El piloto español de Fórmula Uno Carlos Sainz (Ferrari) fue objeto anoche en Milán (norte de Italia) del robo de su reloj, que consiguió recuperar tras perseguir y retener a los ladrones, con ayuda de varios miembros de su equipo y de algunos transeúntes.
Sainz, que acabó tercero el Gran Premio de Italia disputado este domingo en Monza, se encontraba en las puertas del hotel milanés en el que estaba alojado cuando fue abordado por tres personas que le rodearon y, utilizando una técnica de despiste, le arrebataron el reloj, informaron los medios locales.
El piloto, que pensaba inicialmente que se trataba de tres fans, comenzó a perseguirles y consiguió detener al ladrón que llevaba el reloj, con la ayuda de dos ciudadanos que pasaban por allí en ese momento.
Los otros dos fue bloqueados a poca distancia por dos miembros de su equipo junto a varios transeúntes.
Los tres ladrones, de nacionalidad marroquí y edades comprendidas entre los 18 y los 20 años, fueron detenidos por la policía y llevados a comisaría, donde Sainz presentó una denuncia.
El reloj recuperado por Sainz era un Richard Mille, modelo Alexander Zverev, valorado en más de 300.000 euros, según las mismas fuentes.
Sainz acabó tercero el Gran Premio de Italia, el decimocuarto del Mundial de Fórmula Uno, disputado en el circuito de Monza, donde firmó su decimosexto podio en la categoría reina.
Por una razón u otra, McLaren no logra redondear una actuación a la altura de su superioridad mecánica. En Bahrein, Oscar Piastri consiguió su segunda pole en cuatro carreras (1:29.841), con clara ventaja sobre George Russell y Charles Leclerc, mientras Lando Norris, a 42 centésimas de la cabeza, decepcionaba con su sexta posición. Demasiado lejos para un aspirante al título, que ahora deberá sujetar a Max Verstappen en la salida.
No hubo novedades en el escenario que hace poco más de un mes ya acogió los test de pretemporada. Desde la segunda sesión del viernes, Piastri venía apuntando mejores maneras que Norris. McLaren dominaba en las rectas de Sakhir, sin que nadie le incomodase. Sólo las bajas temperaturas de la noche otorgaban una baza a Mercedes, que suele optimizar su rendimiento con un asfalto en torno a los 30ºC.
Tampoco debe considerarse como sorpresa el descalabro de Norris, no sólo superado por Andrea Kimi Antonelli, cuarto con Mercedes, sino por de Pierre Gasly. En un fin de semana propicio, con Red Bull fuera de las quinielas para la victoria, Lando desperdició su bala, en la línea de lo ofrecido durante la segunda mitad del Mundial 2024.
La sorpresa de Alpine
Alguna tecla debieron de tocar en Alpine y no sólo con Gasly. A lo largo de toda la sesión, Jack Doohan pudo tutearse con los mejores. Para su desgracia, el novato quedó fuera de la Q3 por tan sólo 17 milésimas. Ese hueco fue optimizado por Carlos Sainz, que al fin se impuso a Alex Albon en una qualy. El octavo puesto del madrileño en la parrilla, por delante de Lewis Hamilton y Yuki Tsunoda debería representar el anticipo de un botín en forma de puntos.
Libraba Aston Martin una pelea con Haas para no ser el peor coche de la parrilla. Lance Stroll, penúltimo en la Q1, sólo pudo mejorar el tiempo de Ollie Bearman. Una puerta se abrió para Fernando Alonso tras el accidente de Esteban Ocon, que había destrozado la trasera de su monoplaza a la salida de la curva 2. Soplaba viento de cola a final de recta y Nico Hulkenberg ya tuvo que hacer equilibrios sobre los pianos para una pequeña gesta en la Q1 a bordo del Sauber (1:31.998).
Los malos presagios apuntados desde el viernes se terminaron confirmándose para el asturiano en la Q2, 65 centésimas más lento que el tiempo de corte establecido por Tsunoda. Aún pudo considerarse un alivio que los comisarios borraran el citado crono de Hulkenberg en la Q1, una decisión que hizo ganar un puesto a Alonso, finalmente decimotercero en la parrilla.
