby Wambach, que había colaborado en el triunfo de Estados Unidos ante Japón en la Copa del Mundo de 2011.

«Nos han metido un gol evitable»

España cumplió rigurosamente con su presencia en el área, ya que con 24 remates clavó su promedio a lo largo del torneo (siete de ellos bien dirigidos). Sólo el mal tino en la prórroga de Salma Paralluelo frustró el asedio ante un rival que enlazaba tres prórrogas consecutivas. Otro hecho insólito en la historia de la Eurocopa. El quinto periodo suplementario en 14 finales.

El Príncipe de Gales abraza a Chloe Kelly tras la final de Basilea.

El Príncipe de Gales abraza a Chloe Kelly tras la final de Basilea.AFP

Inglaterra no sólo se había recuperado de una derrota en el debut frente a Francia, sino que supo remontar ante Suecia, por primera vez en la historia, dos goles en un cruce de cuartos. El 2-1 contra Italia, resuelto con goles en el minuto 90+6 y 119, suponía otra muestra de su gen competitivo. «Nos han metido un gol evitable. Ellas se sentían cómodas llegando a los penaltis. No hemos estado como sabemos que podemos estar. Es una gran faena», reconoció Irene Paredes, sin rubor a la hora de definir el estado de ánimo del vestuario. «Es un momento durísimo. Lo hemos intentado por todos los medios, pero no hemos estado bien en los penaltis. Esto va de tener esa pizca de suerte que Inglaterra ha tenido a lo largo de todo el torneo», reveló la capitana.

Un reconocimiento a la capacidad de supervivencia de la selección de Sarina Wiegman, que cuenta con futbolistas de la talla de Lucy Bronze, que ayer disputó su 36º partido en un torneo mayor de selecciones, récord absoluto en su selección. La lateral del Chelsea, que no titubeaba siquiera con una amarilla, sólo cedió por una lesión en el minuto 106. El tercer entorchado continental consecutivo para Wiegman, que ya había levantado un resultado adverso en la final de 2017, cuando dirigía a Países Bajos.

«Nos hemos vaciado todas, es un poco cruel. Pedir perdón, una vez más, por mi fallo. Hemos hecho un buen partido, en juego y ocasiones hemos sido superiores, pero si no la metes, se te puede ir por los penaltis. Con el paso de los días lo iré asimilando. No siempre se puede ganar», finalizó Aitana.

España pierde el gol y la Eurocopa en los penaltis ante Inglaterra

Actualizado Domingo, 27 julio 2025 - 21:12

Parecían imparables y se estrellaron contra sus propios desaciertos. España puso contra las cuerdas a Inglaterra sin poder golpearlas. Perdió el gol en las decenas de ocasiones que pisó área y cayó en trampa de las las inglesas para jugárselo a penaltis. Arrancaron fallando el lanzamiento de Mead, repetido por doble toque, pero ni otra parada de Cata Coll evitó que la tanda fuera un desastre. Marcó Patri y fallaron Mariona, otra vez, Aitana, para sorpresa, y Salma Paralluelo, para colmo de un partido de desaciertos. España se marcha sin triple corona, sin haber perdido un partido y víctima de una seleccionadora, Sarina Wiegman, que siempre hace a sus jugadoras creer en el milagro. [Narración, minuto a minuto (1-1, 3-1)]

España las obligó a revolverse cuando Mariona hizo aparecer sus galones para abrir una final que parecían haber entendido mejor las inglesas de inicio. Montse Tomé sorprendió con la titularidad de Athenea, pero España tenía un plan muy claro que la seleccionadora neerlandesa se sabía de memoria. Mientras las españolas buscaban tejer sus conexiones, Inglaterra se movía como un acordeón. Era capaz de replegarse en su campo para ahogar a España, robar y hacer el que balón corriera hacia el área de Cata Coll, que tuvo que salvar un remate de Alessia Russo. Las británicas sabían que de cada error en la sala de máquinas española nacía una oportunidad. Asfixiaron a Patri Guijarro para quitarle la brújula, engrisecieron a Alexia e intentaron que Aitana no encontrara ni un espacio. Si la forma era con un patadón a la espalda de Ona Batlle o de Olga Carmona, no había vergüenza.

