Si España golea a su rival en su debut, diremos que somos claros favoritos -que ya lo había dicho usted, que lleva mucho fútbol visto en el sofá con el chándal y el Marlboro- y miraremos el cuadro de la competición para ver quién nos toca en semis. Si España pierde con su rival en su debut, diremos que ya se veía venir el desastre, que vaya convocatoria de lisiados -que ya lo había dicho usted, que lleva mucho fútbol visto en el sofá con el chánd
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Sólo tenía 18 años cuando Pablo Barrios (Madrid, 2003) perdió a su madre. Circunstancia que le obligó a madurar, que le obligó a crecer antes, quizá, de lo que debería. Y desde entonces "todo lo que consigue es para ella". No son pocas cosas a sus 21 años. Titular indiscutible con el Atlético de Madrid, convocado con la selección absoluta de Luis de la Fuente y, lo más importante por ahora, campeón olímpico en los Juegos de París 2024.
Esa madurez, ese poso, es el que muestra sobre el campo desde que se ha convertido en vital para Diego Simeone. "Es una de las grandes apuestas del club y del cuerpo técnico, base de presente y de futuro", explican fuentes rojiblancas. Pese a haber sufrido dos lesiones musculares, el madrileño es el octavo jugador más utilizado por el Cholo, con 1.219 minutos. "Está haciendo un camino muy bueno", dijo el técnico argentino y añadió: "Aprovechó la oportunidad para empezar a crecer, tiene un montón de cosas positivas que nos hacen bien como equipo".
Barrios ha sentado a Koke, su ídolo. "Ojalá tenga su carrera", llegó a desear el canterano en una entrevista previa. El capitán aún le supera en minutos, 1.535, pero la dinámica es que el joven sea quien dé la alternativa al maestro en el verde y no al revés. En los últimos cinco partidos, en la planilla, como le gusta decir al Cholo, salía el 8 y no el 6. "Koke apadrina a todos los jóvenes y de él está pendiente", explican desde el club sobre un jugador que, aunque para el Cholo no haya titulares indiscutibles, él sea lo más parecido.
Carácter y liderazgo
Además del rendimiento, hay cierta cábala, factor que nunca desdeña Simeone a la hora de tomar sus decisiones. "Cuando estuvo lesionado, el equipo lo notó", apuntan. Los rojiblancos no han perdido esta temporada con Barrios en el campo. Hablamos de 12 victorias y tres empates. Su ausencia se ha debido a una microrrotura en su pierna derecha y a un edema en el sóleo, lesiones de las que volvió rápidamente.
Quizás nada de esto habría ocurrido si Pablo Barrios no se hubiera salido del mapa en marzo de 2022 durante un derbi ante el Real Madrid en los octavos de la Youth League (2-3 en el Alfredo Di Stéfano). Dos golazos y una asistencia después, ese niño que salió de Valdebebas con 14 años como capitán del infantil A del Madrid, llamaba a la puerta del primer equipo rojiblanco. "Son decisiones que toma la gente... ha salido bien la jugada", contó en una entrevista previa.
Salió del Moratalaz para llegar a la cantera blanca y, tras ser descartado, triunfar en la del Atlético. "Desde que irrumpió en la primera plantilla lo ha hecho derribando puertas", apuntan desde el club. En todos los equipos dicen de él que siempre ha mostrado mucho carácter y gran liderazgo. Tuvo que mostrarlos cuando comenzó a vestirse junto a Álvaro Morata, Stefan Savic o Antoine Griezmann para sumar casi 1.000 minutos en su primera temporada con los mayores, aunque siguiera con contrato de canterano. De hecho, su debut fue en octubre de 2022 en una derrota ante el Cádiz en el Nuevo Mirandilla.
La amistad con Riquelme
Aunque Koke es su espejo, Griezmann es el jugador que más le ha impresionado en un terreno de juego porque pone "su calidad al servicio del equipo". La calidad y los goles, faceta que Simeone ha pedido a Barrios que mejore y en la que el canterano está en ello disparando de fuera del área y llegando desde segunda línea. Lo mismo que le reclama a Rodrigo Riquelme, su gran amigo en el Atlético desde que coincidieron juntos en la academia. En el vestuario se muestra poco hablador, pero cercano, con la madurez propia del que sufre un golpe que le hace crecer antes.
El penúltimo escalón de Barrios fue su convocatoria a la selección absoluta para disputar el partido de la Nations League ante Suiza tras la baja de Martín Zubimendi. Directo desde la sub-21, el centrocampista disputó 11 minutos en la victoria española (3-2). Le avalaba su reciente oro olímpico en los Juegos de París, competición en la que fue titular en todos los partidos menos en la derrota ante Egipto. Las cábalas, ya saben.