No fue la actuación más espectacular, pero sí la más efectiva de Fernando Alonso en el Red Bull Ring. La tercera carrera consecutiva en los puntos permitió al bicampeón igualar el registro (14) de su compañero Lance Stroll, que el viernes había apuntado maneras, pero que volvió a deshacerse a la hora de la verdad. Al volante de un AMR25 de escasas prestaciones, Alonso optimizó sus recursos, haciendo de la necesidad virtud.
"Tenemos que mejorar. En Silverstone llegará alguna pieza nueva y en Spa quizá también", adelantó el asturiano sobre las dos próximas citas del calendario. Esas actualizaciones se antojan imprescindibles para que Aston Martin encabece la zona media de la tabla. O para que, al menos, no pierda comba frente a Racing Bulls y Sauber, los dos adversarios con los que debió lidiar en Austria.
Undécimo en la parrilla, Alonso se benefició del accidente que provocó Andrea Kimi Antonelli ante Max Verstappen y ganó otras dos posiciones frente a Gabriel Bortoleto y Pierre Gasly. En parte, gracias a un plan estratégico establecido a una sola parada. Pero sobre todo, por la constancia de Alonso, que se sujetó al alerón trasero de Liam Lawson con asombrosa determinación.
"no teníamos ritmo"
"No estábamos para puntuar. Toda la carrera fue una contrarreloj porque no teníamos ritmo", admitió el asturiano al poco de cruzar la bandera a cuadros. Según la tabla de tiempos, rodó a un promedio de 1:10.443 durante sus 36 vueltas con el neumático duro. Aferrado a Lawson gracias el DRS, durante esa segunda mitad de la carrera fue tres décimas más rápido que Bortoleto con las gomas medias.
Mike Krack, director de pista en Aston Martin, admitió que la estrategia a una sola parada no resultó "sencilla", por lo que había que reconocer "el mérito a Fernando y al equipo por hacerla funcionar". Lo que no mencionó el ex team principal es que debieron ajustarse a ese plan por dos razones. En primer lugar, tal y como explicó el propio Alonso, porque era lo que había decidido Racing Bulls para Lawson, así que no quedaba otra que calcarlo. El segundo factor, también decisivo, es que Aston Martin no contaba con más juegos de medios, ya que los había agotado durante la qualy del sábado.
A falta de 13 vueltas para la meta, el panorama se oscureció aún más para Fernando. "El coche de atrás es Bortoleto. Tenemos nueve segundos de ventaja, pero nos alcanzará hacia el final de la carrera. Estará reñido con los doblajes", lanzaron por radio sus ingenieros. Y esa predicción se cumplió casi al milímetro. Sólo su astucia entre el tráfico, dejando espacio a Lando Norris mientras cerraba los huecos al brasileño, permitió a Alonso conservar la séptima plaza.
Alonso, en la parrilla del Red Bull Ring.ASTON MARTIN
El otro motivo para la reflexión en la escudería de Silverstone fue la actuación de Stroll, que sólo pudo esquivar el farolillo rojo gracias a las penalizaciones de Franco Colapinto y Yuki Tsunoda. "Las temperaturas fueron subiendo desde el viernes y no he podido mantener la inercia positiva", dijo el canadiense, lamentando la "alta degradación" de sus neumáticos. En uno de sus trazados predilectos, Stroll tampoco dio esta vez la talla.
Aunque la estrategia a una parada imposibilite conclusiones definitivas, puede deducirse que Aston Martin se batió con Haas y Alpine para no ser el coche más lento en Austria. Teniendo en cuenta únicamente las prestaciones, no hubo nada que hacer frente a Sauber. El equipo suizo, gran revelación desde el GP de España, festejó los primeros puntos de Bortoleto en la F1, la distinción a su rookie como el mejor piloto del domingo y la fabulosa remontada de Nico Hulkenberg (último en la parrilla, noveno en la meta). Asimismo debió atribuirse un par de logros muy lllamativos: el doblaje de Bortoleto a Yuki Tsunoda y estos 20 puntos en las tres últimas carreras, donde ha sumado uno más que Red Bull.