Aún así, España trataba de crecer y Hampton tuvo que tapar a bocajarro un disparo de Esther tras un centro que bajó con el pecho. La delantera del Gotham, peleona, buscó el gol que le calzara la bota de oro del torneo y encadenó oportunidades sin acierto. La selección se iba acercando a la zona de peligro con más confianza, tanto que Stanway tuvo que poner la espalda para desviar un chut de Athenea, con la portería siempre en la cabeza.

Contundente respuesta

No estaba incómoda Inglaterra, su plan estaban funcionando y, de nuevo, Stanway armó un disparo que avisaba de su voracidad. Pero la campana la hizo sonar Hemp, cuando aprovechó un desajuste entre Cata y Aleixandri en la salida de pelota que hizo a la portera mallorquina sacar un pie extraordinario para desviar el disparo de la extremo inglesa.

La respuesta fue contundente. Otra vez pasado el minuto 20, como en el Mundial de Australia, España encontró las costuras de su rival. Y lo hizo por tesón. Athenea y Aitana pelearon la pelota en la orilla derecha del área, nadie les mordió los tobillos, se la intercambiaron, la protegieron y acabaron por filtrársela a Ona Battle para que la colgara con mimo al segundo palo, donde apareció Mariona para batir a Hampton. España había vencido la resistencia inglesa con sus mejores armas y se quedó con el control absoluto del partido.

Durante 20 minutos, ni Sarina Wiegman ni sus jugadoras se pudieron levantar de la lona y un testarazo de Esther a centro de Aitana que se escapó junto a palo de Hampton. La única reacción del banquillo británico llegó por la lesión de Lauren James, que llegó renqueante a la final y aguantó solo 40 minutos. Llamó Wiegman a Chloe Kelly para buscar una reacción que llegó en la segunda parte.

Athenea, ante Carter, el domingo en St. Jakob Park.

Athenea, ante Carter, el domingo en St. Jakob Park.AFP

Inglaterra ha demostrado en esta Eurocopa que no necesita fútbol para hacer goles. Le falta una chispa para encenderse y, aunque la selección quiso volver a tener el control, ellas buscaban su momento. Lo encontraron cuando Chloe Kelly se escapó pegada a la banda y sirvió el balón para el cabezazo de Alessia Russo, cómoda en el salto ante las centrales españolas. Empujadas por su ruidosa grada, las actuales campeonas habían reaccionado y generado dudas en las españolas. Incluso volvieron a hacer lucirse a Cata Coll en un golpeo cruzado, otra vez, de Kelly.

Sin puntería

La respuesta de Montse Tomé fue sentar a Alexia, desdibujada, y buscar la energía de Clàudia Pina, que forzó a Hampton con su primer zurdazo. España necesitaba volver a la fluidez que logró tras el gol y, sobre todo, fabricar ocasiones con picante, no remates mansos que se sacudía con ligereza la defensa de las lionesses. Más estiradas, ellas confiaban en la fuerza de Agyemang en los minutos en que más peligrosas han sido en esta Eurocopa.

España, roma, tardaba en encontrar cómo aprovechar el filo que empezaba a crear Pina. Fue en el 89 cuando Salma Paralluelo y Vicky salieron para dar el último apretón, pero el remate de la madrileña lo salvó Hampton para forzar la prórroga. El plan siguió siendo el mismo, como el resultado. La selección apretaba y no golpeaba. Las tuvo Salma de todos los colores no supo cómo sacar provecho de su velocidad y rozó demasiado el gol sin conseguirlo. Pina insistía, aunque sin ajustar el punto de mira. Ni aunque Aitana cogió galones pudo evitar los penaltis con los que soñaban las inglesas. Con razón.

La selección se va de la Euro sin haber perdido un partido, con la Bota de Oro para Esther y Aitana como la mejora jugadora del torneo. Pero sin título. Sin gol, al fútbol no se gana.