Luis de la Fuente está tranquilo. Sabe que, pase lo que pase esta noche, no le podrán acusar de nada. España ha sido, hasta la fecha, el mejor equipo de la Eurocopa, y caer con Francia esta noche (21.00 horas), finalista en los dos últimos Mundiales, con el mejor jugador del mundo en sus filas, entra dentro de lo posible. Pero Luis de la Fuente, detrás de esa sonrisa y esos 63 años y esa educación y ese llamar a los periodistas por su nombre y esa amabilidad... detrás de todo eso, en fin, hay un animal competitivo que no da por bueno caer con dignidad en Múnich.
Por eso estos días, en la tranquilidad el hotel Der Öschberghof, ha estado incidiendo en un mensaje: "Más grupo que nunca". Como proponían D'Artagnan y los Tres Mosqueteros: "¡Uno para todos y todos para uno!". Mejor escrito, y en este caso: "¡Uno contra todos y todos contra uno!" Porque, por mucho que los protagonistas lo nieguen -lo hicieron Deschamps, Rabiot, Rodrigo y el propio De la Fuente-, y al margen de lo difícil que es marcar un gol a los bleus, la semifinal de esta noche es el colectivo español contra la aparición, o no, de un genio. Francia lleva tres goles a favor, dos en propia puerta y uno de penalti, el único que ha marcado Mbappé. España lleva 11, y además repartidos en ocho futbolistas: Morata, Carvajal, Ferran Torres, Rodrigo, Nico, Merino, Fabián (2) y Olmo (2). Lo coral contra lo único, lo colectivo contra una bestia de la naturaleza.
El seleccionador siempre dice que sus jugadores son los mejores, y que su equipo es el mejor. Que eso le deja en posición de competir para ganar. Ganar. La palabra que le obsesiona. De esa competitividad dan fe los datos. En su carrera como seleccionador, desde que llegó a Las Rozas en 2013, ha llegado al penúltimo escalón de todos los grandes eventos en los que ha participado (siete). Comenzó en el Europeo sub'19 de 2013, en Lituania, donde cayó, su primera vez de dos, ante Francia. Luego vendría el sub'19 de Grecia, en 2015. Se enfrentó de nuevo a Francia (la Francia de Coman, Dembélé, Pavard y Thuram, que hoy sobreviven). De España, nueve años después andan por aquí Unai Simón, Merino y Rodri. Cabría contar los Juegos del Mediterráneo en 2018, donde en la semifinal ganó (2-1) a Marruecos.
El seleccionador, Luis de la Fuente.EFE
Subiendo escalones, llegó el Europeo sub'21 de 2019 en Italia. ¡De nuevo Francia! España arrolló (4-1) con Fabián (Balón de Oro del torneo), Unai, Merino, Oyarzabal y Dani Olmo. Dos años más tarde, en el Europeo sub'21 de 2021, De la Fuente contabiliza su segunda semifinal perdida, ante Portugal (0-1), con Zubimendi y Cucurella en aquella plantilla. Luego, los Juegos Olímpicos de ese mismo año, donde se impuso a Japón en la prórroga con Unai, Cucurella, Zubimendi, Merino, Olmo, Oyarzabal y Pedri. A Fabián y a Ferran no les dejaron sus equipos, Nápoles y City respectivamente.
Por último, la Liga de Naciones del año pasado, 2-1 ante Italia, con 14 jugadores que repiten en esta Eurocopa: Unai, Raya, Carvajal, Laporte, Le Normand, Navas, Rodrigo, Fabián, Zubimendi, Merino, Morata, Olmo, Joselu y Nico Williams. Como se puede observar, ha ido horneando en estos nueve años la base del grupo que está hoy aquí.
"Es mérito de la calidad humana y deportiva de los jugadores. Lo que pasa que yo les conozco mucho. Yo elijo a estos porque sé que no me van a fallar. Estoy orgulloso de este grupo de jugadores que quieren siempre competir por ser un poco mejores", decía De la Fuente en Stuttgart, tras eliminar a Alemania. "Me ha dado una alegría extra", insistió, porque "me he acordado de cuando ganamos el europeo en Grecia con Merino, Unai... Luego el europeo sub'21 con Fabián, Dani Olmo... es un orgullo, llevamos casi 10 años juntos. No fallan, quieren seguir ganando y eso nos hace muy competitivos", cerró.
Dani Olmo y Cucurella, en el entrenamiento.EFE
"Es el mismo de siempre, lo más importante es el ambiente que crea en el grupo. Él ha conseguido que tengamos una conexión muy especial", explica Cucurella, uno de sus fetiches. De la Fuente acude casi todos los días a entrenar en bicicleta, atendió a las radios, a todas las nacionales, el domingo por la tarde, como era costumbre hasta Del Bosque. Así las cosas, el mensaje, desde la experiencia de jugar siempre semifinales, desde la consciencia de que la baja de Carvajal es importantísima, ha sido el mismo: "Ahora, más que nunca, tenemos que ser una familia". Porque eso, la unión, el grupo, el colectivo, lo de todos, es lo mejor que puede oponer España a la presencia de una estrella en el otro lado.