Ante esta progresión de los adversarios, Aston Martin necesita actualizaciones inmediatas para Silverstone, el gran premio de casa, que arranca el próximo viernes a escasos kilómetros de su Campus Tecnológico. Si Alonso precisa de alguna ayuda extra, más allá del genio creativo de Adrian Newey, puede mirar de reojo hacia el cielo. Las previsiones meteorológicas ya estiman en un 51% la posibilidad de lluvia para el domingo. Desde 2014, el agua hizo acto de presencia seis veces en el legendario aeródromo, fuese durante la qualy o la carrera. Y un par de semanas más tarde, se esperan más piezas para el GP de Bélgica. "Será una segunda parte del año interesante, porque está todo muy apretado", vaticinó ayer Alonso, con una pícara sonrisa.
Un año después de su aciago choque contra una alcantarilla, Carlos Sainz comandó a Ferrari en una madrugada de alto voltaje en Las Vegas. Apenas 98 milésimas separaron al madrileño de la pole de George Russell (1:32.312), inabordable con su Mercedes desde la primera sesión libre del jueves. "Hay que mantener la confianza de que aún tenemos una mejor oportunidad para la victoria", aventura Carlos, con la mirada fija en su tercer triunfo de 2024. En la lucha por el título, Max Verstappen asestó otro golpe en la moral de Lando Norris. El líder del Mundial partirá quinto, justo por delante del británico. Exactamente lo que necesita para proclamarse campeón por cuarta vez.
Sobre las interminables rectas del Strip Circuit, a 345 km/h, Sainz dejó constancia de su gran momento, dominando a Charles Leclerc, su compañero de garaje. El monegasco se vio sorprendido por la irrupción de Pierre Gasly, tercero con el sorprendente Alpine, mientras las aspiraciones de McLaren quedaban devaluadas con la sexta plaza de Norris, a siete décimas de la pole, y la octava de Oscar Piastri. Por no hablar de Lewis Hamilton, incapaz de redondear un intento digno de tal nombre, por lo que partirá décimo.
Sainz se vio superado por el último aliento de Russell, de quien cabe recordar que este año no supo convertir en victorias sus poles en Montreal y Silverstone. Su impecable qualy contrastó con la de su compañero de garaje, autor de un volantazo en la curva 7 durante su primer intento de la Q3. Igual que Hamilton, que tuvo que abortar su intento al pasar de largo por la curva 14. Sin llamar demasiado la atención, Verstappen se conformó con mirar de reojo a Norris.
Alonso, fuera en la Q1
A lo largo de las tres sesiones libres, la falta de adherencia había solviantado a Mad Max, que se quejaba de un coche "inconducible". Con 12ºC en el aire y sólo un par de grados más sobre el asfalto, el Red Bull partía con pocas opciones para seguir la estela de Mercedes, absoluta dominadora desde el jueves.
Esos problemas se trasladarían de inmediato en la Q1, donde Sergio Pérez iba a quedar fuera de combate por cuarta vez en la temporada. Con el agravante de Liam Lawson, el novato de Visa Cash App RB, que volvió a aventajarle, esta vez por un margen de 68 milésimas. Ni siquiera en un trazado urbano, su gran especialidad, supo el mexicano sacar partido a un coche con el que en 2023 pudo subir al tercer escalón del podio.
La falta de agarre, denunciada por los pilotos hace un año, también pasó factura a Fernando Alonso. En las curvas lentas del Strip Circuit, su AMR-24 resultaría presa fácil para el resto de rivales de la zona baja. No sólo frente a Alpine, Haas o Williams, sino también con el Sauber de Guanyu Zhou. Para mayor escarnio de Aston Martin, Lance Stroll apenas pudo completar un giro. De nada había servido el esfuerzo de sus mecánicos, obligados a montar un motor nuevo tras la rotura previa en los minutos finales de la sesión vespertina.
El Mercedes de Russell, durante la 'qualy' en el Strip Circuit.AFP
Mientras la escudería de Silverstone seguía absolutamente perdida, Alpine lograba colar a Pierre Gasly en el top10. También Visa Cash App RB, con Yuki Tsunoda. Incluso Williams, pese a la decepción de Alex Albon en la Q1, pudo luchar con Franco Colapinto, su intrépido rookie. Cuando el argentino volaba al volante se arrimó demasiado al interior de la curva 16 y su FW46 sufrió un durísimo impacto contra el muro de la 17.
Al frío de la madrugada hubo que añadir, por tanto, la media hora de los trabajos de reparación. Esa espera bien mereció la pena para Gasly, cuyos eufóricos gritos en la radio dieron continuidad al doble podio de Alpine en Interlagos.