De Sídney a Basilea, España busca con la Eurocopa sellar su legado más allá del fútbol: "Llevan luchando con mucha energía en muchos lugares. Se lo merecen"

De Sídney a Basilea, España busca con la Eurocopa sellar su legado más allá del fútbol: “Llevan luchando con mucha energía en muchos lugares. Se lo merecen”

Cuando Olga Carmona soltó un zurdazo en el minuto 29 de la final del Mundial que sorprendió a la portera inglesa Mary Earps, España volvía a hacer historia. Eran campeonas del mundo contra viento y marea, gracias al talento de sus jugadoras, que ya acumulaban tres Balones de Oro, y su capacidad de guardar bajo la alfombra los desprecios. Muy poco había cambiado desde que, un año antes, un grupo de ellas levantara la voz contra unas condiciones de trabajo inmerecidas. Algunas estaban en Sídney, en un ejercicio de resiliencia y olvido forzado; otras estaban en casa. Pero aquello que apartaron para jugar al fútbol lo sacudió un beso, una agresión sexual de Rubiales a Jenni Hermoso que escandalizó al mundo. «Se acabó». Una frase de Alexia Putellas que fue principio y final de todo.

En Sídney nació la España campeona que hoy volverá a pelear por un título que no tiene, la Eurocopa, de nuevo ante Inglaterra, dejando un reguero de elogios por su fútbol y su talento. Pero el legado supera al hecho histórico. «Sabéis todo lo que hemos pasado, todo lo que hemos luchado, siempre manteniendo el foco en el fútbol. Y eso es muy complicado. Esta Eurocopa ha sido muy tranquila, cosa que agradecemos, y creo que eso también ha ayudado a sacar nuestra mejor versión. Siempre es más difícil jugar cuando tienes cosas externas», reflexiona Aitana. Esa resiliencia, que por momentos no fue eso sino un amargo trágala, les hizo más fuertes. «Este equipo es mucho más maduro, tiene mucha más experiencia y sabe competir en los partidos», añade la jugadora.

Montse Tomé tiene claro por qué España merece ganar la Eurocopa, y va más allá del fútbol. «Somos un equipo, una selección, unas jugadoras, que llevan luchando, trabajando y esforzándose con mucha energía en muchos lugares. Y ahora hemos sido capaces de que la tuvieran en lo importante, que es el fútbol», sentenció la seleccionadora.

Una reconstrucción difícil

«Esto ha hecho tener un bagaje increíble de todas y que todos los que acompañamos a la selección podamos disfrutar de la profesión pura. Que pueda sentarme aquí y que todas las preguntas sean de fútbol es de las cosas más grandes que habla del cambio que estamos consiguiendo. Por todo el esfuerzo, el equipo se lo merece», añadió.

El camino de reconstrucción no ha sido fácil. El despido de Jorge Vilda y la inhabilitación de Luis Rubiales -en medio de un clamor político y social sin precedentes que terminó también en una condena judicial-, no cerraron las heridas. Con un presidente interino, Pedro Rocha, sin demasiada capacidad de maniobra y con desconfianza absoluta en Montse Tomé, segunda de Vilda, la selección echó a andar tras una larga noche de reproches y compromisos en el salón de un hotel de Oliva. Todo era tóxico menos el fútbol de España, que dos días después ganó a Suecia y goleó a Suiza en la Nations League.

La campeona se exhibió en la nueva competición, la ganó y, por primera vez, se plantó en unos Juegos Olímpicos. Tomé resistía la pregunta constante sobre las convocatorias de Jenni Hermoso, las que iba y las que no, y fue trabajando un equipo que necesitaba muchos cambios en el staff y algunos en el terreno de juego.

Aitana, Martin-Prieto y Esther, durante el último entrenamiento en Basilea.