Kylian Mbappé no está en su prime, como dicen los chavales. Pero es el mejor jugador del mundo. Con máscara o sin ella. No ha lucido todavía en el torneo, y es difícil que un tipo como él se vaya sin, al menos, un buen partido. Ahí estará Jesús Navas, con sus 38 años, como primer dique de contención cuando caiga por su lado. "Tenemos toda la confianza en él", dijo ayer De la Fuente, que no hará experimentos porque nunca los hizo en las otras siete semifinales que dirigió: cinco victorias y dos derrotas. Hoy toca otra.
Álvaro Morata es un chico especial. De entrada, es el futbolista español que más dinero ha movido en fichajes (220 millones) en su carrera, el quinto a nivel mundial por detrás de Neymar, Cristiano, Lukaku y Dembélé. De salida, se trata de un hombre de 31 años, en la cima de su carrera (la temporada pasada fue la mejor de su vida, 21 goles, y acaba de ganar, como capitán, la Eurocopa) que, sin embargo, no es feliz en su país porque hay quien, en las redes sociales, se burla de él. Este viernes, el Milan ha hecho oficial su fichaje para los próximos cuatro años tras pagar su cláusula de rescisión (13 millones). Es el final de un adiós que se empezó a gestar la pasada primavera.
Para saber más
Tras una primera parte del curso impresionante (19 goles hasta enero), las cosas se torcieron. Varias lesiones y, sobre todo, el gol fallado ante el Borussia Dortmund en la vuelta de los cuartos de Champions y los pitos que recibió, con España, en el Bernabéu en marzo, precipitaron un final de temporada oscuro para él. Junto a su mujer, Alice, tomó la decisión de marcharse de España, y así se lo transmitió personalmente a Miguel Ángel Gil, consejero delegado del Atlético, y a Simeone, su entrenador. ¿Las razones? Que ya estaba cansado de aguantar las críticas y, sobre todo, que la situación empezaba a afectar a sus hijos. Pensó incluso ir a Turquía, hasta que alguien le advirtió de que en ese país, con la fiebre que hay allí por el fútbol, no podría ni salir a la calle. Con varias opciones abiertas, firmó un acuerdo con un representante saudí para que le consiguiera un buen contrato en Arabia.
A la concentración de la selección llegó un futbolista atormentado. "Yo creo que, si gana, es posible que hasta deje el fútbol", contaban algunos de los que han convivido con él durante estos 45 días. Más que la ascendencia sobre el grupo que se le supone a un capitán, ha sido su bonhomía la que ha generado el cariño que le tenía el equipo campeón de Europa. Al igual que los casos de Nacho, Joselu (ya confirmados) o Dani Olmo, Le Normand, Laporte o Mikel Merino, Morata también ha estado decidiendo su futuro en mitad de la Eurocopa.
A última hora de la noche del 1 de julio, Morata, a través del representante saudí con el que había firmado un contrato, cierra las condiciones para firmar por el Al Qadsiah, el mismo por el que había fichado Nacho unos días antes y que acaba de subir a Primera División de la mano de Míchel. Sin embargo, algo ocurre en esas horas porque, a la mañana siguiente, cuelga un post en Instagram, en colaboración con el Atlético, y escribe: "No puedo imaginar lo que tiene que ser ganar con esta camiseta y no voy a parar hasta conseguirlo". Ese día, en el móvil de Simeone aparecen varias llamadas perdidas de Morata. También en el de Miguel Ángel Gil.
Morata.PABLO GARCÍARFEF
Tras el partido contra Alemania, 5 de julio, parece decidido a irse a Italia, con la Juventus y el Milan como opciones. De nuevo su mujer, Alice, tiene mucho peso en la decisión, que esta vez, ya sí, es definitiva. El acuerdo con el equipo rossonero lo cierran su representante, Juanma López, y su padre, fuera ya de la ecuación el agente saudí que sí había llevado las riendas de la operación fallida en Arabia.
Lo que va a cobrar en Italia es aproximadamente un tercio de lo que ya tenía apalabrado con el Al Qadsiah, y que rondaba los 13 millones netos por temporada, más incluso que Nacho. Firma en Milán para cuatro años, huyendo del ruido que, dice, le rodea en España. Sólo lo escuchará, si es que existe, cuando regrese con la selección, otro aparente cambio de opinión que, de pensar en el adiós (así lo dijo a este periódico), le deja en posición de seguir siendo capitán. De momento, porque con Morata nunca se sabe.