Brahim se inventa un gol de oro para el Madrid en una noche de sufrimiento en Leipzig

Brahim se inventa un gol de oro para el Madrid en una noche de sufrimiento en Leipzig

Un zurdazo tan suave como extraordinario de Brahim alivió el sofoco del Madrid en su visita a Alemania, tierra siempre hostil y amenazante para los blancos. El tanto se convierte en oro para el cuadro de Carlo Ancelotti, que sufrió desde el inicio. [Narración y estadísticas (0-1)]

Haciendo honor al tópico más absoluto, el Red Bull Leipzig es una especie de toro bravo. Un ser creado para hacer valer su físico y su ímpetu sobre cualquier otra cosa. Así salió el conjunto de Marco Rose ante la oportunidad histórica de hacer daño a un Madrid mermado. Sin su portero titular, sin sus centrales titulares y sin Jude Bellingham, eje vertebrador de su nueva dinastía juvenil. El cuadro alemán, semifinalista en la Champions de la pandemia y asentado ya en la elite europea, tiene un nombre que invita a pensar en Cenicienta, pero unos nombres y un estilo capaces de doblegar a cualquiera.

En el primer aliento del Red Bull Arena, Sesko, inexplicablemente sólo en el área, cabeceó a la red un mal disparo de Schlager. Al momento, el línea levantó la bandera e Irfan Peljto, colegiado bosnio, anuló el tanto por fuera de juego posicional de Henrichs. Consideró el árbitro, enfadando a la grada local, que el futbolista molestó por la espalda a Lunin durante la acción.

Rápidas transiciones

La rabia del tanto anulado exprimió todavía más la bravura alemana ante un Madrid que todavía seguía en el hotel. En el minuto 2, Sesko, omnipresente, se quedó mano a mano con Lunin, con la defensa de Ancelotti ausente, y no acertó a rematar. Los blancos sufrían en las rápidas transiciones del Leipzig, que sólo quería el balón para clavar cuchillos a su rival. Sin pensarlo.

En el 9, Dani Olmo, eléctrico como Xavi Simons, dejó sólo de nuevo a Sesko para que el delantero definiera a los pies de Lunin, que estuvo acertado para evitar el gol. Los locales aprovechaban la espalda de Nacho, errático en los cortes y en las anticipaciones. Tchouaméni, a su lado, cuajó una mejor primera mitad.

Superado el aluvión inicial, el Madrid se hizo dueño del balón. Ya decíamos que los alemanes no lo querían. Kroos y Camavinga fueron los protagonistas de la posesión, intentando siempre que ésta llegara a Vinicius, en un duelo físico contra Simakan. Brahim, que entró por Bellingham, y Rodrygo, necesitaban mucho más. Con balón, el andaluz se situó como delantero centro y los brasileños se abrieron a las bandas, creando pequeños espacios en el 4-4-2 local. Pero no era el día. Apenas un disparo de Kroos antes de la nueva ocasión de Sesko.

Xavi Simons, ante Carvajal, en el RB Arena.AFP

En el 20, el esloveno aprovechó de nuevo la espalda de Nacho para atacar el pico del área y amenazar a Lunin. Suerte que en esta opción apareció Tchouaméni para desviar el balón a córner. El partido entró en el barro, demasiado lento, sin transiciones, que es lo que más disfrutan estas dos plantillas, con muchas faltas y con un Leipzig enfrentado al colegiado por no mostrar amarillas a Kroos y Carvajal. Vinicius tuvo varias arrancadas, pero Rodrygo no acertó a rematar ninguno de sus centros y los blancos recibieron al descanso con alivio por el asedio inicial y las imprecisiones del resto de primera parte.

Tras los vestuarios, Brahim se inventó una solución para el agobio madridista. Un tanto más argentino (pongan aquí a su zurdo albiceleste favorito) que malagueño. El ex del Milán recibió pegado a la línea de cal derecha del campo, recortó al primer defensor que le apareció, superó con una potente arrancada al segundo y se plantó en el pico del área, donde amenazó el disparo. Se internó en zona de peligro y encontró el ángulo de la escuadra derecha de Gulácsi con un precioso zurdazo con efecto.

El Madrid descubrió a su MVP ofensivo en el malagueño, y encontró en Tchouaméni al muro que necesitaba para contener las necesidades alemanas. El francés, de nuevo reconvertido en central, en un puesto que no le gusta pero en el que quizás su cromo de futbolista encaje mejor, estuvo imperial por alto y providencial al corte.

Lunin, salvador

Mientras el galo achicaba aguas, el ritmo del Leipzig puso en problemas a sus compañeros. Lunin detuvo un disparo de Olmo, Sesko no acertó a llegar ante el ucraniano en otra arrancada, Olmo la tuvo de nuevo pero su disparo se marchó alto… El Madrid confiaba su destino a una contra que casi pusiera en bandeja una eliminatoria trampa. Y la tuvo en los pies de Rodrygo.

En el 63, un corte de Valverde terminó en un pase de Brahim a Vinicius para que éste arrancara. Llegó hasta el área y vio el desmarque de Rodrygo, sin marca, pero el ex de Santos le puso más fuerza que colocación y la pelota se le marchó arriba. No sería la última posibilidad del Madrid de cerrar el cuento local.

En el 71, Brahim inició otra contra y cedió a Vinicius para que amenazara el área. El brasileño recortó a Klostermann y definió con sutileza, casi rozando la pelota, pero ésta se estrelló en el palo.

Los blancos no sentenciaron y el Leipzig pudo empatar, pero Lunin, con 9 paradas, salvó la noche y la victoria, en la que Ancelotti tuvo que lamentar la preocupante lesión del goleador Brahim. En tres semanas, la vuelta. Prueba superada.

kpd