Aitana, Martin-Prieto y Esther, durante el último entrenamiento en Basilea.AFP

La RFEF, inmersa en una crisis de imagen, se vio abocada a un camino que imponía la igualdad, el respeto y la atención a sus jugadoras, a las que debía dotar de todos los medios posibles para seguir haciendo su trabajo. El modelo lo tenían en Inglaterra y, más cerca, en el Barcelona. Media docena de jugadoras pasaba de un club hiper profesionalizado, entre los mejores de Europa, a una selección precaria. El fichaje de Markel Zubizarreta empezó a poner en marcha un cambio que, ya sin él, aceleró la llegada a la presidencia de Rafael Louzán. Sólo había que acompañar.

A Montse Tomé, cuyo contrato acaba el 30 de agosto, le han permitido dotarse de un cuerpo técnico amplio y preparado, capaz de analizar rivales y transmitir a las jugadoras dónde están sus puntos débiles, como que Berger se adelanta. Luego Aitana, pura inteligencia en el campo, lo interpreta y lleva a España a una final. Porque en la élite, los detalles marcan diferencias.

a golpe de meritocracia

Tomé ha sabido manejarse con un grupo de jugadoras que desconfiaban de ella, pero a las que ha ido convenciendo. En tres años ha ido moldeando al equipo, primero con las convocatorias, renovando el grupo a golpe de meritocracia sin subvertir el orden natural del vestuario. Dejó en sus manos las capitanías, que volvieron a Irene Paredes y Alexia, y ha ido sumando al centro de mando a nuevas jugadoras que garantizan la cohesión. El bloque no ha cambiado demasiado, salvo la irrupción de jóvenes como Vicky López y Jana y el premio a veteranas como Martín-Prieto.

El legado en el campo es tan fuerte que puede servir para conquistar un título que completaría una triple corona inédita: España sería la primera vigente campeona del mundo que también gana la Euro, pero, además, suma una Nations que puede revalidar en noviembre. En el campo siempre quieren más. «Hemos hecho historia, pero somos ambiciosas, queremos ganar y competir al máximo», recuerda Alexia, brillante de nuevo en este campeonato.

Lejos del césped la huella es casi igual de profunda. Igualdad, respeto, audiencias millonarias... el fútbol femenino ha ganado visibilidad en el deporte y seguimiento. Aunque el impulso a la Liga F ha sido limitado, estas jugadoras son iconos nacionales y mundiales. Empezando por Alexia y Aitana, las dos balones de Oro, y siguiendo por aquellas que han dado el salto a otras competiciones, como Esther o Mariona, cuyas experiencias enriquecen la selección. Es el círculo virtuoso de un éxito que se labró en Sídney con un gol y muchas lágrimas.

Inglaterra-España: horario y dónde ver por TV y online la final de la Eurocopa Femenina 2025

Inglaterra-España: horario y dónde ver por TV y online la final de la Eurocopa Femenina 2025

Actualizado Sábado, 26 julio 2025 - 13:00

Hay una sensación de déjà vu sobre la final del Europeo Femenino que enfrenta a Inglaterra contra España este domingo. Los dos equipos se enfrentaron en la final de la Copa del Mundo hace dos años, con España imponiéndose por 1-0.

Ambos equipos necesitaron 120 minutos para superar unas extenuantes semifinales. Las super suplentes de Inglaterra cumplieron el martes con goles tardíos que primero llevaron el duelo a una prórroga y luego aseguraron una agónica victoria 2-1 sobre Italia. España necesitó de la magia de Aitana Bonmatí, la dos veces ganadora del Balón de Oro, para doblegar el miércoles 1-0 a la porfiada Alemania.

Será la primera final de la Eurocopa para España, pero la Roja llegó al torneo con el cartel de favorita para añadir el título continental a su colección después de conquistar el Mundial y la Liga de Naciones en los últimos dos años.

Montse Tomé dando instrucciones a Irene Paredes, durante un partido de España en la Eurocopa.

Montse Tomé dando instrucciones a Irene Paredes, durante un partido de España en la Eurocopa.Ana EscobarEFE

Duelos previos entre España e Inglaterra

Según recuerda AFP, las dos selecciones se han enfrentado dos veces desde la final de la Copa del Mundo, obteniendo una victoria cada una en la Liga de Naciones este año. Jess Park anotó el único gol cuando Inglaterra venció 1-0 a España en febrero y Clàudia Pina firmó un doblete en la segunda mitad para que España saliera triunfante 2-1 en junio.

"Nuestros encuentros pasados no significan nada porque cada partido es una cuestión de momentos, el estilo de juego cambia, los planteles cambian", indicó Bonmatí.

"Tienen muchas jugadoras a los que nos hemos enfrentado muchas veces, también en el Mundial 223. Las conocemos, ellas nos conocen. Así que queremos prepararnos lo mejor posible para el partido, para ganarlo".

Horario y dónde ver por TV la semifinal de Inglaterra contra España

El Inglaterra- España, la final de la Eurocopa 2025, se disputa este domingo 27 de julio a partir de las 18.00 horas en el Estadio St. Jakob-Park de Basilea (Suiza).

El pulso entre españolas y alemanas por un puesto en la final se puede ver en directo por televisión a través de La 1 y en online, en la plataforma RTVE Play.

España, patas arriba: “El entrenador de porteras me lo había dicho, lo teníamos estudiado. ¡Vamos!”

Actualizado Jueves, 24 julio 2025 - 00:09

Sufrió España. Sufrió mucho y por eso, seguramente por eso, la explosión de alegría en cuanto pitó la colegiada brasileña, Edina Alves, fue inolvidable. La mayoría de las jugadoras se abrazaron a la primera persona que tenían al lado (alguna incluso casi se agarra a una alemana). Vicky López y Sullastres fueron a buscar a Cata Coll, heroína antes del gol con una parada sublime en el minuto noventa y muchos. Montse Tomé saltaba junto a sus ayudantes, Alexia se llevaba las manos a la cabeza, Aitana...

Aitana sonreía. Después de superar una meningitis que la mandó al hospital y que le hizo dudar incluso si podría jugar esta Eurocopa, este miércoles fue su día. En el minuto 113, plena prórroga, hizo una de esas cosas que tardarán en olvidarse. Cuando todo el mundo esperaba un centro, ella tiró a portería. ¿Por qué? Lo explicó después.

"Lo habíamos estudiado. El entrenador de porteras me lo había dicho, que su portera a veces salía a tapar el centro y se quedaba su palo libre. Así que nada, un pase a la red", le dijo al periodista de la televisión pública, al que le costaba incluso engarzar preguntas. La euforia podía con la española.

Tres días de recuperación

"No creo en el destino, creo en el trabajo", explicó la jugadora del Barça, con una sonrisa de oreja a oreja. ¿Inglaterra? "Los últimos partidos que no sirven de nada. Primero, vamos a celebrarlo, y a partir de mañana pensaremos en ella. Gracias, ¡vamos!", se despidió la centrocampista.

Tardó bastante el equipo en entrar al vestuario, donde hubo fiesta y música. De él salió Cata Coll, la otra protagonista. "Confío en mi equipo al 100%, y sabía que íbamos a ganar antes de los penaltis. Este grupo es muy fiestero", decía.

El equipo, que derrotó a Alemania después de ocho enfrentamientos, tiene ahora tres días para recuperarse y disputar con garantías la final del próximo domingo (18.00 horas) frente a Inglaterra. Si gana, España será la vigente campeona del mundo, campeona de la Liga de Naciones y campeona de la Eurocopa. No parece poca cosa.

Del supermercado a la Eurocopa, la historia de Cristina Martín-Prieto con la selección: “Yo vengo del barro”

Actualizado Lunes, 21 julio 2025 - 23:04

Hay al menos dos imágenes de Cristina Martín-Prieto (Sevilla, 1993) que quedarán en la memoria de la Eurocopa de España. La primera, su salto para conectar un testarazo perfecto a un centro de Salma Paralluelo que fue el quinto gol ante Portugal. El otro, su baile de la Macarena antes del duelo ante Bélgica en el césped del estadio de Thun que la UEFA viralizó. La delantera de mayor envergadura de España, una 9 pura que se fijó siempre en el instinto en el área de Raúl González, es la sonrisa perpetua de esta selección.

«Mi hermano dice que soy la Pepe Reina, porque decir Joaquín siendo bético...», bromea ella, de corazón sevillista. A los 32 años está viviendo su momento más dulce desde que Montse Tomé, en noviembre, la llamó por primera vez. Ahora se prepara para el duelo ante Alemania donde Esther González, la goleadora a la que conoce desde niña porque han compartido categorías inferiores y la selección andaluza, ya les da «datos» sobre la portera Ann-Katrin Berger, con quien juega en el Gotham.

Martín-Prieto trata de estar lista para cuando le toque jugar, porque vive un sueño en Suiza. «Es un privilegio estar aquí. A día de hoy me sigo pellizcando porque no me lo creo», confiesa. Y es que su historia es pura superación. «Yo vengo del barro, como se suele decir, y me pongo a imaginar si me hubiera cogido esto con cuatro añitos menos...», cuenta. «Esto» no es la selección ni la Eurocopa, es el fútbol profesional: «Veo a compañeras como Vicky López, con 18 años, disfrutar y vivir del fútbol, y me alegro, porque es brutal». Su camino ha tenido más curvas.

«Sacaba fuerzas de donde no las tenía»

En 2017 se marchó a jugar al Granadilla Tenerife, donde con el fútbol no le bastaba para mantenerse en la isla. Le ofrecieron tres trabajos: en un supermercado, en el aeropuerto o como camarera de hotel. Eligió el supermercado, pero fue duro. «Ninguno era muy compatible para una deportista. Para trabajar y jugar sacaba fuerzas de donde no las tenía», confiesa. Cuando se firma el convenio entre la Liga F y las jugadoras para que todas cobren el salario mínimo, se volcó en el fútbol. «No daba más que para sobrevivir, pero ya era algo», cuenta, orgullosa de su historia, «que ha sido bonita». «He pasado de un supermercado a jugar y marcar en una Eurocopa. Bienvenido sea», insiste con una sonrisa que contagia a quien la mira.

Lo suyo con el fútbol le viene por vía materna. Empezó jugando con sus hermanos en equipos mixtos -«con el pequeño llegué a jugar en el mismo», recuerda- y ya destacaba por su envergadura: 1,73 metros y corpulencia para el choque en el área. «Desayunábamos mucho petit-suisse», bromea. De familia sevillista, «aunque hay algún lunar de los otros», dice con sorna, a su padre no le gustaba nada el fútbol. «Cuando empecé a jugar hizo por enterarse de lo que era un fuera de juego. Ahora hasta dice que no le gusta el VAR y lo discute», cuenta la jugadora, que hoy tiene en él a su mejor fan. «Vimos la convocatoria juntos y fue muy especial vernos las caras. La camiseta del debut y el primer gol ha sido para él», desvela. De momento, no han podido viajar a Suiza. Lo harán si llegan a la final, y para eso ella se esforzará. Todo el vestuario está conjurado para vencer a Alemania.

Pegada a Aitana

En el grupo ha encajado a la perfección, pese a ser de las últimas. Primero, por edad y madurez, «pero también porque no tengo vergüenza», reconoce. Uno de los apoyos ha sido Aitana Bonmatí, a la que cuidó mucho tras la meningitis. «Nos conocíamos de la Liga y teníamos un respeto mutuo. En la concentración de octubre se me acercó y me abrió camino, me tendió la mano. Ahora ha sido jodido que le pasara [la meningitis] y qué menos que estar a su lado para apoyarla en todo eso», asegura.

Pasado el susto, el fútbol se abre camino y Martín-Prieto quiere coronar una temporada soñada. En su primer año en el Benfica, ha sido elegida la mejor jugadora de la Liga. «Pensaba que iba a ser un poco menos competitiva y que iba a relajarme, pero al final ha tocado pelear», vuelve a bromear. Además, esta jugadora, que se define como «casada con el área», ha roto su techo, por ejemplo, en goles de cabeza como el que le hizo a Portugal: «A veces me faltaba potencia, porque la gastaba en el salto, o al revés. Ya no diré más que es mi hándicap». Lo que espera es poder volver a mostrarlo, si hace falta, ante las alemanas.

La hora de Aitana Bonmatí, del hospital a los cuartos ante Suiza en 28 días: “He salido más fuerte”

Actualizado Jueves, 17 julio 2025 - 22:54

No quiere acordarse Suiza de que Aitana Bonmatí comandó una goleada germen del triunfo en el Mundial hace apenas dos años, de su MVP como mejor jugadora del torneo y de su primer Balón de Oro. Suiza como punto de origen, también en esta Eurocopa. Una meningitis vírica la sujetó demasiado al banquillo en la primera fase. Han pasado 28 días «de progresión eterna», como ella misma confiesa, y ahora siente que llega su hora. España, comandada por una espectacular Alexia Putellas, no notó su ausencia, pero necesita todo el talento ahora que llega la fase decisiva del torneo. Es la hora de Aitana.

Se vio fuera de un torneo en el que no ha dejado su sello. «Nunca pensé que no podría estar, pero faltaban cinco días y me veía un poco lejos. Conocéis mi mentalidad. Hablar de emociones es sano. Los malos momentos sirven para sacar lo mejor y he sacado una Aitana más fuerte», reconocía horas antes del duelo ante Suiza. Esa jugadora aún no aparece en las estadísticas de un torneo en el que estaba llamada a brillar. Necesita remontar sus números. Ha jugado 144 minutos, solo un partido de titular y completo, ante Italia, y su bagaje es impropio: solo dos disparos a puerta. «Mis últimos 90 minutos fueron los de la final de la Copa de la Reina el 8 de junio. Estar en una cama de hospital cuatro o cinco días parada me afectó y la vuelta ha sido como de una lesión. Pero se ha hecho lo mejor para mi salud», admitía.

Su vuelta a un centro del campo donde brillan Alexia y Patri Guijarro, las dos únicas MVP de España hasta el momento, quiere que sea electrizante. «Quiero disfrutar, y lo espero todo de este equipo. No sé si se ha visto a la mejor España, pero vienen partidos más competidos: o ganas o te vas. Ahora viene lo mejor», presagió.

«Un desafío defenderla»

España busca volver a hacer historia alcanzando unas semifinales 28 años después en un estado volcado en contra, lo que para Aitana significa «presión para ellas». Y es que Suiza persigue un reto aún más grande. «Es el partido en mayúsculas», subrayaba la veterana Pia Sundhage , que apuesta por arroparse frente a lo que puede ser un vendaval. «Debemos tener paciencia y estar juntas. Tenemos que estar conectadas», advertía. Un ojo lo tendrán en el regreso de la doble Balón de Oro: «Es un desafío defenderla», reconocía la central Noelle Maritz.

Aitana, durante un entrenamiento en Lausana.

Aitana, durante un entrenamiento en Lausana.EFE

Más allá de eso, apenas han pensado en fútbol. Su preparación se ha enfocado en lo emocional. Es el gran momento de Suiza, que tiene detrás a todo un país. Por eso, jugadoras y cuerpo técnico se han refugiado en la épica. «Hemos compartido historias, y eso es bueno», decía la entrenadora. Una de ellas la victoria de la selección masculina a España en el Mundial 2010 en Sudáfrica. Un gol de Gelson Fernandes, aprovechando los rebotes y la falta de entendimiento entre Iker Casillas y Gerard Piqué, le dio una victoria ante los que sería después campeones del mundo. «Esas historias nos dan energía», añadía Sundhage. El eterno relato de David contra Goliat.

No es el único recuerdo motivador que ha encontrado la sueca para agigantar a sus jugadoras. En el Stadion Wankdorf, en el Mundial de 1952, ocurrió el llamado 'Milagro de Berna'. Alemania, una selección de un país devastado tras la II Guerra Mundial, se proclamó campeón remontando dos goles a Hungría. Otra vez el pequeño que se impone al grande, que llega en plenitud. Y no solo por el regreso de Aitana. También debutará Cata Coll bajo palos y Esther, recuperada, buscará abrir hueco como 'pichichi'.